Leer, el remedio del alma

Leer, el remedio del alma
Imagen creada por Ilea Serafín

8 de septiembre de 2017

¡Viva mi barrio!


Yo no tengo pueblo. Cuando mis compañeros del colegio se tomaban las vacaciones del verano, todos y cada uno de ellos se iban a su pueblo. La mayoría habían nacido en alguna localidad más o menos lejana, y aunque plenamente integrados en la ciudad que los había acogido seguían vinculados al lugar que los vio nacer.

Pero yo nací en una capital, además capital con todas las de la ley pues es la capital de España: Madrid. Dado el carácter tan campechano de su población y las costumbres cosmopolitas tan ‘sui generis’ a Madrid se la considera en cierta forma un pueblo enorme. Por lo que, bien mirado, yo sí tengo un pueblo y además sería el más grande del mundo (con más de tres millones de habitantes no creo que haya ningún otro que lo supere en tamaño).

De todas formas, ante la duda de catalogar a Madrid como pueblo, villa o ciudad, seguiré en mis trece: yo no tengo pueblo.

Pero, en cambio, tengo barrio. Esa identidad de origen que algunos asumen como algo exclusivo y excluyente, yo la encuentro en el barrio en el que crecí, que no es precisamente el mismo donde nací (nací en el barrio de La Latina, pero esa es otra historia que contaré en otra ocasión), porque mi barrio tiene muchas cosas pero hospital no, así que mi madre tuvo que parir en otro sitio.

Siempre he pensado que uno es o pertenece al lugar donde se desarrolla como persona, donde tiene sus amistades, donde ha formado su familia y donde su vida se ha forjado. El lugar donde se nace puede ser accidental y circunstancial, pero el lugar donde uno vive es el que marca y deja su huella correspondiente.
Atardecer desde mi casa

Crecí y sigo viviendo en el barrio de La Elipa, un barrio obrero y humilde, de clase trabajadora. Un barrio que no destaca por nada especial, ni por su arquitectura ni por su historia. Aunque sus primeros pobladores llegaron a finales del siglo XIX su historia como barrio propiamente dicho comenzó en los años 50-60 cuando el aluvión de inmigrantes patrios, procedentes de otras regiones españolas, hizo crecer Madrid de manera desorbitada. 

Muchos pueblos presumen de tener un río, mi barrio también tiene uno, pero no se ve porque está soterrado. Se llama Arroyo de la Elipa, discurre por debajo de la principal avenida y es afluente del Arroyo del Abroñigal el cual, a su vez, discurre por debajo de la M-30; dicen que tiene un caudal mayor que el del río Manzanares, pero teniendo en cuenta el agua que lleva ese río tampoco es mucho decir.

El río de mi barrio, no se ve en la foto porque está debajo de la calzada, pero haberlo, haylo.

Normalmente las localidades, grandes y pequeñas, también presumen de sus habitantes ilustres, es como si le dieran “pedigrí” a la zona. En mi barrio tenemos lugareños que saltaron a la fama. El grupo Burning —grupo rock de los años de la movida madrileña con canciones como ‘Qué hace una chica como tú en un sitio como este’ y con letras como ‘en la Elipa nací y Ventas es mi reino’— era de aquí. Iker Casillas también fue un vecino de este barrio, antes de trasladarse a vivir a Móstoles. Alejandro Sanz estudió en uno de nuestros colegios, pero como habla con acento andaluz a pesar de nacer y criarse en Madrid y como él se considera gaditano a mí este cantante me tiene desconcertada en cuanto a origen o pertenencia. Actores como Eduardo Gómez (Aquí no hay quien viva, La que se avecina) o Patrick Criado (Águila Roja, Mar de plástico) son de la barriada; el primero hizo gala de su barrio vistiéndose con una camiseta con el logo de La Elipa en algunos de los episodios de Aquí no hay quien viva y al segundo yo me lo he encontrado más de una vez en el metro y paseando en bici. David Muñoz —el cocinero dueño del restaurante Diverxo— creció y vivió, hasta que se hizo famoso, en una calle al lado de la mía y su madre aún sigue yendo a la misma peluquería donde voy yo a cortarme el pelo. Los hermanos del grupo Estopa creo que también anduvieron por aquí, pero yo nunca me los encontré. Me gustaría presumir de personajes literarios pero no he encontrado ninguno, así que tendré que conformarme con lo que hay.

