Leer, el remedio del alma

Leer, el remedio del alma
Imagen creada por Ilea Serafín

6 de noviembre de 2015

Los clásicos modernizados





   Hace tiempo que no iba al teatro, al menos al teatro profesional. Sí que me acerco de vez en cuando al Centro Cultural de mi barrio y allí asisto a representaciones de compañías de teatro de aficionados que interpretan generalmente obras de autores desconocidos y modernos.

    Pero a mí lo que me gusta es el teatro clásico, preferiblemente el del Siglo de Oro, es decir, Calderón de la Barca, Lope de Vega y compañía. No sé si se debe a que en el colegio esas eran las obras a las que asistíamos y las que nos tocaba representar como ejercicio de memoria y en mi caso de sufrimiento pues lo de subirme a un escenario no me gustaba nada. Eso de ser actriz no es lo mío; lo mío es ser espectadora porque me gusta el teatro, el clásico repito.

    Por eso aprovechando que están representando en mi ciudad "El burlador de Sevilla" creí que era una buena ocasión para disfrutar del teatro tradicional. Además la representación se hace en el Teatro Español, un maravilloso edificio que fue el asentamiento del legendario Corral de la Pacheca donde ya se interpretaban obras en el siglo XVI. En fin que la cosa prometía.

    Nada más subir el telón -y esto es un eufemismo porque para empezar no había telón- el primer mosqueo es ver que ninguno de los actores iba vestido de la época en que se desarrolla la acción. Esto ya me puso en guardia. Lo demás fue un sinsentido tras otro -y me estoy refiriendo exclusivamente a la puesta en escena- desde ver a Ana de Ulloa vestida con liguero y picardías hasta escuchar música funky (o algo parecido, desde luego música de cámara no era) en la boda de Aminta pasando por unas proyecciones en el fondo del escenario donde se veían imágenes de distinta índole como espermatozoides alrededor de un óvulo o el (apasionante) recorrido del líquido seminal por el conducto deferente camino del glande y esto por decirlo de una manera fina que mi compañero de al lado lo expresó de una forma mucho más castiza y ordinaria. Pero nada tan impactante como ver bailar salsa a don Juan; esa escena me impresionó tanto que se ha quedado grabada en mi retina y no sé si algún día seré capaz de recuperarme del espanto. Afortunadamente las espadas eran del tipo toledano y no espadas láser, menos mal.



    Quizás yo soy demasiado tradicional o algo carca pero me pregunto ¿qué hay de malo en representar los clásicos 'clásicamente'? (valga la redundancia), ¿por qué no se puede ver una obra de este tipo en el formato que fue creada?  Un amigo mío me dice que yo soy más de corral de comedias que de teatro. Será. Yo siempre he sido muy del vulgo -vulgar- y me gustan las cosas del pueblo, de ese pueblo para el que fueron escritas estas obras de teatro precisamente.

    Por suerte los versos de Tirso de Molina eran los de siempre y los actores estupendos por lo que con cerrar los ojos y sólo escuchar sus maravillosas declamaciones la magia de las estrofas se podía disfrutar en toda su plenitud, una auténtica delicia.
      
    No sé si estas innovadoras/chocantes puestas en escena pretenden actualizar obras que ya son conocidas y poner un punto de novedad para no hacerlas repetitivas pero el caso es que a mí me impactan negativamente y me descolocan de la época y el lugar del drama. A mí lo de actualizar o modernizar lo que, desde mi punto de vista, no lo necesita no me acaba de convencer y eso que, en el caso que nos ocupa, reconozco que algunas secuencias escenificadas de forma alegórica y ecléptica me gustaron mucho.

    Con todo y con esto he vuelto a revivir la magia del teatro y pienso repetir. Quiero ir al Teatro de la Comedia que han vuelto a abrir después de unos años de rehabilitación -espero que en esas obras no hayan cambiado las butacas por cojines o algo así- para ver El alcalde de Zalamea, otro clásico. Ya curada de espanto estoy dispuesta a encontrarme cualquier cosa mientras me respeten a Calderón. 

