Lost
in Atenas (Primera Parte)
Do you speak English?
Ayer anuncié que iba a contar mis desventuras debidas a mi poco conocimiento de los idiomas. No sabía qué regla seguir para elegir el orden de mis (pocos) viajes, si empezar por el viaje más antiguo o por el más reciente.
He decidido empezar por el viaje más peligroso: cuando fui a Grecia.
En aquel viaje mi vida en ningún momento corrió peligro, el que estuvo en grave riesgo fue mi matrimonio.
Desde adolescente siempre tuve en mente conocer Italia y Grecia, por lo del arte clásico. No sé muy bien de dónde me viene esta atracción porque soy de ciencias pero lo clásico siempre me ha gustado. A Italia viajé con unas amigas estando soltera pero Grecia quedó pendiente, al final la panda se disgregó y el viaje nunca se realizó. Recién casada y ya sabiendo que con las antiguas amigas ese viaje no se haría decidí proponérselo a mi flamante y recién estrenado marido.
Ya sólo el plantear el viaje supuso un enfrentamiento conyugal. Recuerdo que estábamos cenando en un restaurante y el diálogo más o menos fue así:
YO: ¿Qué te parece si este verano nos vamos a Grecia?
ÉL: (Con los ojos como platos) ¿A dóndeee?
YO: (Interpretando erróneamente su cara de extrañeza y creyendo que el bullicio de los otros comensales le había impedido oírme bien le contesto alzando la voz y vocalizando mucho más) ¡A Gre-cia!
ÉL: (Con los ojos como platos) ¡¿A Greeciaaa?!
YO: (Viendo que la cara de estupefacción no le abandonaba y descartada ya la teoría de la mala acústica pienso que ‘Grecia’ es también el nombre de algún planeta de una galaxia muy, muy lejana por lo que me apresuro a puntualizar) Sí, a Grecia, el país donde nacieron Aristóteles, Sócrates y Demis Roussos(*).
ÉL: (Descartando pararse a explicarme que me había entendido perfectamente desde el principio y yendo al grano con lo que le preocupa) ¿Pero tú sabes hablar griego?
Ahí me pilló. Ya he dicho que soy de ciencias y sólo estudié en un curso un poco de latín pero el griego ni lo toqué. Aunque tampoco es que me hubiera servido de mucho el estudiarlo porque lo que te enseñan en el bachillerato es griego clásico y no es igual que el que se habla en la actualidad. El caso es que no sé ni griego clásico ni moderno. Pero yo no me amilano fácilmente y aún tenía muchas balas en la recámara.
YO: Hombre, no sé hablar griego pero me imagino que al 90% de los turistas que visitan Grecia les pasa lo mismo y eso no les impide disfrutar de sus ciudades y monumentos.
Después de un tira y afloja donde yo me empecé a poner muy cazurra la conversación acabó así:
ÉL: Está bien, vámonos a Grecia pero tú te encargas de todo.
Esa frase la dijo con muy mala intención porque en esas pocas palabras iba agazapado un mensaje subliminar que yo interpreté perfectamente y que viene a ser “tú-te-encargas-de-todo-pero-como-algo-salga-mal-te-vas-a-acordar-del-viaje-toda-tu-puñetera-vida”.
El caso es que busqué un viaje organizado, algo que no me gusta porque prefiero viajar a mi aire sin estar sujeta a horarios ni itinerarios establecidos por otros, pero como no sé hablar griego…
El viaje consistía en 10 días conociendo el Peloponeso con un guía que nos acompañaría “full time” y 5 días en Atenas “libres” es decir, solos; sin guía ni nadie que nos acompañara. Y ahí radicó el error-problema, esos cinco días en Atenas pusieron a prueba la solidez de mi matrimonio y la paciencia de una servidora.
