Leer, el remedio del alma

Leer, el remedio del alma
Imagen creada por Ilea Serafín

20 de marzo de 2016

Los aborígenes. La alimentación en la evolución humana.


 
   Siempre ha habido polémica entre los vegetarianos y los omnívoros. No voy a entrar en materia sobre los inconvenientes de las dietas vegetarianas y sus carencias nutricionales porque este no es el foro ni el momento adecuado.  Antes de proseguir también me gustaría dejar claro que quienes defienden o siguen este tipo de dietas tienen para mí todo el respeto que se merecen y si deciden no tomar carne están en su derecho, máxime cuando el motivo es ético y/o religioso.

   Pero de un tiempo a esta parte ciertas asociaciones animalistas defienden un “vegetarianismo antropológico” según el cual el ser humano siempre fue vegetariano y lo de comer carne es una perversión moderna. Dicen que nuestros antepasados fueron vegetarianos y que nosotros deberíamos volver a las costumbres ancestrales de nuestros primitivos antecesores. Se promulga una especie de vegetarianismo vintage

   Nuestros antepasados NUNCA fueron vegetarianos, y el que piense lo contrario que se lea este ensayo de Arsuaga o, en su defecto, el resumen que voy a exponer a continuación.  

   En este libro José Luis Arsuaga, reputado paleoantropólogo, expone de una forma clara y concisa los hechos probados que nos llevan a saber que el ser humano siempre fue omnívoro.

   Arsuaga parte de la morfología de un Autralopithecus, un primate homínido ya extinto; de una de sus especies se originó el género Homo, el género al que pertenece el ser humano, el nuestro.



   Los autralopitecos eran primates bípedos y tenían menos pelo que otros simios. De forma muy educativa Arsuaga nos explica lo que supone andar sobre dos piernas: la superficie expuesta a los rayos del sol es mucho menor –en el caso de un cuadrúpedo todo el lomo recibe directamente estos rayos-, el tener poco pelo favorece la sudoración que ejerce un gran poder termorregulador y todo esto conlleva el poder bajar de los árboles, el hábitat de los simios, y aventurarse en la sabana africana a plena luz del día -cuando la visión es mejor- ampliando el radio de acción para desarrollarse e interactuar con el medio. 

   Sin embargo el alejarse del medio donde se encuentran los frutos y los vegetales que formaban principalmente la alimentación de estos seres podía ser peligroso. El problema de una alimentación exclusivamente vegetal y/o granívora es que la digestión es muy lenta y requiere un gran gasto de energía y hay que ingerir alimento de forma casi continuada. Sólo algunos frutos  con alto contenido en ácidos grasos –como las nueces- eran muy energéticos.

   Pero, basándose en fósiles encontrados en diferentes lugares, se sabe que los australopitecos también eran carroñeros. La capacidad de utilizar herramientas –palos, piedras- les permitía romper los huesos de otros animales y así acceder al tuétano que se encuentra en su interior y que es rico en colágeno. Con este insólito hecho se descubre que el interior de los huesos esconde una sustancia que, además de ser muy sabrosa, proporciona más energía, lo que permite utilizar el tiempo que no se emplea en comer en realizar otras tareas. 

   El primer australopiteco al que se le ‘ocurrió’ comer el interior de un hueso fue imitado por sus vecinos, pues como ocurre con todos los primates estos viven en grupos sociales. Aquellos que decidieron seguir con esa práctica estaban mejor preparados para sobrevivir, y por tanto, tuvieron mayor probabilidad de procrear siendo así su descendencia la que prevaleció.

   Todas estas teorías se sustentan en la morfología de la mandíbula y de las piezas dentales de los fósiles encontrados: se observa un menor prognatismo y una capa más gruesa de esmalte si se compara con los cráneos de otros primates no bípedos. No voy a entrar en detalles para no extenderme mucho.

   También aporta pruebas químicas. Nos habla del carbono presente en los alimentos vegetales y el que se encuentra en los de origen animal, este carbono es distinto según las zonas y una vez ingerido se incorpora a los huesos de manera que al estudiarlos a posteriori podemos saber qué comió el espécimen al que pertenece el fósil en cuestión.

   Hay que tener en cuenta que en un mamífero el cerebro y el aparato digestivo son los órganos que más energía consumen.

   El comer carne supuso que el tubo digestivo se acortara. La digestión de las proteínas y las grasas presentes en la carne no es tan compleja como la de la celulosa de los vegetales, y así se formó un aparato digestivo con menos necesidades energéticas y más funcional (no había que estar comiendo y masticando tanto tiempo).

