Leer, el remedio del alma

Leer, el remedio del alma
Imagen creada por Ilea Serafín

23 de octubre de 2018

El jardín



Vanidad se dirigió a la sala de reuniones que estaba en el sótano de la casa. Una sala mal iluminada y peor ventilada, pero era el único lugar donde podían sentarse todos los vecinos. Alrededor de una larga tabla apoyada sobre dos caballetes se encontraban varias sillas de diferentes procedencias y calidades.

Miró el reloj y comprobó que solo faltaban cinco minutos para la reunión. Ella era la única que había llegado. Como presidenta de la comunidad se sentó en la cabecera de la tosca mesa y empezó a tamborilear con los dedos en el reposabrazos de su silla de plástico.

La siguiente en llegar fue doña Raciocinio, la vecina del quinto A, vestida con un traje de chaqueta gris y portando un maletín de cuero negro se sentó en el lado opuesto a Vanidad. Imposible saber su postura ante la propuesta de ese día, esa mujer era inescrutable, siempre seria, siempre circunspecta y siempre dando lecciones de sensatez. Vanidad sabía que si la convencía para que apoyara su proyecto tendría la mitad de la batalla ganada, doña Raciocinio era apreciada por el resto de los propietarios que siempre tenían en alta consideración sus opiniones.

Poco a poco, fueron llegando los demás vecinos. Don Avaro entró encorvado sobre su bastón, con paso vacilante se sentó a la izquierda de Vanidad, al mismo tiempo que le dedicaba una de sus miradas recelosas. Junto a don Avaro se sentó Desidia, vestida con un chándal raído y descolorido, al lado de ésta se sentó don Triste; ese hombre del segundo C, de rostro ceniciento y con unos ojos que parecían siempre a punto de echarse a llorar, deprimía mucho a Vanidad. Al lado de Triste, y tras probar a sentarse en dos sitios diferentes, se acomodó don Dudas, el vecino del cuarto B.

Ilusión llegó tarareando, nada más entrar se quitó los auriculares y se sentó en la silla que le indicó Vanidad, la que estaba a su derecha. Ensoñación fue la última en llegar, con aire distraído y como si no estuviera segura de dónde se hallaba se sentó al lado de Ilusión. Vanidad no se fiaba de esa muchacha, era muy joven pero ya se había emancipado y vivía de pintar caricaturas a los turistas en una plaza céntrica; siempre estaba en las nubes y Vanidad creía firmemente que ese aire ausente se debía a las drogas que seguro consumía.

 Solo faltaba la propietaria del tercero B, pero ya iban con retraso y Vanidad decidió empezar la junta.

—Bien, como todos saben hoy solo hay un punto a debatir. Acondicionar la entrada al edificio. En el proyecto, que previamente les entregué en sus respectivos buzones, se ve un boceto de lo que sería dicha entrada. Consta de un jardín a ambos lados de un pasillo con losetas que llega hasta el portal.

—No sé a qué viene ahora poner eso, la entrada lleva así cuarenta años —respondió Desidia.

—Pero siempre que llueve ese trozo sin pavimentar se enfanga y queda todo hecho un lodazal —replicó Vanidad.

—Es cierto —contestó doña Raciocinio— pero para eso se puso el felpudo en el portal.

—Ese felpudo no es suficiente y estéticamente es muy feo. El lugar por donde uno accede a su casa es lo primero que ven las visitas, ahí comienza el visitante su escrutinio particular —contraatacó.
 
—Yo no recibo nunca visitas —dijo tímidamente y cabizbajo Triste.

—Es un gasto inútil que no viene a cuento. Unas buenas botas cuando llueve es lo que hay que llevar y dejarse de tonterías —respondió don Avaro con el ceño fruncido.

—¿Y si ponemos un felpudo más grande, con un estampado de flores? Yo podría pintarlas, no cobraría nada —dijo Ensoñación.

—Mira, bonita. Esto no es un hotel de turistas a los que se les camela con cualquier cosa pintarrajeada —dijo Vanidad.

Ilusión intervino dando un bote en la silla y acodándose en la mesa.

—Yo prefiero las flores de verdad, un jardín lleno de rosas, peonías, margaritas, azucenas, hortensias…

Antes de que Ilusión recitara todos sus conocimientos de botánica, Desidia intervino.

—Pero ese jardín habrá que cuidarlo. No tendremos que hacerlo los vecinos ¿verdad? Yo paso.

—Vendría un jardinero una vez por semana, está señalado en el proyecto que introduje en los buzones —replicó Vanidad.

—¡Más gastos! —contestó don Avaro.

