Dicen los psicólogos que los meses de confinamiento
nos pasarán, o nos están pasando, factura. Los duros momentos vividos a costa
del puñetero coronavirus han dejado huella en nuestra psique y las
consecuencias se manifiestan de maneras diversas según la idiosincrasia de cada
uno y la particular manera de reaccionar de cada cual.
Entre las múltiples manifestaciones de ese confinamiento,
se encuentra el llamado “insomnio post cuarentena”. Parece ser que algunos no
pueden dormir bien y dicen que es por una especie de estrés post traumático.
Yo, la verdad, sigo durmiendo a pierna suelta, o lo intento, pero no me dejan
los que parece sí padecen de ese tipo de insomnio. Me explicaré.
El martes pasado, una vecina del bloque de al lado
no podía dormir por culpa del maldito insomnio ese y decidió a las tres y media
de la madrugada hablar a voces con su novio, aunque, más que hablar lo que
hizo, a tenor de los decibelios de la conversación, fue discutir con él. Algunos
días del mes de julio en Madrid la temperatura no baja de los treinta grados en
ningún momento por lo que casi todos los vecinos solemos dormir con las ventanas
abiertas y eso me permitió escuchar con total nitidez la bronca telefónica.
―¡Tío, eres un cabrón! ¡Siempre pones por delante a
tu amigo y a mí no me haces ni caso! ¡Tío, eso no se hace!
Tras unos segundos en que, supongo, contestó el
aludido tío cabrón, la tipa continuó:
―¡Que no, tío! ¡Que no! ¡Mañana, no, ahora! ¡Siempre
me haces lo mismo, tío!
Después de un rato de (bendito) silencio que debería corresponder a lo que fuera que dijera el tío al otro lado de la línea
telefónica, ella volvió a gritar. Completamente desvelada, me asomé a la
ventana para escuchar mejor, y a punto estuve de pedirle a la tiparraca que pusiera
el manos libres y así tener una información más completa del desarrollo de la riña.
A pesar de no escuchar al otro interlocutor, me hice
una composición de lugar: parece ser que el novio de la chica prefería darle la
razón a un amigo suyo antes que a ella, y la gritona le pedía que eligiera: su
amigo o su novia. Cuando estaba a punto de enterarme qué elegía el interfecto,
el vecino que vive en el piso de debajo de mí, me chafó la escucha:
―¡¿Te quieres callar?! ¡Que aquí hay gente que queremos
dormir!
Tras esto, la chica se metió adentro de su casa con
lo que la discusión ya no se podía entender, se oían voces pero eran ininteligibles.
Estuve en un tris de reconvenir a mi vecino porque me había dejado con la
intriga de saber por quién se decantaría el abroncado, si por el amigo o por su
novia.
Me volví a la cama a intentar pillar el sueño.
Cuando estaba a punto de volverme a dormir, la chica salió otra vez al balcón
dando las mismas voces y esta vez con un tono histérico que a mí ya me empezó a
preocupar.
―¡No, por favor! ¡No me digas eso, por favor! ¡No,
tío! ¡No! ¡No! ¡Por favor, te lo pido!
Segura de que el vecino de abajo iba a saltar por la
ventana en plan Spiderman para llegar hasta la terraza de la gritona y estrangularla
con sus propias manos, resulta que se asoma el vecino de mi piso de arriba para
decir:
―¡Un poquito de dignidad, por favor! Si no te
quiere, pues no te quiere. Déjalo ya, hija mía.
Tras esto, no sé si la chica cerró la ventana, cortó
la comunicación o se dedicó a seguir la conversación por wasap, pero el caso es
que ya no se la volvió a escuchar. Decepcionada por no saber el desenlace, pero
aliviada de poder estar otra vez en silencio, me volví a la cama, pero antes una
carcajada se hizo oír en todo el bloque: fui yo. No pude evitarlo, y pido
perdón porque sé que algún que otro vecino se despertó por culpa de mi risa. O
puede que se despertara por culpa del insomnio post cuarentena.
NOTA: Juro por lo más sagrado que lo que he contado
es real como la vida misma. No he inventado absolutamente nada, palabrita del Niño
Jesús.
