tag:blogger.com,1999:blog-36680510047442122252024-03-18T10:34:53.779+01:00Leer, el remedio del almaLeer es como besar, a quien lo hace a menudo se le nota en la lengua.Kirke Buscapinahttp://www.blogger.com/profile/00298107768900476677noreply@blogger.comBlogger642125tag:blogger.com,1999:blog-3668051004744212225.post-48292809368262708172024-03-17T10:19:00.003+01:002024-03-17T10:19:25.543+01:00No fue para tanto<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjDRg2MYMfTQo4WjIuqyXgFj2WEuj69RVNnAIgBgxHCRZvTgT5V9rwQyt02C4YmM9wfiz4mcZA704PEGo6YeX3p_QVMBPA3CM3tw_6jiUfQEXnTZY_Vfyr_SFXTcgFw3itvg9_LA4x8PxMzE-GlsAX0T8u2IicJ9gExyqqz9Kcxq2EF-hBQgneZftQxNXKP/s1640/No%20fue%20para%20tanto.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="924" data-original-width="1640" height="360" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjDRg2MYMfTQo4WjIuqyXgFj2WEuj69RVNnAIgBgxHCRZvTgT5V9rwQyt02C4YmM9wfiz4mcZA704PEGo6YeX3p_QVMBPA3CM3tw_6jiUfQEXnTZY_Vfyr_SFXTcgFw3itvg9_LA4x8PxMzE-GlsAX0T8u2IicJ9gExyqqz9Kcxq2EF-hBQgneZftQxNXKP/w640-h360/No%20fue%20para%20tanto.png" width="640" /></a></div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1.0cm;"><br /></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1.0cm;">Qué mal llevan algunos que se les contraríe. Desde luego hay que tener
mucho cuidado cuando se hace oposición. Milenios llevo pagando mi indisciplina
y, de verdad, no fue para tanto.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1.0cm;">Sigo pensando que mi rebeldía estaba fundamentada. Tanta norma y orden
estrictos me pareció excesivo. Yo solo quería algo más de relax y un poco de
diversión. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1.0cm;">Soberbia dijeron que era mi pecado, y mi manera de actuar, orgullo y
prepotencia. Que si me creía el amo, que si era un envidioso. Las altas esferas
me denigraron y me rebajaron a lo execrable. De hecho, ahora encarno el mal.
Peor que yo, nada ni nadie.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1.0cm;">El asunto empezó cuando me postulé para un ascenso. Le propuse al jefe
que me situara a su derecha y que me consultara cuando fuera a crear o
dictaminar algo relacionado con el orbe y su funcionamiento, porque para algo
me llamaba Lucifer, «portador de luz»: eso es lo que yo pretendía, aportar luz
y esplendor. ¡Cómo se enfadó! Se puso hecho una furia. Empezó a lanzar rayos y
truenos. Claro que yo también me alteré, primero porque no es soberbia querer
prosperar, y segundo, porque quien no acepta consejos ese es el soberbio. Total,
que no solo no me ascendió, sino que me despidió expulsándome del cielo.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1.0cm;">Me sentó mal, las cosas como son, pero tampoco me importó demasiado. El
cielo es muy aburrido y, además, el color blanco, muy soso; es mucho más
elegante el negro. Eso sí, desde entonces no he recibido más que insultos, que
digo yo que eso tampoco es muy caritativo, tanto que presumen de bondad allá
arriba.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1.0cm;">Fue tal el empeño en desprestigiarme que hasta el nombre me quitaron,
ahora soy Satán, o Satanás, que significa «adversario». El apelativo no está
mal, aunque a mí me hubiera gustado más «opositor», así me veo yo. Eso de que
todos piensen igual, también es muy tedioso. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1.0cm;">A veces, ni me nombran, sencillamente soy «el diablo». Y eso también me
agrada porque si alguien dice «ángel» hay que especificar para diferenciar
entre el ejército de adláteres de Dios, en cambio, si se dice «diablo» se
refiere única y exclusivamente a mí. He ganado protagonismo, y que conste que Él,
el de arriba, es quien me lo ha dado y eso que se quejaba de que yo era un egocéntrico.
<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1.0cm;">Sigo pensando que fue un error expulsarme del organigrama celestial. A
los humanos les infundo pavor (un miedo interesadamente incentivado por quienes
quieren denigrarme para justificar mi despido), pero, lo cierto, es que les
habría ido mucho mejor si hubiera estado a la derecha de Dios, para aconsejarle
y evitar algunas salidas de tono cuando pierde los papeles: el jefe, al
enfadarse, también tiene lo suyo, y si no que se lo pregunten a los de Egipto
cuando les mandó las diez plagas. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1.0cm;">Reconozco que a mí también me va la marcha, pero tengo otra visión muy
diferente sobre qué es castigar. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1.0cm;">Yo, por ejemplo, prefiero ofrecer tentaciones: sexo, gula, desenfreno. Quien
acepta mi ofrecimiento se condena y no podrá ir al cielo, pero ¿y lo bien que
se lo pasa mientras? Eso hay que tenerlo en cuenta. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1.0cm;">Además, el cielo está sobrevalorado. A mí tampoco se me permite ir allí,
pero ya estuve en él y puedo comparar. Ahora no tengo normas ni control. Es muy
cómodo. Dispongo de absoluta libertad, hago lo que quiero y me da igual si
alguien se ve perjudicado por mis acciones. Además, es muy fácil conseguir
adeptos, apenas me tengo que esforzar, en cambio, mi oponente cada día pierde
seguidores y es lógico, no pueden pecar y así la vida es muy aburrida.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1.0cm;">Puedo estar en muchos sitios a la vez, una capacidad estupenda que no me
fue retirada al castigarme y que me encanta. Uno de los lugares que más
frecuento se halla en un parque de Madrid, allí se ubica una estatua en mi
honor. Son pocos los escultores que se han atrevido a representarme, pero ésta,
además, me muestra al natural. Normalmente me encarnan con cuernos, ojos de
loco, una barba ridícula de chivo y pezuñas de cabra: un espanto. Sin embargo, en
esa escultura estoy muy guapo, como yo soy (podría disculparme por la
inmodestia, pero no lo haré porque esta es otra prerrogativa de ser el diablo).
Es cierto que la postura en la que estoy es algo incómoda, pero ya me he
acostumbrado.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1.0cm;"><span style="text-indent: 1cm;">Cuando por allí me quedo observo a los viandantes y las múltiples
actividades que se desarrollan en la plazuela donde está mi escultura. Los
viernes se ponen a hacer taichí unos ancianos patéticos que me hacen carcajear
con sus poses pseudo orientales (¿de verdad se creen que eso que hacen es taichí?).
Los sábados viene un grupo de patinadores principiantes, es divertidísimo ver
los esfuerzos que hacen por mantener el equilibrio y no caerse: hace dos
semanas, uno se estampó contra un árbol, se rompió varios huesos y se lo
llevaron en ambulancia, fue para partirse de la risa. Los domingos acude a
bailar rumba un nutrido grupo de mujeres que, más que bailar, lo que hacen es
echarle los tejos al monitor, un mulato todo músculo y que sabe menear el
trasero de maravilla; uno de esos domingos, en cinco minutos, conseguí desatar
la lujuria en todas las participantes, incluidas dos septuagenarias que ya se
habían olvidado de lo que significa un orgasmo. Me lo paso fenomenal.</span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1.0cm;"><o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1.0cm;">Creo que, a Dios, castigándome, le salió mal la jugada porque ahora es
cuando tengo lo que yo quería. Viendo cómo me va, no fue para tanto.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1.0cm;"><o:p> </o:p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjrOkv-PQ0ippkW_sLc8qgOX3UIRJDHiN79n0yNKxShH7w98TPsU8EAzj-fy_wGJuqA71X8o6objAJNfQndJP-M-sSKFDqZwZNMYCx5BGaZzLWmjB1oSZ1ODb9RFgLCIoAK61XNWNhyphenhyphenskUbtaVXgFXnUNX_56-c2fdw5N9tSI4zJKKIE5Jg9xyggY03XCRd/s1280/Brujas.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="212" data-original-width="1280" height="53" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjrOkv-PQ0ippkW_sLc8qgOX3UIRJDHiN79n0yNKxShH7w98TPsU8EAzj-fy_wGJuqA71X8o6objAJNfQndJP-M-sSKFDqZwZNMYCx5BGaZzLWmjB1oSZ1ODb9RFgLCIoAK61XNWNhyphenhyphenskUbtaVXgFXnUNX_56-c2fdw5N9tSI4zJKKIE5Jg9xyggY03XCRd/s320/Brujas.jpg" width="320" /></a></div><br /><p></p>
<p class="MsoNormal"><o:p> </o:p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEjxJjpEjnczAxsv6VZijVYeE7dcKifObhuEhgcz11I1fNgML0gyMJisPrNNgGq4JiNalP7NECYGmPlZxUufLf_h7MfDMK2zUSoE3vwMAyy6ec05EeQlCesjagCOS8wWKJ_WjVGurJri_lPh7HDoyC5Z7k0lzuKiDOhrwBCDg74kZFiFKFklQOAJXQQebbre" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" data-original-height="414" data-original-width="486" height="170" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEjxJjpEjnczAxsv6VZijVYeE7dcKifObhuEhgcz11I1fNgML0gyMJisPrNNgGq4JiNalP7NECYGmPlZxUufLf_h7MfDMK2zUSoE3vwMAyy6ec05EeQlCesjagCOS8wWKJ_WjVGurJri_lPh7HDoyC5Z7k0lzuKiDOhrwBCDg74kZFiFKFklQOAJXQQebbre=w200-h170" width="200" /></a></div><br /><br /><p></p>Kirke Buscapinahttp://www.blogger.com/profile/00298107768900476677noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-3668051004744212225.post-5640765439691399932024-03-12T11:18:00.002+01:002024-03-12T11:18:30.364+01:00Billete de ida y vuelta (Segunda Parte)<p> <a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEieUYR7BhZaC49e5Ups-ZO9lLYHkyS-ADVpnel2eJiGkcLIfVfOWV88QCKsLca2IkwNaVJkRb8ByEEbp663kip33WYqb8ZoLZpu_bYEZKTwrmGJeHkWV5WZEWVWeCtfmWLDdS-eu56RJ11bTgTFaL0K8pQZ0al_h-d9pceybKntWZjoRXjaJwkV55vwEo2x/s1920/Billete%20de%20ida%20y%20vuelta.png" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em; text-align: center;"><img border="0" data-original-height="1080" data-original-width="1920" height="360" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEieUYR7BhZaC49e5Ups-ZO9lLYHkyS-ADVpnel2eJiGkcLIfVfOWV88QCKsLca2IkwNaVJkRb8ByEEbp663kip33WYqb8ZoLZpu_bYEZKTwrmGJeHkWV5WZEWVWeCtfmWLDdS-eu56RJ11bTgTFaL0K8pQZ0al_h-d9pceybKntWZjoRXjaJwkV55vwEo2x/w640-h360/Billete%20de%20ida%20y%20vuelta.png" width="640" /></a></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><i>Jalisco
(Nueva España<a href="file:///C:/BLOG/ESCRITOS/RELATOS/08-TEMPORADA%202024/10-Billete%20de%20ida%20y%20vuelta%20(II).docx#_ftn1" name="_ftnref1" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><b><span style="font-family: "Constantia",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-language: AR-SA; mso-bidi-theme-font: minor-bidi; mso-fareast-font-family: Aptos; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">[1]</span></b></span><!--[endif]--></span></a>), 20
de noviembre de 1564<o:p></o:p></i></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><i> </i><span style="text-align: left; text-indent: 1cm;">—</span><span style="text-indent: 1cm;">¡Este
cura es un fastidio! ¡Mal rayo le parta!</span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;"><o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;">Quien así protestaba era el estibador del puerto de Barra de Navidad.
Desde hacía dos semanas la nueva expedición a las islas Filipinas traía de
cabeza a todo el personal del puerto de Jalisco. Equipar las cinco naves con
sus pertrechos para los trescientos cincuenta hombres que irían en ellas suponía
un arduo trabajo, pero en este caso, además, se sumaba la concienzuda labor del
fraile encargado de organizarla: Andrés de Urdaneta y Ceraín.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;"><span style="text-align: left;">—</span>Pobre
Andresillo <span style="text-align: left; text-indent: 0px;">—</span>exclamó
un marinero observando al estibador desde la cubierta de una de las naos<span style="text-align: left; text-indent: 0px;">—</span>,
anda como pollo sin cabeza.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;"><span style="text-align: left;">—</span>Tiene
razón en quejarse <span style="text-align: left; text-indent: 0px;">—</span>replicó
un compañero que observaba también el trajín previo a la partida<span style="text-align: left; text-indent: 0px;">—</span>. Ese
fraile es muy pesado, creo que se excede en embarcar tanta fruta a bordo.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;"><span style="text-align: left;">—</span>Dice
que es para que no se nos caigan los dientes durante la travesía. Que los
alimentos frescos evitan la enfermedad que hace sangrar las encías<a href="file:///C:/BLOG/ESCRITOS/RELATOS/08-TEMPORADA%202024/10-Billete%20de%20ida%20y%20vuelta%20(II).docx#_ftn2" name="_ftnref2" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "Constantia",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-language: AR-SA; mso-bidi-theme-font: minor-bidi; mso-fareast-font-family: Aptos; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">[2]</span></span><!--[endif]--></span></a>. Parece
un hombre cultivado y que sabe lo que hace.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;"><span style="text-align: left;">—</span>Puede,
pero tanto coco y piña… Donde esté un buen potaje... Además, a qué tanto
mandar, se supone que quien gobernará esta escuadra será el almirante Legazpi, ¿por
qué no se encarga él del avituallamiento?<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;"><span style="text-align: left;">—</span>Porque
es hombre de tierra, la única vez que se ha subido a un barco fue para venir
desde España hasta aquí.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;"><span style="text-align: left;">—</span>Mal
empezamos, si no sabe gobernar un barco, difícil veo llegar a las Filipinas.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;"><span style="text-align: left;">—</span>Eso
pienso yo, pero tú tranquilo, en la nao capitana, la nuestra, será el fraile
quien pilote, y ese es experto en navegación, así que nosotros nada hemos de
temer.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;"><span style="text-align: left;">—</span>¡Qué
raro! Un monje navegante.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;"><span style="text-align: left;">—</span>Antes
fue militar, participó en varias expediciones y estuvo muchos años en las
Molucas. Es viajado. Dicen que tiene un hijo, de su época de juventud. Se hizo
agustino ya cumplidos los cuarenta años.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;"><span style="text-align: left;">—</span>Un
almirante inexperto, un fraile padre de un hijo y con pasado militar. Vive Dios
que este viaje ya comienza de extraña manera. Quiera la Virgen que lleguemos
sin contratiempos.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;"><span style="text-align: left;">—</span>Amén.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><i>Isla de Cebú
(Filipinas), 25 de abril de 1565</i></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="text-align: left; text-indent: 1cm;">—</span><span style="text-indent: 1cm;">Pues
no se nos ha dado mal la travesía y la conquista, ¿verdad, páter?</span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;"><o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;">Miguel López de Legazpi sonreía ufano desde el castillo de popa frente a
la costa de una de las islas Filipinas. Su interlocutor, en cambio, presentaba
un semblante serio.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;"><span style="text-align: left;">—</span>No
os confiéis. Bien es cierto que hasta ahora todo ha marchado estupendamente,
mas creo que tenemos delante el principal escollo de nuestro viaje <span style="text-align: left; text-indent: 0px;">—</span>contestó
Andrés de Urdaneta.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;"><span style="text-align: left;">—</span>Vamos,
padre. No seáis pesimista. El viaje hasta estas islas transcurrió sin problema,
tan solo tardamos tres meses en atravesar el Pacífico y sin bajas que lamentar.
He de reconocer que, la salvaguarda de la tripulación, fue gracias a vuestros
desvelos e interés en embarcar grandes cantidades de alimentos frescos.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;">El fraile no pudo evitar sonreír ante el halago de su superior.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;"><span style="text-align: left;">—</span>Además,
en poco menos de cuatro meses hemos sometido casi todo el archipiélago. Ha sido
realmente fácil.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;">Legazpi se sentía orgulloso de la campaña, una gran cantidad de islas
habían sido conquistadas sin apenas esfuerzo. Guam, Samar, Leyte y muchas más
estaban ya bajo su mando, algo que le agradaba sobremanera pues Felipe II,
además de darle el cargo de almirante y general de la armada, también le había nombrado
gobernador de las tierras conquistadas lo que ahora le convertía en un hombre
poderoso.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;"><span style="text-align: left;">—</span>No
entiendo que os mostréis taciturno, señor Urdaneta <span style="text-align: left; text-indent: 0px;">—</span>insistió el almirante algo
contrariado ante la actitud del fraile. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;"><span style="text-align: left;">—</span>Vos
mismo lo acabáis de decir. Hemos sometido <i>casi</i> todo el archipiélago.
Delante tenemos la isla donde el jefe Humabon mandó asesinar en un banquete a casi
treinta hombres de Magallanes después de que éste fuera muerto en la cercana
isla de Mactán. Son gentes traicioneras estos isleños.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;"><span style="text-align: left;">—</span>No
os preocupéis, ese jefe hace años que está ardiendo en el infierno.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;"><span style="text-align: left;">—</span>Cierto
es, pero ahora gobierna su hijo, el rajah Tupas. De tal palo, tal astilla.
Puede que nos espere el mismo trato. Quiera Dios que la delegación que habéis
enviado traiga buenas noticias.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;">El agustino se santiguó mientras, en susurros, rezaba un padrenuestro.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;"><span style="text-align: left;">—</span>Mirad,
páter. Ahí están nuestros hombres.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;">En ese momento, una chalupa con la delegación a la que hacía alusión el
fraile, llegó hasta la nao capitana. Una vez que los pocos integrantes
estuvieron a bordo, el almirante fue a saber la respuesta al ofrecimiento que
se les había hecho a los habitantes de Cebú que, básicamente, consistía en una
rendición sin condiciones. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;">Legazpi se acercó al cabecilla de la delegación y, sin necesidad de
preguntar nada, éste contestó ante la mirada inquisitiva del almirante:<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;"><span style="text-align: left;">—</span>Han
dicho que no. Están reuniendo a los guerreros, he podido ver más de dos mil
acantonados en las cercanías del palacio del jefe. Van a presentar batalla,
señor.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;"><span style="text-align: left;">—</span>Os
lo dije, estos no son como los de las otras islas <span style="text-align: left; text-indent: 0px;">—</span>espetó el agustino.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;"><span style="text-align: left;">—</span>Bien,
pues yo no soy como los integrantes de la expedición de Magallanes. Si no
aceptan por las buenas, será por las malas. Mañana sabrán mi respuesta.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;">Al día siguiente los habitantes de Cebú conocieron dicha respuesta por
parte de Legazpi: estuvieron todo el día recibiendo cañonazos que dejaron
arrasada toda la ciudad cercana a la costa. Cuando cesaron los cañonazos, una
canoa fue al encuentro de la nao capitana.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;">Un emisario de Tupas se dirigió a Legazpi hablando en su lengua. El intérprete
tradujo: <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;"><span style="text-align: left;">—</span>Dice
que quieren firmar un acuerdo de paz.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;">Urdaneta sonrió satisfecho; le hubiera gustado tener delante a quienes
cuestionaron su decisión de elegir a su primo Legazpi como almirante. Buenas
razones asistían al fraile y en esos momentos estaba muy claro el porqué.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><i>Isla de San
Miguel (Filipinas), 1 de junio de 1565<o:p></o:p></i></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><i> </i><span style="text-align: left; text-indent: 1cm;">—</span><span style="text-indent: 1cm;">Dejo
a vuestro gobierno, tal como os encomendó nuestro rey y señor, las islas y yo
me pongo en manos de Dios y de Nuestra Señora para que nos acompañe en la
búsqueda del tornaviaje.</span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;"><o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;">Urdaneta dio un fuerte abrazo a su pariente y ahora gobernador de todas
las islas Filipinas. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;"><span style="text-align: left;">—</span>¿Estáis
seguro por dónde regresar a Nueva España? <span style="text-align: left; text-indent: 0px;">—</span>preguntó Legazpi.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;"><span style="text-align: left;">—</span>Creo
que, yendo más al norte, hacia las islas del Japón, hay corrientes favorables
que nos llevarán a las costas de donde partimos hace ocho meses. Con la ayuda
de Dios llegaremos <span style="text-align: left; text-indent: 0px;">—</span>contestó
el agustino.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;"><span style="text-align: left;">—</span>Confío
más en vuestro criterio que en el patrocinio celestial si os soy sincero, fray
Andrés. Muchos hombres han desaparecido cuando, encomendándose a la Virgen y a
Cristo, quisieron llegar a Nueva España y de nada les sirvió, ahora son pasto
de los peces o, lo que es peor, presos de Portugal <span style="text-align: left; text-indent: 0px;">—</span>replicó Legazpi, un hombre
pragmático a todas luces.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;"><span style="text-align: left;">—</span>Sea
como fuere, esperemos la ayuda de Dios.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><i>Acapulco, 8
de octubre de 1565<o:p></o:p></i></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><i> </i><span style="text-align: left;">—</span><span style="text-indent: 1cm;">Alabado
sea el Señor que nos ha concedido la merced de regresar a Nueva España. Somos
los primeros en realizar tamaña hazaña.</span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;"><o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;">Andrés de Urdaneta se arrodilló nada más pisar tierra. Habían encontrado
la corriente favorable para ir por el Pacífico desde el este al oeste<a href="file:///C:/BLOG/ESCRITOS/RELATOS/08-TEMPORADA%202024/10-Billete%20de%20ida%20y%20vuelta%20(II).docx#_ftn3" name="_ftnref3" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "Constantia",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-language: AR-SA; mso-bidi-theme-font: minor-bidi; mso-fareast-font-family: Aptos; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">[3]</span></span><!--[endif]--></span></a>. El
viaje había durado ciento treinta días, recorriendo más de catorce mil
kilómetros, a una media de ciento treinta al día, lo que se considera una
proeza y a la que contribuyó seguir esa corriente propicia.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;"><span style="text-align: left;">—</span>Señor,
acabáis de entrar en la Historia <span style="text-align: left; text-indent: 0px;">—</span>añadió
el segundo de a bordo<span style="text-align: left;">—</span><span style="text-indent: 1cm;">. Y yo os agradezco, en nombre de toda la tripulación, vuestro empeño en embarcar gran cantidad de fruta, de lo contrario no habríamos llegado todos vivos dado lo largo del viaje.</span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;"><o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;"><span style="text-align: left;">—</span>He
cumplido con la misión que se me encomendó. Ahora solo pretendo regresar a mi convento
de Nueva España, recluirme y dedicarme a la lectura y a la contemplación. Esto de
viajar es muy fatigoso.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;"><span style="text-align: left; text-indent: 37.7953px;">—</span>Me
temo, señor, que eso aún habrá de esperar. Debéis comunicar a nuestro soberano vuestro
hallazgo.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;">El agustino asintió abatido, obedecer órdenes reales era más cansado de
lo que uno podía pensar. Antes de cumplir con sus propios deseos debería
realizar un último viaje. Agachando la cabeza y con una sonrisa de resignación se
dijo:<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;"><span style="text-align: left; text-indent: 37.7953px;">—</span>Al
menos, la ruta de ida y vuelta desde América a España ya está muy trillada.<o:p></o:p></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: center; text-indent: 1cm;"><b><span style="color: red;">FIN</span></b></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;"><o:p> </o:p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgh-HHBI0d4he1eLjIUkPtRuvt37LNzbiPb13tsZLQlqNvHTQFe7MWBpcwIC1FbyQ20RjZnPwSIZiWtaYVPE4-xRaiiSJHubtwqS3V3ZAA3ooALppgaee0B3GYQmqLab-sb1Styk_CvYb9jDKdYoXxd5DTlN-Bq2tyqgQaeYaOlizz1uhWGRu79NTZIBlJ8/s626/Firma.png" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="561" data-original-width="626" height="179" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgh-HHBI0d4he1eLjIUkPtRuvt37LNzbiPb13tsZLQlqNvHTQFe7MWBpcwIC1FbyQ20RjZnPwSIZiWtaYVPE4-xRaiiSJHubtwqS3V3ZAA3ooALppgaee0B3GYQmqLab-sb1Styk_CvYb9jDKdYoXxd5DTlN-Bq2tyqgQaeYaOlizz1uhWGRu79NTZIBlJ8/w200-h179/Firma.png" width="200" /></a></div><br /><p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;"><span style="color: #2b00fe;">NOTA DE LA AUTORA<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;"><span style="color: #2b00fe;">A pesar de la modestia de su artífice, el llamado tornaviaje se
convirtió en una ruta crucial para el comercio del imperio español y un punto
de inflexión para conectar todas las posesiones del vasto territorio en manos
de Felipe II. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;"><span style="color: #2b00fe;"> Las naves (conocidas con el
genérico nombre de Galeón de Manila) podían cruzar el océano Pacífico entre los
puertos de Nueva España en América y el de Manila en Filipinas. Esta ruta funcionó
durante más de dos siglos, propiciando el comercio entre Asia y América y, por
lo tanto, España. Tal importancia tuvo que la ruta era secreto de estado y solo
los capitanes de las escuadras conocían el derrotero exacto bajo juramento y
penas rigurosas si revelaban sus conocimientos. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;"><span style="color: #2b00fe;">Cincuenta años después de la muerte de Colón, los galeones de Manila
cumplieron su sueño de llegar a Asia navegando por el oeste.</span><o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal"><o:p> </o:p></p>
<div><!--[if !supportFootnotes]--><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEgVHHkUbBDlnkZqQjtk2EkkJt9HLPWVu1LyMh1D4H-oz79jfAtSFls5iFXOvkdc8RiyKjUloiXSucJ3PfMQJd92UC4MoYNaVJpH6PBe550iJoGO66vrl8GKhH1j5Lv3BdQcKFWpyhsFtFs9M7J_6BD5Tk7qv4HlaYqaFrqFZHejCH_HERkYbGmwAjh_kqWp" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" data-original-height="414" data-original-width="480" height="173" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEgVHHkUbBDlnkZqQjtk2EkkJt9HLPWVu1LyMh1D4H-oz79jfAtSFls5iFXOvkdc8RiyKjUloiXSucJ3PfMQJd92UC4MoYNaVJpH6PBe550iJoGO66vrl8GKhH1j5Lv3BdQcKFWpyhsFtFs9M7J_6BD5Tk7qv4HlaYqaFrqFZHejCH_HERkYbGmwAjh_kqWp=w200-h173" width="200" /></a></div><br /><br clear="all" />
<hr align="left" size="1" width="33%" />
<!--[endif]-->
<div id="ftn1">
<p class="MsoFootnoteText"><a href="file:///C:/BLOG/ESCRITOS/RELATOS/08-TEMPORADA%202024/10-Billete%20de%20ida%20y%20vuelta%20(II).docx#_ftnref1" name="_ftn1" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "Constantia",serif; font-size: 10pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-language: AR-SA; mso-bidi-theme-font: minor-bidi; mso-fareast-font-family: Aptos; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">[1]</span></span><!--[endif]--></span></a>
México.<o:p></o:p></p>
</div>
<div id="ftn2">
<p class="MsoFootnoteText"><a href="file:///C:/BLOG/ESCRITOS/RELATOS/08-TEMPORADA%202024/10-Billete%20de%20ida%20y%20vuelta%20(II).docx#_ftnref2" name="_ftn2" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "Constantia",serif; font-size: 10pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-language: AR-SA; mso-bidi-theme-font: minor-bidi; mso-fareast-font-family: Aptos; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">[2]</span></span><!--[endif]--></span></a>
Escorbuto.<o:p></o:p></p>
</div>
<div id="ftn3">
<p class="MsoFootnoteText"><a href="file:///C:/BLOG/ESCRITOS/RELATOS/08-TEMPORADA%202024/10-Billete%20de%20ida%20y%20vuelta%20(II).docx#_ftnref3" name="_ftn3" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "Constantia",serif; font-size: 10pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-language: AR-SA; mso-bidi-theme-font: minor-bidi; mso-fareast-font-family: Aptos; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">[3]</span></span><!--[endif]--></span></a>
Actualmente se conoce como corriente Kuro Siwo<o:p></o:p></p>
</div>
</div><p></p>Kirke Buscapinahttp://www.blogger.com/profile/00298107768900476677noreply@blogger.com6tag:blogger.com,1999:blog-3668051004744212225.post-40437073376886026312024-03-03T11:38:00.006+01:002024-03-04T19:09:19.489+01:00Billete de ida y vuelta (Primera parte)<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEigMxnuutMW_WbPMTx5GcSVjOf0E7zT_lnMvYQf-nU7MeSxLTn5krM68CCivGTZQtN1M5ULbi5KhjzDEkeNuhNZWLq0ZWzpSGES7mBqLgdARuOmjmpDkamwVcRtUUjYJYDQr3SNWtLQIYnl7jH76ZczgU36b2h1Ezp5Y769_MA6LDNRUH149vLnyBWkHUry/s1920/Billete%20de%20ida%20y%20vuelta.png" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1080" data-original-width="1920" height="360" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEigMxnuutMW_WbPMTx5GcSVjOf0E7zT_lnMvYQf-nU7MeSxLTn5krM68CCivGTZQtN1M5ULbi5KhjzDEkeNuhNZWLq0ZWzpSGES7mBqLgdARuOmjmpDkamwVcRtUUjYJYDQr3SNWtLQIYnl7jH76ZczgU36b2h1Ezp5Y769_MA6LDNRUH149vLnyBWkHUry/w640-h360/Billete%20de%20ida%20y%20vuelta.png" width="640" /></a></div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;"><br /></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;"><span style="text-align: left; text-indent: 37.7953px;">—</span>Esto
es inaceptable. ¿Cómo que no se puede volver?<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;">El monarca paseaba iracundo de un extremo a otro de la espaciosa y
sobria sala en la que se encontraba con su secretario particular. Un frío
helador se colaba por los resquicios de las ventanas mal encajadas del alcázar,
aunque al rey no parecía afectarlo.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;"><span style="text-align: left; text-indent: 37.7953px;">—</span>Las
corrientes y vientos desfavorables hacen imposible regresar desde las islas
Filipinas a nuestras posesiones en ultramar. La única forma de volver es por el
oeste y ese es territorio de los portugueses, majestad.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;"><span style="text-align: left; text-indent: 37.7953px;">—</span>Pero
cómo voy a tener una propiedad en la que mis súbditos una vez que llegan se
tienen que quedar para siempre ante la imposibilidad de volver. Así no hay
manera de mercadear; de qué me sirve cargar naos con preciadas especias si no
se pueden traer aquí. Además, de seguir mandando barcos que no regresan, esas
islas acabarán llenas de gente.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;">El soberano se pasó la mano por sus rubios cabellos con el ceño fruncido.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;"><span style="text-align: left; text-indent: 37.7953px;">—</span>Antonio,
haz el favor de encontrar una solución, que para eso eres consejero y mi mano
derecha.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;"><span style="text-align: left; text-indent: 37.7953px;">—</span>Majestad,
lo que os cuento no es capricho. Muchos son los que han intentado hacer el
tornaviaje por el este sin éxito, lo único que han conseguido es perder gran
cantidad de hombres para al final volver a la ruta occidental acabando con sus maltrechos
cuerpos en una cárcel portuguesa. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;">Mientras esto decía, Antonio Pérez, el consejero de estado y hombre de
confianza de Felipe II, se acariciaba la morena barba.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;"><span style="text-align: left; text-indent: 37.7953px;">—</span>El
asunto es harto complicado <span style="text-align: left; text-indent: 37.7953px;">—</span>prosiguió
el consejero<span style="text-align: left; text-indent: 37.7953px;">—</span>.
El primero en intentar dicho tornaviaje desde las islas, apodadas en vuestro
honor Filipinas, fue el capitán Gómez de Espinosa, tripulante de la expedición de
Magallanes que buscó llegar a Panamá con la perjudicada nao Trinidad y que tuvo
que volver por occidente para ser apresado por los portugueses.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;">El monarca compuso un gesto serio. Aquella primera vuelta al mundo
realizada en tiempos de su padre fue un hito de la navegación, aunque muchos
quedaron por el camino, o muertos o presos, como el capitán Gómez de Espinosa
que anduvo muchos años de cárcel en cárcel hasta que, después de intensas
negociaciones y desembolsar buenos dineros, pudo regresar a España.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;"><span style="text-align: left; text-indent: 37.7953px;">—</span>El
siguiente en buscar la ruta de regreso por aguas españolas, para evitar el
apresamiento de los lusos, fue Saavedra, un leal a don Hernán Cortés <span style="text-align: left; text-indent: 37.7953px;">—</span>continuó
su enumeración Antonio Pérez<span style="text-align: left; text-indent: 37.7953px;">—</span>.
Dos veces lo intentó y las dos fracasó. Llegó desde las costas de Nueva España<a href="file:///C:/BLOG/ESCRITOS/RELATOS/CR%C3%93NICAS/Cr%C3%B3nicas%20del%20DESCUBRIMIENTO/11-BILLETE%20DE%20IDA%20Y%20VUELTA.docx#_ftn1" name="_ftnref1" style="mso-footnote-id: ftn1;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "Constantia",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-language: AR-SA; mso-bidi-theme-font: minor-bidi; mso-fareast-font-family: Aptos; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">[1]</span></span><!--[endif]--></span></span></a> a las de
Mindanao<a href="file:///C:/BLOG/ESCRITOS/RELATOS/CR%C3%93NICAS/Cr%C3%B3nicas%20del%20DESCUBRIMIENTO/11-BILLETE%20DE%20IDA%20Y%20VUELTA.docx#_ftn2" name="_ftnref2" style="mso-footnote-id: ftn2;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "Constantia",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-language: AR-SA; mso-bidi-theme-font: minor-bidi; mso-fareast-font-family: Aptos; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">[2]</span></span><!--[endif]--></span></span></a>, pero regresar
no pudo.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;"><span style="text-align: left; text-indent: 37.7953px;">—</span>Sin
embargo, descubrió nuevas tierras para nos y mayor gloria de Dios <span style="text-align: left; text-indent: 37.7953px;">—</span>interrumpió
Felipe II.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;">Las nuevas tierras a las que hacía alusión era la isla de Nueva Guinea<a href="file:///C:/BLOG/ESCRITOS/RELATOS/CR%C3%93NICAS/Cr%C3%B3nicas%20del%20DESCUBRIMIENTO/11-BILLETE%20DE%20IDA%20Y%20VUELTA.docx#_ftn3" name="_ftnref3" style="mso-footnote-id: ftn3;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "Constantia",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-language: AR-SA; mso-bidi-theme-font: minor-bidi; mso-fareast-font-family: Aptos; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">[3]</span></span><!--[endif]--></span></span></a>, nombre
sobrevenido porque el color oscuro de la piel y el pelo ensortijado de sus
habitantes recordaron a Saavedra a los naturales de la otra Guinea situada en
el continente africano.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;"><span style="text-align: left; text-indent: 37.7953px;">—</span>Así
fue, majestad, mas el retorno a Nueva España fue imposible. El tesón de
Saavedra hizo que lo intentara de nuevo sin encontrar la deseada ruta marítima
de regreso, mientras que lo que sí encontró fue la muerte.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;"><span style="text-align: left; text-indent: 37.7953px;">—</span>Dios
lo tenga en su gloria.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;"><span style="text-align: left; text-indent: 37.7953px;">—</span>Amén.
Hernández de Grijalva, Bernardo de la Torre, Ortiz de Retes son más nombres a
añadir al fracaso de encontrar el tornaviaje desde las islas orientales a las posesiones
de ultramar, majestad. Es imposible.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;"><span style="text-align: left; text-indent: 37.7953px;">—</span>Imposible.
Esa palabra no la acepto, Antonio. Imposible parecía conquistar un extenso y
desconocido nuevo mundo con un puñado de hombres y aquí me tienes, gobernando
unos territorios donde no se pone nunca el sol. Consejero, hay que buscar con
más empeño. Además, ¿qué pasa con Villalobos? No pienso dejarlo en aquellas lejanas tierras, ha de
regresar.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;"><span style="text-align: left; text-indent: 37.7953px;">—</span>Majestad, Ruy López de Villalobos lleva veinte años en Mindanao desde que partió de Nueva España, él
fue quien envió a Bernardo de la Torre a buscar la ruta de regreso y no hubo
manera. Creo que ya se ha hecho a la idea de quedarse allí.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;"><span style="text-align: left; text-indent: 37.7953px;">—</span>Siento
que le estoy traicionando. Fue él quien nombró las islas Filipinas así, en
homenaje a mi persona. Debemos hacer algo, querido Antonio.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;">Felipe II no era dado a sentimentalismos, pero, de vez en cuando, tenía
arranques emocionales hacia sus súbditos más leales. Muchos pensaban
que aquella faceta era la herencia portuguesa de su madre, María de Portugal;
desde luego esa ternura no podía provenir de su padre, un flamenco (de Flandes)
estirado y bastante antipático que tardó años en aprender el idioma del país
que le proporcionó riquezas y prestigio, aunque, finalmente, aceptara quedarse
a vivir en él por su benigno clima y su magnífica gastronomía, mucho mejores
que los de su país natal. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;"><span style="text-align: left; text-indent: 37.7953px;">—</span>La
misión se presenta muy difícil, pero… quizás… Hay alguien que pudiera daros
gusto majestad…<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;">El secretario se quedó pensativo provocando que el rey le mirara
intrigado. Así estuvo varios minutos.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;"><span style="text-align: left; text-indent: 37.7953px;">—</span>¡Antonio,
por Dios! ¡Desembucha, pardiez! <span style="text-align: left; text-indent: 37.7953px;">—</span>Felipe
II era adusto en el hablar, herencia flamenca (de Flandes) de su padre, pero,
también de vez en cuando, le salía el lenguaje llano de Castilla al ser nacido
en Valladolid.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;"><span style="text-align: left; text-indent: 37.7953px;">—</span>Andrés
de Urdaneta <span style="text-align: left; text-indent: 37.7953px;">—</span>fue
la escueta respuesta de Antonio Pérez a las exigencias de su soberano.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;">Viendo que el monarca empezaba a impacientarse, el consejero prosiguió.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;"><span style="text-align: left; text-indent: 37.7953px;">—</span>Es
un fraile agustino, versado en el arte de navegar, con grandes conocimientos en
cartografía y muy ilustrado. Formó parte de la expedición de Loaísa<a href="file:///C:/BLOG/ESCRITOS/RELATOS/CR%C3%93NICAS/Cr%C3%B3nicas%20del%20DESCUBRIMIENTO/11-BILLETE%20DE%20IDA%20Y%20VUELTA.docx#_ftn4" name="_ftnref4" style="mso-footnote-id: ftn4;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "Constantia",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-language: AR-SA; mso-bidi-theme-font: minor-bidi; mso-fareast-font-family: Aptos; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">[4]</span></span><!--[endif]--></span></span></a>; estuvo
viviendo en las Molucas más de diez años y allí aprendió y tomó buena nota de
todos los que anduvieron buscando la ruta de regreso a nuestros territorios de ultramar.
