Leer, el remedio del alma

Leer, el remedio del alma
Imagen creada por Ilea Serafín

19 de septiembre de 2019

Instrucciones para turistas despistados


Con esta publicación abro la subsección hispana de la sección «Do yo speak English?», o sea, que inauguro con este texto lo que amenacé con hacer en el post de reincorporación al blog: Do you speak English? And Spanish?


    Hace unos meses leí una noticia sobre un estudio en el que se evaluaba el comportamiento de los españoles al viajar, o mejor dicho, al contarlo. El estudio en cuestión venía a decir que nuestros compatriotas son los más mentirosos a la hora de contar sus viajes. Parece ser que cuando tenemos que hablar sobre nuestro último viaje a los compañeros de trabajo o al vecino de arriba, tendemos a adornar “ligeramente” la experiencia ahorrando detalles negativos como que llovió la mitad del tiempo, como que el hotel era un antro o que nos tiramos cinco días con diarrea por comer marisco en mal estado en el chiringuito de la playa.
    Al ver estos resultados yo llegué a dos posibles conclusiones, a saber, o yo no soy española o me encuentro en el pequeñísimo porcentaje que cuenta cómo le va en sus vacaciones tal cual. Y ya os aviso que no me va bien.
   Cuando me voy al extranjero no me suele ir bien por culpa, generalmente, del idioma. A lo largo de varias publicaciones ya di cuenta de los inconvenientes con los que me he enfrentado cuando traspaso la frontera (Do you speak English?). Pero el caso es que dentro de España tampoco consigo resultados satisfactorios (Vacaciones con Murphy) , y cosa del idioma no es, así que empiezo a sospechar que hay algún gen que codifica la habilidad para viajar y que yo no poseo, o lo tengo acallado en un rinconcito de mi genoma.
     De todas formas, creo saber cuál es el principal motivo para que mis viajes sean bastante desastrosos: mi despiste. No saber interpretar un mapa es un grave defecto para desenvolverse por lugares desconocidos. Muchos, según leáis esto, pensaréis «Bueno, ahora está el GPS. Ya no hacen falta mapas.» El problema es que una servidora se lleva fatal con esos sistemas de geoposición (El GPS y yo).
    Por eso, cuando una viajera despistada y gpsfóbica, como yo, se encuentra en su deambular letreros informativos, lo agradece en el alma. Aunque algunas veces la orientación que dan algunos carteles es algo confusa y más que ayudar lo que hacen es acabar de despistar.
    Por ejemplo, hace años hice una ruta de senderismo por tierras de Teruel, en cierta fase del camino el grupo de caminantes fuimos a dar a una carretera secundaria donde se veía un cartel enorme que ponía «ATENCIÓN PELIGRO: gravillas sueltas» Yo no sé qué manera se tiene para llamar a esas piedras pequeñas que se desprenden de las rocas en otras zonas de España, pero en mi barrio se dice ‘grava’. No obstante, nada más leerlo pensé en el término ‘grava’ pero como en el asfalto no había ninguna piedra, ni pequeña ni grande, me quedé en la duda. Para más escarnio, el guía que nos llevaba por la ruta era un bromista muy cachondo él, y cuando, en mi ingenuidad, le pregunté a qué se refería el cartel con eso de ‘gravillas’, va el tío y me suelta:
      ―Son vacas, aquí en Teruel a las vacas se las llama gravillas.
   Todos los del grupo captaron enseguida la broma, menos yo porque sé que los maños son muy suyos ―aunque me pareció una irresponsabilidad utilizar argot en un cartel que avisa de un peligro, la verdad―. Cuando llevaba como unos cinco kilómetros mirando a derecha e izquierda por si salía algun astado con intenciones perversas, mi marido me preguntó por qué estaba tan alerta, al contestarle el motivo me sacó de mi error mientras, a la vez, meneaba la cabeza con compasión mirándome de reojo.
    Ya he comentado lo mal que me llevo con el GPS, pero a lo que se ve no soy la única. En una aldea encantadora de Asturias me encontré este cartel a la entrada del pueblo.


    Me pareció excelente que el ayuntamiento avisara tan amablemente del peligro que suponen esos artilugios del demonio. En cuanto vi el letrero juro que aplaudí.