La Naturaleza no busca la espectacularidad, sino el diseño más rentable

    En resumen, la ingesta de carne supuso un ahorro de gasto energético en la digestión que se utilizó para emplearlo en el cerebro con las ventajas evolutivas que eso supuso. "Lo que se ahorraba en tripas se gastaba en sesos".

   En resumidas cuentas, el Autralopithecus ya comía carne y el Homo habilis es un descendiente de una especie suya, o sea, si los australopitecos no eran vegetarianos nosotros tampoco.

   Durante la lectura de este ensayo tomé un montón de apuntes, podría extenderme mucho más porque todas y cada una de las aseveraciones que en él aparecen están sustentadas en pruebas y estudios. Salvo algunas excepciones donde el autor se aventura a colgar alguna hipótesis todo está contrastado y razonado.

   En fin, que al próximo que me encuentre diciendo que nuestros antepasados eran vegetarianos ¡me lo como!


Esqueleto de Lucy (Autralopithecus afarensis)

Kirke  



21 comentarios:

  1. Muy buena reseña Kirke. Este libro no lo he leído, pero otros dos de Arsuaga que sí leí me entusiasmaron. Soy una apasionada de la evolución humana. No sólo está demostrado que nuestros antepasados comían carne, es que sin esa dieta nunca se hubiera podido originar nuestro cerebro.
    Un beso desde Natchez, Mississippi.

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    1. Ay, Rosa, qué ilusión leerte y más sabiendo que estás tan lejos; que te hayas tomado la molestia de contribuir con tu comentario me ha encantado. Te prometo que mientras escribía la reseña pensé en ti pues sabía que tú, como bióloga, estarías de acuerdo en todo lo que cuento.
      Nuestro cerebro es el que es porque comimos/comemos carne, siendo vegetarianos no habríamos podido llegar donde lo hemos hecho.
      Disfruta de tus vacaciones, un beso lleno de envidia.

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  2. Hola! Que interesante libro, no lo conocía! Pero la verdad es que leyendo la saga Los Hijos de la Tierra queda muy plasmado las costumbres de nuestros antepasados en una época tan lejana. No solo las costumbres a nivel alimentario, que como bien dices ya comían carne, sino sobre los demás aspectos de la vida.

    Un saludo!

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    1. Esa saga es muy buena, Beatriz. La evolución desde el punto de vista social también es apasionante, cómo el vivir en grupo condiciona y la competición entre semejantes selecciona y mejora la especie.
      Arsuaga es un comunicador nato, divulga muy bien conceptos bastante complejos y sabe contactar con el público no experto explicándolo todo de manera asequible.
      Un abrazo.

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  3. "La especie elegida" fue mi libro de cabecera sobre estos temas durante mucho tiempo. Me alegra que Arsuaga siga divulgando sobre el tema, sobre todo permite contrarrestar a la pseudociencia, que con Internet campa más a sus anchas que nunca.
    Respecto al consumo de carne, creo que es mucho más potente el argumentario ético-moral que meterese en cuestiones "evolutivas".
    Buena Semana Santa (de momento pasada por agua). Un abrazo.

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    1. Este libro ya tiene unos años, de hecho está descatalogado; pertenece a la colección de mi marido, un seguidor leal de Arsuaga, y ante la insistencia de algunos sectores en propalar la idea de unos ancestros vegetarianos me decidí a leerlo.
      La elección de no comer carne si se sustenta en argumentos éticos es completamente respetable pero utilizar ideas sin ningún fundamento científico es torticero.
      Un abrazo (pasado por agua a ratos y con sol a otros, Semana Santa primaveral a tope)

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  4. Por mucho tiempo el consumo de carnes de ciertos animales estuvo prohibido en la biblia, luego la ley cambiò y se declararon limpios por lo cual su consumo dejò de ser incorrecto. Eso por la parte espiritual.

    Luego tenemos el tema del balance natural de las cosas, yo lo veo asì y concuerda con la rentabilidad. Vamos... hay animales exclusivamente carnìvoros, què se le va a hacer? Hay que comer para vivir.

    Y luego lo ùltimo que ojalà lo puedas encontrar en youtube, una alimentaciòn exclusivamente vegetariana tambièn produce riesgos ambientales porque la industria vegetariana y vegana requiere una enorme producciòn de alimentos que solo son posibles a travès del uso de pesticidas y abonos.

