DÍA 67 (18 de mayo)
En mi ciudad hemos vuelto a catear, aunque nos han subido un poco la nota y nos dejan hacer algunas cosas que antes estaban prohibidas como ir más de una persona en un coche sin necesidad de una declaración jurada por un notario.
Parece ser que pueden ir varios pasajeros en el coche si todos viven en la misma casa. Según un periódico, los viajeros deben colocarse en el coche en diagonal y sin mascarilla, en otro pone que se pueden sentar juntos, pero con mascarilla y en otro que lo de la mascarilla es opcional siempre y cuando los pasajeros se coloquen haciendo las tres en raya.
Me he ido a consultar la web de Sanidad y, para variar, no me he enterado de nada.
Hoy hemos ido al hípermercado toda la familia y así cargar más. Yo me he puesto al volante, mi marido se ha colocado en la parte de atrás en el lado opuesto al del conductor y cuando le ha llegado el turno a mi hija, y ante el temor de que nos pusieran una multa por no respetar las normas de colocación, la hemos metido en el maletero. A la vuelta, y como necesitábamos el maletero para guardar la compra, la niña se ha sentado a mi lado, pero le hemos puesto una bolsa del mercadona en la cabeza para que pase desapercibida.
¡Qué ganas tengo de que termine esto, por Dios!
DÍA 71 (22 de mayo)
¡Por fin! Hemos aprobado y vamos a pasar de curso, digo de fase. Aún no sé muy bien en qué consiste ni qué puedo hacer realmente. Lo que sé con certeza es que las terrazas van a abrir, también me he enterado de que es necesario pedir cita. Como nos animan a potenciar los negocios de nuestra zona he llamado al bar de al lado de casa, tras varios intentos en que comunicaba he conseguido que me atiendan, pero hay lista de espera; dado que la terraza no es grande, que ahora hay que reducir el aforo a la mitad y que en mi barrio somos mucho de tomar cañas, me toca el turno la tercera semana del mes de julio.
Deprimida me he ido al barrio de al lado en la hora del paseo; ahí hay más terrazas y como es un barrio pijo, los diferentes alcaldes, como saben que ahí les votan, se han encargado de que sus aceras sean más anchas y por tanto las terrazas tienen más espacio y les caben más mesas.
Cuando he llegado se estaban manifestando los vecinos aporreando cazuelas y otros utensilios de cocina. Algunos miraban los cacharros con pinta de no saber para qué servían. He oído a una señora preguntar por el móvil a la criada por dónde se agarra una sartén. Desconcertada con tanto ruido me he desorientado y he intentado volver a mi casa, en medio de la confusión un señor me ha atizado en la cabeza con un cazo de la sopa, encima, en lugar de excusarse me ha dicho que la culpa la tiene el gobierno. No le he dicho nada porque, después de todo, el tipo ha salido perdiendo; del porrazo la peor parte se la ha llevado el cazo que se ha abollado irreversiblemente, y me pareció que era de plata. ¡Que se joda!
DÍA 75 (26 de mayo)
Estamos en fase I, aún no hemos llegado a la normalidad, ni a la nueva ni a la vieja, pero en mi barrio lo de tomarse una caña en un bar sigue siendo normal y hay colas kilométricas para esperar y pillar sitio.
Me he ido a pasear a un parque, ahora que están abiertos, y así no ver las terrazas llenas de gente y ponerme verde de envidia. Caminando, caminando he llegado hasta El Retiro y he pensado tomarme la caña allí; ha sido imposible. Encima he oído que andaba la presidenta de la comunidad autónoma por la zona, he salido despavorida del parque por miedo a que me contagie la cepa que la infectó a ella, que es la más dañina porque estoy segura de que los últimos comportamientos de la señora presidenta se deben a efectos colaterales del Covid-19: los chinos no nos han contado toda la verdad.
