Leer, el remedio del alma

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Imagen creada por Ilea Serafín

4 de marzo de 2016

Roma eterna y caótica (Segunda Parte)

Roma eterna y caótica (Segunda Parte)
Do you speak English?
Foro romano *

   Una vez ya en el interior del Coliseo no hubo ningún altercado, al menos con los italianos, aunque a punto estuvo de correr la sangre a cuenta de un comentario de una de mis compañeras de viaje. Andaba yo ensimismaba contemplando las gradas y la arena –o lo que queda de ellas– de ese fabuloso anfiteatro y, como suelo hacer cuando visito lugares antiguos, me trasladé con la mente a la época en que estaba en todo su esplendor. Mientras que yo me encontraba “viendo” a gladiadores y leones luchando entre sí oigo la voz de la susodicha compañera que dice: “Buah, vaya birria, ¡pero si está todo destrozado!” Cómo me hubiera gustado que los leones que yo me imaginaba fueran reales para que se la hubieran comido.

Interior del Coliseo*
   Otra cosa con la que no contaba: lo complicado que es entender el italiano. Muchos amigos que han ido también a Italia me dicen que el italiano es parecido al español. He llegado a la conclusión de que mi concepto de “parecido” es muy distinto al de ellos.

   Un día que el grupo se disgregó -unas queríamos ver el castillo de Sant'Angelo y otras preferían visitar las tiendas de Benetton- quedamos en reunirnos en la basílica de San Juan de Letrán. Como teníamos veinte años (y el cerebro de un mosquito) no creímos necesario llevar un mapa; para qué, como el italiano es parecido al español sólo teníamos que preguntar. 

   Y eso hicimos. Paramos a un viandante y le preguntamos por “San Juan de Letrán”, tal cual en español. El viandante puso cara de no entender “niente de niente” a lo que nosotras volvimos a repetir lo mismo pero esta vez pausando entre sílabas y subiendo el tono de voz “¡San-Ju-an-de-Le-trán!”. El viandante seguía sin entender nada. Yo, que soy muy leída, sabía que Juan en italiano es Giovanni, y pensé facilitarle la tarea al amable viandante diciendo: “¿San Giovanni…de Letrán?” Y el viandante, que ya estaba un poco cansado de ser amable, guiñó los ojos y, en un alarde de clarividencia, contestó: “¡Ah, San Giovanni in Laterano!”
¿El italiano es parecido al español? ¡Ja!

   Nos empezó a dar las indicaciones en un perfecto italiano: que si “diestra” (derecha), que si “siniestra” (izquierda) y que si “tutto dritto” (derecho p’alante). La más espabilada del grupo dijo que se había enterado perfectamente y nos dispusimos a llegar a la dichosa basílica. No sé si fue al torcer en alguna calle a la diestra que en realidad era siniestra o viceversa el caso es que nos perdimos. Así que volvimos a preguntar a otro viandante, esta vez ya en italiano: “¿San Giovanni in Laterano, per favore?” Este segundo viandante puso cara como de que era complicado llegar a ese sitio desde donde nos encontrábamos –en nuestra confusión nos habíamos alejado del objetivo en lugar de acercarnos– y con más diestras y siniestras que el primer viandante, nos indicó cómo llegar. 

   La que decía que se había enterado “perfectamente” nos guió y…… nos volvimos a perder. Vuelta a preguntar a otro viandante –menos mal que nos perdíamos por zonas transitadas y siempre había alguien a quien recurrir–. Este tercer romano al oír nuestro destino puso cara de “eso está a tomar viento de aquí” porque la que se había enterado perfectamente nos había alejado aún más de la bendita iglesia.

   Tras volver sobre nuestros pasos varias veces y treinta minutos más tarde de la hora concertada con las que se habían ido de compras, llegamos a San Giovanni. La verdad es que la basílica es preciosa y su contemplación nos resarció de tanto callejeo inútil.

Cadenas de San Pedro *

   Algo parecido nos pasó cuando quisimos visitar la iglesia de San Pedro Encadenado, llamada así porque en ella se encuentran las cadenas que llevó el apóstol cuando fue apresado en la ciudad. Como además de tener el cerebro de un mosquito resultó que teníamos la memoria de un pez no aprendimos nada del “asunto Letrán” y volvimos a preguntar para llegar a ese sitio. Una vez más el peatón de turno no se enteró cuando le dijimos el nombre en español, porque resulta que el nombre en italiano es San Pietro in Vincoli. 

   ¿El italiano es parecido al español? ¡Ja, ja!
   En este caso el transeúnte preguntado acertó el lugar donde queríamos ir porque, una vez más, una servidora –que ya he comentado que soy muy leída– recordó que en esa iglesia además de las cadenas de San Pedro está el Moisés de Miguel Ángel. Al decir “Moisés” y adoptar la pose –más o menos– de la famosa escultura nuestro interlocutor entendió. Afortunadamente los nombres judíos sí son parecidos en español y en italiano.

