Muchos conocen las aventuras que vivió Don Quijote pero no tantos saben que su creador no anduvo parco en ellas y también tuvo una buena dosis de emoción en su vida. Como un homenaje más a Miguel de Cervantes, aquí van unas cuantas aventuras que él mismo experimentó.
Para empezar, y por si algún riguroso lector me pone pegas, aclararé que probablemente Miguel de Cervantes no fue hidalgo. Si nos atenemos al término “hidalgo”, éste implica nobleza o, al menos, riqueza. Ninguna de estas dos cosas las tuvo Cervantes, pero he querido hacer un paralelismo con su principal creación y le he ascendido de clase social. Espero que se me perdone la licencia.
Cuando Cervantes tiene 22 años se le intenta apresar por herir en duelo al maestro de obras Antonio Segura. Este dato es cuestionado por algunos historiadores, pero coincide que en esas fechas nuestro protagonista se marcha a Italia y la razón de su viaje a ese país bien pudiera ser el huir de la justicia.
El caso es que en 1569 llega a Roma. Toma plaza de soldado en la compañía del capitán Diego de Urbina, en el Tercio de Miguel de Moncada. Embarca en la galera Marquesa, y el 7 de octubre de 1571 participa en la batalla de Lepanto, "la más alta ocasión que vieron los siglos pasados, los presentes, ni esperan ver los venideros", formando parte de la armada cristiana dirigida por Juan de Autria, el hermanastro del rey Felipe II.
En 1571, Miguel es un soldado bisoño y su cometido consiste en arrojar piñas incendiarias desde el esquife de la nave para proteger a los arcabuceros. Los que se encargaban de estas tareas se encontraban en una de las partes del barco más expuestas a la artillería y sufrían con frecuencia heridas de bala. Cervantes recibió una bala en el pecho y otra le seccionó un nervio, dejándole inútil la mano izquierda.
Se cura en Messina de sus heridas. Allí don Juan de Austria le premia, por su valerosa intervención en la batalla, con tres escudos y le nombra soldado aventajado (una especie de cabo).
Cuando regresa a España a bordo de la nave Sol, Cervantes sueña con la posibilidad de que le sea concedida la patente de capitán y llegar así al más alto rango militar al que puede acceder. Pero, una vez más, la suerte le da la espalda y muy cerca de Cadaqués, su embarcación es atacada por una flota turca comandada por Mami Arnaute. Miguel, junto a todos los integrantes de la nao, incluido su propio hermano Rodrigo, es apresado.
Es llevado a Argel, por entonces un auténtico nido de piratas que llegó a tener más de 25.000 presos cristianos. Para desgracia del entonces aún soldado, lleva en su poder unas cartas de recomendación de don Juan de Austria y del Duque de Sessa, esto les hace pensar a sus captores que Cervantes es un personaje importante de rica familia y del que se puede obtener un sustancioso rescate. Por eso la cantidad que piden por su libertad es de 500 escudos de oro, una auténtica fortuna.
Su cautiverio duró cinco años, pero durante este período Cervantes no se resignó a su destino e intentó fugarse en cuatro ocasiones. Los cuatro intentos acabaron en fracaso.
El primer intento de fuga falló porque el moro que iba a guiar hasta Orán a Cervantes y a sus compañeros de evasión, los abandonó a la primera de cambio. Los huidos regresaron a Argel y allí fueron encadenados y sufrieron una mayor vigilancia.
Mientras, la madre de Miguel y Rodrigo, intenta reunir la cantidad de dinero para poder liberar a sus hijos. Después de muchos esfuerzos consigue bastantes ducados pero no son suficientes para rescatar a los dos vástagos. Miguel renuncia a su propia libertad para ceder el puesto a su hermano.
Sin embargo, Rodrigo lleva un plan ideado por su hermano para liberarle a él y a catorce compañeros de cautiverio. El plan consiste en que Miguel y los otros presos se reúnan en una cueva cerca del mar, y allí esperarán la llegada de una galera española que los recogerá. Una vez más, con saña infinita, la mala suerte se ceba en Cervantes, porque la galera cuando estaba acercándose a la playa es apresada. Los presos huidos también fueron capturados. Parece ser que el fracaso de este segundo intento de fuga se debió a la delación de un traidor.