Antes he comentado que mi barrio no destaca por nada en especial, pero puede que sí. Hace unos meses una cadena televisiva emitió un reportaje donde se resaltaba el carácter combativo de sus vecinos. Resulta que somos bastante beligerantes en cuanto a defender derechos y necesidades.  Las algaradas para reclamar diferentes mejoras para la zona son memorables y dieron/dan muchos quebraderos de cabeza a los mandamases municipales. Es en este aspecto donde yo más orgullosa me siento de mi barrio.

Y es que hemos peleado por cosas de lo más variopinto. 

La más importante fue conseguir una estación de metro. Fueron muchos los años (casi veinte) que estuvimos peleando, manifestándonos, y reclamando ante las diferentes autoridades (comunitarias y municipales) ese medio de transporte en nuestro barrio. Al final, por insistentes y por pesados, nos hicieron caso y el metro llegó hasta nuestras casas.

Hoy, después de diez años del logro, esa estación de metro es un símbolo de la solidaridad de toda la población. Aún recuerdo el recibimiento de los trenes los primeros días tras la inauguración, la gente aplaudía en el andén la llegada del convoy. 

También nos manifestamos y protestamos cuando pretendieron cambiar nuestra área de salud, lo que conllevaba un cambio del hospital de referencia. Antes de la reforma sanitaria promovida por Esperanza Aguirre y su secuaz, Ignacio González, nuestro hospital era el de La Princesa, situado relativamente cerca del barrio. Pero con el cambio de la susodicha reforma pretendían llevarnos al de Ramón y Cajal, emplazado mucho más lejos y peor comunicado en cuanto a transporte público y con mucha mayor saturación y lista de espera. La asociación de vecinos se puso manos a la obra, y tras protestas y movimientos vecinales llegó a un acuerdo con las autoridades sanitarias y nos han dejado con nuestro hospital de toda la vida, el de La Princesa.

Otra ocasión en que el barrio se puso en pie de guerra fue cuando pretendieron talar un montón de pinos del pulmón de la zona, El Pinar. Este pinar ya fue seriamente esquilmado cuando lo redujeron a una tercera parte al construir la M-30, pero la especulación inmobiliaria tenía en mente acabar con el resto del parque. Se organizó una primera carrera campo a través en señal de protesta y acabó convirtiéndose en una cita anual para muchos deportistas.

Pero también peleamos por una escultura que se ha convertido en el emblema del barrio. Empezó siendo un columpio para niños y cuando su deterioro se hizo manifiesto y la suciedad y el incivismo de algunos la degradaron el ayuntamiento decidió demolerla. Otra vez los vecinos se pusieron manos a la obra, defendieron la escultura y consiguieron que la junta de distrito no solo la indultara, además sufragó el gasto de pintura, mientras que la mano de obra la pusieron los vecinos. La pintaron y ahí sigue.

Normalmente las esculturas se erigen a personajes famosos o a símbolos con más o menos enjundia. En mi barrio no. La escultura a la que hago referencia representa a un dragón. ¿Un dragón? os preguntaréis, ¿qué tiene que ver un dragón con la historia de La Elipa? Pues nada. Pero es original ¿a que sí? 


Quizás por cosas como esta a mi barrio se le califica como un lugar bastante friki —salimos en la guía de turismo friki, ahí es nada—, pero esto es algo sobre lo que yo albergo mis dudas. Primero porque definir el término friki es complicado, y calificar de esa manera a toda una población es aventurado.

A los elipeños o elipenses,—no hay mucho consenso a la hora de establecer el gentilicio— nos gusta la verbena y la fiesta. Hace años los vecinos de una zona del barrio adornaban sus patios con farolillos y flores en las fiestas patronales —porque tenemos un santo patrón y lo celebramos, claro que sí— y se hacían concursos para premiar la decoración más original. Venía hasta el alcalde a entregar los premios. También era costumbre invitar a un vaso de sangría a los que por allí pasábamos para observar esas obras de arte vecinal.

