El 31 de mayo de 1906 Alfonso XIII se casa con Victoria Eugenia de Battenberg en la Iglesia de los Jerónimos de Madrid. Durante el desfile nupcial y cuando pasan por la calle Mayor a la altura del número 88 -actualmente número 84-, la comitiva sufre un atentado cuando Mateo Morral desde un balcón lanza una bomba camuflada en un ramo de flores. El atentado causó 27 muertos entre los que no se encontraba el rey, objetivo del asesino.
La novela se desarrolla tomando este suceso como punto de partida y de llegada. Con saltos hacia delante y hacia atrás en el tiempo el lector va adquiriendo la información de cómo se gestó el atentado y cómo acabaron las pesquisas en busca del autor.
Con un estilo narrativo muy peculiar, Montero Glez –seudónimo de Roberto Montero González– cuenta de manera chulesca y con cierta sordidez todo lo acontecido antes y después del atentado fallido contra Alfonso XIII el día de su boda.
La descripción del Madrid más castizo es estupenda. Desde el café Candela –un sitio por lo fino que habían puesto al principio de la calle Alcalá– hasta los merenderos de Cuatro Caminos el lector pasea por las zonas más populares de la capital. El autor, como si fuera un chulapo más, cuenta cosas como ésta a raíz de un frenazo que da el conductor de un tranvía:
“Los viajeros, proclives al trazo grueso, empezaron a hacer juegos florales con la madre del conductor. El pueblo llano, insolente y agresivo a la hora de poner como chupa de dómine al prójimo, se echaba por la boca a toda la parentela del conductor sin pasar por alto a sus muertos más frescos. Y es que cuando se trata del insulto y la ofensa no hay idioma en el mundo con más chispa.”
Inmueble desde el que se lanzó la bomba |
El desfile de pintorescos personajes es muy divertido. Entre las páginas del libro conocemos a la Chelo –una pizpireta y castiza camarera–, su novio el ‘Ulogio’, el teniente Beltrán –un policía violento y corrupto encargado de atrapar al autor del atentado–, Isidro Ibarra –un conductor de tranvías y anarquista–, Pepe Cuesta –el dueño de la fonda desde donde se lanzó la bomba– o Juan Montseny –columnista agitador de masas y conciencias–.
Además se hace un picante repaso a la mayoría de los componentes de la Familia Real, haciendo especial hincapié en las tías del rey, a las que tilda de casquivanas y muy activas en cuanto al sexo se refiere, mencionando ya de paso que tenían a quien parecerse, es decir, a su madre, la reina Isabel II –célebre por su promiscuidad–. El origen bastardo del rey Alfonso XII también se comenta y se barajan dos posibles paternidades. Como si estuviéramos en un patio de vecinos vamos enterándonos de todos los chismes que corren sobre la parentela de Alfonso XIII.
Los políticos de aquella época tienen su momento de gloria en la novela. Y, al igual que ocurre con la familia del monarca, no se salva ni uno. Sólo un par de ejemplos: a Primo de Rivera se le cuestiona cómo ganó en Melilla la Cruz Laureada de San Fernando y al conde de Romanones –ministro de Gobernación en aquel momento– se le tacha de poco ético pues su catadura moral era igual a la de los churros; se dejaba dorar en todos los aceites.
Mateo Morral |
Por supuesto, entre todos estos personajes impera Mateo Morral, el anarquista que lanzó la bomba. Su deambular antes y después del atentado se relata minuciosamente. Incluso se relata su participación en otro atentado anterior contra Alfonso XIII, aquella vez en París y, al igual que el de Madrid, fallido.