Moisés de Miguel Ángel *

   También estuvimos en la Fontana de Trevi y, como es tradición, echamos una moneda a la fuente a pesar de las protestas de una de mis amigas que, un poco tacaña ella, decía que era tirar el dinero. Se supone que si echas una moneda allí vuelves a Roma. 

   No sé si fue por la moneda o por las cosas del destino pero yo sí volví a esa maravillosa ciudad. Fue muchos años después, pero eso ya lo contaré otro día.

Fontana de Trevi *
(*) Fotos tomadas por mí en un viaje posterior.
Kirke  

24 comentarios:

  1. Kirke un bonito viaje que yo tengo pendiente, me encantará perderme por esa ciudad, aunque tengamos que preguntar y perdernos ,jajajaja Me encanta como lo cuentas. Un abrazo

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    1. Roma es una ciudad muy acogedora y aunque te pierdas no importa, siempre hay algo bonito que ver. De hecho, al perderse suele uno conocer lugares imprevistos y siempre interesantes.
      Un beso.

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  2. Kirke tu me llevaste en un gran viaje y quierro viajar contigo para perdernos por esta gran ciudad

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    1. Encantada de haber sido una compañera de viaje virtual. Como le he comentado a María del Carmen, Roma es una ciudad estupenda para perderse.
      Un abrazo.

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  3. Hola! Muy chulas las fotos! Estoy de acuerdo contigo en que no hay manera de entender a los italianos, jajaja, ni en italiano ni en inglés, suerte que para la comida es fácil, jajaja!

    Un saludo!

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    1. De la comida ya hablaré en la entrada que tengo pensado escribir contando cuando volví años más tarde. Para los amantes de la pasta, Italia es el paraíso (y para los de los helados también)
      Un abrazo, Beatriz.

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  4. Interesantes recuerdos que te imagino escribiendo con una sonrisa, es ese volver a los "veintipocos" y las cosas que se hacen entre risas, con esa tranquilidad de bueno ya llegaremos a la iglesia de lo que sea. Divertido.
    A mi me encantó Roma, me encanta y no sé si es la monedita pero se tiene que volver.
    Un beso guapa

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    1. Recordando este viaje volví a ver las fotos que nos hicimos (no las he puesto para respetar la privacidad de mis compañeras) y sentí mucha nostalgia.
      Nostalgia y también tristeza pues una de mis amigas falleció años más tarde; como era la más gamberra de todo el grupo (ella y yo fuimos las principales protagonistas de los hechos más chuscos del viaje) he querido contar todo de forma humorística en homenaje a ella.
      La moneda en la fontana funciona Conxita, seguro que vuelves.
      Un besote.

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  5. Sí, dicen que el italiano se parece al español y será verdad, pero más se parece el gallego al castellano y como te lo hable alguien de aldea juro por propia experiencia que no te enteras de nada. Aunque no sé si mi experiencia sirve de ejemplo porque para los idiomas tengo el oído de un berberecho.
    Divertidas vuestras aventuras. Los recuerdos me dan ganas de volver a Roma. De momento quedo esperando más entregas que tienes tú una vis cómica que hace que sea un risueño placer leerte.
    Un beso.

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    1. No sé si tuvimos mala suerte y nos encontramos con los viandantes que tenían más acento de Roma porque yo no entendía casi nada cuando me hablaban.
      Aquel viaje lo hice con veinte años y todo lo que ocurre a esa edad siempre se toma con humor y sin dramatizar (bendita inconsciencia)
      Un besote

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  6. Me encanta leerte tanto en español como en italiano, que son tan parecidos. Creo que os faltaba la entonación y os sobraba la compañera listilla que entendía todo a la primera y se perdía a la segunda siniestra.
    Este apartado que se podría titular: "Viajes extraordinarios manejando con soltura el idioma" me están haciendo disfrutar de lo lindo. Te lo diré más o menos en italiano que para el caso es lo mismo: Questi ingressi sono favolosi.
    Addio bella donna.
    Besos

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    1. Que conste que cuando decíamos algo en italiano, poco pero algo, siempre hacíamos gestos con las manos y nos encogíamos de hombros para empatizar y mimetizarnos con el personal pero no nos sirvió de mucho.
      Molte grazie per la tua parole (esto lo he escrito de cabeza, sin usar el traductor de google, así que me imagino que estará lleno de faltas)
      Ciao

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  7. ¿Has seguido viajando mucho con esas amigas?, jaja. A día de hoy, con el smartphone ya no se puede vivir este tipo de aventurillas, que tienen su punto, sobre todo al recordarlas luego porque en ese momento... Muy bonita Roma, San Juan de Letrán: voy a buscar más fotos.
    Un abrazo!