El avión aterrizó en Atenas una tórrida noche de julio con tres horas de retraso. Nada más llegar al hotel lo primero que quería era llamar a casa de mis padres para avisar que habíamos llegado bien –a principios de los 90 no existían los teléfonos móviles- y esto ya fue el primer escollo a salvar.
En la recepción esa noche estaba de guardia el único empleado del hotel que no sabía hablar francés –lo pude comprobar más tarde- ni por supuesto español. Dado que mi inglés por aquella época era demasiado malo para que me pudiera entender tuve que pedir una llamada internacional con gestos haciendo el ademán de coger un teléfono llevando la mano a la oreja con el dedo pulgar y el meñique extendido. No sé si en Grecia los teléfonos se usan de otra forma o el recepcionista era algo retrasado, el caso es que se me quedó mirando con cara de gremlin y se encogió de hombros. Menos mal que en Grecia los teléfonos suenan parecido a los de España porque cuando dije “riiiingg, riiingg” sí que me entendió y me pasó a la cabina que había en recepción dándome línea para comunicar con mi país. Durante todo el procedimiento de hacerme entender por el susodicho recepcionista tuve a mi querido esposo pegado a mi nuca diciendo por lo bajini: madre mía, madre mía.
En el traslado al hotel coincidimos con un matrimonio de Gijón, ellos, al contrario que nosotros no tenían cena incluida y querían comer algo por los alrededores y nos invitaron a acompañarlos. Era ya muy tarde, como las once y media de la noche, y mientras mi marido negaba con la cabeza y ponía cara de espanto ante la insólita invitación, yo aceptaba verbalmente. Como a mi marido no le vieron el gesto y en cambio a mí sí me oyeron nos fuimos los cuatro a conocer Atenas ‘la nuit’.
To be continued....
θα συνεχίσει....
(*) Demis Roussos no nació en Grecia, era hijo de griegos pero nació en Egipto. De esto me enteré mucho después. En el momento de aquella conversación yo estaba convencida de que era griego ese señor.
Kirke
Qué guasa tienes querida Kirke! Estaba emocionada leyéndote, casi como viendo pasar una película (comedia, te lo digo con cariño), pero cuando lo de tu marido diciéndote el 'madre mía' pegadito a tu nuca casi me parto de risa, buenísimo!
ResponderEliminarNo demores la continuación que supongo que promete ;-)
Kisses!! (No sé decirlo en griego)
Ya te digo que estas cosas con el tiempo se recuerdan con humor pero la verdad es que no hacerme entender ni siquiera por el recepcionista del hotel me pareció un inicio poco prometedor. Lo primero que pensé es que si en el hotel no me entendían qué iba a hacer en la calle cuando quisiéramos ir a comer.
EliminarBueno, eso ya lo sabrás cuando leas la continuación. Intentaré escribir la segunda parte esta semana aunque la tengo algo complicada porque este mes ya tengo que dar prácticas.
No sé cómo se dice 'beso' en griego pero buenas tardes es kalispera (no sé si es junto o separado) así que kalispera, Chelo.
Veo que la segunda entrega no se ha hecho esperar, pero de nuevo nos dejas en ascuas. Soy incapaz de rechazar una invitación, si me insisten un poco caigo. Creo que ese matrimonio de Gijón me hubiera enganchado, seguro. Veremos en qué acaba todo, jeje...
ResponderEliminarEstaba algo mosqueada por las tres horas de retraso del avión y mis ansias de recuperar el tiempo perdido se manifestaron al aceptar inmediatamente la invitación de los asturianos. La verdad, es que si se piensa con sensatez (como lo hizo mi marido) debería haber dicho que no.
EliminarYa te adelanto que no llegó la sangre al río.
Ostras! Gracias a ti acabo de descubrir que Demis Roussos es egipcio......muerta me he quedado, jaja. Esperaremos con ansiedad a ver qué tal os fue la cena, si estaba buena o no la moussaka.