   Parafraseando a Tirso de Molina que escribió "Mal haya la mujer que en hombres fía" yo voy a decir: "Mal haya el espectador que en teatro clásico actual fía".

Kirke  

23 comentarios:

  1. Bueno Kirke yo creo que la vulgar no eres tu, a mí también me resultaría de mal gusto, esperaba una experiencia más positiva en el teatro. Acá este tipo de expresión cultural está muy descuidada pero sin duda es mejor nada que algo tan corriente, porque si se trata de llegar a públicos más jóvenes, lo que están logrando dejar en la memoria de otras generaciones no es la excelencia de un clásico sino desvirtuar una obra de arte en una producción del montón.

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    1. Yo no sé si este tipo de escenografía desvirtúa la obra. A juzgar por la media de edad del público yo creo que todos conocíamos previamente la obra de Tirso y no nos deformó la visión de don Juan.
      Sí que es posible que en los más jóvenes, y si no han visto otras versiones más clásicas puede distorsionar algo aunque en los colegios aún se estudia y se lee "El burlador de Sevilla".
      También es verdad que le pregunté a mi hija si se imaginaba a don Juan así y me dijo "para nada" a lo que yo le contesté "me da que Tirso de Molina tampoco"

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  2. Estoy totalmente de acuerdo. Últimamente cada vez que he ido al teatro me he encontrado con despropósitos similares. Voy poco. Me pone nerviosa oir mal, ver mal, etc. Cosas que con el cine no pasan pues tienes asegurado el sonido y, si no es excesivamente alto el señor de delante, la vista. En el teatro te puede pasar cualquier cosa y encima luego eso, que Don Juan baile salsa. Yo también soy vulgar. Don Juan con jubón acuchillado y calzas, por favor.
    Muy buena entrada.

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    1. Por otra parte, no quiero ser injusta. Tal vez pueda ser un problema económico: el picardías sale más barato que la basquiña y el guardainfante y no están las compañías de teatro sobrantes de presupuesto. Pero preferir, prefiero lo clásico, clásico.

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    2. Pues mira en esta versión no habrías tenido problemas ni de visión ni de audición porque en determinadas escenas alguno de los personajes o el tramoyista salía con una cámara de vídeo que grababa a los actores y salía proyectado en la pared del fondo del escenario y además todos los actores hablaban con un micrófono en la mano y no uno de los inalámbricos sino de los de antes, de los que tienen cable (que por cierto los cables estuvieron a punto de costarle un disgusto a uno de los bailarines).
      Esto de los micrófonos no sé si es cosa del escenógrafo o de los recortes en cultura que no dan para micros de diadema. Aunque si se hubieran utilizado estos últimos habría sido curioso saber dónde se iba a colocar el emisor de petaca don Juan cuando sale desnudo.....

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  3. A mi la actualización de clásicos no me desagrada siempre y cuando aporte algo al texto para enriquecerlo y no sea mero maquillaje para llamar la atención.

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    1. De acuerdo contigo en actualizar pero hasta cierto punto y siempre que aporte algo como tú bien comentas.
      Por ejemplo me gustó que para escenificar la pérdida de la virginidad de una novia a manos de don Juan saliera un velo blanco en el que aparecía una mancha roja, o eso interpreté que yo para captar mensajes subliminales soy algo torpe.
      Pero, en cambio, todavía me estoy preguntando qué pinta don Juan bailando salsa en una playa de Tarragona a no ser que en lugar de música salsa fuera una rumba catalana que yo en ritmos musicales soy igual de torpe que con las indirectas.
      Quizás sea yo la que se tiene que actualizar.
      Un beso, Chechu, y encantada de leerte por aquí.

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  4. Me apunto a la vulgaridad. ¡Pobre Tirso! No estoy en contra, ni mucho menos, de versiones actualizadas de la escenografía, porque es lo normal e incluso lo deseable, pero la puesta en escena no es lo mismo. Sobre todo si, para ser más comercial, recurre a trucos tan baratos. ¡Vivan los corrales de comedias! ¡Viva el teatro! ¡Vivan los clásicos! Hale, ya paro de lanzar "¡vivas!".