Cervantes se declaró responsable único de este segundo intento de huida y el gobernador turco, Azán Bajá, lo encerró en su propio presidio durante cinco meses y encadenado hasta las cejas.
Pero Cervantes no tira la toalla y todavía insiste en su idea de escapar. En esta tercera ocasión, el plan consiste en llegar por tierra a Orán, una plaza española. Como necesita guías, y a ser posible, de los que no les dejen en la estacada como en la primera fuga, le escribe unas cartas al general de dicha plaza, Martín de Córdoba, para que les suministre exploradores. Dichas cartas se las confía a un moro y éste es apresado. El plan se va al garete. Por este tercer intento, Cervantes fue condenado a dos mil palos de castigo. Un castigo que no llegó a recibir porque hubo intercesiones a su favor y Miguel se libró del apaleamiento.
Dicen que no hay dos sin tres, pero para Cervantes parece que no hay tres sin cuatro, porque, y a pesar de las malas experiencias, intenta una cuarta vez la escapatoria. Se puede tildar a este personaje de muchas cosas pero de falta de moral no, desde luego.
En este cuarto intento el plan consistía en entregar una suma de dinero elevada a un mercader veneciano para conseguir una fragata en la que transportar a muchos cautivos más. Entre estos cautivos se encontraba un ex dominico, Juan Blanco Paz, que se chivó al gobernador turco a cambio de un escudo y una jarra de manteca. Hay algunos que valen tan poco, moral y físicamente, que son capaces de vender a cualquiera por una miseria. El caso es que tampoco funcionó este plan. Y ya van cuatro.
Azán Bajá, el gobernador, más que harto de la rebeldía de tan obstinado cautivo, decidió trasladar a Cervantes a una prisión de alta seguridad, esta vez en su propio palacio.
Mucho se ha hablado y escrito de por qué Cervantes no fue castigado más severamente. Lo habitual en estos casos es que el que dirige la evasión, y más si es reincidente, sea condenado a muerte. Cervantes, sin embargo, sobrevivió a tanta intentona de escape. Algunos piensan que Bajá sentía cierta predilección por el escritor; una predilección que no tenía nada que ver con su forma de escribir, y que explicaría que no fuera ejecutado a pesar de su actitud rebelde. Algunos van más allá e insinúan que la atracción fue mutua.
El propio Lope de Vega –que le tenía una tirria espantosa a Cervantes– le dedicó unos versos bastante ofensivos:
¡Honra a Lope, potrilla, o guay de ti!
que es sol, y si se enoja lloverá;
y este tu don Quijote baladí
de culo en culo por el mundo va
vendiendo especias y azafrán romí
y al final en muladares parará.
No seré yo quien cuestione a los eruditos de la Historia, pero a mí, francamente, cómo consiguió salvar el pellejo Cervantes o con quién se acostaba, me importa un ardite. Lo que realmente me interesa es que logró conservar la vida y así pudimos todos disfrutar de las maravillosas obras que después escribió.
Nunca sabremos si Cervantes habría seguido intentando escaparse porque, afortunadamente para todos, los padres trinitarios consiguieron por fin recaudar los 500 escudos de oro y así pudieron rescatar a nuestro protagonista.
El 19 de septiembre de 1580 Cervantes es liberado. Llega a España el 24 de octubre del mismo año. Termina así un período de suplicios, torturas y penalidades que tanto le marcaron y que, a la postre, sirvieron para inspirar algunos de sus mejores textos. No hay mal que por bien no venga.
Está claro que la vida de Cervantes fue azarosa y llena de aventura. Tantos intentos de fuga son dignos de un buen guion cinematográfico pero es que, además, demuestra el talante rebelde e inconformista de este maravilloso escritor. Su defensa y alabanza de la libertad se manifiesta en muchas de sus obras.