Hasta en la elección de la fecha para celebrar la fiesta del patrón mi barrio es original —o friki, según se mire—. Resulta que nuestro patrón es el apóstol Santiago y la fecha es el 25 de julio, pero dado que en ese mes la mayoría de los vecinos están fuera de vacaciones se decidió celebrar las fiestas en septiembre. Somos frikis y además sumamente pragmáticos. De hecho La Elipa es el único barrio que no comparte fiestas con ningún otro barrio aledaño; son únicas en el distrito. Por cierto, el distrito al que pertenece es el más grande del país: Ciudad Lineal.

Y hablando de lugares enormes, al lado tenemos el cementerio más grande de España y casi de Europa: el cementerio de la Almudena. De pequeña solía ir con mis amigos a darnos un paseo por allí, puede parecer macabro pero para nosotros era natural; desde la ventana de mi dormitorio de infancia se veía la tapia donde fusilaron a las trece rosas. Con cosas así cómo no vamos a ser frikis. 

Todo esto que cuento explica por qué el lema del barrio es “La Elipa sí que flipa”, es de lo más animoso y creo que muestra muy bien el talante de sus vecinos. Porque somos castizos, sí, nos gusta la verbena, la sangría y los patios adornados con farolillos, somos jaraneros; pero también nos gusta pelear por lo que creemos justo, y eso en estos tiempos de conformismo e indolencia es algo de lo que enorgullecerse y por lo que flipar. 

¡Viva mi barrio!




NOTA: Estos días son las fiestas, si alguno se pasa por mi barrio que me dé un toque y le invito a un vaso de sangría (o a chocolate con churros si sois abstemios).

Página web La Elipa: http://www.laelipasiqueflipa.com/

POST DATA: Dada la buena aceptación de esta publicación, pues he recibido felicitaciones por otros medios también, y ante la sugerencia de un compañero bloguero he decidido convertir esta entrada en un tag. Se llamará VIVA MI BARRIO (o mi pueblo si vivís en una localidad pequeña).
   Desde aquí os invito a que escribáis sobre vuestro pueblo, o sobre vuestro barrio. Será un placer compartir con vosotros vuestras experiencias con el lugar que os ha visto crecer.
   Cuando me invitan a este tipo de eventos no suelo yo nominar a nadie, lo hago en general pero no en particular. Pero en esta ocasión ya que soy la creadora de la cadena estaría mal que no me mojara nominando a nadie, así que haré una excepción e invito a seguir con el tema a Francisco Moroz. No obstante, y como indico arriba, daos todos por invitados.



36 comentarios:

  1. Qué envidia, Kirke. Yo no tengo ni pueblo ni barrio. nací y me crié en León en la zona del ensanche típico de los siglos XIX-XX.
    Me ha encantado tu entrada, lo orgullosa que estás de tu barrio y las cosas que cuentas. Te estaba leyendo y me acordaba del primer libro de la Trilogía de Canillejas, "Yonquis", que estoy segura de que te encantaría porque no es novela negra de esa en la que hay un asesinato y un detective que investiga, que es lo que mucha gente cree que es la novela negra. Es la negra historia de un barrio, de su formación, de las causas de su deterioro que llevó muchos jóvenes a la droga, de sus gentes. Todo contado por un chaval que lucha por salir adelante desde unas condiciones nada favorables.
    Sea como sea, tu entrada me ha gustado mucho. Y tienes razón, Madrid es un sitio campechano donde uno se siente rápidamente como en su casa.
    Un beso.

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    1. En los ochenta-noventa en mi barrio también hubo droga aunque confieso que ni en mi círculo más cercano ni en el indirecto tuve gente con esos problemas. Tanto mis compañeros del colegio como de la pandilla escaparon a tan terrible lacra.
      Como comento este barrio es de gente humilde y trabajadora, está relativamente bien emplazado por lo que trasladarse a las zonas céntricas de la ciudad es sencillo y eso siempre es una facilidad para el empleo y para estudiar.
      Si no tienes barrio yo te presto el mío, aquí serás siempre bien recibida.
      Un beso.

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  2. En vez de patriota, "barrioera", con la o para que no se confunda con el imperfecto de subjetivo de barrer. Pues no sabía nada de tu barrio, quizá si lo leído en las líneas de metro. La Latina sí me resulta más conocida y sí he paseado por allí. Yo también tengo barrrio, y pueblo. Ahí están, pero de él no han salido tantos personajes famosos. Probablemente no tiene las mismas oportunidades.
    Entretenida entrada, Kirke, y muy instructiva. Cuando vaya a Madrid me acordaré de ti cuando vea la linea La Elipa.
    Un beso.