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    1. ¡Viva! ¡Viva!
      Si la explicación a tanta innovación es que con la versión clásica el público no va al teatro yo creo que muy cierta no es y lo digo porque los comentarios del resto de los espectadores al salir de la sala eran muy parecidos a los míos y a los que la mayoría habéis vertido aquí.
      Carmen, tendremos que buscarnos una máquina del tiempo y viajar al siglo XVII para ver el teatro como nos gusta (o buscar viejas grabaciones de representaciones antiguas)
      Un beso.

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  5. Yo lo siento pero me has hecho mucha gracia con el tono que has empleado, Kirke, qué guasa tienes...Mira que ir al teatro y cerrar los ojos ;-)

    Bueno, yendo al tema, yo creo que a veces de tanto querer innovar lo clásico y pretender ser original a costa de todo, se acaba cayendo en eso que no sé si llamar "cutre".
    Yo cuando me pasan estas cosas siempre pienso "¿seré yo que no sé apreciarlo?", pero veo que tenemos algo (más) en común.

    ¡Besos! y espero que te recuperes pronto del disgusto

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    1. Te confieso que no todo el rato cerré los ojos porque la forma de moverse y los gestos de los actores era muy buena y demostraba, al igual que la declamación, que son extraordinarios artistas (eso y que don Juan estaba de muy buen ver, todo sea dicho).
      De todas formas la obra me gustó mucho porque Tirso de Molina es tan bueno que ningún aparato genital masculino proyectado en una pantalla puede hacerle sombra.
      Lo de "¿seré yo que no sé apreciarlo?" me lo pregunto muchas veces cuando voy a exposiciones de arte moderno y ahora también cuando voy al teatro.
      Un besote, Chelo.

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  6. Coincido contigo en ser "tradicional", Kirke. Alguna vez he estado en el teatro para ver una supuesta representación en la que al final cualquier espectador podía verse arrastrado al escenario y el guión parecía improvisado a cada momento. Lo odio, para mí ,y ya sé que seguramente resultaré una bruta inculta, eso no es teatro. A mí me gusta sentarme en mi butaca y observar, oir, meditar y disfrutar. Me gusta que los actores actúen y que la obra se represente tal cual la concibió su autor.

    En tu caso, por lo que veo, aunque algo "decepcionada" estás dispuesta a repetir. Espero que la experiencia te resulte gratificante y sobre todo espero que nos la cuentes :))

    Me ha gustado mucho tu entrada. Siempre es un placer leer puntos de vista y experiencias tan bien relatadas.

    Un beso y feliz viernes!!

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    1. Otra cosa que aprendí en esta función es que te tienes que estudiar la obra antes de ir a verla porque en determinado momento don Juan salió al patio de butacas y tomando la mano a dos espectadoras las hizo terminar los versos que él iniciaba. De hecho una no se los sabía y se los tuvo que 'soplar' el de al lado (la pobre quedó fatal).
      Eso de interactuar con los espectadores puede estar bien pero a mí que me gusta pasar desapercibida si se me acerca un actor y me hace subir al escenario.......
      Otra cosa que he aprendido para evitar situaciones incómodas: las próximas entradas las saco en un palco o mejor en el entresuelo que es más barato.
      Un beso, Julia

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  7. La verdad es que tengo pocas oportunidades de ir al teatro y menos en un edificio tan impresionante (¿es el de la foto, no?), el corral de comedias de Almagro me pilla cerquita, eso sí, pero no veas como se pone en el mes de julio. Me ha gustado mucho tu crónica, supongo que la actualización de los clásicos es inevitable, pero en este caso no se hizo con buen gusto, por lo que cuentas. Quizá es una forma de que hablen de uno, de llamar la atención, que es lo que se suele buscar con la provocación. Si hubiera sido una representación al uso nadie estaría hablando de esta adaptación y sus responsables.
    Un abrazo!!