Se ha documentado bien basándose en los errores de sus predecesores.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;"><span style="text-align: left; text-indent: 37.7953px;">—</span>Que
sepa por dónde no hay que ir no quiere decir que sepa dónde está la ruta
adecuada <span style="text-align: left; text-indent: 37.7953px;">—</span>argumentó
pragmático Felipe II que tenía una mente sumamente analítica, en este caso herencia
flamenca (de Flandes) de su padre.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;"><span style="text-align: left; text-indent: 37.7953px;">—</span>Tenéis
razón, majestad. Mas él cree que hay que intentarlo por otra zona más al norte,
cerca de las islas del Japón; una ruta diferente a las intentonas anteriores.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;"><span style="text-align: left; text-indent: 37.7953px;">—</span>Evidente,
esas fueron un fracaso, lo que demuestra que por ahí no se va. Es de cajón <span style="text-align: left; text-indent: 37.7953px;">—</span>espetó
el monarca aflorando sus raíces vallisoletanas<span style="text-align: left; text-indent: 37.7953px;">—</span>. ¿Y dónde está ese agustino
navegante?<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;"><span style="text-align: left; text-indent: 37.7953px;">—</span>En
Nueva España. Quiere organizar una expedición que vaya hasta las Filipinas y
desde allí retornar. Aunque exige condiciones. Desea que dicha expedición sea
gobernada por Miguel López de Legazpi y… no sé yo.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;"><span style="text-align: left; text-indent: 37.7953px;">—</span>Te
veo reticente, Antonio. ¿Qué le pasa a ese Legazpi?<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;"><span style="text-align: left; text-indent: 37.7953px;">—</span>Es
un buen militar, pero no tiene experiencia como marino, majestad.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;"><span style="text-align: left; text-indent: 37.7953px;">—</span>Entonces
no entiendo la petición del agustino, siendo como me dices tan versado en lo suyo,
desear que gobierne una expedición marítima alguien que no sabe marinear.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;"><span style="text-align: left; text-indent: 37.7953px;">—</span>Urdaneta
cree que le será útil cuando estén en tierra firme. Esas islas son revoltosas y
aún falta mucho para doblegarlas. Os recuerdo que en una de ellas a Magallanes
le dieron matarile<a href="file:///C:/BLOG/ESCRITOS/RELATOS/CR%C3%93NICAS/Cr%C3%B3nicas%20del%20DESCUBRIMIENTO/11-BILLETE%20DE%20IDA%20Y%20VUELTA.docx#_ftn5" name="_ftnref5" style="mso-footnote-id: ftn5;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "Constantia",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-language: AR-SA; mso-bidi-theme-font: minor-bidi; mso-fareast-font-family: Aptos; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">[5]</span></span><!--[endif]--></span></span></a> <span style="text-align: left; text-indent: 37.7953px;">—</span>Antonio
Pérez, aunque estuviera delante del monarca más poderoso del planeta, también
podía ser muy campechano en el hablar por ser nacido en Madrid.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;">Felipe II se quedó pensativo y, tras unos minutos de meditación,
dictaminó con la majestuosidad que se esperaba de él.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;"><span style="text-align: left; text-indent: 37.7953px;">—</span>Doy
mi plácet. Sea.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;">El secretario hizo una elegante reverencia (aunque fuera madrileño sabía
ser solemne cuando se lo proponía) y se dirigió a preparar los documentos que
dieran plena potestad a Andrés de Urdaneta para organizar y preparar la
expedición desde Nueva España a Filipinas con el propósito de encontrar la
ruta de vuelta o tornaviaje.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;">Continuará…<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;"><o:p> </o:p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhjGmGsN5xqbQQLPHaLSDi3-SOP9JWSRki03tsYzxwOARGe2x8twRJHvVEbBPjYTC4hhDN7kGQFx2YfRu_ecCb2tM9QOx1riqdDYuIUOQN9-zAdh73wPkFMPVffRIGwh-TFprwcpKgTmQJVRWMF4WGE5xUjODaJT5IQMTKXngHVQRKvOzBPGvJrV3R9VrrX/s626/Firma.png" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="561" data-original-width="626" height="179" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhjGmGsN5xqbQQLPHaLSDi3-SOP9JWSRki03tsYzxwOARGe2x8twRJHvVEbBPjYTC4hhDN7kGQFx2YfRu_ecCb2tM9QOx1riqdDYuIUOQN9-zAdh73wPkFMPVffRIGwh-TFprwcpKgTmQJVRWMF4WGE5xUjODaJT5IQMTKXngHVQRKvOzBPGvJrV3R9VrrX/w200-h179/Firma.png" width="200" /></a></div><br /><p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;"><o:p> </o:p></p>
<div style="mso-element: footnote-list;"><!--[if !supportFootnotes]--><br clear="all" />
<hr align="left" size="1" width="33%" />
<!--[endif]-->
<div id="ftn1" style="mso-element: footnote;">
<p class="MsoFootnoteText"><a href="file:///C:/BLOG/ESCRITOS/RELATOS/CR%C3%93NICAS/Cr%C3%B3nicas%20del%20DESCUBRIMIENTO/11-BILLETE%20DE%20IDA%20Y%20VUELTA.docx#_ftnref1" name="_ftn1" style="mso-footnote-id: ftn1;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "Constantia",serif; font-size: 10pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-language: AR-SA; mso-bidi-theme-font: minor-bidi; mso-fareast-font-family: Aptos; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">[1]</span></span><!--[endif]--></span></span></a>
México.<o:p></o:p></p>
</div>
<div id="ftn2" style="mso-element: footnote;">
<p class="MsoFootnoteText"><a href="file:///C:/BLOG/ESCRITOS/RELATOS/CR%C3%93NICAS/Cr%C3%B3nicas%20del%20DESCUBRIMIENTO/11-BILLETE%20DE%20IDA%20Y%20VUELTA.docx#_ftnref2" name="_ftn2" style="mso-footnote-id: ftn2;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "Constantia",serif; font-size: 10pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-language: AR-SA; mso-bidi-theme-font: minor-bidi; mso-fareast-font-family: Aptos; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">[2]</span></span><!--[endif]--></span></span></a>
Segunda isla más grande de las Islas Filipinas.<o:p></o:p></p>
</div>
<div id="ftn3" style="mso-element: footnote;">
<p class="MsoFootnoteText"><a href="file:///C:/BLOG/ESCRITOS/RELATOS/CR%C3%93NICAS/Cr%C3%B3nicas%20del%20DESCUBRIMIENTO/11-BILLETE%20DE%20IDA%20Y%20VUELTA.docx#_ftnref3" name="_ftn3" style="mso-footnote-id: ftn3;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "Constantia",serif; font-size: 10pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-language: AR-SA; mso-bidi-theme-font: minor-bidi; mso-fareast-font-family: Aptos; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">[3]</span></span><!--[endif]--></span></span></a>
Isla al norte de Australia.<o:p></o:p></p>
</div>
<div id="ftn4" style="mso-element: footnote;">
<p class="MsoFootnoteText"><a href="file:///C:/BLOG/ESCRITOS/RELATOS/CR%C3%93NICAS/Cr%C3%B3nicas%20del%20DESCUBRIMIENTO/11-BILLETE%20DE%20IDA%20Y%20VUELTA.docx#_ftnref4" name="_ftn4" style="mso-footnote-id: ftn4;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "Constantia",serif; font-size: 10pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-language: AR-SA; mso-bidi-theme-font: minor-bidi; mso-fareast-font-family: Aptos; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">[4]</span></span><!--[endif]--></span></span></a>
Expedición marítima española que pretendió colonizar las islas Molucas, ricas
en especiería, y cuya propiedad se disputaban las coronas de España y Portugal.<span style="font-family: "Times New Roman",serif;"></span><o:p></o:p></p>
</div>
<div id="ftn5" style="mso-element: footnote;">
<p class="MsoFootnoteText"><a href="file:///C:/BLOG/ESCRITOS/RELATOS/CR%C3%93NICAS/Cr%C3%B3nicas%20del%20DESCUBRIMIENTO/11-BILLETE%20DE%20IDA%20Y%20VUELTA.docx#_ftnref5" name="_ftn5" style="mso-footnote-id: ftn5;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "Constantia",serif; font-size: 10pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-language: AR-SA; mso-bidi-theme-font: minor-bidi; mso-fareast-font-family: Aptos; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">[5]</span></span><!--[endif]--></span></span></a>
Magallanes murió luchando contra los habitantes de la isla de Mactán
(Filipinas).<o:p></o:p></p>
</div>
</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEje8ydaDrFtjPPINcnhRprWS1gdLAIc69wCpHH8gLEGDAP5WAHQdBItgpljbSdm9l698JaeLJXLn9qzLjfT0gL_03v4wpnAeUovql2lLTsQPTNAC9YZ9DqVNuqylCTFN0KjGjRBrKCWBhabqNj0MZZE3CvB3pSaErLOeQItn-uDBBCTmPOpaXZJBjaF8mjD" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" data-original-height="426" data-original-width="480" height="178" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEje8ydaDrFtjPPINcnhRprWS1gdLAIc69wCpHH8gLEGDAP5WAHQdBItgpljbSdm9l698JaeLJXLn9qzLjfT0gL_03v4wpnAeUovql2lLTsQPTNAC9YZ9DqVNuqylCTFN0KjGjRBrKCWBhabqNj0MZZE3CvB3pSaErLOeQItn-uDBBCTmPOpaXZJBjaF8mjD=w200-h178" width="200" /></a></div><br /><br /><p></p>Kirke Buscapinahttp://www.blogger.com/profile/00298107768900476677noreply@blogger.com8tag:blogger.com,1999:blog-3668051004744212225.post-9310137468561836392024-02-24T11:45:00.020+01:002024-02-25T10:07:58.809+01:00Los sonidos de la espera<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi91SSJ9iJKq4q1s7mMCyYhpMM2FnBIEKnfHAxDSMe_qb_J6evSOXanSwghN3QfW3isKk_LyfsxSW6UlSp_993FLvZhX2c4gbNfsORvK8PFxA3i136yXwI8UD8WD4qyh7rYqLt2SVGMHJMoEUL0wVzpXgbIgqLX7jsFPoGTvNt-jbMNGTppFOeQpj0LJS4t/s1640/Espera.png" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="924" data-original-width="1640" height="360" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi91SSJ9iJKq4q1s7mMCyYhpMM2FnBIEKnfHAxDSMe_qb_J6evSOXanSwghN3QfW3isKk_LyfsxSW6UlSp_993FLvZhX2c4gbNfsORvK8PFxA3i136yXwI8UD8WD4qyh7rYqLt2SVGMHJMoEUL0wVzpXgbIgqLX7jsFPoGTvNt-jbMNGTppFOeQpj0LJS4t/w640-h360/Espera.png" width="640" /></a></div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;"><br /></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;"><span style="text-indent: 1cm;">Tic, tac. Tic, tac. El arcaico reloj de pared informa del lento transcurrir del tiempo con un sonido machacante. Rogelio empieza a impacientarse. Media hora lleva allí y aquello va para largo a juzgar por la gente que se encuentra con él en la sala de espera.</span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;">El notario don Gonzalo Pérez de la Villa y Martínez de Montiel le ha citado para «formalizar un trámite» sobre su tía Jacinta, una solterona huraña, antipática, toca narices y podrida de dinero. El fedatario no ha concretado en qué consiste ese trámite. Rogelio sospecha que como la tía cascarrabias está medio gaga, puede tratarse de un poder notarial concedido para administrar todos sus bienes y hacer con ellos lo que le dé la real gana, lo que para Rogelio consistirá en básicamente gastárselos.</p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;">Jacinta está derivando a una demencia especial porque no se entera de la mitad de las cosas, pero eso no le impide hacer la vida imposible a quienes la rodean con la misma mala leche que cuando se enteraba de todo. Incordia a cualquiera por igual, desde las tres cuidadoras que se encargan de asistirla las 24 horas del día, en rigurosos turnos de ocho horas cada una, pasando por el jardinero encargado de arreglar el extenso terreno que rodea la mansión enclavada en la avenida Reina Victoria, <span style="text-align: left;">—</span><span style="text-indent: 1cm;">una de las zonas más exclusivas de la ciudad de Santander</span><span style="text-align: left; text-indent: 0px;">—</span><span style="text-indent: 1cm;">, el chófer que la traslada a sus citas médicas en un rancio pero llamativo Bentley, hasta el propio Rogelio, sobrino único y heredero de toda su fortuna cuando la vieja la diñe, algo que parece que no llegará nunca dada la salud de hierro a pesar de la inestabilidad mental.</span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;">De hecho, Rogelio, está seguro de que las pérdidas de memoria de su tía no son reales, la muy ladina se está escudando en una demencia que no padece para pillar, a quienes la rodean, en algún desliz fruto de la relajación al creer que no se da cuenta de nada. Más de una vez le ha espetado una frase o algún hecho concreto que demuestra que sí se entera, que está al loro. Esa vieja maldita es una bruja, de las malas. Hasta tiene una verruga en la nariz...</p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;">Tic, tac. Tic, tac. El arcaico reloj saca de sus ensoñaciones a Rogelio. Cuarenta y cinco minutos y la sala no solo no se vacía, cada vez hay más gente. Sin ser muy ducho en matemáticas, Rogelio hace un cálculo mental de cuánto se va a llevar el notario hoy. A trescientos euros (hace una media de los honorarios al albur pues no sabe de qué trámites se trata, herencias, testamentos, poderes, escrituras) por quince personas… más de cuatro mil pavos. Vale que el alquiler del piso donde se ubica la notaría, en el Paseo de Pereda, en pleno centro de Santander, debe de costar una fortuna, aun así, ese notario está forrado, al igual que su tía, aunque ella nunca haya opositado ni a notaría ni a nada. </p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;">Un padre adinerado que aportó muchas tierras y una conservera <span style="text-align: left; text-indent: 0px;">—</span>vivir de la pesca puede ser rentable si se sabe invertir y se tiene dinero para ello<span style="text-align: left; text-indent: 0px;">—</span>, y una madre, hija única en una familia con antepasados aristócratas y escasos ahorros, que aportó la casona medio abandonada por falta de fondos y que su marido, el padre de Jacinta, se encargó de rehabilitar con las ganancias de la menos aristócrata pero sí rentable conservera.</p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;">El matrimonio además de Jacinta tuvo otro hijo más, Ernesto, un crápula cuya mala vida hizo que ésta fuera muy corta, aunque antes le dio tiempo a preñar a una de las criadas y dejar un hijo espurio aceptado en el seno familiar: Rogelio. </p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;">El resultado final: la cascarrabias de Jacinta ha heredado una fortuna sin comerlo ni beberlo, y, si la tía casca, Rogelio se hará con esa fortuna porque el patriarca, viendo que la heredera no dejaba descendencia, reconoció como nieto al bastardo de su primogénito permitiendo que el expósito entrara a formar parte de la familia Cantalapiedra. </p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;">Va a heredar una fortuna, aunque, de momento, le está dando muy malos réditos. Nadie vive eternamente, pero lo cierto es que Jacinta parece que va a contravenir las normas de la fisiología.</p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;">Toc, toc. Toc, toc. Un ruido molesto saca, de nuevo, a Rogelio de sus cavilaciones. No es el reloj, fastidia igual o más, pero el reloj no es. Mira a su alrededor y comprueba que el cargante soniquete procede del sujeto sentado a su derecha en el amplio sofá de terciopelo verde. El tipo taconea con una pierna el suelo de vetusta madera (este despacho de notario más parece un museo que un lugar de abogacía). A ese señor también se le está haciendo la espera incómoda, pero si insiste en darle al suelo también incomoda a los incomodados compañeros de espera. Menudo petardo.</p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;">Además de molestar, el vecino le recuerda a la tía Jacinta que también le da al bastón. Esa asociación provoca que le caiga gordo, una sensación redundante porque el susodicho ya está gordo físicamente. El sofá es de tres plazas y dos las ocupa él.</p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;">Tic, tac. Tic, tac. Una hora esperando. Rogelio mira ostentosamente su reloj de pulsera cuando la pasante pasa delante de él, en un gesto de manifestar su malestar por ir él pasado de hora. Para qué tanta cita si luego te atienden cuando les da la gana.</p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;">Tac, tac, tac. Esa es la respuesta de la secretaria cuando desfila a su lado. El ruido proviene de sus altos tacones sobre el vetusto entarimado del suelo. La mujer se interna en la cueva del notario. En los segundos que permanece abierta la puerta, comprueba que en el despacho reina una penumbra tenebrosa. Un despacho oscuro.</p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;">Tan oscuro como el dormitorio donde la vieja pasa casi todo su tiempo. Unas vistas a la bahía que son la envidia de cualquier mortal y la tía cierra las cortinas porque le molesta la luz del sol. Pero qué sol, si la mayor parte del tiempo está nublado en Santander.</p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;">Plas, plas, plas. Otro ruido hace regresar a Rogelio a la realidad, a la sala de espera, al tiempo que lleva ahí. En esta ocasión se debe a las afectuosas palmadas del notario sobre la espalda de un cliente con el que sale de su guarida. Habrá heredado, se dice Rogelio, desde luego es para palmear. Cuando le toque a él, se va a montar un zapateado sobre el ataúd de la vieja, aunque esté mal, pero de alguna manera tiene que desahogar el tiempo de espera.</p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;"><span style="text-align: left;">—</span>Rogelio Cantalapiedra <span style="text-align: left; text-indent: 0px;">—</span>anuncia la pasante subida a sus altos tacones.</p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;">Transcurren unos segundos y, ante la falta de respuesta, la mujer repite:</p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;"><span style="text-align: left;">—</span>Rogelio Cantalapiedra.</p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;">El aludido se levanta aturdido. Lleva años con ese apellido, desde que el abuelo le reconoció, pero no se acostumbra a él. Desde niño su apellido fue el de su madre, García, y no termina de sentirse un Cantalapiedra.</p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;"><span style="text-align: left;">—</span>Sí, servidor.</p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;"><span style="text-align: left;">—</span>Pase, por favor. El señor notario le está esperando.</p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;">¿Esperando? Aquí el que ha estado esperando he sido yo, se dice Rogelio malhumorado, aunque se limita a sonreír a la de los tacones.</p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;">Crac, crac, crac. Rechina la vetusta madera del suelo al entrar en el despacho.</p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;"><span style="text-align: left;">—</span>Buenos días, don Rogelio <span style="text-align: left; text-indent: 0px;">—</span>le recibe el notario<span style="text-align: left; text-indent: 0px;">—</span>. Doña Jacinta nos ha pedido que contactemos con usted <span style="text-align: left; text-indent: 0px;">—</span>prosigue mientras el citado toma asiento<span style="text-align: left; text-indent: 0px;">—</span>. Le nombra albacea de su fortuna una vez que ella fallezca, quiera Dios que sea dentro de muchos años.</p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;">Quiera Dios que no, se dice Rogelio, aunque, de nuevo, responde con una amplia sonrisa.</p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;"><span style="text-align: left;">—</span>Le advierto que ser albacea conlleva una gran responsabilidad <span style="text-align: left; text-indent: 0px;">—</span>prosigue el notario extrañado ante la expresión de júbilo del inminente custodio<span style="text-align: left; text-indent: 0px;">—</span>. Pero su tía de usted tiene en alta estima su valía y está en la creencia de que sabrá gestionar su patrimonio y repartirlo convenientemente siguiendo sus deseos.</p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;"><span style="text-align: left;">—</span>¿Gestionar? ¿Sus deseos? Se refiere a los míos, ¿no?</p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;"><span style="text-align: left;">—</span>No, no, don Rogelio. Albacea es la persona encargada por el testador, su tía doña Jacinta Cantalapiedra, para que se cumpla la última voluntad del fallecido, su tía de usted, custodiando sus bienes y dándoles el destino que corresponde según lo establecido por la susodicha. Albacea no es lo mismo que heredero <span style="text-align: left; text-indent: 0px;">—</span>aclara el notario por si no hubiera quedado suficientemente claro.</p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;"><span style="text-align: left;">—</span>Ya… ¿Y a quién debería destinar su herencia? Si se puede saber…</p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;"><span style="text-align: left;">—</span>Doña Jacinta quiere donar todo su patrimonio a dos entidades.</p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;"><span style="text-align: left;">—</span>¿Entidades? Eso no es igual que personas ¿verdad? <span style="text-align: left; text-indent: 0px;">—</span>añade Rogelio que no acaba de encajar que albacea no es lo mismo que heredero.</p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;"><span style="text-align: left;">—</span>No. De hecho, el reparto se hará equitativamente entre la asociación canina «Ama a tu perro como a ti mismo» y la clínica veterinaria «El bienestar de tu perro es lo primero» que se encargó de procurar lo últimos cuidados a su difunto caniche Fufú que, y cito textualmente, «quise como si fuera mi propio hijo». Se refiere al caniche <span style="text-align: left; text-indent: 0px;">—</span>vuelve a aclarar el notario, un hombre preparadísimo y en extremo competente.</p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;"><span style="text-align: left;">—</span>Ya…</p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;"><span style="text-align: left;">—</span>Don Rogelio, no se levante, aún no ha firmado los documentos pertinentes… ¡Don Rogelio! ¡Espere! Le he dicho que… ¡No se vaya!</p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;">¡Plom! Todos los integrantes de la sala de espera miran hacia la puerta del despacho del notario que acaba de abrirse para, seguidamente, cerrarse de un fuerte golpe. </p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;">Un iracundo Rogelio avanza con grandes zancadas hacia la puerta de salida. Cuando está a la altura del gordo con el que compartió sofá y espera, le da un fuerte puñetazo en la pierna que deja enseguida de golpear la madera del piso. Sin solución de continuidad, empuja el reloj viejuno y lo estampa contra el suelo.</p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;">A punto de alcanzar la puerta de la calle pasa delante de la pasante y sin detenerse le grita:</p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;"><span style="text-align: left;">—</span>Esos tacones son perjudiciales para la salud. ¡Utiliza deportivas! O dile a tu jefe que ponga moqueta.</p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;"><br /></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;"><o:p> </o:p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiKrDQisPLofHRuPUHmTdXTK_1-66vEX5eq4MfZZ-1QghlFd968n2lndPh3tkAlLtJkyoZPauoauIXk4-ha_maKYWoDJG6o-jPOZgme1lxtEANFuF1kZmnoCuFwaN97szglnaO2mAdDEfv8EoXlDBIVVv6vfE1A0j2T69nelRXaB3nNeBjMuPG6NyqF_ZcS/s618/FirmaCorreoCaldero.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="440" data-original-width="618" height="143" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiKrDQisPLofHRuPUHmTdXTK_1-66vEX5eq4MfZZ-1QghlFd968n2lndPh3tkAlLtJkyoZPauoauIXk4-ha_maKYWoDJG6o-jPOZgme1lxtEANFuF1kZmnoCuFwaN97szglnaO2mAdDEfv8EoXlDBIVVv6vfE1A0j2T69nelRXaB3nNeBjMuPG6NyqF_ZcS/w200-h143/FirmaCorreoCaldero.jpg" width="200" /></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEj5YFqMmN8pWacHyl_eZApxXZ-ocAYcjxHyWV8zhmAlRc9Ou9CTNGf0yTjEEm6iSw-qcPB4NAPsyHnM48UB6EeyfaqPF9dQDWNa7nOqdH738TzbKq0xfIufZwZ5HWboeLrnELh3Py4oh4QUecwmP1t94qkn5v_hvZchKk46VWWEdN-RAgfGRD_vI8PgSAjg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" data-original-height="408" data-original-width="480" height="170" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEj5YFqMmN8pWacHyl_eZApxXZ-ocAYcjxHyWV8zhmAlRc9Ou9CTNGf0yTjEEm6iSw-qcPB4NAPsyHnM48UB6EeyfaqPF9dQDWNa7nOqdH738TzbKq0xfIufZwZ5HWboeLrnELh3Py4oh4QUecwmP1t94qkn5v_hvZchKk46VWWEdN-RAgfGRD_vI8PgSAjg=w200-h170" width="200" /></a></div><br /><br /></div><br /><p></p><br /><p></p>Kirke Buscapinahttp://www.blogger.com/profile/00298107768900476677noreply@blogger.com11tag:blogger.com,1999:blog-3668051004744212225.post-1041772521198490722024-02-18T09:41:00.011+01:002024-02-18T10:07:25.988+01:00El Señor de los Anillos (Reseña Kirkeniana)<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjXNmTGR7MCRzv2NPJgfgMxXt_X_P6jFJG3WfNsQUyfU0Ezbbg67RWACfDa9oI2xsncT_f5VIroZ-iv0nURT6kt_m9B0w78Pjw278F5HVpaz1CCENIIyRmipURQ5a1OUX37y4jy6DEIM6KAYo0uYMCAn_Is7sYAMEU8kgf79dxLbYh6AXYKOU1krn-vrfe1/s1280/Presentaci%C3%B3n1.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="720" data-original-width="1280" height="360" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjXNmTGR7MCRzv2NPJgfgMxXt_X_P6jFJG3WfNsQUyfU0Ezbbg67RWACfDa9oI2xsncT_f5VIroZ-iv0nURT6kt_m9B0w78Pjw278F5HVpaz1CCENIIyRmipURQ5a1OUX37y4jy6DEIM6KAYo0uYMCAn_Is7sYAMEU8kgf79dxLbYh6AXYKOU1krn-vrfe1/w640-h360/Presentaci%C3%B3n1.jpg" width="640" /></a></div><br />
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;">Soy una gran lectora, aunque esté mal que yo lo diga, pero cuando me
preguntan cuál es mi libro de cabecera siempre digo que ninguno, porque,
atendiendo a la definición de R.A.E., un libro de cabecera es aquel que se
tiene a la cabecera de la cama y que se frecuenta su lectura. Y yo, en la
cabecera de mi cama nunca tengo un libro porque si me tumbo, me duermo. Si
dependiera mi ritmo lector de leer en la cama… no leería nada, por muy
interesante que se muestre la lectura.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;">Pero, si obviamos lo de la cama y pasamos a la segunda parte de la
definición «se frecuenta su lectura», ahí ya sí tengo no uno sino varios libros.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;">Uno de ellos es el que hoy protagoniza esta reseña kirkeniana: «El Señor
de los Anillos».<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;">Antes de que Peter Jackson nos regalara su fabulosa trilogía
cinematográfica sobre la historia de los anillos del poder y uno único que los
gobierna a todos yo ya era fan de Tolkien desde mucho antes.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;">Mi relación con este autor y su obra principal comenzó mediados los
años ochenta. En aquella época yo iniciaba mi carrera universitaria y era
asidua a los cines estudio, un tipo de salas que proyectaban películas fuera de
los estándares comerciales, lo que solía implicar que no estuvieran dobladas al
español y que hubiera que leer subtítulos. Ahora ya no queda casi ninguna sala
así, de hecho, y al paso que vamos, ya no quedan salas de cine en general.
Netflix, HBO y demás colegas se han encargado de que optemos ver cine desde
casa al ser más cómodo y barato. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;">Regresando a los cines estudio: en 1984 acudí, con un grupo de amigos, a
una de estas salas. Proyectaban El Señor de los Anillos, una película del año 1978
de Ralph Bakshi; el filme era una «innovación» en cuanto que utilizaba una
técnica que combinaba imágenes reales donde se pintaba encima resultando una
película de dibujos animados… raros.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;">En este caso la película sí estaba doblada, pero en lo que ahora se
denomina «español latino» algo que no me gustó. Casi que hubiera preferido leer
subtítulos. Molestias idiomáticas aparte, la historia me atrapó. Unos anillos
que se reparten entre los diferentes pueblos que habitan la Tierra Media, y uno
solo para gobernarlos a todos, el anillo que hay que destruir para así acabar
con su creador, Sauron, el malo malísimo. Fascinante. El derroche de fantasía
me dejó con la boca abierta.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;">Lo de mezclar imágenes reales con dibujos no me gustó tanto, pensé que
la técnica requería cierta depuración, pero la historia… esa sí que sí<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;">Sin embargo, esta película contaba solo la mitad del argumento que se
refleja en los libros de Tolkien. Era una especie de prototipo (por lo de la
técnica de mezclar imágenes y dibujos). Al terminar la peli, yo me quedé con
las ganas de saber cómo acababa la historia. Según terminó la proyección, y dado
que la película ya tenía unos años (era del 78 y estábamos en el 84) empecé a
preguntar cuándo íbamos a ver la segunda parte y ahí vino lo que sí me dejó, de
nuevo, con la boca abierta: no había segunda parte.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;">Parece ser que la técnica de mezclar imágenes reales con dibujos además
de necesitar depuración necesitaba una financiación que no se consiguió y el
proyecto se había quedado sin terminar. Maldiciendo a las productoras que te
dejan a medias me cabreé mucho. Entonces, una de las integrantes del grupo de
amigos con los que estaba me dijo:<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;"><span style="font-family: Symbol; mso-ascii-font-family: Constantia; mso-char-type: symbol; mso-hansi-font-family: Constantia; mso-symbol-font-family: Symbol;"><span style="mso-char-type: symbol; mso-symbol-font-family: Symbol;">¾</span></span>¿Y
por qué no te lees el libro?<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;"><span style="font-family: Symbol; mso-ascii-font-family: Constantia; mso-char-type: symbol; mso-hansi-font-family: Constantia; mso-symbol-font-family: Symbol;"><span style="mso-char-type: symbol; mso-symbol-font-family: Symbol;">¾</span></span>¿Libro?
¿Qué libro?<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;">Ahí, en ese momento, descubrí la existencia de Tolkien y su maravilloso
mundo.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;">Me costó conseguir un ejemplar porque en aquellos años no se había
desatado aún la fiebre por este autor. Pacientemente esperé que la misma amiga
que me habló de la versión literaria me consiguiera, a través del ya
desaparecido Círculo de Lectores, un único libro donde se compendiaban los tres
tomos.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;">Tal día como hoy, pero de hace ¡cuarenta años! , empecé a leer por
primera vez la trilogía de «El Señor de los Anillos». A esta primera lectura le
siguieron otras siete más, repartidas a través de estas cuatro décadas. Os podéis
imaginar con estas cifras cuánto me gustó (me gusta). <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;">Este es mi libro de cabecera, aunque no lo tengo en la cama, se encuentra en una estantería y en un lugar de honor, junto a otros que también me dejaron huella
y que he releído varias veces. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;">Si se tiene en cuenta que el libro de marras tiene 1.095 páginas… se
deduce que esa fascinación me ha hecho invertir un montón de horas.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;">Y es que no es para menos. Es magistral la recreación que hace Tolkien
de un mundo imaginario, fantástico, pero con visos muy reales. Nada de ciborgs
o máquinas de ciencia ficción, ni siquiera aparecen súper héroes, porque sus
personajes son «gente normal», con sus pasiones, con sus miedos, con sus
ilusiones. Vale, sí, también hay magos, y esos, normales, lo que se dice normales, no lo son, pero la vida real también requiere de su dosis de magia.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;">Me fascinaron todos los personajes, hasta los malos.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;">Sauron, el señor que da título a la trilogía y que todo lo ve (más o
menos, porque los hobbits le dieron esquinazo y así acabó la cosa); Gollum, un
personaje repelente y al mismo tiempo entrañable, carcomido por su pecado y su
pasión, poseer el Anillo; los cuatro hobbits, a cada cual, con sus
características; Aragorn, un rey sin trono que arrastra la maldición de su antepasado
Isildur; Eowyn, la guerrera de Rohan que mata a un jinete negro y a su bestia
alada; el gruñón enano Gimli, el elfo elegante y certero arquero Legolas, el
mago cascarrabias Gandalf… y muchos más.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;">Mención aparte hago de uno de los personajes que comienza siendo un
héroe y acaba como un villano, aunque redime su felonía entregando la vida. Me
refiero a Boromir. Siento una predilección por este personaje porque creo que,
de todos, es el que se comporta de una manera más «humana» y hasta coherente.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;">Boromir vive en Gondor, en la zona fronteriza con los malos. Día sí, día
también, se pelea con los ejércitos de Sauron. Ve que no pueden acabar con unos
seres sobrenaturales creados a través de la magia del señor oscuro. No van a ganar
ni de coña. Entonces se entera de que hay un anillo con un inmenso poder y que los buenos quieren destruir. El pobre Boromir no lo
entiende. Poseen un arma de destrucción masiva y ¿lo vas a tirar en una grieta con
fuego que está al lado de la casa del malo? Es decir, la probabilidad de que
Sauron recupere su tesoro es muy alta. ¿Qué haría alguien «normal»? Intentar
hacerse con el anillo y cargarse al que le está puteando desde hace lustros a
la puerta de casa. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;">Sin ánimo de destripar nada, aunque creo que, a estas alturas, quien más
quien menos ya se sabe toda la historia, Boromir no lo consigue, pero se arrepiente
en el último momento y entrega su vida salvando al portador del Anillo Único,
quien está destinado a realizar la verdadera misión. Una pena. Soy fan de
Boromir, creo que hubiera molado más quedarse con el anillo y ver qué pasaba.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;">Ni que decir tiene que también he visto las películas de Jackson varias
veces. Hasta hace bien poco era un tradición verlas en Navidad junto a mi hija.
En lugar de ver «Qué bello es vivir» nosotras nos veíamos la trilogía de «El
Señor de los Anillos», además la versión extendida. Con un par. Si leer el
mamotreto lleva mucho tiempo, visionar tres películas de más de tres horas de
metraje cada una también tiene lo suyo. Pero la pasión es la pasión.<o:p></o:p></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;"><br /></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgZWHblIwE5QVFhncxmG8Nat8gTNsiq0CgG2RNdKrUNf96LpA6lFGSRV-ND6qZNZ0xdG7_f1or7VmFM8DSoi52dNTFEVgGMI2S0wl1HSHJANMTob5qX6lWkAAhqXMSaY8PoxkVg431pGgoDFsv-KK0d9kPkN4-_QAupIs_jg4M4TvBwK90NM0SnUB2cm73Z/s4624/20240218_090751.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="4624" data-original-width="2604" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgZWHblIwE5QVFhncxmG8Nat8gTNsiq0CgG2RNdKrUNf96LpA6lFGSRV-ND6qZNZ0xdG7_f1or7VmFM8DSoi52dNTFEVgGMI2S0wl1HSHJANMTob5qX6lWkAAhqXMSaY8PoxkVg431pGgoDFsv-KK0d9kPkN4-_QAupIs_jg4M4TvBwK90NM0SnUB2cm73Z/w289-h400/20240218_090751.jpg" width="289" /></a></div><br /><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;"><span style="text-indent: 1cm;">Estas navidades los Reyes Magos, sabiendo que se acercaba el cuadragésimo
aniversario de mi pasión por Tolkien, me regalaron la versión ilustrada por
Alan Lee. Una joya de libro. Además de las historias, se recrean imágenes. Creo
que Peter Jackson utilizó las ilustraciones de Alan Lee para escenificar muchas
de las secuencias de sus películas y puede que sea esa la razón por la que a
casi ninguno de los seguidores de Tolkien le ha defraudado la versión
cinematográfica. Y tiene mérito, porque estamos hablando de un mundo imaginario
muy complejo, difícil de reproducir.</span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiUIPgkcmBweC4OlAYItR-CsGx-_iDND0Cgolr9zFlSVliHAq2faExT8mfq82BR6fORLd-dfdo4QiIrt3bLswnZgtzKjWKP-Khpl5Fj8Gj6fQdO_e_ecMLutJbJWmbAL48wI5pjWIWahyphenhyphenospbM-EAOQGxrFLNcuH__LmSCAlRfo9RLREla0fe_jTe7vpQD-/s1280/Ilustraciones%20.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="720" data-original-width="1280" height="360" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiUIPgkcmBweC4OlAYItR-CsGx-_iDND0Cgolr9zFlSVliHAq2faExT8mfq82BR6fORLd-dfdo4QiIrt3bLswnZgtzKjWKP-Khpl5Fj8Gj6fQdO_e_ecMLutJbJWmbAL48wI5pjWIWahyphenhyphenospbM-EAOQGxrFLNcuH__LmSCAlRfo9RLREla0fe_jTe7vpQD-/w640-h360/Ilustraciones%20.jpg" width="640" /></a></div><br /><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;">Hoy hace cuarenta años que me enamoré de la Tierra Media y sus
personajes. Me he dado cuenta de que sí tengo un libro de cabecera y también de
que soy muy vieja. Seguiré leyendo este libro para evadirme de esta última
cuestión.<o:p></o:p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEireripKbBAK3T8NuDnTrt4KPmfr3Bg31UxQ_Uu3_vtyHrKU2y6xt6g1P9rVwYzrxR2tBPsaBwyngvJJ7S5xaWtA5ETF0gXGeHYrO3rdtLBk0d4E3AhelHqpzY9df35dfordGwWHDdhmf3gT_bVvpFfIY7TRJwgsIoAd2kuhs3GrET6wIAY_B3NDioFQaE1/s618/FirmaCorreoCaldero.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="440" data-original-width="618" height="143" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEireripKbBAK3T8NuDnTrt4KPmfr3Bg31UxQ_Uu3_vtyHrKU2y6xt6g1P9rVwYzrxR2tBPsaBwyngvJJ7S5xaWtA5ETF0gXGeHYrO3rdtLBk0d4E3AhelHqpzY9df35dfordGwWHDdhmf3gT_bVvpFfIY7TRJwgsIoAd2kuhs3GrET6wIAY_B3NDioFQaE1/w200-h143/FirmaCorreoCaldero.jpg" width="200" /></a></div><br /><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1cm;"><br /></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><p></p><br /><p></p>Kirke Buscapinahttp://www.blogger.com/profile/00298107768900476677noreply@blogger.com12tag:blogger.com,1999:blog-3668051004744212225.post-66056945809174857492024-02-10T09:46:00.001+01:002024-02-10T09:46:17.657+01:00Puesto ya el pie en el estribo<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj5dau6RxhXV8S45sYYfpriLJe2Jn2v_bF5kpud_1OHweRP3pX8i269SUQQGrOFWtgrSoE4IAdnFToERibcUQiud_AZd5dqKY8YhVhlRm6ufLtejlvCrF6cmLUOLmLO_1bJGMUgNIStfJXzPpd4ADqTLwGhKK7c0nYxT6Ivg82hogoswnCIgut1TOSSH1wy/s1640/El%20pie%20en%20el%20estribo.png" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="924" data-original-width="1640" height="360" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj5dau6RxhXV8S45sYYfpriLJe2Jn2v_bF5kpud_1OHweRP3pX8i269SUQQGrOFWtgrSoE4IAdnFToERibcUQiud_AZd5dqKY8YhVhlRm6ufLtejlvCrF6cmLUOLmLO_1bJGMUgNIStfJXzPpd4ADqTLwGhKK7c0nYxT6Ivg82hogoswnCIgut1TOSSH1wy/w640-h360/El%20pie%20en%20el%20estribo.png" width="640" /></a></div><br />
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">A la luz de un mísero candil
escribe el último pliego. Necesita terminar, su protagonista está a punto de
entregar el alma a su hacedor y él quiere acabar ya con las andanzas de quien hizo
las delicias de los lectores en aquella primera parte que escribió diez años
atrás. Quizás al público no le guste este final donde da muerte al causante de
tanta diversión.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1cm;">Se le ocurren
unos versos para despedir a su creación y con trémulo pulso así escribe:<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><o:p> </o:p></p>
<p align="center" class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: center;"><i>Yace aquí el hidalgo fuerte,<o:p></o:p></i></p>
<p align="center" class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: center;"><i>Que a tanto extremo llegó<o:p></o:p></i></p>
<p align="center" class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: center;"><i>De valiente, que se advierte<o:p></o:p></i></p>
<p align="center" class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: center;"><i>Que la muerte no triunfó<o:p></o:p></i></p>
<p align="center" class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: center;"><i>De su vida con su muerte.<o:p></o:p></i></p>
<p align="center" class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: center;"><i>Tuvo a todo el mundo en poco;<o:p></o:p></i></p>
<p align="center" class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: center;"><i>Fue el espantajo y el coco<o:p></o:p></i></p>
<p align="center" class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: center;"><i>Del mundo en tal coyuntura,<o:p></o:p></i></p>
<p align="center" class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: center;"><i>Que acreditó su ventura,<o:p></o:p></i></p>
<p align="center" class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: center;"><i>Morir cuerdo y vivir loco.<o:p></o:p></i></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm;"><i><o:p> </o:p></i></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1cm;">Con mano
temblorosa frota los fatigados ojos. Debería irse a la cama, si no Catalina le
regañará, como hace siempre. Sabe que se preocupa por su salud, pero la aspereza
de su esposa es difícil de entender como un gesto de amor.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><span> </span><span> </span><span> </span>Antes de acostarse vuelve a beber
de la jícara que siempre tiene a mano, esa maldita sed que le acompaña desde
hace años es sumamente molesta, la constante sequedad en la boca le irrita
sobremanera. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1cm;">El galeno que le
visita de vez en cuando para paliar su hidropesía solo sabe de exigir
sacrificios que él no está dispuesto a hacer. Pero ha de obedecerle porque en
ello le va la vida, y vivir es lo que desea puesto que vida necesita si quiere
seguir escribiendo; esa es su única pasión, su única manera de escapar de la
mísera existencia en la que se halla. Nada le parece más gratificante que tomar
la pluma y volcar en el papel las palabras encadenadas que dan aliento a los
personajes salidos de su magín.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1cm;">Mucho ha vivido,
aventuras que en nada desmerecen a las que su principal creación vivió gracias
a sus letras. Mas cuando él realmente se siente vivo es escribiendo, moldeando
historias con finales más complacientes que los que él hubo de soportar.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1cm;">Tuvo el
privilegio de ser testigo de grandes hazañas en Lepanto, <i>la más alta ocasión
que vieron los siglos pasados, los presentes, ni esperan ver los venideros</i>.
Recuerda vívidamente el ruido de los cañones, el olor de la pólvora, los
charcos de sangre en cubierta, el lacerante dolor cuando un proyectil le
alcanzó el brazo izquierdo. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1cm;">También recuerda
con nitidez los padecimientos sufridos siendo cautivo del turco en Argel. Un
cautiverio que minó su salud, pero no su ánimo pues no se doblegó. Cinco veces
se escapó y otras tantas fue atrapado. A pesar del castigo sobrevenido por las
huidas nunca se arrepintió; <i>por la libertad se puede y se debe aventurar la
vida</i> porque <i>el cautiverio es el mayor mal que puede venir a los hombres</i>.
Bien lo sabe él que estuvo en más de una ocasión preso, no solo del turco. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><o:p> <span> </span><span> </span></o:p><span style="text-indent: 1cm;">Nunca se le
dieron bien los números, porque las letras son su pasión, y eso le acarreó la
desgracia. Una adversidad a medias mitigada cuando la imaginación vino a
rescatarle en el lóbrego calabozo donde fueron a parar sus huesos mientras
recaudaba impuestos en Andalucía. Allí, en medio de tanta oscuridad, dio a luz
al mayor y mejor loco que pueda imaginar el mundo de los cuerdos. Su cuerpo
permaneció encerrado mas no su mente. Acompañando al caballero de la triste
figura cabalgó por el Toboso, el Campo de Criptana, se enfrentó a molinos de
viento… fue libre.</span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1cm;"><o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1cm;"><i>Libertad, uno
de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos</i>, es lo que
siente al escribir.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1cm;">Todo empalidece cuando
está escribiendo. Cómo le gustaría seguir haciéndolo más años, disfrutar del
único momento en que se olvida de su precaria situación: de los acreedores que
aporrean todos los días la puerta de su casa, de su mujer, de sus hermanas,
esas alocadas que no han hecho más que darle disgustos, de las ínfulas del
fatuo Lope, engreído pisaverde que no conoce las miserias de la vida. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1cm;">No tiene fama,
ni dinero, pero sí el don de recrear personajes, situaciones, historias. Sabe
escribir.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1cm;">Escribiendo se
olvida de todo.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1cm;">Desearía seguir así
muchos más años. Se ve anciano, más de lo que es ahora, sosteniendo la pluma,
viajando y viviendo otras vidas a través de las palabras volcadas en un pliego.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1cm;">Unos versos acuden
a su mente: <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><o:p> </o:p></p>
<p align="center" class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: center;"><i>Puesto
ya el pie en el estribo<o:p></o:p></i></p>
<p align="center" class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: center;"><i>con
ansias de la muerte<o:p></o:p></i></p>
<p align="center" class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: center;"><i>esto
escribo</i>. <a href="file:///C:/BLOG/ESCRITOS/RELATOS/BREMEN/Nuevos/Puesto%20ya%20el%20pie%20en%20el%20estribo.docx#_ftn1" name="_ftnref1" style="mso-footnote-id: ftn1;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "Constantia",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-language: AR-SA; mso-bidi-theme-font: minor-bidi; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">[1]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1cm;">Lee lo escrito y
sonríe, podría ser un buen epitafio, para cuando tenga ochenta, no, mejor
noventa años. Sería estupendo, mas no cree que eso sea posible. Sabe que la
muerte le acecha, que no le dejará marchar tan tarde, que su despedida será más
pronto, que ya tiene puesto el pie en el estribo para partir, en breve<a href="file:///C:/BLOG/ESCRITOS/RELATOS/BREMEN/Nuevos/Puesto%20ya%20el%20pie%20en%20el%20estribo.docx#_ftn2" name="_ftnref2" style="mso-footnote-id: ftn2;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "Constantia",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-language: AR-SA; mso-bidi-theme-font: minor-bidi; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">[2]</span></span><!--[endif]--></span></span></a>. Aun
sabiendo que la Parca le ronda, insiste en su pensamiento: qué maravilloso sería
escribir con los noventa años cumplidos.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoNormal"><o:p> </o:p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj14G7GMCYniTvdv7kFcsfx1NWaR6nU9NKbRzUO0pt4e-1vogHjdUwgUtlgufIbUvAm4VBf-HvCbD-BHKxFlpDN5egPYAc3XfC6xhIJB-c-oKhMuzrYUbNHi-ye25VOBPIXPRVLs4eC2RTh0ANQ12dh7PjLOUN9YqIM-TsaW8ivktGDQ8EyWUOD-Ly8AbtD/s1280/Brujas.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="212" data-original-width="1280" height="53" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj14G7GMCYniTvdv7kFcsfx1NWaR6nU9NKbRzUO0pt4e-1vogHjdUwgUtlgufIbUvAm4VBf-HvCbD-BHKxFlpDN5egPYAc3XfC6xhIJB-c-oKhMuzrYUbNHi-ye25VOBPIXPRVLs4eC2RTh0ANQ12dh7PjLOUN9YqIM-TsaW8ivktGDQ8EyWUOD-Ly8AbtD/s320/Brujas.jpg" width="320" /></a></div><br /><p></p>
<p class="MsoNormal"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoNormal"><i><span style="color: #2b00fe;">NOTA:
Este es un ejercicio para el taller de escritura en el que participo. Sus
integrantes, haciendo gala de una gran inventiva (y un poco de mala leche)
proponen los temas más diversos para escribir el relato de cada reunión. En
esta ocasión el tema fue «Escribir cumplidos los noventa». Esto es lo que me ha
salido.<o:p></o:p></span></i></p>
<p class="MsoNormal"><i><span style="color: #2b00fe;">Las partes
en cursiva son frases/versos del propio Cervantes.<o:p></o:p></span></i></p>
<p class="MsoNormal"><i><span style="color: #2b00fe;">De
todas maneras… ¡qué maravilloso hubiera sido que Cervantes escribiera más allá
de los noventa años cumplidos! Él habría disfrutado mucho, pero los lectores
también.</span><span style="color: #4472c4;"><o:p></o:p></span></i></p>
<div style="mso-element: footnote-list;"><!--[if !supportFootnotes]--><br clear="all" />
<hr align="left" size="1" width="33%" />
<!--[endif]-->
<div id="ftn1" style="mso-element: footnote;">
<p class="MsoFootnoteText"><a href="file:///C:/BLOG/ESCRITOS/RELATOS/BREMEN/Nuevos/Puesto%20ya%20el%20pie%20en%20el%20estribo.docx#_ftnref1" name="_ftn1" style="mso-footnote-id: ftn1;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "Constantia",serif; font-size: 10pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-language: AR-SA; mso-bidi-theme-font: minor-bidi; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">[1]</span></span><!--[endif]--></span></span></a>
Versión modificada de los versos que escribió Cervantes un día antes de morir. <o:p></o:p></p>
</div>
<div id="ftn2" style="mso-element: footnote;">
<p class="MsoFootnoteText"><a href="file:///C:/BLOG/ESCRITOS/RELATOS/BREMEN/Nuevos/Puesto%20ya%20el%20pie%20en%20el%20estribo.docx#_ftnref2" name="_ftn2" style="mso-footnote-id: ftn2;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "Constantia",serif; font-size: 10pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-language: AR-SA; mso-bidi-theme-font: minor-bidi; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">[2]</span></span><!--[endif]--></span></span></a>
Cervantes murió un año después de terminar la segunda parte de El Quijote.
Tenía 68 años.<o:p></o:p></p>
</div>
</div><br /><p></p>Kirke Buscapinahttp://www.blogger.com/profile/00298107768900476677noreply@blogger.com10tag:blogger.com,1999:blog-3668051004744212225.post-89836545717204205042024-02-04T09:28:00.000+01:002024-02-04T09:28:35.050+01:00Vamos a dar una vuelta (Parte VI Final)<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi9qoc99XyIvYIqfDMN9Bg3nMYZycjNeXwlow0v0a_lqbv6R-t0vWhmYnM3-JIjnH_wgbOns26iCFtukoYYiGmEJVKbSpVtHLMLMXiVQbeiGLcyBVU3Rx5a3Lv_7K6NzIGYaY68zYrqE7sgdxKvzDtdJIt9IYGnvdcu_A3Kmr6qswKPeL8gX5v4_CZbkmGp/s1920/Vamos%20a%20dar%20una%20vuelta.png" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1080" data-original-width="1920" height="360" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi9qoc99XyIvYIqfDMN9Bg3nMYZycjNeXwlow0v0a_lqbv6R-t0vWhmYnM3-JIjnH_wgbOns26iCFtukoYYiGmEJVKbSpVtHLMLMXiVQbeiGLcyBVU3Rx5a3Lv_7K6NzIGYaY68zYrqE7sgdxKvzDtdJIt9IYGnvdcu_A3Kmr6qswKPeL8gX5v4_CZbkmGp/w640-h360/Vamos%20a%20dar%20una%20vuelta.png" width="640" /></a></div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><i>«Diez de mayo del año del Señor
de mil quinientos y veinte y dos.<o:p></o:p></i></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><i><o:p> </o:p></i><i>»Cuatro meses ha que partimos
de Timor y la merma de alimentos es notoria. Llevamos semanas comiendo agua y
arroz, la carne se ha podrido por falta de sal. No podemos recalar en ningún
puerto ni costa pues todos aquestos territorios son dominio de Portugal y una
nao española sería recibida con cañonazos y requisa de todas las pertenencias,
así como el apresamiento de sus hombres.</i></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><i>»La extraña enfermedad<a href="file:///C:/BLOG/ESCRITOS/RELATOS/CR%C3%93NICAS/Cr%C3%B3nicas%20del%20DESCUBRIMIENTO/10-Vamos%20a%20dar%20una%20vuelta.docx#_ftn1" name="_ftnref1" style="mso-footnote-id: ftn1;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Constantia",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-language: AR-SA; mso-bidi-theme-font: minor-bidi; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">[1]</span></b></span><!--[endif]--></span></span></a>
que hace perder los dientes vuelve a aparecer. <o:p></o:p></i></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><i>»Para mayor desgracia, el barco
se ha quedado sin palo mayor. La tormenta que nos zarandeó al doblar el Cabo de
Buena Esperanza nos deja sin poder gobernar bien la nao. La habilidad para
navegar del señor Elcano ha evitado que la nave naufrague y que nuestros huesos
acaben en el fondo del mar, mas nuestra situación es precaria y peligrosa.<o:p></o:p></i></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><i>»Que Dios se apiade de nosotros
y nos procure un final rápido y misericordioso.»<o:p></o:p></i></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><i><o:p> </o:p></i></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><i>«Nueve de julio del año del
Señor de mil quinientos y veinte y dos.<o:p></o:p></i></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><i><o:p> </o:p></i><i>»No podemos más. El hambre y el
desastroso estado de la Victoria nos impiden seguir. Elcano decide atracar en la
isla de San Jacabo<a href="file:///C:/BLOG/ESCRITOS/RELATOS/CR%C3%93NICAS/Cr%C3%B3nicas%20del%20DESCUBRIMIENTO/10-Vamos%20a%20dar%20una%20vuelta.docx#_ftn2" name="_ftnref2" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span class="MsoFootnoteReference"><b><span style="font-family: "Constantia",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-language: AR-SA; mso-bidi-theme-font: minor-bidi; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">[2]</span></b></span></span></a>
sabiendo que nos exponemos a la ira portuguesa, pero nuestro capitán, además de
saber navegar, es ducho en engañar pues engaño ha sido el hacer creer a los
escribanos del puerto que venimos del Nuevo Mundo y no de oriente, siendo una
tormenta la responsable de nuestra deriva errada hasta esas costas en lugar de
ir a las nuestras. El estado en el que nos encontramos es tan lamentable que
ayuda a creer la añagaza pues los destrozos de la Victoria dan muestras de un
viaje más que accidentado. En lo de la tormenta no hubo artificio, mas la
ubicación de esta diciendo que fue en medio del Atlántico sí fue falacia,
porque el barco fue desgarrado en aguas portuguesas cuando bordeábamos la parte
sur de África.</i></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><i>»De todas maneras, me da por
pensar que de haber contado lo que realmente hemos vivido no habrían dado
crédito pues increíble parece que aún estemos vivos después de tantos
quebrantos.<span style="background: yellow; mso-highlight: yellow;"><o:p></o:p></span></i></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><i>»Un suceso ha venido a llenar
de angustia nuestro ya angustiado discurrir. Nada más desembarcar nos informan de
que hoy es jueves cuando, según nuestros registros de a bordo, escrupulosos y
detallados, hoy es miércoles. Este viaje infernal que realizamos nos ha robado
la salud y ahora también nos ha robado un día<a href="file:///C:/BLOG/ESCRITOS/RELATOS/CR%C3%93NICAS/Cr%C3%B3nicas%20del%20DESCUBRIMIENTO/10-Vamos%20a%20dar%20una%20vuelta.docx#_ftn3" name="_ftnref3" style="mso-footnote-id: ftn3;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Constantia",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-language: AR-SA; mso-bidi-theme-font: minor-bidi; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">[3]</span></b></span><!--[endif]--></span></span></a>.»<o:p></o:p></i></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><i>«Once de julio del año del
Señor de mil quinientos y veinte y dos.<o:p></o:p></i></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><i><o:p> </o:p></i><i>»La pericia del señor Elcano al
camuflar lo que no es y hacer creer que venimos de poniente cuando venimos de
oriente, ha sido desbaratada con una acción burda e ingenua. Al ir a pagar los
avituallamientos que tanta falta nos hacen para poder regresar a España, uno de
los oficiales lo ha hecho con unos sacos de clavo<a href="file:///C:/BLOG/ESCRITOS/RELATOS/CR%C3%93NICAS/Cr%C3%B3nicas%20del%20DESCUBRIMIENTO/10-Vamos%20a%20dar%20una%20vuelta.docx#_ftn4" name="_ftnref4" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span class="MsoFootnoteReference"><b><span style="font-family: "Constantia",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-language: AR-SA; mso-bidi-theme-font: minor-bidi; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">[4]</span></b></span></span></a>,
en esto se han dado cuenta los portugueses que era falsedad que veníamos del
Nuevo Mundo pues allí el clavo oloroso no crece. Esa moneda de cambio solo
puede proceder de las islas que Portugal posee en las Indias orientales.</i></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><i>»Sin dar tiempo a reaccionar a
la guardia de la isla zarpamos raudos y ansiosos por alejarnos antes de que nos
hagan presos y acabar con nuestros huesos en una lóbrega prisión. <o:p></o:p></i></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><i>»Tanta era la premura por
marchar que trece marineros, que estaban en tierra desahogando sus penas en
tabernas y lupanares, no han podido embarcar. Tememos que los hayan hecho
presos.<o:p></o:p></i></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><i>»Ponemos rumbo a España rogando
a la Virgen que dé soporte a la Victoria para recorrer el resto del camino que,
sin ser baladí, corto nos parece después de tanto navegar y deambular por este
mundo creado por Dios.»<o:p></o:p></i></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><i>«Siete de septiembre del año
del Señor de mil quinientos y veinte y dos.<o:p></o:p></i></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><i><o:p> </o:p></i><i>»Hace cuatro días divisamos el
Cabo de San Vicente. Estamos en dominios de España. ¡Alabado sea Cristo y su
Santa Madre!</i></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><i>»Ayer zarpamos de Sanlúcar para
remontar el Guadalquivir y llegar a Sevilla donde nuestra primera acción será
ir a la iglesia de Nuestra Señora de la Victoria a dar gracias y cumplir la
promesa que hiciéramos en las muchas horas de angustia.<o:p></o:p></i></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><i>»¡Dios te Salve Reina y Madre!