—¿Y si en lugar de un jardín pavimentamos toda la entrada? No habría que gastar en jardineros —dijo doña Raciocinio.

—Oh, pero un jardín es mucho más alegre, con flores bonitas de colores —respondió Ilusión.

—Y además da más categoría a la finca —añadió Vanidad.

—A mí las flores me dan alergia —dijo Triste.

Dudas intervino por primera vez.

—El pavimentar todo es muy práctico y más barato a la larga. Pero un jardín es más llamativo, en verano da frescor, aunque el polen puede ser perjudicial para algunos y la humedad también.

—Entonces, ¿está a favor del jardín o en contra? —dijo Vanidad.

—No. Bueno, sí. Esto… no sé.

Doña Raciocinio, tras mirar la pantalla de su teléfono móvil, se acodó en el remedo de mesa y dijo:

—Deberíamos hacer una votación ya. El proyecto y los costes están muy claros en la documentación que la presidenta nos ha entregado, así que poco hay que discutir. Que cada uno manifieste su postura. A favor o en contra.

—Pero deberíamos decidir también qué flores se ponen —protestó Ilusión.

—Primero hay que ver si nos gastamos un dineral en poner un jardín absurdo —replicó don Avaro.

—A mí me da igual —dijo Desidia.

Tras esta intervención, Vanidad comenzó a protestar, pero Ensoñación también habló, don Avaro comenzó a dar golpes en el suelo con su bastón, Dudas no sabía si levantarse e irse o esperar, y Triste se encogió sollozando en su silla.

En medio del alboroto, la vecina ausente del tercero B hizo acto de presencia. Se llamaba Cruda Realidad, pero todos la conocían por doña Real.

Doña Real llevaba en la mano una carta y entró sofocada.

—Hola, doña Real. Llega tarde, estábamos a punto de votar lo del jardín —la recibió doña Raciocinio.

—Pues he llegado a tiempo. No hay votación que valga.

—¿Por qué dice eso? —preguntó alarmada Vanidad.

—Traigo una notificación del ayuntamiento. El terreno delante del portal de la casa no es nuestro, pertenece al municipio.

—Mejor, entonces que se encarguen ellos de arreglarlo —contestó Raciocinio.

—No pueden. Es muy caro y no tienen dinero.






NOTA: Este relato responde a un ejercicio para practicar la metáfora de situación. Había que escribir un texto simbólico pero también concreto. La historia debía desarrollarse en espacios simbólicos y con una ambientación donde el lector vea claramente una doble intención. Los personajes debían tener nombres simbólicos y llevar ropas que los representaran, al mismo tiempo sus acciones debían conllevar una segunda lectura manifiesta.
Personalmente, no me gusta ser tan explícita en mis relatos pero quise seguir las instrucciones de la profesora al pie de la letra y hacer los deberes bien.



30 comentarios:

  1. ¡Hola!
    Lo primero, yo tampoco soy partidaria de ser tan explícita pero como ha sido por cumplir unas directrices creo que está genial.
    Me he entretenido y además sentido muy identificada, en mi portal viven unos cuantos de esos personajes, artista callejera incluida.
    Y cuando se dijo el motivo de la junta yo pensé eso, que el terreno es del ayuntamiento, jejeje, pero al ir leyendo olvidé ese matiz, el relato atrapa y el final sorprende.
    Me ha gustado y me encantaría saber la valoración que te dio la profesora.
    Muy feliz martes y ya he resposndido a tu comentario en mi post, esta semana, por fin, llevo los comentarios más o menos al día.

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    1. Hola, Gemma.
      Si adivinaste el final es porque tú también has sido presidenta de una comunidad. Yo lo fui varias veces y además, mi edificio pertenece a una colonia mancomunada y cada vez que se quiere hacer algo en los elementos comunes (jardín, iluminación calle, bocas de riego, etc.) lo primero que pienso es: ¿eso es nuestro o del ayuntamiento?
      Este texto creo que fue el fruto de una secuela psicológica que me quedó cuando el año que fui presidenta de la colonia apareció, sin previo aviso, una excavadora levantando el pavimento; mi teléfono aquel día echaba chispas y yo estuve al borde del infarto.
      La profesora valoró muy bien el ejercicio por reflejar "de una forma excelente" los diferentes perfiles de los personajes.
      Un besote.

