En el mes de marzo pasado leí La gesta del halcón, una novela de aventuras que me dejó encantada. Fue una historia muy bonita, con personajes que a lo largo de sus casi ochocientas páginas se hicieron entrañables. Cuando me enteré que había salido a la luz una segunda entrega con más aventuras de dichos personajes no lo dudé y me decidí a leerla. Ojalá no lo hubiera hecho.
El halconero inglés, el mercenario franco y el estudiante de medicina (ahora ya médico) se vuelven a reencontrar en Constantinopla 9 años después de las aventuras de La gesta del halcón. De entrada ese reencuentro me pareció forzado y poco creíble. Al mercenario -que ahora es general de las tropas bizantinas- le encargan custodiar una misión diplomática a la lejana China. De nuevo deberá afrontar múltiples peligros y/o aventuras por tierras inhóspitas.
Esta segunda novela no puede considerarse la continuación de la primera pues La gesta del halcón tiene un final bien definido por lo que se podría haber prescindido de leer Fuego imperial. Me imaginé que esta novela sería un reencuentro con los personajes de la primera y con nuevas aventuras. Creo que ese era el objetivo del autor pero no lo ha logrado. Primero porque los dos primeros tercios del libro son casi un calco de la primera novela. Las situaciones son muy similares y los lugares por los que viajan casi que también. La aparición de elementos comunes a la primera novela es a veces tan obvia que me dieron ganas de cerrar el libro y no seguir leyendo. Tan sólo las últimas doscientas páginas (de un total de casi seiscientas) aportan componentes nuevos. Es cuando la acción se traslada a Nepal, Tibet y China.
A todo esto hay que añadir que el argumento está poco elaborado. Es como si el autor hubiera escrito esta novela a la estela de aquella primera y no se hubiera arriesgado ni esforzado, es decir, la primera fue un éxito por tanto vamos a repetir lo mismo pero con leves cambios. Encima la evolución de los protagonistas no me ha gustado en absoluto. Me he sentido engañada.
Aquí voy a hacer un paréntesis para reflexionar sobre lo que se espera cuando se lee una secuela de una historia que nos gustó mucho. Yo personalmente quiero reencontrarme con personajes que me impresionaron positivamente en la primera lectura, quiero saber qué fue de sus vidas, quiero -en este caso en concreto- volver a vivir nuevas aventuras, . Lo que no quiero es volver a leer la misma historia pero con leves cambios.
Por si todo esto no fuera poco, y ya para rematar, hay que añadir algo que a mí me enfada muchísimo -y siento mucho si estoy haciendo spoiler- en un libro: no tiene final, es decir, la historia continúa pero eso será en otro libro que aún no está escrito. Bueno, supongo que habrá una continuación porque lo contrario querría decir que mi ejemplar está defectuoso y le faltan páginas. Así que el que quiera saber qué pasa con el viaje a China de estos aventureros tendrá que esperar. Yo desde luego no lo voy a hacer porque no pienso leerme la tercera parte (si la hay). Y es que en esto de hacer un relato por entregas sine díe yo con George R.R. Martin y su interminable Canción de Hielo y Fuego ya tengo suficiente; no pienso engancharme a otro culebrón.
Kirke