    A menos que se trate de consumo de productos orgànicos y de huertos caseros, hablar de vegetarianos y carnìvoros conlleva un perjuicio exactamente igual. Claro que es màs chocante ver como se mata un ser vivo que camina y observa, y creo que esto debe ser el principal enfoque que los vegetarianos deben darle a su decisiòn.

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    1. En algunos momentos de la Historia el abogar por una alimentación vegetariana tuvo una base económica: era más barato. Cuando pasamos a grandes explotaciones agrícolas y/o ganaderas el equilibrio y el sentido común es lo que debe prevalecer.
      El ser humano es omnívoro y así está fisiológicamente diseñado . El no ingerir carne lleva a una alimentación incompleta. No voy a entrar en detalles sobre la calidad proteica de la carne pero la composición nutricional de la carne no puede ser sustituida por ningún otro alimento.
      Si una persona decide optar por la dieta vegetariana para respetar la vida de otro ser vivo lo respeto, pero su alimentación, desde un punto de vista nutricional, no es completa.

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  5. Me has dejado con la sonrisa en la boca, al leer lo de que te comes a quién diga que nuestros antepasados eran vegetarianos.
    Me ha resultado interesantísimo leerte, y encuentro completamente lógicos todos los razonamientos, máxime si el autor se basa en teorías contrastadas.
    Ahora diría aquéllo de "dónde esté un buen filete" ...pero mejor diré que "si las tentaciones te persiguen, huye, corre, pero despacito para que puedan alcanzarte"
    Porque comer (carne o no) es un placer y todo (o casi todo) nos hace bien, o en el cuerpo, o en el deseo satisfecho ;-)
    Kisses Kirke

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    1. Has tocado otro tema muy importante en alimentación: el placer de comer. Alimentarse es una necesidad pero el alimento además de sano debe estar rico. Si no disfrutamos al comer la dieta no tiene sentido, por muy sana que sea.
      Por suerte, o por desgracia, los ácidos grasos que se encuentran en la carne tienen mucha palatabilidad y son los responsables de que nos resulte un alimento tan sabroso.
      Un beso, Chelo.

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  6. Kirke felicidades porque es un interesantisimo post sobre si nuestro antepasados era vegetarianos o no, desde luego yo siempre estado convencida de que solo comer lechuga y verduras no creo que sea lo mas sano, creo que como bien aportas tú y el libro es sano para la salud y sobre todo para la mente.
    Yo soy de carne y me encanta poco hecha, lo siento, es como en mi casa se ha comido toda la vida, todavía recuerdo con enorme satisfacción el chuleton de Ávila que me comí este verano pasado, um que rico, de modo que nada carne y alguna que otra vez pescado, cosa que reconozco que me cuesta, pero que de vez en cuando me obligo, que si no no puede ser, y la verdura me gusta casi casi toda. Gracias por enseñarnos con estas reseñas un poquito mas cada día se agradece. un beso. TERE

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    1. Francisco Grande Covián,un bioquímico especializado en nutrición, siempre fue muy crítico con todas las dietas de adelgazamiento, y era especialmente contrario a las dietas vegetarianas. Cuando le preguntaron cuál era su dieta preferida él contestó: la dieta del plato de postre.
      Consiste en comer de todo en un plato pequeño, es decir, poca cantidad. Luego añadió que se podía comer "un poco" más de aquello que más nos gustara, pero sólo "un poco más".
      Gracias a ti, Tere, por pasar por aquí.

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  7. Estás hecha toda una estudiosa.Me encanta este tipo de reseñas porque yo no leo por lo general ningún libro científico y gracias a ti estoy informado puntualmente.
    Soy de la opinión de que la dieta debe de ser completa en todos los sentidos y si ha de estar compuesta por nutrientes animales pues se come carne y ya está, sin tanto aspaviento.Otra cosa es la tortura animal o las maneras de sacrificarlos. Pero a la hora de comer, no podemos dejar de consumir ni carne ,ni pescado, ni verdura, ni fruta. Primero empezaron los vegetarianos, ahora los veganos van más allá... al final si seguimos con modas e inconveniencias, comeremos pasto y piedras.
    Respeto al que lo sea, pero yo me proclamo Omnivoro.
    Besos

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    1. Hace unos días vi un reportaje realizado en una explotación ganadera donde una asociación animalista denunciaba la tortura a la que sometían a unos lechones. Las condiciones en las que se criaban los animales eran lamentables. Este maltrato animal era la justificación, para ellos, para no comer carne.
      Lo que hay que hacer es obligar a cumplir la ley en este tipo de explotaciones, y si la ley es laxa entonces hay que cambiarla por otra más estricta pero en ningún caso la solución en no comer carne.
      Una dieta equilibrada donde se encuentran alimentos variados es la sana. Yo también me proclamo omnívora y además defensora a ultranza de la Dieta Mediterránea.
      Me alegro de ponerte al día en estos temas. Un beso.

