En Egipto se llamaban a las bibliotecas el tesoro de los remedios del alma.
En efecto, curábase en ellas de la ignorancia,
la más peligrosa de las enfermedades y el origen de todas las demás.
Jacques Benigne Bossuet (1627-1704)
Hace tiempo expliqué el origen de mi alias, Kirke (De diosas y mitología). Ahora explicaré el porqué del nombre de mi blog, Leer, el remedio del alma.
Los antiguos egipcios para denominar a las bibliotecas utilizaban un término que quería decir hospital del alma, porque consideraban a los libros remedios que curaban los males espirituales. Si tomamos el concepto “espiritual” en su sentido más amplio creo que los antiguos egipcios dieron en el clavo.
El poner remedio a los males es algo implícito en los que nos dedicamos a las ciencias de la salud pero siempre desde un punto de vista somático. En el ámbito sanitario se persigue, fundamentalmente, curar los males físicos y en estos incluyo los mentales pues el cerebro y sus circunvoluciones tienen una base material, por mucho que algunos psiquiatras –y la mayoría de los psicólogos– nos intenten convencer de lo contrario.
Pero el espíritu y/o el alma no se encuentran en este ámbito. De hecho, ¿qué es el espíritu y/o el alma? Para simplificar y no confundir demasiado de ahora en adelante me referiré a los dos con el término “alma”, ya que es esta palabra la que aparece en el título de este blog.
El concepto de alma siempre ha estado asociado a la religión. Para diferenciarnos del resto de los seres vivos los mandamases en esto de las creencias nos dijeron que los hombres –y las mujeres– tenemos alma. Es la cualidad que nos hace “humanos”, o eso es lo que nos quieren hacer creer. De hecho se dice de quien no tiene sentimientos que es un “desalmado”. Según esto ¿los sentimientos salen del alma? No me voy a poner trascendental con este tema pero muchos animales, que no tienen alma, en cuanto a sensibilidad podrían dar sopa con honda a más de un humano que sí la tiene.
Hipócrates ya sabía la importancia que tiene el alma: “Cuando el cuerpo descansa, el alma despierta, se pone en marcha, administra su propia casa y lleva a cabo por sí misma todas las acciones del cuerpo”.
Para mí, la lectura siempre ha sido una buena medicina. El remedio que me sosiega, que me excita, que me relaja, que me anima. La lectura puede ser un revulsivo o un purgante o un antidepresivo o un relajante o un estimulante; todo eso puede ser. Incluso puede ser una vacuna, aumenta mis defensas para no contraer la enfermedad de la ignorancia que tantos estragos causa. Podría decir que es mi personal panacea.
Panacea fue una diosa –ya estamos a vueltas con las diosas– que poseía una poción que curaba a los enfermos; por eso también es el término que se emplea para el medicamento –utópico medicamento–que sirve para curar múltiples enfermedades. En la Antigüedad, muchos alquimistas buscaron este fármaco, incluso algunos creyeron que cuando lo encontraran no sólo curaría cualquier enfermedad sino que prolongaría indefinidamente la vida. En la actualidad, algunos creen que pueden vivir eternamente y no enfermar recurriendo a remedios que, en el mejor de los casos, atenúan los efectos de la vejez pero que de ninguna de las maneras los eliminan.
Bien, la lectura es mi panacea. Leyendo no voy a evitar contraer enfermedades y mucho menos envejecer, pero sí consigo que la enfermedad o la vejez sean mucho más llevaderas. Leer cura mis males espirituales aliviando mis estados de ánimo negativos; consigue cambiar mi humor.
La evasión que suministra la lectura me permite viajar a lugares y/o a épocas, remotas o futuras, que me desligan de la rutina. Entre las páginas de una buena novela puedo vivir mil aventuras, estimulantes experiencias que me divierten y que me transportan muy lejos de donde realmente estoy. Puedo conocer a personajes fascinantes con los que compartir sentimientos: sufrir cuando ellos sufren, reír cuando ellos ríen, conmoverme con sus vivencias.
Leer también me ayuda a reflexionar. Algunas lecturas me hacen recapacitar sobre aspectos en los que no había reparado o que no me habían llamado nunca la atención. Un buen libro puede remover mi conciencia y despertar mi solidaridad, incluso incitarme a la acción.
Y qué decir del placer que se experimenta cuando salta la chispa y existe una simbiosis entre la historia encerrada en unas páginas y yo. Cuando esa conexión se da el disfrute es casi perfecto y la sensación de euforia no tiene nada que envidiar a la que proporcionan muchas drogas estimulantes –drogas que yo nunca he probado pero cuyos efectos conozco porque los he estudiado, que conste–.