Porque de telón de fondo está la situación política donde el anarquismo cobra fuerza y pone contra las cuerdas a los inestables y efímeros gobiernos que se dan en las últimas décadas del siglo XIX. Los anarquistas cuentan entre sus logros el asesinato de Cánovas del Castillo y el atentado en Barcelona durante la procesión del Corpus que provocó 12 muertos. En 1912 se apuntarían otro tanto al asesinar a Canalejas. A este respecto se hace una interesante reflexión cuando Mateo conversa con uno de sus mentores y se menciona la utilización de bombas como forma de lucha: “No se puede estar en contra de la explotación del ser humano en el trabajo y luego estar por poner bombas que explotan a la gente”.
De la obra de este escritor se dice que tiene influencias del esperpento de Valle-Inclán y del realismo sucio de Bukowsky. Desde luego esperpénticas y sucias son muchas de las escenas que describe, sobre todo cuando el teniente Beltrán se adentra en los círculos más sórdidos del Madrid proletario y donde, con total impunidad, el policía muestra su faceta más salvaje para arrancar a golpe de culata la información que busca. En algunos momentos la narración se vuelve bronca y árida, como si las bombas que se lanzan no solo estuvieran compuestas de pólvora sino también de resquemor, enfado e impotencia.
El propio autor en los agradecimientos cita a Arturo Pérez-Reverte que “le ayudó con la pólvora, la nitroglicerina y la mala leche necesaria para que esta novela estuviese documentada al dedillo”. Fue galardonada con el Premio Azorín de Novela en el 2008.
Un documento completo de un atentado que de haber tenido éxito habría cambiado el rumbo de nuestra Historia de manera radical. O quizás no. Quién sabe.
“Pólvora negra” más que una novela es "una zarzuela sangrienta que sirve para engordar la morcilla rancia de la Historia de España".
Kirke
Muy buena reseña, Kirke. No tenía ni idea del autor y la verdad es que el tema me resulta muy interesante. Algo he leído recientemente sobre este atentado. Creo que fue en "El anarquista que se llamaba como yo". Me la apunto para en breve porque me gusta lo que cuentas de mezcla entre Valle Inclán y Bukowsky.
ResponderEliminarUn beso y gracias por la recomendación.
Esta etapa de nuestra Historia es fascinante y anda un poco abandonada por parte de nuestros escritores patrios.
EliminarEste libro es muy interesante, por lo que cuenta y, sobretodo, por cómo lo cuenta. El estilo literario se sale de lo común y hay que leerlo con tranquilidad; esos saltos en el tiempo, a los que hago alusión, a veces son tan bruscos que me descolocaba un poco y tenía que volver a leer un fragmento para situarme correctamente en la línea temporal.
Como ya digo, una forma de escribir diferente que me ha gustado mucho.
Si lo lees ya nos contarás qué te parece.
Un beso.
Este es uno de los que no me vas a convencer para que lea pues ya lo tenía comprado, apuntado y preparado haaaace mucho para hacerlo, pero por las cosas del destino y del querer que dijo alguien, se fue quedando relegado sin pretenderlo.
ResponderEliminarAhora con esta reseña ya me has dado motivos para desempolvarlo y traerlo a la memoria de nuevo.
Gracias.
Un abrazo.
Pues ya que estás convencido para leerlo te haré una recomendación: cuando lo estés leyendo o una vez finalizado, y sabiendo que vives en Madrid, paséate por la zona donde ocurrió todo, mira los balcones e imagínate que viajas cien años atrás. Yo lo hice, y fue interesante.
EliminarSi además te pierdes por las callejuelas, como me ocurrió a mí, descubres que por esa zona hay mucha historia siniestra: a Canalejas lo mataron al lado de Carretas (eso sí lo sabía) pero en un callejón, a lado de lo de Alfonso XIII, a Juan de Escobedo (secretario de Juan de Austria) le dieron matarile unos sicarios (de eso me enteré cuando leí la placa que está en el citado callejón) y un poco más allá de Sol está la antigua calle del Turco donde se cargaron a Prim.
En fin, que te puedes hacer una ruta de los atentados patrios muy instructiva (y algo espeluznante).
Un beso.
Hay un libro editado que creo, sin mal no recuerdo: Sangre en La calle del turco.
