Leer, el remedio del alma

Leer, el remedio del alma
Imagen creada por Ilea Serafín

18 de abril de 2016

Regreso a Roma (Segunda Parte)

Regreso a Roma (Segunda Parte)
Do you speak English?
Piazza de Spagna

   Al contrario que la vez que recorrí Roma en compañía de mis descerebradas amigas esta vez no nos perdimos, si acaso algún rodeo innecesario en alguna ocasión pero de poca importancia. 

   La que sí se perdió fue la Loba Capitolina –una réplica de la escultura que representa a Luperca, la loba que amamantó a Rómulo y Remo–, pues anduvimos buscándola y no estaba en el lugar que, según nuestro mapa, debía de estar. Como faltaban pocos días para la Semana Santa pensamos que quizás se había tomado unas vacaciones. Evidentemente, la loba no se movió del lugar en el que está emplazada, fuimos nosotros que no nos dimos cuenta que las escaleras que conducen hasta la plaza donde está ubicada no eran una escalinata más de las que abundan en la ciudad y que tan pesadas se hacen de subir cuando se lleva caminando todo el día, por lo que pasamos de largo y no pudimos saludar a tan famosa nodriza.

Castillo Sant'Angelo

   Como esta vez no teníamos un horario estricto para regresar por la noche pude disfrutar de “Roma, la nuit”, o mejor dicho “Roma, la notte”. Roma por la noche tiene su encanto, aunque a algunos lugares da igual el tipo de luz que los ilumine porque el Castillo Sant’Angelo es igual de feo de noche que de día. Sin embargo pasear por la Via dei Fori Imperiali a la luz de las farolas con tu pareja debe de ser muy romántico. Digo ‘debe’ porque aunque yo paseé de la mano de mi marido, en la otra mano estaba agarrada mi hija y al lado caminaban mis suegros y mis cuñados, así que la situación muy romántica no era. No obstante el paseo fue sumamente agradable.

   Para lugar romántico y encantador la Piazza Navona. Las fuentes que la adornan son dignas de admiración, las construcciones del palacio Pamphili y de la iglesia de Santa Inés son merecedoras de encomio y las facturas de las terrazas que se encuentran en la plaza son de juzgado de guardia, ¡menudo robo! Esa plaza está muy bien para pasear y si uno necesita sentarse mejor que lo haga en el reborde de las fuentes y no en las sillas de sus restaurantes porque en ese caso será víctima de un atraco a mano armada. 

Piazza Navona
   Otro día estuvimos visitando el Circo Máximo, un lugar grandioso y espectacular. En el pasado era allí donde se celebraban carreras de carros, en el presente es allí donde los romanos se manifiestan en contra de sus presidentes del gobierno. Yo, que iba dispuesta a imaginarme a Ben-Hur compitiendo contra el malvado Messala, lo único que pude imaginar fue a Berlusconi agarrado a una rubia despampanante mientras sus gobernados se desgañitaban dedicándole improperios. (Sé que la famosa carrera de cuadrigas de Ben-Hur se desarrolla en Judea y no en Roma pero mi acervo de carreras romanas es muy pobre).
Circo Máximo lleno de manifestantes
    Cuando estuvimos visitando la iglesia de Santa María in Cosmedín, también vimos la Bocca della Verità. Es una máscara de mármol que se encuentra en el atrio de la iglesia. Cuenta la leyenda que si uno introduce la mano en la ranura que simula la boca de esa máscara y ha cometido adulterio el demonio que se encuentra dentro se queda con la mano. 

   La foto que se hacen todos los turistas es al lado de la máscara e introduciendo la mano en dicha ranura. A mí la pose no me atraía nada, no porque tuviera miedo de quedarme sin mano –ni soy adúltera ni, aunque lo fuera, me creo que haya ningún demonio ‘come manos’–. Mi reticencia a introducir la mano ahí se debía a que muchos opinan que esa máscara era la tapa de una cloaca de la época de los antiguos romanos, y francamente, con ese pasado no me parecía muy higiénico tocar ese orificio. Ya sé que han transcurrido muchos siglos desde que la máscara tuvo la función de sumidero de aguas fétidas pero las bacterias fecales me dan mucho repelús.

Bocca della Verità
   La que no tuvo ningún inconveniente en introducir la mano en la boca fue mi suegra, y además, libre de todo prejuicio, se permitió la libertad de gastar una broma pues en el momento en que una servidora se disponía a disparar la cámara fotográfica, se puso a gritar como si le estuvieran cortando la mano. Sus hijos y su marido, que saben lo gamberra que puede ser, ni se inmutaron. Yo me quedé algo cortada pues no sabía si hacer la foto o aguardar a que su expresión fuera algo más dulce y los alemanes que estaban esperando para hacerse su propia foto estuvieron a punto de llamar a emergencias pues se creyeron que le estaba pasando algo malo de verdad. Los teutones en general no tienen sentido del humor y esos en concreto, desde ese día, no tienen buen concepto de los españoles.

