No soy ninguna fan de la novela negra y si todas son como ésta no voy a cambiar de opinión nunca.
En un momento dado se puede leer: "Lo escrito está siempre lleno de contradicciones, de cambios de tono, de callejones sin salida, de omisiones alarmantes o detalles innecesarios". Nunca había encontrado la reseña de un libro dentro del mismo. Es lo que mejor ha hecho el autor, definir su forma de escribir.
Un apunte: la descripción que se hace de La Elipa como un barrio marginal no tiene nada que ver con la realidad, no sé si ha sido una licencia literaria o simple desconocimiento, dada la cantidad de gazapos que he encontrado a lo largo de la lectura seguramente sea lo segundo.
Totalmente prescindible.
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