Consuelo de los afligidos y refugio de los penados. Gracias, Madre
misericordiosa, por permitirnos el retorno y dar fin a este viaje.»<o:p></o:p></i></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">Pigafetta cierra el último legajo
de papeles donde ha ido relatando la travesía iniciada tres años atrás. Con
nostalgia mira por la borda. Al día siguiente, 8 de septiembre de 1522,
desembarcarán en Sevilla. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">El viaje ha llegado a su fin. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">Repasa mentalmente el balance:
partieron 265 hombres con cinco naves, ahora llegan 18 hombres en un solo
barco. En las bodegas se halla más de medio millar de quintales<a href="file:///C:/BLOG/ESCRITOS/RELATOS/CR%C3%93NICAS/Cr%C3%B3nicas%20del%20DESCUBRIMIENTO/10-Vamos%20a%20dar%20una%20vuelta.docx#_ftn5" name="_ftnref5" style="mso-footnote-id: ftn5;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "Constantia",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-language: AR-SA; mso-bidi-theme-font: minor-bidi; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">[5]</span></span><!--[endif]--></span></span></a> de clavo
que suponen casi nueve millones de maravedíes. Vuelven ricos, aunque quienes se
van a enriquecer serán los que sufragaron la expedición. A pesar de los barcos
perdidos, el rédito es más que positivo para los inversores. Más difícil es contabilizar
el sufrimiento padecido y el coste de tantos muertos, por no hablar de los
presos que quedan en las cárceles portuguesas y que habrá que rescatar.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">El veneciano se dispone a dormir,
mañana bajará de la Victoria para dar por cerrado el círculo, el que los ha
llevado a dar la vuelta al mundo. Sus últimos pensamientos, antes de dormirse,
son para los que se quedaron por el camino, víctimas de la enfermedad, del
hambre, del frío, de las luchas intestinas y de la ira de los indios. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">Reconoce que es afortunado. Ha
sufrido, pero puede contarlo. Y vive Dios que lo
contará. Los legajos que ahora guarda en un talego darán testimonio de lo que
un grupo de valientes tuvieron que afrontar en una travesía incierta que la
Historia reconocerá como la mayor gesta de la navegación de todos los tiempos.<o:p></o:p></p>
<div style="mso-element: footnote-list;"><br /></div><div style="mso-element: footnote-list;"><!--[if !supportFootnotes]--><br clear="all" />
<hr align="left" size="1" width="33%" />
<!--[endif]-->
<div id="ftn1" style="mso-element: footnote;">
<p class="MsoFootnoteText"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiWJBFdZ-Him2ZPYAlCIqaPm8D8htVUmLH482M5N4ysdCFAPch5BoPOxBKlpW-L6l7iOHiCMjicVD8J6CjHoVWLeTPvXHSLZ1zSkp7gi-mMCL9wSFM_lU_65Q_RmugC3aMSKqrCnqUPa3em-K1qPdPtnUrdx6LSb2G6eB4O-nPi4Xm1SDT1vzl5J-12Beq6/s1280/Elcano%20(2).jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="720" data-original-width="1280" height="225" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiWJBFdZ-Him2ZPYAlCIqaPm8D8htVUmLH482M5N4ysdCFAPch5BoPOxBKlpW-L6l7iOHiCMjicVD8J6CjHoVWLeTPvXHSLZ1zSkp7gi-mMCL9wSFM_lU_65Q_RmugC3aMSKqrCnqUPa3em-K1qPdPtnUrdx6LSb2G6eB4O-nPi4Xm1SDT1vzl5J-12Beq6/w400-h225/Elcano%20(2).jpg" width="400" /></a></div><a href="file:///C:/BLOG/ESCRITOS/RELATOS/CR%C3%93NICAS/Cr%C3%B3nicas%20del%20DESCUBRIMIENTO/10-Vamos%20a%20dar%20una%20vuelta.docx#_ftnref1" name="_ftn1" style="mso-footnote-id: ftn1;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "Constantia",serif; font-size: 10pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-language: AR-SA; mso-bidi-theme-font: minor-bidi; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">[1]</span></span><!--[endif]--></span></span></a>
Escorbuto.<o:p></o:p><p></p>
</div>
<div id="ftn2" style="mso-element: footnote;">
<p class="MsoFootnoteText"><a href="file:///C:/BLOG/ESCRITOS/RELATOS/CR%C3%93NICAS/Cr%C3%B3nicas%20del%20DESCUBRIMIENTO/10-Vamos%20a%20dar%20una%20vuelta.docx#_ftnref2" name="_ftn2" style="mso-footnote-id: ftn2;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "Constantia",serif; font-size: 10pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-language: AR-SA; mso-bidi-theme-font: minor-bidi; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">[2]</span></span><!--[endif]--></span></span></a>
Islas de Cabo Verde.<o:p></o:p></p>
</div>
<div id="ftn3" style="mso-element: footnote;">
<p class="MsoFootnoteText"><a href="file:///C:/BLOG/ESCRITOS/RELATOS/CR%C3%93NICAS/Cr%C3%B3nicas%20del%20DESCUBRIMIENTO/10-Vamos%20a%20dar%20una%20vuelta.docx#_ftnref3" name="_ftn3" style="mso-footnote-id: ftn3;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "Constantia",serif; font-size: 10pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-language: AR-SA; mso-bidi-theme-font: minor-bidi; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">[3]</span></span><!--[endif]--></span></span></a>
La expedición, al viajar siguiendo la trayectoria del sol, tenía días <i>más
largos</i>. Ese descuadre es el resultado del desfase horario al cambiar de
meridianos.<o:p></o:p></p>
</div>
<div id="ftn4" style="mso-element: footnote;">
<p class="MsoFootnoteText"><a href="file:///C:/BLOG/ESCRITOS/RELATOS/CR%C3%93NICAS/Cr%C3%B3nicas%20del%20DESCUBRIMIENTO/10-Vamos%20a%20dar%20una%20vuelta.docx#_ftnref4" name="_ftn4" style="mso-footnote-id: ftn4;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "Constantia",serif; font-size: 10pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-language: AR-SA; mso-bidi-theme-font: minor-bidi; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">[4]</span></span><!--[endif]--></span></span></a>
Las especias, entre las que se encuentra el clavo, por su elevado valor podían
utilizarse como medio de pago para transacciones comerciales.<o:p></o:p></p>
</div>
<div id="ftn5" style="mso-element: footnote;">
<p class="MsoFootnoteText"><a href="file:///C:/BLOG/ESCRITOS/RELATOS/CR%C3%93NICAS/Cr%C3%B3nicas%20del%20DESCUBRIMIENTO/10-Vamos%20a%20dar%20una%20vuelta.docx#_ftnref5" name="_ftn5" style="mso-footnote-id: ftn5;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "Constantia",serif; font-size: 10pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-language: AR-SA; mso-bidi-theme-font: minor-bidi; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">[5]</span></span><!--[endif]--></span></span></a>
Aproximadamente 50 toneladas.<o:p></o:p></p>
</div>
</div><p></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><span style="color: #2b00fe;">NOTA DE LA AUTORA:<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><span style="color: #2b00fe;">Pigafetta fue un cronista y
explorador veneciano que se embarcó con Magallanes deseando encontrar aventura
y vivencias dignas de escribirse. A la vista está que ese deseo le fue
concedido sobradamente. Durante el viaje de circunnavegación escribió un
diario.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><span style="color: #2b00fe;">Esta ha sido una versión libre de
la crónica de Pigafetta. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><span style="color: #2b00fe;">En el escrito original, el que
escribió el italiano de verdad, no cita a muchos de los personajes que aquí
aparecen, de hecho, no nombra a Elcano ni una sola vez. Tan solo se refiere a
los que murieron por una cuestión u otra a lo largo del viaje, lo que supone
una lista muy extensa conociendo las penalidades que sufrieron. Este es el
motivo por el que los entendidos cuestionan dicho diario. Es más, los
historiadores dudan de que los escritos que nos han llegado sean el verdadero
diario que escribió a bordo, y se inclinan por la teoría de que se trata de una
versión corregida por Pigafetta años después del viaje. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><span style="color: #2b00fe;">Con estas premisas me he sentido
más libre para escribir una nueva adaptación, aunque pidiendo disculpas al
espíritu del autor original por poner en su pluma palabras que salen de la mía.
<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><span style="color: #2b00fe;">Algunas fechas he tenido que
inventarlas porque, y por poner un ejemplo, cuando pasan el invierno austral en
la Patagonia, no se especifica en qué días suceden algunos acontecimientos, tan
solo que transcurrieron entre marzo y agosto de 1520. Igual ocurre cuando vagan
por el Pacífico y el Índico.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><span style="color: #2b00fe;">Reconozco que esta aventura me ha
salido muy extensa, pero contar la mayor proeza de la navegación de la Historia
requiere espacio. Aun así, he omitido muchos sucesos y he dejado sin resolver
algunas cuestiones como dónde fue a parar el barco San Antonio (la nave que
desertó cuando cruzaba el estrecho de Magallanes) o cuál fue el destino final
de la nao Trinidad (la que decidió retornar desde las Molucas a posesiones
españolas tomando el camino de oriente rumbo a Panamá). Las historias de estos
dos barcos también merecen contarse, pero eso será en otra ocasión. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><span style="color: #2b00fe;">He intentado ser lo más rigurosa
posible dentro de mis limitaciones y de la poca y/o contradictoria información
que he conseguido sobre algunos hechos. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><span style="color: #2b00fe;">Espero que os haya sido grata la
lectura y que Pigafetta, donde quiera que esté y si le ha dado por leer esto,
no se haya cabreado conmigo.<o:p></o:p></span></p><p>
<br /></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiEEABmBcPvbxIO5ThcUdFehv9_B95Hg9PcK7pVCc476dUeqpPBpk7WmuxF2MBwmEOSEq9pEdRxfmJr99XXmf_5VnqFnuYm6tAZrQPJc6ERkPTj388BvatRv1oZYU5IiuUlnqJad2dnNL-piqcn-pH-uDSi7GlMfltUPmzQkxR_ewXeW4Bz0ePRDorsAb9y/s626/Firma.png" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="561" data-original-width="626" height="179" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiEEABmBcPvbxIO5ThcUdFehv9_B95Hg9PcK7pVCc476dUeqpPBpk7WmuxF2MBwmEOSEq9pEdRxfmJr99XXmf_5VnqFnuYm6tAZrQPJc6ERkPTj388BvatRv1oZYU5IiuUlnqJad2dnNL-piqcn-pH-uDSi7GlMfltUPmzQkxR_ewXeW4Bz0ePRDorsAb9y/w200-h179/Firma.png" width="200" /></a></div><div style="text-align: center;"><br /></div><div style="text-align: center;">GLOSARIO</div><div style="text-align: center;"><a href="https://buscapina7.blogspot.com/2024/01/vamos-dar-una-vuelta-parte-i.html" target="_blank">Parte I</a><br /></div><div style="text-align: center;"><a href="https://buscapina7.blogspot.com/2024/01/vamos-dar-una-vuelta-parte-ii.html" target="_blank">Parte II</a><br /></div><div style="text-align: center;"><a href="https://buscapina7.blogspot.com/2024/01/vamos-dar-una-vuelta-parte-iii.html" target="_blank">Parte III</a><br /></div><div style="text-align: center;"><a href="https://buscapina7.blogspot.com/2024/01/vamos-dar-una-vuelta-parte-iv.html" target="_blank">Parte IV</a></div><div style="text-align: center;"><a href="https://buscapina7.blogspot.com/2024/01/vamos-dar-una-vuelta-parte-v.html" target="_blank">Parte V</a><br /></div><div style="text-align: center;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi8ujhIbrQdIeXGwITNIw3IIDjnjqrncYjirGp-JCPinm3edYvNyXRJ-IhCPpLKrynBOz8w-6w7znu5d8qbekHYb-QUlLZNy6P9cs9l7u2ncwBh27LN1Etx8nMmEQHZUIA9_s0iwy_Pps2_KeHX8BrxXRs02I4fH4zAuUMIqFr5Sv1M4YrIRCGlLQRBPbac/s606/image.png" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="524" data-original-width="606" height="104" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi8ujhIbrQdIeXGwITNIw3IIDjnjqrncYjirGp-JCPinm3edYvNyXRJ-IhCPpLKrynBOz8w-6w7znu5d8qbekHYb-QUlLZNy6P9cs9l7u2ncwBh27LN1Etx8nMmEQHZUIA9_s0iwy_Pps2_KeHX8BrxXRs02I4fH4zAuUMIqFr5Sv1M4YrIRCGlLQRBPbac/w120-h104/image.png" width="120" /></a></div><br /><div style="text-align: center;"><br /></div>Kirke Buscapinahttp://www.blogger.com/profile/00298107768900476677noreply@blogger.com11tag:blogger.com,1999:blog-3668051004744212225.post-28132105139665657492024-01-30T08:55:00.002+01:002024-01-30T08:55:50.173+01:00Vamos a dar una vuelta (Parte V)<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh_thVO6pm-714DNypyFKYMMqUKpeKmx9w1MZ6Pi3u6g_THMlKC1J7KOosHdDomHhGCzSoC1M3-w_2Nb9pYRkxSDdh4Pnt0c27kX7b43dZXP-RHpj6nK2e5SAL7VXbaU-WHdxXs7LrBZdzqu8swt6ztc7GGrir_JBK4B6WtB4LA6-Lvvl0XQqd46F2-1O5V/s1920/Vamos%20a%20dar%20una%20vuelta.png" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1080" data-original-width="1920" height="360" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh_thVO6pm-714DNypyFKYMMqUKpeKmx9w1MZ6Pi3u6g_THMlKC1J7KOosHdDomHhGCzSoC1M3-w_2Nb9pYRkxSDdh4Pnt0c27kX7b43dZXP-RHpj6nK2e5SAL7VXbaU-WHdxXs7LrBZdzqu8swt6ztc7GGrir_JBK4B6WtB4LA6-Lvvl0XQqd46F2-1O5V/w640-h360/Vamos%20a%20dar%20una%20vuelta.png" width="640" /></a></div><p></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><i>«Veinte y ocho de abril del año
del Señor de mil quinientos y veinte y uno.<o:p></o:p></i></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><i> </i><i>Dios nos ha abandonado y la
suerte nos es aciaga, pero quien más abandonado se halla es nuestro almirante.
En la isla de Mactán, que Dios la maldiga por toda la eternidad, se queda
Magallanes. Allí permanecen sus despojos pues su alma subió a los cielos el día
de ayer cuando una horda de indios enfurecidos le atacaron con saña y ferocidad
salvaje.</i></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><i>»A fe mía que el cielo nos ha
dado la espalda por caer en el nefando pecado de la soberbia, pues magna arrogancia
fue querer enfrentarse a mil guerreros con poco más de medio centenar de
soldados, por muchos arcabuces y corazas que nuestras tropas lleven. Soberbia
fue, también, no celebrar misa antes del ataque, como hasta ahora veníamos
haciendo desde que partimos de nuestra añorada España. <o:p></o:p></i></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><i>»Magallanes, imbuido de una
seguridad rayana en la temeridad, se embarcó con un puñado de hombres a
doblegar una isla en pie de guerra. Los arrecifes que rodeaban el islote, como
si de una tropa auxiliar isleña se tratara, dificultaron el desembarco de
nuestros hombres que tuvieron que llegar a la orilla andando entre el agua, lo
que dificultó afinar la puntería para defenderse de los indios que esperaban en
tierra firme lanzando dardos envenenados. <o:p></o:p></i></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><i>»Grande error fue también que
nuestro almirante se significara con indumentaria llamativa, pues los indígenas
lo supieron reconocer como el jefe que era y fueron por él en manada. Ayudado
por sus hombres, Magallanes intentó retirarse mas fue herido en una pierna, además,
quiso el diablo que fuera la sana que tenía porque la otra ya la traía lisiada
de una herida antigua de cuando fue soldado al servicio de Portugal.»<o:p></o:p></i></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><o:p> </o:p>Pigafetta rememora cómo algunos
tripulantes, cuando Magallanes no los podía oír, se burlaban de él con el
apelativo de «o cojinho<a href="file:///C:/BLOG/ESCRITOS/RELATOS/CR%C3%93NICAS/Cr%C3%B3nicas%20del%20DESCUBRIMIENTO/10-Vamos%20a%20dar%20una%20vuelta.docx#_ftn1" name="_ftnref1" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "Constantia",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-language: AR-SA; mso-bidi-theme-font: minor-bidi; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">[1]</span></span></span></a>» (‘el
cojito’, simulando portugués) debido a un proyectil que le afectó gravemente
una pierna en la guerra de África, dejándole cojo de por vida.</p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><o:p></o:p></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><o:p> </o:p><i>»Las dos piernas maltratadas le
procuraron un grande impedimento para correr haciendo que su retirada fuera muy
lenta y proporcionó ventaja a quienes querían acabar con su vida, alcanzándole
y dándole muerte con grande saña. Nada se pudo hacer por su salvación.</i></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><i>»El capitán Duarte Barbosa toma
el mando de la armada e intenta parlamentar con los indios para recuperar el
cadáver de nuestro fenecido almirante y así poder darle cristiana sepultura,
mas es en vano: los indios se niegan. Quiera Dios que no profanen su cuerpo,
aunque nadie cree que nuestros ruegos sean oídos pues esos salvajes tienen
querencia por adornarse con pedazos amputados de sus víctimas que cuelgan de
sus cuellos a modo de trofeo y constatación de su proceder salvaje.<o:p></o:p></i></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><i> »Que Dios, en su infinita bondad, acoja en su
seno a don Fernando de Magallanes. Descanse en paz.»<o:p></o:p></i></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><i><br /></i></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><o:p> </o:p><i>«Uno de mayo del año del Señor
de mil quinientos y veinte y uno.</i></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><o:p> </o:p><i>»Hay discordia entre los
mandos. La pérdida de nuestro jefe, sin ser un buen dirigente, se hace notar.
El capitán Barbosa, rabioso por no recuperar los restos de quien nos llevó
hasta aquí, paga su frustración con el negro Enrique que le recuerda que en el
testamento de su difunto amo se hace reseñar que a su muerte el esclavo
recupera la libertad. Barbosa monta en cólera y hace azotar al sirviente por su
impertinencia. Muchos somos a los que nos embaraza esta actitud: no se puede ir
en contra de los deseos de un muerto. Quiera Dios que no nos castigue por este comportamiento
del capitán.»</i></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><o:p> </o:p></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><i>«Siete de mayo del año del
Señor de mil quinientos y veinte y uno.<o:p></o:p></i></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><o:p> </o:p><i>»Dios sigue enfadado con
nosotros. Bien por la falta de fe o por la relajación que algunos hemos hecho
de nuestros deberes cristianos, hemos perdido su amparo celestial pues las
desgracias no hacen más que sucederse.</i></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><i>»El negro Enrique se ha
escapado, pero antes ha vertido en los oídos de don Carlos Humabon, el
ambicioso jefe indígena cuyo apetito de poder no tiene límites, la idea de
acabar con nosotros. El cacique, perdido su sueño de gobernar todas las islas
tras el ataque fallido a Mactán, decide traicionarnos.<o:p></o:p></i></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><i>»Ayer fueron invitados a un
espléndido banquete en el palacio del jefe Humabon el capitán al mando, don
Duarte Barbosa, el capitán Serráo y don Andrés San Martín, piloto versado en
ubicar las naos según la disposición de las estrellas. Junto a los tres
capitanes van veintiséis españoles más. Todos han sido masacrados en el
convite. El resto de la expedición, ante el giro dramático de los
acontecimientos, nos quedamos aterrados a la par que nos quedamos también sin
jefe… otra vez.»<o:p></o:p></i></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><o:p> </o:p></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><i>«Ocho de mayo del año del Señor
de mil quinientos y veinte y uno.<o:p></o:p></i></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><i> </i><i>»Zarpamos de este archipiélago
maldito con la imagen de los compañeros vilmente apuñalados en el banquete
felón tras la celada del cacique renegado. Hay controversia en quién nos dirigirá
a partir de ahora. Hemos perdido dos almirantes en pocos días; algunos ven el
gobierno de esta expedición como una sentencia de muerte y nadie quiere hacerse
cargo.</i></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><i>»Se nombra al capitán Carvalho
como nuevo gobernador, éste acepta el mando sin demasiada ilusión. La primera
medida que toma es la orden de quemar la nao Concepción. Las bajas de estos
últimos días, guerreando contra los indios del jefe Silapulapu primero y siendo
víctimas de la perfidia del jefe Humabon después, no nos permiten tripular tres
naos por lo que hay que sacrificar una. <o:p></o:p></i></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><i>»Embarcados en la Victoria y la
Trinidad afrontamos un viaje incierto a través de un mar del que desconocemos
todo. Nuestras mermas son notables. Se echa en falta al negro Enrique que era
nuestro intérprete, también se hace notar la ausencia de don Andrés San Martín
y su pericia en leer las estrellas para navegar hacia un rumbo concreto,
aunque, no sabiendo bien dónde nos hallamos, nos da igual ir hacia un lado o
hacia otro si bien todos queremos seguir el derrotero de poniente.»<o:p></o:p></i></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><o:p> </o:p>Pigafetta hace un alto en su
escritura y rememora al piloto San Martín. Amigo de leer las estrellas también
era aficionado a confeccionar horóscopos que, según decía él mismo, le avisaban
de las malas decisiones. El italiano llena sus ojos de agua cuando piensa que,
desgraciadamente, las estrellas le fallaron a San Martín cuando resolvió acudir
al banquete del traidor Humabon, pues allí él perdió la vida y la expedición un
buen piloto.</p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><o:p></o:p></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><o:p> </o:p><i>»Veinte y seis de agosto del
año del Señor de mil quinientos y veinte y uno.</i></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><i> </i><i>»Más de tres meses llevamos
vagando por la mar océana. Sin rumbo definido y sin objetivo que alcanzar, tan
solo el vago deseo de regresar a casa. El portugués Carvalho ha mostrado ser un
pirata redomado, pues piratería es ir de isla en isla para atacar, robar y
volver a las naos, así como asaltar las pobres embarcaciones que tienen la
desgracia de acercarse a nosotros. A los compatriotas de Carvalho no les incomoda
la actitud del capitán y la secundan animosos, mas los españoles no gustan de
ese proceder.</i></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><i>»Si Dios no lo remedia, este
viaje seguirá lleno de calamidades, como viene siendo desde que zarpamos de
España.» <o:p></o:p></i></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><o:p> </o:p></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><i>«Treinta de octubre del año del
Señor de mil quinientos y veinte y uno.<o:p></o:p></i></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><i> </i><i>»Los españoles se han
amotinado, después de seis meses se encuentran más que hartos de asaltar y
vagar entre los islotes que por este anchuroso mar abundan. Han reducido al
contingente portugués y toman el mando de la armada. El capitán Gómez de
Espinosa gobierna la nao Trinidad mientras que la nao Victoria queda en manos
del señor Elcano.»</i></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><o:p> </o:p>Pigafetta levanta la vista, achica
los ojos y reflexiona cómo la segunda vez que el mando de una nave recae en
Elcano es, de nuevo, tras el amotinamiento de parte de la tripulación.</p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><o:p></o:p></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><o:p> </o:p><i>»Grandes quebrantos estamos
viviendo y las sublevaciones es una pesadumbre más que añadir para hacer, cada
día que pasa, más inciertos el destino y el final de este viaje.</i></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><i>»Que Nuestra Señora, madre del
Redentor, nos ampare y ayude en estas horas de incertidumbre.»<o:p></o:p></i></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><o:p> </o:p></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><i>«Seis de noviembre del año del
Señor de mil quinientos y veinte y uno.<o:p></o:p></i></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><i> </i><i>»Hemos atracado en la isla de
Tidore<a href="file:///C:/BLOG/ESCRITOS/RELATOS/CR%C3%93NICAS/Cr%C3%B3nicas%20del%20DESCUBRIMIENTO/10-Vamos%20a%20dar%20una%20vuelta.docx#_ftn2" name="_ftnref2" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span class="MsoFootnoteReference"><b><span style="font-family: "Constantia",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-language: AR-SA; mso-bidi-theme-font: minor-bidi; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">[2]</span></b></span></span></a>,
perteneciente a las llamadas islas de las Especias. Damos gracias a Dios por
alcanzar nuestro inicial destino, después de tantos padecimientos. Hace más de
dos años que partimos de España.</i></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><i>»Las gentes de la isla nos
acogen y nos agasajan regalándonos grandes cantidades de especias que aquí
abundan por doquier y que tan preciadas son en nuestro mundo.»<o:p></o:p></i></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><o:p> </o:p></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><i>»Diez de febrero del año del
Señor de mil quinientos y veinte y dos.<o:p></o:p></i></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><i> </i><i>»Llevamos más de tres meses fondeados
en las islas de las Especias. Hemos aprovechado para reparar las mermadas fuerzas
y los estropeados barcos. La Trinidad está malherida, necesita gran labor de
carpintería y estos meses de trabajos para recomponerla no han sido suficientes,
pero el tiempo juega en contra nuestra pues es menester zarpar cuando la
climatología sea propicia para realizar la travesía que nos lleve a casa.»</i></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><o:p> </o:p></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><i>«Quince de febrero del año del
Señor de mil quinientos y veinte y dos.<o:p></o:p></i></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><i> </i><i>»Hoy zarpamos de Timor. La
Trinidad no está lista para realizar el viaje de vuelta a España. Los capitanes
deciden que, cuando pueda navegar con mayor seguridad, regrese por oriente a
dominios españoles de ultramar. Su destino será Panamá.</i></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><i>»La Victoria, al mando del
señor Elcano, sigue el derrotero de poniente hacia España. Con él viajamos
cuarenta y seis españoles, diecinueve indígenas y un servidor. <o:p></o:p></i></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><i>»Las bodegas están repletas de
sacos de especias tan valiosos como si de oro se tratara. Si Dios nos lleva a
buen puerto, además de realizar una gran hazaña, seremos hombres ricos gracias
al preciado cargamento.»<o:p></o:p></i></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><o:p> </o:p>Pigafetta está ilusionado. Por fin
vuelven a casa, aunque hay un problema que todos saben pero que nadie se atreve
a plantear en voz alta. La ruta es conocida, eso les da seguridad, pero, según
el Tratado de Tordesillas<a href="file:///C:/BLOG/ESCRITOS/RELATOS/CR%C3%93NICAS/Cr%C3%B3nicas%20del%20DESCUBRIMIENTO/10-Vamos%20a%20dar%20una%20vuelta.docx#_ftn3" name="_ftnref3" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "Constantia",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-language: AR-SA; mso-bidi-theme-font: minor-bidi; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">[3]</span></span></span></a>, el mar
por donde Elcano y sus hombres han de navegar no puede ser recorrido por naves
españolas pues es dominio portugués. El italiano sabe que eso les complica el
viaje, mas confía que el instinto de supervivencia que caracteriza a su nuevo almirante,
Juan Sebastián Elcano, los salve de los problemas que puedan sobrevenir. No
sabe hasta qué punto se cumplirá ese deseo.</p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><o:p></o:p></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">El rebelde Elcano, poco amigo de
obedecer, tiene un instinto innato para salir airoso de situaciones
comprometidas como ya ha dado muestras en este viaje. Además, rebeldías aparte,
es un buen piloto. Su pericia, en todos los sentidos, salvará la vida de
muchos, aunque aún les esperan muchas penalidades antes de llegar a casa.<o:p></o:p></p><div><br /></div><div><!--[if !supportFootnotes]-->CONTINUARÁ...<br clear="all" />
<hr align="left" size="1" width="33%" />
<!--[endif]-->
<div id="ftn1">
<p class="MsoFootnoteText"><a href="file:///C:/BLOG/ESCRITOS/RELATOS/CR%C3%93NICAS/Cr%C3%B3nicas%20del%20DESCUBRIMIENTO/10-Vamos%20a%20dar%20una%20vuelta.docx#_ftnref1" name="_ftn1" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "Constantia",serif; font-size: 10pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-language: AR-SA; mso-bidi-theme-font: minor-bidi; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">[1]</span></span><!--[endif]--></span></a>
Si bien es cierto que Magallanes era cojo por culpa de una herida que sufrió en
el norte de África, el apodo es fruto de la invención de la autora.<o:p></o:p></p>
</div>
<div id="ftn2">
<p class="MsoFootnoteText"><a href="file:///C:/BLOG/ESCRITOS/RELATOS/CR%C3%93NICAS/Cr%C3%B3nicas%20del%20DESCUBRIMIENTO/10-Vamos%20a%20dar%20una%20vuelta.docx#_ftnref2" name="_ftn2" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "Constantia",serif; font-size: 10pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-language: AR-SA; mso-bidi-theme-font: minor-bidi; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">[2]</span></span><!--[endif]--></span></a>
Islas Molucas, Indonesia oriental.<o:p></o:p></p>
</div>
<div id="ftn3">
<p class="MsoFootnoteText"><a href="file:///C:/BLOG/ESCRITOS/RELATOS/CR%C3%93NICAS/Cr%C3%B3nicas%20del%20DESCUBRIMIENTO/10-Vamos%20a%20dar%20una%20vuelta.docx#_ftnref3" name="_ftn3" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "Constantia",serif; font-size: 10pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-language: AR-SA; mso-bidi-theme-font: minor-bidi; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">[3]</span></span><!--[endif]--></span></a>
Acuerdo entre España y Portugal donde se estableció un reparto de las zonas de
navegación y conquista del océano Atlántico y el Nuevo Mundo mediante una línea
que dividía en dos la zona.<o:p></o:p></p>
</div>
</div><p>
</p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEighLSXaTOXBh16roTuMOICFV3sknkMYkJnFH0jNtJTfxJkjNpg_8Aif_orAjeDtrpjmVhyphenhyphenbXMSjDfyt9fgzwjTUbS2tOBo7lE_fev1gioYm7SZ-XuQY_s5fIFjvADXBXJ_FU9urVhEp3EgWtbPjifsdFRH7xySydHuIf7Q7E0EZQiq7Q8jhQsHsuA_zCvv/s626/Firma.png" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="561" data-original-width="626" height="179" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEighLSXaTOXBh16roTuMOICFV3sknkMYkJnFH0jNtJTfxJkjNpg_8Aif_orAjeDtrpjmVhyphenhyphenbXMSjDfyt9fgzwjTUbS2tOBo7lE_fev1gioYm7SZ-XuQY_s5fIFjvADXBXJ_FU9urVhEp3EgWtbPjifsdFRH7xySydHuIf7Q7E0EZQiq7Q8jhQsHsuA_zCvv/w200-h179/Firma.png" width="200" /></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: right;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEissf9PTbUVzSmLVXPOITccCCheDo1fLaBz8V5xRFVIh15acHOL0TP6IAxYr_PQL29akB77DuhwcURjSXrTShE6gsAnvUKCEXCv3sgj2mmrmdIwUWWbdPhXdOQOQSiTkiI06pQTNC9nODH9_MWmdS0gIKT6AKkxPUTMhUK-CHs_paMXFqN8r0TS5EUa71qi" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" data-original-height="524" data-original-width="606" height="119" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEissf9PTbUVzSmLVXPOITccCCheDo1fLaBz8V5xRFVIh15acHOL0TP6IAxYr_PQL29akB77DuhwcURjSXrTShE6gsAnvUKCEXCv3sgj2mmrmdIwUWWbdPhXdOQOQSiTkiI06pQTNC9nODH9_MWmdS0gIKT6AKkxPUTMhUK-CHs_paMXFqN8r0TS5EUa71qi=w137-h119" width="137" /></a></div><br />GLOSARIO</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://buscapina7.blogspot.com/2024/01/vamos-dar-una-vuelta-parte-i.html" target="_blank">Parte I</a><br /></div><div style="text-align: center;"><a href="https://buscapina7.blogspot.com/2024/01/vamos-dar-una-vuelta-parte-ii.html" target="_blank">Parte II</a><br /></div><div style="text-align: center;"><a href="https://buscapina7.blogspot.com/2024/01/vamos-dar-una-vuelta-parte-iii.html" target="_blank">Parte III</a><br /></div><div style="text-align: center;"><a href="https://buscapina7.blogspot.com/2024/01/vamos-dar-una-vuelta-parte-iv.html" target="_blank">Parte IV</a><br /></div><p></p><div><br /></div>Kirke Buscapinahttp://www.blogger.com/profile/00298107768900476677noreply@blogger.com10tag:blogger.com,1999:blog-3668051004744212225.post-84926918301865720612024-01-25T08:16:00.001+01:002024-01-25T08:35:47.507+01:00Vamos a dar una vuelta (Parte IV)<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi196s8BIMYlLtBt3O1V0_WhmYflQ6DEVYVatLoZpgQ5pmqtW3Vt9HNMs9_1F86K3VRrO5WneeST6jBj8yGRI1MEsudrE3QNa8zvIgxuOlsQCIRipQM23BeVzSAeRrbnGe8T7gbSDkCAb91qF1TRUVCjeW9EZPocsRJXniFjl7fidE83Le1RaU5Q0WPD1w-/s1920/Vamos%20a%20dar%20una%20vuelta.png" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1080" data-original-width="1920" height="360" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi196s8BIMYlLtBt3O1V0_WhmYflQ6DEVYVatLoZpgQ5pmqtW3Vt9HNMs9_1F86K3VRrO5WneeST6jBj8yGRI1MEsudrE3QNa8zvIgxuOlsQCIRipQM23BeVzSAeRrbnGe8T7gbSDkCAb91qF1TRUVCjeW9EZPocsRJXniFjl7fidE83Le1RaU5Q0WPD1w-/w640-h360/Vamos%20a%20dar%20una%20vuelta.png" width="640" /></a></div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">Pigafetta lleva varias semanas
postrado en su catre sin fuerzas para retomar la lectura de lo que ya lleva
escrito, y mucho menos para seguir escribiendo el diario que, está seguro, será
su obra póstuma pues están navegando sin rumbo ni orientación alguna. El mar
infinito, que por todas partes les rodea, es el único acompañante en una
travesía incierta. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">Unos días después, parece que ha
recuperado algo las fuerzas y retoma la escritura. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><i>« Primer día de marzo del año
del Señor de mil quinientos y veinte y uno.<o:p></o:p></i></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><i><o:p> </o:p></i><i>»Estamos perdidos. Este mar calmo,
que el almirante ha bautizado como Pacífico, nos lleva sin rumbo a la muerte,
llevamos tres meses y quince días navegando por él. No tenemos alimentos
frescos desde hace semanas. El bizcocho es un polvo mezclado con gusanos que
hiede a orines de rata. El agua que bebemos está podrida y hedionda. Comemos
pedazos de cuero de vaca que, previamente, dejamos remojando en agua para que
no estén tan duros y poder así tragarlos. Comemos serrín y, quien tiene dinero
para comprarlas, ratas, un alimento tan preciado como el mejor de los manjares
de la mesa de un rey. <a href="#_ftn1" name="_ftnref1" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span class="MsoFootnoteReference"><b><span style="font-family: "Constantia",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-language: AR-SA; mso-bidi-theme-font: minor-bidi; mso-fareast-font-family: Aptos; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">[1]</span></b></span></span></a></i></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><i>»Una rara enfermedad ha atacado
a gran parte de la tripulación: la boca se les llena de heridas sangrantes y les
desprende los dientes como si niños fueran y no hombres bragados. Ya llevamos
diecinueve muertos y veinticinco marineros están enfermos, inútiles para el
gobierno de las naos.<o:p></o:p></i></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><i>»O Dios pone remedio o hemos de
morir todos en esta loca aventura. Si Cristo no acude en nuestra ayuda, tendrá
que ser su Santa Madre, la Virgen, porque, a fe</i> mía, <i>que Magallanes no
será quien nos salve. Si ya demostró que no conocía con exactitud la ubicación
del paso, patente ha quedado que tampoco conoce hacia dónde ir en este mar Pacífico,
pues tomar el derrotero hacia el norte no es orden suficiente para dar con
algún lugar habitado por seres vivos.»<o:p></o:p></i></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><i><o:p> </o:p></i></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><i>«Diez de marzo del año del
Señor de mil quinientos y veinte y uno.<o:p></o:p></i></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><i><o:p> </o:p></i><i>»Hemos avistado tierra, por
fin. ¡Alabado sea el Señor! Los nativos se han acercado a las naos para darnos
la bienvenida, aunque su manera de recibir a los viajeros es cualquier cosa
menos agradecida. Se han subido a las naves y nos han robado abundantes
pertenencias que por las cubiertas había. Tantos eran y tan debilitados
estábamos por la falta de alimento que apenas pudimos evitarlo.</i></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><i>»Tomamos cumplida venganza tras
reponernos de la sorpresa: asaltamos la aldea y nos apropiamos de todos los
alimentos que podemos. Isla Ladrones<a href="#_ftn2" name="_ftnref2" style="mso-footnote-id: ftn2;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Constantia",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-language: AR-SA; mso-bidi-theme-font: minor-bidi; mso-fareast-font-family: Aptos; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">[2]</span></b></span><!--[endif]--></span></span></a>
ha sido el nombre que le hemos dado a aquel lugar lleno de facinerosos.<o:p></o:p></i></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><i><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></i></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><i>«Diecisiete de marzo del año
del Señor de mil quinientos y veinte y uno.<o:p></o:p></i></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><i><o:p> </o:p></i><i>»Por fin arribamos a una isla
habitada por gentes de bien. Los nativos parlan una lengua parecida a la del
esclavo que Magallanes trajo consigo desde Portugal: un indio que compró en
Malaca bautizado como Enrique y nacido en las islas de las Especias. Es nuestro
enlace con los nativos y eso hace afirmar al almirante que aqueste lugar
pertenece a las islas que tan preciadas son por sus hierbas<a href="#_ftn3" name="_ftnref3" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span class="MsoFootnoteReference"><b><span style="font-family: "Constantia",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-language: AR-SA; mso-bidi-theme-font: minor-bidi; mso-fareast-font-family: Aptos; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">[3]</span></b></span></span></a>.
Mas yo creo que anda errado, porque si bien el parlar de estas gentes es
similar al de Enrique, en algunos momentos se ve que no se entienden del todo.
A mi parecer estamos en algún lugar cercano mas no es el que dice Magallanes.»</i></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><i><o:p> </o:p></i></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><i>«Veinte y seis de marzo del año
del Señor de mil quinientos y veinte y uno.<o:p></o:p></i></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><i><o:p> </o:p></i><i>»Con el estómago lleno y
repuesto de tantos sufrimientos como padecimos antes de llegar hasta aquí, es
grande placer ver los atardeceres en la isla, gozar de la compañía de las
nativas complacientes y el buen acogimiento de los habitantes en general.</i></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><i>»Este tiempo de esparcimiento,
que tan merecido tenemos, me hace reflexionar: si esta es una de las islas de
las que procede el indio Enrique, éste ha dado una vuelta completa al mundo
pues si partió desde su lugar natal para ser vendido como esclavo en Malaca,
desde allí salió con su amo Magallanes hasta Portugal para seguir por el
derrotero de poniente hasta llegar de nuevo al país que le vio nacer…, voto a
Cristo que aqueste indígena es el primer hombre en realizar tamaña hazaña.» <o:p></o:p></i></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><i><o:p> </o:p></i></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">En ese momento Pigafetta deja de
escribir. Desde el lugar donde se halla, a la sombra de una palmera en la
playa, observa al indio Enrique que, alejado de la línea del mar, está
preparando la comida a su amo, Magallanes. El italiano enarca las cejas
imaginando a los escribanos del rey registrando el nombre de un negro (así le
llaman muchos, “el negro Enrique”) como el primer hombre en rodear el mundo.
Acto seguido, retoma la escritura.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><i>»Grandes cosas estamos viviendo,
mas no creo que nos hallemos preparados para dar el mérito de algo así a un
esclavo nacido en tierras sin cristianar. A buen seguro que la historia no recordará
su nombre para que quede memoria de él los siglos venideros<a href="#_ftn4" name="_ftnref4" style="mso-footnote-id: ftn4;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Constantia",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-language: AR-SA; mso-bidi-theme-font: minor-bidi; mso-fareast-font-family: Aptos; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">[4]</span></b></span><!--[endif]--></span></span></a>.»<o:p></o:p></i></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><i><o:p> </o:p></i></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><i>«Treinta de marzo del año del
Señor de mil quinientos y veinte y uno.<o:p></o:p></i></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><i><o:p> </o:p></i><i>»Hoy hemos visitado una isla
cercana a la que primero nos acogió. Los nativos la llaman Sugbo y nosotros
hemos dado en llamarla Cebú, por ser más fácil de pronunciar. Enseguida notamos
que la isla es lugar principal. Enormes canoas con velamen y aparejos muestran
el grande comercio que tienen con otras tierras. El jefe que los gobierna,
Humabon, está rodeado de lujo y siervos que le atienden con gran deferencia y
respeto.</i></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><i>»El jefe Humabon ha invitado al
almirante y a unos pocos de sus hombres, entre los que yo he sido elegido, para
comer y parlamentar gracias a la presencia del negro Enrique que nos ayuda a
entender su parla. <o:p></o:p></i></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><i>»Si ya vimos que el lugar nada
tiene que ver con las otras islas que hasta ahora conocíamos, grande sorpresa nos
llevamos cuando las viandas, ricas y variadas, nos han sido servidas en platos
de porcelana de la China. Vive Dios que estas gentes no son salvajes ni
desarrapados como los otros pueblos que hasta ahora hemos ido conociendo.»<o:p></o:p></i></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><i><o:p> </o:p></i></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><i>«Diecisiete de abril del año
del Señor de mil quinientos y veinte y uno.<o:p></o:p></i></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><i><o:p> </o:p></i><i>»Hoy es gran día de alborozo y
de agradecimiento al cielo, el jefe Humabon ha abrazado la fe en Cristo y se ha
bautizado, su nuevo nombre a partir de este día será Carlos en honor a nuestro
amado rey y emperador.</i></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><i>»Siendo cristiano como ya es,
Magallanes en nombre del tocayo del jefe, su Sacra Cesárea Católica Real Majestad Carlos I de
España y V de Alemania, decreta que a partir de hoy es el rey de todo el
archipiélago al que llamamos Islas de San Lázaro<a href="#_ftn5" name="_ftnref5" style="mso-footnote-id: ftn5;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Constantia",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-language: AR-SA; mso-bidi-theme-font: minor-bidi; mso-fareast-font-family: Aptos; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">[5]</span></b></span><!--[endif]--></span></span></a>
y en el que nos hallamos (hace días que el almirante reconoció que aquestas
islas no son las de las Especias, tal como más de uno sospechábamos desde el
principio).<o:p></o:p></i></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><i>»El nombramiento se recibe con
gran alegría de los habitantes de Cebú donde, de todos ellos, el más alegre es
Humabon, ahora don Carlos.»<o:p></o:p></i></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><i><o:p> </o:p></i></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><i>«Veinte y cinco de abril del
año del Señor de mil quinientos y veinte y uno.<o:p></o:p></i></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><i><o:p> </o:p></i><i>»Hay contrariedades en este
lugar que bien nos parecía el paraíso. El nombramiento de don Carlos Humabon
como rey de todas las Islas de San Lázaro fue bien aceptado por las gentes de Cebú,
pero no por los jefes de otras islas a quienes se les quita, con este
nombramiento, la jefatura de sus tierras. Especialmente belicoso se muestra el
jefe de Mactán, una isla muy pequeña pero guerrera y con el ánimo siempre
presto a batallar. Este rey, al que llaman Silapulapu, no reconoce el poder concedido
a don Carlos Humabon y este le pide a Magallanes que le ayudemos a afianzar su
jefatura sobre todas las islas.</i></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><i>»El almirante accede a la
petición de su nuevo protegido y va a enviar a sesenta hombres de la tropa con él
mismo al frente en un bote para obligar a Silapulapu a doblar la cerviz. Muchos
pensamos que son pocos españoles para tantos indios como les están esperando
(unos mil), pero Magallanes confía en que su sola presencia será suficiente
para convencer al rebelde caudillo.<o:p></o:p></i></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><i>»Quiera Dios que no esté
equivocado, porque muchos esperamos con el corazón encogido el resultado de
aquesta incursión en Mactán.»<o:p></o:p></i></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><i><o:p> </o:p></i></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">Pigafetta deja de escribir, la luz
de las velas en su pequeña cabaña inunda de sombras el habitáculo, con un mal
presentimiento se acuesta en una hamaca aún sin saber qué funestas
consecuencias tendrá la decisión de Magallanes de intervenir en la disputa
entre los dos caciques.<o:p></o:p></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">CONTINUARÁ...</p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiuCkrGG-JaYOQVaAam3w0BXgpmrXLVkPtcluPrGj7kwoh_ia3fFs_f0r3VT5jIgqpKfulS1t13gMrxj_jW-3qFkjUaLwQzciaoh8BuSUZkgxzlYSRRjT2jBRrJHjcxB25NRyZxoBCbd0c88lN_DSRyMcZBqQpAieQ_jyZQpguuGB97a4jgYMId2Uhxeeqi/s626/Firma.png" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="561" data-original-width="626" height="179" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiuCkrGG-JaYOQVaAam3w0BXgpmrXLVkPtcluPrGj7kwoh_ia3fFs_f0r3VT5jIgqpKfulS1t13gMrxj_jW-3qFkjUaLwQzciaoh8BuSUZkgxzlYSRRjT2jBRrJHjcxB25NRyZxoBCbd0c88lN_DSRyMcZBqQpAieQ_jyZQpguuGB97a4jgYMId2Uhxeeqi/w200-h179/Firma.png" width="200" /></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">GLOSARIO</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://buscapina7.blogspot.com/2024/01/vamos-dar-una-vuelta-parte-i.html" target="_blank">Parte I</a><br /></div><div style="text-align: center;"><a href="https://buscapina7.blogspot.com/2024/01/vamos-dar-una-vuelta-parte-ii.html" target="_blank">Parte II</a></div><div style="text-align: center;"><a href="https://buscapina7.blogspot.com/2024/01/vamos-dar-una-vuelta-parte-iii.html" target="_blank">Parte III</a><br /></div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><br /></p>
<p class="MsoNormal"><o:p> </o:p></p>
<div style="mso-element: footnote-list;"><!--[if !supportFootnotes]--><br clear="all" />
<hr align="left" size="1" width="33%" />
<!--[endif]-->
<div id="ftn1" style="mso-element: footnote;">
<p class="MsoFootnoteText"><a href="#_ftnref1" name="_ftn1" style="mso-footnote-id: ftn1;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "Constantia",serif; font-size: 10pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-language: AR-SA; mso-bidi-theme-font: minor-bidi; mso-fareast-font-family: Aptos; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">[1]</span></span><!--[endif]--></span></span></a>
Tomado del propio diario de Pigafetta.<o:p></o:p></p>
</div>
<div id="ftn2" style="mso-element: footnote;">
<p class="MsoFootnoteText"><a href="#_ftnref2" name="_ftn2" style="mso-footnote-id: ftn2;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "Constantia",serif; font-size: 10pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-language: AR-SA; mso-bidi-theme-font: minor-bidi; mso-fareast-font-family: Aptos; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">[2]</span></span><!--[endif]--></span></span></a>
Isla de Guam, perteneciente a las Islas Marianas.<o:p></o:p></p>
</div>
<div id="ftn3" style="mso-element: footnote;">
<p class="MsoFootnoteText"><a href="#_ftnref3" name="_ftn3" style="mso-footnote-id: ftn3;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "Constantia",serif; font-size: 10pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-language: AR-SA; mso-bidi-theme-font: minor-bidi; mso-fareast-font-family: Aptos; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">[3]</span></span><!--[endif]--></span></span></a>
Desembarcan en la isla Sámar que pertenece a las Islas Filipinas y no a las
Molucas.<o:p></o:p></p>
</div>
<div id="ftn4" style="mso-element: footnote;">
<p class="MsoFootnoteText"><a href="#_ftnref4" name="_ftn4" style="mso-footnote-id: ftn4;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "Constantia",serif; font-size: 10pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-language: AR-SA; mso-bidi-theme-font: minor-bidi; mso-fareast-font-family: Aptos; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">[4]</span></span><!--[endif]--></span></span></a> Oficialmente, los primeros hombres en dar la vuelta al mundo fueron Elcano y
los tripulantes de la nave Victoria.<o:p></o:p></p>
</div>
<div id="ftn5" style="mso-element: footnote;">
<p class="MsoFootnoteText"><a href="#_ftnref5" name="_ftn5" style="mso-footnote-id: ftn5;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "Constantia",serif; font-size: 10pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-language: AR-SA; mso-bidi-theme-font: minor-bidi; mso-fareast-font-family: Aptos; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">[5]</span></span><!--[endif]--></span></span></a>
Años después se las llamó Islas Filipinas, en honor al entonces príncipe Felipe
que luego sería Felipe II.<o:p></o:p></p>
</div>
</div><br /><p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgrNIlg0LnA9eQVlYlYIAMPNY7jOBpiuzmSKp2zFctCFT7W1hG4P-ZOp0BY9S7uKwwoYmgEPurSd0B0Oak5-7MEtozFw8okHFIS41SFODBU9TzIAijXfOV_oIGN-PZfnUFHU5SBWZPm5eTlcAKWOhHJbkx7V0ba1JLuZq4yhfSTiSJZOsSYlDjrOCvLu-70/s480/image.png" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="408" data-original-width="480" height="170" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgrNIlg0LnA9eQVlYlYIAMPNY7jOBpiuzmSKp2zFctCFT7W1hG4P-ZOp0BY9S7uKwwoYmgEPurSd0B0Oak5-7MEtozFw8okHFIS41SFODBU9TzIAijXfOV_oIGN-PZfnUFHU5SBWZPm5eTlcAKWOhHJbkx7V0ba1JLuZq4yhfSTiSJZOsSYlDjrOCvLu-70/w200-h170/image.png" width="200" /></a></div><br />Kirke Buscapinahttp://www.blogger.com/profile/00298107768900476677noreply@blogger.com7tag:blogger.com,1999:blog-3668051004744212225.post-40417854801736467002024-01-20T00:30:00.002+01:002024-01-21T08:54:08.766+01:00Vamos a dar una vuelta (Parte III)<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjnywelfglhVeE3R7prtOKE3b59CwfUBODXTo1j_hQ9u1Zl7FjrdvVk5S22561uK6t1xQ_4mNPUxhQqkaPCSr0BNXe3dfLDerQx5kD8TmXx-Aua4EFI_JKrt0JcgMxdoYtkS61pOW1M_PK0yzAz8_03aiy72uk_AzfYNolb6DJZi_0R5HoqzPQAYjDdQYNu/s1920/Vamos%20a%20dar%20una%20vuelta.png" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1080" data-original-width="1920" height="360" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjnywelfglhVeE3R7prtOKE3b59CwfUBODXTo1j_hQ9u1Zl7FjrdvVk5S22561uK6t1xQ_4mNPUxhQqkaPCSr0BNXe3dfLDerQx5kD8TmXx-Aua4EFI_JKrt0JcgMxdoYtkS61pOW1M_PK0yzAz8_03aiy72uk_AzfYNolb6DJZi_0R5HoqzPQAYjDdQYNu/w640-h360/Vamos%20a%20dar%20una%20vuelta.png" width="640" /></a></div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><i>«Quince de junio del año del
Señor de mil quinientos y veinte.<o:p></o:p></i></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><i><o:p> </o:p></i><i>»Dos meses y medio llevamos
aquí, en San Julián, el tiempo no solo no mejora, sino que cada vez es peor. Ni
un alma viviente habíamos visto hasta ayer. Un hombre cubierto de pieles (no
sabemos de dónde las habrá obtenido pues por aquí no hemos visto animales) se
ha acercado hasta nuestro campamento en la playa congelada. Es un ser cándido,
se ríe por todo, algunos pensamos que es retrasado mental (no vemos ningún
motivo de risa con tanto frío como hace). Es muy alto y</i> tiene unos <i>pies
muy grandes. Uno de los capitanes, leído y viajado, le ha llamado patagón que
dice ser lo mismo que pata grande, a lo que los demás hemos dado por llamar a
estos lugares abandonados de Dios, Patagonia, la tierra de los patagones pues
suponemos que habrá más, aunque nosotros solo hemos visto a uno.</i></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><i>»Este encuentro nos ha sacado
al menos de la apatía y el desánimo que se han agrandado tras un nuevo fracaso
en esta malhadada expedición. Hace una semana, nuestro almirante decidió pasar
a la acción, a pesar de las condiciones climatológicas, y envió a la Santiago,
la nave más pequeña y manejable, a explorar el sur. Encalló en un arrecife y
aunque conseguimos salvar a los náufragos, la nave ha quedado destrozada. <o:p></o:p></i></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><i>»El patagón ha decidido
quedarse a vivir con nosotros. Ahora tenemos entre nuestras filas un hombre más
y un barco menos.»<o:p></o:p></i></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><i><o:p> </o:p></i>Pigafetta recuerda al indígena que
tan contento se mostraba en el campamento. Todos los intentos por comunicarse
con él fueron infructuosos, ante cualquier gesto por parte de la tropa para
intentar averiguar dónde había animales para alimentarse él se limitaba a
sonreír de forma bobalicona.</p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><o:p> </o:p><i>«Veinte y cuatro de agosto del
año del Señor de mil quinientos y veinte.</i></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><i><o:p> </o:p></i><i>»El capitán Magallanes ha dado
orden de zarpar. El tiempo, sin ser bueno, algo ha mejorado y nos vamos de esta
maldita bahía de San Julián. Tal como hizo saber el día que se sofocó la
revuelta, don Juan de Cartagena no partirá con nosotros, se quedará aquí para
pasar lo que le quede de vida, que será poca pues no se le va a dejar ni agua
ni comida. En el último momento el señor Magallanes decide proporcionarle
compañía: un clérigo para que le ayude en el momento de morir, si no lo hace
antes él y, también, para castigar al fráter por participar activamente en el
motín. La primigenia idea de perdonar al resto de sublevados por ser necesarios
para gobernar los barcos no se aplica en el fraile pues su única misión era la
de rezar para que la expedición se desarrollara sin contratiempos y, vive Dios,
que no la ha cumplido bien.</i></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><i>»El patagón ha sido invitado
por el almirante a viajar con nosotros, algo reticente al principio ha accedido
después, cuando uno de los capitanes le ha puesto una daga en el cuello. En
previsión de un nuevo arrepentimiento, el almirante ha urdido una añagaza: le
ha mostrado al gigante unos grilletes haciéndole creer que eran pulseras, el
bobalicón se las ha puesto con su sempiterna sonrisa creyendo ser alhajas y así
ha quedado amarrado a nuestro destino y a una traviesa de la bodega. Toda la
tripulación recibió con risas tamaña felonía, el señor Elcano y este humilde
servidor de Dios fuimos los únicos que no secundamos ese malhacer de nuestro
almirante.<o:p></o:p></i></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><i>»Una vez todos en nuestros
barcos emprendemos viaje más al sur, en busca del paso deseado. Quiera Dios que
los vientos nos sean propicios.»<o:p></o:p></i></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><i><o:p> </o:p></i><i>«Dos de septiembre del año del
Señor de mil quinientos y veinte.</i></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><i><o:p> </o:p></i><i>»El tiempo es adverso.