Y ya que he citado a la droga, la lectura lo es para mí. Soy una adicta, una yonqui, no puedo estar mucho tiempo sin un libro entre las manos. La dependencia es tal que el día que no he podido dedicar un rato a leer me acuesto con la desagradable sensación de no haber aprovechado bien el tiempo.
Por mi profesión conozco la farmacopea y los medicamentos efectivos para muchas dolencias y tengo en mi casa bastantes fármacos, están en el cuarto de baño y los guardo en una caja metálica. Pero también tengo una gran farmacia para los males del alma, están repartidos por toda la casa, son los libros y los guardo en las estanterías. Recurro más a menudo a estos últimos que a los de la caja de metal, ya que me preocupa mucho la salud de mi alma, porque el mismo Séneca dijo: “Si el alma es la enferma, lo mismo da que se encuentre rodeada de riquezas o en la pobreza, porque su mal la seguirá a todas partes”.
Pero yo sé cómo sanar un alma enferma, tengo la panacea. Leer, es el remedio del alma.
Kirke
NOTA: Todas las imágenes son dibujos de la ilustradora
Mónica Carretero.
Fantástica explicación. Para mi la lectura es lo único que me ayuda a relajarme y poder dormir. Soy una persona muy nerviosa, aunque no lo aparento, y solo puedo descargar la tensión acumulada, durante todo el día, leyendo en la cama. A veces necesito mas tiempo, otras menos, dependiendo de lo estresada que esté. Y, al igual que tu, mi casa está repleta de estanterías a rebosar de libros.
ResponderEliminarBesitos
La maravilla de la lectura es que tiene diferentes efectos, puede relajar pero también puede estimular.
EliminarYo, personalmente, no suelo leer en la cama, prefiero tumbarme en el sofá, y la mejor hora del día (si las obligaciones laborales me lo permiten) es después de comer, con un café al lado.
Un beso, Marina
Creo, si te he entendido bien, que estamos de acuerdo en algunas cosas. Yo leo para ser y vivir más. Pienso que en la lectura, además de todo lo que dices, nos reencontramos con nosotras mismas, y ese mismo reencuentro calma el ansia de espiritualidad que muchos andan buscando. No solo nos da conocimiento sino vida interna al ser una actividad en solitario y "para dentro". Creo que si se leyera más no se buscaría esa necesidad en un afuera o un ser exterior. También tengo una concepción materialista del cerebro y el concepto del alma quizá sea el poso que se quedó cuando desconocíamos cómo funcionábamos, amén de su significado religioso, importante en la construcción de las religiones. Bueno, no me voy a poner más filosófica que me vuelvo pesada (deformación profesional). Solo decirte que me ha parecido muy interesante tu entrada y que seguiré leyéndote para intercambiar ideas. Un beso.
ResponderEliminarHe utilizado el vocablo "alma" como el recipiente donde va a parar todo lo que no es tangible pero que forma parte de nosotros. Otros lo llaman karma, espíritu, da igual.
EliminarYo también veo en la lectura un ejercicio "interior", con el que nos formamos.
Aquí puedes filosofar todo lo que quieras, se te da bien y es muy enriquecedor.
Gracias por tu visita.
Un beso.
Qué entrada tan preciosa, me ha encantado.
ResponderEliminarPara mí la lectura también es la panacea, cuando estoy agobiada, cuando tengo problemas o simplemente necesito un poco de desconexión siempre lo encuentro en un libro.
No siempre tiene que ser libros densos y profundos, a veces me conformo con un libro sencillo y entretenido, pero necesito leer,es un excelente remedio del alma.
Un besito.
En farmacia la forma del medicamento (cápsulas, comprimidos, inyectables) depende de qué queremos conseguir y dónde debe actuar el fármaco. Siguiendo con la analogía, a los libros les pasa lo mismo, según su temática nos dan un remedio diferente y actúan en nuestro ánimo, pero siempre para ayudarnos.
EliminarUn beso, guapa.
Hola! Que gran entrada, me alegra conocer el origen del nombre del blog y no sabía que los egipcios llamaban a las bibliotecas "Hospital del Alma" pero me parece un término muy adecuado.
ResponderEliminarUn saludo!
Cuando me enteré me llamó mucho la atención y me quedé con la anécdota porque me pareció muy acertado el término, al igual que a ti.
EliminarUn abrazo.
Me gusta mucho leer, termino un libro y agarro otro. Escribo. Digamos que consumo de la droga que sana el ama, pero no sé si soy adicto. Bah, sé que no lo soy. Puedo dejar de leer para ver televisión, cine o algo de eso. También tienen eso un poder curativo para mí. Y ni hablar el reír con mis hijos. Hay muchas cosas sanadoras y y te felicito por la etrada y por el significado que le otrgás al nombre de tu blog.
