Este es el tercer volumen de un
antología del absurdo que cierra (espero que solo por el momento) una serie
donde el ABSURDO es el protagonista por excelencia de los relatos que en ella
se encuentran.
De nuevo las risas están
aseguradas, de nuevo el absurdo impera por doquier y de nuevo la denuncia
soterrada (a veces no tan soterrada) se encuentra en las historias que Pedro
Fabelo nos cuenta. Cabría pensar que si vuelven el absurdo, el humor y la
denuncia, nuevo, lo que se dice nuevo, el tema no lo es. Puede, pero cuando un
libro te hace reír y pensar y divertirte, no importa insistir por triplicado
como es el caso de esta trilogía.
Una vez más, los temas son muy
variados y las situaciones absurdas se dan en diferentes lugares y épocas,
demostrando así que el absurdo es atemporal y universal. En este tercer volumen
viajamos a Estocolmo para visitar a un abuelo muy sabio (El consejo), o a
Alemania a conocer los entresijos de la gala de premios “Goethe ist die hostien”
(El premio). También vamos al futuro, al año 2070 (El futuro en la medicina), o
al pasado, al año 398 a conocer a Atila cuando es un niño y su madre le cuida (Atilita, el huno).
Una vez más, la retranca que se
gasta el autor es de traca e hila muy fino con alguna de sus ironías. Un
ruiseñor llamado Atticus Finch, un descendiente de Drácula contagiado de SIDA, un practicante del deporte del ajedrez con el
colesterol elevado o una vidente llamada Cristal de Bohemia porque su nombre de
pila es Cristal y nació en Bohemia. Delirante.
Una vez más, la denuncia
implícita en casi todos los relatos es de una ironía exquisita. Fabelo nos
hacer reír, sí, pero también nos deja cierto regustillo amargo porque en el
fondo alguna de las cosas son para pararse y reflexionar de verdad.
Como un aditamento más en este tercer volumen sobre el absurdo, Pedro se nos presenta como una persona agradecida y lo demuestra y muestra dando las gracias a quienes son parte indispensable en esto de escribir: los lectores.
Como un aditamento más en este tercer volumen sobre el absurdo, Pedro se nos presenta como una persona agradecida y lo demuestra y muestra dando las gracias a quienes son parte indispensable en esto de escribir: los lectores.
Este tercer volumen me ha hecho
reír de nuevo (sí, de nuevo aunque ya sea habitual con este autor) y me ha
hecho disfrutar con las historias disparatadas que tan bien cuenta Pedro Fabelo
(las cuenta bien porque escribe muy bien, esto tampoco es nuevo). Pero sobre
todo esta trilogía me ha permitido conocer a un excelente escritor y, lo que es
más importante, a una excelente persona. A través de varios correos
electrónicos he compartido impresiones varias con Pedro, al principio con temas
relacionados con su obra, donde me enteré cómo se lo ha currado a base de bien
pues al autopublicarse ha tenido que maquetar los libros y hasta diseñar las
portadas con sus propios dibujos. Poco a poco empezamos a charlar de otras
cosas, de nuestros respectivos blogs, de las rarezas de la RAE o de las redes
sociales. En fin, charlamos virtualmente de lo terrenal y de lo celestial, y
siempre he sentido a un ser muy humano y cercano. Esto ha sido lo mejor de la
trilogía.
Y como una muestra más de lo
buena gente que es, Pedro me ha mandado vía email unas dedicatorias manuscritas
y personalizadas. Un detallazo.
Pero volviendo al libro que nos
ocupa, tan solo reseñar que el final vuelve a ser muy personal, el autor nos
muestra un poquito de sí mismo a través de una supuesta entrevista que le
hacen, ahí nos expone detalles de su forma de ser como que tiene una voz
interior sumamente divertida que le inspira y que al conocerla uno se explica
perfectamente el porqué del humor tan bueno que se gasta Fabelo.
El libro y la trilogía terminan
así, con esa entrevista. Pero yo quiero terminar la reseña con un párrafo que
se encuentra en uno de los relatos, El consejo,
porque creo que lo que ahí se cuenta refleja muy bien el espíritu de esta
colección de libros. Las palabras que a continuación aparecen son toda una
declaración de intenciones por parte del autor y el mejor broche para terminar
una antología entrañable y divertida.
“La vida, en esencia, es lo
suficientemente estúpida en sí misma como para no tomársela demasiado en serio.
Reíd mientras podáis. Todos los días de vuestra vida. Reíros de todo. Incluso de
vuestras desgracias. Especialmente de vuestras desgracias. Cuando la muerte os visite, reíros de ella en
su cara. Que sepa que no la teméis, aunque por dentro os estéis cagando de miedo.
Mienten quienes dicen que la verdad
os hará libres. Lo que de verdad nos hace libres es nuestro sentido del humor,
nuestra capacidad de poder reírnos de las cosas horribles que nos ocurren a lo
largo de nuestra vida. Por eso ni a las religiones ni al poder les gusta el
humor. Lo temen. Porque saben que si eres capaz de reír jamás podrán someterte bajo
sus estúpidas leyes, sus estúpidas normas ni sus estúpidas reglas.