 Al igual que la primera vez, estuve en la Fontana de Trevi, y al igual que aquella vez, tiré una moneda. Como sé que lo de la moneda es efectivo estoy esperando volver a Roma. Aún no se ha cumplido ese deseo pero no pierdo la esperanza y sé que voy a visitar una vez más esa maravillosa ciudad. Cuando lo haga ya os lo contaré.



Kirke  


26 comentarios:

  1. Qué ciudad sabrosa e interesante ha de ser Roma, Kirke. Gracias a tu relato ilustrado he disfrutado de un hermoso paseo por ella. Muchas gracias!

    Un beso grande ;)!

    Fer

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Roma es una ciudad preciosa que merece ser visitada muchas veces.
      Me alegro que hayas disfrutado con este viaje virtual.
      Un beso, Fer.

      Eliminar
  2. Jajajaja, yo también estoy esperando que se cumpla lo de volver, pero solo mis hijos volvieron, nosotros seguimos a la espera.
    Me ha encantado el post, a mí me atracaron, como bien dices, en las terrazas de la plaza Navona y como somos tontos también en la Plaza del Popolo, pero yo me consolaba diciendo que al fin y al cabo es una vez en la vida...o dos.
    Besos y un post genial, como siempre, lo de la loba nodriza me ha hecho reír.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Todas las ciudades tienen sus lugares turísticos donde abusan de los precios pero lo de la Pza. Navona me pareció de escándalo. Creo recordar que nos cobraron por cinco cañas y dos refrescos casi 40 euros.
      En fin, la próxima vez si tengo sed y paso por allí beberé de la fuente.
      Un beso.

      Eliminar
  3. La loba Capitolina casi se nos pasa a nosotros, es tan pequeñita. Y, al igual que tú, espero volver algún día porque es una ciudad con mucho encanto y me quedaron algunas obras de arte por fotografiar (me traje conmigo tan sólo 1680 fotitos de nada, jeje). Besotes

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. La primera vez que fui a Roma sí conseguí ver la loba y a punto estuve de pasar de largo pues es tan pequeña que casi no se ve.
      Espero que vuelvas y hagas las fotos que no pudiste hacer la primera vez (1680 fotos!! ¿seguro que se te quedó algo sin fotografiar?)
      Un besote.

      Eliminar
  4. Por cierto, pensaba que te seguía porque te tengo en mi lista de blogs pero al parecer no lo hacía así que ya lo he arreglado.

    ResponderEliminar
  5. Me has hecho recordar todo. Lo del castillo Sant Angelo, feo de día y de noche, no tiene desperdicio, pero me parto con lo de tu suegra, qué buen humor tiene la mujer...y anda que tú con lo de Berlusconi...

    No ha habido mejor forma de empezar el lunes que sonriendo con tus letras, Kirke.

    ¡Yo también quiero volver a Roma! Eché la moneda, pero se ve que aún no ha hecho su efecto.

    Kisses!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. El castillo a mí me parece bastante feo. Pero sobre gustos no hay nada escrito. De hecho el Palacio de Justicia a mí me gustó y mi padre, que vivió un año en Roma, me comentó que entre los romanos tiene fama ese edificio por ser muy feo y que dicen que al primero que deberían haber juzgado allí fue al arquitecto que lo diseñó. Ya ves.
      Un beso, Chelo

      Eliminar
  6. Leer esta crónica ha sido como pasear por esos lugares que yo también visité años atrás. Lo has descrito con una sencillez y a la vez gracejo literario que da gusto leerte.
    Por cierto, el truco de la Fontana de Trevi para lograr volver está en la moneda que lanzas. Si eres más bien rácano no te concede el deseo. Hay que echar, por lo menos, un euro, no calderilla, jajaja.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No recuerdo qué moneda eché, pero un euro seguro que no.
      La primera vez que fui también eché una moneda y no me acuerdo de cuál fue, pero dada mis penurias económicas por aquellos tiempos tampoco creo que me estirara mucho; y sin embargo funcionó.
      No sé quién está detrás de ese truco ¿no será el ayuntamiento con afán recaudatorio? ;)
      Un abrazo, Josep Mª

      Eliminar
  7. Pues yo no tengo la suerte de haber paseado todavía por las calles de la ciudad, pero antes de morir tengo que hacerlo y mejor que no me encuentre con el tal Berlusconi Mafiosi.
    si quieres leer la descripción de una carrera en el circo máximo de forma espectacular agarra fuerte la trilogía de Santiago Posteguillo y disponte a vibrar con su narración.
    Besos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Yo creo que Berlusconi ya no es una amenaza, ni para Roma ni para los turistas de paso (al menos eso espero yo por el bien de los italianos).
      La trilogía de Posteguillo está ya lista para atacarla pero como es tan extensa me da un poco de pereza.
      Un beso.

