Leer, el remedio del alma

Leer, el remedio del alma
Imagen creada por Ilea Serafín

15 de octubre de 2020

Diario de un RE-confinamiento Parte III

 


Día 8 (28 de septiembre)

Hoy he tenido que salir de mi zona restringida para acudir al trabajo. Antes de salir me he esmerado en llevarme todo lo necesario: las llaves del coche, los apuntes y el pendrive con las clases, mi documentación, la mascarilla y, sobre todo, el salvoconducto emitido por la universidad donde trabajo que me permite transitar por la zona libre.

De camino hacia la universidad he visto las luces parpadeantes de un control policial en plena M-30, justo en el lugar más chungo de la pandemia: el Puente de Vallecas. Ahí el tráfico iba muy lento y el atasco tenía casi un kilómetro.

Nada más verlo de lejos he empezado a sudar, y eso que yo estoy acreditada, tengo permiso oficial para salir, pero, aun así, me he puesto muy nerviosa. Me ha entrado taquicardia, sudor frío, he empezado a hiperventilar y hasta se me ha nublado un poco la vista.

En segundos, y según me acercaba al control, me han venido imágenes de películas sobre la Segunda Guerra Mundial cuando los nazis controlaban los guetos judíos y algún policía nervioso con el gatillo fácil se cargaba a alguno por una mirada sospechosa o cualquier otro signo malinterpretado.

Las manos se me han mojado con el sudor y el volante se me ha escurrido de las manos, he estado a punto de colisionar con el automóvil que circulaba en paralelo cuando casi invado el carril de al lado. Me han entrado ganas de llorar.

En pleno ataque de ansiedad, he rebasado el control conteniendo el aliento. No me han parado, y entonces he respirado más tranquila. Creo que lo de no pararme ha sido porque el puesto policial se encontraba en los carriles del sentido opuesto al que yo iba.

No quiero imaginar cómo me lo voy a tomar cuando me encuentre un control en mi misma dirección. Me da que no lo cuento y le van a pedir la documentación a un cadáver.

 

Día 10 (29 de septiembre)

Hoy me he levantado muy contenta, resulta que mi área sanitaria ha conseguido bajar de los mil casos de coronavirus por cien mil habitantes (cuando nos confinaron los superábamos por muy poco). Ahora estamos por los novecientos, que no es ni mucho menos para tirar cohetes, pero que sirve para librarnos del confinamiento este de pacotilla al que nos han relegado las autoridades sanitarias de nuestra comunidad.

La alegría me ha durado menos que una tarta a la puerta de un colegio. Resulta que ahora el tope para confinar o no, está en los quinientos casos, así que volvemos a suspender.

Me siento como cuando en la facultad suspendías con un 4,9 y cuando llegabas al 5, el profesor decía que había cambiado de opinión y que para aprobar era necesario un 7. Mierda.

 

Día 14 (3 de octubre)

Estoy confusa. Ayer confinaron a toda mi ciudad, y como mi barrio ya estaba confinado no me he enterado cuál es mi situación concreta. ¿Estoy confinada dentro del confinamiento ya confinado previamente? ¿Si me salgo de mi barrio me cae una multa y si me salgo de Madrid me caen dos? He querido informarme, pero los medios de comunicación no me han ayudado porque cada uno ha entendido lo que le ha dado la gana y han dicho lo primero que se les ha ocurrido.

Ha llamado a la puerta la vecina de al lado para comentarme un cotilleo y no sabía si dejarla entrar porque somos convivientes o mandarla a su casa porque el rellano era zona fronteriza.

He salido a la calle y no sabía si estaba incumpliendo alguna ley, alguna ordenanza, una orden ministerial o algún (des) acuerdo interterritorial. En mi confusión le he enseñado el salvoconducto para ir a trabajar al segurata del Mercadona, he saludado alzando el brazo y diciendo “Heil, Hitler” a un coche de la policía que estaba en una esquina y no he comprado pan porque en la cola de la panadería había más de seis personas.

He llegado a casa con dolor de cabeza y he querido tomarme la temperatura, pero en lugar del termómetro de infrarrojos, me he equivocado y he cogido la depiladora de luz pulsada y me he quitado media ceja.

Espero que el colapso de los hospitales no se dé en los psiquiátricos porque creo que yo necesito cama en alguno de ellos.

 





16 comentarios:

  1. Me encanta este humor ácido que utilizas para criticar la situación en la estamos, muy penosa, la verdad. Yo creo que al psiquiátrico vamos atener que ir muchos. Este bicho de una manera u otra nos llevará a todos por delante.
    Un abrazo, Kirke

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    1. Yo también pienso que antes que el virus va a acabar con nosotros la situación que está generando, el estrés, el desconcierto y el cabreo que tenemos la mayoría de la población.
      En fin, intentaré bromear dentro de lo que cabe y así sonreír con vosotros. Al mal tiempo, buena cara.
      Un abrazo fuerte, Rita.