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    1. Acudir a una representación en el corral de comedias de Almagro es uno de mis sueños que de momento no puedo realizar porque como tú comentas se pone de bote en bote y no hay manera de pillar entradas, al menos con poca antelación que es cuando yo decido ir.
      Desde luego este tipo de montajes son polémicos, el que así consigan publicidad no lo tengo yo tan claro porque si bien me gustó la obra (el mérito es de Tirso y los actores) salí con un regusto amargo por culpa de la puesta en escena.
      En fin, nada es perfecto y supongo que a alguien le gustaría completamente.
      P.D. Sí, la foto que aparece al principio es el Teatro Español, una auténtica preciosidad.

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  8. ¡Pues yo también me apunto a lo del vulgo! ¡Que no lo vulgar en cuanto a grosero se refiere!
    donde haya una buena versión original que se quiten las versiones post-modernistas y alegóricas.
    Si voy a ver una obra de Calderón o a Tirso o del señor Lope de Vega voy a eso. No a cualquier puesta en escena de algún genio que quiere innovar sentidos o realzarlos con espermatozoides y aparatos genitales variados...Y lo de la salsa y Don Juan...¡Sin comentarios! esta nmo la verá seguriiiiisimo.
    Besos y gracias por tu humor y el sobre aviso.

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    1. Yo también prefiero el producto tal cual salió de fábrica, sin añadidos ni transformaciones.
      Si Tirso hubiera visto esta versión me parece que se hubiera vuelto a la tumba en compañía del convidado de piedra.
      Creo que si pudiéramos viajar a los corrales de comedias de antaño seríamos legión.
      Un abrazo.

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  9. Hola Kirke acabo de descubrir tu blog, me gusta. He leído la entrada. Realmente son obras que solo grandes amantes del teatro clásico se permiten adaptarla a estos tiempos, conocen su esencia. Por lo general el escenario es muy sencillo porque es el personaje (con ese vestuario del siglo de Oro) el que llena el escenario. No soy muy entendida pero si he visto alguna obra. Y coincide que es con el Corral de Comedias de Almagro con los que he disfrutado más este teatro. Ellos continuamente representan en Almagro su página es www.corraldecomedias.com, el director de la compañía Antonio León, un entrañable conocido, no tendría ningún problema en reservarte un silla en ese lugar fantástico que merece la pena visitar. Un saludo y te sigo

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    1. Si tengo ganas de ir al corral de comedias de Almagro es por poder respirar la esencia misma del teatro clásico porque me temo que en otros lugares el ansia de innovar no es precisamente acertado.
      Gracias por tu visita y yo también te sigo. Nos leemos.
      Un abrazo.

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  10. Hola! La verdad es que a mi me encanta el teatro pero suelo ser más de cosas modernas y sobre todo, musicales, me encantan, me apasionan y los podría ver 1000 veces (si tuviera pasta, jajaja).

    Me alegra que hayas ido al teatro y te haya gustado.

    Un saludo!

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    1. A mí también me gustan mucho los musicales pero tienen unos precios las entradas que parece que vas a comprar el teatro en lugar de una localidad.
      Hace un montón de años que no voy a uno precisamente por eso. Por cierto, fue uno que se llamaba "Mar y cielo" de la compañía Dagoll Dagom y en ese caso la escenografía fue de lo más original y aunque vanguardista muy acorde con la época; la obra iba de piratas y pusieron un galeón dentro del escenario donde los cantantes/actores se movían entre jarcias y velas que más que bailar lo que hacían eran verdaderas acrobacias. Me encantó.
      Un beso, Beatriz.

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  11. Me gusta el teatro, aunque no tanto el clásico, pero reconozco que tienes razón, es difícil ver últimamente una representación teatral de una obra clásica representada clásicamente. Aunque creo que pueden convivir perfectamente tearro clásico y contemporáneo, se tiende a hacer versiones libres de las obras clásicas...

    Un abrazo

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    1. El problema de las versiones libres es que utilizan tanta libertad en los cambios que, en algunos casos, cuesta trabajo reconocer la obra de la que parten.
      En este caso los versos de Tirso permanecieron tal cual fueron escritos y fue de agradecer.
      Un abrazo.

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Hada verde:Cursores
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