      Eliminar
  8. Yo como Francisco todavía no he pasado por Roma, bueno de España solo he salido poco. Solo hice un crucero por ciudades Europeas y no visité ni París. Pero tengo muchas ganas de conocer Italia y las Islas Griegas. Pero de momento me conformo con tus relatos que me haces reír con tus aventuras. Un abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Si alguna vez pasas por Roma ya sabrás lo que no hay que hacer leyendo mis anécdotas.
      Cuando fui a Grecia me quedé con ganas de conocer algunas islas. Para otra ocasión.
      Me alegro que te hayas divertido.

      Eliminar
  9. Yo he estado dos veces y no me resisto a ir una tercera vez si es posible, pero ahora me apetece más ir cuando se pueda a Oporto, es posible que lo haga cuando haga mi viaje de novios, en fin que volver quiero volver, y pasear por la noche en Roma en una gozada, te lo digo yo que si lo hice las dos veces una mas romántica y la otra no pero de igual manera muy agradable.
    Lo que me he podido reír con la mención de tu suegra y la boca de la verdad y tú mención a Berlusconi jejej muy bueno. un beso y me encanta seguir tus aventuras viajeras. TERE.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. El alumbrado de los edificios en Roma da un ambiente muy acogedor y con ese clima tan benigno que tiene la zona pasear por sus calles es una delicia; en plan romántico, en plan familiar o en el plan que sea.
      Un beso, Tere.

      Eliminar
  10. Qué gracia, Kirke. Una de las veces que fui a Roma, fui con mi madre, las dos solas y mi madre, como tu suegra es muy gamberra y ¡me hizo lo mismo en la Bocca della verita: metió la mano y empezó a tirar y a hacer como que no podía sacarla. En este caso los turistas eran como ochenta japoneses que esperaban detrás de mi madre y que miraban alucinados mientras yo no sabía si morir de risa o de vergüenza.
    Por cierto, mi primer contacto con Roma, en este caso con mi marido a solas, fue de noche por el foro romano. Fui todo el paseo con los pelos erizados de tanta belleza.
    Ay, qué recuerdos me ha traído tu estupenda reseña!!
    Un beso y muchas gracias por ellos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. El bromear cuando te haces la foto en la Boca de la verdad es bastante habitual, pero ese día los únicos latinos (y por lo visto los únicos con ganas de broma) éramos nosotros y los que estaban detrás no pillaron la gracia.
      Mi suegra me dijo que en la película "Vacaciones en Roma" Gregory Peck también hace una broma a Audrey H. Yo no lo recordaba.
      Encantada de despertarte recuerdos agradables.
      Un beso.

      Eliminar
  11. Yo diría que todo os ha ido muy bien en esta segunda ocasión, que a buen seguro no será la última ya que habéis cumplido con el ritual de la moneda y la fuente :)) Lobas perdidas, teutones sin sentido del humor, robos perpetrados con impunidad en terrazas y bromas de tu suegra aparte, ha sido un viaje genial para tí y para nosotros. Yo, al menos, lo he disfrutado mucho :))

    Leerte me ha traído muchos recuerdos de mi corta estancia allí y de un libro que leí hace poco y que transcurre en gran parte en Roma. ¡¡Ainssss qué añoranza!!

    Genial como siempre, Kirke. Ojalá que esta sección no se acabe nunca :D

    Un beso enorme y feliz tarde!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ese tipo de viajes, con amigos o con la familia, si se hace con buen talante (que es el que hay que tener) siempre son divertidos y recordándolos se vuelve a vivir un poquito esos buenos momentos.
      Añora Julia, que así volverás a esa ciudad.
      Un besote.

      Eliminar
  12. ¡Hola, Kirke!
    Acabo de descubrirte y me ha encantado leerte. Me has hecho echarme unas risas que me han venido genial.
    Un abrazote. Y gracias.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Reír es una magnífica terapia, así que estoy encantada que te hayas divertido con mis anécdotas.
      Un abrazo, Sue.

      Eliminar
  13. Hola, Kirke, gracias a la buena publicidad que te ha dado Julia en su blog he entrado en él y veo que me gusta, tanto esta entrada como las reseñas que visualicé (la entrada sobre Roma con más detenimiento). Para seguir leyéndote, suscribo tu blog, así me aparecerás en mi escritorio de blogger. Un beso.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Julia es una estupenda compañera y además muy generosa al describirme. Me alegro que sus descripciones te hayan animado a pasarte por aquí. Desde ahora puedes considerar este blog como si fuera tu casa; pasa cuantas veces quieras.
      Eres muy bienvenida.
      Un beso.

      Eliminar

Hada verde:Cursores
Hada verde:Cursores