    En otro pueblecito de montaña, en esta ocasión de Cantabria, el aviso me dejó algo descolocada y reflexiva. ¿Exactamente de qué quería avisar? ¿Que los balcones son peligrosos? Si hubiera estado en Mallorca lo hubiera visto lógico, por lo del balconing y los guiris, pero en Potes… También se me ocurrió que podía ser que en aquellas tierras tuvieran la insana costumbre de tirar cosas por la ventana por lo que, otra vez, me dediqué a caminar con prevención, esta vez mirando hacia las ventanas de las casas.
    De todas maneras, aunque algunos carteles lleven a confusión yo prefiero que me adviertan. Cuanta más información obtenga más segura me siento. Más vale prevenir que curar, o que perderse.




24 comentarios:

  1. España es muy diversa en todo, y las maneras de nombrar son muy peculiares y diferenciadas de unas zonas a otras. También producen situaciones simpáticas y divertidas com las que comentas en esta entrada, querida Paloma.
    Yo también prefiero carteles que adviertan y que sirvan para guiar al senderista, viandante o lo que sea. Este pasado martes andábmos haciendo senderismo por Rascafría en la sierra norte madrileña y las indicaciones de la ruta que debíamos seguir brillaban por su ausencia o por el inmenso deterioro en que se encontraban los pocos que aún existían. ¡Una penita!
    Un beso

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    1. Hola, Juan Carlos.
      Los carteles informativos de la sierra madrileña tienen un problema grave de mantenimiento, algunas administraciones cuando hacen presupuestos para gestionar determinados servicios se olvidan de añadir la palabra (y el concepto) 'mantenimiento' con lo que la inversión a largo plazo se convierte en un gasto efímero e inútil.
      De nada sirve que pongan carteles si luego no los mantienen, los limpian o los pintan, ya que el sol y la lluvia hacen de las suyas.
      Otra publicación aparte merecerían esos carteles que apenas se pueden leer o descifrar, para eso casi mejor que no haya nada.
      Un beso.

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  2. ¡Hola!
    Jajaja, aquí en Asturias decimos gravilla, pero me ha encantado tu inocencia con lo de las vacas.
    Ay LLueves...mi pueblín está relativamente cerca.
    Y lo de Potes despista un poco, jejeje.
    A mí en los viajes me pasa de todo, pero lo tomamos como anécdotas y nos reímos.
    Muy feliz viernes.

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    1. Hola, Gema.
      Yo también creo que hay que tomarse los inconvenientes de los viajes como anécdotas que sirven para echarse luego unas risas. Aunque al principio pases apuros, luego te das cuenta de que son cosas graciosas.
      Un besote y buen inicio de semana.

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  3. Como siempre, haces gala de un humor exquisito que hace que leerte se ameno y que al llegar al final, una se quede con ganas de más. Es lo que me ha pasado, que me ha sabido a poco.
    Es buena idea hacer fotos de esos carteles que se ven y que la dejan a una perpleja. Yo una vez encontré uno en un portal que decía “Prohibido orinar en el ascensor”. Imagínate lo que habrían visto en esa comunidad de vecinos.
    Seguiré esperando las entradas de esta nueva serie.
    Un beso.

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    1. Hola, Rosa.
      Algunos carteles dan para mucho. Ahora con los móviles es fácil capturar la imagen, lo que me pasó con la gravilla fue en los años noventa y por entonces no había móviles ni uno tenía una cámara de fotos a mano tan fácilmente.
      En Varsovia, mi hija fotografió un cartel en el metro donde ponía el dibujo de un hombre orinando y con una cruz para indicar que estaba prohibido, pero es que debajo había otro dibujo con unos genitales masculinos y una tijera para indicar que al infractor le cortaban salva sea la parte.
      Gracias por ser tan fiel con el blog. En estos momentos mi asiduidad bloguera deja bastante que desear por mi situación laboral y apenas tengo tiempo ni para publicar ni para leer otros blogs, espero volver a la normalidad en pocas semanas.
      Un besote.