Quizás estas palabras sobre la libertad adquieren mucho más sentido sabiendo que quien las escribió vivió muchos años desposeído de ella:
Don Quijote de la Mancha. Segunda Parte, Capítulo LVIII |
Doy gracias a los cielos, al gusto peculiar del gobernador turco o a la divinidad pertinente, por haber permitido que Miguel de Cervantes sobreviviera a tanta adversidad. Todos hemos de agradecer que no fuera ejecutado por ser tan pertinaz en escaparse, pues, de lo contrario, hoy no podríamos disfrutar de una de las mejores obras de la literatura: el Quijote. Y yo, además, tendría un héroe menos al que admirar.
Kirke
Otras publicaciones para conmemorar el IV Centenario de la muerte de Cervantes:
Miguel de Cervantes
El Quijote y yo
Miguel de Cervantes
El Quijote y yo
Vaya que parece un tipo para admirar. No leí El Quijote y la verdad es que no me llamó nunca. Lo que te puedo decir que acá tengo más info que la wiki.
ResponderEliminarFenomenal.
Saludos.
La vida del creador del Quijote también estuvo llena de aventuras y creo que eso influyó mucho a la hora de imaginar el perfil de sus personajes. Por desgracia, en su país de origen muy pocos saben de su vida (y mucho menos de su obra).
EliminarSaludos.
Hola!!!!!
ResponderEliminarSabes que Cervantes y yo no somos muy amigos pero me guardo el post para mi hija, está preparando unas cositas que ya contaré sobre Cervantes(está claro que los gustos o nogustos no siempre se heredan) y este post es buenísimo para complementar lo que tiene.
Y ahora tengo que confesar que creo que mi problema fue que leí El Quijote, Las novelas ejemplares y Los entremeses muy pronto, porque ahora ya no lo veo igual, y veo que mi hija, al haberlo leídoun poco más mayor lo ha cogido con gusto.
Un besito y entre todos y poco a poco me estáis reconciliando con Don Miguel(según mi hija Lope escribía para el populacho y con populismo, como muchos políticos de ahora, diciendo lo que la gente quiere oír, jejeje).
Besos y muy feliz finde.
Lope de Vega escribía para el público que iba a ver sus comedias y alcanzó mucha popularidad; creo que eso no resta mérito ni calidad a sus obras. El estilo de Cervantes quizás pueda considerarse más refinado, pero El Quijote también estuvo destinado al pueblo llano.
EliminarPor lo que he leído al respecto creo que la enemistad que mantuvieron estos dos geniales escritores se debía a celos profesionales y personales (Lope también fue soldado pero no se destacó por su valentía, como Cervantes en Lepanto). En el mundillo literario, como en tantos otros, hay mucha envidia y algunos se ensalzan a sí mismos denigrando al oponente.
Me alegra que esta humilde publicación le pueda ser de ayuda a tu hija en el trabajo sobre Cervantes.
Espero que tu amistad con don Miguel vaya aumentando y si no ya me encargaré yo de que sea así ;)
Un besote, Gema.
Siiiii a todo, le ha servido y siiiii a mi amistad con Don Miguel, te diré que estoy leyendo El juez de los divorcios, lo que jamás creí que haría y me doy cuenta de que en mi caso la edad fue condicionante, y mira que leía cosas para gente mucho mayor, pero esto ya era demasiado.
EliminarBesos.
Bienvenida al club de fans de Miguel de Cervantes, Gema.
EliminarBesos
Genial tu entrada, amiga. Con gracia, con ternura y con un lenguaje digno del mismísimo Cervantes. Poco a poco, a base de leer todo lo que de él vas escribiendo, me voy yo también enamorando del personaje. Transmites de maravilla tu admiración y cariño por el autor.
ResponderEliminarUn beso.
Ay, qué más quisiera yo que tener el lenguaje de Cervantes, sólo soy una declarada admiradora que sueña con escribir medianamente bien y teniéndolo a él como el mejor maestro.
EliminarGracias por tus palabras, Rosa, sí que siento cariño por este autor y supongo que es inevitable que se plasme cuando escribo sobre él. Aunque me temo que esto me hace una cronista muy poco imparcial.
Un beso grande.
Hola Kirke, bella e interesante semblanza de Cervantes. La verdad es que era el hombre un obstinado. Menos mal, pues gracias a ser así, no solo ha pasado a ocupar un buen lugar en la historia de la literatura, sino a entretener a millones de personas. Muchas gracias por este buen texto. Un beso.
