"Si quieres entender el Universo piensa en energía, frecuencia y vibración."
N. Tesla
A veces surgen genios que con sus estudios abren las puertas al futuro. Fue el caso de Nikola Tesla.
Nació un 10 de julio de 1856 en la ciudad de Smiljan que por aquel entonces pertenecía al imperio austrohúngaro pero que ahora es de Croacia. Fue hijo de un sacerdote ortodoxo y el cuarto de cinco hermanos. Desde pequeño demostró un talento especial para las matemáticas, tal era su pericia que los maestros le sometían continuamente a pruebas pues estaban convencidos de que copiaba ya que era extraordinario que resolviera con gran facilidad problemas muy complicados.
Como hijo de un pastor su destino era el sacerdocio pero él tenía otras inquietudes. Cuentan que tras contraer el cólera y estar al borde de la muerte su padre le prometió que si sanaba le dejaría estudiar una ingeniería. Afortunadamente para Nikola, y para el resto de la Humanidad, se recuperó y se matriculó en la Escuela Politécnica de Graz (Austria).
Parece que al principio fue un estudiante aplicado y obtuvo buenas calificaciones pero mediada la carrera se aficionó a los juegos de azar y se gastó el dinero que su familia le entregó para pagar sus estudios por lo que nunca se llegó a graduar con el consiguiente enfado de sus progenitores que cortaron con él toda relación. Tal fue la ausencia de noticias que incluso llegaron a creer que había muerto. Lo de comunicarse no era su fuerte, paradójico pues él contribuyó mucho a mejorar las comunicaciones, como se verá después. Aunque no obtuvo ningún título oficial sí que asistió a clases como oyente y, a su manera, continuó formándose.
Con 26 años se traslada a Budapest donde trabaja como electricista. En 1884 viaja a Nueva York para trabajar a las órdenes de Thomas Edison investigando y diseñando motores y generadores. Tesla desafió a Edison al manifestar que podía mejorar los motores de su compañía, el jefe le prometió cincuenta mil dólares de recompensa si era capaz de hacerlo. Tesla lo hizo y cuando reclamó su premio el caradura de Edison le contestó que ese ofrecimiento fue una broma. Tesla muy enfadado, como es natural, se despidió y ya de paso juró odio eterno a míster Edison. Este sería el inicio de un enfrentamiento que traería consecuencias nefastas para el pobre Nikola pues su invento de la corriente alterna se oponía a la que empleaba Edison, la corriente continua, y éste se dedicó a calumniarle allá por donde iba.
Su idea de un sistema mundial para la transmisión de energía eléctrica sin cables basado en la conductividad de la tierra y asequible a todo el mundo además de rompedora era muy "peligrosa" pero no para la salud - Edison al que se le desmoronaba su emporio basado en la corriente continua intentó denostar a Tesla haciendo creer que la corriente alterna era nociva- sino para los enormes beneficios que obtenían las compañías eléctricas: "Si todo el mundo pudiera utilizar la energía que le viniera en gana ¿qué sería de nosotros? Ya me dirá usted dónde ponemos el contador" (J. Echenoz)
Por cierto, por culpa de la guerra personal que entabló Edison con Tesla y en su obsesión por desprestigiar al croata probando la nocividad de la corriente alterna se creó la silla eléctrica. Este es para mí uno de los episodios más bochornosos de la Historia de la Ciencia.
Tesla poseía una excepcional capacidad creativa que le hacía "ver" en su cerebro los artilugios que su mente ideaba sin necesidad de dibujos ni planos -sinestesia es el nombre para tan extraño fenómeno-, y esta cualidad traía de cabeza a sus subalternos pues eran incapaces de seguir su frenético ritmo de trabajo.