Jajajaja...en las noches de verano, con todas las ventanas abiertas suelen ocurrir estas cosas. Además debemos tener cuidado, porque lo mismo que nosotros nos enteramos de las miserias de los vecinos, ellos se pueden enterar también de las nuestras si no somos discretos. Yo también padezco de insomnio, pero el mío es por el calor ¡No hay quien duerma!Me asomo a la ventana pero no oigo entretenimientos como los tuyos. Llévalo con paciencia.
ResponderEliminarUn abrazo
Hola, Rita.
EliminarYo también sé que si soy capaz de oír lo que dicen mis vecinos, ellos pueden hacer lo mismo cuando hablo yo. Es complicado mantener algo de intimidad cuando la convivencia es tan estrecha y tan calurosa. Al igual que tú, mi esporádico insomnio es por el calor, aunque con todo y con eso, consigo dormir bastante bien, espero que me dure muchos años.
Los inquilinos del bloque de al lado del mío son muy intensos, antes de ayer hubo otro "affair" con una pareja aunque en esta ocasión fue a las seis de la mañana, con la fresquita, ja, ja, ja.
Un besote.
Hola. Me he reido a gusto de verdad. Yo hubiese hecho lo mismo, a ver en qué acababa todo, si a ella le da igual que la escuchen, pues hay que poner oreja. Yo he de decir que también he dormido a pierna suelta, y si, las noticias eran descorazonadoras, pero tenemos que hacer lo que esta en nuestra mano hacer, y si lo hacemos tenemos que dormir con el sueño del que sabe su deber cumplido. Besos.
ResponderEliminarLa susodicha no ha vuelto a hablar por la ventana así que no tengo ni idea de en qué ha quedado la cosa. Estaré atenta por si vuelve a ponernos al día.
EliminarAnte la angustia de lo que ha pasado (y que aún está pasando) yo también he optado por serenarme pensando que hago todo lo que está en mi mano: protegerme y proteger a los demás, seguir las normas sanitarias y evitar en la medida de lo posible que el virus se propague sin control.
Un beso.
Lo que me he podido reír , y que pena que te quedarás con la intriga con lo entretenida que estabas y nosotros de paso claro, cachis.
ResponderEliminarLos vecinos, los pobres que después de tener que soportar a la chica con sus gritos, oír una carcajada para acabar imagino que aunque los terminaras de fastidiar, siempre es mas agradable que unos gritos sin duda.
Gracias por estas risas que tal y como esta el panorama se agradece.
Una pena que en mi bloque de vecinos no hay conversaciones tan entretenidas para las noches de calor insoportable que alguna hemos tenido ya.
Un besote y buena semana.
Hola, Tere.
EliminarSé que mi carcajada despertó a uno porque al día siguiente estuvimos varios vecinos comentando en el portal lo que pasó y uno de ellos dijo que a él le había despertado "una tía" que se había reído a carcajadas, cuando se enteró de lo que había pasado de verdad, se tronchaba de la risa. Al menos él también se lo tomó con humor.
Yo no sé si son los calores, o el virus maldito que nos ha trastornado del todo en mi barrio, pero antes de ayer, hubo otra escenita vecinal entre una pareja también del bloque de al lado, en esta ocasión fue a las seis de la mañana, pero uno le echó al otro de casa, y aunque no gritaban mucho, en el silencio de la madrugada se oyó todo, todito.
Cualquier día lo grabo y me forro con un reality show.
Un besote.
Por lo menos estabas entretenida. Vaya culebrón. :). Un beso
ResponderEliminarSí, al menos me entretuve, ya que me había desvelado.
EliminarUn culebrón en toda regla, sí señora.
Un beso.
Ja ja ja. Aplaudo al vecino de arriba, ojalá la chica le haya hecho caso!
ResponderEliminarUn abrazo
A mí me encantó lo que dijo el vecino de arriba, un chico joven, por cierto. Me pareció acertadísimo. No sé si le habrá hecho caso, como no descarto que la tipa vuelva a las andadas, estaré al tanto a ver si me entero de cómo va su vida sentimental, ja, ja, ja.
EliminarUn beso, Mirna.
Curiosamente, durante el confinamiento, dormí mejor que nunca. En cuanto empezó a abrirse, empecé con mis problemas de insomnio otra vez.