EliminarGracias por la recomendación.
¡Sí! Lo leí hace años y me gustó mucho, por cierto. Gracias.
EliminarMe gusta el nombre y la portada tambièn. No conozco mucho sobre la historia de España, en ese sentido si serìa muy provechoso. Pero me llama la atenciòn por el tèrmino "esperpento" que hasta hace poco leì un artìculo dedicado a este tipo de literatura y me llamò mucho la atenciòn por los elementos caracterìsticos de ella.
ResponderEliminarMuy buen areseña.
Como le he comentado a Rosa, el estilo literario me resultó muy atractivo. Es diferente a lo que estoy acostumbrada a leer.
EliminarPuede que los hechos históricos a ti te resulten desconocidos pero aquella fue una época convulsa con muchos altercados que treinta años después desembocaron en una guerra civil.
Como decimos aquí: de aquellos polvos vienen estos lodos.
Un beso, Arethusa
Hola! No conocía este libro y la verdad es que no pinta mal pero por ahora con tantos pendientes lo dejaré aparcado.
ResponderEliminarMuy buena reseña como siempre!
Un beso!
Bueno, otra vez será, Beatriz.
EliminarUn beso
Excelente reseña, se nota que te ha gustado. Aborda una época histórica muy interesante, Eduardo Mendoza lo hizo para Barcelona (con su particular estilo) y ahora le toca el turno a Madrid. Y lo que me atrae es que no caiga en la clásica novela de género (con sus clichés), sino que se imponga un tono canalla, además con el beneplácito de Pérez Reverte e incluso, ¿dices realismo sucio? Esta novela la anoto sin dudarlo. Aunque me repite a veces, no es mal menú esa morcilla rancia llamada Historia de España (si va acompañada de unas cañas). Espero que esa denominación no se popularice entre mis alumnos, jajaja.
ResponderEliminarUn abrazo!
Esa época es interesante en cuanto que fue el caldo de cultivo de todo lo que vino tres décadas después. He de confesar que tuve que recurrir varias veces a los libros de Historia para refrescar mi memoria y ubicar adecuadamente cada episodio citado: la Gloriosa, la guerra de Melilla, los procesos de Montjuic y muchas cosas más. De todas formas me ha despertado las ganas de leer más sobre esa época.
EliminarEse realismo sucio a mí me impactó. Algunas escenas son muy sórdidas y violentas pero está escrito de tal manera que no son en absoluto chabacanas. Además todo lo cuenta con cierta socarronería y chispa.
Lo de la morcilla rancia son palabras dichas por el propio autor (se me olvidó entrecomillarlo pero ya he subsanado el error) y es la definición que el escritor hace de su novela en el epílogo.
Estas morcillas patrias que nos han tocado en el menú a mí también me gustan y con unas cañas para ayudar a pasar por el gaznate tanto guiso mal hecho.
Un beso, Gerardo.
¡¡Genial reseña, Kirke!! El libro, por lo que cuentas, tiene muy buena pinta. Me ha atraído mucho lo que dices del "picante repaso" a los componentes de la familia real, y también lo referente a las descripciones del Madrid castizo. A ver si me pongo las pilas y vuelvo a leer, llevo un retraso horrible porque me paso el tiempo leyendo blogs ;)
ResponderEliminarMe ha encantado. Mil besos
Con tantos blogs interesantes ya tenemos lectura más que suficiente, jajaja.
EliminarEl repaso de la familia real no tiene desperdicio; es como leer el Hola de principios del siglo XIX.
Cuando se hablaba de la madre de Alfonso XIII el autor la llamó Doña Virtudes, me extrañó porque yo creía que se llamaba María Cristina pero como mi memoria histórica no es buena pensé que era cosa mía. Pero de lo que sí estaba segura es que en España no habíamos tenido ninguna reina con ese nombre. Resulta que a María Cristina el pueblo la llamaba Doña Virtudes como burla: era muy virtuosa, tanto que el rey Alfonso XII prefería dejarla tranquila e irse de putas.