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Foto tomada en la exposición "Nikola Tesla. Suyo es el futuro"
Espacio Fundación Telefónica |
Se le conoce como el inventor de la corriente alterna pero también -entre otras muchas cosas- fue el padre de la robótica, sentó las bases del radar, inventó el control remoto y la radio. Sí, sí, la radio; esa que todo el mundo cree que inventó Marconi -y por lo que le dieron el Nobel-. Tras largos y penosos litigios la justicia dictaminó en la década de los 60 del siglo pasado que el invento correspondía a Tesla puesto que Marconi utilizó 17 patentes del primero. La razón se la dieron a Tesla pero el premio Nobel se lo quedó Marconi, además nadie piensa en Tesla como el inventor de la radio. Es uno más de los muchos agravios que tuvo a lo largo de su vida.
Murió el siete de enero de 1943 en Nueva York, en la más absoluta soledad y pobreza pues se arruinó después de varias inversiones desacertadas con el dinero de sus patentes. Su cuerpo fue hallado dos días después ya que en la puerta de su habitación -vivía en un hotel- estaba el cartel de "No molestar".
Pero Tesla, como buen genio científico, tenía su faceta estrafalaria. Era un genio pero también un demente en el más estricto sentido de la palabra. Y es que este científico tenía un montón de excentricidades. Aquí van sólo algunas, pues como ya he reseñado tenía muchas.
Estaba obsesionado con el número tres. Se lavaba tres veces las manos antes de comer y antes de entrar en un sitio rodeaba el edificio tres veces. Un trastorno obsesivo compulsivo de manual.
Odiaba las perlas. Nunca explicó por qué pero el caso es que si una mujer llevaba perlas como adorno se negaba a dirigirle la palabra. La misoginia que siempre manifestó supongo que también tenía algo que ver con lo de no hablar mucho a las mujeres (llevaran o no perlas).
Practicaba el celibato -eso al menos decía él- porque creía que las prácticas sexuales restaban creatividad científica. Espero que no tuviera razón porque entonces yo no voy a hacer nada excepcional en mi carrera (aunque creo que mis pocos logros no se deben a mi falta de abstinencia sino a mi falta de ingenio).
Utilizaba dieciocho servilletas en cada comida, para desesperación de los camareros que le servían, pues limpiaba, hasta sacarles brillo, los cubiertos, los platos y las copas que le ponían en la mesa.
Tenía muchas manías nuestro querido científico pero la que se lleva la palma fue su obsesión por las palomas. Empezó en los parques echando migas de pan para que comieran, luego decidió llevarse a su habitación las que estaban enfermas y con una sintió tanta afinidad que se enamoró de ella porque 'le robó el corazón'. Tal cual. De su enamorada llegó a escribir: "Quería a esa paloma al igual que un hombre ama a una mujer, y ella también me quería a mí. Me daba razones para vivir”.
Para mí es un científico entrañable y al que tengo especial cariño aunque no comulgo con alguna de sus ideas, como la eugenesia, pensaba que algunas personas no están capacitadas para procrear -léase enfermos mentales, 'razas inferiores', criminales- y debían ser esterilizadas. Quiero creer que esta aberración fue fruto de su parte más demente e intento no pensar demasiado en ella.
También decía que había inventado un rayo de la muerte que podía matar a miles de personas en un instante. Esto ahora no es tan descabellado pero él lo dijo en los años veinte y eso hizo que muchos patrocinadores le dieran la espalda cuando exponía otro tipo de inventos que sí eran viables pues semejante carta de presentación echa para atrás al más valiente.
"Aunque sus estudios se realizaron principalmente en el electromagnetismo inició líneas de investigación que sentaron las bases del desarrollo de la telefonía móvil, creó artefactos que fueron el origen de la tecnología moderna. Así se convirtió en un visionario que fue capaz de vislumbrar, siempre basado en sus estudios científicos, un futuro que sus contemporáneos creyeron era simple locura" (Nikola Tesla. Suyo es el futuro). Pero en el campo estrictamente científico no tenía nada de loco. El tiempo le dio la razón.
Kirke