Leer, el remedio del alma

Leer, el remedio del alma
Imagen creada por Ilea Serafín

1 de octubre de 2015

José de Espronceda


    Estamos en octubre y en pleno otoño, una época propicia a la melancolía así que pensé que el protagonista elegido para la entrada de Poemas y Cantares podría ser José de Espronceda, el poeta romántico español por excelencia. Algunos incluso le califican como el Byron hispano. Llevaba pensando desde hace semanas que cuadraba muy bien por la estación en la que estamos aunque en el último momento decidí cambiar el rumbo de esta entrada. Más tarde me explicaré. De momento unas breves pinceladas sobre su (corta) vida.

    Este escritor nació en Almendralejo en 1808. Se trasladó muy joven a Madrid a estudiar y desde temprana edad tuvo inquietudes revolucionarias. Con apenas quince años llegó a fundar una especie de sociedad secreta para vengar la muerte de Riego (militar liberal que fue ejecutado por oponerse al tirano Fernando VII). Ya adulto intervino en política pero sus ideas liberales y su oposición a un rey traidor que derogó la Constitución para implantar el absolutismo le llevaron al exilio. Al morir Fernando VII pudo volver a España. Cuando falleció de difteria con tan sólo 34 años era diputado por el Partido Progresista.

   Como buen poeta romántico tiene poemas de amor, poemas al amor perdido y añorado, es decir, poemas muy tristes como Canto a Teresa, dedicado a su amante que le abandonó para casarse con otro. Precisamente este canto iba a ser el poema que ilustraría la entrada pero me lo he pensado mejor y me voy a centrar en otro tipo de poesía que también escribió. Mi último 'post' en este blog fue algo melancólico por culpa del otoño entrante y causó tristeza en alguno de mis amigos lectores; prometí enmendarme y por eso el poema elegido para la ocasión no es triste, todo lo contrario, está lleno de acción y vitalidad: La canción del pirata.

   Esta poesía forma parte de un compendio de poemas cortos llamados Canciones. Son poemas inspirados en personajes marginales, excluidos de la sociedad (verdugos, mendigos, etc.).

    La canción del pirata me parece que fue la primera poesía que aprendí de niña en el colegio. La recuerdo con nostalgia -ay, maldito otoño- pero también creo que desató mi pasión por la lectura de aventuras en general y de piratas en particular. 


    La figura del pirata se me aparece como la mejor representación de la libertad: el marginado que se salta la ley, que vive sin ataduras con libre albedrío, para el que las fronteras no existen, para el que su barco es su feudo y el mar su territorio. Los versos de Espronceda lo explican muy bien.

Con diez cañones por banda,
viento en popa, a toda vela,
no corta el mar, sino vuela
un velero bergantín.
Bajel pirata que llaman,
por su bravura, el Temido,
en todo mar conocido
del uno al otro confín.

La luna en el mar riela,
en la lona gime el viento,
y alza en blando movimiento
olas de plata y azul;
y ve el capitán pirata,
cantando alegre en la popa,
Asia a un lado, al otro Europa,
y allá a su frente Estambul:


   
"Navega, velero mío,
sin temor,
que ni enemigo navío
ni tormenta, ni bonanza
tu rumbo a torcer alcanza,
ni a sujetar tu valor.

Veinte presas
hemos hecho
a despecho
del inglés,
y han rendido
sus pendones
cien naciones
a mis pies.

Que es mi barco mi tesoro,
que es mi dios la libertad,
mi ley, la fuerza y el viento,
mi única patria, la mar.

Allá muevan feroz guerra
ciegos reyes
por un palmo más de tierra;
que yo tengo aquí por mío
cuanto abarca el mar bravío,
a quien nadie impuso leyes.

Y no hay playa,
sea cualquiera,
ni bandera
de  esplendor,
que no sienta
mi derecho
y dé pecho
a mi valor.

Que es mi barco mi tesoro,
que es mi dios la libertad,
mi ley, la fuerza y el viento,
mi única patria, la mar.

A la voz de «¡barco viene!»
es de ver
cómo vira y se previene
a todo trapo a escapar;
que yo soy el rey del mar,
y mi furia es de temer.

En las presas
yo divido
lo cogido
por igual;
sólo quiero
por riqueza
la belleza
sin rival.

Que es mi barco mi tesoro,
que es mi dios la libertad,
mi ley, la fuerza y el viento,
mi única patria, la mar.

¡Sentenciado estoy a muerte!
Yo me río;
no me abandone la suerte,
y al mismo que me condena,
colgaré de alguna entena,
quizá en su propio navío.

Y si caigo,
¿qué es la vida?
Por perdida
ya la di,
cuando el yugo
del esclavo,
como un bravo,
sacudí.

Que es mi barco mi tesoro,
que es mi dios la libertad,
mi ley, la fuerza y el viento,
mi única patria, la mar.

Son mi música mejor
aquilones,
el estrépito y temblor
de los cables sacudidos,
del negro mar los bramidos
y el rugir de mis cañones.

Y del trueno
al son violento,
y del viento
al rebramar,
yo me duermo
sosegado,
arrullado
por el mar.

Que es mi barco mi tesoro,
que es mi dios la libertad,
mi ley, la fuerza y el viento,
mi única patria, la mar."

José de Espronceda (1808-1842)

   . Una muestra del espíritu liberal del propio Espronceda que cual pirata de la mar océana se rebeló contra un rey absolutista e injusto.