ResponderEliminarMuchas veces me paro a pensar cómo "pequeñas" decisiones pueden cambiar la Historia radicalmente. Si el gobernador turco hubiera sido más riguroso o los trinitarios no hubieran conseguido el rescate, Cervantes habría muerto en cautiverio y nunca habría desarrollado su potencial como escritor, en detrimento de los millones de lectores que se han divertido con sus creaciones.
EliminarUn beso, Ángeles.
Genial, Kirke. Toda la historia del presidio de Argel es increíble, especialmente la del dichoso dominico, que denunció a Cervantes tras su liberación y hubo un juicio con testigos, del que salio absuelto. Seguimos reivindicando a Cervantes, diga lo que diga Lope. Por cierto, como ha funcionado siempre en España el despellejamiento del prójimo, no se libran ni las mentes más brillantes. Si acaso son peores, porque ponen su ingenio al servicio de la maledicencia.
ResponderEliminarUn abrazo.
El famoso dominico, Blanco de Paz, se llevó fatal con Cervantes cuando compartieron cautiverio. Algunos piensan que fue él el autor del Quijote de Avellaneda. Es curioso, pero si no fuera por su traición no sería ahora conocido.
EliminarLos rifirrafes entre autores siempre se han dado, pero el ingenio que empleaban algunos, aunque sólo fuera para denostar al adversario, tenía mérito.
En la novela "Ladrones de tinta" de Alfonso Mateo-Sagasta, se refleja muy bien ese despellejamiento del que hablas.
Un abrazo.
Hola. De joven no aprecié el talento de Cervantes. Ahora me maravilla la brillantez de sus diálogos, la astucia para darte a conocer a sus personajes y ambientes. Y, qué decir de sus reflexiones. He necesitado bagaje en mi vida para apreciar a este genio conocedor de la naturaleza humana. Gracias por la entrada. Me ha encantado. Saludos.
ResponderEliminarA algunos escritores hay que leerlos en el momento adecuado. Los lectores, a veces, no estamos preparados para captar el mensaje y la calidad de un autor y puede producirse el rechazo.
EliminarA mí me pasó con García Márquez. Me obligaron a leer "Cien años de soledad" en el instituto y no me gustó nada. Veinte años después lo volví a leer y me encantó.
En cambio mi conexión con Cervantes se da desde muy joven. Quizás haya sido porque mi padre también es un admirador de este escritor, y en mi casa siempre ha sido un referente cuando de literatura se hablaba.
Bienvenida, Luy, a esta tu casa.
Un saludo.
Ahora conocemos más de la vida de Cervantes. Eres una chica que te preocupas en mostrarnos muchas cocas más allá del personaje. Un abrazo Kirke
ResponderEliminarCuando se indaga en la vida de los escritores se pueden encontrar sucesos que explican mucho su obra. Al fin y al cabo, son humanos y su forma de ser se forja con las experiencias vividas, experiencias que luego influyen en lo que escriben.
EliminarUn abrazo, Mari Carmen.
Interesantísima tu reseña, Kirke, y es que Miguel de Cervantes no lo fue menos. Todo lo que has contado me ha resultado más o menos nuevo, pero saber que esta inconformista persona prefirió salvar a su hermano antes que a sí mismo ya da una idea de cómo era, y en tus letras queda clara la admiración que sientes por él.
ResponderEliminarMe ha encantado, pues, que le asciendas de clase social, sin duda lo merece.
Un beso, amiga, ¡buen domingo!
Desde luego, Cervantes tiene virtudes suficientes para pertenecer a la más alta clase, sobre todo la de los escritores.
EliminarCreo que la imagen que se tiene de este autor es la de un tipo serio pero me da que debía de ser bastante bromista y las notas de humor que se perciben en el Quijote creo que son prueba de ello.
Gracias por tus palabras, compañera.
Un beso grande.
Cuando se escribe poniendo el alma y la experiencia personal en ello, resultan obras escritas tan enjundiosas como las de Don Miguel, que sin ser hidalgo, demostró su nobleza en lides dignas de mencionar como las que narras con verbo tan sagaz y ameno.