ResponderEliminarSaludos.
Las adicciones pueden resultar peligrosas si no se saben controlar mínimamente. Es bueno tener otras vías de escape, como la escritura y las risas de los hijos. Por aquí decimos: en la variedad está el gusto.
EliminarHay muchas cosas más para sentirse bien, pero, en mi caso, la lectura es un recurso muy socorrido.
Un abrazo.
Coincido plenamente contigo. Gracias a mis amigos los libros soy capaz de evadirme, aunque solo sea por unos instantes, de las cosas negativas que nos rodean. Además, la lectura, a diferencia de los medicamentos convencionales puedes recomendarla y dejársela probar a cualquier otra persona sin temor de causarle ningún efecto indeseable.
ResponderEliminarUn abrazo.
Yo también creo que la lectura es el único medicamento que no tiene efectos secundarios, aunque ahora me ha venido a la mente el pobre don Quijote, que de tanto leer libros de caballería se volvió loco....pero quizás esa locura no fue tal.
EliminarGracias por tu comentario, colega.
Un abrazo.
Kirke:
ResponderEliminar¡Qué bonita explicación haces del nombre de tu blog y qué hermosa reflexión sobre lo que para ti supone la lectura! Comparto plenamente tus opinioniones sobre el poder sanador de las ideas contenidas en los libros y las diversas funcionalidades que para el correcto funcionamiento del alma éstos tienen.
Me ha encantado leerte. Como siempre un inmenso placer pasarme por aquí. Un beso
Creo que para los amantes de la lectura los sentimientos que nos despierta son muy parecidos.
EliminarMuchas veces nos obsesionamos con las enfermedades del cuerpo hasta volvernos hipocondríacos pero nos olvidamos que hay otras esferas de nuestro ser que también necesitan estar sanas y que son tan importantes o más que nuestras células.
Un beso, Juan Carlos.
Yo conocía el origen de tu nombre del blog, de hecho tuve esa frase durante un año al pié del mio con la ilustración de un búho.
ResponderEliminarEran grandes sabios estos antiguos, en muchas cosas no les hemos superado todavía. ellos veían más allá de lo tangible, notaban esa alma enferma o sana y sabían que los remedios para tales males estaban en el conocimiento y en el deleite y el recreo de la mente. Alma,ánima, energía, espíritu, hálito...Lo llamemos como lo llamemos es lo que nos hace vivir dándole algún sentido a lo vivido.
Que bonita entrada, que completa y significativa para los que amamos a los libros y la lectura.
Besos literales.
Vi la imagen a la que te refieres hace tiempo en tu blog y me di cuenta que tú ya sabías cuáles son los remedios del alma.
EliminarLos antiguos quizás percibían mejor algunas cosas porque no estaban contaminados, como nosotros en la actualidad, por elementos accesorios que no hacen más que dispersarnos y aturdirnos.
Esta entrada la tenía medio perfilada para publicarla el día del libro, como un homenaje a la lectura. Pero como este año se conmemoraba el centenario de Cervantes la tuve que posponer.
Un besote grande, Francisco.
¡¡Qué identificada me he sentido leyendo tu post!! Qué desasosegante esa sensación de no haber leído nada en todo el día. A mí me hace sentir con mono y estoy deseando meterme en la cama porque allí sí, sea como sea, leeré un ratito antes de dormir Si no pudiera leer entraría en total y franca depresión.
ResponderEliminarPensaba preguntarte de dónde habías sacado los dibujos que son preciosos y te me has adelantado poniéndolo tú.
Fantástica entrada. Sólo puede entusiasmar a los amantes de la lectura.
Un beso.
Las sensaciones que tenemos los amantes de la lectura son muy parecidas, compartimos la misma adición y los síntomas son similares, jajaja.
ResponderEliminarMónica Carretero es una ilustradora de cuentos infantiles, yo la descubrí en Facebook y es una pasada los dibujos que hace. Te invito a que visites su página, está genial.
Un besote.
Kirke, eres toda una experta en remedios para cuerpo, mente y alma.
ResponderEliminarPese a parecerme un título precioso el de tu blog, ignoraba el porqué del mismo, aunque sí conocía bien el significado de tu alias (para algo fuíste en su día mi brujita particular).
Ahora que lo sé, y además tengo la suerte de conocerte, me parece apropiadísimo.
Te diré que, un poco gracias a ti, estoy recayendo otra vez en esta "adicción" que casi todos los que te leemos, tenemos.
Por eso creo muy conveniente que hagamos "terapia" de grupo, en este caso, de lectores (no) anónimos ;-)
Fantástica tu reseña y formidables los dibujos, ¡mi felicitación por ambos!
Un beso, alma bonita.