No sé si hay vida después de la
muerte. Lo ignoro. Pero de lo que sí estoy seguro es que, si la hay, me estaré
riendo de todo y de todos allí donde esté.”
Amén.
Hola.
ResponderEliminarMe parece interesantísimo, y me da rabia que gente con este talento tenga que autopublicarse y en cambio, si tienes un canal de youtube donde cuentas como le retiras el pañal a tu hijo o con qué detergente lavas la ropa Planeta te publica.
Enhorabuena a Pedro porque menudo trabajazo maquetar, diseñar la portada y ya de paso escribir bien.
Enhorabuena a ambos, a ti por la reseña y a él por sus obras.
Hola, Gemma.
EliminarLo del éxito de los youtubers es para hacérnoslo mirar por un psicólogo, porque no sé qué fascinación puede encerrar ver a un tío comerse un yogur o que nos cuente la manera de pelar un plátano. A mí, personalmente, ver esas cosas me parece una manera de perder el tiempo, pero que encima escriban libros sobre eso y se vendan como rosquillas ya me indigna hasta cotas estratosféricas.
El curro de Pedro con estos libros sí que tiene mérito.
Un beso y buen finde, guapa.
Ya me he manifestado en varias ocasiones sobre la obra de Pedro y de Pedro como escritor y persona. Poco más puedo añadir que no sea redundante después de esta estupenda reseña. Esa trilogía del absurdo solo contiene historias y situaciones absurdas en apariencia, pues, como muy bien dices, muchas de ellas tienen un trasfondo que hace reflexionar. Después de la sonrisa queda un poso de seriedad y eso es lo bueno que tiene Pedro, que es capaz de presentar una situación, con la que todos nos hemos encontrado y de la que hemos renegado, de tal forma que nos arranca una sonrisa cuando no una risa. Con su crítica, muchas veces ácida pero nunca amarga, nos hace ver las cosas de otro color y pasar un rato muy agradable. Y es que a todos nos falta humor, a unos más que a otros, claro está. El humor es algo que, en mi opinión y por desgracia, se va desgastando con los años, de ahí que sea tan importante recargar las pilas y volver a tener motivos para reír. Y eso se lo tenemos que agradecer a Pedro con su innegable sentído del humor satírico.
ResponderEliminarMe ha encantado esta reseña porque has hecho justicia con un autor que merece tener un gran éxito.
Un beso para ti y un abrazo para Pedro.
Hola, Josep Mª.
EliminarEstoy completamente de acuerdo contigo en el papel primordial que tiene el humor en la vida. Además, el humor de Pedro (ácido pero no amargo, muy aguda tu puntualización) es incisivo, denuncia situaciones injustas pero sin cabrear, algo que ahora abunda mucho, ese pataleo vacío que luego se queda en nada. Sin embargo, la manera de denunciar de Pedro es de las que dejan poso, de las que te hacen pensar .
Cuando un libro además de entretener, que ya tiene mérito, te hace reflexionar, ese plus añadido le da un mayor valor que lo hace diferente del montón. Y eso pasa con estos libros del absurdo. Si, ya para rematar, te hace soltar alguna que otra carcajada, la gozada es perfecta.
Un besote grande.
Un autor en su linea, aunque no haga dieta. Me subscribo a lo de que el humor nos hace seres libres y felices.
ResponderEliminarEs muy difícil escribir en esa clave humorística que invita al lector a echarse unas risas a costa, incluso, de él mismo.
Un beso.
Hola, Javier.
EliminarSin ninguna duda leer a Fabelo es leer humor del bueno y con "mensaje". Que se ría de sí mismo y la mejor prueba de que sabe de qué va el humor.
Un beso.
Querida Paloma,
ResponderEliminarResulta ciertamente emocionante leer cosas positivas acerca de tu obra, de aquello en lo que has invertido tanto tiempo, ilusión y esfuerzo, y que has logrado sacar adelante superando los muchos obstáculos que se te van presentando en todas y cada una de las fases del proceso. Pero aún más emocionante me resulta leer cosas tan positivas sobre mí, no como autor, sino como persona.
No soy muy dado a fardar. De hecho, no tengo problemas en admitir que ni siquiera estoy entre los diez mejores escritores del bloque de pisos donde resido (también es mala suerte que todos los que escriben bien en la isla se hayan venido a vivir al mismo edificio que yo, carajo).
Bromas aparte, de lo que sí puedo sentirme orgulloso es de todos vosotros, los que me leéis, los que compráis mis libros, los que me dedicáis generosas porciones de vuestro tiempo para escribir y publicar en vuestros blogs y redes sociales cosas positivas sobre mi obra.