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    1. El problema de La Elipa es que está rodeada de otros barrios mucho más grandes y más "sonoros" como son Moratalaz, San Blas y Ventas, y muchas veces pasa desapercibido.
      Si alguna vez pasas por el Pirulí (Torrespaña) mira a las casas del otro lado de la M-30 y ahí vivo yo.
      Un besote.

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  3. Los barrios de las grandes ciudades son como pueblos grandes o ciudades pequeñas. Tienes de todo sin necesidad de desplazarte lejos. Todo (mercado, librería, farmacia, etc.) está a tiro de piedra, en un área de un kilómetro cuadrado, a lo sumo. Y tiene sus propias señas de identidad, empezando por sus gentes. Aunque yo sí tenía pueblos adonde ir en verano (siempre había algún pariente, en Lérida, de donde era mi padre, en Zaragoza, donde se trasladó a vivir un hermano suyo, o en Murcia, de donde era mi madre, que nos acogía encantado), volver a Barcelona tras las vacaciones, y a mi barrio en particular, era todo un acontecimiento pues era como volver a mis orígenes. Aunque es muy cierto que uno es "de donde pace y no de donde nace", como dice el refrán, desde que me casé vivo en una localidad cercana a Barcelona capital y siempre me he considerado Barcelonés, un urbanita de la Ciudad Condal, a la que adoro, como a ti te ocurre con Madrid.
    Mi barrio, también de gentes humildes, se llama Poble Sec (=pueblo seco, que nunca fue seco ya que linda con el puerto) y uno de los personajes "ilustres" que nacieron en él es Joan Manuel Serrat.
    Un relato encantador, pues me encantan las historias personales con tintes nostálgicos.
    Un abrazo.

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    1. ¡Hala, tu barrio es el mismo que el de Serrat! ¡cómo mola!
      Mis padres no nacieron en Madrid y en verano yo solía ir si no al pueblo de ellos (mi madre era de La Coruña y mi padre es de Burgos) sí me iba a la ciudad a la casa de alguna tía mía, pero yo no era nacida allí, ni vivía habitualmente en esa ciudad y aunque pasaba semanas nunca me sentí perteneciente a esos lugares.
      Como tú comentas, cuando volvía de mis vacaciones estivales me reencontraba con los amigos de siempre, de mi calle, con los que jugaba y correteaba todo el resto del curso, y es ahí donde yo sí me sentía parte integrante de una comunidad.
      Ahora también tengo ese sentimiento, cuando se consigue alguna mejora en el barrio o cuando hay algún problema de cualquier tipo yo me preocupo y me movilizo pues es mi casa la que se ve afectada, y son mis vecinos quienes tienen ese problema aunque a mí no me afecte directamente. Es bueno sentir que uno forma parte de algo.
      Estás invitado a escribir sobre Poble sec y compartir tus experiencias y sentimientos con ese lugar.
      Un abrazo.

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  4. Hola kirke, orgullosa de tu barrio, claro que sí, hay cosas cotidianas, hay aspectos de un lugar que nos pulen, nos hacen ser parte de él y no hay como un barrio. Yo nací en el campo, estudié en el pueblo y ahora vivo en un barrio que jugué más de una vez cuando pequeña. Todo me identifica. Me ha gustado todas las descripciones que has hecho y esos personsjes, no importa que no sean literarios, la música, el teatro son expresiones del arte y ese dragón. Felices fiestas!!! Un abrazo

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    1. Cada lugar tiene su sello particular que lo identifica y sobre todo son las vivencias experimentadas en esos sitios las que los convierten en lugares especiales.
      Los juegos de niñez, las fiestas, los problemas compartidos, la vida en resumen es la que nos hace sentirnos parte de un lugar, de una comunidad.
      Gracias por tu comentario, Eme.
      Un beso.

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  5. Yo tampoco tengo pueblo, pero cuando me casé adopté el de mi costillo. Me alegra que estés orgullosa de tu barrio, no puedo decir lo mismo del mío porque está plagado de chusma de todas las edades. Besos

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    1. Bueno, mujer, por mucha chusma que haya en tu barrio si tú vives en él algo ya hay positivo y muy bueno.
      Un besote grande, guapa.