ResponderEliminarBesos
Como nosotros íbamos con media pensión en el hotel teníamos una cena fría esperándonos en la habitación pero luego nos fuimos a acompañar a nuestros nuevos amigos de viaje a que cenaran. Te adelanto que no fue moussaka precisamente lo que comieron.
EliminarUn beso
Ay, Kirke, qué divertido. Lo cuentas todo de una forma tan graciosa que es imposible no soltar una carcajada, la escena del teléfono... impagable. Buenísimo, espero que llegue pronto la continuación.
ResponderEliminarUn beso enorme
Yo creo que el gesto que hice con la mano era perfectamente claro de que quería hablar por teléfono, pero no fue así. Menos mal que las onomatopeyas son iguales en todos los idiomas.
EliminarUn beso.
Ja,ja,ja.Espero que tu marido no lea esta entrada porque entonces tu matrimonio se rompe definitivamente.
ResponderEliminareres un aventurera. tú y De la Cuadra Salcedo hubierais hecho una pareja formidable.
Si es que cuando te desmelenas eres capaz de irte hasta al planeta lejano ese ¿Cómo se llamaba?...¡Ah! Grecia.
¡Genial! espero con ansía viva y aunque sea en inglés, francés o esperanto tu próxima entrada.
Besos
Tranquilo, mi marido después de sobrevivir a aquel viaje conmigo ya es capaz de aguantarme cualquier cosa. De hecho, me parece que si al terminar el viaje no me abandonó creo que ya no lo hará nunca (eso espero).
EliminarUn beso
Es curioso, Grecia fue mi primer viaje al extranjero y por la época del tuyo, debía ser 1989 en Semana Santa. También fue un viaje organizado (donde aprendí que viajes organizados, nunca mais).
ResponderEliminarYa había apreciado ciertos comentarios con guasa y humor en tus entradas, pero esta vis cómica que has manifestado en las dos últimas, no la sospechaba. Me muero de ganas de seguir con tus aventuras. Tu marido se tiene que divertir mucho contigo. ¿Él también tiene ese gracejo?
Un beso.
Aquel viaje fue en julio del 93, por cierto que hizo un calor de aúpa.
EliminarMi marido es bastante serio, conmigo más que divertirse se agobia porque me ve como una insensata redomada aunque luego se resigna y, como ya comprobaréis más adelante, acaba siguiéndome el rollo porque como él mismo dice: 'o te sigo o me divorcio y es menos traumático lo primero'. Un santo varón.
Hola! Para cuando la continuación??? jejeje! Me encanta lo que cuentas. A mi también me gustaría ir a Grecia, sobre todo a las Islas Griegas, sus playas me tienen hipnotizada (en fotos, jajaja)
ResponderEliminarUn saludo!
Las islas no las llegué a visitar. Sí que hubiera sido un colofón muy bueno para terminar el viaje: descansando en sus playas, pero el presupuesto no nos dio para más. Quizás en otra ocasión.
EliminarGracia es un viaje pendiente que tengo, lo ibamos a hacer ne familia cuando yo tenia quince años o así pero se complicaron las cosas y no pudimos hacerlo de modo que alguna vez me encantaría ir a Grecia, mis padres que si han estado dicen que es una maravilla.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho tu post y ya tengo ganas de leer la segunda parte. Me he reído y eso es de muy agradecer con tanta anécdota porque entre entender con el recepcionista y lo de la pareja y tú marido pegado a la nuca me he reído con ganas. un beso. TERESA Posdata: si tú marido entonces no te dejo, dudo que lo haga ahora.
A mí Grecia, a pesar del idioma y de otros impedimentos, me gustó muchísimo. El paisaje, las ruinas y la gastronomía son estupendos. Pero lo que más me gustó de ese país fue la gente. Los griegos son personas maravillosas, muy cordiales y generosas. Es una pena por todo lo que están pasando ahora.
EliminarAunque quizás este no sea un buen momento para ir allí te aconsejo que no dejes de conocer ese país, es fascinante.