Ventiscas de nieve, grandes fragmentos de hielo flotando a la deriva,
temperaturas gélidas y tormentas infernales nos impiden avanzar. El almirante
ha ordenado atracar al resguardo de la desembocadura de un río<a href="file:///C:/BLOG/ESCRITOS/RELATOS/08-TEMPORADA%202024/03-Vamos%20a%20dar%20una%20vuelta%20(III).docx#_ftn1" name="_ftnref1" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span class="MsoFootnoteReference"><b><span style="font-family: "Constantia",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-language: AR-SA; mso-bidi-theme-font: minor-bidi; mso-fareast-font-family: Aptos; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">[1]</span></b></span></span></a>.</i></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><i>»Nuestra situación es
desesperada. El hambre y el no saber dónde nos encontramos desanima a la
tripulación que, cada día que pasa, está más débil. El patagón ha muerto, nada
más embarcar dejó de sonreír y se negó a comer, lo que los demás agradecimos
pues su ración añadía más cantidad a la nuestra. En cuanto vio que se alejaba
de lo que suponemos su hogar se sumió en la tristeza; una congoja que ninguno
entendimos pues no se entiende entristecer por abandonar un páramo helado e
inhóspito.»<o:p></o:p></i></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><i><o:p> </o:p></i>Con tristeza, Pigafetta recuerda cómo
toda la tripulación sintió la pérdida del sonriente patagón, aunque no podían
comunicarse con él, su sonrisa complaciente era estimulante.</p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><o:p> </o:p><i>«Veinte y uno de octubre del
año del Señor de mil quinientos y veinte.</i></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><i><o:p> </o:p></i><i>»Casi dos meses llevábamos atracados
en la desembocadura del río cuando el almirante ha dado fin a nuestra quietud
ordenando zarpar hace dos días y hoy los cielos se han despejado para dejarnos
contemplar un cabo que bien pudiera indicar que la costa ahí termina para virar
hacia el oeste, aunque puede que sea otra bahía.</i></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><i>»El señor Magallanes ha enviado
a la San Antonio y a la Concepción a internarse en ese entrante de mar para
averiguar si es bahía, desembocadura fluvial o el fin del infierno, con la orden de
regresar en cinco días. La Trinidad y la Victoria quedan en el exterior a la
espera.<o:p></o:p></i></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><i>»Si es cierto que ahí se
encuentra el paso, hemos estado retenidos dos meses a tan solo dos días de
navegación del objeto de nuestra búsqueda. El mal concepto que tenemos todos,
incluidos los más afines, sobre las aptitudes de Magallanes para este viaje no
hace más que crecer.»<o:p></o:p></i></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><i><o:p> </o:p></i>El italiano observa cómo, a partir
de ese momento, en su diario le apea el tratamiento de ‘señor’ al almirante. Él
es su más firme defensor, pero ha de reconocer que el portugués les engañó a todos cuando se vanagloriaba de conocer una ruta para rodear el Nuevo Mundo y
alcanzar el mar del Sur.</p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><o:p> </o:p><i>«Uno de noviembre del año del
Señor de mil quinientos y veinte.</i></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><i><o:p> </o:p></i><i>»Hay alborozo y alegría en la
tripulación. La San Antonio y la Concepción han regresado con la mejor de las
noticias: la entrada de mar no es una bahía cerrada. ¡Alabado sea el Señor! Por
fin hallamos el paso. Magallanes lo ha bautizado de Todos los Santos dada la
festividad que hoy se celebra.</i></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><i>»Esta noche ha habido fiesta y
cantos en cubierta. Algo ha venido a añadir inquietud a la alegría general: se
observan puntos de luz en el interior, lejos de la costa. Hay habitantes en
estos lares. Esas luces parpadeantes han provocado que algunos llamen a este
lugar Tierra de Fuego.<o:p></o:p></i></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><i>»Encomendándonos a Dios y con
el ánimo crecido, mañana iniciamos la misión de atravesar el paso de Todos los
Santos. Que Cristo y su Santa Madre, la Virgen, nos acompañen.»<o:p></o:p></i></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><i><o:p> </o:p></i><i>«Veinte y ocho de noviembre del
año del Señor de mil quinientos y veinte.</i></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><i><o:p> </o:p></i><i>»Dios, en su infinita bondad,
ha permitido que atravesemos el paso que nos ha llevado hasta el mar del Sur,
aunque se ha cobrado un alto precio.</i></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><i>»Hemos dado vueltas y afrontado
grandes penalidades antes de llegar al final de este maldito paso tan estrecho,
lleno de arrecifes, islotes y corrientes adversas. Además, hemos perdido otra
nao. <o:p></o:p></i></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><i>»En una encrucijada Magallanes
envió a la San Antonio y la Concepción por un lado y un bote por otro. El bote
regresa presto para comunicar que se ha divisado el final del paso. La
Concepción también regresa para informar que por ese lado no hay salida y que
perdió de vista a la San Antonio; dado el buen tiempo que imperaba cuando la
dejó de ver se sospecha que su desaparición no se debe a un naufragio sino a
una deserción: la San Antonio se vuelve a España.<o:p></o:p></i></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><i>»La alegría de saber finalizada
la travesía del paso se empaña con esta pérdida. No solo duele la traición,
además, en la San Antonio se almacenan las provisiones. Que Dios se apiade de
nosotros.» <o:p></o:p></i></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><o:p><i> </i>CONTINUARÁ...</o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><o:p> </o:p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"></div><div style="mso-element: footnote-list;">
<!--[endif]-->
<div id="ftn1" style="mso-element: footnote;">
<p class="MsoFootnoteText"><a href="file:///C:/BLOG/ESCRITOS/RELATOS/08-TEMPORADA%202024/03-Vamos%20a%20dar%20una%20vuelta%20(III).docx#_ftnref1" name="_ftn1" style="mso-footnote-id: ftn1;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "Constantia",serif; font-size: 10pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-language: AR-SA; mso-bidi-theme-font: minor-bidi; mso-fareast-font-family: Aptos; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">[1]</span></span><!--[endif]--></span></span></a>
Río Santa Cruz<o:p></o:p></p>
</div>
</div><br /><p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjTYUPdWG-9Nwozq5au70ZRTzK1slfhBCTE_-VP9s_EeXsfnAGbnBoRQbquzEu0dVUQEyMIRr8LHrZGvdGGlWGaWtkMN9rAzo9UEbzO5tzo-Je9W1yTN3fnVA78okaHA6fzDVdznX03wU6FxeE9dSJGtEmPrUIetdaoBZOML1c9-NUro5f15GP_NQZEUhBp/s626/Firma.png" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="561" data-original-width="626" height="179" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjTYUPdWG-9Nwozq5au70ZRTzK1slfhBCTE_-VP9s_EeXsfnAGbnBoRQbquzEu0dVUQEyMIRr8LHrZGvdGGlWGaWtkMN9rAzo9UEbzO5tzo-Je9W1yTN3fnVA78okaHA6fzDVdznX03wU6FxeE9dSJGtEmPrUIetdaoBZOML1c9-NUro5f15GP_NQZEUhBp/w200-h179/Firma.png" width="200" /></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: right;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjFy7h0ThHlYRtsQvyZ6n0FIXRLAjlEka5SxMTNlkCu-Vw5Ikz31f1DpqZGCOWfnpn4G_jMi25EnoEw5oGZ1uCJctcMM-644SIs-E9cx4dQuZmeGYQCGotJQxI5VGXWh0pOJv6cg3zcUzUh9mWjVP-NkmWCCG8kgPELjUDNr1y5Xci-6ElzlOBeMe2He_7t/s480/image.png" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="408" data-original-width="480" height="111" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjFy7h0ThHlYRtsQvyZ6n0FIXRLAjlEka5SxMTNlkCu-Vw5Ikz31f1DpqZGCOWfnpn4G_jMi25EnoEw5oGZ1uCJctcMM-644SIs-E9cx4dQuZmeGYQCGotJQxI5VGXWh0pOJv6cg3zcUzUh9mWjVP-NkmWCCG8kgPELjUDNr1y5Xci-6ElzlOBeMe2He_7t/w131-h111/image.png" width="131" /></a></div>Entradas anteriores:<br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://buscapina7.blogspot.com/2024/01/vamos-dar-una-vuelta-parte-i.html" target="_blank">Parte I</a><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://buscapina7.blogspot.com/2024/01/vamos-dar-una-vuelta-parte-ii.html" target="_blank">Parte II</a><br /></div><br />Kirke Buscapinahttp://www.blogger.com/profile/00298107768900476677noreply@blogger.com6tag:blogger.com,1999:blog-3668051004744212225.post-60092730037587529352024-01-15T07:57:00.001+01:002024-01-15T08:03:55.166+01:00Vamos a dar una vuelta (Parte II)<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjNjW2gUuh2VjNCJhsLuARgJ95oJJq-QtLUaJQENQXtVsdS5c4kdp1F88w5Iky5Pm96QUH7h9ltDReQoLhqNPGZEZDpP0oQvMF9HksZU6zjacrMKNHFVWZH_13FXgvU02xTW1Nfq4LEQVx3aa5eEEKeCnY5aDKH7Z4VN-4So4jZofladBDg2wIE0VfAks6t/s1920/Vamos%20a%20dar%20una%20vuelta.png" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1080" data-original-width="1920" height="360" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjNjW2gUuh2VjNCJhsLuARgJ95oJJq-QtLUaJQENQXtVsdS5c4kdp1F88w5Iky5Pm96QUH7h9ltDReQoLhqNPGZEZDpP0oQvMF9HksZU6zjacrMKNHFVWZH_13FXgvU02xTW1Nfq4LEQVx3aa5eEEKeCnY5aDKH7Z4VN-4So4jZofladBDg2wIE0VfAks6t/w640-h360/Vamos%20a%20dar%20una%20vuelta.png" width="640" /></a></div><p class="MsoNormal"><i>«Treinta y uno de marzo del año del Señor de mil quinientos
y veinte.<o:p></o:p></i></p>
<p class="MsoNormal"><i>»Nueve meses ha que zarpamos de España. Nos encontramos en
la bahía que nuestro capitán ha bautizado como de San Julián. Rezamos a Dios
para que este sea el paso que tan desesperadamente estamos buscando. Mucho me
temo que, una vez más, estemos errados. Mas habremos de esperar para saberlo
pues el tiempo ha empeorado y es imposible navegar.<o:p></o:p></i></p>
<p class="MsoNormal"><i>»Grande decepción fue la que sufrimos hace más de dos meses,
cuando la flota se internó bordeando la costa en lo que creíamos era el paso
pero que, tras quince días de navegación, descubrimos con gran pesar que se trataba de la desembocadura de un gran río<a href="file:///C:/BLOG/ESCRITOS/RELATOS/08-TEMPORADA%202024/02-Vamos%20a%20dar%20una%20vuelta%20(II).docx#_ftn1" name="_ftnref1" style="mso-footnote-id: ftn1;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "Constantia",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-language: AR-SA; mso-bidi-theme-font: minor-bidi; mso-fareast-font-family: Aptos; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">[1]</span></span><!--[endif]--></span></span></a> al
comprobar que el agua era dulce. Estas tierras nos ofrecen maravillas sin
parangón, pero aún no existe el mar que agua salada no tenga.<o:p></o:p></i></p>
<p class="MsoNormal"><i>»El señor Magallanes decidió seguir navegando dirección sur,
con grande descontento de los otros mandos pues cuanto más al sur viajamos más
nos internamos en el hemisferio donde el invierno llega cuando en tierras
cristianas arranca el verano. Y así ha sido, pues ahora estamos esperando que
el tiempo mejore.<o:p></o:p></i></p>
<p class="MsoNormal"><i>»La tripulación está desmoralizada, pero lo peor es
comprobar que nuestro capitán general también anda abatido. Poco comunicativo,
como es su costumbre, pasa todo el día en su camarote, pero hasta el menos
observador es capaz de darse cuenta de que no sabe dónde nos hallamos. La ruta
de la que tanto alardeaba conocer ha demostrado no ser correcta pues perdidos
nos encontramos al haber creído en varias ocasiones estar en el paso cuando
solo eran bahías grandes y anchurosas. Bahías eran y no pasos la que llamamos
de los Patos por las grandes aves<a href="file:///C:/BLOG/ESCRITOS/RELATOS/08-TEMPORADA%202024/02-Vamos%20a%20dar%20una%20vuelta%20(II).docx#_ftn2" name="_ftnref2" style="mso-footnote-id: ftn2;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "Constantia",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-language: AR-SA; mso-bidi-theme-font: minor-bidi; mso-fareast-font-family: Aptos; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">[2]</span></span><!--[endif]--></span></span></a>
incapaces de volar que habitan sus costas y la que llamamos de los Trabajos por
los grandes sufrimientos que padecimos con las tormentas que nos azotaron.<o:p></o:p></i></p>
<p class="MsoNormal"><i>»Ahora solo cabe esperar que el tiempo mejore y que Dios se
acuerde de nosotros en este lugar abandonado de su mano.»</i><o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">El italiano deja de leer, la poca luz que hay tras ocultarse
el sol le impide ver las letras, pero no quiere bajar al interior del barco,
allí el hedor de los cuerpos hacinados y enfermos hace el aire irrespirable,
prefiere el viento suave que corre por cubierta. Busca un parapeto entre varias
jarcias y enciende una vela para seguir su lectura. Sabe que es peligroso, el
aire o un vaivén del barco puede hacer que la llama prenda los papeles que tan
primorosamente ha ido escribiendo, pero un placer malsano le incita a seguir
leyendo los pasajes que cuentan lo más cruento del viaje, al menos de lo que
llevan vivido pues el futuro no se presenta muy halagüeño y, aunque parezca
imposible, cabe esperar que lo peor aún no haya llegado.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal"><i>«Siete de abril del año del Señor de mil quinientos y
veinte.<o:p></o:p></i></p>
<p class="MsoNormal"><i>»Solo llevamos una semana en esta asolada bahía de San
Julián y el ocio ya hace mella. La falta de alimentos es muy grande. El
almirante nos ha racionado la comida y, ante el descontento de los mandos de
las otras naos, ha cesado al capitán de la San Antonio y ha puesto a don Álvaro
de Mesquita, un portugués, en su lugar, lo que ha enfadado grandemente a los ya
enfadados capitanes españoles. <o:p></o:p></i></p>
<p class="MsoNormal"><i>»Ahora las dos naos más grandes de la flota están en manos
portuguesas, más la Santiago que es más pequeña pero que tiene a un portugués
como capitán. Tres a dos. Esa es la razón, y no el hambre que padecemos, que se
encuentra tras el asalto a la nao San Antonio por parte de don Juan de
Cartagena, siempre belicoso ante nuestro almirante, y don Antonio de Coca, el
depuesto capitán. Han engrilletado al señor Mesquita, han colocado al mando a
don Juan Sebastián Elcano y se han declarado en rebeldía junto con los
capitanes de las naos Victoria y Concepción, los señores Mendoza y Quesada
respectivamente. Exigen al señor Magallanes que regresemos todos a España pues
es más que evidente que la expedición ha fracasado porque el paso no se halla
donde el capitán general creía. <o:p></o:p></i></p>
<p class="MsoNormal"><i>»El señor Magallanes se ha encerrado en su camarote con el
mutismo que ya es sello de su identidad y no ha dado muestras de responder a lo
que todos entendemos como un motín que bien puede acabar con su vida. Quiera
Dios que no corra la sangre y todos se avengan a razones.»<o:p></o:p></i></p>
<p class="MsoNormal">Una vez más Pigafetta sonríe ante el final de esa entrada de
su diario. Recordando lo que sucedió después reconoce que sus oraciones no han
sido oídas en ningún momento por un Dios del que cada vez es más incrédulo.
Retoma la lectura.<i><o:p></o:p></i></p>
<p class="MsoNormal"><i>«Ocho de abril del año del Señor de mil quinientos y veinte.<o:p></o:p></i></p>
<p class="MsoNormal"><i>»Nuestro almirante ha salido de su camarote y ha ordenado al
señor de Espinosa que se reúna con los capitanes rebeldes en la Victoria para
dar respuesta a las demandas de los amotinados. Cuando Espinosa tiene ante sí
al capitán Mendoza, este le exige una contestación contundente y clara sabiendo
cómo Magallanes gusta de dar la callada por respuesta, ante lo cual el enviado
le responde con una puñalada en el pecho. Todos quedan sorprendidos,
especialmente Mendoza que muere desangrado, pero nadie niega que la respuesta
ha sido contundente y muy clara. <o:p></o:p></i></p>
<p class="MsoNormal"><i>»Mientras esto sucede en la nao Victoria, otros soldados
abordan las demás naos sublevadas y el motín se zanja apresando y castigando a
los cabecillas. A saber, don Gaspar de Quesada es decapitado y su cadáver,
junto con el de Mendoza, descuartizado y repartidos sus pedazos por el páramo
en el que nos encontramos para que sea pasto de las alimañas si es que existen
porque en aqueste lugar no hay signos de vida; es más, de haber animales ya
podríamos habernos alimentado con ellos.<o:p></o:p></i></p>
<p class="MsoNormal"><i>»A don Juan de Cartagena, una molestia incómoda para el
capitán general desde el primer día que zarpamos, se le ha condenado a ser
abandonado en este lugar solo y sin ningún tipo de equipamiento, para que muera
de inanición. Pero eso será cuando el tiempo nos permita irnos de aquí. <o:p></o:p></i></p>
<p class="MsoNormal"><i>»A los demás amotinados, más de cuarenta, se les perdona la
rebeldía no por magnanimidad de nuestro almirante, sino porque entre los
enfermos y los muertos por congelación, andamos escasos de hombres y no es
cuestión de perder el uso de las naves por falta de quienes las gobiernen. Este
perdón ha sido bien recibido por los sublevados, especialmente por el capitán
en funciones de la San Antonio, don Juan Sebastián Elcano.»</i><o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">El cronista de la expedición sonríe de nuevo al ver el
nombre de quien en principio fue un amotinado y ahora es uno de los mejores
tripulantes con los que cuenta la expedición. Las bajas por inanición y por una
extraña enfermedad<a href="file:///C:/BLOG/ESCRITOS/RELATOS/08-TEMPORADA%202024/02-Vamos%20a%20dar%20una%20vuelta%20(II).docx#_ftn3" name="_ftnref3" style="mso-footnote-id: ftn3;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "Constantia",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-language: AR-SA; mso-bidi-theme-font: minor-bidi; mso-fareast-font-family: Aptos; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">[3]</span></span><!--[endif]--></span></span></a>
que les ataca primero la boca en forma de encías sangrantes y que acaba en
enormes moratones por toda la piel hasta causar la muerte, han diezmado la
tripulación, por lo que tener entre los supervivientes hombres con habilidad
para gobernar un barco siempre es bienvenido, aunque sean poco de fiar en
cuanto a lealtad al mando establecido. <o:p></o:p></p><p class="MsoNormal">CONTINUARÁ...</p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiiuQuh7xFxgVR5HdMi3W8coUc3N-TVFw71nOVz8FT3l28KTl_5lNFawexyd6P0KK6nBeGsLbVFiWp5vMwmh0Dy92zTNZY77jk05dZL1TcQZGC_UNR4FiKBpypY74Hu1PpMNjNiAWvNK13HjoY2SIfJsICfFKzHbJ2DVKHJu6ccM1en1i6xBht7RQIBM3Ks/s626/Firma.png" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="561" data-original-width="626" height="179" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiiuQuh7xFxgVR5HdMi3W8coUc3N-TVFw71nOVz8FT3l28KTl_5lNFawexyd6P0KK6nBeGsLbVFiWp5vMwmh0Dy92zTNZY77jk05dZL1TcQZGC_UNR4FiKBpypY74Hu1PpMNjNiAWvNK13HjoY2SIfJsICfFKzHbJ2DVKHJu6ccM1en1i6xBht7RQIBM3Ks/w200-h179/Firma.png" width="200" /></a></div><br /><p class="MsoNormal"><br /></p>
<p class="MsoNormal"><o:p> </o:p></p>
<div style="mso-element: footnote-list;"><!--[if !supportFootnotes]--><br clear="all" />
<hr align="left" size="1" width="33%" />
<!--[endif]-->
<div id="ftn1" style="mso-element: footnote;">
<p class="MsoFootnoteText"><a href="file:///C:/BLOG/ESCRITOS/RELATOS/08-TEMPORADA%202024/02-Vamos%20a%20dar%20una%20vuelta%20(II).docx#_ftnref1" name="_ftn1" style="mso-footnote-id: ftn1;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "Constantia",serif; font-size: 10pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-language: AR-SA; mso-bidi-theme-font: minor-bidi; mso-fareast-font-family: Aptos; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">[1]</span></span><!--[endif]--></span></span></a>
Río de la Plata<o:p></o:p></p>
</div>
<div id="ftn2" style="mso-element: footnote;">
<p class="MsoFootnoteText"><a href="file:///C:/BLOG/ESCRITOS/RELATOS/08-TEMPORADA%202024/02-Vamos%20a%20dar%20una%20vuelta%20(II).docx#_ftnref2" name="_ftn2" style="mso-footnote-id: ftn2;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "Constantia",serif; font-size: 10pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-language: AR-SA; mso-bidi-theme-font: minor-bidi; mso-fareast-font-family: Aptos; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">[2]</span></span><!--[endif]--></span></span></a>
Pingüinos<o:p></o:p></p>
</div>
<div id="ftn3" style="mso-element: footnote;">
<p class="MsoFootnoteText"><a href="file:///C:/BLOG/ESCRITOS/RELATOS/08-TEMPORADA%202024/02-Vamos%20a%20dar%20una%20vuelta%20(II).docx#_ftnref3" name="_ftn3" style="mso-footnote-id: ftn3;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "Constantia",serif; font-size: 10pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-language: AR-SA; mso-bidi-theme-font: minor-bidi; mso-fareast-font-family: Aptos; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">[3]</span></span><!--[endif]--></span></span></a>
Escorbuto<o:p></o:p></p>
</div>
</div><span style="color: red;">Entradas anteriores:</span><div><br /></div><div><div style="text-align: center;"><a href="https://buscapina7.blogspot.com/2024/01/vamos-dar-una-vuelta-parte-i.html">Parte I</a></div><p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjJ65kMlUTET6dkmRT4KRe8BGuAUjBtsQFCpyem2mD5FNEYy_vk6oLCKRX_hqnLfDJvGTTZUYXMNGTwVZ3h8ICluLS4AHxgUHxcigTEJfB-yiCaEt1OR8a202ZoduIACMLa8pLnkwfIxXW7pHUTA39Y6AzTCwwc6YwMDCTgmPHz-eCqZzY_t1SgsFGWCsAw/s480/image.png" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="408" data-original-width="480" height="170" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjJ65kMlUTET6dkmRT4KRe8BGuAUjBtsQFCpyem2mD5FNEYy_vk6oLCKRX_hqnLfDJvGTTZUYXMNGTwVZ3h8ICluLS4AHxgUHxcigTEJfB-yiCaEt1OR8a202ZoduIACMLa8pLnkwfIxXW7pHUTA39Y6AzTCwwc6YwMDCTgmPHz-eCqZzY_t1SgsFGWCsAw/w200-h170/image.png" width="200" /></a></div><br /></div>Kirke Buscapinahttp://www.blogger.com/profile/00298107768900476677noreply@blogger.com9tag:blogger.com,1999:blog-3668051004744212225.post-75806643383170806602024-01-10T21:36:00.001+01:002024-01-10T21:58:16.208+01:00Vamos a dar una vuelta (Parte I)<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg-MLJ3zxArGYikn31JVhDYPqWC3JEr4UZMx-Z14XluCVCMv1SoeCOVj-Kt5iXY3PnmuaduN6HDvOIjP792bMG-ODJxPqlhvjcuAXAqc9LbNq0KlrMKf-cZQfoaJOVQ5Klw3F5y30sJ6vbC4S-mtNnai_wzbkAR3I_C33ZkJ1twHlPxCA95mJXO0MPcaQ62/s1920/Vamos%20a%20dar%20una%20vuelta.png" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1080" data-original-width="1920" height="360" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg-MLJ3zxArGYikn31JVhDYPqWC3JEr4UZMx-Z14XluCVCMv1SoeCOVj-Kt5iXY3PnmuaduN6HDvOIjP792bMG-ODJxPqlhvjcuAXAqc9LbNq0KlrMKf-cZQfoaJOVQ5Klw3F5y30sJ6vbC4S-mtNnai_wzbkAR3I_C33ZkJ1twHlPxCA95mJXO0MPcaQ62/w640-h360/Vamos%20a%20dar%20una%20vuelta.png" width="640" /></a></div><p class="MsoNormal"><i>«Dos de febrero del año del Señor de mil y quinientos y
veintiuno. <o:p></o:p></i></p>
<p class="MsoNormal"><i>»Continúo con aqueste diario que tanta compañía me hace,
especialmente en estos días aciagos de soledad en medio del mar.<o:p></o:p></i></p>
<p class="MsoNormal"><i>»Se cumple un año y cinco meses de nuestra salida de España
y han transcurrido ya tres meses desde que conseguimos atravesar el paso que
nuestro almirante buscaba con ahínco y seguridad para ir hacia las islas de las
especias<a href="file:///C:/BLOG/ESCRITOS/RELATOS/CR%C3%93NICAS/Cr%C3%B3nicas%20del%20DESCUBRIMIENTO/10-Vamos%20a%20dar%20una%20vuelta.docx#_ftn1" name="_ftnref1" style="mso-footnote-id: ftn1;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "Constantia",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-language: AR-SA; mso-bidi-theme-font: minor-bidi; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">[1]</span></span><!--[endif]--></span></span></a> por el
occidente. Un paso enrevesado, lleno de islotes y arrecifes que a punto estuvieron de hacernos perder la vida, riesgo ya harto padecido antes de llegar a él. Como si
el diablo quisiera poner una traba más en nuestro deambular, una vez encontrado
el paso nos hubo de costar grande esfuerzo atravesarlo, con idas y vueltas
entre los recovecos de formaciones rocosas que amenazaban quebrar el endeble
casco de nuestras naos en medio de grandes tempestades. <o:p></o:p></i></p>
<p class="MsoNormal"><i>»Más de tres semanas de martirio y, al fin, atravesamos el
paso para bordear la tierra que el almirante don Cristóbal descubrió para mayor
gloria de Nuestro Señor. Salimos a un mar tranquilo, como una burla a las tormentas
sufridas en aquel paso que nuestro capitán bautizó como de Todos los Santos<a href="file:///C:/BLOG/ESCRITOS/RELATOS/CR%C3%93NICAS/Cr%C3%B3nicas%20del%20DESCUBRIMIENTO/10-Vamos%20a%20dar%20una%20vuelta.docx#_ftn2" name="_ftnref2" style="mso-footnote-id: ftn2;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "Constantia",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-language: AR-SA; mso-bidi-theme-font: minor-bidi; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">[2]</span></span><!--[endif]--></span></span></a> pues esa
fue la festividad que se celebraba el día que pusimos fin a su recorrido.<o:p></o:p></i></p>
<p class="MsoNormal"><i>»Mas nuestro alborozo poco a poco devino en angustia, porque
si no fueron pocas las penalidades pasadas antes de llegar hasta aquí, una vez
en este mar pacífico la calma y la ausencia de tierra donde avituallar los
víveres ponen, de nuevo, en riesgo nuestra vida.»</i><o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">El italiano deja de escribir, tiene la vista fatigada por la
escasa luz que da el ocaso en la cubierta. Además, la sed y el hambre apenas le
permiten sujetar la pluma con la que está escribiendo su diario. Mirando al horizonte
que el calmo mar muestra desde hace meses, Antonio Pigafetta recuerda cómo ha
llegado hasta allí y repasa el diario que tan primorosamente escribe a modo de legado
para la posteridad y ahora, también, como lenitivo a la soledad y angustia que
le atenazan al constatar estar tan cerca de la muerte. A pesar de la fatiga
visual, relee sus escritos.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal"><i>«Veinte de septiembre del año del Señor de mil quinientos y
diecinueve.<o:p></o:p></i></p>
<p class="MsoNormal"><i>»Con gran algarabía nos despide el pueblo de Sanlúcar de
Barrameda. Es conmovedora la ilusión que mostramos todos ante esta travesía
incierta, pero que seguro nos ha de traer la gloria y el recuerdo para la
posteridad, de lo contrario no me habría embarcado. Me atrae la aventura y este
viaje que iniciamos hoy lo es, pues aventurado es buscar un camino hacia el
oriente tomando la dirección de occidente para así llegar a las islas de las especias
sin transitar los territorios portugueses.<o:p></o:p></i></p>
<p class="MsoNormal"><i>»Hoy, veinte de septiembre, las cinco naves que forman la flota
partimos a las órdenes de don Fernando de Magallanes que capitanea la nao
Trinidad, al mando de la San Antonio se encuentra don Juan de Cartagena, de la
Concepción don Gaspar Quesada, de la Victoria don Luis de Mendoza y de la
Santiago, don Joáo Serráo.<o:p></o:p></i></p>
<p class="MsoNormal"><i>»Quiera Dios misericordioso que aquesta aventura llegue a
buen puerto.»</i><o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Pigafetta sonríe releyendo la primera entrada de su abultado
diario. Aún resuenan en su cabeza los gritos de alegría con que fueron
despedidos en el puerto. La sonrisa se convierte en un rictus amargo cuando lee
la última línea de ese día: si hubiera sabido los sinsabores que habrían de
sufrir se hubiera lanzado por la borda para alcanzar a nado la orilla y
evitarse tanto sufrimiento. Con un suspiro retoma la lectura.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal"><i>«Trece de diciembre del año del Señor de mil quinientos y diecinueve.<o:p></o:p></i></p>
<p class="MsoNormal"><i>»Casi tres meses de travesía y por fin tocamos Tierra Firme<a href="file:///C:/BLOG/ESCRITOS/RELATOS/CR%C3%93NICAS/Cr%C3%B3nicas%20del%20DESCUBRIMIENTO/10-Vamos%20a%20dar%20una%20vuelta.docx#_ftn3" name="_ftnref3" style="mso-footnote-id: ftn3;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "Constantia",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-language: AR-SA; mso-bidi-theme-font: minor-bidi; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">[3]</span></span><!--[endif]--></span></span></a>. Demos
gracias a Dios porque de haber tardado más en llegar al Nuevo Mundo, los capitanes
españoles se habrían amotinado con consecuencias funestas para la expedición en
general y para el señor Magallanes en particular. Aún no entiendo por qué
nuestro almirante tomó un derrotero tan alejado de nuestro objetivo, estuvimos
costeando África hasta muy al sur y eso ha hecho que los capitanes de las otras
naos se enfadaran, más cuando al pedir explicaciones al señor Magallanes, este
se encerró en ese mutismo tan habitual en él y que hace desconfiar a cuantos le
tratamos.<o:p></o:p></i></p>
<p class="MsoNormal"><i>»No seré yo quien apoye o secunde la sublevación, pero el
carácter de nuestro capitán general no ayuda al buen entendimiento entre los
mandos y, por tanto, al buen gobierno de la flota. Desde el inicio del viaje se
ha mostrado hosco y taciturno, incluso despectivo con la tripulación. Se puede
comprender que quiera mantener en secreto esa ruta que dice solo él conoce para llegar por occidente a las islas de las especias que se encuentran en el
oriente, pero no querer informar del derrotero diario ni siquiera a los
capitanes de las otras naos solo puede ser debido a dos motivos: recelo porque
no confía en ellos o desprecio porque no los considera dignos de saber tanto
como él. Tanto si es por una razón u otra, eso solo puede traer problemas. De
hecho, ya los ha traído: dos semanas atrás don Juan de Cartagena no se presentó
a la convocatoria diaria en la nao capitana desafiando las órdenes del señor
Magallanes y este ordenó su apresamiento apartándole de la jefatura de la San
Antonio, dejando como nuevo capitán a Antonio de Coca.<o:p></o:p></i></p>
<p class="MsoNormal"><i>» A mi buen entender, el señor Magallanes debería ser algo
más comunicativo y no tan antipático. Nadie hubiera esperado un carácter así en
alguien de Portugal, pues sus gentes tienen el humor semejante al de los
españoles e, incluso, al de los italianos. Por su gesto adusto y rictus de
amargura más parece teutón que portugués, vive Dios.<o:p></o:p></i></p>
<p class="MsoNormal"><i>»Ahora que ya estamos en Tierra Firme puede que se encauce
la travesía y sea más placentero el viaje. Roguemos a Dios.»</i><o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Antonio Pigafetta vuelve a sonreír amargamente al terminar
de leer la entrada en su diario del día que desembarcaron en Brasil. Ese ruego final
a Dios se le atraganta y llena de agua sus ojos claros; ahora, quince meses
después, se le antoja una burla del destino. Aun así, retoma la lectura. <o:p></o:p></p><p class="MsoNormal">CONTINUARÁ...</p><br /><div style="mso-element: footnote-list;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiT2tMe8tj4yA2Woc-m1qCjP7I2BBs78FEUJf5I7SUDpdq-ZCOZvQgnN9HlVawTEoQWw5exnYdTM9TyKqmnlbMhQ2fNLeb3qwVwnzzehC9vN5_rumRoWcc4vdrr1XapxmVQYbO8zOfwhQT0hJWNfSLBt7OUwzo2iFVaS1Iw6DbnWN0v_shr4SWMoMuB_Ali/s626/Firma.png" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><br /><img border="0" data-original-height="561" data-original-width="626" height="179" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiT2tMe8tj4yA2Woc-m1qCjP7I2BBs78FEUJf5I7SUDpdq-ZCOZvQgnN9HlVawTEoQWw5exnYdTM9TyKqmnlbMhQ2fNLeb3qwVwnzzehC9vN5_rumRoWcc4vdrr1XapxmVQYbO8zOfwhQT0hJWNfSLBt7OUwzo2iFVaS1Iw6DbnWN0v_shr4SWMoMuB_Ali/w200-h179/Firma.png" width="200" /></a></div><!--[if !supportFootnotes]--><br clear="all" />
<hr align="left" size="1" width="33%" />
<!--[endif]-->
<div id="ftn1" style="mso-element: footnote;">
<p class="MsoFootnoteText"><a href="file:///C:/BLOG/ESCRITOS/RELATOS/CR%C3%93NICAS/Cr%C3%B3nicas%20del%20DESCUBRIMIENTO/10-Vamos%20a%20dar%20una%20vuelta.docx#_ftnref1" name="_ftn1" style="mso-footnote-id: ftn1;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "Constantia",serif; font-size: 10pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-language: AR-SA; mso-bidi-theme-font: minor-bidi; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">[1]</span></span><!--[endif]--></span></span></a>
Islas Molucas<o:p></o:p></p>
</div>
<div id="ftn2" style="mso-element: footnote;">
<p class="MsoFootnoteText"><a href="file:///C:/BLOG/ESCRITOS/RELATOS/CR%C3%93NICAS/Cr%C3%B3nicas%20del%20DESCUBRIMIENTO/10-Vamos%20a%20dar%20una%20vuelta.docx#_ftnref2" name="_ftn2" style="mso-footnote-id: ftn2;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "Constantia",serif; font-size: 10pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-language: AR-SA; mso-bidi-theme-font: minor-bidi; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">[2]</span></span><!--[endif]--></span></span></a>
Estrecho de Magallanes<o:p></o:p></p>
</div>
<div id="ftn3" style="mso-element: footnote;">
<p class="MsoFootnoteText"><a href="file:///C:/BLOG/ESCRITOS/RELATOS/CR%C3%93NICAS/Cr%C3%B3nicas%20del%20DESCUBRIMIENTO/10-Vamos%20a%20dar%20una%20vuelta.docx#_ftnref3" name="_ftn3" style="mso-footnote-id: ftn3;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "Constantia",serif; font-size: 10pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-language: AR-SA; mso-bidi-theme-font: minor-bidi; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">[3]</span></span><!--[endif]--></span></span></a>
Río de Janeiro<o:p></o:p></p>
</div>
</div><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEimrm9C-osCikJHxUjJT5lE8uTWSjzwgbyNpzSnpAARBUClzMBQmutLj2Hm4tgjTnRUo-2Xx4IJdOsHMwQmjZyKO4KjiPYk9hBX-rMV025aI1RHCStimv_fOaUa6umzd2j0BGWYvvBH2xwsdIScI2zXnTK0QJywysTEGc5P1m-LIyE7OvKpH6Hfp_kOpMIo" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" data-original-height="408" data-original-width="480" height="170" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEimrm9C-osCikJHxUjJT5lE8uTWSjzwgbyNpzSnpAARBUClzMBQmutLj2Hm4tgjTnRUo-2Xx4IJdOsHMwQmjZyKO4KjiPYk9hBX-rMV025aI1RHCStimv_fOaUa6umzd2j0BGWYvvBH2xwsdIScI2zXnTK0QJywysTEGc5P1m-LIyE7OvKpH6Hfp_kOpMIo=w200-h170" width="200" /></a></div><p></p>Kirke Buscapinahttp://www.blogger.com/profile/00298107768900476677noreply@blogger.com11tag:blogger.com,1999:blog-3668051004744212225.post-56335101918122544442023-12-21T09:05:00.006+01:002023-12-21T09:12:33.844+01:00El recuerdo y la memoria (Las cosas de Kirke)<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhdFDZKb5nXITh6yNwRjoPhanZ6ao-_NTFXeSwp84qd-ihD50xwMD-HDgUVnRpeLPiVetebxBt8t9mF9akf-swaaZXBs7TQPezrKAHtTL9MuyCMRl0qVfHwyzsX9_ic_Is4asr57uDtgaE2YBh4lPSA2Vffcw6UHmKVhsOGCXtFPnk38HD6tfwpxav6Idl7/s1640/Recuerdo%20y%20memoria.png" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="924" data-original-width="1640" height="360" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhdFDZKb5nXITh6yNwRjoPhanZ6ao-_NTFXeSwp84qd-ihD50xwMD-HDgUVnRpeLPiVetebxBt8t9mF9akf-swaaZXBs7TQPezrKAHtTL9MuyCMRl0qVfHwyzsX9_ic_Is4asr57uDtgaE2YBh4lPSA2Vffcw6UHmKVhsOGCXtFPnk38HD6tfwpxav6Idl7/w640-h360/Recuerdo%20y%20memoria.png" width="640" /></a></div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">Ando estos días algo taciturna y
filosófica, y eso explicaría el porqué de esta publicación.</p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">Hace unos meses falleció mi padre.