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  6. Intima entrada que te identifica como persona campechana que eres.
    Nos une un dragón, pues el pueblo donde vivo es famoso por este animalillo que nos identifica.
    Quizá animado por tu entrada haga yo otra parecida para que sepas la enjundia y la historia de la localidad donde yo vivo.
    Me ha parecido genial conocer tu entorno que conozco algo por haber trabajado en él y porque mi primera novia fue de cerca de la Almudena.¡Flipante!
    Besos.

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    1. Sí que debiste flipar con tu novia elipeña, pues al vivir tan cerca del cementerio seguro que también tenía esa manía, tan poco comprendida para los que viven fuera de la zona, de pasear por el camposanto.
      Anímate a escribir sobre la localidad en la que vives porque te he nominado para que sigas con la cadena de contar cosas de nuestros barrios/pueblos.
      No sabía yo que Leganés también se identificara con un dragón. Deseando estoy conocer la historia.
      Un beso.

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  7. ¡¡¡¡Hola!!!!
    Qué post tan chulo, yo tengo pueblo y barrio y por eso me encantan ambas opciones.
    Adoro Madrid y todos sus barrios, así que he disfrutado mucho.
    Aquí estamos de fiesta, hoy es el día de Asturias.
    Besos.

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    1. Hala, Rosa no tiene barrio ni pueblo y tú tienes las dos cosas. Qué mal repartido está el mundo, jajaja.
      Bueno, como he convertido esta entrada en un tag puedes apuntarte y contarnos cosas de los dos, tu barrio y tu pueblo.
      Espero que hayas disfrutado de tu día asturiano.
      Besos.

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  8. Bueno, elipense, eres un "charco" grande de sorpresas.
    ¿Hay hoja de la Elipa?
    Sigue escribiendo e investigando, Kirke, que seguro que hay historias de terror y destripatripas. Pero el amor no debe faltar aunque se mire desde el Pirulí.
    Besos.

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    1. En La Elipa no tenemos periódico, hay uno pero de una parte del distrito donde están englobados varios barrios. Lo que sí tenemos es emisora de radio y página web.
      La silueta del Pirulí junto con la del dragón es una de las imágenes más asociadas con el barrio.
      Un abrazo.

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  9. Un barrio singular y combativo, patria de los Burning, nada menos. Me quedo, eso sí, con la escultura del dragón (yo también tengo una veta friki, qué se va a hacer). La verdad es que apetece una sangría, pero pilla lejos, jaja.
    Un abrazo.

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    1. Es curioso cómo lo que empezó siendo un columpio con la forma de un dragón se ha convertido en el símbolo de todo un barrio. Además es el punto de encuentro (junto con la boca del metro) porque es fácilmente reconocible para todos, incluidos los que no viven en el barrio.
      Un abrazo.

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  10. Kirke: La verdad, la casa en que nací la expropió entonces R.E.N.F.E. para construir un apeadero, y ese caserón familiar ya no volví a pisar. No soy natural de Madrid, llegué con unos diez años a un barrio obrero como es Villaverde. Mucho se ha publicado de éste barrio, afectado como tantos por el paro juvenil, delincuencia, y emigración.

    Se rodó la película de "Deprisa, deprisa", de Deprisa, deprisa es una película dirigida por Carlos Saura en 1981.

    Recuerdo como las jovencitas se acercaban a casa de los dos hermanos integrantes del dúo musical "Los Pecos", como despuntaba el futbolista Raúl González que llegó al Real Madrid, y más tarde el grupo musical "Camela".

    En la actualidad, vivo muy cerca de tu barrio, con mi pareja.

    Tu entrada me ha hecho añorar otros tiempos, otros años, otras vivencias. Un enorme abrazo.

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    1. Villaverde es otro de esos barrios tan familiares, de gente obrera y con los problemas que afectaron a muchas familias especialmente en los años ochenta-noventa. Compruebo que en él también tenéis una buena dosis de "famosos".
      En mi barrio se rodó "Días de fútbol" y fue porque el director se crió en La Elipa, y quiso rodar en las calles donde jugó con sus amigos. Al final este tipo de barrios dejan su huella.
      Me alegra saber que esta entrada te ha resultado entrañable.
      Un beso, Lola.