Este virus es muy puñetero y además de problemas respiratorios causa, sobre todo en los políticos infectados, deficiencias mentales graves.
El sentido de humor que nos sacas de la tristeza en estos momentos. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias, Mamen.
EliminarUn besote.
Lo de los daños mentales en los políticos va a ser irreversible a causa de este virus tan dañino para el sentido común, aunque sigo dudando si estos no empezaron con problemas de deficiencia cognitiva desde antes de la pandemia. Lo que está demostrado ya, es que vamos a salir reforzados de esa, sobre todo los imbéciles que ya se han adelantado con sus gilipolleces e insensateces. Y es que a los estúpidos no les gana nadie en su propio campo.
ResponderEliminarEspero que te queden pocos capítulos de este diario. Que todo acabe pronto por Dios, por el bien de nuestra salud mental.
Besos.
Dicen los expertos que hay personas especialmente sensibles a tener problemas cuando el virus los infecta, yo creo que entre esta población se encuentran los políticos, las deficiencias mentales que ya tienen de base se ven incrementadas cuando se contagian y entonces se lía parda: éramos pocos y parió la abuela.
EliminarEn cuanto pasemos de fase creo que este diario se acabará, más que nada porque una servidora dejará de estar confinada y empezaré a ser normal (dentro de lo que cabe porque yo, normal, no he sido nunca).
Un besote.
La Covid-19 nos está dejando experiencias que jamás habríamos imaginado. Creo que bien valdría la pena aprovecharlas para ampliar el refranero y añadir a la lista algunos refranes más, como por ejemplo: "Quién ya era tonto y al coronavirus se arrimó, tonto y medio se quedó".
ResponderEliminarY lo que nos espera por ver. Este verano, me gustará ver cómo se comporta la gente en las playas, porque eso de marcar zonas de inclusión y exclusión, manteniendo las distancias, con sombrilla y hamaca de por medio, lo veo muy negro. En lugar de los típicos vigilantes de la playa tendrán que poner guardias jurado para evitar las hostias que muchos se van a dar para ocupar un sitio en la arena.
Y lo de aC y dC ya no significará antes o después de Cristo, sino antes o después del Coronavirus.
Un beso.
¡Muy bueno ese refrán! Regístralo que puede estar en el refranero con todas las de la ley.
EliminarEste verano yo no sé dónde iré de vacaciones, no pienso en la playa porque, además de no gustarme mucho, ahora con las medidas de prevención que nadie va a seguir, me gusta menos.
El problema es que la gente que decida no ir tampoco a la playa por falta de seguridad, acabará en el mismo sitio al que podré ir yo, ¡qué estrés! Lo mismo es mejor quedarme en casa... no, en casa, no. Ya he tenido suficiente con el confinamiento.
No sé yo cuándo entraremos en la era d.C. porque ese "después" yo lo veo lejos.
Un beso.
Leyendo esta entrada, veo que por lo menos me he perdido dos días del diario. No sé por qué en las notificaciones de facebook no me aparece.
ResponderEliminarPor los pueblos cercanos a donde yo vivo casi no hay terrazas abiertas y a Santander no he ido, pero me dicen que por allí están todas petadas. Aquí la gente es también de mucha caña y mucho blanco.
Nosotros ya podemos entrar en el interior de bares, sin acercarnos a la barra, pero tampoco lo he intentado.
Yo no sé si la ineptitud de algunos políticos se debe al coronavirus o si este ya los ataca escogidos. Aunque atacó a Fernando Simón que me parece bastante válido, claro que no sé yo si este hombre es político. No lo parece para nada. Creo que más bien es un técnico. ¡Qué lío!
Un beso.
Los madrileños tenemos incrustado en el genoma lo de tomar algo en las terracitas, si a eso le añades dos meses de encierro, las ganas se elevan a la enésima potencia.