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  2. La situación se complica cada vez más y ya no sabe una qué hacer. Yo creo que solo me puedo reunir con otros cinco, pero entonces dice mi marido que eso es en las zonas de confinamiento, pero yo pienso que qué mierda de confinamiento es ese que deja reunirse a las personas en paquetes de media docena.
    En fin, que con tantas situaciones distintas ya no sabe una lo que le toca en el sitio en el que está. No te digo nada si cambias. Mi hijo vino el día 9 de Tenerife, pasó por Barajas, llegó a León y ahora le han llamado media vacante hasta final de curso en Estella, Navarra, y allí está. Ya solo le falta darse un garbeo por Cataluña para pillar todos los focos del desastre.
    Menos mal que el humor nunca nos falta (do momento y mientras no nos toque algo peor) y si nos falta, ahí estás tú para recordarlo.
    Un beso.

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    1. Tu hijo sí que sabe vivir en el filo de la navaja, menudo periplo más arriesgado, ja, ja, ja.
      Algunos confinamientos son una absoluta estupidez. En Madrid estamos confinados y no podemos salir de la ciudad, pero los bares, centros de ocio, cines, museos y zonas deportivas siguen abiertos, así que yo he llegado a la conclusión de que lo del estado de alarma ha sido para que no contagiemos al resto de España, pero dentro va a dar igual porque seguimos socializando aunque sea en "petit comité" de seis personas. Es un disparate.
      En fin, como tú comentas, mientras podamos lo tomaremos con humor.
      Un besote.

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  3. Hola, Paloma:
    Nuestros gobernantes sólo lo son de nombre y sueldo. En mi opinión son bastante ineptos, como no saben qué hacer se dedican a decir más que a hacer: confinamiento por área sanitaria, confinamiento perimetral, movilidad reducida, grupos de no más de seis, prohibido fumar por la calle, etc., etc. Creo que mientras no tomen medidas más drásticas y mejor controladas como está haciendo toda Europa sobre todo en relación con bares y restaurantes no habrá reducción alguna o aplanamiento de la curva que se dice ahora. Luego está el control de las cuarentenas que según parece un porcentaje amplio y grande no cumple. Así no vamos a ninguna parte, bueno sí, nos alzaremos con el Primer Puesto en ineptitud y número de infectados, ingrsados y fallecidos a poco que nos descuidemos. Bufff, no sigo porque me llevan los demonios. Lo mejor es reírse como tú haces en tu Diario
    Un beso

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    1. Juan Carlos, nuestros gobernantes además de dedicarse solo a decir, y a hacer más bien poco, lo que dicen lo dicen mal, porque esa "movilidad reducida" se traduce en que yo no me puedo ir a Ávila por si contagio a alguien (y me parece una buena medida), pero sí me puedo quedar en mi barrio a tomarme una caña y contagiar al vecino de al lado (lo que me parece muy mal). No sé, tengo la sensación de que se intenta evitar que la cosa se expanda pero a medias. Desde luego en los hospitales madrileños este confinamiento no está sirviendo de nada, por mucho que las cifras bajen (y vuelvan a subir, que ayer fue un dislate los datos que reportó la Comunidad, algunos del mes de mayo, lo flipas).
      Yo también me enciendo, y mucho, con lo que está pasando, así que inspiro profundamente e intento bromear con algunas cosas, para quitarle hierro y para liberar mal rollo porque estoy muy tensa desde hace semanas.
      Un besote y cuídate mucho.

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  4. Ya te digo que entre la pandemia y los políticos, van a acabar con los pocos españolitos cuerdos que quedan en la tierra patria.
    Tu humor ácido endulza y me hace sobrellevar las tontadas y despropósitos de los informativos desinformado y los gobernantes que desgobiernan.
    Besos de Viernes.

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    1. Hay que hacer de tripas, corazón y sobrellevar este desatino de la mejor de las maneras. A veces, me cuesta mucho hacer humor con lo que está pasando, porque el cabreo es importante, pero aun así, lo intento y la verdad, me sienta bien. Me alegra saber que a ti también te gusta esta forma de contar nuestras desventuras.
      Un besote, javier.

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  5. Genial Paloma, reflejas estupendamente el sentir de muchos. Yo que vivo sola, me he descubierto, haciendo unas cosas totalmente absurdas en mi casa, que desde hace meses no entra otra persona que no sea yo. En cuanto a los "gobernantes" me paso el día diciendo, este es tonto, este es malo, y mandando a la mierda a todo el que abre la boca, ¡ Madre mía! en manos de quien estamos. Yo sinceramente creo que doblar la curva de la estupidez va a ser tarea casi imposible.
    Un abrazo.

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    1. Creo que no eres la única que manda a la mierda a los políticos en cuanto salen en la tele. Yo no solo les llamo tontos del cu..., es que además los "adorno" con unos cuantos epítetos que no voy a reproducir aquí por educación.
      El crispamiento entre la gente está cada vez más elevado. Tengo un amigo que no suele soltar tacos casi nunca y ahora, cuando sale el tema de cómo se está gestionando la pandemia, se desata y es un malhablado, algo que yo le comprendo muy bien.
      Un besote grande, Pura.