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  11. Me ha encantado tú entrada, por como relatas como es tú barrio, el cual conozco, ya que hubo una época que tenía un amigo que tenia un bar allí y iba a visitarlo cada vez que iba a Madrid,y me ha traído buenos recuerdos. Gracias por traernos un trocito de tú barrio.
    Esta tarde o mañana en solucionar una cosa, público mi relato ¡YA TENGO INTERNET¡ Besos Paloma, buen fin de semana. TERE.

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    1. Vaya, compruebo que varios blogueros están relacionados con mi barrio directa o indirectamente, ¡qué bien!
      Como he comentado anteriormente cada experiencia vivida, cada sensación, cada sentimiento nos deja huella y el lugar donde se dan es el referente para asociar esas vivencias.
      Voy a leerte que veo que ya has publicado.
      Un beso.

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  12. Muy bonita entrada Kirke, no conocía tu barrio y me ha encantado hacerlo de tu mano.
    Me has hecho sonreír con lo del pueblo porque me has hecho recordar a mi hijo menor cuando aún era muy chiquitín que en verano siempre me preguntaba ¿por qué él no tenía pueblo? Resulta que todos sus amigos se marchaban a un pueblo y a él le faltaba, así que "adoptamos" o nos dejamos "adoptar" por el de veraneo.

    Las grandes ciudades buscan en sus barrios esa esencia que hay en los pueblos, hay barrios que los conservan más que otros.

    Felices fiestas.

    Un beso enorme.

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    1. Estos barrios de gente trabajadora, que procede de pueblos en su mayoría, creo que buscan a su manera reproducir el esquema de ese pueblo añorado, el que dejaron cuando tuvieron que emigrar.
      En el parque que tengo enfrente de mi casa, las vecinas más mayores bajan las noches de verano con sus sillas plegables y forman un corrillo para tirarse charlando hasta las tantas de la madrugada cuando el calor deja de agobiar. Igual que se hace en los pueblos.
      Un beso, guapa.

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  13. que bello escrito lleno de emociones de un ser humano sensacional Vos

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  14. Sinceramente, conozco bastante bien Madrid pues por trabajo paso alli largas temporadas, pero nunca se me ha dado por darme una vuelta por la Elipa excepto para visitar el cementerio de la Almudena, que grande es un rato, quizás sea porque no se por que motivo la mayoría de los enterramientos lo son en tumbas y no en nichos, un mar de tumbas inmenso que no abarca por completo la vista. Me ha gustado ese talante combativo del que presumís, si la tónica del país fuera esa otro gallo nos cantaría. Tal vez la próxima visita a la capital me pase a hacerle una visita al dragón. Abrazos.

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    1. La Elipa es un barrio pequeño si se le compara con los que están a su lado (Moratalaz, Ventas) por lo que puede pasar desapercibido para muchos. De hecho en algunas noticias nuestras calles se las adjudican al barrio de Ventas.
      El dragón no es ninguna maravilla de la escultura pero se ha convertido en nuestro símbolo y despierta mucho cariño entre los elipenses/elipeños.
      Estás invitado a un café si te pasas por aquí.
      Un abrazo.

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  15. Emotiva entrada, Paloma. Se nota tu identificación con el barrio en el que vives y que desconocía. Reconozco que en mi caso soy bastante "descastao". Mi barrio es un pequeño municipio, San Adrián, entre Badalona y Barcelona. Tiene sus cosas, como una instalación ya inutilizada con tres enormes chimeneas, también se realizó el FORUM de las culturas hace unos años y tiene un museo de la inmigración. Además, ya somos ciudad desde que Pujol dijo que lo eramos. Pero la verdad es que no suelo identificarme ni sentir nada especial por donde vivo. Un abrazo!

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    1. Es una pena lo que me cuentas de tu localidad, pero cada uno siente y percibe su entorno de manera distinta.
      A pesar de haber pasado largas temporadas fuera de mi barrio siempre lo he tenido como un punto de referencia, además me crié en él y ahora sigo viviendo en la misma zona aunque en otra casa por lo que esa identidad permanece.
      Tiene muchos defectos, entre los que se encuentra que algunas de sus instalaciones no son modernas, pero forma parte de mí.
      Un abrazo, David.