Un beso
Grecia ains un fallo que es culpa del teclado te lo prometo, ains, no tiene perdón.
ResponderEliminarTranquila, se te entendió perfectamente. A veces nuestros dedos van por un lado y el teclado va por el suyo ;)
EliminarKirke me he reìdo con lo de ring ring jajajaja a mì em encanta la mitologìa griega y me quedo boquiabierta porque visitaste Peloponeso. NO sè si lo sabes, pero como dato curioso, de la mitologìa griega saquè mi nick Arethusa que es una ninfa que fue acosada por el DIos Alfeo de la regiòn del Peloponeso y para ayudarla, Artemisa la convirtiò en fuente de modo que huyera. Alfeo se transformò en rìo y llegò hasta ella.
ResponderEliminarGracias por sacarme una sonrisa hoy, mi San Valentìn no fue nada bonito y estoy bien sentida con mi esposo por eso. Asì que te entiendo completamente eso de poner mis nervios a prueba.
No tenía ni idea del origen de tu nombre. Ya tenemos otra cosa en común, pues Kirke es el nombre de una diosa de la mitología griega. Me encanta tu elección.
EliminarEl viaje por el Peloponeso fue muy bonito, guardo recuerdos preciosos de ese periplo.
En cuanto a las peleas maritales piensa que si no hubiera discusiones en un matrimonio sería un poco aburrido ¿no crees? Espero que tus nervios se tranquilicen y que tu esposo y tú os pongáis de acuerdo. O si quieres vengarte de él te lo puedes llevar a algún sitio donde ninguno de los dos conozcáis el idioma ;)
Un beso, Arethusa.
Kirke me ha parecido genial como lo explicas, fantástica esa expresión "tu te encargas de todo pero como algo salga mal...", jajaja, me ha parecido tan típico.
ResponderEliminarEstoy intrigada por esa cena en Grecia le nuit.
Y la llamada con el recepcionista "cazurro", a ver si los gestos del teléfono no eran igual en todo el mundo?
Intrigada me tienes, voy a por el III
Lo del recepcionista no auguraba nada bueno pero menos mal que el resto de los griegos que nos encontramos eran más espabilados.
EliminarUn beso.
Esto promete! jajajajjaa. No diré nada, me iré directa a la siguiente entrada que ya esta lista :)
ResponderEliminarBesos y risas, Kirke!!
Me alegra saber que mi humilde escrito te haya arrancado unas risas.
EliminarUn beso
¡joer, Kirke! eres la leche, contando tus anécdotas me he destornillado de la risa, seguiré leyendo la aventura de Gracia. Un abrazo
ResponderEliminarP.D. Muchas gracias por entrar en mi blog y compartir mis escritos, espero que llegue pronto el día 20 para poder comentaros en mi espacio vuestros comentarios, mientras te contesto por aquí, El teatro se llenó ayer con Buena Gente, hoy repiten sin tenerlo en cartel , la compañia ha podido quedarse un día más. Las entradas (15€) son las mas caras, las hay de (15, 12, 5€) y el día de la presentación fue gratis. A pesar del ser una actriz relevante los que componentes de la mesa eran gente de teatro, no eran menos. Tenemos entradas para esta tarde 8;30 empieza la función, yo entro a trabajar de noche y tendré que salirme sin terminar de ver la función , ya me enteraré como acaba y os contaré mañana. Estas Jornadas las esperamos los eibarreses que nos gusta el teatro como agua de mayo, El público responde muy bien con la asistencia. Un Beso.
Esos precios que comentas están muy bien y, aunque no es para acudir al teatro todos los días, se pueden asumir. Aquí, en Madrid, en algunas salas las entradas están a más de veinte euros y si es un musical ya ni te cuento, por menos de cincuenta no entras. Una barbaridad.
EliminarEspero que disfrutes de la función aunque no puedas verla hasta el final.
Un beso.