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  4. Este verano fue noticia un camionero que "aconsejado" por su GPS encajonó su trailer en un pequeño pueblo. A su paso destrozó tuberías, paredes, balcones, etc. También es cierto que iba colocado y con ansiedad por ver a su novia, ja,ja,ja. Por eso la iniciativa de Llueves creo que se va a extender a otros municipios.
    Un beso Paloma y te dejo una cosita sobre los viajes :)
    https://www.youtube.com/watch?v=JcCXXHknUbc

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    1. Hola, Miguel.
      A mí el GPS me vuelve loca muchas veces, además, algunas indicaciones más que ayudar, descolocan, como cuando me dice eso de "manténgase a la derecha para torcer a la izquierda". Yo no digo que contraten a un académico de la lengua para que redacte las frases pero una buena revisión sintáctica no les vendría mal, la verdad.
      Estupendo Leo Harlem, y sincero pues ya dice que tiene un blog de viajes para fardar, ja, ja, ja.
      Un beso.

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  5. Me encanta tu sentido del humor y como cuentas las cosas, ains me he quedado con ganas de más.
    Yo también me llevo mal con el dichoso GPS porque mas de una nos ha hecho, de modo que no eres la única.
    Y carteles si es cierto los hay muy curiosos la verdad.
    Un besote.

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    1. Hola, Tere.
      De vez en cuando iré contando cositas de mis viajes por España, así que ya te irás enterando de más anécdotas.
      El GPS tiene sus limitaciones y conmigo creo que se ponen de manifiesto en toda su crudeza, también contaré más cosas.
      Un besote grande, guapa.

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  6. Je, je, je... La verdad es que soy muy mal viajante, y cuando paso vacaciones en "territorio desconocido" o son lugares de playa o son viajes organizados. Mi espíritu aventurero parece empezar y acabar en el papel. En Barcelona también se suele llamar gravilla. Lo del aviso de los balcones, sin duda advertir que si pasan camiones más altos se pueden llevar los balcones. La duda que se me plantea es que si un transportista no ve que va a chocar contra un balcón. ¿Cómo vera ese cartel?
    En una ocasión, me vino un señor que quería denunciar al metro de Barcelona porque no estaba señalizado el borde del andén para advertir del peligro de acercarse demasiado. Era hace años. El hombre recibió un "toque del tren al llegar", nada grave. De todas formas pensé, si no has visto llegar el tren ¿cómo vería el aviso? Aun así, quiso ver la grabación de las cámaras, por si el tren se hubiera salido de las vías para golpearlo. En fin... Una entrada muy divertida, Paloma. Un abrazo!!

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    1. Hola, David.
      Muchos quieren echar la culpa de su despiste a la mala señalización cuando de nada sirve una señal si no se ve o no se sabe interpretar. Yo también creo que un balcón bajo es más visible que un cartel, empezando porque para leer el texto hay que detenerse más en el detalle.
      Lo de creer que el tren del metro se salió de las vías para golpear a un usuario ya es de traca, me recuerda a un viajero del metro de Madrid que se hizo un lío perdiéndose y argumentó que el tren había cambiado de rumbo y había tomado otro camino diferente (lo que implicaba que se había cambiado de línea). En fin, para algunos los carteles no son la única solución para no perderse, y me temo que yo estoy entre esas personas.
      Un abrazo.