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  16. Hola Paloma,
    Qué entrada más bonita e íntima, me ha encantado ver un poquito de lo que te rodea, y me quedo con este fragmento ‘Siempre he pensado que uno es o pertenece al lugar donde se desarrolla como persona, donde tiene sus amistades, donde ha formado su familia y donde su vida se ha forjado. El lugar donde se nace puede ser accidental y circunstancial, pero el lugar donde uno vive es el que marca y deja su huella correspondiente.’ Te doy la razón.
    Yo soy de pueblo, bueno seré chica de pueblos, porque durante mi primera quincena de vida viví en uno de interior con el que me siento totalmente identificada, con sus gentes, costumbres, fiestas y lo más importante amistades del alma, y del segundo pueblo bueno, me retiene mi pareja, jeje (costero, muy bonito) pero como el primero ninguno. Porque uno se hace y forma donde crece, y luego nos adaptamos a las circunstancias pero esa primera solidez, nunca es igual.

    Por cierto vives un barrio lleno de celebridades, ;) ¡La primera tú!

    Un besazo enorme.

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    1. En mi caso el lugar donde nací (me refiero a la ciudad) y el lugar en el que me he desarrollado es el mismo, así que no tengo dudas en cuanto a mi pertenencia.
      Pero creo que el lugar de donde es una persona no viene en el DNI, sino en el corazón, y es aquel en el que uno se ha formado como persona junto a los seres que le han acompañado en ese proceso.
      Gracias por considerarme una celebridad aunque en mi barrio no lo sepan, jajaja. Solo soy conocida en mi bloque y en la mayor parte de la colonia donde está mi vivienda porque cuando me tocó ser presidente de la mancomunidad tuve que afrontar ciertas obras de mucha envergadura y me codeé con ediles del ayuntamiento (¡menuda movida! lo mismo un día lo cuento en el blog).
      Un besote muy grande también para ti, Irene.

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  17. Un hermoso paseo por un barrio que ni voy a conocer en mi vida. Gran entrada, porque casi que estuve ahí.
    Saludos.

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    1. Algunas lecturas se pueden convertir en viajes, a través del tiempo o del espacio. En este caso me alegro de que estuvieras por aquí un ratito.
      Nunca descartes viajar a lugares insospechados, por si acaso yo te reservo un vaso de sangría ;)
      Saludos.

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  18. Yo tambien soy Elipeña. Nací en Alemania, hija de padres españoles, emigrantes allí, pero me vine a Madrid capital con 1 año y medio y me siento más madrileña que la Cibeles. Ja, ja, ja...Viví con mi tía en Ventas, 2 años, pero ya luego mis padres se vinieron de Alemania y compraron el piso en La Elipa. Junto a mi casa, había un descampado sin edificar (que aún existe), y donde ahora hay 2 bloques de casas, había un gran taller de mármoles, (que los de mi pandilla llamabamos "el castillo") y otro descampado con una chabola enmedio donde vivía un matrimonio sin hijos (Manolo y Verónica) con un montón de perros que iban acogiendo. Y si. El "Onésimo" era mi cole, el "Génesis" nuestro pub ya de mayor, el Manivela, donde podías ver a Pepe Risi, con sus gafas oscuras y los suyos, tomando algo, cualquier día y...después de éxitos y fracasos en mi vida, idas y venidas, volví a mi barrio, a casa con mis padres, hace ya 10 años y la gente cambia o se va muriendo (el barrio también), pero creo que el dragón y yo envejecemos juntos. Y todo lo que cuentas, doy fe que así fue. Saludos de elipeña a elipeña.

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    1. ¡¡¡Ay, qué comentario más molón, Chusi!!!
      Me ha encantado que cuentes tus recuerdos y vivencias elipeños. Por cierto, creo que ya, oficialmente, La Elipa ha desaparecido, ahora formamos parte del barrio Ventas. Hace unos meses escribí una entrada sobre el mercado de La Elipa (sabes que lo han derruido, ¿verdad?) y cuando fui a buscar la noticias en los periódicos todos hablaban del barrio de Ventas, indagué y resulta que nos "han borrado" el nombre, aunque eso será oficialmente, porque a los elipeños y elipeñas no nos eliminan tan fácilmente, ¡faltaría más!
      Encantada de saber cosas de una vecina del barrio. Todo un placer, Chusi.
      Un fuerte abrazo.

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Hada verde:Cursores
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