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  8. Muy interesante, me encantan estos "chutes" de sabiduría científica que nos proporcionas Kirke.

    Creo que en la dieta también sobran extremismos, quizá lo que toca es ponerle un poco de "seny" como decimos los catalanes, que lo traduciría por sentido común, comamos de todo, cada cual lo que le gusta y no hagamos creer a los otros las cosas que no son, a cada alimento lo que aporta, nos guste más o nos guste menos.

    Me has hecho reír con tu ocurrencia de comerte al que ose decir que nuestros antepasados eran vegetarianos, ¡¡¡muy bueno!!!
    Un beso.

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    1. Tienes toda la razón, Conxita, a la hora de comer lo necesario es el sentido común (como en todos los aspectos de la vida). Comer de todo sin abusar de nada.
      Lo de comerme a quien diga cosas sin sentido es figurado pero te confieso que en algunos casos me gustaría hacerlo de verdad. Lo mismo mi dotación genética tiene genes de autralopiteco en lugar de Homo sapiens, debo de ser el eslabón perdido que buscaba Darwin ;)
      Un besote.

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  9. Jajaja pues mira que estoy de acuerdo contigo que a más de uno tocaría comerlo de verdad...aunque seguro que aún pillaríamos una indigestión.
    Buenas fiestas.
    Saludos

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  10. Interesantísimo tu post, Kirke, sobre todo porque últimamente he oído también eso que tú dices, que algunos defienden que nuestros antepasados ya eran vegetarianos.

    Yo, como es natural, respeto el tipo de alimentación que cada cual decida llevar, pero por motivos médicos preferiría que a los niños no se les sometiera a este tipo de dietas que está demostrado que son carenciales y que repercuten en el correcto desarrollo. Ya tendrán tiempo, de adultos, de tomar decisiones responsables y afrontar sus consecuencias. Las nuevas corrientes animalistas, llevadas el extremo, abogan por un hombre vegetariano o incluso vegano. ¿Qué comerán estas personas cuando se extiendan los estudios que aseguran que las plantas también tienen sensibilidad y que reaccionan al cariño y el trato amable? Qué poco me gustan los extremismos :((

    Absolutamente genial, ¡me ha encantado! :))

    Un beso grande y feliz descanso estos días!!

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    1. Las proteínas de la carne son el material con el que se construye nuestro organismo y por eso son especialmente importantes en el crecimiento. Hace poco salió en las noticias el caso de un niño con un grado de desnutrición elevado porque la madre vegetariana no le daba de comer carne.
      El amor a todo ser vivo, las plantas también lo són, puede ser muy bonito pero cuando de alimentarse se trata hay que tener sentido común y dejarse de filosofías que no llevan a ningún lado.
      Me alegra saber que te ha gustado la entrada.
      Un beso.

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  11. Espero que no te tengas que comer a nadie!
    Llámame cobarde si quieres, pero hay debates en los que me da cierta pereza entrar. Y uno de ellos es este que hoy nos traes. Desde la creencia más firme de que cada cual hace con su vida, su cuerpo y su comida lo que quiere, lo que más me altera es convertirlo todo en un o blanco o negro, o estás conmigo o estás contra mí. Esos debates que no debieran de ser tales, porque al fin y al cabo cada cuerpo sabe qué quiere y necesita y es cuestión de escucharlo.
    Detrás de todo suele estar siempre intereses más cercanos a lo económico que a la salud. Y eso, eso sí que me da miedo.

    Un abrazo

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    1. Que no te interese entrar en algunas polémicas no quiere decir que seas cobarde; de hecho me parece una postura muy inteligente si el debate no es más que un diálogo de sordos, como ocurre en muchos de ellos.
      En este caso, y siempre desde el respeto hacia la elección de cada uno, lo único que me gustaría es que la defensa de una dieta u otra se haga con informaciones veraces. El apoyar ser vegetarianos alegando que nuestros antepasados lo fueron se basa en una aseveración falsa.
      La salud, como casi todo, también se presta a ser manipulada por los intereses económicos y sí, da mucho miedo.
      Un abrazo, Ana

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