Mi madre lo hizo varios años atrás.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">Estoy vaciando la casa que fue el
hogar de él y de mi madre, y también mío. Ropa, muebles, enseres de todo tipo
están siendo empaquetados y/o reciclados de diversas maneras. Es complejo
seleccionar qué te quieres quedar y qué se puede donar o tirar directamente. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">A mí me cuesta mucho deshacerme de
algunas cosas porque siempre tengo en mente ese «por si acaso hace falta más
adelante». Guardo objetos por si los necesito en un futuro, pero pasan los años
y no los he precisado. Sin embargo, cuando, en un alarde de impetuosidad
impropia en mí, decido deshacerme de ellos, indefectiblemente al poco tiempo los
echo en falta porque me surge la posibilidad de utilizarlos. Ley de Murphy.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">De todas formas, en esta ocasión seleccionar
qué me quedo y qué no es mucho más difícil porque el motivo que hay detrás no
es la posible utilidad sino algo más importante: el recuerdo.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">El rastro en forma de objetos de
toda índole que nos deja la vida es grandísimo. La principal fuente de esos
recuerdos son las fotografías: momentos, generalmente alegres,
que quedan plasmados en un papel. Sin embargo, estos días me estoy dando cuenta
de que no solo las fotos nos traen de regreso sucesos del pasado.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">Cuando le tocó el turno a la
vitrina del sobrio mueble que preside el salón de la casa de mis padres guardé
con mimo la fina cristalería que mi madre exhibía con orgullo a las visitas (se
la trajo no recuerdo muy bien de dónde y le costó una pasta), pero como era muy
valiosa no la utilizábamos casi nunca por si se rompía. En su lugar,
usábamos otra más antigua y menos fina. Por eso mismo, de vez en cuando se caía
alguna copa y solo han quedado unas pocas piezas sueltas: han sido las que he guardado con mayor primor, porque esas copas de
colorines (un atentado contra la elegancia según mi madre) y de una estética
vintage setentera (los años en que se compraron), son las que yo recuerdo de
cuando celebrábamos los cumpleaños o las navidades. De las copas de champán,
que nosotros rellenábamos con sidra El Gaitero en nochevieja, tan solo quedan
tres. Esas tres supervivientes para mí son más valiosas que si fueran de
cristal de Bohemia. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">Fueron tantos los recuerdos que
acudieron a mí al guardarlas que me puse a llorar como una tonta delante de aquellas
copas tan sencillas, pero tan entrañables. Mientras, las de cristal de puturrú
empaquetadas en su caja me observaban indiferentes a mis emociones; la clase alta suele comportarse con frialdad ante las cuitas del pueblo llano.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">Otros objetos de lo más prosaico
fueron protagonistas de recuerdos bonitos, pero, con la pérdida tan reciente,
motivo de cierta tristeza. Una fuente de cerámica de Talavera donde mi madre
servía primorosamente una ensaladilla rusa que nos hacía levitar de lo rica que
estaba. El manual de ortografía práctica de Miranda Podadera con el que mi
padre estuvo torturándome unas vacaciones navideñas tras el cabreo que se
agarró porque yo había suspendido lengua por culpa de un dictado (no di ni una con las bes y las haches). Un abanico deshilachado con las varillas
descoloridas por el uso con el que mi madre combatía los calores agosteños de
Madrid. Un ejemplar del Quijote lleno de anotaciones de mi padre que siempre
fue muy fan de Cervantes y firme defensor del ingenioso hidalgo.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">Múltiples utensilios resultado de
situaciones cotidianas en su día pero que ahora, con el tiempo y la pérdida de
quienes fueron sus dueños, se convierten en pilares de la memoria.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">Sin embargo, y para que esta
publicación no sea demasiado ñoña y triste, también quiero hablar sobre algo con
lo que me he topado después de treinta años. Algo que en lugar de buenos recuerdos
me despierta agobios y sudores y aun así he guardado (¿por masoquismo? ¿porque
soy tonta?): los apuntes de la carrera.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">El motivo por el que aún los conservo
no lo tengo claro. Lo de quedármelos por si acaso los necesitaba más adelante
se ha demostrado que no tenía ningún fundamento. Y no porque no haya tenido que
consultar conceptos supuestamente aprendidos durante mi formación
universitaria, pero en esas ocasiones me he ido a buscar en los
libros de texto o, desde hace unos años, directamente en internet.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">Ayer me puse a ojear el mogollón
de carpetas que tenía guardadas en el altillo de un armario. Al igual que me
pasó con la cristalería de la vitrina, las lágrimas acudieron a mis ojos, pero
de la angustia que sentí al recordar lo mal que lo pasé para examinarme de todo
eso. Al contrario que me ocurrió cuando lo de las copas de mi niñez, no decidí
guardar nada. A la basura ha ido todo. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">Me he quitado un buen peso de
encima, treinta kilos concretamente. Para que luego digan
que el saber no ocupa lugar. ¿Cómo que no? Ocupa y pesa. Sudando llegamos al
contenedor del papel mi marido y yo con las dichosas carpetas a cuestas.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">Pero, apuntes aparte, hay otras
cosas que no sé si guardar o no, primero porque no tengo espacio donde
almacenarlas y segundo porque no sé hasta qué punto es necesario eso para
recordar. ¿Confiamos demasiado en esos objetos y no nos fiamos de nuestra
propia capacidad de rememorar?<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">¿Realmente necesitamos objetos
para recordar igual que las fotos nos impiden que los rostros de quienes ya no
están se desdibujen? <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">Desde luego, en el caso de los
apuntes, no tengo ninguna necesidad de acordarme del capullo de Galénica que me
tuvo todo un verano estudiando su asignatura, o del de Botánica que me las hizo
pasar canutas en el examen oral donde me preguntó lo que no está escrito
(literalmente, porque me hizo preguntas sobre temas que no habíamos dado, el
muy cabr**).<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">Es complicada la gestión de la
memoria y la añoranza. Ahora mismo ciertos recuerdos alegres son agridulces
porque la ausencia es dolorosa aún. Pero confío en ese gran aliado que todo lo
pone en su adecuado lugar: el tiempo. Aunque, también, me da miedo que ese
tiempo, según vaya transcurriendo, me distorsione sucesos importantes.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">A pesar de todo lo expuesto, estoy
con Gabriela Mistral cuando dijo «Recordar un buen momento es sentirse feliz de
nuevo». Sí, está bien recordar los buenos momentos. En cambio, los malos mejor no, porque ver los apuntes de Botánica me ha puesto de una mala leche...<o:p></o:p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjh4qnT74I7SgUfRLhcljBMDsv5nFpBrIfF38uFvjWAc3khyphenhyphenkpenRc86ccjiIrR_7l9K3R0ce_Q8FM5KcG-hfyCitUTp3xepfg0pmFWUl_YkxcDKXxZPoNfDcnZeQS5n-XL_XMmwJkYLIbFB_njMGNOqq0IhFGmo8ujHeZ8leWzVxoB-7zxJDJZFnbOHM4N/s618/FirmaCorreoCaldero.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="440" data-original-width="618" height="228" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjh4qnT74I7SgUfRLhcljBMDsv5nFpBrIfF38uFvjWAc3khyphenhyphenkpenRc86ccjiIrR_7l9K3R0ce_Q8FM5KcG-hfyCitUTp3xepfg0pmFWUl_YkxcDKXxZPoNfDcnZeQS5n-XL_XMmwJkYLIbFB_njMGNOqq0IhFGmo8ujHeZ8leWzVxoB-7zxJDJZFnbOHM4N/s320/FirmaCorreoCaldero.jpg" width="320" /></a></div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">GALERÍA DE IMÁGENES:</p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh6wduwIHoC-ZvoHZIdTpvAg3tRIcNwihGYb5RWH-Yk4_fPD9jlMNNel8IaOJPgo0X8CxPNVBti5DQ7CTM0xW6CSJcMFw6CemQxxzdNhZhxqECO8Nih12V5cRBGbq6yBOqSczrpl-fFCFpEuDkJZ9TgJfTdI8a72S4qJlniNUI7uS1-aDG_S4ifsNxRS9bG/s4624/20231217_121117.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="4624" data-original-width="3468" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh6wduwIHoC-ZvoHZIdTpvAg3tRIcNwihGYb5RWH-Yk4_fPD9jlMNNel8IaOJPgo0X8CxPNVBti5DQ7CTM0xW6CSJcMFw6CemQxxzdNhZhxqECO8Nih12V5cRBGbq6yBOqSczrpl-fFCFpEuDkJZ9TgJfTdI8a72S4qJlniNUI7uS1-aDG_S4ifsNxRS9bG/w300-h400/20231217_121117.jpg" width="300" /></a></div><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEieF8PbRbM8dXUJLNk6EY1X03AWAREQV6IvrZl0WMrthri8pjwRDflpkCOh-Hs2ZTKhcCgmgyd-Y15LsNHTTIamf_uBf8tU7KZ-sGBSO5h-NB-rLhXlmNoZ7s1HdN_BvI1c528PUcppVZ-weJTzAY8ItWff2CGFSuZ0zQVBNLyPXcKAxvP2Di_c3pIfmCDh/s4624/20231217_120607.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="4624" data-original-width="3468" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEieF8PbRbM8dXUJLNk6EY1X03AWAREQV6IvrZl0WMrthri8pjwRDflpkCOh-Hs2ZTKhcCgmgyd-Y15LsNHTTIamf_uBf8tU7KZ-sGBSO5h-NB-rLhXlmNoZ7s1HdN_BvI1c528PUcppVZ-weJTzAY8ItWff2CGFSuZ0zQVBNLyPXcKAxvP2Di_c3pIfmCDh/w300-h400/20231217_120607.jpg" width="300" /></a></div><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi-VtlCnsK-4ql3IBizmxwZYiWGQd81M_VXLsgXAhC1RBbWju_c-ZX5gI6rFoAMPejAWMnBeFXnaKFUnJxQzHOIo-CgjI5JrZt_NhzQ-8f678x0se2Cu5wghcwaGgjhu6qr1HEARWVtOoAtu2hivPGqkeNiMTGkdOpwFJalseZrzL5qr7wn5xIYwiPKEvZJ/s4624/20231217_120638.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="4624" data-original-width="3468" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi-VtlCnsK-4ql3IBizmxwZYiWGQd81M_VXLsgXAhC1RBbWju_c-ZX5gI6rFoAMPejAWMnBeFXnaKFUnJxQzHOIo-CgjI5JrZt_NhzQ-8f678x0se2Cu5wghcwaGgjhu6qr1HEARWVtOoAtu2hivPGqkeNiMTGkdOpwFJalseZrzL5qr7wn5xIYwiPKEvZJ/w300-h400/20231217_120638.jpg" width="300" /></a></div><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjPQEDDwk0tG7JizulIp7YVojWIke3lrVE9ARBzZE47rCy4d16sZNwBV2lmX-pimxqKLTAlQuVfUWXQ0FNkGk9TwR6iHunLcSGiFeMp3zbnTKPfvQNgeZAK7Ti2OtUnaAexdxoKO3_sX381CcbUo-Qu52MwenBO7wwfnTSXwsCf6OriN1Ig5YV_rothwqQk/s4624/20231217_120657.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="4624" data-original-width="3468" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjPQEDDwk0tG7JizulIp7YVojWIke3lrVE9ARBzZE47rCy4d16sZNwBV2lmX-pimxqKLTAlQuVfUWXQ0FNkGk9TwR6iHunLcSGiFeMp3zbnTKPfvQNgeZAK7Ti2OtUnaAexdxoKO3_sX381CcbUo-Qu52MwenBO7wwfnTSXwsCf6OriN1Ig5YV_rothwqQk/w300-h400/20231217_120657.jpg" width="300" /></a></div><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEghuviskBuNGQZzahfwjWvf57ipGYq0bpoyvpEuoTNBRdeiS1hhOunwuQBJlmOAyWA9n530gMzdMQG-IWbDnRG4Ps1yZC0ETPkN8dTzsKhYM-Un_pqJ3GgyMsaM1K8EvSQou4COZhsElgUywEXxf0KXcmmiEMUrrY3AFlEMR06uiZQzazRZhB44pkGtHbY9/s4624/20231217_120716.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="4624" data-original-width="3468" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEghuviskBuNGQZzahfwjWvf57ipGYq0bpoyvpEuoTNBRdeiS1hhOunwuQBJlmOAyWA9n530gMzdMQG-IWbDnRG4Ps1yZC0ETPkN8dTzsKhYM-Un_pqJ3GgyMsaM1K8EvSQou4COZhsElgUywEXxf0KXcmmiEMUrrY3AFlEMR06uiZQzazRZhB44pkGtHbY9/w300-h400/20231217_120716.jpg" width="300" /></a></div><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhWzkIC5dYJuI8mm3b1RWStNTDxYfbDSLmBboxAVmLPfOalPlT_v5y8n939ojr5JR0Lc9kW8V74_2cikhiUCoBl-lkZz2Lx8WAet89jp0wfusWuPH_uQ2Zx8xJ8tyiiBHpTQIJSUHiRfoi5HRWbkalZQ5Ekwi5XONqYt6J-0mNyj8B78u1tz8LnJDDn3Ws-/s4624/20231217_120756.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="4624" data-original-width="3468" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhWzkIC5dYJuI8mm3b1RWStNTDxYfbDSLmBboxAVmLPfOalPlT_v5y8n939ojr5JR0Lc9kW8V74_2cikhiUCoBl-lkZz2Lx8WAet89jp0wfusWuPH_uQ2Zx8xJ8tyiiBHpTQIJSUHiRfoi5HRWbkalZQ5Ekwi5XONqYt6J-0mNyj8B78u1tz8LnJDDn3Ws-/w300-h400/20231217_120756.jpg" width="300" /></a></div><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjXJr-sceqayCS89OU3KocCS2b_zwEIIymR_56aYoJ0XExVasttunR7828pWGKjNiylvg1bNhQl9S26z2-u6Z_wzQvWtkf7UQVpb8hL6DDUrTW1HsXnY5nLdJxx_ZPZPE-F3iHiBxZMv45srB68AX3ZzBGDHELgrfTvgfJGE51ceWGyJtTI2lBSTPLq1Nfd/s4624/20231217_121010.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="3468" data-original-width="4624" height="300" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjXJr-sceqayCS89OU3KocCS2b_zwEIIymR_56aYoJ0XExVasttunR7828pWGKjNiylvg1bNhQl9S26z2-u6Z_wzQvWtkf7UQVpb8hL6DDUrTW1HsXnY5nLdJxx_ZPZPE-F3iHiBxZMv45srB68AX3ZzBGDHELgrfTvgfJGE51ceWGyJtTI2lBSTPLq1Nfd/w400-h300/20231217_121010.jpg" width="400" /></a></div><br /><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEhu0ibVLpgQE-bDIqwyPUzK4TX0tzXsheJIznnfQbNrdQzM_l1714dQrvt-3DQU1Yz62daK7n_BnbCZtmhq0vOMv6Vs5qLdNaeCsODBPmaGOpcjW6Ye6EK_F-pVV_EWd_pZjaX2rr6GL9s2sGlET8rezZzRQvL_T8QgJX7yBbX4kePsL1MC-Q4osZAD4IvP" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" data-original-height="424" data-original-width="496" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEhu0ibVLpgQE-bDIqwyPUzK4TX0tzXsheJIznnfQbNrdQzM_l1714dQrvt-3DQU1Yz62daK7n_BnbCZtmhq0vOMv6Vs5qLdNaeCsODBPmaGOpcjW6Ye6EK_F-pVV_EWd_pZjaX2rr6GL9s2sGlET8rezZzRQvL_T8QgJX7yBbX4kePsL1MC-Q4osZAD4IvP" width="281" /></a></div><br /><br /><p></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><o:p></o:p></p><br /><p></p>Kirke Buscapinahttp://www.blogger.com/profile/00298107768900476677noreply@blogger.com14tag:blogger.com,1999:blog-3668051004744212225.post-59627265660849737392023-12-17T02:49:00.008+01:002023-12-17T13:29:45.842+01:00Malas vibraciones<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh5rq2Du369o-XZaOcrCUFBuwW853XH5Aet1dLLS5OpUUJodh4k0bjAsfvtIWS25f4MkQsW7PCN_BF5Ks646JQdIi5kFvX7RCmJSSi_YrCEkZVPwhPRp50eppzLgFO35TF1ZgUGTbdriPlmr3QWbJSxfoJbLGXlBsh473E6RFn7HlafZCgKDBfTnxYtutHU/s1640/Malas%20vibraciones.png" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="924" data-original-width="1640" height="360" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh5rq2Du369o-XZaOcrCUFBuwW853XH5Aet1dLLS5OpUUJodh4k0bjAsfvtIWS25f4MkQsW7PCN_BF5Ks646JQdIi5kFvX7RCmJSSi_YrCEkZVPwhPRp50eppzLgFO35TF1ZgUGTbdriPlmr3QWbJSxfoJbLGXlBsh473E6RFn7HlafZCgKDBfTnxYtutHU/w640-h360/Malas%20vibraciones.png" width="640" /></a></div><p class="MsoNormal"><br /></p><p class="MsoNormal"><span face=""Calibri",sans-serif" style="mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">—</span>¿Qué te
pasa, Lola? Llevas toda la mañana de aquí para allá, hecha un manojo de
nervios.<o:p></o:p></p><p class="MsoNormal"><span face=""Calibri",sans-serif" style="mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">—</span>No sé…
estoy inquieta, hay algo… raro que flota en el ambiente. Tengo un mal pálpito.<o:p></o:p></p><p class="MsoNormal"><span face=""Calibri",sans-serif" style="mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">—</span>Ya
estamos. Sabes que esos estados de ansiedad anímica son fluctuantes y no debes
hacerlos caso.<o:p></o:p></p><p class="MsoNormal"><span face=""Calibri",sans-serif" style="mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">—</span>Mira,
Manolo, no me vengas con la palabrería del psiquiatra, que me la sé de memoria,
pero ese tarugo no tiene ni idea de cómo soy yo, por mucho que me repita que me
conoce.<o:p></o:p></p><p class="MsoNormal"><span face=""Calibri",sans-serif" style="mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">—</span>Mujer,
después de quince años tratándote… algo sí que te debe de conocer.<o:p></o:p></p><p class="MsoNormal"><span face=""Calibri",sans-serif" style="mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">—</span>No me
conoce en absoluto. Llevo casada contigo veinte y tampoco sabes entenderme así
que…<o:p></o:p></p><p class="MsoNormal"><span face=""Calibri",sans-serif" style="mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">—</span>Venga,
tranquilízate. ¿Por qué dices que tienes un mal pálpito?<o:p></o:p></p><p class="MsoNormal"><span face=""Calibri",sans-serif" style="mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">—</span>No sé. Es
como si algo en mi interior se agitara, como una vibración.<o:p></o:p></p><p class="MsoNormal"><span face=""Calibri",sans-serif" style="mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">—</span>¿Una
vibración?<o:p></o:p></p><p class="MsoNormal"><span face=""Calibri",sans-serif" style="mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">—</span>Sí, empezó
anoche, en el baño.<o:p></o:p></p><p class="MsoNormal"><span face=""Calibri",sans-serif" style="mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">—</span>¡Lola!
¿Pero qué haces tú en el baño para que vibres? Oye, no estarás usando un
aparatito como ese que le pillé a la niña. <s><o:p></o:p></s></p><p class="MsoNormal">Manolo empezó a sudar copiosamente según recordaba aquel incidente
ocurrido meses atrás cuando, buscando en la habitación de su hija un cargador
para el móvil se encontró con un consolador.<o:p></o:p></p><p class="MsoNormal"><span face=""Calibri",sans-serif" style="mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">—</span>Si no
fisgonearas donde no debes, te habrías ahorrado el mal rato <span face=""Calibri",sans-serif" style="mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">—</span>replicó su
mujer sonriendo porque aún se acordaba de la escena. <o:p></o:p></p><p class="MsoNormal">Lola podía recordarlo como si hubiera ocurrido el día anterior. Su
marido con un vibrador en la mano preguntando a su hija qué era aquello y ella
diciendo, con algo de apuro en el rostro, que era un monote de la clase de
urología de la facultad de Medicina donde estudiaba. Al principio, el muy pavo
se lo creyó, pero cuando fue a dejarlo donde lo había encontrado le dio al
interruptor y aquello se puso a moverse. Lola no pudo evitar soltar una
carcajada cuando se reprodujo, de nuevo, la cara de su esposo y cómo su hija le
quitaba el artilugio de la manos para guardarlo en un cajón.<o:p></o:p></p><p class="MsoNormal"><span face=""Calibri",sans-serif" style="mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">—</span>No te
rías, Lola, y contéstame. ¿Has estado usando una cosa de esas?<o:p></o:p></p><p class="MsoNormal">Lola siguió riéndose y Manolo empezó a mosquearse. Cuando
consiguió serenarse, su mujer le siguió explicando su malestar, pues, recuerdos
aparte, lo cierto es que no se encontraba bien.<o:p></o:p></p><p class="MsoNormal"><span face=""Calibri",sans-serif" style="mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">—</span>No,
Manolo, no, No he utilizado ningún vibrador. Cuando hablo de vibraciones me
refiero a algo… interior.<o:p></o:p></p><p class="MsoNormal"><span face=""Calibri",sans-serif" style="mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">—</span>Bueno,
según me han dicho, esa… cosa os la metéis por… el interior <span face=""Calibri",sans-serif" style="mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">—</span>replicó su
marido con un escalofrío.<o:p></o:p></p><p class="MsoNormal">Lola no pudo evitar reírse de nuevo, a pesar de que estaba
preocupada, pero es que su marido a veces parecía un troglodita de lo simple
que podía llegar a ser.<o:p></o:p></p><p class="MsoNormal"><span face=""Calibri",sans-serif" style="mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">—</span>¡Que no!
Que lo que yo siento es diferente. Noto como si todo a mi alrededor vibrara,
como si el entorno estuviera preparado para atacarme o algo así.<o:p></o:p></p><p class="MsoNormal"><span face=""Calibri",sans-serif" style="mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">—</span>¿Te estás
tomando las pastillas que te recetó el doctor?<o:p></o:p></p><p class="MsoNormal"><span face=""Calibri",sans-serif" style="mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">—</span>Mira,
contigo es imposible hablar. Cuando algo no te cuadra, ya sales con que no me
estoy tomando la medicación. <o:p></o:p></p><p class="MsoNormal"><span face=""Calibri",sans-serif" style="mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">—</span>Es que
sabes que si no sigues las indicaciones del médico luego vienen los problemas…<o:p></o:p></p><p class="MsoNormal"><span face=""Calibri",sans-serif" style="mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">—</span>¡Que no me
des más la tabarra!<o:p></o:p></p><p class="MsoNormal">Lola, se fue indignada hacia el balcón de la casa que daba a un
fértil valle de la isla en la que vivía desde hacía más de cuarenta años. A los
pies de pequeños cráteres que festoneaban la cordillera volcánica, cultivos de
plátanos, aguacates y vides verdeaban una llanura que acababa abruptamente en acantilados
de piedra negra junto al mar.<o:p></o:p></p><p class="MsoNormal">De repente, una sacudida hizo vibrar el edificio.<o:p></o:p></p><p class="MsoNormal"><span face=""Calibri",sans-serif" style="mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">—</span>¿Lo has
notado, Manolo? <o:p></o:p></p><p class="MsoNormal"><span face=""Calibri",sans-serif" style="mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">—</span>¿El qué?<o:p></o:p></p><p class="MsoNormal"><span face=""Calibri",sans-serif" style="mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">—</span>¡La
vibración!<o:p></o:p></p><p class="MsoNormal"><span face=""Calibri",sans-serif" style="mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">—</span>¡Qué
pesada estás! Habrá sido algún camión que ha pasado por la carretera, algunos
hacen mucho ruido y retiembla todo. Deja de ver amenazas por todas partes,
Lola. O vete al médico a que te suba la dosis.<o:p></o:p></p><p class="MsoNormal">Manolo se fue enfurruñado al comedor y se puso la televisión. En
ese momento, las imágenes que aparecieron en el noticiario hicieron que diera
un brinco en el sillón.<o:p></o:p></p><p class="MsoNormal"><span face=""Calibri",sans-serif" style="mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">—</span>¡Lola!
¡Loooooola! ¡Corre! ¡Ven! ¡Salimos en la tele!<o:p></o:p></p><p class="MsoNormal">Lola entró desde el balcón para mirar lo que su marido le
señalaba.<o:p></o:p></p><p class="MsoNormal">Una mujer con un micrófono en la mano conectaba con los estudios
centrales desde donde se emitía el informativo. La periodista aparecía rodeada
de plataneras y cultivos de aguacate, al fondo se veía nítidamente la casa de
Manolo y Lola.<o:p></o:p></p><p class="MsoNormal"><span face=""Calibri",sans-serif" style="mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">—</span>Buenas
tardes <span face=""Calibri",sans-serif" style="mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">—</span>decía la
reportera micrófono en ristre<span face=""Calibri",sans-serif" style="mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">—</span>. Desde ayer se han detectado múltiples seísmos en toda la isla de
La Palma. Los expertos sospechan que pueda ser indicativo de que una erupción
volcánica se esté gestando.<o:p></o:p></p><p class="MsoNormal"><span face=""Calibri",sans-serif" style="mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">—</span>¿Lo ves,
Manolo? ¡Las vibraciones! Ya te dije que algo se estaba preparando, algo malo.<o:p></o:p></p><p class="MsoNormal"><span face=""Calibri",sans-serif" style="mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">—</span>¡Sí,
claro! ¿Una erupción volcánica? Esta tía <span face=""Calibri",sans-serif" style="mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">—</span>señaló a la periodista<span face=""Calibri",sans-serif" style="mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">—</span> está igual de chalada que tú. ¡Cómo les gusta alarmar! <o:p></o:p></p><p class="MsoNormal"><span face=""Calibri",sans-serif" style="mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">—</span>Manolo,
vivimos en una zona volcánica. La alarma tiene fundamento.<o:p></o:p></p><p class="MsoNormal"><span face=""Calibri",sans-serif" style="mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">—</span>Sí, ya lo
sé. ¿Pero un volcán? Saldrá algo de humo por algún cráter de los que hay por
aquí y ya está. Que no estamos en el Jurásico, mujer.<o:p></o:p></p><p class="MsoNormal"><span face=""Calibri",sans-serif" style="mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">—</span>Yo lo noto,
Manolo. Hay vibraciones, hay…<o:p></o:p></p><p class="MsoNormal"><span face=""Calibri",sans-serif" style="mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">—</span>¡Basta ya!
Que aquí no va a pasar nada, te lo digo yo. Me voy al bar de Tino, a tomar unos
chatos con mis compadres, a ver si me alejo de tanta histérica. <o:p></o:p></p><p class="MsoNormal">Manolo abrió la puerta de la calle y salió mientras con una
sonrisa cínica dijo mirando hacia el perfil de cráteres que en la lejanía se
veían desde su casa:<o:p></o:p></p><p class="MsoNormal"><span face=""Calibri",sans-serif" style="mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">—</span>¡Erupción
volcánica! ¡Venga ya! ¡Qué tontería!<o:p></o:p></p><p class="MsoNormal"><o:p> </o:p></p><p class="MsoNormal">
</p><p class="MsoNormal"><o:p> </o:p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEicdpEcp4idEInprazDTAESM4pCMm8ufpmp7sN-kqjDMU_bQKo93La7duFEtfIfP0PS8X6joog4nE32DB-jqwdF4_ZYixGBIAdjAIhYTMlTUHEGERWEd4E-8Usar2WMML5IsJFHRJvdr3T0krTTxsUsyCL-B48t12u8UylMYyBT1j6vdYuOmdSYu64DKiSf/s618/FirmaCorreoCaldero.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="440" data-original-width="618" height="228" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEicdpEcp4idEInprazDTAESM4pCMm8ufpmp7sN-kqjDMU_bQKo93La7duFEtfIfP0PS8X6joog4nE32DB-jqwdF4_ZYixGBIAdjAIhYTMlTUHEGERWEd4E-8Usar2WMML5IsJFHRJvdr3T0krTTxsUsyCL-B48t12u8UylMYyBT1j6vdYuOmdSYu64DKiSf/s320/FirmaCorreoCaldero.jpg" width="320" /></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="color: #2b00fe;">NOTA: Este relato es un ejercicio para el taller de escritura del Colectivo Bremen. En esta ocasión el tema era "vibraciones" y esto es lo que me ha salido.</span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEjhPTHQUstajy0A6aBRD9Bx3SHaKJXy_c9xQnlclcDkPDtwiXNzh1sRrkSR8d3cPH7-XowH4mlcDG6iQP0PiAyhpB6tDqCne8-uneV06FPoa_NykMzCibTGXLq0Wzh8Ak_n0NoWclQJEIjPKft27IksC37kVoAnbHvqNGejm064vxUj7GFpE3u4x1Qx8s9s" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" data-original-height="406" data-original-width="474" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEjhPTHQUstajy0A6aBRD9Bx3SHaKJXy_c9xQnlclcDkPDtwiXNzh1sRrkSR8d3cPH7-XowH4mlcDG6iQP0PiAyhpB6tDqCne8-uneV06FPoa_NykMzCibTGXLq0Wzh8Ak_n0NoWclQJEIjPKft27IksC37kVoAnbHvqNGejm064vxUj7GFpE3u4x1Qx8s9s" width="280" /></a></div><br /><br /></div><br /><p></p><p></p>Kirke Buscapinahttp://www.blogger.com/profile/00298107768900476677noreply@blogger.com8tag:blogger.com,1999:blog-3668051004744212225.post-82309259861223408062023-12-06T10:18:00.002+01:002023-12-06T10:22:07.789+01:00Mujer tenías que ser (y II)<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhZiFmMfo0JKGMZ6tAmD2cMFhD8G53U7PvjeL0lNKTe9zsgwYbnSK3SvK0m-8t8U779oQUGenvjch1cR0Of42OeT93MZM_zWebsliAKuiOHzHaZJPvTSK_4NP8zfGRhCmnPZq6Xn6uB1gC5igdrWhZvKYBBwnLVNZeHetmU5SxLv_Sm0eELnximul9bRM00/s1920/Amazonas.png" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1080" data-original-width="1920" height="360" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhZiFmMfo0JKGMZ6tAmD2cMFhD8G53U7PvjeL0lNKTe9zsgwYbnSK3SvK0m-8t8U779oQUGenvjch1cR0Of42OeT93MZM_zWebsliAKuiOHzHaZJPvTSK_4NP8zfGRhCmnPZq6Xn6uB1gC5igdrWhZvKYBBwnLVNZeHetmU5SxLv_Sm0eELnximul9bRM00/w640-h360/Amazonas.png" width="640" /></a></div><p></p><p>Demostrando la inteligencia y el buen hacer del que hacía gala, los pronósticos de Orellana se cumplieron y al tercer día ninguna mujer salió a la orilla a acribillarlos con dardos. Por fin pudieron desembarcar en un pequeño remanso que el grandioso río procuraba para reabastecerse de agua y alimentos. En esta ocasión la provisión se realizó sin sobresaltos y sin lamentar ninguna baja. Ya era hora.</p><p><br /></p><p>Un mes después de abandonar el país de las amazonas, un sonido como de truenos se oyó en la lejanía.</p><p>—¿Sabéis a qué se debe ese estruendo, don Juan? —preguntó Orellana al piloto.</p><p>—Cabría pensar que es tormenta, pero el cielo está despejado y el aire calmo. Mas es alarmante. Anoche ya se empezaba a oír muy tenuemente y a cada hora que pasa se nota más intenso, aunque aún lejano. La tropa está empezando a murmurar.</p><p>Durante el resto del día el ruido subió de intensidad sin que nada en el entorno diera idea de qué podía ser. A la mañana siguiente era más que notable y todos a bordo estaban nerviosos, por la noche casi nadie había podido descansar por culpa del sonido que se presentía como una nueva amenaza.</p><p>Grupos de soldados se mostraban agitados en la cubierta.</p><p>—¡Es el fin del mundo! —gritó uno de ellos.</p><p>—¡No seas agorero!</p><p>—Fray Gaspar dice que donde el mundo acaba hay una gran catarata y se abre un abismo infinito. Ese rumor que se oye es el sonido de las aguas al caer por el precipicio. ¡Virgen Santísima, ayúdanos!</p><p>Los demás comenzaron a alzar la voz y uno de los oficiales tuvo que emplearse a fondo para mantener el orden.</p><p>Orellana se fue en busca del dominico.</p><p>—Páter, en lugar de alborotar la mente de la tropa con historias del fin del mundo, os podríais dedicar a rezar —le espetó el capitán muy enfadado—. Mis esfuerzos me cuesta mantener la disciplina para que luego vos me agitéis el gallinero.</p><p>—Este río tan grande acabará en algún lugar y tan enorme es que su fin debe ser el infierno* —espetó el fraile con los ojos desorbitados.</p><p>—Este río acabará donde lo hacen los demás: o en otro río o en el mar.</p><p>—Todas las cosas marchan a su fin, y estas aguas deformes van a llevarnos al final de todas las cosas* —porfió el dominico haciendo la señal de la cruz. </p><p>Orellana abandonó al fraile con un gesto de fastidio y se dirigió a donde estaba el piloto.</p><p>—¿Cómo va el gobierno de la nave? ¿Creéis que está próxima una catarata?</p><p>—No sabría deciros. Lo cierto es que desde que se oye ese ruido el río se presenta más tranquilo. En estas tierras abandonadas de Dios todo es extraño y creo que mis conocimientos de navegar sirven de bien poco.</p><p>—No habléis así, señor de Alcántara. La destreza que poseéis ha sido fundamental para mantenernos a todos con vida. Las tormentas que nos han azotado en estos ocho meses de navegación habrían dado con nuestros huesos en el fondo del limo si no fuera por vuestra pericia con el timón.</p><p>—A fe mía, que más parece cosa de milagro que el resultado de mis conocimientos porque solo la intercesión de algún santo explica que este barco siga navegando. Tristes aparejos los que llevamos, capitán. Utilizar mantas como velamen… es una situación lamentable.</p><p>—Pero seguimos vivos —porfió Orellana mirando hacia proa.</p><p>—Cabe la posibilidad de que nos enfrentemos a un desnivel del río que acabe con el barco y con nosotros y, sin embargo, a vos os veo muy tranquilo. Admiro vuestro valor y dignidad, capitán.</p><p>—No es valentía, don Juan. Es confianza en Wayana.</p><p>—¿Quién? ¿El indio con el que… fingís que parlamentáis? —preguntó Juan de Alcántara con una sonrisa cínica— ¿Qué os ha dicho esta vez?</p><p>Orellana fue a rebatir las últimas palabras de su piloto, pero era tanta la confianza que tenía con él que decidió rendirse ante la perspicacia del marino.</p><p>—No, no me ha dicho nada. Y aunque lo hubiera hecho de nada serviría —los dos hombres rieron—. Pero, aunque no entiendo sus palabras, sí comprendo sus gestos. Es su actitud la que me da confianza, don Juan.</p><p>—No os comprendo, capitán.</p><p>—Está tranquilo. Se pone nervioso cuando algún soldado lleva un arcabuz, o cuando fray Gaspar agita el incensario —los dos volvieron a reír—, pero cuando mira hacia el río su rostro muestra serenidad: no ve signos de alarma a pesar del ruido. Sea lo que sea que nos espere ahí delante no es algo a lo que temer. Confiad en mí, señor de Alcántara. Y en Wayana. </p><p>El piloto cabeceó en señal de asentimiento y siguió gobernando el timón.</p><p>Tres días hubo de durar el sonido, cada vez más fuerte, hasta que una espuma blanca empezó a cubrir la superficie del agua. El ruido era ya ensordecedor y la tropa estaba aterrorizada.</p><p>—¡Regresemos! </p><p>—¡Decid al piloto que se vuelva!</p><p>—¡Virad el barco, por Dios!</p><p>—¿Y regresar al país de las amazonas? ¿Queréis volver a sufrir sus ataques? —tronó la voz de Orellana.</p><p>Todos callaron ante la disyuntiva.</p><p>—Bien mirado… mejor no. Sea lo que sea, afrontémoslo —llegó a oírse por encima del estruendo.</p><p>—Yo tampoco quiero volver a tener que enfrentarme a esas señoras.</p><p>—Ni yo. Antes me arriesgo a lo que sea que hay allí delante.</p><p>En esas estaban cuando un muro de agua en suspensión los envolvió. El barco fue zarandeado por un remolino que tan pronto les lanzaba hacia delante como los hacía retroceder. En varias ocasiones estuvieron a punto de naufragar.</p><p>—¡La catarata! ¡Nos espera la catarata del fin del mundo!</p><p>—¡Cristo de los Remedios! ¡Ampáranos! </p><p>—¡Don Juan! ¡Saboread el agua que nos salpica! —gritó Orellana.</p><p>El piloto no entendió lo que su capitán pretendía con esa orden tan extraña, pero aun así obedeció y se pasó la lengua por la mano mojada comprobando que el agua estaba salada. </p><p>Aquello no era ninguna catarata sino la desembocadura del río más grande del planeta que, en el choque de aguas con el océano, originaba remolinos y turbulencias.</p><p>Aun tuvieron que avanzar un buen trecho más para salir al mar. El delta era muy amplio, acorde con la magnitud del río que durante más de ocho meses estuvieron navegando.</p><p>—Creo que habéis dirigido la exploración de un río asombroso —dijo Juan de Alcántara—, y que los siglos venideros os han de reconocer ser el primero en recorrer estas aguas. No hemos encontrado canela, ni oro, pero vos tendréis la gloria.</p><p>—Y además podré contar cosas maravillosas, como esas mujeres que tantos quebrantos nos dieron. No me negaréis que fue fascinante enfrentarse a féminas tan fieras, las amazonas, con ese bello nombre, pardiez.</p><p>El piloto no contestó, se limitó a torcer el gesto. Esperaba que esa parte de la aventura se borrara lo más pronto posible de su memoria, la fiereza que admiraba su capitán a él le parecía desfachatez y aún sentía un prurito de humillación por haber tenido que rehuir el combate ante sus ataques.</p><p>—Tan solo os doy la razón en un punto. El nombre sí es bonito: Amazonas.</p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiFQdC-OP4WLBn0NCaesnCB2AuZ9-sicDyrlIGrIrbIxwZKRYcfG69Z5MnWFPucyp9uBLuxgGxxk0ZTx7gKV1RKRo6sDRkaXleZ1zjKBXbs8lkT_Fm2821_ck6agXLMdSJfjNZl0i9Tu3eVIcc3lKbtiK7IE_7aOME-qQWTWu1TQl7HcgIDtyf1fd_QZ3ct/s626/Firma.png" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="561" data-original-width="626" height="179" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiFQdC-OP4WLBn0NCaesnCB2AuZ9-sicDyrlIGrIrbIxwZKRYcfG69Z5MnWFPucyp9uBLuxgGxxk0ZTx7gKV1RKRo6sDRkaXleZ1zjKBXbs8lkT_Fm2821_ck6agXLMdSJfjNZl0i9Tu3eVIcc3lKbtiK7IE_7aOME-qQWTWu1TQl7HcgIDtyf1fd_QZ3ct/w200-h179/Firma.png" width="200" /></a></div><br /><p>*Tomado de El País de la Canela, de William Ospina.</p><p><br /></p><p><span style="color: #2b00fe;"><b>NOTAS HISTÓRICAS: </b></span></p><p><i><span style="color: #2b00fe;">El nombre Amazonas que se da al río más grande del mundo no era el que tuvo cuando Orellana lo recorrió. Al principio le llamaron Río Grande (viva la originalidad) y también Orellana. Dicen que lo de Amazonas viene porque Orellana, al ver esas mujeres que les atacaron, se acordó del mito griego, aunque el tramo del río donde sufrió esos ataques corresponde al río Marañón (cuando este se une al Ucayali, otro río la leche de grande, ya forman entre los dos el Amazonas).</span></i></p><p><i><span style="color: #2b00fe;">A la desembocadura del río llegaron dos barcos y no uno como se cuenta en este relato. El segundo barco lo construyeron un poco antes del encuentro con las amazonas americanas. Lo he omitido por simplificar el cuento.</span></i></p><p><i><span style="color: #2b00fe;">Francisco de Orellana alcanzó gloria y fama gracias a esta travesía por el Amazonas, pero antes las pasó canutas y a punto estuvo de ser ejecutado, porque al volver a Perú, de donde partió la expedición para buscar canela, estaba el rencoroso de Gonzalo Pizarro que, harto de esperar en aquella orilla la ayuda que iba a traer Orellana cuando se montó en el barco, decidió regresar por la selva a costa de muchas penalidades y muertos. Pizarro estaba con un cabreo de padre y muy señor mío y le acusó de traición. Afortunadamente, en el juicio que le montaron, nuestro explorador fluvial hizo valer sus razones y se libró. Menos mal. </span></i></p><p><i><span style="color: #2b00fe;">El río Amazonas fue la causa de la fama y gloria de Orellana y también su tumba. Unos años después regresó a la desembocadura para morir allí de fiebres o por una flecha envenenada (hay dos versiones) mientras buscaba ramificaciones del río o El Dorado (las dos versiones tampoco se ponen de acuerdo en esto).</span></i></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj84ZtS56htSuNiL2ATOYMWdkcQKaGM6W3a79BrCoyiDx4MeSgxAxWq1w_hrwde3FP7lLCJoC0o_G2WL1NGuu_iQntnS8cPLwiMzFtBipGoMqviw4m2x-p-TYYnBV-WTZH3U3fAC6tY32byhaxbMrruAlB-kHHramMnMzzsuJ5MjhLHNd03uHNzlE8RG_uv/s600/image.png" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="530" data-original-width="600" height="177" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj84ZtS56htSuNiL2ATOYMWdkcQKaGM6W3a79BrCoyiDx4MeSgxAxWq1w_hrwde3FP7lLCJoC0o_G2WL1NGuu_iQntnS8cPLwiMzFtBipGoMqviw4m2x-p-TYYnBV-WTZH3U3fAC6tY32byhaxbMrruAlB-kHHramMnMzzsuJ5MjhLHNd03uHNzlE8RG_uv/w200-h177/image.png" width="200" /></a></div><br /><div><br /></div>Kirke Buscapinahttp://www.blogger.com/profile/00298107768900476677noreply@blogger.com8tag:blogger.com,1999:blog-3668051004744212225.post-33809588352772905482023-11-29T18:41:00.011+01:002023-11-30T07:49:41.605+01:00Mujer tenías que ser (I)<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhKC-KFij9wigar9Oy3sGyCP9Kbln_0Sldq3_PcY1mYE819dy-1XbVhfq6EvQT34c7fYn3AgHUcqOke3x1Uvyy_cl2D_y2q5Szi4X6Zqo-UX2dNUdbVhJ5CV7GrytAQEmz1939AtDzDHqtCc-CJpuMbE7qpc_MPY7KzuvuguXmXB7VNuVZcrWaROsakDU6J/s1920/Amazonas.png" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1080" data-original-width="1920" height="360" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhKC-KFij9wigar9Oy3sGyCP9Kbln_0Sldq3_PcY1mYE819dy-1XbVhfq6EvQT34c7fYn3AgHUcqOke3x1Uvyy_cl2D_y2q5Szi4X6Zqo-UX2dNUdbVhJ5CV7GrytAQEmz1939AtDzDHqtCc-CJpuMbE7qpc_MPY7KzuvuguXmXB7VNuVZcrWaROsakDU6J/w640-h360/Amazonas.png" width="640" /></a></div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><span face=""Calibri",sans-serif" style="mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">—</span>¡Vive Dios que tienen puntería las malditas! <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><span> </span>Así juraba el capitán Orellana
mientras daba órdenes a sus soldados para responder a la lluvia de dardos que
desde la orilla del río les llegaba, al tiempo que le pedía al piloto que se
alejara más de la ribera para evitar que les alcanzaran las flechas. Los
arcabuces, que tan útiles les podrían ser estaban almacenados en la bodega pues
la pólvora se les había acabado un mes atrás, al igual que la comida; aquella
travesía se estaba haciendo interminable y convirtiéndose en una auténtica
pesadilla.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">—¿Seguro que son mujeres las que
nos disparan, capitán? —preguntó Cristóbal, un soldado veinteañero—. Nunca vi a
ninguna fémina asaetear con semejante destreza. En verdad, nunca vi disparar a
ninguna, ni con destreza ni sin ella.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">—Yo creo que son indios con la
melena más luenga de lo que es habitual en ellos —terció otro soldado mientras
se agachaba para esquivar una flecha que iba directa a su cabeza.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">—¿Sí? ¿Eso crees? —le replicó el
capitán—. Pues además de tener más luenga la cabellera también tienen pechos
más crecidos de lo que se espera en un varón. ¡Son mujeres, pardiez, y buenas
guerreras! ¡Señor de Alcántara, alejadnos de aquesta orilla del diablo!<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><span> </span>El piloto manejó con soltura el
bergantín obedeciendo a su capitán y pudieron eludir, al menos por el momento,
el ataque de las mujeres.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><span> </span>Se encontraban en semejante
tesitura desde hacía una semana.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><span> </span>Al igual que Cristóbal, muchos de
los ocupantes del barco no podían creer que unas hembras les tuvieran
sojuzgados de aquella manera. Todos recordaron el asombro que les embargó aquel
día en que divisaron por primera vez a una de ellas.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><span> </span>De la espesura de la selva salió
una mujer completamente desnuda, con el pelo trenzado en pequeñas coletas que
se enrollaban alrededor de la cabeza y todo el cuerpo lleno de dibujos de
diferentes colores. Desde la borda, la marinería comenzó a saludarla con frases
procaces que se convirtieron en gritos de estupor cuando la fémina les lanzó
una lanza que se clavó más de dos palmos en el cascarón del barco a pesar de
estar bien separados de la orilla donde ella se encontraba. Sin darles tiempo a
reponerse del sobresalto, más mujeres aparecieron también disparando sus lanzas
de las cuales una pasó a un palmo de la cara del propio capitán. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><span> </span>Desde ese día los ataques no
habían cesado y la moral decrecida y el cansancio estaban haciendo mella en
todos. De todos los sufrimientos que en esa expedición estaban pasando este era
el peor y el más humillante: ¡unas mujeres!, ¡por todos los Santos!<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">—Son las amazonas —explicó fray
Gaspar de Carvajal, el dominico que iba a bordo del bergantín y que se
encargaba de registrar la crónica del viaje—. Fueron las enemigas de Aquiles en
la guerra de Troya.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">—¿Y desde Troya se han venido hasta
aquí?<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">—Cuentan que en sus ciudades solo
hay mujeres —prosiguió el fraile haciendo caso omiso del comentario del piloto—,
cuando quieren procrear raptan a hombres de los pueblos vecinos, y una vez
satisfechos su deseo y su objetivo, los sacrifican, al igual que el fruto de
esos encuentros si son varones. Tan solo se quedan con las niñas para criarlas
a su semejanza y con sus mismas destrezas.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">—Solo unos salvajes podrían
aceptar un comportamiento tan insolente y contra natura. ¿Dónde se ha visto un
lugar solo habitado por mujeres en el que los hombres simplemente sirven para
sembrar su semilla? —exclamó un arcabucero que en la cubierta asistía a la
plática del dominico— En la hoguera habían de arder todas. ¡Voto a Cristo!<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">—Hemos visto cosas excepcionales,
pero aquesta es la más extraordinaria —añadió el capitán Orellana con un punto
de admiración. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">—Y la más sacrílega —insistió el
arcabucero.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><span> </span>El capitán nada añadió y se retiró
a sus aposentos para reflexionar sobre cómo afrontar esta parte de un viaje que
cada vez se complicaba más y más.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><span> </span>En la soledad de su camarote
Francisco de Orellana hizo recuento de cómo habían llegado todos a esa
situación. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><span> </span>Encontrar el País de la Canela, el
objetivo de aquella expedición, había resultado una quimera más de las muchas
que en el Nuevo Mundo se perseguían. Después de varios meses de vagar por la
selva, los árboles de canela que pudieron hallar apenas eran un centenar, nada
que se pudiera aprovechar como explotación de riqueza. Además, la pérdida de
hombres había sido altísima, aunque fue mucho más alta entre los indígenas. Orellana
recordó con un escalofrío cómo el jefe de la expedición, el más pequeño de los
hermanos Pizarro, en un alarde de crueldad suprema y muy acorde al talante de
sus otros hermanos, decidió masacrar a todos los indios entre guías,
intérpretes y porteadores, más de mil, en venganza por no haber encontrado el
maldito País de la Canela.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><span> </span>Una vez que todos supieron que ese
país de ensueño no existía, o al menos no se encontraba por esos lares,
decidieron volver, pero la falta de alimentos y las malas condiciones de la
mayoría de los supervivientes hacían que el regreso fuera poco factible. Fue
entonces cuando Gonzalo Pizarro decidió construir un barco para intentar
avanzar más rápido por el río que se encontraron. El propio Orellana se ofreció
a ir en esa nave inestable y construida de manera tosca para buscar alimentos
mientras la mayoría de los hombres, con Pizarro a la cabeza, se quedaban en la
orilla a esperar la ayuda. Sin embargo, el río por el que navegaban recibía el
agua de otros también muy caudalosos, de tal manera que en unos pocos días la
fuerza del agua era tanta que hacía imposible volver atrás. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">—Volver significa muerte segura —dijo
Orellana a sus hombres cuando se planteó la cuestión—; regresar en esta nao es
lo mismo que naufragar sin remedio. Tan solo tenemos una opción: seguir
adelante*.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><span> </span>Al mismo ritmo que el caudal del
río crecía, crecieron las penalidades. Indios cada vez más belicosos los
acosaban desde la orilla día y noche haciendo muy difícil proveerse de agua y
alimento pues cada vez que desembarcaban el precio era la vida de dos o tres
hombres asaeteados por los indígenas. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><span> </span>Y ya, para rematar, después de
seis meses de navegar por ese río interminable, el acoso de estas mujeres
guerreras con una ferocidad inusitada en alguien de su sexo. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><span> </span>Con la preocupación pintada en el
rostro, el capitán se dispuso a pasar la noche rezando para que el barco
abandonara lo más pronto posible el territorio de las amazonas.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><span> </span>Al día siguiente, Orellana
comprobó que sus rezos de poco habían valido pues las indias estaban de nuevo
lanzando flechas y lanzas contra el barco.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">—Capitán, se nos está acabando el
agua. Necesitamos desembarcar —le urgió uno de los oficiales.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">—Pues ya me diréis cómo. Esas
brujas no paran de disparar. ¡Vive Dios! ¿Es que no se cansan nunca? Traedme a
ese indio que viaja con nosotros desde hace dos semanas. He de parlamentar con
él.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><span> </span>El oficial fue en busca del
indígena al que hacía alusión su capitán. Se trataba de un varón al que
pillaron desprevenido mientras pescaba tranquilamente en la orilla. Orellana,
conocedor de varios dialectos indígenas solía <i>procurarse la compañía</i> (el
eufemismo que él mismo utilizaba para referirse a capturar) de habitantes de
las zonas por las que pasaban para obtener información.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><span> </span>Un individuo bajo pero fornido, con
el pelo rapado a la altura de las orejas y con la nariz atravesada por un fino
hueso, apareció ante el capitán.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">—Wayana, tienes que ayudarnos —le
dijo Orellana al recién llegado para, acto seguido, seguir hablando en una
lengua desconocida para los demás.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><span> </span>Durante un buen rato, el español y
el indio anduvieron intercambiando frases que nadie más entendió.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">—Dice Wayana que el país de estas
mujeres, al que rinden pleitesía todos los poblados en muchas leguas a la
redonda, se acaba en un día, a lo sumo dos. No hay que dejar lugar a la
desesperación, tened un poco más de paciencia —tradujo Orellana a la
tripulación una vez terminado el parlamento con el indio—. Así que aguantad un poco más y nos zafaremos de estos demonios encarnados en mujer.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><span> </span>Nadie de los presentes objetó la
orden de su capitán, pero varios de los soldados se miraron entre sí con la
duda en los ojos.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">—¿No crees que el capitán sabe
demasiadas lenguas? —dijo Cristóbal a uno de sus compañeros.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">—Es hombre culto y letrado.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">—Ya, eso sí, pero… no sé, me da
que la mayor de las veces se inventa lo que traduce. En La Española he visto
cómo trabajan los intérpretes y siempre es dificultoso el pasar de una lengua a
otra, siempre se traban, o dudan antes de decir muchas de las palabras, pero el
capitán… lo dice todo de corrido.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">—Ya te he dicho que es un hombre
leído y muy listo —le contestó el compañero dándose la vuelta y zanjando el
tema.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><span> </span>Cristóbal no andaba errado con su
apreciación. Francisco de Orellana era bueno aprendiendo lenguas y siempre le
fue muy útil, así conseguía entenderse con los indígenas y obtenía
informaciones muy valiosas, pero era cierto que estaban recorriendo tierras muy
alejadas de las que él conocía y el habla de sus gentes en nada se parecía a
los idiomas que él, más o menos, podía entender. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><span> </span>Aunque el compadre de Cristóbal
también tenía razón: Orellana era muy listo. Y también buen capitán. Sabía cuán
importante es tranquilizar a la tropa y evitar que el pánico se propague. No
había entendido ni una palabra de lo que el indio Wayana le había dicho, pero
disimuló y se inventó que pronto saldrían de la zona de las amazonas para que no
cundiera el desánimo ni hubiera altercados. Ahora solo esperaba que lo que
había hecho pasar por una información de <i>su invitado</i> se hiciera
realidad. En algún momento debería de acabarse el país de las amazonas. Y si no
era así, ya podían todos encomendar sus almas a Dios.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">CONTINUARÁ…<o:p></o:p></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgLl4efqC-GfW7ylDMJIiVUJD67nA3Ic1fmzVTOVvi_b5g5F3qQpM5bxCSxFgH_wXtxLnMWLLO4nZHuX7c4fdYq0zLYwX7ZLscE00Zpo7nK2yUkq9JhKK7VW62r2yunEqILFJzJz5ENt3zfyMxuBr5bdMGQRjoDX6erDrrrNF0smwcXtJAhnKM_zPEHqL8y/s626/Firma.png" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="561" data-original-width="626" height="179" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgLl4efqC-GfW7ylDMJIiVUJD67nA3Ic1fmzVTOVvi_b5g5F3qQpM5bxCSxFgH_wXtxLnMWLLO4nZHuX7c4fdYq0zLYwX7ZLscE00Zpo7nK2yUkq9JhKK7VW62r2yunEqILFJzJz5ENt3zfyMxuBr5bdMGQRjoDX6erDrrrNF0smwcXtJAhnKM_zPEHqL8y/w200-h179/Firma.png" width="200" /></a></div><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEh4pgVUoziJ_Hqtt52qaqiv3UDjD4hdJNVlVUuzyWvCFG44wUiEsPajcHlbIQIy_CiZHiUSrR2Qp6kpYji6GV5BSQGYHomIshmhHI-DgqxAn1Ws7BTTtPdb3lV3qrIoiudbslP0IQRSzrvK9Aim7F71S2SeH3TMNNjNzyM5eJ9lj8f2HB12srAjFdNB5FSv" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" data-original-height="530" data-original-width="600" height="158" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEh4pgVUoziJ_Hqtt52qaqiv3UDjD4hdJNVlVUuzyWvCFG44wUiEsPajcHlbIQIy_CiZHiUSrR2Qp6kpYji6GV5BSQGYHomIshmhHI-DgqxAn1Ws7BTTtPdb3lV3qrIoiudbslP0IQRSzrvK9Aim7F71S2SeH3TMNNjNzyM5eJ9lj8f2HB12srAjFdNB5FSv=w179-h158" width="179" /></a></div><br /><br /><p></p><p></p>Kirke Buscapinahttp://www.blogger.com/profile/00298107768900476677noreply@blogger.com12tag:blogger.com,1999:blog-3668051004744212225.post-42868669386188090042023-11-13T19:33:00.004+01:002023-11-20T11:30:11.953+01:00El cuento de nunca acabar<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh-TBWvzqSsXjKOgouE2shMYa18jGhO-ENAkQ3V3-BNn2FfTt3wxtEbwzwmv637qPaxrk7n1868-RMLEVsccLpvjsQ-NsGkU8cn_xGVNAcejMI-_jv6OjaVxhBHw19khacbyrT1lJGsE1PzOGf4KbJvGrGqSTjUvY4NGH2JkwiAqKEllHDXk7y1lVxm-2T4/s1640/El%20cuento%20de%20nunca%20acabar.png" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="924" data-original-width="1640" height="360" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh-TBWvzqSsXjKOgouE2shMYa18jGhO-ENAkQ3V3-BNn2FfTt3wxtEbwzwmv637qPaxrk7n1868-RMLEVsccLpvjsQ-NsGkU8cn_xGVNAcejMI-_jv6OjaVxhBHw19khacbyrT1lJGsE1PzOGf4KbJvGrGqSTjUvY4NGH2JkwiAqKEllHDXk7y1lVxm-2T4/w640-h360/El%20cuento%20de%20nunca%20acabar.png" width="640" /></a></div><br />
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">Iván estaba eufórico. Por fin
había terminado de escribir y corregir el artículo que tantos quebraderos de
cabeza le estaba dando. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">Repasar las cinco tablas con más
de cien datos con sus desviaciones estándar y sus correlaciones estadísticas le
llevó más de una semana. Adaptar la sintaxis a las exigencias de la revista
donde iba a mandar el trabajo fue un auténtico martirio. «¿Qué más dará si la
‘p’ de la significación va en cursiva o no?» se preguntaba cada vez que
corregía una de esas letras que no estaba bien según las normas de la editorial.