ResponderEliminarte agradezco en especial esta entrada pues, Cervantes como Quijote, fue un personaje digno de altos laureles, envidiado por fenix y Quevedos algo que dice mucho de un hombre que luchó no solo en batallas reales, también contra la fortuna esquiva y los hados desfavorables.
Por ello al menos, hoy, se le honra y nombra como genio de las letras y creador de novelas ejemplares de factura magna.
¡Gloria a Don Miguel! y besos para ti.
Se nota que tú también eres un gran admirador de Cervantes, por lo que dices y por cómo lo dices.
EliminarYa que parece que en vida la fortuna le fue esquiva, quizás nosotros podamos contribuir a desfacer el entuerto y resaltar, desde nuestras humildes posiciones, su calidad y valía.
Un beso también para ti.
Me ha encantado leer esta entrada, ya que la Historia siempre ha sido una de mis asignaturas favoritas junto a la de Lengua y Literatura. Me has hecho recordar toda esa complicada vida de este genio de las letras hispánicas, pero te agradezco mucho que me hayas explicado con tanto detalle esos cuatro intentos de fuga de esa cárcel de Argel, porque leyéndolo te puedes dar cuenta de su gran valía humana.
ResponderEliminarBendecidos saludos de una vidente muy peculiar, ya me entiende.
Tanta insistencia en escaparse, ¡cuatro veces!, dice mucho de él. Que era obstinado, desde luego, pero también que valoraba la libertad como pocos lo saben hacer. No le importaba el castigo ni las consecuencias, ante todo quería ser libre. Temperamentos así son los que logran hacer grandes cosas.
EliminarGracias, Mademe Santal, por honrar este humilde blog con su feérica visita.
Un saludo encantado.
Son datos muy curiosos, yo no lo he leìdo àùn, lo empecè pero lo abandonè y ya protno lo retomarè.
ResponderEliminarCon todas las aventuras de Cervantes, no es de extrañar las ideas claras que lo llevaron a hacer de su libro, una de las obras màs famosas del planeta y toda una joya. Me ha llamado mucho la atenciòn que cediera la libertad a su hermano, en detrimento de la suya. Si no fue hidalgo por su posiciòn econòmica, por lo menos hubo hidalguìa en ese sacrificio. Dice mucho de èl.
En esta particular cruzada en la que me he embarcado para homenajear a Cervantes, me estoy dando cuenta de que fue, además de un excelente escritor, una buena persona. Al menos, fue un hombre íntegro que actuó acorde a sus ideas y sus convicciones. El amor que demostró hacia su hermano dejando que fuera él quien primero obtuviera la libertad es una muestra de su bonhomía.
EliminarCada vez sé un poquito más de la vida y milagros de Cervantes. Tuvo, desde luego, una vida azarosa y no encontraríamos a una persona tan pertinaz como él. Conocía a grandes rasgos estas tribulaciones pero me ha encantado leerlas de un modo tan didáctico.
ResponderEliminar"El manco de Lepanto", debió venir a este mundo para escribir sus obras maestras. Ese debió ser su destino y por ello salvó su vida tantas veces.
Un magnífico relato biográfico.
Un abrazo.
Desde luego, y sobre todo para los que creen en la predeterminación del destino, el hecho que se salvara de una ejecución después de tanto intento por escapar se puede ver como una evidencia de que tenía que hacer algo importante después.
EliminarSea como fuere, esa suerte la tuvimos todos.
Un abrazo, Josep.
hola! contigo voy d e sorpresa en sorpresa, que bueno que es visitarte! yo lei y reseñe ladrones tinta y se narra los encontronazos, y la pase genial. ahora tu reseña me muestra otras partes, igualmente interesantes. gracias!
ResponderEliminarYo también leí "Ladrones de tinta" y quedé sorprendida de lo mal que se llevaban los escritores entre sí y lo ingeniosos que podían ser aunque fuera para desprestigiar al contrario.
EliminarMe encanta causar sorpresa, sobre todo si la sorpresa es agradable.
Besos