De un tiempo a esta parte tengo la sensación de estar gafada, en cosas sin excesiva importancia pero gafada al fin y al cabo. Yo siempre he dicho que la Ley de Murphy -
si algo puede salir mal, saldrá mal-conmigo no se cumple, se ensaña. O lo que es lo mismo, que tengo muy mala suerte.
Esto ya me viene desde pequeñita, en el colegio cuando nadie quería salir voluntario a la pizarra y se echaba 'a suertes' siempre me tocaba a mí. Una vez se eligió quién sería el delegado de curso por fecha de nacimiento, el más joven se llevaría 'el premio' y me tocó a mí; teniendo en cuenta que nací en agosto ya hay que tener mala pata para que en una clase con cuarenta alumnos no hubiera ninguno que naciera en el último cuatrimestre del año.
Pero últimamente creo que este mal fario es más acusado que nunca. Ayer sin ir más lejos; mi jefe quería que 'alguien' se encargara de analizar unas estadísticas bastante complejas -un marrón en toda regla- y resulta que de las diez personas que componemos el grupo de investigación la única que estaba en el laboratorio en ese momento era yo. Toma Ley de Murphy.
Tengo varias amigas aficionadas a la astrología y aunque saben que yo no soy supersticiosa, porque pienso que trae mala suerte, se atreven a darme consejos para paliar mi mala fortuna. Una de ellas me recomendó que mirara mi carta astral para seguir los dictámenes de las estrellas y los planetas que, según ella, saben mucho más de mí que yo misma. Para estas esotéricas amigas hay que seguir eso de "
conócete a ti mismo y así podrás gobernarte adecuadamente" pero a través de los astros porque si no estás en armonía con el cosmos la energía no fluye. Es decir, que si Júpiter va para un lado y yo para otro lo tengo crudo.
Total que me puse a buscar según mi horóscopo qué me deparaban los planetas, o las estrellas, que no tengo yo muy claro quién manda más. Pero como soy una cotilla redomada en esa búsqueda me di cuenta que hay varios horóscopos y que según cada uno yo soy de una manera diferente. Y claro, ante esta situación me pregunté ¿y ahora qué hago? porque cada uno muestra una información distinta y no sé yo a qué se debe, si a que los planetas van por su cuenta -las órbitas que siguen le han quitado el sueño a más de un astrónomo- o que las estrellas brillan de diferente manera según quién las observe.
Resulta que para el
horóscopo celta mi símbolo es un pino o un salmón -hay varias versiones por lo que se ve-.

"Los
Pinos son personas a quien les encanta las compañías agradables, no son nada narcisistas, son sofisticados y naturales. Intentan hacer de su vida un lugar muy confortable.
Los nativos bajo el pino son muy resistentes a los contratiempos, valientes, despreocupados y un tanto reservados, aunque muy buenos compañeros de
trabajo. Su filosofía de la vida les asegura muchos éxitos siempre que sean constantes".

"El
Salmón suele sumergirse profundamente en sus aguas interiores en busca de inspiración, visiones brillantes y perspectiva de ensueño. Es naturalmente intuitivo aunque no suela aprovecharlo. Tiene una visión única del mundo que lo puede hacer uno de los mejores artistas, poetas o visionarios de su comunidad".
Para el
zodiaco chino yo soy un tigre.

"En China, el
tigre es un animal sagrado capaz de ahuyentar a los espíritus malignos y cazador de demonios. Para los orientales, es símbolo de fuerza y proezas, representa la montura de los dioses."
Según los
astrólogos egipcios estoy bajo el signo de
Horus.
"Sin llegar a excederse disfrutan de los placeres de la vida, son magníficos anfitriones porque también
son muy trabajadores. Están dispuestos a asumir cualquier responsabilidad y a brindar todo tipo de ayuda, los trabajos con sacrificio no les asustan, ya que parecen haber sido creados para eso, sin embargo no les gusta destacar y tratarán de pasar desapercibidos".

Para los
aztecas sin embargo me corresponde el símbolo de una casa.
"La
Casa es símbolo de maternidad y la seguridad familiar, por lo que en la cultura azteca solían identificarse con las madres. Éstas, cuando ya no parían más hijos, se marchaban al Oeste en busca de un refugio donde afrontar su vejez. Pero no se marchaban solas, pues llevaban consigo la cultura y la tradición; por eso seguían siendo respetadas hasta que morían."
Para el
horóscopo occidental soy Virgo (horóscopo, repito)
"Un
Virgo es conservador,
muy trabajador y perfeccionista y tiende a preocuparse demasiado. Su lado meticuloso puede llevarle a ser excesivamente crítico y duro con los demás. A los virgo les disgusta la suciedad, el desorden, el peligro, las personas vagas y la incertidumbre."

He ido analizando todos y cada uno de estos horóscopos y no me reconozco plenamente en ninguno. Una de dos, o esto es una tontería o a mí me engañaron con la fecha de mi nacimiento.
Por deformación profesional y para aclararme las ideas he ido desechando lo que no me cuadra en absoluto y el primero en caer ha sido el tigre chino. A mí eso de ser montura de los dioses no me gusta nada de nada; conociendo mi mala suerte seguro que me toca Buda con lo gordo que está y me dejaría la espalda hecha puré aunque para tranquilizarme mi amiga esotérica me ha advertido que Buda no es un dios. Por si acaso fuera horóscopo chino.
El segundo en caer ha sido el azteca porque lo de servir solo para parir y luego mandarme al oeste -¿desde México el oeste es China?- no me atrae, a ver si allí, en el oeste me vuelvo tigre y me convierto en la montura de un dios (seguramente Buda aunque no sea un dios). Fuera horóscopo azteca.
El salmón también lo he desechado porque esa faceta visionaria que se le presupone yo no la tengo. Sí que tiendo a tener visiones o más bien visión borrosa si me sumerjo durante mucho tiempo en el agua pero yo creo que más que por el horóscopo es por la hipoxia. El salmón también fuera.
Así que creo que soy una mezcla de Pino, Horus y Virgo (de horóscopo). He visto que el denominador común es que soy una persona trabajadora así que me parece que ya puedo despedirme de mi sueño de que me toque la lotería algún día para dedicarme a "
il dolce far niente" porque voy a tener que currar hasta la jubilación.
Haciendo un compendio con estos tres horóscopos he intentado extraer enseñanzas que mejoren mi mala suerte y me he liado un poco porque no sé muy bien cómo utilizar toda esta información para librarme de los marrones que me caen constantemente.
Así que dado que ni las estrellas ni los planetas me dan soluciones he decidido pasar de las trayectorias planetarias y seguir la dirección que a mí me parezca, preferentemente la contraria a la que lleve mi jefe cuando se acerque al laboratorio.
Kirke