Un joven librero español huye de la policía a Irlanda, allí se une a una expedición arqueológica. Por otro lado nos trasladamos a la Irlanda del siglo XI donde vikingos e irlandeses luchan por el control de toda la isla.
La parte referente a las luchas entre irlandeses y vikingos es muy entretenida pero la del librero y sus excavaciones no me han enganchado nada, de hecho me ha parecido una historia muy cándida.
La idea de entrelazar dos épocas mediante unos restos arqueológicos es buena pero es como si le faltase un hervor; como un plato que se saca antes de tiempo del horno. Creo que el autor no se ha trabajado suficientemente el vínculo entre una historia (la del librero) y otra (la de los vikingos).
Lo que más me ha gustado: el título; muy poético.
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