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  6. Creía que te había dejado un comnetario y veo, perplejo, que no es así. ¿Será que a mí también me está afectando la paranoia pandémica? Mas bien creo que la omisión ha sido debida a que ya había leído tus peripecias en facebook y ya daba el tema por zanjado, je,je.
    Veo que sigues en la línea de convertir algo tan dramático en casi irrisorio. Y, de hecho, reconozco que me he reído en más de una ocasión. Reír para no llorar. Somos un poco como el payaso que ríe por fuera y llora para sus adentros. Y es que, en cierto modo, estamos viviendo en un circo. Nosotros somos los animalillos adiestrados que hacen y tienen que hacer lo que les ordena el domador, y si no, zas, un latigazo o un buen palo.
    No sé cómo ni cuándo terminara este suplicio. Veo buena voluntad en algunos dirigentes y en bastantes ciudadanos, pero todavía sobrevuela una malsana impericia en muchos de los primeros y una buena dosis de imbecilidad por parte de muchos de los segundos. Con parches no se va a ninguna parte, pero con métodos expeditivos parece que tampoco. ¿Dónde está el equilibrio? Creo que el equilibrio no existe, o no puede existir, de ahí que estemos todos cada vez más desequilibrados.
    Un beso.

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    1. Tú que me sigues por FB ya te suena todo y es normal que te hagas un lío. No te preocupes, no eres el único ;) En mi descargo, alegaré que lo de publicar en FB fue por petición de un par de amigas que no son de pasar por el blog, pero sí de conectarse a la otra red social a todas horas.
      La verdad es que entre los dirigentes incompetentes y los irresponsables que se toman las normas a chacota, se ha juntado el hambre con las ganas de comer. Y esto también me cabrea porque soy de la opinión que esta pandemia la podríamos controlar poniendo cada uno un poco de nuestra parte, pero se ve que lo de pensar y ser responsable para algunos como que no va con ellos.
      En fin, tomaremos el asunto como mejor podamos e intentaremos sobrevivir a esos idiotas que tantas piedras ponen en el camino de una manera u otra.
      Un besote.

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  7. Ahora la que esta cabreada soy yo, Elche esta con restricciones y los bares y restaurantes al 50% y las piscinas municipales cerradas, y en fin que vamos mal muy mal, en fin, creo que no se tomen medidas drásticas esto va de mal en peor. Y como le digo a mi marido las Navidades las veo pero que muy mal y como Jorge no pueda salir de Madrid de aquí entonces me da un algo, de modo que veremos pero no soy nada optimista lo siento.
    Te ruego por favor que sigas con ese humor, al menos me sacas unas risas y me olvido de todo esto por un rato, uf.
    Al menos durante unos días me queda el buen sabor de boca de nuestra estancia en Valencia y eso es lo bueno que me queda.
    Un besote y mucho ánimo.

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    1. Es curioso, ahora que los madrileños no podemos salir de la ciudad, se han disparado los casos en muchas otras provincias, no sé a quién le van a echar la culpa ahora (es broooooma).
      Yo creo que tu hijo sí podría salir de Madrid porque él está empadronado en Elche y, se supone, que acudir a su domicilio está permitido. Otra cosa es que se establezcan nuevas normas, pero con el actual confinamiento (que sirve para más bien poco), la movilidad reducida es un cachondeo.
      Estas navidades van a ser muy austeras, o deberían, porque algunos parece que no están dispuestos a renunciar a juntarse toda la familia aunque sean muchos, no se dan cuenta que el virus no distingue entre un señor que va por la calle o un hermano, por muy familiar que sea de uno. Ya veremos, pero este invierno la cosa se complicará.
      Haces bien en escaparte, si el confinamiento de turno te lo permite, a darte una vuelta y airearte. Desconectar siempre viene bien. Yo, de momento, el único turismo que hago desde hace más de un mes (salvo cuando me voy a la universidad a trabajar), se reduce a hacer la compra en mi barrio y, como mucho, irme paseando hasta el Retiro para estirar las piernas.
      Un beso y paciencia.

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  8. Menos mal que tu tienes buen humor. Aquí estamos en alerta roja y subiendo cada día más casos. Ya estoy trabajando y los primeros días con toda la planta sospechosa y nosotras trabajando con los Epis. Ya me decían que mejor no iría es horrible. Pero todo se pasó y no hay nadie contagiado. Es triste ver a los abuelos tan tristes. Espero que no vaya a más. Un abrazo.

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    1. En las residencias de ancianos debe de ser tristísima esta situación, no me la puedo ni imaginar.
      Ten mucho cuidado, Mamen, la cosa está muy negra. Esperemos salir de esta.
      Un abrazo.

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