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  7. Una vez más tengo que darte la razón: los españoles (no sé si también incurren es este pecado otros ciudadanos extranjeros) somos muy mentirosos a la hora de hablar de nuestras "hazañas". Y una vez más debo aclarar que, aunque utilice la primera persona del plural, no me incluyo en ese grupo. Siemore me han fastidiado esas personas que nunca pillan caravana en la carretera aunque hayan pasado por ella el mismo día y a la misma hora y yo, y un servidor se ha tenido que tragar una cola de mil demonios, o el que dice haber hecho el trayecto en coche de Barcelona a Madrid en 4 horas cuando a mí me cuesta más de cinco, sin contar las paradas de descanso. Hay mucho fantasma a quien le encanta dar envidia o simplemente fanfarronear (supongo que ellos son los primeros envidiosos). En los viajes, todos, absolutamente todos, hemos sufrido algún contratiempo por pequeño que sea (yo he sufrido bastantes y alguno de armas tomar; quizá algún dia lo cuente). Y en cuanto al GPS, no digo que no sea útil, pues al final llegas a tu destino, pero no veas por donde te lleva, que a veces, haciéndole caso, he estado a punto de despeñarme. En nuestro reciente viaje por Asturias, mi mujer me dijo: ¿cómo nos lo hacíamos antes sin el GPS? Pues mirando los mapas y preguntando, le contesté, jeje. Y en cuanto a las señalizaciones, ese es otro cantar, pues hay algunas que son denunciables de lo erróneas o confusas que son. Recuerdo, hace años, en Irlanda, en un cruce, que en un mismo poste se apuntaba en direccione opuestas la misma población adonde queríamos llegar. ¿Derecha o izquiera? Ya sé que todos los caminos llevan a Roma, pero quizá uno de esos caminos señalados implicaba dar la vuelta a la isla. Afortunadamente, los irlandeses (por lo menos los que conocimos y tratamos) son gente muy amable y un señor, a cuya puerta llamé (pues el lugar estaba prácticamente desierto), nos acompañó hasta el cruce y nos aclaró por dónde debíamos ir para llegar sanos y salvos.
    En fin, viajar en muy bonito e interesante, y creo que, muy a nuestro pesar, esas anécdotas acaban de darle un toque especial, porque aunque en su momento maldigas a todo quisqui, luego te ríes un montón recordándolo y contándolo a los amigos, incluso a esos a los que nunca les pasa nada malo, jajaja.
    Un beso.

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    1. Hola, Josep Mª.
      El GPS en su afán de darte la vía más cómoda lo que hace es fastidiarla, creo que todo se basa en que los conceptos de vía "rápida" o "cómoda" no coinciden con los de los mortales (al menos con los míos). Tengo en el tintero varias anécdotas a cuenta de esto que ya iré contando por aquí, pero que el GPS considere una vía cómoda una carretera que atraviesa un pueblo donde las casas están literalmente metidas en la carretera... Manda narices.
      Creo que esas anécdotas que pasan en todos los viajes luego le dan el punto especial al recuerdo, yo de todo lo que vi y recorrí el verano pasado en Picos de Europa lo que más recuerdo es el pirado que se escapó con una escopeta y que estuvo la Guardia Civil buscando en las cercanías de mi hotel, mira tú por dónde.
      A mí también me revientan los que recorren el mismo trayecto que tú en la mitad de tiempo y sin atascos. Encima es que no entiendo qué pretenden con esas fanfarronadas, porque no consiguen engañar a nadie.
      En fin, ya iré desahogándome por esta sección con más cosas que me pasan y que yo no intento maquillar para nada.
      Me encantaría conocer tus desencuentros con el GPS, para no sentirme tan sola en mis desventuras, ja, ja, ja.
      Un beso grande.

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  8. ja, ja, ja Lo bueno es que te lo tomas con humor, Paloma. Y a nosotros tus anécdotas nos hacen reír, :)
    La verdad es que en mi caso soy bastante buena viajera y quitando alguna cosilla como por ejemplo: una intoxicación alimenticia, ironía a parte, no suelen pasarme muchas cosas. Solo la necesidad de viajar más y no poder hacerlo.
    Y es verdad: más vale prevenir que curar; nunca se sabe.
    Un beso.

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    1. Hola, Irene.
      A pesar de todos los inconvenientes que suele tener cuando cojo las maletas, me encantaría viajar más, pero el presupuesto no me lo permite. Además, estoy en la idea de que cuanto más viaje más experimentada seré y menos cosas malas me pasarán... (esto no me lo creo ni yo, ja, ja, ja).
      La verdad es que las anécdotas son las que dan el toque especial a los viajes, y el motivo que los hace más entrañables. Creo que tomárselo con humor es lo mejor para no amargarse cuando un viaje no sale como uno esperaba.
      Un beso grande, guapa.

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  9. Viajar es bueno, y me gusta. Y claro que cuando alguien quiere compartir su experiencia, puede ser interesante escucharlo. Con los que tengo un problema es con los exhibicionistas que ya con Instagram y otras cosas han encontrado su nicho para pegarle al muy conocedor, el campeón de los viajes, el conocedor de alta clase. Aaaaaah, me enervan todos esos zombies.