ResponderEliminarHace años asistí yo también a una conversación telefónica súper jugosa y era el hermano de mi vecino, hablando con la mujer del mismo vecino, o sea su cuñada. El matrimonio tenía problemas y el cuñado estaba totalmente de parte de ella. De repente, como después de una hora de conversación, un vecino se puso a segar... y se terminó. Puedo jurar, con sonrojo, que fue de lo mejor que he oído en plan cotilla.
Un beso.
Yo, la verdad, he dormido bien confinada y sin confinar, salvo cuando vecinos vocingleros (y mal educados) se ponen a hablar por teléfono de madrugada en la ventana.
EliminarTienes todo el derecho a cotillear, creo que todos llevamos una portera en nuestro interior y la curiosidad de saber cosas de los demás, sobre todo cuando quien las cuenta lo hace a voces.
Un besote.
En todas las comunidades de viviendas ocurren cosas y si hace calor con las ventanas abiertas pasan de todo. Una historia vivaz y nocturna muy interesante. Un abrazo.
ResponderEliminarPues sí, Mamen, fue una conversación cuanto menos curiosa, a pesar de despertarme.
EliminarUn besote.
Dicen que otra secuela de la Covid-19 ha sido la ruptura de parejas, aunque tengo entendido que son las que han tenido que permanecer juntas y confinadas las 24 horas del día, mientras en otros casos se han formado parejitas a raíz de usar en contínuo las redes sociales y esas aplicaciones para ligar o encontrar a tu media naranja.
ResponderEliminarMi confinamiento ha sido muy tranquilo en este aspecto. Será porque en mi bloque de vecinos con hay chicas solteras o bien porque el aire acondicionado me ha permitido cerrar puertas las ventanas a cal y canto, je,je.
Un beso.
Al igual que me ha pasado con el sueño, mi relación de pareja ha seguido igual en el confinamiento que fuera de él. Es cierto que la convivencia intensa a veces destapa cosas que no se conocían o que no estaban tan claras, en cualquier caso a mí no me ha afectado.
EliminarYo tengo aire acondicionado en el salón, pero por la noche intento solventar el calor con las ventanas abiertas y ventiladores en el techo, aunque si la vecina molesta se empeña en seguir hablando de madrugada a voces, lo mismo tendré que irme a dormir al sofá con el aire enchufado.
Un besote.
Hola, Kirke
ResponderEliminarMe he levantado esta mañana y me he partido de risa con tu historia.
Me he divertido con el personaje. Los pobres vecinos fastidiados escuchando todas las emociones intensas de los problemas personales de esa chica atolondrada. Pero lo mejor de todo: fue esa carcajada con la que finalizastes, aunque te hayas quedado sin saber el desenlace.
Un placer saludarte!
Me alegra saber que pasaste un rato entretenido leyendo esto. Desde luego en este caso la realidad superó a la ficción porque todos los personajes son de carne y hueso y tienen nombre y apellidos, ja, ja, ja.
EliminarLa respuesta tan graciosa de mi vecino de arriba me hizo reír y también el darme cuenta de que estábamos todos los vecinos escuchando lo que decía la vecina parlante.
Un placer verte por aquí de nuevo, un abrazo.
Me has hecho reír Paloma y la respuesta del vecino de arriba aún más aunque no creo que ella le haya hecho caso.
ResponderEliminarHay personas que son muy poco respetuosas tanto con su propia intimidad como con el respeto por el prójimo, en este caso el descanso de los vecinos.
Durante el confinamiento hemos tenido que soportar las horas de conversación telefónica de un chico francés que se quedó confinado solo y que se aburría mucho y salía a la terraza a cualquier hora a hablar por teléfono y durante el día tenía un pase pero a las 2 o las 3 de la mañana escuchar a un tipo hablando en la terraza molesta y mucho. Afortunadamente parece que ya no está o al menos ya no sale.
Besos guapa
Yo entiendo que la gente se aburra y se dedique a hablar por teléfono, pero que lo haga en voz baja o, si no, a otras horas en las que la gente normal está durmiendo.
EliminarComo bien comentas, es una falta de respeto y una muestra más del egoísmo que tanto se está manifestando esta temporada, aquí cada uno va a lo suyo y les importa un pito lo que les pase a los demás. Qué pena.
Un besote.