Cuadrar los pies de las gráficas, elegir los tonos de grises adecuados para que
se visualizaran bien (si los ponía en color era más caro publicar), adecuar el
formato numérico al sistema anglosajón (los decimales se separan con puntos, no
con comas) y muchas más pijotadas le mantuvieron entretenido (y cabreado)
durante semanas. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">A Iván esta parte de la labor
científica le era muy desagradable y engorrosa. Lo que realmente le gustaba era
investigar; poner unas letras en cursiva, cambiar algunas comas por puntos o
elegir una buena trama como fondo de un gráfico no tenía nada que ver con la
investigación, pero si uno no publica lo que hace, no existe, no es nadie, es
menos que nadie: está muerto científicamente e Iván quería vivir en la Ciencia.
Por lo tanto, este era un trámite a seguir, un efecto colateral en la
investigación.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">Conseguir la financiación para
pagar los tres mil euros del ala que cobraría la editorial si accedía a
publicar el manuscrito también había supuesto un esfuerzo titánico, pero tras
arrastrarse por varios despachos, incluido el de la decana de Farmacia, tenía
asegurada la pasta gracias a un presupuesto extra salido de no sabía muy bien
dónde.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">Pero, al fin, el artículo estaba
finiquitado. «Se acabó» dijo Iván con una sonrisa de satisfacción en el rostro
y entrando en la web de la revista para colgar el texto y así finalizar el
último trámite.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">Nada más poner su apodo y la clave
de acceso, un mensaje saltó en la pantalla del ordenador:<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">«Usuario y contraseña no
coinciden. Por favor, vuelva a intentarlo.» Envió un email solicitando una
nueva clave y tras recibirla, se dispuso a emplearla para entrar en la web.
Aunque el proceso fue automático y casi instantáneo, eso ya le llevó unos diez
minutos.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">Una vez en la plataforma de la
revista, comenzó a introducir los datos previos para colgar su manuscrito. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">Datos y filiación de los autores:
como en el trabajo participaban siete compañeros pertenecientes a varios
departamentos de la universidad, introducir todos los nombres con sus
respectivos cargos y lugares de investigación supuso un buen lapso.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">Sugerencias de revisores: este
apartado suscitaba sentimientos encontrados en Iván. Sabía que esos
verificadores que iban a corregir (y generalmente, a masacrar) su trabajo
debían ser especialistas en el área de investigación sobre la que versaba el
artículo, pero siempre que tenía que rellenar esa parte del cuestionario,
pensaba en poner a su madre, a su abuela y a su tía Matilde, un trío de mujeres
a las que todo lo que él hacía siempre les parecía que estaba requetebién.
Rellenar con el nombre, filiación, correo electrónico, área de trabajo y
motivos por los que se proponían dichas sugerencias también requirió una buena
porción de tiempo. «No sé para qué preguntan esto, si al final ponen a los que
ellos les da la gana» se dijo al tiempo que pulsaba «Enter» tras introducir el
último dato.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">Aún hubo de proporcionar otra serie
de referencias más donde tan solo le faltó informar acerca del número de zapato
que calzaba o la regularidad con la que iba al baño.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">Una vez añadidos los datos
requeridos se preparó para subir a la web el trabajo en sí mismo. Primero
fueron las tablas. Una a una, seleccionó todas, teniendo especial cuidado en no
repetir o en saltarse alguna. Tras repasar concienzudamente que todos los
ficheros estaban bien, le dio a la pestaña de «Upload» y el sistema respondió
con un cuadro de texto donde se leía «Error». Refrescó la pantalla y todos los
ficheros que tan cuidadosamente había elegido se borraron. «No pasa nada» se
dijo Iván al tiempo que se pasaba una mano por la cara, «Habré dado a la tecla
mal. Vuelvo a cargar».<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">Repitió la operación, esta vez aún
más despacio, por lo de no dar a la tecla equivocada, y tras volver a darle a
la pestaña de «Upload» el mismo mensaje de «Error» apareció borrando igualmente
los ficheros elegidos. En esta ocasión Iván empezó a impacientarse mirando el
reloj que le informaba que ya llevaba con el <i>último</i> trámite más de una
hora y cuarto.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">Tras intentar subir las dichosas tablas
tres veces más con idénticos resultados, decidió pedir ayuda. Varios compañeros
le ofrecieron tomarse un café con ellos, aunque para lo de las tablas no le
dieron solución. Sin saber muy bien qué hacer, se fijó que, en la pantalla
donde debía cargar los ficheros, en una esquina y con una letra pequeñísima
había un mensaje que avisaba que los archivos a subir debían estar en formato
TIFF. «Anda, coño. Yo las estaba subiendo en JPG.»<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">Una vez superado el escollo de las
tablas, pasó a subir las gráficas. En esta ocasión, y ya escaldado con la
experiencia previa, convirtió todas las imágenes, que también estaban en JPG, a
TIFF. Una vez cargadas le dio a «Upload» y nuevamente el maldito mensaje de
«Error» volvió a aparecer. Tras dos intentos más y casi repitiendo los mismos
pasos dados con las tablas, pudo comprobar que los gráficos debían cargarse en
formato JPG y no en TIFF. <span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">Cuando ya estaba seguro de haber
subido todo lo que tenía que subir, se percató de que uno de los gráficos
estaba repetido. «Menos mal que me he dado cuenta» pensó ufano Iván. Señaló el
gráfico doble y le dio a la pestaña de «Remove», pero el sistema se vino arriba
y le removió todos los ficheros, los gráficos y las tablas también.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">Jurando en arameo Iván empezó a
ponerse de muy mal humor. Se había sentado al ordenador pensando en acabar el
trabajo, llevaba más de dos horas y eso no estaba acabando ni mucho menos.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">Decidió tomarse ese café
(descafeinado) ofrecido con sus compañeros por relajarse y por ver si se le iba
la mala leche que le estaba carcomiendo las entrañas.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">Media hora después volvía a cargar
otra vez los archivos necesarios, poniendo especial cuidado en no repetir
ninguno y que cada fichero estuviera en el formato adecuado. Cuando ya iba a
dar a la pestaña de «Submission» recordó algo: «Porras, no he puesto la <i>cover
letter</i>». Anduvo un buen rato explorando por las decenas de carpetas de su
portátil hasta que encontró un modelo tipo. Rellenarlo con los datos de la
editorial y del artículo a presentar también le supuso unos cuantos minutos.
Cuando ya la tuvo confeccionada fue a introducirla en la web, pero en la
pantalla aparecía un mensaje encuadrado en rojo: «Time out».<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">«¡Joder! ¡Joder! ¡Joder!» gritó un
desquiciado Iván. Varios colegas se acercaron a su mesa de trabajo para ver qué
le pasaba, cuando averiguaron el motivo de su furia la mayoría se encogió de
hombros y regresó a sus quehaceres. Tan solo Lucía, la becaria, se quedó un
rato más a consolarlo, pero finalmente también se marchó.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">En soledad y con los nervios a
flor de piel, Iván comenzó de nuevo a poner todos los datos. En esta ocasión, y
dado que ya estaba avisado de los formatos, tardó algo menos. Una vez
cumplimentado todo, y en el tiempo estipulado por la web, le dio a la bien
deseada pestaña de «Submission».<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">La pantalla se quedó en blanco,
ningún mensaje apareció. «¿Se habrá cargado todo bien?» se preguntó Iván
mientras se mordía las uñas.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">Pasaron varios minutos y la
pantalla seguía en blanco. «¿Se habrá cargado algo bien?» se preguntó esta vez.
«¿Se habrá cargado algo?» se volvió a preguntar al borde del pánico pues el
sistema no parecía reaccionar. «¿Me habré quedado sin conexión a internet y
estoy haciendo el panoli mirando la pantalla?» <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">Tras unos minutos más, apareció un
reloj de arena indicando que, al menos, sí tenía conexión a la red. En unos
segundos un nuevo mensaje en inglés apareció: «El navegador empleado es
incompatible con nuestra plataforma. Por favor, inténtelo de nuevo con otro explorador.
Gracias.»<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><o:p> <br /></o:p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg_RS2pqgNz1vQHlkwtQBbbvL9lyYVnd3lQDp90xKrBDFG8OGNZsEl5cghRfBxRvx5dqrOM_AHm08EX3ktiWxDHzjJRuZUbALG4PGhSUsnkstxARYSj6c0VMHtz6ya_t0BH2uy5Y5hsDAizYsV0STTcbR7yEOpM70rwOp8fPG4IqwfH0qIg2mYcYVPdk-3P/s618/FirmaCorreoCaldero.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="440" data-original-width="618" height="228" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg_RS2pqgNz1vQHlkwtQBbbvL9lyYVnd3lQDp90xKrBDFG8OGNZsEl5cghRfBxRvx5dqrOM_AHm08EX3ktiWxDHzjJRuZUbALG4PGhSUsnkstxARYSj6c0VMHtz6ya_t0BH2uy5Y5hsDAizYsV0STTcbR7yEOpM70rwOp8fPG4IqwfH0qIg2mYcYVPdk-3P/s320/FirmaCorreoCaldero.jpg" width="320" /></a></div><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEih2DaWvla_7FpfJSn7QQ-oBoKwhpZbtdO5tEbhjauZ8KapH7_S63IgumgwKblPRaTZXpW6HD2tThSWaYeozIniMwZW82FM8Lfe0n7k4tLzrCp8bF2OJ8_jsKsU-n2SOUasInWtFDFt8dxVhdwKAa8EzvCSQ-t9q5fon5vKxYOM03J6azjUPVcOHBwhpiNt/s227/logo_SafeCreative.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="88" data-original-width="227" height="88" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEih2DaWvla_7FpfJSn7QQ-oBoKwhpZbtdO5tEbhjauZ8KapH7_S63IgumgwKblPRaTZXpW6HD2tThSWaYeozIniMwZW82FM8Lfe0n7k4tLzrCp8bF2OJ8_jsKsU-n2SOUasInWtFDFt8dxVhdwKAa8EzvCSQ-t9q5fon5vKxYOM03J6azjUPVcOHBwhpiNt/s1600/logo_SafeCreative.jpg" width="227" /></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://www.safecreative.org/work/2311136115352" target="_blank">Registrada</a><br /></div><p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><o:p> </o:p></p><br /><p></p>Kirke Buscapinahttp://www.blogger.com/profile/00298107768900476677noreply@blogger.com8tag:blogger.com,1999:blog-3668051004744212225.post-38144852238417379482023-11-04T07:47:00.004+01:002023-11-13T18:43:24.910+01:00En busca de El Dorado perdido<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjnILMqJHu5UqQi-WlkFrZNgZ8jJ8ejBY_BWXQFPW_WqPfRPjzXKmzzv8anMBn9gMjXE59-sbkD-s9vvN8ZkjuFd8ITQPU-Y_6Gu15ZlPiBycQhqOXGEphPCabd2J0IWAziFrVGSPtMSOBDJyvlfMoYGSmR92U_JWJKYk3vjqnmsF_bLdB-Fkg0HLlD9cOL/s1640/El%20Dorado.png" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="924" data-original-width="1640" height="360" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjnILMqJHu5UqQi-WlkFrZNgZ8jJ8ejBY_BWXQFPW_WqPfRPjzXKmzzv8anMBn9gMjXE59-sbkD-s9vvN8ZkjuFd8ITQPU-Y_6Gu15ZlPiBycQhqOXGEphPCabd2J0IWAziFrVGSPtMSOBDJyvlfMoYGSmR92U_JWJKYk3vjqnmsF_bLdB-Fkg0HLlD9cOL/w640-h360/El%20Dorado.png" width="640" /></a></div><div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><br /></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><span style="color: red;">Toma 1
¡Acción!<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><i><span style="color: #4472c4; mso-themecolor: accent1;">1538. País de los Chachapoyas (Amazonía de Perú). Dos
hombres vestidos con armadura y morrión, uno de ellos porta un arcabuz al
hombro mientras que el otro lleva una espada al cinto, los dos contemplan cómo
varios carpinteros están construyendo una barca.<o:p></o:p></span></i></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">—Don Alonso, ¿no va siendo hora de
darnos por vencidos? —dice el hombre del arcabuz—. Aquí ni hay oro ni piedras
preciosas, tan solo mosquitos como perdices e indios beligerantes.<o:p></o:p></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">—A fe mía que hemos de seguir
mientras las fuerzas no nos falten. ¡Vive Dios!<o:p></o:p></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">—Estoy de esos chachapoyas… hasta el
final de su nombre, en mala hora vinimos aquí, don Alonso.<o:p></o:p></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">—No blasfemes, Gonzalo. En cuanto
crucemos este vasto río, hallaremos la laguna repleta de oro.<o:p></o:p></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">Los dos hombres se giran tras oír
gritos. Un hombre con un papel en la mano se acerca al de la espada.<o:p></o:p></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">—Señor Alvarado, que los
chapachollas, esto… los chanasollas, no, los… Que los indios poyas de San Juan
de la Frontera se han amotinado. Se nos ordena que abandonemos la búsqueda y regresemos.
<o:p></o:p></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">—¡Voto a Cristo! Suspendemos la
expedición a El Dorado.<o:p></o:p></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><o:p> </o:p></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><span style="color: red;">Toma 2.
¡Acción!<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><i><span style="color: #4472c4; mso-themecolor: accent1;">1540. Bogotá. Palacio del gobernador. En una espaciosa
sala un hombre asiste de pie a la perorata de otro hombre que está sentado tras
una enorme mesa de madera.<o:p></o:p></span></i></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">—¿Me estáis diciendo que después
de sacrificar a los caballos para alimentar a la tropa y después de perder a la
mitad de vuestros hombres, volvéis sin saber dónde está El Dorado? ¡Maldita sea
vuestra estampa, don Hernán Pérez de Quesada!<o:p></o:p></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><o:p> </o:p></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><span style="color: red;">Toma 3.
¡Acción! <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><i><span style="color: #4472c4; mso-themecolor: accent1;">1546. Desembocadura del Río Grande (actual Amazonas).
Dos hombres observan a un enfermo postrado en un catre instalado en una tienda
entre palmas. <o:p></o:p></span></i></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">—¿Desde cuándo está así?<o:p></o:p></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">—Las fiebres le atacaron hace dos
semanas, pero esta noche ha sido la peor. No creo que sobreviva, don Luis. Ni
las tisanas ni los ungüentos le están haciendo efecto<o:p></o:p></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">—¡Maldito El Dorado! Después de
tantos logros, después de descubrir este grande río, después de pelear ferozmente
contra los indios, acabar así por buscar una quimera. <o:p></o:p></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">—Y no se olvide vuecencia de las
indias.<o:p></o:p></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">—¿Qué?<o:p></o:p></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">—Que ha parlado sobre las luchas
de los indios, pero las indias de aqueste lugar no son menos fieras peleando.
Nuestro capitán —señala al hombre postrado— las llamó amazonas, porque le
recordaban a unas mujeres antiguas que guerreaban igual de bien.<o:p></o:p></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">—Yo tampoco creo que vea el día de
mañana —replica el otro haciendo caso omiso del comentario—. Llamad al capellán
para que le dé los Santos Óleos a don Francisco de Orellana.<o:p></o:p></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><o:p> </o:p></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><span style="color: red;">Toma 4.
¡Acción!<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><i><span style="color: #4472c4; mso-themecolor: accent1;">1561. Barquisimeto (Venezuela). Tres hombres
ensangrentados discuten frente al cadáver de otro que yace a sus pies con
múltiples cuchilladas.<o:p></o:p></span></i></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">—¡Se acabó la discusión! Ni al
Perú ni a El Dorado, yo me vuelvo a mi pueblo del que nunca debí salir —dice
uno de los hombres limpiando una daga en la manga de su camisa.<o:p></o:p></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">—¡Cómo vas a volver! —replica otro
de los hombres al que le falta un ojo—. Ahora somos prófugos de la justicia. Si
ya teníamos difícil el explicar la muerte de don Pedro de Ursúa y la de don
Fernando de Guzmán, esta —señala el cadáver— nos manda derechitos al cadalso.<o:p></o:p></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">—¡Cuidado, Cosme! No te confundas.
De la muerte de don Pedro es responsable quien ahora acabamos de mandar al
infierno. ¡Hideputa Lope de Aguirre! —exclama dándole una patada al cadáver—.
Nuestra situación es por culpa de él —lo vuelve a patear—. Nos engañó con
promesas vanas. Que si íbamos a ser los reyes del Perú, que si le íbamos a
hacer sombra al propio Felipe II… en mala hora le seguimos, por su culpa nos
encontramos así.<o:p></o:p></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">—Puede que en el asesinato de don
Pedro nosotros no tengamos parte, pero en el de don Fernando… —interviene el
tercer hombre que había permanecido en silencio.<o:p></o:p></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">—Porque quería abandonar la
conquista del Perú para nosotros y regresar a buscar El Dorado, ese lugar del
que los indios nos hablan pero que nadie ha visto aún. A fe mía que nos están
burlando estos indígenas.<o:p></o:p></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">—¿Y todas la muertes que se han
dado después? —porfía Cosme— Porque fue darle matarile a don Fernando y ha sido
un sin parar, las cuchilladas y los estrangulamientos eran casi diarios; apenas
quedamos unos pocos de toda la expedición.<o:p></o:p></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">—Por eso mismo debíamos hacer esto
—señala el cadáver con la daga ya limpia—. Había que ponerle fin. Nos volvemos
o nos quedamos, pero El Dorado que lo busque otro.<o:p></o:p></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><o:p> </o:p></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><span style="color: red;">Toma 5.
¡Acción!<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><i><span style="color: #4472c4; mso-themecolor: accent1;">1569. Cumaná (Venezuela). Dos hombres rezan ante una
tumba improvisada entre dos palmeras.<o:p></o:p></span></i></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">—Señor, te encomendamos el alma de tu siervo Diego
Hernández Serpa para que lo acojas en tu seno. Amén.<o:p></o:p></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">—Es hora de partir, Fernán, antes de que los indios
aparezcan y rematen lo que no consiguieron ayer. <o:p></o:p></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">—Si no hubiera tantos desertores podríamos haberlos hecho
frente y aniquilarlos.<o:p></o:p></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">—Esta expedición no tiene ningún sentido, buscamos una
leyenda.<o:p></o:p></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">—Pero los dos capitanes que fueron en avanzadilla vieron
una aldea con pepitas y piezas labradas en oro.<o:p></o:p></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">—Puede, mas no portaron con ellos nada que lo probara, además,
ahora están bajo tierra como nuestro gobernador. Vámonos, aquí no hay nada de valía.<o:p></o:p></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><o:p> </o:p></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><span style="color: red;">Toma 6.
¡Acción!<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><i><span style="color: #4472c4; mso-themecolor: accent1;">1573. San Juan de los Llanos (Venezuela). Dos hombres
están sentados a la sombra de una ceiba, tienen picaduras en el rostro y manos,
sus vestimentas están desgarradas y sucias.<o:p></o:p></span></i></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">—Mejor nos volvemos, señor Jiménez
de Quesada. Regresemos a Bogotá, olvidaos de El Dorado y disfrutad de vuestro
título de marqués que aquí estamos de más.<o:p></o:p></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><o:p> </o:p></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><span style="color: red;">Toma 7.
¡Acción!<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><i><span style="color: #4472c4; mso-themecolor: accent1;">1574. En algún lugar entre el actual río Amazonas y el
Orinoco. Una llanura está cubierta de cadáveres. Un grupo de indios caribes
observan la matanza.<o:p></o:p></span></i></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">—Bueno. Un problema menos —dice
uno de los indios—. Mira que llevamos ya muertos unos cuantos y siguen
viniendo. Desde luego, son valientes.<o:p></o:p></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">—O tercos —añade otro.<o:p></o:p></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">—O idiotas —dice otro más.<o:p></o:p></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">—Son avariciosos. La obsesión por
el oro les nubla la mente —añade una mujer—. Jefe, ¿qué hacemos con el único
superviviente?<o:p></o:p></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">—Tómalo cautivo para que dentro de
unos años les cuente a los suyos lo que aquí pasó. Que sepan que buscar oro les
trae la muerte como se acerquen por nuestros dominios.<o:p></o:p></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><o:p> </o:p></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><span style="color: red;">Toma 8.
¡Acción!<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><i><span style="color: #4472c4; mso-themecolor: accent1;">1596. Santo Tomé de Guayana (Venezuela). Un hombre
joven está sentado junto al lecho de un hombre anciano semiinconsciente. Algo
más retirado, otro hombre los acompaña de pie.<o:p></o:p></span></i></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">—He llegado tarde, padre, perdonadme, pero no pude reunir
toda la ayuda que me demandasteis con la celeridad que el asunto requería —dice
el hombre joven al yaciente.<o:p></o:p></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">—Creo que ya no es capaz de escucharos, don Fernando. El
señor De Berrío está a punto de encontrarse con el Hacedor —dice el hombre que
está de pie.<o:p></o:p></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">—¡Mal rayo parta a El Dorado y a quienes alientan
leyendas y cuentos de viejas! Mi padre va a entregar su vida por perseguir un
ensueño. ¡Cuántos años desperdiciados!<o:p></o:p></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">—Las penalidades de todas las expediciones hechas le han
pasado cuenta. Fiebres, hambre, ver morir a sus hombres, el ataque del pirata
Raleigh y los meses que estuvo preso de esos corsarios… Son muchos sinsabores.
Harto ha soportado.<o:p></o:p></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">—Al menos ahora descansará en paz. Pero yo he de seguir
con su búsqueda.<o:p></o:p></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">—Acabáis de decir que es una quimera.<o:p></o:p></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">—Mi linaje me obliga a continuar con el legado de mi
padre.<o:p></o:p></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><o:p> </o:p></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><span style="color: red;">Toma 9.
¡Acción!<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><i><span style="color: #4472c4; mso-themecolor: accent1;">1652. Laguna de Guatavita (Colombia). Dos hombres
observan cómo multitud de operarios intentan quebrar la ladera de un cerro
aledaño a un gran lago.<o:p></o:p></span></i></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">—Señor, ¿en verdad creéis que
vamos a desecar toda esta agua? —dice el hombre más joven.<o:p></o:p></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">—Es aquí donde los eruditos ubican
El Dorado.<o:p></o:p></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">—Pero eso es una fábula, señor, y
perdonad mi franqueza. No hay más riquezas que las que ya se han encontrado.<o:p></o:p></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">—Aquí se celebraba una ceremonia
en la que cada nuevo cacique de Guatavita se cubría con oro y se bañaba en la
laguna al tiempo que sus súbditos arrojaban al agua esmeraldas y objetos de
oro. El fondo de esta laguna debe de estar repleto de tesoros, Rodrigo.<o:p></o:p></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">—No sé, señor Sepúlveda, pero
mucha agua junta veo yo para hacer que se escape por aquella brecha que
intentan abrir.<o:p></o:p></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">—Ten fe, Rodrigo, ten fe. El tesón
es la base del éxito.<o:p></o:p></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">—Os doy la razón a medias: tesón
no nos falta, pero éxito...<o:p></o:p></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><o:p> </o:p></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><span style="color: red;">Toma 10.
¡Acción!<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><i><span style="color: #4472c4; mso-themecolor: accent1;">1971. Selva peruana. Un hombre está sentado en una
silla de tijera, en la mano tiene un megáfono, a su lado otro hombre lleva en
las manos un libreto. Varios hombres y mujeres trajinan alrededor de ellos
entre cámaras y focos. <o:p></o:p></span></i></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">—¡Coooorten! —grita el del
megáfono—. Este guion es una mierda. Así no vamos a ningún lado. <o:p></o:p></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">—Werner, tu idea de hacer una
película sobre aventureros en busca de El Dorado es muy difusa. Hubo tantos que
es difícil centrarse.<o:p></o:p></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">—Mira, vamos a hacer una cosa. Nos
basamos en una sola expedición. Me gusta mucho esa que tiene tantos asesinatos,
eso da juego. ¿Cuál era? —se rasca la frente— ¡Ah! ¡Sí! La que habla de un tal
Lope de Aguirre. Esa es la que vamos a utilizar, ya tengo en mente a quien hará
el papel del sanguinario ese: Klaus Kinski encarnará muy bien el personaje.<o:p></o:p></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">—¡Genial! ¿Y el título? ¿Seguimos
con el de ahora, «En busca de El Dorado perdido»?<o:p></o:p></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">—No. Mejor: «Aguirre, la ira de
Dios». Seguro que es un taquillazo. <o:p></o:p></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><span style="color: red;"> </span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjLYROerkYEhFe6PPkPjy7tNEsh8khNen4iIa-nJEijVaKbWp8HHoBL-u3R4tqoahomW5Gyb-X7qp5ZOgr1dZE_Et22sPJeOBjEmDUU5kQSnZI-ANZQiHRukQXJvBlEjv1oU1i6J2iZeHkdvpsV1UJE8RYCFLmtp3pWN8V5AHYzPjl4VHfZrmsF75a04bRb/s618/FirmaCorreoCaldero.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="440" data-original-width="618" height="228" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjLYROerkYEhFe6PPkPjy7tNEsh8khNen4iIa-nJEijVaKbWp8HHoBL-u3R4tqoahomW5Gyb-X7qp5ZOgr1dZE_Et22sPJeOBjEmDUU5kQSnZI-ANZQiHRukQXJvBlEjv1oU1i6J2iZeHkdvpsV1UJE8RYCFLmtp3pWN8V5AHYzPjl4VHfZrmsF75a04bRb/s320/FirmaCorreoCaldero.jpg" width="320" /></a></div><br /><p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><o:p> </o:p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjWwayTMB9rbt5Xe1d_b84f78XYumCM60bjs4hFF_Yf3FsNatalX4f-YCXK1gFMJBRiMlPomtbUMAMmV7suHSomkaZqB9v_0Kzp7uoc1eho8KS9ppnyK0vcbn_3kUs1zMI1LE6HQAR7g1T0rl7WFJereaaJ2_qkjBvYkOuO-D4kq0_YhU3dUeRql9ddx4Hy/s227/logo_SafeCreative.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="88" data-original-width="227" height="88" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjWwayTMB9rbt5Xe1d_b84f78XYumCM60bjs4hFF_Yf3FsNatalX4f-YCXK1gFMJBRiMlPomtbUMAMmV7suHSomkaZqB9v_0Kzp7uoc1eho8KS9ppnyK0vcbn_3kUs1zMI1LE6HQAR7g1T0rl7WFJereaaJ2_qkjBvYkOuO-D4kq0_YhU3dUeRql9ddx4Hy/s1600/logo_SafeCreative.jpg" width="227" /></a></div></div><p></p>Kirke Buscapinahttp://www.blogger.com/profile/00298107768900476677noreply@blogger.com8tag:blogger.com,1999:blog-3668051004744212225.post-32998634633527891672023-10-28T13:13:00.005+02:002023-10-28T14:31:45.832+02:00En defensa de mi generación<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhK0K6EfBLVjSQ_6lvNMD4ypRAdPuSeDT3AHptEGt2M5xIz1dgDIdbfv-FXyNxLlIY40jZJEZ3EC_QxQOkbe8g3UnSV9_r6aClB2WOs6aq8pdbH2EF-dpbW_WL2kAvYMtWPB2yjseCgJ7Z96Hn1bwc6PG4cmOy_WTY7G4Yw9dOZBNCd00wecb7iZL2hEDP9/s1640/Boomer.png" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="924" data-original-width="1640" height="360" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhK0K6EfBLVjSQ_6lvNMD4ypRAdPuSeDT3AHptEGt2M5xIz1dgDIdbfv-FXyNxLlIY40jZJEZ3EC_QxQOkbe8g3UnSV9_r6aClB2WOs6aq8pdbH2EF-dpbW_WL2kAvYMtWPB2yjseCgJ7Z96Hn1bwc6PG4cmOy_WTY7G4Yw9dOZBNCd00wecb7iZL2hEDP9/w640-h360/Boomer.png" width="640" /></a></div><br />
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">Con esta manía de etiquetar todo
se le pone nombres raros a situaciones o temas que hace años se llamaban de una
manera más simple.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">Ciclogénesis explosiva, tren
convectivo o bomba meteorológica son expresiones que se emplean ahora para denominar
a lo que antes se llamaba temporal, tormenta o simplemente, mal tiempo.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">También se les ha puesto nombre a
las generaciones. Según en qué intervalo de años se haya nacido se pertenece a
una generación concreta con su particular nombre.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">Si naciste entre 1930 y 1948, eres
uno de los «niños de la Posguerra», si el nacimiento fue entre 1949 y 1968,
eres un «Baby Boomer», entre 1969 y 1980 se pertenece a la «Generación X», los
«Millenials» nacieron entre 1981 y 1993, los nacidos entre 1994 y 2010 son de
la «Generación Z», etcétera.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">Me voy a centrar en la franja que
a mí me incumbe, por interés personal y porque creo que se nos está tratando
muy injustamente. Yo soy una «Baby Boomer», o «Boomer», a secas, y aunque la
mayoría utilizan este apelativo con desprecio yo me enorgullezco de pertenecer
a esa generación porque creo que hemos formado parte de muchos cambios en la
sociedad española, y además, cambios para bien.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">El nombrecito viene de «boom» como
onomatopeya de explosión (que digo yo por qué no se nos llamó generación
explosiva). La explosión a la que se refiere es a la demográfica. Nacimos como
consecuencia de un brote de natalidad que se dio después de la segunda guerra mundial,
aunque en España se refiere a otra guerra, la Guerra Civil. Aquí, esa natalidad
explosiva vino a dar vidilla a la población que estaba aún convaleciente del
conflicto bélico y de la posguerra por haber pasado bastantes penalidades ante
la escasez de muchos bienes, incluidos los alimentos.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">Bueno, pues los niños que nacimos en
esos años (especialmente los nacidos en los "felices" 60) dimos un empuje, primero a la moral y luego al crecimiento económico.
Después de una guerra falta personal y hay que volver a levantar lo que se ha
destruido: los niños de la posguerra pasaron muchas dificultades y no estaban
para levantar mucho, pero los <i>boomer</i> vinimos a cambiar la cosa. Y eso es lo que mejor nos define: el cambio. Asistimos y protagonizamos cambios en muchos ámbitos.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">Fuimos testigos del paso de una
dictadura a una democracia. Vimos cómo cambiaba una sociedad encorsetada y amordazada
por otra más abierta, más libre, más desinhibida. Ahora todos sienten la
democracia como algo sustancial, pero quienes vivimos la dictadura, aunque fuéramos
niños, sabemos que la democracia hay que ganársela y defenderla, que se puede
perder en cualquier momento. De hecho, también vivimos un intento de golpe de
estado viendo peligrar esa democracia que ahora muchos creen «natural». Y
porque sabemos cuánto vale la libertad, pues conocimos su privación, nos
echamos a la calle después del fallido intento de quitarnos lo que habíamos
conseguido. Fue una de las manifestaciones más impresionantes a las que he
asistido, fue la primera en la que participaba y asistí con mi padre; la
recuerdo con emoción, miles de personas clamando por los derechos y libertades
de un país democrático, un tortazo en toda la cara a los que querían volver a
lo de antes: yo ordeno, tú obedeces. Ahora muchos jóvenes con la edad que tenía
yo entonces van también a manifestaciones, pero a reventarlas y armar jaleo.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">Mi generación también inició el
cambio en el hogar: la mujer seguía trabajando después de casarse. Lo de
conciliar vida familiar y vida laboral lo ‘inventamos’ las mujeres <i>boomer</i>.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">Pero si de cambio se trata, hubo uno con bastante peso y variedad: el paso de lo analógico a lo digital. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">Nosotros hemos escuchado música en
cassette, LP (ahora se los conoce por discos de vinilo), CD, en mp3 y a través de Spotify. Y sin
despeinarnos. Además, fuimos los primeros en tomar conciencia con el gasto
energético porque, para ahorrar pilas, las cintas de cassette las rebobinábamos
con un boli Bic. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">Si queríamos quedar con los
amigos, como solían vivir en la misma zona, íbamos a su portal y llamábamos al
portero automático: «Pili, ya estoy aquí, baja». Pero si queríamos hablar con
alguien que no estuviera muy cerca, llamábamos con el único teléfono de la
casa, que solía estar en el salón, marcando una ruedecita con números y
teniendo mucho cuidado de no prolongar demasiado la conversación porque había
que dejar la línea libre no fuera a haber una ‘urgencia’ y alguien quisiera
contactar con la familia. Ese cuidado era especialmente sensible si la llamada
era a un lugar fuera de tu ciudad, porque entonces se trataba de una
conferencia y, además de tener ocupada la línea poniendo en peligro la transmisión
de un posible mensaje urgente (según mi madre, todas las desgracias que podían
pasar a sus familiares podían ocurrir cuando yo me ponía a hablar con mis
amigas), la llamada costaba un riñón. Entonces no había más que una compañía
telefónica y el monopolio conllevaba que cobraban lo que querían (he de
reconocer que en este aspecto poco se ha cambiado, salvo lo del monopolio, lo
de que te cobren lo que quieren sigue igual).<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">Es decir, el teléfono era para dar
avisos: «voy a llegar tarde», «quedamos a las siete en la puerta del cine», «se
ha muerto la tía Julia». De esa manera de comunicarnos pasamos al teléfono
móvil en sus diferentes versiones: desde un pedazo de mamotreto con teclas de
tamaño similar a las de un teclado de ordenador y antena de radio, hasta los
más modernos <i>smartphone</i> con vídeo llamadas y domótica incluida.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">Escribíamos con máquinas de
escribir, los suertudos lo hacían con las eléctricas (eran un poco más rápidas
que las manuales y no había que darle un mamporro a la palanca de ‘pasar línea’),
aunque la mayor parte de las veces escribíamos a mano, usábamos el bolígrafo y
gastábamos muchos. Y de ahí pasamos a escribir en un ordenador: el Word nos
permitía borrar sin problema y tener tantas copias como ejemplares quisiéramos
sin necesidad de ir a una fotocopiadora o utilizar papel carbón. Hemos
almacenado información en carpetas ordenadas alfabéticamente en una estantería,
en disquetes, CD-ROM, pendrives y en la nube. Hemos leído libros en la
biblioteca, en papel y en <i>ebook</i>. Hemos escrito SMS con un teclado numérico economizando caracteres para que fuera más barato y ahora enviamos mensajes de voz de diez minutos para contar cómo nos fue el día. Vimos
películas en VHS, luego en DVD y ahora en <i>streaming</i>. Conocimos los vídeo
clubs y somos usuarios de Netflix, Amazon Prime y HBO. Cuando nos íbamos de veraneo enviábamos postales para enseñar la playa a los allegados y ahora colgamos
la foto en Facebook para que la vea todo el mundo. Hemos manejado los mapas de
carretera para viajar y ahora nos guiamos (y nos perdemos) con el GPS.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">Utilizamos los dos medios, los de
antes y los de después, los analógicos y los virtuales. Pero… resulta que se
nos tacha de inútiles tecnológicos porque no somos «nativos digitales», o lo
que es lo mismo, somos «inmigrantes digitales» que es el eufemismo para «tontos
del culo».</p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">¿En serio? Pero si hemos usado de
todo y, además, nos acordamos de cómo era la vida cuando no existía internet de
tal manera que si hubiera algún holocausto tecnológico por falta de suministro
eléctrico o algo así, creo que mi generación sería la única preparada para
sobrevivir: a un <i>millenial</i> quería yo verlo en un pueblo perdido de
Grecia sin batería en el móvil y teniendo que usar una cabina de teléfono con
dial analógico y monedas.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">Creo que hemos dado muestras de
saber adaptarnos a tanto cambio. Somos un claro exponente de lo que es la
adaptación, la virtud que Darwin estimó necesaria para la evolución («No
sobrevive el más fuerte, sino el que mejor se adapta al cambio»).<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">Pero, a esta manera tan
despectiva de referirse a nosotros, hay «otro maltrato» más que añadir: es
indignante el tratamiento que sufrimos desde los estamentos oficiales porque, además
de todo lo ya reseñado, somos una generación muy bien preparada y esto al
Ministerio de la Seguridad Social le supone un problema.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">Y es que resulta que fuimos a la
universidad, aquel feudo casi exclusivo de las clases más pudientes y/o
influyentes antes de nacer nosotros. Los hijos de los obreros accedieron a las aulas universitarias,
con o sin ayuda estatal (una servidora no vio nunca ni un duro de una beca y
eso que tuve un expediente académico de 10), pero la inquietud de nuestros
padres, los que las pasaron canutas después de la guerra, era que sus hijos
tuviéramos lo que a ellos se les negó. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">Ese boom natalicio de los años 60
permitió que nuestros mayores pudieran cobrar sus merecidas pensiones. Mi
generación ha trabajado/trabaja cotizando impuestos que sirven, entre otras
cosas, para que los que ya están jubilados puedan cobrar. Estupendo. El
problema viene ahora cuando parte de mi generación ya se está jubilando: ahora
nos toca a nosotros cobrar, pero al estar mejor preparados accedimos a puestos más
cualificados y con sueldos elevados (con cotizaciones igualmente elevadas), lo
que ahora se traduce en mejores pensiones. Aquí está el problema para el
ministro de la Seguridad Social que tiene que soltar una buena pasta y las
cuentas no le cuadran. Pues ajo y agua, señores administradores del peculio
estatal porque mientras cotizamos y recibían el dinerito de nuestros impuestos no
fuimos ninguna molestia.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">La manera que tienen algunos
políticos de afrontar esta situación me enciende y me da ganas de explotar
(mira tú por dónde lo de boom va a tener mucho más sentido).<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">Sí, estoy que exploto: me tratan
como si fuera medio tonta cuando puedo enseñar a un nativo digital a usar
cualquier cosa de «las de antes» y no entro en pánico fácilmente (el día que se
cae WhatsApp o Instagram andan como pollos sin cabeza), no me dan taquicardias
si algún día salgo a la calle y me he dejado el móvil en casa, no empiezo a hiperventilar si estoy en un lugar sin cobertura, sé moverme por una ciudad desconocida
sin necesidad de GPS utilizando el sencillo método de preguntar a un paisano
dónde está una calle. Me las apaño bastante bien a pesar de ser una… <i>boomer</i>.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">Por eso quiero romper una lanza y
salir en defensa de mi generación. A pesar de lo que puedan opinar quienes
nacieron después que nosotros, mis coetáneos y yo pertenecemos a una generación
estupenda, claro que sí. Hemos integrado en nuestra vida todas las novedades, con
más o menos dificultad, pero asumiendo la situación. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">Puede que no seamos los más
fuertes, pero sí hemos conseguido adaptarnos a los cambios de las últimas
décadas. Darwin estaría orgulloso de nosotros.<o:p></o:p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiDCrl6v9T5BeVgqb3QEkmI16yt-iCNpsUhsreq-QIHsh3WwHwkYZqB1AMxMCirMuczAfMDAJ2_dltfBCw1kECSIMrhPhh4_p_IR3VsLxaZG2f0crFiOomCG76eSN6JMeTDDLRtn4DWq1dpw8oL2vEoum1povsPzEhzXaMSp_5_xtX8MH3gNs1mM9X0gVgJ/s618/FirmaCorreoCaldero.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="440" data-original-width="618" height="228" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiDCrl6v9T5BeVgqb3QEkmI16yt-iCNpsUhsreq-QIHsh3WwHwkYZqB1AMxMCirMuczAfMDAJ2_dltfBCw1kECSIMrhPhh4_p_IR3VsLxaZG2f0crFiOomCG76eSN6JMeTDDLRtn4DWq1dpw8oL2vEoum1povsPzEhzXaMSp_5_xtX8MH3gNs1mM9X0gVgJ/s320/FirmaCorreoCaldero.jpg" width="320" /></a></div><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjg1z0bP3Y4FQhyphenhyphenpjlWUXHzI4U4Ywoh4pdyICASG9c3FMvH6I59hokBn4fUbFodawZ3w85SFS4tgiHS7ojuZcS1GFzPVWFabflVXBWl91U9D9EH8JoI7GHpkveFfdbtiaWlEjKin8nlynB3KqDxO9j4veaRiSDvZH_Ietuflril-I8dQ4-kruUFJNuqBPv_/s227/logo_SafeCreative.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="88" data-original-width="227" height="88" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjg1z0bP3Y4FQhyphenhyphenpjlWUXHzI4U4Ywoh4pdyICASG9c3FMvH6I59hokBn4fUbFodawZ3w85SFS4tgiHS7ojuZcS1GFzPVWFabflVXBWl91U9D9EH8JoI7GHpkveFfdbtiaWlEjKin8nlynB3KqDxO9j4veaRiSDvZH_Ietuflril-I8dQ4-kruUFJNuqBPv_/s1600/logo_SafeCreative.jpg" width="227" /></a></div><br /><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><br /></p><br /><p></p>Kirke Buscapinahttp://www.blogger.com/profile/00298107768900476677noreply@blogger.com9tag:blogger.com,1999:blog-3668051004744212225.post-47450751060231863632023-10-21T13:01:00.005+02:002023-10-24T10:18:16.348+02:00El otoño de las setas<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgwE666lLMZ-hHIDBB6puU5ngUJ0y7mXkDrVyMKh0aZMmOz62AMFAQaeBPWu6-_CWNdCnZVo7QV9pNbnqa6YI_4gZglMn6OhevZswZXdw9S6JWgJgzOFYkb56nrpZbG6swPjhz8-XemU2ypIvlnz7UQcqSedaG6cjKzgAb3w08OPGtvUF42d8xSe2n5Gs7r/s1640/Setas.png" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="924" data-original-width="1640" height="360" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgwE666lLMZ-hHIDBB6puU5ngUJ0y7mXkDrVyMKh0aZMmOz62AMFAQaeBPWu6-_CWNdCnZVo7QV9pNbnqa6YI_4gZglMn6OhevZswZXdw9S6JWgJgzOFYkb56nrpZbG6swPjhz8-XemU2ypIvlnz7UQcqSedaG6cjKzgAb3w08OPGtvUF42d8xSe2n5Gs7r/w640-h360/Setas.png" width="640" /></a></div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1cm;"><span face="Arial, sans-serif" style="text-indent: 1cm;">Sonia estaba enfadada. No había podido
quedar con sus amigas porque ese fin de semana tocaba reunión familiar. Cada
dos o tres meses su abuela insistía en realizar algún tipo de actividad que
sirviera de excusa para reunir a sus dos hijos con sus respectivas esposas e
hijas. Normalmente esas actividades se basaban en una comida en algún
restaurante del centro de la ciudad y en una sobremesa que no se prolongaba
demasiado, algo que le permitía a Sonia apuntarse a cualquier otra cosa que
hubiera planeado su pandilla, en cualquier caso, un plan siempre mucho más
interesante que reunirse con sus padres, tíos, prima y abuela.</span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1cm;"><span face=""Arial",sans-serif">Sin embargo, en esta ocasión su tía se
había lucido con una nueva propuesta. Nueva y estrambótica al parecer de Sonia:
ir al bosque a recolectar setas.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1cm;">—<span face=""Arial",sans-serif">Ya que estamos en otoño, podíamos salir
de la ciudad y recoger setas </span><span style="text-indent: 0px;">—</span><span face=""Arial",sans-serif">propuso
la tía Blanca desde la vídeo llamada del grupo de wasap.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1cm;"><span face=""Arial",sans-serif">Según oyó la proposición, Sonia empezó a
hacerle gestos a su padre, cuidándose muy bien de que no se vieran en la cámara
del móvil, para que dijera que no.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1cm;"><span face=""Arial",sans-serif">¿Bosque? ¿Había bosques cerca de Madrid?