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    1. Lo de llevar un smartphone tiene su punto de peligro porque el GPS de algunos teléfonos deja mucho que desear y puedes acabar en cualquier parte.
      Con estas amigas, por cosas de la vida, perdí el contacto cuando terminamos la carrera; algunas se fueron a vivir a sus ciudades de origen y eso dificultó la relación. Con el paso de los años contacté con una de ellas y fue cuando me enteré que otra amiga del grupo había fallecido.
      La vida hay que vivirla con intensidad y luego, aunque no es lo mismo, recordar los buenos momentos que nos ofrece. Yo lo he hecho escribiendo estas entradas; he vuelto a sonreír rememorando aquellos días aunque, a la vez me ha quedado un poso de tristeza.
      San Juan de Letrán es majestuoso, impresiona hasta a los ateos, jajaja.
      Un beso

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  8. Estoy de acuerdo contigo: el español y el italiano se parecen como un huevo y una castaña. Y menos parecidos aún cuanto más rápido hablan ellos :P

    Mi marido y yo estuvimos en Italia hace un par de años, era nuestro viaje pendiente, y la verdad es que en esta ocasión no nos atrevimos a ir por nuestra cuenta, como habíamos hecho en otras ocasiones. Esta vez todo concertado, en grupo y con una guía que nos tocó que era todo un lujo. No pegaba ojo en los trayectos de bus porque se los pasaba contándonos cosas tan interesantes y con tanto conocimiento que no me quería perder nada.

    Tu post, además de hacerme sonreir con tus divertidas ocurrencias, me ha traído unos recuerdos geniales. ¡¡Gracias, Kirke!! Veremos si en mi caso se cumple que vuelva a Roma o no ;)

    Un beso!!

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    1. Lo que cuentas del guía y el autobús me ha recordado que el paseo en bus con nuestro guía por la Vía Apia fue alucinante y una gozada escucharle.
      Si echaste la moneda vuelves seguro. En mi segundo viaje a Roma (que ya contaré más adelante) eché también moneda así que no descarto volver otra vez.
      Un besote, Julia

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  9. ¡Como para volver a irse de viaje de nuevo con esas amigas! Jajaja, es broma, me ha encantado esa recreación de vuestra "inexperiencia y locura" de la juventud. El modo en que narras esta divertida anécdota me ha parecido excelente.
    Un beso, Kirke, me ha encantado leerte.

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    1. Recordando aquel viaje he vuelto a sentir, de manera muy tenue, la insensatez de los veinte años; cuando todo te ilusiona y pocas cosas te preocupan o te dan miedo. ¡Los felices veinte!
      Me alegro que te haya gustado; lo bueno de compartir estas historias es que nos divertimos todos.
      Un beso, Chari, a mí me encanta leerte por aquí.

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  10. Hola, guapa, ya ando de nuevo por tierras españolas.
    Te doy toda la razón de que cualquier parecido entre el español y el italiano es pura coincidencia, jaja. Nosotros nos hemos ido apañando con una app que era un traductor del español- italiano y viceversa.
    En cuanto al plano de la ciudad, se convirtió en un apéndice de nuestro cuerpo y no nos hemos perdido en ningún momento. Bueno, eso y que mi marido es un especialista en traducir mapas, porque si depende de mi acabamos en Cuenca.
    Esperaré, ansiosamente, la siguiente entrega de tu viaje a Italia.
    Besos

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    1. Las nuevas tecnologías son una ventaja, si se saben utilizar bien, para estos casos. Lo de llevar un plano es indispensable, sólo cuando se tiene veinte años se puede pensar que no es necesario.
      Compruebo, aliviada, que ya somos varios los que pensamos que el italiano y el español no se parecen tanto.
      Bienvenida, Marina.

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  11. Hola Kirke, qué bueno como me divierto con tus cosas y esa manera tuya tan elocuente de contarlas, y encima como estuve hace poco en Roma, todo me suena y jaaa que el italiano es parecido al español? nooo, ni maneras, nosotros es que llevamos el "chivato español" versos TOMTOM, y ese nos lleva sino ya veríamos,.....No te leo con la frecuencia que quiero pero aunque tarde me pongo al día, gracias. Un beso

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    1. Ahora tenemos herramientas que nos facilitan el orientarnos y el manejarnos con un idioma, aunque a cuenta de mi GPS podría relatar varias anécdotas. En los años ochenta, que fue cuando hice mi primer viaje a Roma, todo era más rudimentario y quizás, al final, más divertido.
      Un besote, Joseme

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  12. Yo de italiano ni jota, aunque me encantaría aprenderlo y visitar Roma e Italia toda, y tu post me ha ayudado a hacerlo desde mi escritorio, cosa que te agradezco mucho. Por aquí me quedo, Kirke: tienes un bello blog. No te enojes por la corrección que voy a hacerte, pero es un vicio incorregible de profesora de inglés... "English" va con mayúscula, así como los nombres de todos los idiomas en inglés ;)!

    Un beso!

    Fer

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    1. El día que explicaron lo de que los nombres de los idiomas van en mayúsculas yo debí de faltar a clase porque ¡no tenía ni idea! Sorry! Ahora mismo lo cambio.
      Puedes hacerme las correcciones que estimes oportunas; eres profesora de inglés y tienes toda la autoridad.
      Encantada de que te pases por aquí.
      Un beso.

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Hada verde:Cursores
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