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    2. Hola, Madre mía con lo de la excavadora, eso deja secuelas a cualquiera. Y, siiii, fui presidenta varias veces, la última fue horrible. Cogí la presidencia días después de fallecer mi padre, hubo inundaciones(lo conté en el blog), denuncias cruzadas, problemas con los seguros...vaya pesadilla. Llegué a ir tantas veces a hablar con la compañía de seguros qu eel señor qu eme atendía me regaló un libro con las leyes de la propiedad horizontal(puse hasta foto en el blog porque era como en Aquí no hay quien viva). Y para colmo no pude dejar la presidencia al cumplirse el año porque los vecinos quisieron que terminase yo las gestiones que habíamos iniciado. Cuando me libré casi hago fiesta, jejejeje. Y lo peor es que tenemos un piso que era de un familiar y nos ha tocado la presidencia, es de mi madre y mi hermana también, menos mal, y es tipo lo tuyo, con jardín, incluso un parque y estoy frita, además como no vivo ahí es un trastornonecesito que acabe el año ya, jejeje. Yo no nací para esto, jejeje.
      Enhorabuena por la valoración, muy merecida.

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    3. Compruebo que tú también has pasado lo tuyo con la presidencia. Cuando 'lo de la excavadora' yo acabé hablando con el concejal de urbanismo, no te digo más. Poco faltó para que me citaran con el alcalde (entonces era Ruiz Gallardón) porque se armó un lío importante.
      A mí me han puesto a caldo algunos vecinos cuando fui presidenta pero esos mismos vecinos son los que quieren que tome en el cargo a perpetuidad, se ve que les gusta la marcha, digo yo, porque no lo entiendo. El caso es que yo también celebré mi dejación de funciones en cuanto le pasé el marrón al vecino de abajo.
      El tema de la comunidad de vecinos da para una novela... de terror.
      Besos.

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  2. Buenos días Paloma:
    La verdad es que es muy entretenido tú relato, y con un final sin duda sorprendente.
    En mi comunidad afortunadamente excpeto que a costado un año arreglar una bajante, que nos afectaba a nosotros directamente pero por falta de presupuesto se a ido posponiendo y al final se ha arreglado, no hay problemas entre los vecinos afortunadamente.
    Me ha gustado mucho y espero que tú profesora valorara como se merece este relato.
    Besos

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    1. Hola, Tere.
      En mi comunidad hemos pasado momentos complicados. Mi edificio es antiguo y carecía de elementos básicos que se han ido añadiendo poco a poco, pero que ha costado mucho esfuerzo desde un punto de vista legal (ordenanzas del ayuntamiento) y desde un punto de vista psicológico (aguantar a algunos vecinos en las juntas). De hecho, cuando se puso el ascensor yo fui la presidenta, fueron dos años horrorosos en los que estuve a punto de ingresar en un psiquiátrico. Menos mal que al final todo salió bien.
      Un besote.

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  3. Paloma, has acertado muy bien con este relato, los personajes muy acertados en los nombres y la pura realidad con un buen final para darle la vuelta y sorprender. Me ha gustado mucho. Un abrazo.

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    1. Hola, Mamen.
      Creo que de todos los personajes la pura realidad es la que más manda, ja, ja, ja. Frente a esa señora poco se puede hacer.
      Un beso.

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  4. Hola Kirke, me ha encantado tu relato, lo considero realmente muy acertado. Personajes y situación auténticos!!! Enhorabuena querida amiga por tu genial texto.
    Un fuerte abrazo y que tengas un muy bonito día.

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    1. Hola, Marina.
      Me alegra mucho que te haya gustado este relato tan alegórico.
      Un beso y buen miércoles.

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  5. Hola Paloma, me parece muy atractivo el ejercicio propuesto y sin duda has conseguido crear una historia original y divertida. Por otro lado, creo que deberían sustituirse algunas penas de prisión y sustituirlas por acudir diariamente a tres reuniones de comunidades de vecinos aunque sea solo de oyente; ese si es buen castigo :-)
    Un fuerte abrazo.

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    1. Hola, Miguel.
      ¡Tienes toda la razón! Acudir a juntas de propietarios es más duro que la cárcel.
      Por desgracia, he sido presidenta varias veces y en algunas reuniones descubrí mis instintos asesinos porque si hubiera tenido un arma a mano la hubiera utilizado sin dudar.
      Gracias por la visita.
      Un abrazo.

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  6. Qué bueno Paloma! Has conseguido reunir todas las personalidades varias de una comunidad de vecinos y recrear una situación bastante normal en las reuniones. Todo el mundo quejándose sin llegar a ponerse de acuerdo!!
    Me ha gustado mucho y me parecido muy original!!! :)) un besote guapa!!

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    1. Hola, María.
      Si he reflejado bien el ambiente de una junta de vecinos es porque he tenido que acudir a muchas (mi marido siempre se escaquea por su horario laboral y me toca a mí, el muy jeta).
      Qué bien que te haya gustado. Muchas gracias, guapa.
      Un besote.