Ya te cuento que no tiene desperdicio.
Un beso, Chari.
He querido decir el Hola de principios del siglo XX (sorry)
EliminarOpino lo mismo que Chari, a ver si me hago con él también y lo leo porque pinta muy pero que muy bien. un beso Kirke. TERE.
ResponderEliminarEspero que te guste tanto como a mí. Es una lectura diferente y muy buena.
EliminarUn beso
Desde luego las frases del libro que nos transcribes no tienen desperdicio, ¡muy buenas!. Creo que el libro, cuyo autor no conocía hasta ahora, puede resultar instructivo y divertido. De paso, si de verdad está "documentado al dedillo", sirve para repasar la historia de España. ¡Me lo apunto sin dudar!
ResponderEliminarMuchas gracias, Kirke. Fantástica tu reseña, como siempre :)
Un beso!
Como me entró curiosidad, porque no estaba yo muy al tanto de ese hecho histórico, anduve mirando por otros libros qué se decía. Y hasta donde yo llegué todo lo que se cuenta en la novela es rigurosamente cierto. Incluso algunos personajes que yo creí inventados fueron reales, por lo que la novela roza la crónica negra.
EliminarUn besote, Julia.
Cuando empecé a leer esta completísima reseña bibliográfica, lo digo más que nada por la cantidad de detalles que nos aportas de este libro, pensaba ¡ufff, otra vez me he topado con la historia del anarquista que falló en aquel atentado de antaño al rey Alfonso XIII y otra vez teniendo que soportar a estos borbones que no han hecho otra cosa en este país que vivir a expensas del pueblo llano!... pero luego me he dicho "tranquila" lee lo que sigue y decides si este libro va a ser un buen tocho o no....ja,ja,ja pero mira tú por donde, Kirke, me has acabado convenciendo para que lo lea, gracias a todas estas anécdotas tan divertidas y curiosas que me han llamado bastante la atención.
ResponderEliminarBesos
Si todos los Borbones tienen la suerte de Alfonso XIII tenemos dinastía 'pa' rato (me pongo yo también castiza). Sufrió varios atentados y en ninguno le pasó nada, de él decían que tenía "baraka". Dado su mala aptitud para gobernar no creo que se pueda decir lo mismo del pueblo que tuvo que sufrir sus desaciertos.
EliminarEsta novela se sale de lo normal en cuanto que está escrita de una forma diferente. A mí, desde luego, me ha gustado mucho, pero ya sabes que sobre gustos no hay nada escrito.
Un besote, Estrella.
Kirke una buena reseña que nos invita a leer el libro , en mi casa creo que lo ha leído mi marido , Buscaré en las estanterías. Una brazo
ResponderEliminarSi te gusta la Historia te resultará muy didáctico pero además la forma de escribir se sale de lo habitual por lo que esta novela tiene un aliciente añadido.
EliminarUn beso y felicidades atrasadas (luego me paso por tu blog para felicitarte como te mereces)
Al final me liaste. Lo vi en la biblioteca y estoy con él. Es un poco sórdido, vaya pandilla de depravados: no se salva ni uno. Y como reparte a los Borbones (y a los políticos del turno y un largo etc.). A pesar de todo, es una lectura provechosa, me está gustando. Excepto lo del "plomo de sus ojos", si no ha aparecido quinientas veces por lo menos(y me quedan setenta páginas todavía). Saludos y gracias por la recomendación!
ResponderEliminarÁrmate de paciencia que el plomo de los ojos de Beltrán sale a relucir a todas horas. A mí también me pareció un poco cansino pero de tanto insistir creí que era una técnica narrativa o algo así. Veo que a ti también te ha puesto de los nervios.
EliminarMe alegro que te esté gustando, si ya estás casi por el final verás que la sordidez va en aumento.
Ya me contarás, cuando lo acabes, qué te ha parecido.
Un beso