Aquí tenemos la continuación de Tu nombre después de la lluvia. Aunque opino que (casi) nunca segundas partes fueron buenas he de reconocer que esta novela es una honrosa excepción. Si la primera me gustó esta me ha encantado.
El equipo del periódico Dreaming Spires se ve inmerso en una nueva investigación. Nos reencontramos con el sensato profesor Quills, el alocado Lionel, el taciturno Oliver y la misteriosa señorita Stirling. En este caso la acción discurre en Nueva Orleans. Si en el primer libro se describía magistralmente el ambiente mágico que rodea a las leyendas irlandesas ahora le toca el turno al vudú y los rituales africanos de los antiguos esclavos de las plantaciones.
Un barco que se hundió misteriosamente en el Missisippi durante la Guerra Civil americana arrastra una maldición. Asistimos a las historias que se esconden en las vidas de la desafortunada tripulación: amores imposibles pero también eternos, personajes entrañables y complejos; leyendas que se cuentan en las noches de tormenta. Es decir, todo lo necesario para que la historia sea muy atrayente.
En algunos momentos la trama se vuelve demasiado rocambolesca (el desenlace de la vida personal de uno de los protagonistas es propio de un folletín) y esto hace que el hilo argumental parezca débil pero está contado de una manera tan interesante que se puede perdonar. El suspense y la tensión que se percibe en todo el relato consiguieron que leyera hasta horas intempestivas cuando la razón me demandaba un rato de descanso. Los diálogos están muy bien elaborados haciendo que el ritmo no decaiga en ningún instante. Si a todo esto le añadimos un final impactante el resultado es más que aceptable.
Espero con impaciencia las nuevas aventuras de este equipo tan peculiar porque supongo que la saga continuará, al menos confío que sea así. Desde luego el suspense está servido.
Kirke