    Un canto a la libertad y a la rebeldía.

Kirke  

12 comentarios:

  1. Creo que las primeras estrofas de este poema forman parte de la cultura popular y del mundo infantil, lo que está bien. Pero es una pena porque uno acaba olvidando el resto, ese potente alegato sobre la búsqueda y la lucha por la libertad, puro idealismo romántico que lejos de provocarme melancolía, me estimula enormemente.

    Y si caigo,
    ¿qué es la vida?
    Por perdida
    ya la di,
    cuando el yugo
    del esclavo,
    como un bravo,
    sacudí.

    Un abrazo, grumete

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    1. Tienes toda la razón, Gerardo. Durante muchos años lo que me quedó de ese poema fue el saber que un bergantín tiene 20 cañones en total. Sin embargo, según avanza el poema el alegato a la libertad es una auténtica maravilla.
      Gracias por tu visita, marinero.
      Un beso

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  2. Hola Kirke Libris! Sin lugar a dudas, este poema es el máximo exponente de la poesía romántica española: la libertad, la vitalidad, los protagonistas marginados o bohemios, al margen de las leyes establecidas, lugares exóticos, viajes, aventuras, libre albedrío, pero sobretodo, actuar sin reflexión, a mi bola, echándose a los brazos del destino incierto aunque esto suponga la muerte.
    Gracias por recordarnos este magnífico poema de Espronceda que todos aprendimos en el cole ;)
    Muchos besos.

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    1. Ese vivir 'a su bola' es muy atractivo, sobre todo para los que vivimos atados a un horario y unas obligaciones. Aunque esa libertad es bastante utópica y también tiene sus inconvenientes; pero quien nada tiene, nada tiene que perder.
      Gracias por tus palabras, Eva.
      Un beso

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  3. Qué recuerdos!! Yo también fue uno de los primeros poemas que aprendíl Luego se me han olvidado fragmentos y,como todo el mundo, recuerdo el principio.
    Kirke, nos matas de nostalgia (pero es una muerte tan dulce...)
    Un beso.

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    1. Se supone que he recordado este poema para levantar el ánimo del palco pero ya veo que contigo no lo he conseguido. Le echaré la culpa al otoño.
      Como profesional de la salud la muerte por muy dulce que sea no me gusta nada ;)
      Un beso, Rosa.

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  4. Que bonito recuerdo me traes, Kirke. Yo también aprendí el poema de pequeña, pero no en el cole, me lo enseñó mi madre, y con el tiempo, también se lo enseñó a mis hijos. Con la mano izquierda apoyada en el respaldo de la silla, cual timón de velero, y en la otra la barra del pan, como espada valiente. Mis hijos la aprendieron rápidamente y yo, de mi madre, aprendí una máxima:
    "Navega, velero mío,
    sin temor,
    que ni enemigo navío
    ni tormenta, ni bonanza
    tu rumbo a torcer alcanza,
    ni a sujetar tu valor.

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    1. Me alegro que cada uno extraiga los versos que más les lleguen al corazón. Creo que todos nos sentimos identificados en mayor o menor medida con las palabras de este pirata.
      Todos llevamos un rebelde en nuestro interior con ansias de aventura.
      Un beso.

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  5. Pues mira bonita, yo voy a añadir algo la nostálgica remembranza que aporta el poema de nuestros perdidos años de juventud tan aprovechados por otro lado, en propicias lecturas y poemas como este, que muchos de aquellos chavales-as que fuimos aprendimos de carrerilla quedándonos como bien dices con la parte épica y no con las enseñanzas que subrepticiamente encajó el poeta en sus versos.
    La añadidura está en este enlace de algo que descubrí gracias a mis hijos; intrépidos aventureros de las letras.
    Estáis invitados a disfrutar del poema de Espronceda al más puro estilo Heavy y sin desmerecer nada.
    Besos y ya me contareis que os parece.

    https://www.youtube.com/watch?v=5k-QLyo9Hoc

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    1. Heavy, pero que muy heavy estos chicos de Tierra Santa. Me ha encantado. Quién diría que un poema del siglo XIX serviría de letra para una canción de rock duro. Está claro que algunos temas (sobretodo si están bien escritos) son válidos en cualquier época.
      Un besote.

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  6. Leí tu post el otro día mientras iba en el tren e hiciste que mi trayecto de vuelta (que son los más pesados) fuese de lo más ameno. Quise comentarte entonces, pero desde el teléfono es un rollo...

    No recordaba mucho de Espronceda, pero el post tuyo, muy apropiado para esta época, me trajo a la memoria mi época del colegio, cuando hacía trabajos de literatura sobre autores de todas las épocas, ¡me encantaban!
    Y tuviste mucho tino en elegir esa poesía que, sin duda, a todos nos ha levantado el ánimo ;-)

    ¡Muchos besos y buen finde Kirke!

    Pd: No tardaré en decirte sobre el caldero de pócimas que tenemos a medias, he ido un poco de cabeza últimamente ;-(

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    1. La verdad es que la poesía rebosa energía y empuje. Me alegro que te sirviera para amenizarte el trayecto de vuelta a casa.
      Buen finde también para ti, Chelo (lo que queda de él) y un besote.

      P.D. Empezaré a mandarte correos para ponernos de acuerdo que tengo varios ingredientes para añadir al caldero y algunos tienen una digestión más lenta (léase: son libros extensos y necesito tiempo para leérmelos XD)

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Hada verde:Cursores
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