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  7. Lo malo que tiene seguir las directrices de un profesor es que te quita iniciativa y te impone reglas que pueden no estar muy de acuerdo con lo que a ti te gusta y acostumbras. Lo bueno, es que tienes que escribir bajo presión, saliendo de tus parámetros habituales e incluso con cierta incomodidad y eso, qué duda cabe, enseña mucho.
    El relato está muy bien escrito y creo que se adapta a la perfección a lo pedido. Además le has dado tu toque de humor e ironía que está muy bien.
    Te digo como Gemma ¿Qué te dijo tu profe?
    Un beso.

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    1. Hola, Rosa.
      Cuando vas a un curso de estas características te "obligan" a tocar todas las cuerdas. A mí me parece bien, porque de lo que se trata es de aprender y se han de conocer todos los registros. Luego que cada uno elija el que más le guste o se le dé bien.
      De hecho, gracias a estos ejercicios me he sumergido en estilos que nunca se me hubieran ocurrido, como el del texto "infectado de lirismo" que me supuso un 10 por parte de la profe, algo que no hubiera sospechado nunca porque esa forma de escribir tan poética no me atrae nada.
      A la profe le gustó mucho el texto por el perfil tan marcado de los personajes y por los diálogos que los mostraban muy bien. También me hizo una sugerencia para utilizar la misma idea (que le pareció 'fantástica') pero dándole un sentido más metafórico al edificio; es algo complicado de expresar por aquí, pero tomé buena nota y más adelante quizá la desarrolle, aunque será en un relato mucho más extenso que este del blog.
      Un besote.

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  8. Dadas las consignas recibidas para escribir el relato, muy difíciles de cumplir a la vez, en mi opinión, te has salido nuevamente con la tuya, jajaja. Me ha parecido un texto idóneo y los personajes son un fiel reflejo de lo que querías transmitir. Y diría más, son un calco de la tipología que suele abundar en las comunidades de vecinos, jeje. Y has sabido darle un final redondo.
    Un texto muy bien hilvanado y, como ya es habitual en tí, con un gran sentido crítico y del humor. Me ha encantado.
    Un beso.

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    1. Hola, Josep Mª.
      Con las consignas hice lo que pude y por desgracia he asistido a muchas juntas de vecinos lo que me obliga a conocer muy bien la fauna que por esos sitios pulula.
      Intento reírme de casi todo y especialmente de lo que me desagrada, para quitarle algo de hierro. En esas juntas de vecinos a las que asistí a veces tuve que elegir entre masacrar a la mitad de mis vecinos de la manera más sangrienta o tomármelo a guasa. Afortunadamente, elegí lo segundo y evité la cárcel.
      Gracias por tu valoración, amigo. Un besote.

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  9. Hola Paloma muy interesante el ejercicio. Esos nombres de los personajes hacían que de manera inconsciente ya los estuviera viendo y asignándoles características y eso desde el desconocimiento hace que se tengan que describir menos los personajes y te sitúan bien, supongo que juega con los prejuicios que tenemos los lectores asignando a uno u a otro ciertas características.
    Por lo demás me ha parecido que es una historia de las que te hace sonreír, que describe esas situaciones hilarantes y absurdas que se producen en una reunión de vecinos que a veces sería necesario plantear como ir a la batalla.
    Estoy contigo que estos cursos te obligan a salir de tus registros y eso hace que se aprenda y que se estruje la imaginación para conseguir un texto adecuado con consignas que a veces son de lo más tortuosas.

    Desde mi poco conocimiento me ha parecido un buen ejercicio, quizás lo único que diría es sobre esas anotaciones de dijo fulanito, dijo menganito... que podían parecer un poco repetitivas pero que personalmente desconozco cómo se puede resolver cuando salen tantos personajes en un texto para que no canse al lector.
    Un beso enorme

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    1. Hola, Conxita.
      Creo que a esas objeciones que pones (que te agradezco en el alma por lo sinceras) ya te ha contestado David con su comentario. Cuando hay muchos personajes, como en este caso, es complicado mantener un diálogo y saber en todo momento quién está hablando, solo cabe recurrir al "dijo". Además, en la escuela donde yo asistí, incidían en que no tuviéramos miedo al verbo "decir", que no buscáramos sinónimos rimbombantes para sustituirlo y no repetir, ya que era más claro. Sin embargo, hace unos días Josep Mª, en una de sus publicaciones, contó que su profesora le indicó lo contrario, que no se repitiera tanto el verbo decir y que se buscaran sinónimos. Como verás, cada maestrillo tiene su librillo.
      Yo hice caso a medias, tuve que recurrir al "dijo fulanito" "dijo menganito" para situar bien al lector aunque de vez en cuando utilicé sinónimos de ese verbo.
      Es curioso, y estos ejercicios me lo hacen ver, cómo situaciones en principio sencillas presentan dificultades que muchas veces no sospechas hasta que te pones a ello.
      Gracias por tu aportación, guapa.
      Un besote grande.

