Dice el autor que no cree en los libros de autoayuda y debe ser cierto porque éste desde luego no lo es. Es un libro donde hay mucho dolor y tristeza.
El protagonista rememora todos los seres queridos que han muerto hace tiempo, acaban de morir o están muriéndose. Deprimente. Ni en los culebrones más truculentos se pueden encontrar tantas desgracias reunidas en un mismo personaje.
Se supone que de todas estas experiencias el protagonista obtendrá enseñanzas positivas para seguir adelante; espero que lo consiga aunque me parece que lo tiene difícil.
No sé muy bien qué objetivo tiene esta novela además de deprimir al lector porque la sentencias con las que intenta conseguir fuerza y sabiduría de tanta desdicha me han parecido simples e ingenuas y a mí no me han animado nada.
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