La novela nos cuenta las vivencias de una familia que en los años 50 del
siglo pasado se va a trabajar a una plantación de cacao en la isla de Fernando
Poo. De esta manera nos sumergimos en la época colonial española en Guinea
Ecuatorial así como en unos paisajes exuberantes y exóticos.
El inicio es fascinante, sin embargo el ritmo de la narración se va ralentizando haciendo la lectura, en algunos momentos, bastante tediosa; se incluyen escenas que no aportan nada.
La sensibilidad con la que se describen las historias de amor (aparte de la historia principal hay otras dos que la autora se las podría haber evitado) se acaba convirtiendo en sensiblería, de manera que lo que empezó casi como una novela de aventuras acaba en un auténtico folletín; una lástima.
Kirke
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