Seguro que sería necesario desplazarse muchos kilómetros fuera. La naturaleza
no le gustaba demasiado, aguantaba malamente los paseos cuando precisamente su
tía la llevaba al Retiro, pero ir a un bosque le pareció una putada muy grande.
Encima a buscar setas.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1cm;">—<span face=""Arial",sans-serif">La seta es un alimento muy nutritivo </span><span style="text-indent: 0px;">—</span><span face=""Arial",sans-serif">recalcó su tía por la vídeo llamada</span><span style="text-indent: 0px;">—</span><span face=""Arial",sans-serif">. Contienen vitaminas, hierro, fósforo,
magnesio y fibra, entre otras cosas. Además, se pueden preparar de muchas
maneras a cuál más rica.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1cm;"><span face=""Arial",sans-serif">La tía Blanca, además de pesada con lo
de andar, era profesora de nutrición en la universidad y se solía arrancar
bastante a menudo sobre las bondades de este o de aquel alimento. Sonia ya
estaba acostumbrada a sus discursitos sobre las propiedades nutricionales de los
víveres, pero lo de las setas… No solo había que comerlas, había que recogerlas
también. Lo próximo qué iba a ser: ¿comer conejo al ajillo, pero antes ir a
cazarlo en el monte?<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1cm;"><span face=""Arial",sans-serif">A pesar de sus gestos, su padre aceptó
la original propuesta y quedaron en el puerto de la Fuenfría, un paso de
montaña que atraviesa la sierra de Guadarrama. Resultó que sí había bosques
cerca de Madrid. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1cm;"><span face=""Arial",sans-serif">Con unas cestas de mimbre que le recordaron
el cuento de Caperucita Roja, se fueron todos a recoger setas. Y ahí estaba
Sonia, buscando hongos y con un enfado de mil demonios.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1cm;"><span face=""Arial",sans-serif">La premisa era hallar cualquier tipo de hongo,
pero siguiendo unas «pautas de seguridad» (así lo definió la pelmazo de la tía
Blanca).<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1cm;">—<span face=""Arial",sans-serif">Hay que tener cuidado, antes de
arrancarla, preguntadme a mí </span><span style="text-indent: 0px;">—</span><span face=""Arial",sans-serif">advirtió
Blanca</span><span style="text-indent: 0px;">—</span><span face=""Arial",sans-serif">, no vaya a
ser que la seta sea venenosa.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1cm;">—<span face=""Arial",sans-serif">¿Cómo que venenosa? ¿Es que pueden estar
mal? </span><span style="text-indent: 0px;">—</span><span face=""Arial",sans-serif">preguntó
Sonia con el ceño fruncido.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1cm;">—<span face=""Arial",sans-serif">Sí, pero no te preocupes que yo sé
diferenciarlas. Mi abuelo era un <i>crack</i> reconociendo setas. A su pueblo
de Burgos se acercaban muchos para consultarle sobre algunos especímenes </span><span style="text-indent: 0px;">—</span><span face=""Arial",sans-serif">contestó ufana su tía.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1cm;"><span face=""Arial",sans-serif">Sonia cruzó los brazos y decidió callar.
Sin embargo, y aunque no sabía mucho sobre el tema, dudaba mucho que lo de
reconocer si una seta era comestible o no, viniera en los genes. Puede que el
abuelo de su tía fuera una eminencia, eso no quería decir que ella tuviera esa
capacidad.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1cm;"><span face=""Arial",sans-serif">La niña se alejó del grupo con la
intención de sentarse en alguna roca no demasiado húmeda y dejar pasar el
tiempo. Sin embargo, cuando buscaba un lugar medianamente seco divisó, debajo
de un enorme pino, una seta bastante grande y con unas pintitas blancas muy
chulas. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1cm;"><span face=""Arial",sans-serif">Se acercó para arrancarla, sin preguntar
antes como le habían advertido. Total, si no servía para comer, se la quedaría
de recuerdo, se haría un selfie con ella y lo colgaría en Instagram. Puede que
ir hasta allí no fuera una pérdida de tiempo, después de todo.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1cm;"><span face=""Arial",sans-serif">Cuando Sonia se agachó para arrancarla, la
seta se meneó.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1cm;">—<span face=""Arial",sans-serif">¡Tiene un bicho dentro! ¡Agg! ¡Qué asco!<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1cm;"><span face=""Arial",sans-serif">Se separó del hongo con una mueca de desagrado.
La seta volvió a sacudirse y debajo de ella salió un ser, pero no era ningún
bicho. Se trataba de un hombrecillo muy, pero que muy diminuto. Iba todo
vestido de verde, en la cabeza llevaba un gorro con un cascabel en el extremo
superior y del que sobresalían unas orejas puntiagudas.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1cm;"><span face=""Arial",sans-serif">Sonia se quedó con los ojos abiertos de
par en par. ¿Qué era eso? Recordó de las peroratas de su tía que algunos hongos
desprendían sustancias alucinógenas y creyó que aquella seta era de esa clase.
Estaba flipando en colores.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1cm;">—<span face=""Arial",sans-serif">¡Hola! </span><span style="text-indent: 0px;">—</span><span face=""Arial",sans-serif">exclamó el hombrecillo.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1cm;"><span face=""Arial",sans-serif">La chiquilla parpadeó estupefacta.
«Aquello» también hablaba. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1cm;">—<span face=""Arial",sans-serif">Hola </span><span style="text-indent: 0px;">—</span><span face=""Arial",sans-serif">contestó con un hilo de voz Sonia aún
atónita.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1cm;">—<span face=""Arial",sans-serif">¿Qué te trae por aquí? ¿Por qué te has
acercado a mi humilde morada?<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1cm;"><span face=""Arial",sans-serif">La niña no supo muy bien qué contestar.
Al parecer la seta era la casa de ese señor tan bajito, y decirle que su
intención era arrancársela no le pareció ni educado ni prudente.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1cm;">—<span face=""Arial",sans-serif">Esto… yo… Estaba paseando.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1cm;">—<span face=""Arial",sans-serif">¿Y esa cesta?<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1cm;">—<span face=""Arial",sans-serif">¿Qué cesta?<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1cm;">—<span face=""Arial",sans-serif">La que llevas colgada del brazo </span><span style="text-indent: 0px;">—</span><span face=""Arial",sans-serif">contestó el hombrecillo con recelo
frunciendo el ceño.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1cm;">—<span face=""Arial",sans-serif">¡Ah! ¡Esta cesta! Pues… es para llevar
la merienda.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1cm;">—<span face=""Arial",sans-serif">¿La merienda? ¿A las doce de la mañana?<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1cm;">—<span face=""Arial",sans-serif">Bueno, es que no es para mí. Se la llevo
a otra persona para que se la coma más tarde.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1cm;">—<span face=""Arial",sans-serif">¿Y a quién le llevas esa… merienda?<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1cm;">—<span face=""Arial",sans-serif">Pues… a alguien que vive por aquí… a…
¿mi abuelita?<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1cm;"><span face=""Arial",sans-serif">Sonia estaba empezando a aturullarse.
Encontrarse a aquel ser era ya extraño, pero encima la estaba sometiendo a un
interrogatorio muy incómodo y ella mentía muy mal. Al menos, desde la posición
donde estaba el hombrecillo no podía ver que la cesta ni llevaba merienda ni
cena, estaba completamente vacía.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1cm;">—<span face=""Arial",sans-serif">De acuerdo </span><span style="text-indent: 0px;">—</span><span face=""Arial",sans-serif">aceptó el enanillo dando por buenas las
explicaciones de la chica</span><span face=""Arial",sans-serif"><span style="text-indent: 0px;">—</span> ¡Menos mal! Creí que eras una de esas personas a las que les da por recoger
setas. Estoy hasta el gorro de que vengan a incordiarme. No veas el trabajo que
me dan. Hacer conjuros para invisibilizar mi casa es agotador; muchas veces me
pillan con la guardia baja, como tú hoy, y no me da tiempo a hacer el hechizo.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1cm;">—<span face=""Arial",sans-serif">¿Sabes hacer magia? </span><span style="text-indent: 0px;">—</span><span face=""Arial",sans-serif">preguntó Sonia con los ojos como platos.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1cm;">—<span face=""Arial",sans-serif">Pues claro. Esa es una de las virtudes
que tienen los de mi condición.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1cm;">—<span face=""Arial",sans-serif">¡Ah! Ya. Y… Tú… ¿Tú qué eres,
exactamente?<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1cm;">—<span face=""Arial",sans-serif">¿No sabes quién soy? ¿No me reconoces? </span><span style="text-indent: 0px;">—</span><span face=""Arial",sans-serif">esta vez era él el sorprendido.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1cm;">—<span face=""Arial",sans-serif">Me da que no. Que yo sepa, es la primera
vez que nos vemos. Si te hubiera visto con anterioridad, seguro que me
acordaría. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1cm;">—<span face=""Arial",sans-serif">Ya sé que es la primera vez que nos
vemos tú y yo. Pero, de verdad ¿no sabes qué soy? </span><span style="text-indent: 0px;">—</span><span face=""Arial",sans-serif">exclamó abriendo los brazos para
mostrarse mejor. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1cm;"><span face=""Arial",sans-serif">Ante el encogimiento de hombros de la
niña, el hombrecillo hizo un gesto de abatimiento y el color verde de su
vestimenta empezó a oscurecerse.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1cm;">—<span face=""Arial",sans-serif">Esto va a peor. Ni los niños saben
reconocernos ya. Seguro que si fuera un Pokémon me habrías identificado al
instante. ¡Soy un duende!<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1cm;">—<span face=""Arial",sans-serif">¿Cómo los de los cuentos antiguos? ¡Qué
fuerte! ¡Qué fuerte! ¡Qué fuerte! <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1cm;">—<span face=""Arial",sans-serif">¿Cuentos antiguos? Dirás tradicionales. O
sea, los que tienen seres mágicos y en los que suceden cosas extraordinarias,
donde las princesas duermen cien años esperando un príncipe azul que las
rescate. En fin, los cuentos de toda la vida.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1cm;">—<span face=""Arial",sans-serif">Bueno… ahora eso de que las princesas
duerman esperando que venga un príncipe a salvarlas… no está bien visto. Tú no
te has enterado del empoderamiento femenino, ¿verdad?<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1cm;">—<span face=""Arial",sans-serif">¿Qué?<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1cm;">—<span face=""Arial",sans-serif">Que ahora, son las chicas las que toman
las decisiones y no deben supeditarse al arbitrio masculino. Debemos acabar con
la sociedad patriarcal que impera desde siglos para que la mujer ocupe su lugar
rompiendo moldes preestablecidos por un orden orgánico determinado por los
hombres.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1cm;">—<span face=""Arial",sans-serif">¿Qué?<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1cm;"><span face=""Arial",sans-serif">Sonia sonrió satisfecha. Si la hubiera
visto su profe de Igualdad de Género seguro que le subía la nota.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1cm;">—<span face=""Arial",sans-serif">Bueno, no te entristezcas. Tampoco es
para tanto </span><span style="text-indent: 0px;">—</span><span face=""Arial",sans-serif">replicó la
niña intentando animar al hombrecillo</span><span style="text-indent: 0px;">—</span><span face=""Arial",sans-serif">. Vale que no te he reconocido, pero sí
que me acuerdo de algunas historias que me contaba mi abuela cuando era pequeña
donde los duendes hacíais cosas muy molonas. Por ejemplo, el cuento de
Blancanieves, tus compis eran muy majos, ya sabes, Gruñón, Dormilón, Mudito… </span><span style="text-indent: 0px;">—</span><span face=""Arial",sans-serif">recitó Sonia cerrando los ojos para
recordar a duras penas aquel cuento tan… antiguo.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1cm;">—<span face=""Arial",sans-serif">Primero </span><span style="text-indent: 0px;">—</span><span face=""Arial",sans-serif">contestó el duende pinzándose la nariz
con dos dedos</span><span style="text-indent: 0px;">—</span><span face=""Arial",sans-serif">, en ese cuento
no salen duendes, son enanos. Segundo, esos nombres tan estúpidos se los
pusieron los americanos cuando hicieron la película que es una patada en las narices a los pobres hermanos Grimm.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1cm;">—<span face=""Arial",sans-serif">Enanos… duendes… da igual, ¿no? </span><span style="text-indent: 0px;">—</span><span face=""Arial",sans-serif">replicó Sonia mientras el hombrecillo se
quitaba el gorro y lo estrujaba entre las manos al oírla</span><span style="text-indent: 0px;">—</span><span face=""Arial",sans-serif">. Por cierto, ¿quiénes son los hermanos
Grimm? ¿Familiares tuyos?<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1cm;">—<span face=""Arial",sans-serif">Los enanos buscan piedras preciosas en
el interior de las montañas y nosotros, los duendes, nos dedicamos… Mira, vamos
a dejarlo </span><span style="text-indent: 0px;">—</span><span face=""Arial",sans-serif">contestó
abatido y el tono verde de su ropa se apagó un poco más.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1cm;">—<span face=""Arial",sans-serif">Os dedicáis a hacer magia ¿a que sí? </span><span style="text-indent: 0px;">—</span><span face=""Arial",sans-serif">añadió Sonia para animarlo; le caía
bien, pero, sin saber por qué, cada vez que ella abría la boca él se entristecía</span><span style="text-indent: 0px;">—</span><span face=""Arial",sans-serif">. Antes has dicho que puedes hacer
invisible tu casa, eso mola mogollón, colega.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1cm;">—<span face=""Arial",sans-serif">Sí, supongo que sí. Aunque a este paso,
seremos invisibles sin necesidad de hechizos, nos borraréis de la memoria y eso
sí que es desaparecer para siempre.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1cm;">—<span face=""Arial",sans-serif">Al menos no tendrás que temer a los
idiotas que les da por recoger setas </span><span style="text-indent: 0px;">—</span><span face=""Arial",sans-serif">dijo Sonia reproduciendo mentalmente la
imagen de su tía Blanca.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1cm;">—<span face=""Arial",sans-serif">No te creas, una cosa es que nadie se
acuerde de ti y otra que destruyan tu vivienda y te echen a la calle. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1cm;">—<span face=""Arial",sans-serif">¡Stop desahucios!<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1cm;">—<span face=""Arial",sans-serif">El mercado inmobiliario en el bosque
está muy mal </span><span style="text-indent: 0px;">—</span><span face=""Arial",sans-serif">prosiguió
el duende haciendo caso omiso del arranque reivindicativo de la niña</span><span style="text-indent: 0px;">—</span><span face=""Arial",sans-serif">. Los otoños son cada vez más secos,
apenas brotan setas y las que salen son demasiado pequeñas. Hace cien años yo
tenía una casa con un porche y cinco habitaciones. Ahora mira dónde vivo, en un
apartamento de una sola estancia con cocina americana. Una birria.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1cm;">—<span face=""Arial",sans-serif">¿Tu magia no puede hacer nada?<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1cm;">—<span face=""Arial",sans-serif">¿Contra el cambio climático? ¿Quién te
crees que soy? ¿Merlín?<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1cm;">—<span face=""Arial",sans-serif">Merlín… ¿otro familiar tuyo? <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1cm;"><span face=""Arial",sans-serif">El duende pareció encogerse y hacerse
más pequeño tras oír a la chica. Sonia ya no sabía qué hacer, estaba claro que
todo lo que decía empeoraba el estado de ánimo de su nuevo amigo. Era un duende
con tendencia a la depresión.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1cm;">—<span face=""Arial",sans-serif">Venga, va. No puedes hacer que llueva,
pero puedes cambiar los colores de las cosas, tú mismo te estás poniendo de
diferentes tonos de verde. Me he dado cuenta de que ahora el verde de tu ropa
es más feo que antes. Lo he pillado. Se me ocurre que podrías hacer con las
setas algo parecido, que tengan un aspecto desagradable, o que huelan mal, así
nadie las querrá y os dejarán las casas tranquilas.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1cm;">—<span face=""Arial",sans-serif">A mí se me ocurre que los humanos
podríais dejar de fastidiar tanto. Desperdiciáis mucho. Usar y tirar es vuestra
manía. Reciclar, reutilizar y reducir, eso es lo que debéis hacer. Comer
productos de cercanía, desplazarse con medios no contaminantes, caminar más.
Ahí está la «magia».<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1cm;"><span face=""Arial",sans-serif">Sonia no supo qué replicar. Al parecer
el duende era depresivo y militante ecologista también. Aunque debía reconocer
que lo que decía era muy sensato.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1cm;">—<span face=""Arial",sans-serif">Vale, tienes razón. El mundo está muy
mal. ¿Qué voy a hacer yo?<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1cm;">—<span face=""Arial",sans-serif">¡Te lo acabo de decir!<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1cm;">—<span face=""Arial",sans-serif">Ya, pero yo no soy nada más que una niña
y…<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1cm;"><span face=""Arial",sans-serif"></span><span style="text-indent: 0px;">—</span><span face=""Arial",sans-serif">El cambio se produce como resultado de
millones de pequeñas acciones que pueden parecer insignificantes. El viaje de
mil millas comienza con el primer paso. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1cm;"><span face=""Arial",sans-serif">Un duende depresivo, ecologista y
seguidor de la filosofía zen. Un tipo curioso.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1cm;">—<span face=""Arial",sans-serif">De acuerdo. Prometo ponerme las pilas
desde ya mismo </span><span style="text-indent: 0px;">—</span><span face=""Arial",sans-serif">respondió
animada Sonia</span><span style="text-indent: 0px;">—</span><span face=""Arial",sans-serif">. Para
empezar, le voy a decir a mi tía que nada de recoger setas. Que las coma de
granja… ecológica, claro. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1cm;">—<span face=""Arial",sans-serif">¿Pero tú no estabas aquí para entregarle
la merienda a tu abuela?</span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1cm;"><span face=""Arial",sans-serif">Sonia se dio cuenta de que el entusiasmo
ecológico-reformista le había hecho olvidar la mentira que le contó al
hombrecillo.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1cm;">—<span face=""Arial",sans-serif">Bueno… verás… es que…<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1cm;">—<span face=""Arial",sans-serif">Tranquila, no me tragué esa excusa </span><span style="text-indent: 0px;">—</span><span face=""Arial",sans-serif">le guiñó un ojo el duende.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1cm;">—<span face=""Arial",sans-serif">A partir de ahora voy a cambiar y,
además, lo voy a colgar en mis redes sociales, y voy a contarlo en el cole, y…<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1cm;">—<span face=""Arial",sans-serif">Vale, vale, vale. No te aceleres.
Tómatelo con calma. Poco a poco, pero sin pausa. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1cm;"><span face=""Arial",sans-serif">En ese momento se empezaron a escuchar
voces. Eran los padres de Sonia que la estaban llamando para que regresara con
ellos.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1cm;">—<span face=""Arial",sans-serif">Tengo que irme. Me gustaría volver a
verte, voy a guardar la ubicación para encontrarte otro día </span><span style="text-indent: 0px;">—</span><span face=""Arial",sans-serif">dijo la niña sacando su móvil.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1cm;">—<span face=""Arial",sans-serif">Bueno, si funciona el cambio… puede que
cuando vengas ya no esté aquí. Quizás me haya mudado a otra seta con jardín y
ático </span><span style="text-indent: 0px;">—</span><span face=""Arial",sans-serif">sonrió el
duende recuperando el brillo en el color de su ropa</span><span style="text-indent: 0px;">—</span><span face=""Arial",sans-serif">. Cuida mi hogar </span><span style="text-indent: 0px;">—</span><span face=""Arial",sans-serif">señaló el bosque</span><span style="text-indent: 0px;">—</span><span face=""Arial",sans-serif"> que también es el tuyo.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1cm;"><span face=""Arial",sans-serif">Sonia se despidió de su amigo y cuando
se estaba alejando el duende la llamó de nuevo.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1cm;">—<span face=""Arial",sans-serif">¡Niña! ¡Otra cosa más!<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1cm;">—<span face=""Arial",sans-serif">Tú dirás.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1cm;">—<span face=""Arial",sans-serif">Hazme un favor: lee más cuentos…
antiguos.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1cm;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi4hagNa8krWr-qlPNwuLYvyKtKUURY9yADtwTV4zlmcCeBS8TTZYUD0ew13HIwFpR69iN_CkQwrcoGHCfsQWFGOE8DL9PYZa30Y9_zdvgMYrMTQeNzlYb6_CQqOStdM8fjv_3XmduF2mbqRsP-mbNV5Su-S1y7HifjnaIulCKLNvBX65Ec3EOFyu3svBwD/s618/FirmaCorreoCaldero.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="440" data-original-width="618" height="228" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi4hagNa8krWr-qlPNwuLYvyKtKUURY9yADtwTV4zlmcCeBS8TTZYUD0ew13HIwFpR69iN_CkQwrcoGHCfsQWFGOE8DL9PYZa30Y9_zdvgMYrMTQeNzlYb6_CQqOStdM8fjv_3XmduF2mbqRsP-mbNV5Su-S1y7HifjnaIulCKLNvBX65Ec3EOFyu3svBwD/s320/FirmaCorreoCaldero.jpg" width="320" /></a></div><span face=""Arial",sans-serif"> <div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhaM30lbDV_X4vWbrpNaOxxV6O2Po-WsJ28HJjBKR6WyuHrG5_rDgYK8epFE9pzM9VKDGzIJqYzocuBzcUuQJLMr5H778RD7DOuL2VKTsDnvdQRHjhbwJvxusQgrp5ungPx-i8qKLMc7hTjg70xAvE7-eW5kl_H87S8MbeojNxLiCkBKLjuYAAMya9SwHDx/s227/logo_SafeCreative.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="88" data-original-width="227" height="88" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhaM30lbDV_X4vWbrpNaOxxV6O2Po-WsJ28HJjBKR6WyuHrG5_rDgYK8epFE9pzM9VKDGzIJqYzocuBzcUuQJLMr5H778RD7DOuL2VKTsDnvdQRHjhbwJvxusQgrp5ungPx-i8qKLMc7hTjg70xAvE7-eW5kl_H87S8MbeojNxLiCkBKLjuYAAMya9SwHDx/s1600/logo_SafeCreative.jpg" width="227" /></a></div><br /><br /></span><p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1cm;"><br /></p><p></p>Kirke Buscapinahttp://www.blogger.com/profile/00298107768900476677noreply@blogger.com13tag:blogger.com,1999:blog-3668051004744212225.post-2822541201357714012023-09-24T14:02:00.010+02:002023-09-26T08:35:14.521+02:00Cada loco con su tema<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEis4N0GRPWuTdVrdpMUcbtxkVtaMvifaxFqjxQQLFl7l_BYwB0lfaBC8Pm5oGfqpYH5sPhujLYGhlVwCFA2S5tLAYZ8xSNB3kTh_ybzwXRLVScajQzodPURL2Pk8gG-gC1X4B6NVKzRYmNLyTA4j3ciBiIeJ0p9DkDN769un4ByRDf8sNlNnxqU1niw3vHl/s1640/Cada%20loco%20con%20su%20tema.png" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="924" data-original-width="1640" height="360" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEis4N0GRPWuTdVrdpMUcbtxkVtaMvifaxFqjxQQLFl7l_BYwB0lfaBC8Pm5oGfqpYH5sPhujLYGhlVwCFA2S5tLAYZ8xSNB3kTh_ybzwXRLVScajQzodPURL2Pk8gG-gC1X4B6NVKzRYmNLyTA4j3ciBiIeJ0p9DkDN769un4ByRDf8sNlNnxqU1niw3vHl/w640-h360/Cada%20loco%20con%20su%20tema.png" width="640" /></a></div><br /><p></p><p></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><i>Tanto los personajes como los
hechos reflejados en la siguiente historia son reales, pero se han modificado
algunas situaciones para añadir dramatismo. El final es completamente inventado,
aunque no se descarta la posibilidad de que acabe siendo real.</i></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1cm;">—<b><span style="color: #2b00fe;">Amigo,
no gima</span></b>. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1cm;">El hombre se
giró hacia quien así había hablado.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1cm;">—¿Perdona,
me hablas a mí?<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1cm;">Ante el cabeceo
afirmativo de la mujer, él añadió.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1cm;">—No
estoy gimiendo, Paloma, tan solo es un suspiro de concentración para hallar una
<i>prosopopeya</i> adecuada al texto. Otra cosa, ¿por qué me tratas de usted?<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1cm;">—Porque
si te tuteo no me sale.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1cm;">—¿El
qué?<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1cm;">—El <i>palíndromo</i>.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>«Amigo, no gimas» no se lee igual del derecho
que del revés, le tengo que quitar la “s”. Por cierto, si en lugar de Antonio
te llamaras <b><span style="color: #2b00fe;">Otto</span></b> me facilitarías mucho las cosas, también te lo digo.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1cm;">Antonio se
encogió de hombros y siguió escribiendo en su tablet ignorando a Paloma que
empezó a dar vueltas sobre sí misma mientras murmuraba palabras sueltas.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1cm;">—<b><span style="color: #2b00fe;">Ojo,
eje, anilina, oro, kayak, orejero</span></b>…<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1cm;">—¿Qué
te ocurre, mi niña? Te veo algo… perdida <span style="text-indent: 0px;">—</span>le dijo una mujer con los ojos
claros y mirada dulce.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1cm;">—¡<b><span style="color: #2b00fe;">Ana</span></b>!
Tú nombre sí me sirve <span style="text-indent: 0px;">—</span>respondió
Paloma a la vez que movía las manos como si escribiera en el aire<span style="text-indent: 0px;">—</span>. «<b><span style="color: #2b00fe;">Ana
eje…<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Ana</span></b>». No, eso no me vale.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1cm;">—Cálmate,
ya verás como se te ocurre algo <span style="text-indent: 0px;">—</span>la
tranquilizó Ana<span style="text-indent: 0px;">—</span>.
Ahora mismo <span style="color: #2b00fe;"><b>te sientes perdida cual hoja mecida por el viento</b>, pero <b>eres
una perla en un mar solitario</b></span>. Dale tiempo y reposo a tu creatividad.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1cm;">—Para
ti es fácil. Te sale la poesía por los poros de la piel <span style="text-indent: 0px;">—</span>contestó Paloma
malhumorada<span style="text-indent: 0px;">—</span>.
Las <i>metáforas</i> se te dan como setas <span style="text-indent: 0px;">—</span>se giró dando la espalda y siguió
hablando sola<span style="text-indent: 0px;">—</span>:
Seta es palíndromo de ates, pero cómo coño pongo esas dos palabras juntas. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1cm;">—La
que has liado, Nacho <span style="text-indent: 0px;">—</span>dijo
Ana a un hombre que se encontraba en una mesa cercana escribiendo en un
ordenador portátil<span style="text-indent: 0px;">—</span>. La propuesta de emplear varias figuras retóricas en un relato está siendo difícil para algunos —miró a Paloma—. <b style="color: #2b00fe; text-indent: 1cm;">Tu dominio de la oratoria desborda el cántaro de nuestras capacidades</b><span style="color: #2b00fe; text-indent: 1cm;">.</span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1cm;"><o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1cm;">—Creo
que esto nos puede servir para espolear nuestra creatividad <span style="text-indent: 0px;">—</span>respondió
el aludido<span style="text-indent: 0px;">—</span>.
Yo también ando picado buscando <i>hipálages</i>. Sin embargo, <span style="color: #2b00fe;">se puede <b>oler
el desatino</b> en el ambiente</span> y eso es divertido ¿no? <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1cm;">—Las
figuras retóricas son buenos recursos del lenguaje <span style="text-indent: 0px;">—</span>se unió a la conversación otro
hombre alto con gafas y pinta de profesor de literatura<span style="text-indent: 0px;">—</span>, el uso poco frecuente de
las palabras potencia su significado y realza su belleza interior. Solo es
cuestión de esforzarse un poco. A mí me gusta este desafío, estimula mi
intelecto buscar <i>epanadiplosis</i>, aunque reconozco que <b><span style="color: #2b00fe;">anda Paloma
alborotada y así anda</span>.<o:p></o:p></b></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1cm;">—Estoy
de acuerdo en que puede ser estimulante, Juan Carlos <span style="text-indent: 0px;">—</span>dijo Antonio con su tablet
en la mano<span style="text-indent: 0px;">—</span>.
Mi búsqueda de <i>prosopopeyas</i> está provocando que <b><span style="color: #2b00fe;">el aire susurre</span></b>
en mi cabeza ideas inimaginables y <b><span style="color: #2b00fe;">el tiempo se arrastre</span></b> en silencio
tenuemente.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1cm;">—«Ana
lava aval…», «Ana oro lana...» <span style="text-indent: 0px;">—</span>siguió
hablando sola Paloma en una esquina de la sala<span style="text-indent: 0px;">—</span>. «<b><span style="color: #2b00fe;">Adán, nada</span></b>», ¡esa vale! <span style="text-indent: 0px;">—</span>exclamó
dando un bote para, acto seguido fruncir el ceño<span style="text-indent: 0px;">—</span>. ¿Adán sabía nadar? ¿Había ríos
en el Paraíso? ¿Con mucha corriente? Porque entonces nadar iba a nadar poco.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1cm;">—<b><span style="color: #2b00fe;">Se
equivocó la paloma</span></b>… <span style="text-indent: 0px;">—</span>empezó
a canturrear Antonio mirando de reojo a su compañera<span style="font-family: Symbol;">.</span><o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1cm;">—<b><span style="color: #2b00fe;">Huele
el silencio, oye el azul del mar y camina por el aire de tus pensamientos</span></b>.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1cm;">—¿Cómo
dices, Paco? <span style="text-indent: 0px;">—</span>preguntó
Nacho.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1cm;">—Nada,
estoy escribiendo un poema.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1cm;">—Pues
te han salido unas cuantas <i>sinestesias </i><span style="text-indent: 0px;">—</span>dijo Juan Carlos<span style="text-indent: 0px;">—</span>. ¿Os
dais cuenta? <b><span style="color: #2b00fe;">Complicado no es, solo pensamos que es complicado</span></b>. ¿<b><span style="color: #2b00fe;">Veis
o no veis</span></b>?<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1cm;">—Vemos,
pero esto es <b><span style="color: #2b00fe;">laborioso cual río estridente y cautivador</span></b> <span style="text-indent: 0px;">—</span>contestó
Paco rascándose la nuca y achicando los ojos<span style="text-indent: 0px;">—</span>. No sé qué acabo de decir, la
verdad. ¿Una sinestesia o una prosopopeya? ¿Una metáfora? Un palíndromo seguro
que no.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1cm;">—<b><span style="color: #2b00fe;">Anita
lava la tina </span></b><span style="text-indent: 0px;">—</span>dijo
Paloma.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1cm;">—¿Qué? <span style="text-indent: 0px;">—</span>preguntó
Ana<span style="text-indent: 0px;">—</span>. ¿Me
estás hablando?<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1cm;">—<b><span style="color: #2b00fe;">A
ti no, bonita</span></b> <span style="text-indent: 0px;">—</span>contestó
la otra.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1cm;">—¿Por
qué no nos tomamos algo a ver si así <b>l<span style="color: #2b00fe;">as musas acuden prestas a calmar la
ansiedad de nuestros sentidos</span></b>? <span style="text-indent: 0px;">—</span>propuso
Ana conciliadora viendo que la cosa se iba de madre.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1cm;">—¡Eso
sí que es una metáfora! <span style="text-indent: 0px;">—</span>exclamó
Nacho<span style="text-indent: 0px;">—</span>.
Sí, ¿verdad? ¿O no? Es un <span style="color: #2b00fe;"><b>enigma etéreo en un ambiente adivinatorio</b>.</span><o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1cm;">—Amigo
Nacho, creo que te estás <b><span style="color: #2b00fe;">columpiando cual zarigüeya soñadora</span></b> <span style="text-indent: 0px;">—</span>intervino Antonio.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1cm;">—<b><span style="color: #2b00fe;">Divaga
en el mar de sus pensamientos y así se divaga</span></b> <span style="text-indent: 0px;">—propuso</span> Juan Carlos.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1cm;">—<b><span style="color: #2b00fe;">Mi mente oye cómo habla tu piel</span></b> <span style="text-indent: 0px;">—recitó</span> Paco.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1cm;">—Insisto,
vamos a tomar algo para despejarnos <span style="text-indent: 0px;">—</span>dijo
Ana con cara de preocupación.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1cm;">—<b><span style="color: #2b00fe;">¿Aquí
tendrán cerveza? ¿Será propio de aquí?</span> </b><span style="text-indent: 0px;">—</span>preguntó Juan Carlos.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1cm;"><span style="color: #2b00fe;">—¡<b>Arriba
la birra!</b> </span><span style="text-indent: 0px;">—exclamó</span> Paloma<span style="text-indent: 0px;">—</span> ¡Por fin, algo que se puede decir con sentido!<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1cm;">—Yo prefiero
un <b><span style="color: #2b00fe;">vino que arrulle mis pensamientos</span> </b><span style="text-indent: 0px;">—habló</span> Antonio<b>.<o:p></o:p></b></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1cm;">—<b><span style="color: #2b00fe;">El
dulce éter del alcohol amargo </span></b><span style="text-indent: 0px;">—</span>dijo
Nacho preguntándose a la vez si el éter era amargo y el alcohol dulce para así
tener otra hipálage.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1cm;">—<b><span style="color: #2b00fe;">El
amor por las letras nos nubla el entendimiento</span></b> <span style="text-indent: 0px;">—</span>dijo Ana dándose por
vencida.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1cm;">—¡La
medicación! <span style="text-indent: 0px;">—</span>dijo
un hombre vestido de blanco irrumpiendo en la sala.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1cm;">Junto al hombre
iba otro sanitario arrastrando un carrito con varios recipientes de plástico
que contenían comprimidos y cápsulas de diferentes colores y tamaños. Cada vasito
llevaba el nombre de su destinatario.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1cm;">Uno de los enfermeros
comenzó a repartir los vasitos.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1cm;">—<b><span style="color: #2b00fe;">El sabroso sueño del azúcar soporífero</span></b> <span style="text-indent: 0px;">—</span>dijo Nacho tragando el comprimido
que le había tocado.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1cm;">—<b><span style="color: #2b00fe;">Buena
es la ayuda que se da por buena</span></b> <span style="text-indent: 0px;">—</span>dijo
Juan Carlos haciendo lo propio.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1cm;"><span style="color: #2b00fe;">—<b>La
primavera acude a nuestra vida a través de la química</b> </span><span style="text-indent: 0px;">—</span>dijo
Ana. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1cm;">—<b><span style="color: #2b00fe;">Siente
el silencio, acuna el pensamiento</span></b> <span style="text-indent: 0px;">—</span>dijo
Paco.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1cm;">—<b><span style="color: #2b00fe;">La
creatividad callará suavemente</span></b> <span style="text-indent: 0px;">—</span>dijo
Antonio.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1cm;">—<b><span style="color: #2b00fe;">Yo
hago yoga hoy</span></b> <span style="text-indent: 0px;">—</span>dijo
Paloma rechazando, infructuosamente, su medicación.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1cm;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="text-indent: 0px;">—</span>Y
a estos ¿qué les pasa? <span style="text-indent: 0px;">—</span>preguntó
a su compañero el que llevaba el carrito.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1cm;">—No lo
sé muy bien. Ingresaron por urgencias ayer, todos a la vez, y los trajeron
directos a psiquiatría. Parece ser que estaban haciendo un taller de lectura o
de escritura, no estoy seguro, y se les fue la pinza. Un brote psicótico
colectivo.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1cm;">Los dos
sanitarios miraron con conmiseración a los pacientes mientras estos se tomaban
sus medicinas. El del carrito añadió:<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1cm;">—Para
que luego digan que leer es bueno.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><o:p> </o:p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg50DXuHZnTj73EYqGoTjZXDf18CYnBwEBgiwB6bL545SyTuoS8l8qUVX2TrZqsUoyINL__RRHDB2RIHvbQGE3AK3sdKSOITpb_eB7mxS9M0qCE9jLzOvo3L7-KFnl30-L-ClmSfDSxrigGdQ5xQIpCPeJQpgKtdFO7eVniP2wjrgZTZRDkc5GbPyzcMntc/s618/FirmaCorreoCaldero.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="440" data-original-width="618" height="228" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg50DXuHZnTj73EYqGoTjZXDf18CYnBwEBgiwB6bL545SyTuoS8l8qUVX2TrZqsUoyINL__RRHDB2RIHvbQGE3AK3sdKSOITpb_eB7mxS9M0qCE9jLzOvo3L7-KFnl30-L-ClmSfDSxrigGdQ5xQIpCPeJQpgKtdFO7eVniP2wjrgZTZRDkc5GbPyzcMntc/s320/FirmaCorreoCaldero.jpg" width="320" /></a></div><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><br /><p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">NOTA: Este es un relato que
intenta cumplir con los requisitos propuestos para el taller de escritura en el
que participo. Se trata de introducir en un mismo texto varias figuras
retóricas. Para quienes tengan ya olvidadas estas herramientas de escritura
pongo a continuación la definición de las que aquí aparecen.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">HIPÁLAGE: Figura retórica de
construcción que consiste en aplicar a un sustantivo un adjetivo que
corresponde a otro sustantivo.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">PALÍNDROMO: Palabra o expresión
que es igual si se lee de izquierda a derecha que de derecha a izquierda.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">EPANADIPLOSIS: Figura retórica de
construcción que consiste en terminar un verso o una frase con la misma palabra
con la que empieza.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">METÁFORA: Figura retórica de
pensamiento por medio de la cual una realidad o concepto se expresan por medio
de una realidad o concepto diferentes con los que lo representado guarda cierta
relación de semejanza.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">PROSOPOPEYA: Figura retórica de
pensamiento que consiste en atribuir a los seres inanimados o abstractos
características y cualidades propias de los seres animados, o a los seres
irracionales actitudes propias de los seres racionales o en hacer hablar a personas
muertas o ausentes.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">SINESTESIA: Figura literaria que
consiste en la asociación de elementos que provienen de diferentes dominios
sensoriales.<o:p></o:p></p><br /><p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgZ3ZdF7Nzl82CYiQCHcg1xXMBYHxF_dmq3rwoQPLthhkD9Wt6kDO0W6SRX9w4BZzzhXjiDlbr6OiDcsvo3TgIU1eqa0jsmQvXUx8lXhErAUlBdeFhMqF9Cjgan8eOwQpfigTs_q_gg0qV_ZGz6F5er0170d7Bn0N_yBy5rVvapX3l39xd6O0FevpO6B38j/s227/logo_SafeCreative.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="88" data-original-width="227" height="88" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgZ3ZdF7Nzl82CYiQCHcg1xXMBYHxF_dmq3rwoQPLthhkD9Wt6kDO0W6SRX9w4BZzzhXjiDlbr6OiDcsvo3TgIU1eqa0jsmQvXUx8lXhErAUlBdeFhMqF9Cjgan8eOwQpfigTs_q_gg0qV_ZGz6F5er0170d7Bn0N_yBy5rVvapX3l39xd6O0FevpO6B38j/s1600/logo_SafeCreative.jpg" width="227" /></a></div><br /><div><br /></div>Kirke Buscapinahttp://www.blogger.com/profile/00298107768900476677noreply@blogger.com10tag:blogger.com,1999:blog-3668051004744212225.post-59766293291007260592023-09-08T11:53:00.004+02:002023-09-10T11:12:20.520+02:00Esto es una maldición<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg7S-poYQUsrfMEQh2sdRC3Y0ZivcZqhy4_Q90j298V__nzOJcqrtGbFCFEl9QNRctZ8KFyu0oeuqFtGNCf07p8iHVPm1Ls5SlWieqlZ2JNPHx3L3xJYt1c8yTLenVXv0ICIcLVfb1MAKUkm15foN8C5twM7HQGpqT6UzDvunI5aKqAk5WwqRjUnYaQc7ub/s1640/Esto%20es%20una%20maldici%C3%B3n.png" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="924" data-original-width="1640" height="360" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg7S-poYQUsrfMEQh2sdRC3Y0ZivcZqhy4_Q90j298V__nzOJcqrtGbFCFEl9QNRctZ8KFyu0oeuqFtGNCf07p8iHVPm1Ls5SlWieqlZ2JNPHx3L3xJYt1c8yTLenVXv0ICIcLVfb1MAKUkm15foN8C5twM7HQGpqT6UzDvunI5aKqAk5WwqRjUnYaQc7ub/w640-h360/Esto%20es%20una%20maldici%C3%B3n.png" width="640" /></a></div><br /><p></p><p></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">—¡Esto
es una maldición!<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">Rigoberto echaba
chispas. Le habían asignado el puesto en la excavación de la nueva línea de
metro y todo eran problemas. La ampliación de la línea 3 desde Villaverde a El
Casar estaba siendo un incordio. No podía más. Dos semanas atrás un
cortocircuito dejó sin iluminación el túnel que estaban horadando, el día
anterior la tuneladora había dejado de funcionar, la pieza que se había roto
debía llegar de Alemania y como había huelga de transportistas el proveedor les
dijo que antes de un mes no creía poder suministrarles el repuesto. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">Todo comenzó con
aquel maldito hallazgo.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">—¿En
serio me estás diciendo que habéis encontrado restos arqueológicos? —le
espetó bruscamente al operario que le acabada de dar la noticia.</p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;"><o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">El obrero se
rascó la nuca por debajo del casco de seguridad y con timidez le contestó:<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">—Sí,
don Rigoberto. Es un pedrusco…<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">—¿Pedrusco? —le
interrumpió iracundo el capataz— Pues claro que hay pedruscos. ¡Estamos excavando a
cuarenta y cinco metros bajo tierra! ¿Qué pretendes ver ahí? ¿El jardín
botánico?</p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;"><o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">—Ya,
don Rigoberto, ya sé que al excavar se ven rocas, pero este pedrusco tiene
dibujos raros y en algunos sitios hay pegados como trocitos de azulejos, muy
chiquititos, una miaja ¿sabe <i>usté</i>?, y <i>paece</i> que forman figuras.
El Nicolás dice que son delfines, el Rubén que ballenas, a mí me parecen peces,
no sabría decirle cuáles porque a mí los documentales de la 2 me aburren un
poco, me sirven solo para echar una cabezadita en el sofá los domingos por la
tarde…<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">—Para
ya, Higinio. No me interesa tu vida. ¿Unos dibujos con azulejos? ¡La madre que
me parió! Como sean mosaicos me voy a cagar en todo lo <i>cagable</i>.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">—¿Mosaicos?
Pues no lo sé con certeza ciertamente, a mí me parecieron peces, pero lo mismo
eran otro tipo de bichos, ya le digo que a mí los documentales… prefiero el
fútbol, la <i>verdá</i>.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">Rigoberto ya se
imaginó lo que se le venía encima. Si lo que habían encontrado los operarios
era algún resto arqueológico de cualquier tipo, la obra se paralizaría y los jefazos
se la iban a montar gorda. Dar parte a los de Patrimonio era entrar en el
infierno, todo quedaba parado hasta que cuatro pintamonas con un título de
historiador bajo el brazo dictaminaran que aquello era la casa de vete tú a
saber quién que vivió hace miles de años. Daba igual si de la vivienda quedaban
cuatro piedras mal contadas, eran «históricas» y no se podían tocar. Menudos
petardos los de Patrimonio.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">El capataz se
planteó silenciar aquello. A lo mejor, se estaba alarmando sin necesidad; puede
que lo que se hallaba allí tan solo fuera el resto de la reforma de una cocina
que alguien simplemente había decidido enterrar para no pagar el contenedor.
Bien era cierto que esconder escombros ilegales a tanta profundidad era algo
raro, pero él en la construcción ya había visto de todo y estaba curado de
espanto. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">—Venga,
Higino. Llévame allí a ver si son delfines, ballenas o la sirenita de Disney.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">Los dos hombres
tomaron un pequeño ascensor que los introdujo tierra adentro hasta donde
estaban los demás operarios.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">Varios obreros se
encontraban alrededor de un pequeño montículo y discutían entre sí.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">—Yo te
digo que esto es de los moros.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">—¿Moros?
¡Quiá! Desde el 11M tú ves moros en todas partes. Esto es de los primitivos,
los cavernícolas.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">—Tú sí
que estás hecho un cavernícola. ¿Desde cuándo los primitivos hacían <i>alicatao</i>?
Porque eso de ahí son azulejos, pequeños, pero azulejos, te lo digo yo.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">—¿Y
los moros alicataban?<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">—¡Ya
lo creo! En Granada hay unos sitios la mar de bonitos con azulejos chulísimos
que son un primor, lo vi yo en un viaje que hice con la Mari y mis <i>cuñaos.<o:p></o:p></i></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">—Yo
también estuve allí, pero las baldosas eran más grandes, estos son muy chicos.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">—Pues
yo creo que son restos romanos —se incorporó a la conversación el obrero más joven, un
estudiante de Filosofía y Letras que se pagaba la carrera trabajando en las
obras del metro a tiempo parcial.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">—¿Cómo
van a ser de Roma si estamos en Madrid? ¡No digas tonterías!<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">—¡Parad
ya, cojones! —gritó
el capataz que había escuchado la conversación según se acercaba al grupo.</p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;"><o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">Rigoberto se
agachó para ver más detenidamente aquellos restos. Lamentablemente, el
universitario iba a tener razón, eso tenía toda la pinta de un mosaico como los
que se pueden ver en el suelo de la villas romanas que se conservan en algunos
lugares. Cerca de su propio domicilio, en Alcalá de Henares, había un
yacimiento arqueológico que atraía muchos turistas.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">No solo le iban a
parar la obra, lo mismo se suspendía y los de Getafe se quedarían sin metro.
Aunque si los restos hallados consistían solo en ese «pedrusco», lo mismo
podían hacer como que no había pasado nada. Miró a su alrededor por si hubiera más
restos históricos: parecía que no. Sin embargo, el obrero joven le vino a
fastidiar.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">—Don
Rigoberto, un poco más allá parece que hay un hueco, no he entrado, pero creo
que ahí hay urnas funerarias.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">—¿Pero
qué dices, chaval? —contestó
el capataz—.
¿Urnas y encima funerarias? ¿Tú no te duermes con los documentales de la 2? —añadió
con retintín.</p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;"><o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">El aludido se
limitó a encogerse de hombros y no se dignó a explicar el porqué de su
deducción.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">El capataz se
dirigió malhumorado al lugar que le indicaba su subalterno haciendo cuenta
mental de no contratar nunca más a universitarios.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">—Higinio,
trae focos e ilumina esto —ordenó.</p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;"><o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">Un potente chorro
de luz dejó ver en un pequeño recinto varios recipientes en bastante buen
estado. Todos se quedaron con la boca abierta. El capataz hizo ademán de entrar
en la cámara, pero Higino le agarró del brazo.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">—Ni se
le ocurra entrar ahí, don Rigoberto.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">—¿Por
qué?<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">—A ver
si es una tumba de los egipcios y le da una maldición como cuando descubrieron
al <i>Turamón</i> ese, que la espicharon todos por entrar donde estaba la
momia.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">—Egipcios.