EliminarLlevamos cuatro días de fase I y yo aún no he podido tomarme nada en una terraza, están solicitadísimas, pero yo soy tenza, hoy lo volveré a intentar, algún día lo conseguiré.
Fernando Simón es un técnico, no un político, así que los daños colaterales él no los ha sufrido. Quizás por ser un técnico, se están cebando algunos impresentables que no conocen la palabra "dimisión" ni lo que es la decencia profesional, por no hablar de los currículums académicos que no se acercan, ni de lejos, al expediente de este hombre. Este señor se ha equivocado en algunas cosas, no digo yo que no, pero que tire la primera piedra quien esté libre de eso, especialmente entre los políticos. Creo que Simón, tenia de base una situación muy diferente a la de nuestros dirigentes políticos.
Un besote.
¡Buenísimo, de verdad! Siempre haciendo esa crítica con humor del bueno, del inteligente. Ese que tanto me gusta.
ResponderEliminarUn abrazo, Kirke
Gracias, Rita, me alegro de que te haya gustado.
EliminarUn abrazo.
Había leído como bien sabes en Facebook tu diario, pero me ha gustado mucho volverlo a releer así me sacas unas risas.
ResponderEliminarEspero que al final consigas tomarte esa caña, te prometo que no subí foto de mi momento precisamente por no darte envidia pero acordarme de ti me acorde.
Un besote, ah y enhorabuena por ese pase de fase, poquito a poquito.
Hola, Tere, pues ya llevamos seis días de fase 1 y sigo sin tomarme la caña en una terraza. Al menos he podido reunirme con algunos amigos y las cervezas nos las hemos tomado en mi casa, algo es algo.
EliminarHabrá que tener paciencia. Gracias por acordarte de mí, la próxima vez que consigas sitio tómate algo a mi salud y puedes hacer las fotos que quieras, yo ya estoy resignada.
Un besote.
De verdad que me meo (perdón por el vocablo) con tu visión de todo este asunto. En serio te lo digo... seguro que más de una exitorial estaría interesada en publicar este diario de la pandemia, porque ese toque de humor no es fácil encontrarlo hoy en día. Me pareces auténtica 100% y con un estilo inimitable. ¡Enhorabuena!
ResponderEliminar¿Tú crees que alguna editorial se interesaría por esto? No sé, no sé.
EliminarLa verdad es que todo lo que cuento, con alguna variación (no muy grande, no creas) me ha pasado. Esta situación tan absurda creo que es, a grandes rasgos, común a casi todos y por eso puede gustar, porque los demás se ven reflejados un poco en lo que cuento.
En fin, estoy deseando acabar el diario, también te lo digo, a ver si llega la normalidad, aunque sea nueva y no se parezca en nada a la vieja, pero que este disparate se termine, por Dios!
Un besote.
Gracias maja, por estas risas de hoy. Yo llevo unos días muy afectada, tengo tanto miedo y porque no decirlo acojone a infectarme con el virus ese del odio y la violencia que estan esparciendo por doquier, que no hago más que llorar por los rincones, y rezar porque los efectos secundarios del covid me idioticen del todo y no enterarme del "disparate" que se nos avecina. Un saludo y un abrazo
ResponderEliminarA mí también me preocupa y me da mucho miedo este virus del odio, Pura, más que el SARS-Cov-2.
EliminarEs lamentable lo que está ocurriendo, y creo que las secuelas van a ser más graves que las del coronavirus.
Esperemos que pase la fiebre y regrese la serenidad, aunque yo no tengo mucha esperanza, el sistema inmune de algunos no sabe defenderse del fanatismo ni de la mala leche, así que son carne de cañón para los que quieren aprovechar esta situación para sacar beneficios.
Un abrazo fuerte y mucho ánimo. ¡Resistiremos!
Al menos que no nos falte el humor. Un saludo
ResponderEliminarHola, Susana.
EliminarEl humor puede ser una buena terapia para defenderse del desatino de algunos.
Un abrazo.