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    1. Hola, Alexander.
      Sí que es frustrante para quienes viajan con conocimiento y con cierta seriedad, encontrarse tanto postureo en redes como Instagram, donde el supuesto viajero solo quiere hacerse la foto para que la vean los demás.
      Recuerdo un viaje a Picos de Europa donde asistimos a un atardecer precioso, unos colores en el cielo que se mezclaban con las nubes que empezaban a adueñarse de las cumbre, había bastante gente empeñada en hacerse los puñeteros selfies para captar el ángulo más 'guay' y cuando los vi yo me pregunté si estarían realmente dándose cuenta de la belleza que tenía ese momento y que, para nada iba a captar la cámara de un teléfono móvil.
      Gracias por tu visita y tu comentario.
      Un saludo.

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  10. Hola Paloma aquí la tardona a la que has hecho sonreír con esa gravilla,el GPS y esos carteles. A ver yo mucho no lo entiendo al GPS pero con los mapas antiguos era peor, recuerdo una vez que se suponía que yo tenía que guiar y lo llevaba al revés y lo peor es que ni diciéndomelo lo veía, así que ya ves que muy buena guía no soy.
    Sobre esas ganas de contar lo que no es, no tenía ni idea que ostentábamos ese patético record pero es cierto que a veces es algo cargante hablar con esas personas que sus viajes son siempre de absolutamente todo perfecto según lo planeado, que no encuentran nunca ni una sola caravana ni un incidente y de esos hay muchos y no solo con los viajes, es lo que hay.
    A mi me parece de lo más gracioso leer o escuchar sobre estas anécdotas con las que todos en algún momento nos encontramos y no pasa nada.
    Un beso enorme y a seguir con este humor y frescura que tanto nos hace disfrutar

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    1. Hola, Conxita.
      No sabes lo tranquila que me has dejado cuando has contado eso de que tú los mapas los mirasl "al revés" porque a mí eso ya me ha pasado más de una vez, con el resultado de que en lugar de acercarme a mi destino lo que hice fue alejarme (cunando iba 'hacia arriba', en realidad debería ir 'hacia abajo'). Creo que algunos no tenemos sentido de la orientación y hay que asumirlo. En mi caso lo soluciono con la compañía de un estupendo viajero, mi marido, que tiene una gran facilidad para orientarse y para memorizar rutas. Menos mal.
      Yo también creo que si en un viaje las cosas no salen como uno esperaba no hay que hacer un drama, tan solo tomárselo con humor y reírse en la medida de lo posible, pues, al fin y al cabo, uno está de vacaciones y a lo que se va es a disfrutar.
      Un besote grande, guapa.

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  11. Eres chachi y con una facilidad de contar las cosas que te pasan en los viajes y en la vida con mucho humor.Yo con el GPS no tengo experiencia porque no tengo y me tengo que fiar de los mapas. Pero una buena anécdota la tuvo un autobús que tenía que venir a buscarme la primera que le pillaba de paso antes de recoger a mis amigas. Pues el pobre chofer haciendo caso del GPS puso mi calle y le mandó por la carretera de circunvalación al lugar donde me tenía que recoger por un túnel que a la entrada ponía prohibido paso de camiones y autobuses. Pues pasó y fue a salir a una cuesta que se estrechaba con escaleras y coches aparcados y el bus se encajonó en la baranda de las escaleras. Tuve que llamar a la policía local para que lo sacaran de allí. Tardaron casi dos horas en sacarlo, moviendo los coches aparcado. Ese viaje nos llevó con retraso a las primeras visitas. ¿Cuántas anécdotas se pueden contar? pero con tu gracia eres inmejorable. Quizás cuando llegue al turno de mi dia en londres os cuente anécdotas en ver de lugares. Un abrazo.

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    1. Hola, Mamen
      Las noticias están llenas de casos como el que comentas, hace poco hablaron de un camión que se quedó trabado en una carretera muy estrecha y también fue en el País Vasco.
      La tecnología está muy bien pero no debemos fiarlo todo a las máquinas, también hay que utilizar el sentido común.
      Me alegra que te hayas divertido con mis experiencias, creo que la vida hay que tomársela con humor si es posible.
      Un besote.
      PD. Con lo que viajas tú, seguro que también tienes un montón de anécdotas que contar ;

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  12. Hola! Tu entrada trae aires frescos y un punto de vista distinto y abierto.gracias por tu trabajo excelente.abrazosbuhos

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Hada verde:Cursores
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