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  10. ¡Qué mérito tiene sacar un relato con esos requisitos! En mi caso se me funden los plomos cuando se me plantean requisitos para imaginar una historia. Así que ¡envidia me das! Es un relato impecable a nivel narrativo, bien pensado y tramado con esa presentación de los personajes y esa bala en la recámara que viene a cerrar el relato, como es doña Real. Los diálogos se identifican con cada personaje. También destaco algo difícil como es el uso de varios personajes en un relato corto que además es una escena. Has dado un papel a todos, sin olvidarte de ninguno, aunque dando un mayor protagonismo a un par.
    Al ser varios personajes, aunque las intervenciones ya los identifican, es irremediable especificar quién dice cada frase. Si fueran dos, bastaría el "dijo" en las dos primeras intervenciones, pero al ser una reunión debe dejarse claro.
    Fantástico, Paloma! Un abrazo!

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    1. Hola, David.
      Como le comento a Conxita, con este tipo de ejercicios caes en la cuenta de que mostrar escenas, en principio no demasiado enrevesadas, presentan una complejidad insospechada, como el hacer saber al lector quién está hablando cuando hay muchos personajes en acción.
      Creo que si tú te hubieras visto en la necesidad de escribir algo que cumpliera estas consignas habrías logrado algo muy bueno, a veces, bajo presión damos lo mejor de nosotros. Yo, desde luego, de antemano nunca hubiera escrito un relato con estas características y ya ves.
      Gracias por tu análisis y percepción, un besote muy grande.

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  11. Hola Paloma,
    Te felicito, porque es un ejercicio complicado, pero está súper bien desarrollado.
    A parte que salir de la zona de confort, en la que nos encontramos cómodos escribiendo es un auténtico mérito. Así que muy bien, :)
    Y me ha divertido mucho, porque me los imaginaba y visualizaba perfectamente.
    Ahora no, pero antes vivía en un bloque de pisos y a algún vecino si que lo he identificado. Tal cuál, y qué paciencia, ja, ja, ja
    Un beso.

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    1. Hola, Irene.
      Este tipo de ejercicios obligan a abandonar esa zona de confort que citas, es cierto, y así se practican técnicas que de otra manera nunca se experimentarían. Creo que está bien lo de probar, intentar cosas nuevas y luego ya decidir qué nos gusta más y qué se nos da mejor.
      Mucho me temo que la tipología de vecinos es universal, y todos los que hemos tenido que sufrir esas juntas de propietarios arrastramos secuelas difíciles de superar.
      Un besote grande, guapa.

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  12. ... y llegó Don Legista y propuso iniciar un contencioso con el ayuntamiento..., presentó unos papeles que demuestran que ese trozo de parcela jmás fue cedido al municipio,... Me ha encantado Paloma!

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    1. Hola, Norte.
      Pues mira, ese vecino, don Legista, no asistió a la junta y eso no sé si fue bueno o malo para los demás, porque en mi comunidad tuvimos que meternos en juicios por un problema con un propietario y, aunque ganamos el pleito, fue algo engorroso y desagradable.
      Gracias por tu vista.
      Un beso.

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  13. Hola Paloma:
    Como muestra de admiración te he nominado para el premio Blogger Recognition Award. Si quieres aceptarlo, puedes recogerlo en “Hasta que el esplendor se marchite”:
    https://hastaqueelesplendorsemarchite.blogspot.com/p/nominaciones.html
    Un gran saludo.
    Ariel

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    1. Hola, Ariel.
      Muchas gracias por ese premio. Todo un honor.
      Un saludo.

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  14. El texto es singular. Lleno de verdades como puños y cáustico. Un final que viene de sopetón en manos de la Cruda que llega cuando nadie ya la espera. Un jardín que marchita antes de tiempo bien escrito que se hace corto.
    Socarrón, socarrón ¿dónde estabas?

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    1. Hola, Paco.
      Socarrón, al igual que don Legista, no asistió a la junta. Y menos mal, porque con los que fueron ya hubo lío... si aparece por ahí un tío dando caña la puede liar parda. No veo yo a doña Vanidad ni a doña Raciocinio con mucho sentido del humor, la verdad.
      Besos.

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Hada verde:Cursores
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