Aquí. En Villaverde.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">—Bueno
este —señaló
al estudiante de Filosofía y Letras— ha dicho que son restos de Roma y a <i>usté </i>le ha <i>parecío</i>
bien.</p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;"><o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">El capataz hizo
caso omiso del comentario y entró. Allí había cuatro recipientes grandes de
cerámica muy parecidos a los que se podían ver en el yacimiento cerca de su
casa. Maldiciendo por lo bajo decidió afrontar la situación. Este proyecto
debía salir adelante. Acordó dar una paga extra a los obreros presentes para
que callaran y no dijeran nada. Unas cuantas paletadas «accidentales» taparían
esos vestigios antiguos y aquí paz y después gloria.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">—Estamos
de acuerdo entonces. De lo visto aquí, chitón. Si la obra se para vosotros
también y no cobráis ni un duro, así que todos salimos ganando si hacemos como
que no hemos visto nada.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">Rigoberto pensó
que el universitario podría ser un obstáculo, estos jóvenes eran idealistas y
algo tocapelotas, pero para su sorpresa no se opuso. Le habían subido las tasas
de matriculación y necesitaba la pasta. El que sí puso mala cara fue Higinio.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">—¿Y a
ti qué te pasa? <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">—Ha
hecho <i>usté</i> mal en entrar, don Rigoberto. Y mucho más si se va a cargar
las tumbas, o las urnas o lo que sea eso. Los egipcios son <i>mu </i>chungos
con las maldiciones.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">—Y
dale, Higinio. ¡Aquí nunca estuvieron los egipcios!<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">CUATRO SEMANAS
DESPUÉS<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">—No
somos <i>ná</i> —se
lamentó Higinio con un parche en el ojo, resultado de una chispa que saltó de
un soldador en la obra y que, inexplicablemente, atravesó la pantalla de
protección.</p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;"><o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">—Y que
lo digas, Higinio. ¡Qué mala suerte! —añadió Rubén desde la
silla de ruedas en la que tenía que desplazarse después de que un derrumbe en
el túnel le partiera la médula espinal.</p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;"><o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">Los operarios de
las obras de ampliación de la línea 3 del metro salieron del cementerio
cabizbajos después de dar el último adiós a su capataz.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">—Parece
que fue ayer cuando nos estaba abroncando por no darle al tajo más rápido —dijo
Nicolás masajeándose el cuello (le acababan de quitar un collarín por una
contractura cervical sobrevenida tras una caída en la obra). <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">—Es
que fue ayer —respondió
Higinio—.
Lo dijo justo antes de que otro mosaico de azulejos se le cayera encima y le
hiciera papilla. ¡Pobre don Rigoberto! <i>Pa</i> mí que esto es una maldición
de los egipcios.</p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;"><o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">—¡Qué
pesado estás! —dijo
Rubén.</p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;"><o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">—A ti
cuando se te mete una cosa en la cabeza… —dijo Nicolás.</p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;"><o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">—¡Aquí
nunca estuvieron los egipcios! —dijeron los dos.</p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;"><o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;"><o:p> </o:p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjOg4bGZvHGROgg8aKCzFO_QM5WOMejsniRY6duciildo-kKjOqDmkTxksD6PK9Fnf8jhtgtdIla55NkYrNUAcxZGAYKCAjxkrb21nmHcWDuDQtIrSkQ5l8t23K7EyhskT8KKRxYdAOBnbO-Tn6KW3CWHheGCEY2ZykbztIcVuoVo0huFDJ7za8UnKRnJ25/s618/FirmaCorreoCaldero.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="440" data-original-width="618" height="228" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjOg4bGZvHGROgg8aKCzFO_QM5WOMejsniRY6duciildo-kKjOqDmkTxksD6PK9Fnf8jhtgtdIla55NkYrNUAcxZGAYKCAjxkrb21nmHcWDuDQtIrSkQ5l8t23K7EyhskT8KKRxYdAOBnbO-Tn6KW3CWHheGCEY2ZykbztIcVuoVo0huFDJ7za8UnKRnJ25/s320/FirmaCorreoCaldero.jpg" width="320" /></a></div><br /><p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;"><o:p> </o:p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgMfOJV4P04DOBGyp4NyoTOhcpDWP3YI5YaJPpT3LSxUg2I2MNCREKxwoj0cZ9ATGi8o2AHeiLYX3Q4qHckz5sU_Rf6i2fSVqWdxK6WVka0Yl23qYZ_r8bsxJBEstyqNxFX2uPHKhGau5cBZdPMWYOqogNYKhMaCu8g51GiEjuKH6FUn4wB1kVA2xohiCuk/s227/logo_SafeCreative.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="88" data-original-width="227" height="88" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgMfOJV4P04DOBGyp4NyoTOhcpDWP3YI5YaJPpT3LSxUg2I2MNCREKxwoj0cZ9ATGi8o2AHeiLYX3Q4qHckz5sU_Rf6i2fSVqWdxK6WVka0Yl23qYZ_r8bsxJBEstyqNxFX2uPHKhGau5cBZdPMWYOqogNYKhMaCu8g51GiEjuKH6FUn4wB1kVA2xohiCuk/s1600/logo_SafeCreative.jpg" width="227" /></a></div><br /><p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;"><o:p> </o:p></p><br /><p></p>Kirke Buscapinahttp://www.blogger.com/profile/00298107768900476677noreply@blogger.com13tag:blogger.com,1999:blog-3668051004744212225.post-71328761109142691182023-06-27T16:24:00.006+02:002023-06-27T16:53:11.837+02:00Crónica de una presentación<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEik-xD-rLdBs9-UF1erRKzOJxslQnUPl9949Olmk60PGlcLsDytAEEismmps_LMNYSdFcOoaLEPT_4SNTX9_uVeoLrkPZTSSalDejozvUCkvzlesQNIMyrdUKfQEs6iImcWMHNo0ggXufVfI94SFBwlDd_ml1hBfHIlM3OJBBeVCuWdoxCGSk0O_goa7oHe/s1640/decamer%C3%B3n%20presentaci%C3%B3n.png" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="924" data-original-width="1640" height="360" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEik-xD-rLdBs9-UF1erRKzOJxslQnUPl9949Olmk60PGlcLsDytAEEismmps_LMNYSdFcOoaLEPT_4SNTX9_uVeoLrkPZTSSalDejozvUCkvzlesQNIMyrdUKfQEs6iImcWMHNo0ggXufVfI94SFBwlDd_ml1hBfHIlM3OJBBeVCuWdoxCGSk0O_goa7oHe/w640-h360/decamer%C3%B3n%20presentaci%C3%B3n.png" width="640" /></a></div><br /> <p></p><p class="MsoNormal">En la anterior entrada del blog, informaba de la salida a la
luz de una publicación en la que una servidora participa. En ese post os
presentaba «Decamerón del siglo XXI» contando en qué consiste y de qué va dicho
libro.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Hoy voy a hablar de otra presentación del Decamerón actual, ésta
en sociedad, en vivo y en directo. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Pero antes, os voy a contar el proceso previo de ver en
papel esa publicación. Si en la anterior entrada reseñaba el estilo y los
motivos que llevaron a la escritura de este libro de relatos, ahora me voy a
centrar en cómo eso acabó en letra impresa, en un libro real y tangible.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Una vez seleccionados y ordenados los relatos que forman
parte del Decamerón, había que elegir una editorial que se hiciera cargo de
imprimir aquello. La oferta es amplia, pero la calidad de lo que se oferta… eso
ya es harina de otro costal. Después de mucho elucubrar nos decantamos por
Círculo Rojo, una editorial de autoedición (o sea, te cobran) aunque, para
justificar sus emolumentos, te ofrecen una serie de servicios (no todos
cumplidos a rajatabla, para qué nos vamos a engañar) como maquetación,
distribución de ejemplares a diferentes plataformas que los pongan a la venta
o, incluso, diseño de una web para dar visibilidad a la obra.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Sin entrar en más pormenores, el libro acabó impreso y
pudimos tenerlo en nuestras manos. Pero ahí no se acababa todo. Había que darle
publicidad. Aunque ahí también la editorial se ofreció (por contrato) a
realizar su parte, este tema, y por decirlo de una manera suave, digamos que
necesita mejorar.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">No obstante, los autores no nos amilanamos fácilmente y
también nos pusimos manos a la obra. Decidimos dar visibilidad a nuestro
retoño, que lo conociera la gente, que para eso lo habíamos hecho realidad.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Algunos de nosotros, al ser blogueros, ya disponíamos de un
espacio donde hablar sobre el libro. Yo misma hice una reseña, o lo que sea que
se llame a lo que hago yo cuando hablo de un libro <a href="http://buscapina7.blogspot.com/2023/05/decameron-del-siglo-xxi-resena.html" target="_blank">Reseña kirkeniana Decamerón siglo XXI</a>. Juan Carlos Galán,
coautor del libro y amigo bloguero, también hizo otra reseña, esta ya con todas
las de la ley <a href="http://elblogdejcgc.blogspot.com/2023/05/colectivo-literario-bremen-decameron.html" target="_blank">Colectivo Bremen. Decamerón del siglo XXI</a><o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Aun así, había que darle más visibilidad al libro y fue
entonces cuando vino la siguiente fase: hacer una presentación. Una tarea
también ardua y con complicaciones.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">En primer lugar, pensamos en acudir a la librería donde el
Colectivo Bremen inició su andadura, Tipos Infames. Al principio parecía que
sería allí la presentación, pero problemas logísticos con el suministro de
ejemplares y cierta racanería por parte de la distribuidora y la editorial,
impidieron que la cosa cuajara.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">En el Círculo de Bellas Artes también nos ofrecieron la
posibilidad de dejarnos un espacio para esa presentación, pero al final tampoco
pudo ser. La librería Cervantes, un lugar muy chic en pleno barrio de
Universidad, se ofreció a “cedernos” su minúsculo espacio (no cabían más de veinte
personas, y si estas eran delgaditas) a cambio de un módico precio (unos
doscientos pavos). Las reducidas dimensiones del lugar nos desanimaron (ya solo
con los autores que íbamos a presentar el libro ocupábamos un tercio del
aforo). Así que ahí, pues tampoco. La cosa se estaba complicando.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">A pesar de todo, mis colegas de reparto no se desanimaron y
siguieron insistiendo. Al final y, como el que la persigue, la consigue,
encontramos un lugar donde poder presentar con espacio suficiente y sin pagar
un euro: la librería Gaztambide, en pleno barrio de la Moncloa y con el
ambiente universitario propio de la zona (está al lado de la Universidad
Complutense).<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Una vez concretadas las circunstancias del lugar (la planta
baja de la librería) así como la fecha y hora, procedimos a finiquitar el
encuentro. Otra vez tuvimos un impedimento gracias a la tocapelotas de la
distribuidora de los libros que no nos aseguraba, a una semana vista, poder
suministrar los ejemplares a tiempo. En esta ocasión, Jose, el encargado de la
librería salió al rescate y, utilizando sus múltiples contactos fruto de los
muchos años que lleva ejerciendo como librero, consiguió recibir a tiempo el
material para poderlo poner a la venta.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">El viernes, 23 de junio, a las 18:30h, se inició la
presentación del Decamerón del siglo XXI. Previamente, los autores que vivimos
en Madrid, fuimos haciendo correr la voz entre nuestros allegados y RR.SS. para
publicitar el evento. Según se iba acercando la fecha algunos de los invitados
fueron descolgándose, de tal manera que yo, algo agorera y tendente a ver
siempre el vaso medio vacío, me temí lo peor: aquí no va a venir ni el Tato. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Para más desánimo, ese viernes se iniciaba la primera ola de
calor del verano con unas previsiones de 38 grados, lo que, en la práctica, se
tradujo en que a las seis y media de la tarde rondaban los 40 grados a la
sombra. A esas horas y con esos calores, el común de los mortales no sale a la
calle salvo para acudir a una piscina a darse un chapuzón o por algún motivo
urgente de salud que requiera asistencia hospitalaria. Y yo me volví a temer lo
peor: aquí no va a venir ni el Tato. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Los organizadores del evento, o sea, los autores residentes
en Madrid (Paco, Antonio, Juan Carlos, Laura y yo) llegamos los primeros, como
es preceptivo y la sala, obviamente estaba vacía. </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjK_d2UjoF6Fte0vGjfnL53llkYp2Oad5RoErh1OFa_W8ZnQfMBziAlnS_jlNFvjMN1hy9thiI0pbN7rh-QSR3brRmehmcAhmfXEfHUf8FE08u4VDTHuzVuCtIKnwURFiT3-CyMqXq9H_HiWlRKy0CiHniGgYzXzp60iQRaHHtqYlAMXLft-aEYlWxPcmtB/s4624/20230623_180130.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="2604" data-original-width="4624" height="225" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjK_d2UjoF6Fte0vGjfnL53llkYp2Oad5RoErh1OFa_W8ZnQfMBziAlnS_jlNFvjMN1hy9thiI0pbN7rh-QSR3brRmehmcAhmfXEfHUf8FE08u4VDTHuzVuCtIKnwURFiT3-CyMqXq9H_HiWlRKy0CiHniGgYzXzp60iQRaHHtqYlAMXLft-aEYlWxPcmtB/w400-h225/20230623_180130.jpg" width="400" /></a></div><br /><p class="MsoNormal">Yo, siempre pesimista,
pensé que así se iba a quedar, de hecho, lamenté no haberme traído una chaqueta
y algunas piezas de ropa más para desperdigarlas por las sillas y dar la
sensación de ocupación.</p><p class="MsoNormal"><o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Sin embargo, algunos visitantes empezaron a aparecer, con
cara de despistados, aunque puede que fuera el síntoma fruto de la
deshidratación causada por la calorina que había en la calle. Poco a poco
fueron llenándose las sillas y cinco minutos después de la hora convenida, por
eso de que ser puntual en España se considera de mala educación, dimos comienzo
al evento. Abundando en lo de no ser puntual, siguió llegando gente una vez
empezada la presentación, y los presentadores vimos que las sillas se ocupaban
y que algunos comenzaban a sentarse en las escaleras, otros, con las
articulaciones más flexibles, incluso en el suelo. Aquello empezaba a parecerse
a una asamblea universitaria. El aforo se quedó pequeño. Tato no sé si vino
porque como el sitio estaba petado no pude distinguirlo, pero amigos y
familiares nos acompañaron, y hasta un señor de Albacete que pasaba por allí,
le entró curiosidad y se quedó.<o:p></o:p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiqZcICbx20KetjA06C0PfjtbveznftqVm8NpsockncJXj5CQ3hWlepNQa_dfX5seQRLIvslalZumFXBmiUq-HmXfK6Ox9nREt8jkoAsIq41nOIzoFkQEzgdDFnP5kpjGqs3NLy3yC1gPPoODm93Shq3lN7tcrmN2I9f6D_MpVPhARLLSIkbE7-bHgsYfB1/s1336/LLENO%20ABSOLUTO.jpeg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="785" data-original-width="1336" height="376" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiqZcICbx20KetjA06C0PfjtbveznftqVm8NpsockncJXj5CQ3hWlepNQa_dfX5seQRLIvslalZumFXBmiUq-HmXfK6Ox9nREt8jkoAsIq41nOIzoFkQEzgdDFnP5kpjGqs3NLy3yC1gPPoODm93Shq3lN7tcrmN2I9f6D_MpVPhARLLSIkbE7-bHgsYfB1/w640-h376/LLENO%20ABSOLUTO.jpeg" width="640" /></a></div><br /><p class="MsoNormal">De la presentación en sí poco voy a hablar porque de hacer
una estupenda crónica se ha encargado Juan Carlos. Tan solo os avanzo
que se habló de Bocaccio, cómo no, pero también de sus novias, amantes y ligues
varios y de cómo las trató literariamente según recibió favores o calabazas de
ellas. También se habló de Dante, de Botticelli y algún ilustre artista más. Se
habló de historia, de amor, de literatura, de la peste y del coronavirus a un nivel
de microbiología de andar por casa, de si es más higiénico matar con veneno o a
cuchilladas, de la puntualidad puntillosa alemana; hasta Paco se arrancó con un
poema de Octavio Paz.</p><p class="MsoNormal"><o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Tengo que hacer especial mención al momento en que se
recordó a uno de los autores que tristemente desapareció hace unos meses: Nano.
Yo no tuve el privilegio de conocerle en persona, tan solo he podido disfrutar
de sus letras, pero tanto Laura como Antonio, que sí le tuvieron como amigo,
hicieron una breve semblanza de él; fue el momento más emotivo de todo el evento
y una prueba evidente de que es muy cierto aquello que escribió Isabel Allende
sobre la muerte: «la gente cuando realmente se muere es cuando se la olvida».
Nano aún sigue vivo entre los que le recuerdan como lo demostraron dos de mis
compañeros en la presentación.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Se tocaron varios temas más, pero no me voy a parar porque
antes he comentado que de esto iba a hablar poco. Si queréis saber más y mejor
sobre la presentación leed la publicación de Juan Carlos en su blog <a href="http://elblogdejcgc.blogspot.com/2023/06/el-decameron-del-siglo-xxi-presentacion.html" target="_blank">Presentación Decamerón del siglo XXI en la librería Gaztambide</a>.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Antes de terminar, y para los que estuvisteis allí, me gustaría
aclarar que sí ensayamos algo nuestras intervenciones, si no lo pareció fue
porque ni somos actores ni, mucho menos, políticos, por lo que lo de actuar se
nos da regular, y el guion se saltó muy alegremente por parte de casi todos.
¡Viva la espontaneidad, qué caramba!<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">En cualquier caso, lo mejor de la velada fue el público. No
solo llenó la sala, aplaudió y se rio con nuestras anécdotas, es que también
compraron los libros. Fueron tan generosos que se agotaron las existencias y
alguno se quedó con las ganas de tener un ejemplar.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Dicen que de una boda sale otra, pues algo se puede
extrapolar con la presentación de este libro porque algunos asistentes nos ofrecieron
el Ateneo y la Fundación Clara Campoamor para hacer otra presentación. Parece
ser que esto, como el comer y el rascar, todo es empezar.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Si surgen otras presentaciones ya hablaré de ellas, y ante
la experiencia vivida, prometo no preocuparme por si viene o no el Tato, aunque
puede que le invite para que no se sienta ninguneado.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal"><br /></p><p class="MsoNormal"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhlIrqh5f58d2p0K8ZJ4fsn3r_dSh_pGCCnxChE0GoD4jIGnx6Q0llMDTvPF9u7ef0CRz7YxARvwNBiJoIyGmFcTvKYccteO3RvVeC1VGpCoTw-K9sCy0lMzMIpAwodZiGxC0-U_NTM57dg8s3G-K1d7nkJ3nk9TZ5RJd8dTxDA9sgk57_4G6kb7hLQwAlL/s2048/TODOS%202.jpeg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="945" data-original-width="2048" height="296" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhlIrqh5f58d2p0K8ZJ4fsn3r_dSh_pGCCnxChE0GoD4jIGnx6Q0llMDTvPF9u7ef0CRz7YxARvwNBiJoIyGmFcTvKYccteO3RvVeC1VGpCoTw-K9sCy0lMzMIpAwodZiGxC0-U_NTM57dg8s3G-K1d7nkJ3nk9TZ5RJd8dTxDA9sgk57_4G6kb7hLQwAlL/w640-h296/TODOS%202.jpeg" width="640" /></a></div><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhSKArK7XDrfl9NYAasfg_GO0fTw2KxemMPuyt5kQCRxTDXH1qCFqn-sLn3FWejCtGZi7Kw-gXQoj5OO2ZtIFOsfypGirANEyTGnka7W3bp-5MBbMzsBFZdnqZq6thFc0-DsjgpE8gxUnAhEBKpKwZ2CKmPDZw-iocjukIwWbW5HoQRfaEPohWwk3Szm7o2/s2048/HABLANDO.jpeg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="945" data-original-width="2048" height="296" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhSKArK7XDrfl9NYAasfg_GO0fTw2KxemMPuyt5kQCRxTDXH1qCFqn-sLn3FWejCtGZi7Kw-gXQoj5OO2ZtIFOsfypGirANEyTGnka7W3bp-5MBbMzsBFZdnqZq6thFc0-DsjgpE8gxUnAhEBKpKwZ2CKmPDZw-iocjukIwWbW5HoQRfaEPohWwk3Szm7o2/w640-h296/HABLANDO.jpeg" width="640" /></a></div><br /><o:p><br /></o:p><p></p>
<p class="MsoNormal"><o:p> </o:p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgCB63JkPNaeDYjP0A8BTrWF6hhr2sCYvkgeMvC_ohDsNSFIkLfAyb7li36Qpr9-JdsQ7-IOms_EwizRVLl-HYbpmNsbxJLDlqUD5BZxYnj6ruaM9pCi-WVW4f-CTjrMm7UegsPVgZLGsqvx-AG5GpeIB3-E2CqVMBSiTRYF757t5Jn9mzM1yWcxW9IqELE/s618/FirmaCorreoCaldero.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="440" data-original-width="618" height="228" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgCB63JkPNaeDYjP0A8BTrWF6hhr2sCYvkgeMvC_ohDsNSFIkLfAyb7li36Qpr9-JdsQ7-IOms_EwizRVLl-HYbpmNsbxJLDlqUD5BZxYnj6ruaM9pCi-WVW4f-CTjrMm7UegsPVgZLGsqvx-AG5GpeIB3-E2CqVMBSiTRYF757t5Jn9mzM1yWcxW9IqELE/s320/FirmaCorreoCaldero.jpg" width="320" /></a></div><br /><p></p>
<p class="MsoNormal"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoNormal"><o:p> </o:p></p>Kirke Buscapinahttp://www.blogger.com/profile/00298107768900476677noreply@blogger.com13tag:blogger.com,1999:blog-3668051004744212225.post-2455034621597071812023-05-27T19:18:00.008+02:002023-06-25T12:18:24.949+02:00Decamerón del siglo XXI (Reseña kirkeniana)<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjxesJlcp2eGYknZ6lCEqzQ20seLo1naGkqmSppkKZOPC1XvqlWctUVsKV44ffulgpD0ow52RGcfs7btmjIGTflLYb_ST248dJe5mOCG78H-6r9cyBjBQQHQBhmW4MDf5bv-nPEjhHtf6wY1acsLYiDBrVu-tptedAC8PFqXDOegGnoMpsEYuTkiZFe4A/s560/Decamer%C3%B3n%20XXI.png" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="315" data-original-width="560" height="360" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjxesJlcp2eGYknZ6lCEqzQ20seLo1naGkqmSppkKZOPC1XvqlWctUVsKV44ffulgpD0ow52RGcfs7btmjIGTflLYb_ST248dJe5mOCG78H-6r9cyBjBQQHQBhmW4MDf5bv-nPEjhHtf6wY1acsLYiDBrVu-tptedAC8PFqXDOegGnoMpsEYuTkiZFe4A/w640-h360/Decamer%C3%B3n%20XXI.png" width="640" /></a></div><br />
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">Dicen que el hombre es el único
animal que tropieza dos veces en la misma piedra, o que el ser humano es muy
predecible porque, básicamente, siempre se comporta igual ante fenómenos
similares. Parece ser que por mucho tiempo que pase y por mucho que (se supone)
hayamos evolucionado, al final resulta que somos muy parecidos a nuestros
lejanos ancestros del Paleolítico. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">Es cierto que en situaciones
parecidas la forma de reaccionar es también análoga, aunque haya varios siglos
de por medio entre dichas situaciones. Y si no, juzgad lo que os voy a contar.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">En el siglo XIV una epidemia asoló
Europa. La peste bubónica se cebó en la población y cayeron como moscas; entre
veinticinco a cuarenta millones de personas (el ratio es muy amplio, pero en la
Edad Media no existía el INE) palmaron por culpa de una bacteria (bichito para
los profanos), <i>Yersinia pestis</i>. Este bichito, pequeño pero matón, se
cargó a la mitad de la población europea. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">A Pasteur (considerado el padre de
la microbiología) le faltaban quinientos años para nacer, pero algunos europeos
espabilados sospecharon que la transmisión de la enfermedad se debía al
hacinamiento y las malas condiciones de higiene. Y aunque aún faltaban otros seiscientos
años para que nacieran los primeros ministros de sanidad con potestad para
encerrar al personal en sus casas (utilizando el eufemismo de «confinamiento»),
esos mismos europeos de mente abierta decidieron aislarse en lugares apartados.
Esto lo sabemos porque algunas crónicas nos lo cuentan, y entre estas se
encuentra una obra universal que, aunque es ficción, refleja cómo algunas
personas reaccionaron ante la epidemia de peste negra. Me estoy refiriendo al «Decamerón»
de Giovanni Boccaccio. Como algunos recordarán, y si no aquí estoy yo para
refrescar memoria, en este libro diez personajes se aíslan en una casa de campo
a las afueras de Florencia huyendo del contagio y, para entretener el
aislamiento, se cuentan historias entre ellos. Un total de cien cuentos
conforman esta joya de la literatura donde se tratan temas diversos.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">Siete siglos después, y con
algunas epidemias más entre medias, otra plaga vino a azotar Europa (y el resto
del planeta), en esta ocasión el bichito que se encargó de dar por saco fue un
virus (más pequeño que una bacteria, pero igual de matón), SARS-CoV-2. Esta
vez el aislamiento no fue cosa de algunos espabilados porque ya estaban las autoridades
para ponernos las pilas (más o menos). Algunos, además, y al igual que hicieran
los personajes de Boccaccio, decidieron contarse historias entre ellos para pasar
el tiempo y evadirse del desastre desatado.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">Estos personajes del siglo XXI a
los que me refiero, se aislaron cada uno en su propia casa, pero consiguieron
contarse esas historias gracias a la tecnología propia de la época: internet. Cada
quince días se conectaban y se reunían telemáticamente para leer los relatos
que cada uno había escrito sobre el tema previamente propuesto en la reunión
anterior. De esta forma, y siguiendo un paralelismo bastante fiel con la obra
de Boccaccio, se reunieron cien cuentos repartidos en diez jornadas, cada una
con un tema concreto («Naturaleza», «La soledad», «El arte de la gastronomía»,
«La envidia», etcétera). Y, al igual que hizo el maestro italiano, se publicaron
en un libro, sobre el que va esta reseña kirkeniana: «Decamerón del siglo XXI».
<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">Pampinea, Fiammetta, Filomena,
Emilia, Laureta, Neifile, Elissa, Pánfilo, Filostrato y Dioneo (los narradores
del Decamerón de Boccaccio, refresco memoria de nuevo) se han reencarnado en
Ana, Antonio, Carlos, Paco, Nacho, Josep, Juan Nadie, Juan Carlos, Laura, Luijo, Marisa, Paloma y Nano. Todos formamos parte del Colectivo Literario Bremen, y
utilizo la primera persona del plural porque resulta que la Paloma que sale en
la relación es una servidora.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">Tuve la inmensa fortuna de conocer
dicho colectivo en plena pandemia y fue como abrir una ventana al campo para
que entrara aire fresco y limpio. El desahogo de contar historias que por unos
instantes nos pudieran alejar de los duros momentos que estábamos viviendo fue
un lenitivo magistral. Siendo amantes de la literatura, la escritura vino a
rescatarnos de la depresión, el desánimo y la tristeza en los que el bichito del
demonio nos estaba sumiendo. Cada dos semanas nos reunimos para compartir los
relatos salidos de nuestra propia imaginación. Nos trasladamos a lugares remotos,
o cercanos, nos reímos, también lloramos, compartimos experiencias, impresiones
sobre las narraciones de cada cual: nos sentimos unidos y confortados por la
fantástica terapia que es contar historias.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">En este libro se tratan temas muy dispares:
humor, sarcasmo, drama, poesía, crítica social, deporte, romance, asesinatos.
Hay de todo, como en botica. Un remedio diferente para cada ocasión, y todos
igual de efectivos: acabar con una sonrisa en la cara. Historias para leer en
cualquier lugar y para disfrutar.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">La que esto escribe colabora con una
decena de relatos, además tuve la suerte de ser la maestra de ceremonias en la
décima jornada, o reina (en la obra de Boccaccio, los que dirigen cada jornada
se llaman así, refresco de nuevo la memoria). No voy a valorar la calidad de mis
escritos porque resultaría raro, aunque tampoco sería la primera vez (yo no
tengo filtro y me vengo arriba con facilidad), pero sí voy a comentar la categoría
de los demás. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">Doy fe que mis compañeros tienen
un nivelazo de flipar. En este colectivo hay periodistas, profesores,
informáticos, científicos, enfermeros; gente que desarrolla su actividad profesional en
sectores variopintos, pero con un denominador común: les gusta escribir y,
además, lo hacen muy bien. He aprendido mucho con ellos, me he sentido como el
pequeño saltamontes frente a su maestro Po (quien no sepa de qué estoy hablando
que se vaya a la Wikipedia y busque serie de TV Kung-Fu, no tengo ganas de seguir
refrescando memoria), aunque en esta ocasión el maestro eran doce pedazos de
escritores, mis compañeros de reparto, que me enseñaron mogollón. Me ha tocado
la lotería al conocerlos.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">Si las vacunas nos sacaron del atolladero
pandémico a todos, a algunos contar historias nos sacó de la tristeza y la
depresión. Ahora queremos que todos vosotros podáis también disfrutar y
evadiros con estos cuentos nacidos en la pandemia. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">Abajo os pongo los enlaces donde podéis
adquirir el libro. Por cierto, los beneficios de las ventas irán a ACNUR.
Con esta acción se podría pensar que somos muy rumbosos, pero en realidad la
generosidad será vuestra si decidís adquirir vuestro ejemplar, os aseguro que no os
vais a arrepentir.<o:p></o:p></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><br /></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><a href="https://editorialcirculorojo.com/decameron-del-siglo-xxi/">Decamerón del siglo XXI - Círculo Rojo</a><br /></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><a href="https://libros.cc/Decameron-del-siglo-XXI.htm">Decamerón del siglo XXI en Libros.cc</a><br /></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><a href="https://www.amazon.es/Decamer%C3%B3n-siglo-Colectivo-Literario-Bremen/dp/8411753743/ref=sr_1_1?crid=25H9937RXU9H&keywords=decamer%C3%B3n+del+siglo+xxi&qid=1687687875&s=books&sprefix=Decamer%C3%B3n+del+%2Cstripbooks%2C83&sr=1-1">Decamerón del siglo XXI en Amazon</a><br /></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><a href="https://www.fnac.es/a10249527/Colectivo-Literario-Bremen-Decameron-del-siglo-XXI">Decamerón del siglo XXI en la FNAC</a><br /></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><a href="https://www.elcorteingles.es/libros/A48238393-decameron-del-siglo-xxi/?parentCategoryId=999.6866123013">Decamerón del siglo XXI en El Corte Inglés</a><br /></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><a href="https://www.casadellibro.com/libro-decameron-del-siglo-xxi/9788411753746/13691882" target="_blank">Decamerón del siglo XXI en La Casa del Libro</a><br /></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEihLi1cJtVfHpcZetVOIJKlrbZzNSnRXQeVgdn1n3H5Babvq928NW4XyY38EdwzpYHzbcBLnJjM3OoCZvhrUEiTjKk_uKte5nXml_roH2RpE2BwANDOiPtsKKDVNmvdatUHtQKxwGPCgZMQ8taAXnmB7KEyBEkzSk9hgfDdWsOCgb1WzyksTuNikeh5Qw/s618/FirmaCorreoCaldero.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="440" data-original-width="618" height="166" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEihLi1cJtVfHpcZetVOIJKlrbZzNSnRXQeVgdn1n3H5Babvq928NW4XyY38EdwzpYHzbcBLnJjM3OoCZvhrUEiTjKk_uKte5nXml_roH2RpE2BwANDOiPtsKKDVNmvdatUHtQKxwGPCgZMQ8taAXnmB7KEyBEkzSk9hgfDdWsOCgb1WzyksTuNikeh5Qw/w233-h166/FirmaCorreoCaldero.jpg" width="233" /></a></div><br /><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><br /></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><o:p> </o:p></p><br /><p></p>Kirke Buscapinahttp://www.blogger.com/profile/00298107768900476677noreply@blogger.com12tag:blogger.com,1999:blog-3668051004744212225.post-67530458424082947222023-04-26T08:19:00.000+02:002023-04-26T08:19:15.640+02:00Érase una vez un blog<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiSJx9OgPpaCgsfQ6DAy1DZI6kNCpBdxGS-cAhxKDbg4fhgv7CNw3ysJ4Vdg7gpBkXE_YzYSs8eXAWTnNzTiZRgrIT9wv32aGVZwkD3WRqv_0kyraUqL9Dg7iEjCkjYzaqZ4w1OKTfMWqXlrK-Ml9qyIsw3YTqtZwIT2GCqqrzmaNjxIOFOvdM8MA93Rw/s1202/D%C3%A9cimo%20aniversario.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="720" data-original-width="1202" height="384" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiSJx9OgPpaCgsfQ6DAy1DZI6kNCpBdxGS-cAhxKDbg4fhgv7CNw3ysJ4Vdg7gpBkXE_YzYSs8eXAWTnNzTiZRgrIT9wv32aGVZwkD3WRqv_0kyraUqL9Dg7iEjCkjYzaqZ4w1OKTfMWqXlrK-Ml9qyIsw3YTqtZwIT2GCqqrzmaNjxIOFOvdM8MA93Rw/w640-h384/D%C3%A9cimo%20aniversario.jpg" width="640" /></a></div><br /><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">Hace diez años yo tuve una idea. En realidad, suelo tener unas cuantas de vez en cuando, pero a la que me refiero en concreto es una que fue acertada —de estas ya no tengo tantas— y que resultó ser muy buena: crear un blog. </p><p></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">La idea no vino de repente en plan «¡Eureka!» ni nada parecido. Llevaba una temporada pensando en escribir lo que opinaba sobre los libros que leía. Cuando terminaba un libro que me gustaba mucho sentía la necesidad de compartir mi grata experiencia, de recomendar aquella lectura. Sin embargo, la inquietud de compartir mis impresiones era más acuciante cuando la lectura resultaba nefasta, ahí la mala leche que me sacudía por haber perdido el tiempo con una novela mediocre me instaba más insistentemente a despacharme a gusto y largar. </p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">La idea era esa, compartir mis impresiones lectoras, pero no sabía cómo.</p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">Fue mi propia hija la que vino a rescatarme de mis cuitas.</p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">—¿Por qué no creas un blog?</p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">—¿Un qué?</p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">—Un blog, mamá. Es muy fácil. Hay plataformas que te dan todas las herramientas necesarias. Una vez que lo diseñas, tú escribes ahí lo que quieras.</p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">—¿Un qué? —insistí yo.</p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">No sabía de qué me estaba hablando. No había leído nunca un blog así que la sugerencia me sonaba a chino. Tras indagar algo sobre qué iba el tema, me puse a la tarea. </p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">Seguí los pasos que Blogger me indicaba y poco a poco fui creando mi propio espacio, aunque en el proceso cometí algunos errores, unos los corregí y otros fueron de tal magnitud que permanecen hoy en día: en mi desconocimiento, cuando me pidieron la «dirección» yo puse la de mi correo electrónico de aquel momento, buscapina7, sin saber que ahí podría haber puesto el propio nombre del blog. Cosas de la ignorancia. </p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">Elegir ese nombre del blog me llevó bastante tiempo. Lo de poner títulos nunca se me dio bien y aunque no tenía muy claro en qué iba a acabar aquello, quería que fuera algo representativo y mostrativo de lo que en ese espacio habría (lo que viene a significar un título, vamos). Fue entonces cuando recordé algo que leí en algún sitio sobre el concepto que tenían los antiguos egipcios sobre las bibliotecas; para aquellos sabios eran hospitales del alma pues en ellas se encontraban los remedios que podían sanar el espíritu, y ahí me vino otra idea (de las buenas): llamaría a mi blog «Leer, el remedio del alma». Además, como soy boticaria lo de disponer de remedios para curar me molaba bastante.</p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">Después vino otro dilema: el alias. Es cierto que podía poner mi nombre real pero mi hija, otra vez, acudió al rescate, o a la puesta al día.</p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">—Lo normal en el mundo bloguero, mamá, es que utilices un nickname.</p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">—¿Un qué?</p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">—Un alias, un nombre ficticio, un…</p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">—Un apodo.</p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">—Lo que sea.</p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">Eso me llevó bastante tiempo porque si no se me da bien inventar títulos, poner nombres tampoco. Andaba dándole vueltas a lo de procurar remedios, leer, el alma… y me vino la noción de pócima, de ahí pasé a la de bruja —tengo fijación por estos personajes, me gustan mucho— e, inmediatamente, me puse a buscar el nombre de alguna hechicera famosa. Tras darle muchas vueltas, pensé que qué mejor bruja que la primera de todas ellas: Circe. En mis indagaciones averigüé que el nombre original en griego de esa diosa/bruja era más sonoro: Kirke, y con esa versión me quedé.</p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">Fui a Blogger toda decidida con mis «credenciales», pero resulta que me pedía un nombre y un «apellido» (si no rellenaba los dos campos no podía seguir con el proceso de abrir la cuenta), y ahí como ya no tenía el cuerpo para farolillos o, lo que es lo mismo, más paciencia para inventar o idear nombres, me fui a lo conocido, a la buscapina de mi correo y también, por culpa de mi metedura de pata, del blog. </p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">Tal día como hoy, 26 de abril, pero de hace diez años, arrancó a caminar «Leer, el remedio del alma» al mando de una tal Kirke Buscapina que no tenía muy claro cómo iba a funcionar aquello. </p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">La primera publicación fue la reseña de una novela de Rosa Montero, «La ridícula idea de no volver a verte». Aunque llamar reseña a tres párrafos donde contaba lo mucho que me gustó ese libro es una exageración o, lo que es lo mismo, no tener ni idea de en qué consiste reseñar. Cuando, más tarde, visité otros blogs donde sí reseñaban en serio me di cuenta de que lo que hacía yo era… otra cosa. Aun así, no me desanimé, aunque me deprimí un poquito, la verdad.</p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">Fueron muchos los libros sobre los que opiné, primero muy brevemente, luego ya me fui extendiendo con más detalle. Tanto es así que incluso me animé a opinar sobre otras cosas que no tenían que ver con la literatura y así nació una sección colateral: «<i>Las cosas de Kirke</i>». Más tarde empecé a escribir sobre poetas, ponía una breve biografía de un poeta (el primero fue García Lorca) y terminaba con una poesía del protagonista; a esta sección la llamé «<i>Poemas y Cantares</i>». </p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">Entre publicación y publicación fue conociendo otros blogs, no todos de literatura, algunos versaban sobre cine, o sobre pintura. En uno de estos una bloguera especialista en arte un día sugirió que tomáramos uno de los cuadros que nos mostraba y que escribiéramos una historia. Yo nunca había escrito ficción, aunque siempre tuve el prurito de escribir algo, pero era una especie de quimera. Aquel reto me animó a sumergirme en el apasionante mundo de la escritura y nació mi primer relato: «La puerta abierta». Al igual que aquella primera reseña, este cuento era muy breve, pero en mi interior también se abrió otra puerta, la de escribir ficción y, de momento, no se ha cerrado.</p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">Me apunté a más concursos/retos, dentro del mundo de los blogs y también fuera, en espacios que conocí gracias a otros blogueros. Incluso llegué a ganar algún premio que otro. La puerta se había abierto de par en par.</p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">El blog fue creciendo con más secciones. «<i>Do you speak English?</i>» fue el apartado donde contar mis desventuras con mis viajes allende nuestras fronteras; «<i>Demencia, la madre de la Ciencia</i>» resaltaba la vida de algunos científicos y, con el tiempo, abrió su propio espacio con un blog solo para ella: la demencia científica se convirtió en un <i>spin off</i>. Cuando me dispuse a escribir mi tesis doctoral apareció otra nueva sección: «<i>Doctoranda al borde de un ataque de nervios</i>» y fue la constatación de que escribir era mi pasión y mi desahogo porque aquello, además de divertirme, me sirvió para liberar las muchas tensiones que me generó el proceso de doctorarme.</p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">Y es que escribir se ha convertido en una terapia de relajación para mí. Cuando la pandemia nos confinó a todos (a algunos más que a otros gracias a ciertos gobernantes chapuceros), «<i>Diario de un confinamiento</i>» vino a rescatarme de la depresión en la que hubiera podido caer por culpa del maldito coronavirus. </p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">«<i>Crónicas hercúleas</i>», «<i>Crónicas astures</i>» o «<i>Crónicas bercianas</i>» fueron sagas basadas en ciertas experiencias extrasensoriales en alguno de mis viajes por el territorio patrio. Ahora mismo, entre algún relato aislado y retos de la blogosfera, está en marcha «<i>Crónicas del Descubrimiento</i>», una saga sobre las (des)aventuras de los conquistadores de América. </p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">Hoy en día, en el blog las reseñas ya son casi historia (alguna publico, pero muy de tarde en tarde y siempre por motivos muy personales). Aquel espacio que se creó hace diez años ha ido creciendo, madurando y transformándose en lo que ahora es.</p><div><br /></div><p>
</p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 107%;"><o:p> </o:p></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjOBnF3ZNR1WjwLVADgu0SdwJYpqRijtVkMX_PImay-bHOTvDtS1VEDYe3C0esM-RIc-Iycppzmgsgvxi50eA7PrZmJRPIAyzghuTZ-l_W8edF_QvWsWmnru3PtXPddCzTjutTPpYr_ubTRbBzAkH9bA7VO7eaxmbnU45VZAoWWpItiv7g6tcSfnF-ogA/s678/Captura%20de%20pantalla%202023-04-12%20193744.png" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="678" data-original-width="622" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjOBnF3ZNR1WjwLVADgu0SdwJYpqRijtVkMX_PImay-bHOTvDtS1VEDYe3C0esM-RIc-Iycppzmgsgvxi50eA7PrZmJRPIAyzghuTZ-l_W8edF_QvWsWmnru3PtXPddCzTjutTPpYr_ubTRbBzAkH9bA7VO7eaxmbnU45VZAoWWpItiv7g6tcSfnF-ogA/s320/Captura%20de%20pantalla%202023-04-12%20193744.png" width="294" /></a></div><br /><p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">Pero en esta andadura, lo más extraordinario no ha sido el devenir del blog, sino los acompañantes que me he ido encontrando por el camino. </p><p></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">Gracias a las reseñas, algunos autores se pusieron en contacto conmigo, y eso es algo que no me esperaba en absoluto. Que alguien leyera lo que yo publicaba ya me parecía asombroso, pero que entre los lectores se encontraran escritores ya consagrados me resultó una experiencia paranormal. Encima, y esto sí que es sorprendente, he llegado a mantener una relación de amistad con algunos de ellos. Entre estos se encuentran <b><span style="color: red;">Dolo Payás</span></b> y <b><span style="color: red;">Luisa Ferro</span></b>, dos estupendas escritoras y mejores personas. Una gozada total.</p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">También, y según me iba haciendo conocer, conocí a mi vez a otros blogueros. Los seguidores aparecieron, unos fueron flor de un día (hicieron un par de comentarios y no volvieron a dar señales de vida, aunque siguen en la lista de seguimiento), pero otros permanecen en la actualidad junto a nuevas incorporaciones esporádicas.</p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">Entre los fieles, guardo especial cariño a los que, además, se convirtieron en amigos. </p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">Una de mis primeras lectoras y comentarista fue <b><span style="color: red;">Rosa Berros</span></b>. Ella había creado un blog por la misma época que yo y andaba también «vagando» por la red. Iniciamos una relación muy cercana a pesar de la supuesta frialdad de internet; compartíamos impresiones sobre nuestras lecturas y, aunque no siempre coincidíamos en gustos, nos enriquecíamos mutuamente (ella me aporta mucho más a mí que yo a ella, que conste). Creo que desde la primera vez que me visitó no ha dejado de comentar ninguna publicación mía. Es la fidelidad encarnada en bloguera (además de una estupenda reseñista).</p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">En los inicios de mi blog, apareció como por casualidad otro bloguero, <b><span style="color: red;">Francisco Moroz</span></b>, y además de darme su opinión en forma de comentarios tuvo la ocurrencia de otorgarme un premio de los que circulan por este mundo. Aquello fue como el pistoletazo de salida al espacio internauta porque las visitas se dispararon y llegaron más lectores. A Francisco le considero mi padrino bloguero.</p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">Como he comentado, no todos los lugares que visitaba en calidad de bloguera tenían que ver con la literatura. Un día, no sé muy bien cómo, llegué a un blog donde la autora, <b><span style="color: red;">Chelo</span></b>, relataba el nacimiento de sus dos sobrinos al mismo tiempo que comentaba que le gustaba el cine. Sin ser temas, a priori, que me atrajeran mucho, decidí seguirla. Noté cierto <i>feeling</i> sin saber muy bien por qué. Aquella impresión se tradujo con el tiempo en una sección compartida «<i>Alalimón</i>» (reseñas de libros y de películas basadas en ellos) y en una amistad que trascendió el ámbito virtual. </p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><span style="color: red;">J<b>osep Mª Panadès</b></span>, <b><span style="color: red;">Conxita Casamitjana</span></b>, fueron otros blogueros que fui conociendo y con los que compartí impresiones a través de las experiencias relatadas en sus blogs bien en forma de relatos, bien en forma de opiniones sobre algún tema. La afinidad y el buen rollo se dieron desde el minuto cero y aún perduran.</p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">Ya tenía asumido que mi publicaciones sobre los libros que leía no eran en realidad reseñas, pero <b><span style="color: red;">Juan Carlos Galán</span></b> me vino a confirmar que para reseñar hay que estar hecho de una pasta especial, concretamente de la que está hecho él. Cuando me pregunto cómo debe ser una buena reseña, me voy a su blog y ahí aprendo. Cuando tengo la suerte de verle en persona y charlar con él aprendo más de muchas otras cosas. Un profesor maravilloso.</p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">De hecho, y esto es lo que más agradezco de aquella estupenda idea que tuve hace ya diez años, esa afinidad con otros blogueros se ha traducido en lo que venimos en llamar 'quedadas blogueras' y que consisten en reuniones en persona, en vivo y en directo, nada de pantallas de ordenador. En esas quedadas hablamos, reímos y nos lo pasamos fenomenal. Una amistad sincera y gratificante.</p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><b><span style="color: red;">Mamen Piriz</span></b>, <b><span style="color: red;">Teresa Cloquell</span></b>, <b><span style="color: red;">Pedro Fabelo</span></b>, <b><span style="color: red;">David Rubio</span>, <span style="color: red;">Raúl Ógar</span></b> y muchos otros más, fueron/son también compañeros de viaje en este periplo que me aportan mucho, cada uno a su modo.</p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">Han pasado diez años ya. Echo la vista atrás y el balance es positivo, plenamente. «Leer, el remedio del alma» me ha dado mucho, ideas, satisfacciones, creatividad, desahogo, pero, ante todo, me ha dado la oportunidad de conocer gente maravillosa. Solo por eso ya es motivo más que suficiente para celebrar el aniversario de aquella idea que tuve hace una década.</p><div><br /></div><p></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 107%;"><o:p></o:p></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiqJbswFy3T31NdLJVUqLiIzmmIBpHadBFZYXmzBKtAVxScqhpU56kCI-M85zMtH9N68zVaqgovwnpDotzjrNjfKTxpqQzrTMD3A7wrO939QhFQ2eXnVpWum2hPmc43sKwPTxcfvYG3nblVPXhiNMyqHAHfBvPv81N5q5eylJARuvsKUyMVnqDxOcQbKA/s618/FirmaCorreoCaldero.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="440" data-original-width="618" height="228" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiqJbswFy3T31NdLJVUqLiIzmmIBpHadBFZYXmzBKtAVxScqhpU56kCI-M85zMtH9N68zVaqgovwnpDotzjrNjfKTxpqQzrTMD3A7wrO939QhFQ2eXnVpWum2hPmc43sKwPTxcfvYG3nblVPXhiNMyqHAHfBvPv81N5q5eylJARuvsKUyMVnqDxOcQbKA/s320/FirmaCorreoCaldero.jpg" width="320" /></a></div><br /><p></p><p></p>Kirke Buscapinahttp://www.blogger.com/profile/00298107768900476677noreply@blogger.com27