Bendita adicción la de la lectura, ojalá todos los vicios fueran igual de 'perniciosos'.
EliminarMe encanta esa terapia de grupo para lectores no anónimos, genial ocurrencia, Chelo.
Gracias por tus comentarios tan amables, guapa.
Un beso grande.
Es tan simple y tan profundo, tan sensible y tan sensato, Kirke. Maravilloso.
ResponderEliminarTe mando un beso ;)!
Fer
Encantada de que te haya gustado, Fer. Sólo he intentado volcar todo lo que supone para mí leer.
EliminarUn beso
Kirke una buena entrada esta donde nos explicas lo mejor para el remedio del alma. ¿Que es el alma? a veces nos hacemos esa pregunta. No se si tiene que ver con la sensación de paz. Y si es así uno de los remedios es la lectura, te relaja, te da paz. Tanto como la lectura a mi me relaja coger un pincel y pintar, coger una aguja de ganchillo y hacer crochet, hacer manualidades, coser. siempre algo que tener entre las manos. Me hace sentir viva. Un abrazo
ResponderEliminarLa terapéutica para curar enfermedades puede ser muy variada; extrapolando al alma, los mecanismos que cada uno utiliza para curarla también son muchos.
EliminarA mí el que mejor me funciona es el leer.
Veo que tú tienes un amplio repertorio de recursos para el sosiego, y eso está muy bien.
Un beso.
Leí la entrada hace días, pero no encontraba un hueco para comentar. Decirte que me parece un hermoso elogío a la lectura, que comparto casi punto por punto. A veces, la literatura más que un bálsamo es más bien un estimulante, tiene ese punto psicoactivo (¿se dice así?) que me quita el sueño y me saca de mi sitio. Vaya, que más que tranquilizarme es justo lo contrario, jaja.
ResponderEliminarUn abrazo.
La lectura, al igual que algunos fármacos, tiene varios efectos; puede estimular, puede relajar, puede adormecer (algunos tostones son realmente eficaces para dormir) o puede enervar. Todo depende del tipo de lectura y también, al igual que pasa con las enfermedades somáticas, del estado de ánimo del 'paciente', léase lector.
EliminarLo dicho, es la panacea, sirve para todo.
Un abrazo, Gerardo.
Lo cierto es que más de una vez me he preguntado de dónde provienen tu nick y el nombre elegido para tu blog. Pues ha llegado el momento de saber ambas cosas, estoy de suerte :)
ResponderEliminarTu entrada es todo un alegato a favor de la lectura, y además es hermosa. Yo comparto tu punto de vista y, aunque a veces no hacen falta motivos para hacer lo que nos gusta, no está de más que reflexionemos sobre el por qué. Ha sido un gustazo leerte, Kirke, esta sería una de esas entradas para enmarcar. Gracias por decirlo y decirlo tan bonito :))
¡Un beso!
El ver la lectura como si fuera un medicamento es deformación profesional, al cien por cien, pero creo que los egipcios estuvieron muy acertados al definir los libros como remedios espirituales.
EliminarHace tiempo expliqué de dónde venía mi nick, no sé si has visto que al inicio de esta entrada pongo el enlace. Si aún no sabes el porqué de mi nombre ahí lo averiguarás.
Un besote y gracias por tus palabras.
Ùltimamente me pasa que no logro concentrarme en mis lecturas, pero es por el ritmo estresante que voy llevando en el trabajo en estos momentos. Quisiera decir que ocmo a tì, la lectura me relaja siempre pero en semanas como las que he tenido, no lo ha logrado.
ResponderEliminarTU blog siempre se ha sentido con mucha armonìa y muy consecuente, asì que con esta explicaciòn que nos da no me extraña que sea tan agradable para tus lectores, pasarnos por acà.
Me alegra muchísimo saber que leer este blog te sea grato. A veces el efecto de la lectura se hace de rogar y no llega con la eficacia esperada.
EliminarEspero que consigas dar con el libro que te haga desconectar del estrés diario.
Un abrazo.
Muy bueno, me he sentido identificada con ese remedio espiritual que dan los libros, me ha encantado porque es así, con ellos vives, sientes, lloras, ríes, piensas, reflexionas...me resulta imposible pensar en mi vida sin libros, me hubiera perdido tanto.
ResponderEliminarUn beso y feliz fin de semana
Cuando sé de alguien a quien no le gusta leer, me entristece porque pienso que se está perdiendo muchas cosas, y todas buenas.
EliminarYo tampoco concibo la vida sin libros. Estoy segura que si no me hubiera aficionado a la lectura mi vida hubiera seguido otros derroteros muy distintos. No soy capaz de imaginar qué haría si no pudiera leer.
Un beso y buen fin de semana también para ti, Conxita.