Decía antes que en todos y cada uno de mis libros hay mucho trabajo, sudor y lágrimas (soy un "sentiguntón", como digo en uno de mis libros ;). Todo eso es cierto. Pero no lo es menos que, cuando recibes un feedback tan positivo de quienes te leen y se interesan por lo que escribes, todos los esfuerzos, dolores de cabeza, contratiempos y sinsabores quedan atrás, muy atrás, tan atrás y tan pequeño que pierde significado, hasta el punto de acabar descubriéndote a ti mismo como alguien afortunado; afortunado de haber podido llegar a tanta gente diferente, haberles hecho reír, haber conseguido ofrecerles un paréntesis de diversión y evasión entre tanto drama (porque la vida, en esencia, es más drama que comedia).
Así que, dicho todo esto, sólo me resta darte una vez más las gracias, querida Paloma; por tu cariño, tu cercanía, tu generosidad y tu sentido del humor.
Fdo. El onceavo mejor escritor del bloque de pisos donde resido. ; )
Hola, Pedro.
EliminarQue te has trabajado la trilogía se nota desde casi el primer renglón. Las portadas, los ajustes de los párrafos, todo está cuidado y se ve en el producto final. Así que ya solo por eso enhorabuena por el esfuerzo.
Además, lo de "dentro" es también muy bueno, no solo el continente sino el contenido es un buen producto, así que nada que objetar, sino todo lo contrario.
No puedo añadir mucho más a las impresiones que hemos intercambiado por correo pero reitero que lo que más lamento en estas situaciones es que mi blog no tenga una gran repercusión mediática (como la de esos youtubers del demonio) que impide que libros como los tuyos sean más conocidos.
Espero que ese ánimo mejore y si esta humilde reseña contribuye, aunque solo sea un poquito, a ello, ya me doy por satisfecha.
Espero seguir leyendo cosas tuyas, en el blog o en papel, como sea, pero ese humor que te gastas algunos lo necesitamos, es un buen complemento vitamínico para afrontar tanta estupidez que nos rodea.
Deseando volver a reseñarte, eso indicaría que has vuelto a publicar.
Un beso.
P.D. ¿Has pensado en mudarte a una casa de un solo piso, o de dos como mucho? Así solo serías tú el escritor y el liderato estaría asegurado.
Estoy leyendo el primer volumen. Lo intercalo entre mis otras lecturas y la verdad es que, con la temporada que llevo de trabajo, lecturas conjuntas y alguna cosa para MoonMagazine, no avanzo demasiado, pero me está gustando.
ResponderEliminarEs importante eso que dice de que el humor nos hace libres, sobre todo cuando sabemos reírnos de nosotros mismos y de nuestras miserias. El que se ríe de los demás, no tiene sentido del humor, solo mala baba. Reírse de uno es lo que da cartel de inteligente, y de eso hay mucho en "Absurdamente".
Un beso.
Hola, Rosa.
EliminarReírse de uno mismo, además de indicar inteligencia o la única manera de entender bien el humor, es una buena terapia para desintoxicarse. Yo lo pude comprobar personalmente cuando escribí aquella serie de Doctoranda al borde de un ataque de nervios. Humorizar con situaciones que me habían pasado, reírme de ellas (y de mí) me hizo ver que tampoco era para tanto y me desestresó de tal manera que desde entonces casi todo lo escribo es con esa técnica.
Espero que sigas disfrutando con ese volumen.
Un besote.
Ay pues me ha parecido muy interesante esta lectura. Me gusta mucho el humor absurdo, así que tomo nota de este autor!
ResponderEliminarDrácula con el sida me ha recordado a un momento de mi infancia. Hice teatro en la E.G.B e hicimos una obra de vampiros. Yo era la vampiro vegetariana, y salía con una lechuga porque mi personaje no quería beber sangre por miedo a contagiarse de el sida jajaja
Me apunto a este autor, y estoy de acuerdo con Gemma, es triste que historias como esta se tengan que autopublicar y después los influencers o famosos vendan millones de copias.
Un besote guapa!
Hola, María.
Eliminar¿Una vampira vegetariana? Pues de ahí se puede sacar una buena historia absurda. Me has recordado una canción de Serrat sobre un vampiro que solo bebía agua.
El humor de Fabelo es estupendo, te aseguro que en algunos relatos he soltado verdaderas carcajadas, a veces en el metro o en lugares públicos con las consiguientes miradas de suspicacia de quienes estaban a mi alrededor (que alguien se ría así, sin venir a cuento según los demás, siempre suscita recelo).
Esta tarde voy a volver a la Feria del Libro y creo que me tomaré antes un Lexatín, porque los fines de semana es cuando van los "famosos" a firmar, seguro que habrá alguna caseta con un influencer de esos y cada vez que veo las larguísimas filas para que les firmen la estupidez de turno me agarro unos cabreos de aúpa, especialmente cuando en la caseta de al lado está otro escritor, de los de verdad, que sé que escribe bien y está más solo que la una. ¡Qué injusta es la vida! y qué tontos somos los humanos.
Un besote grande.
Si algo hay esencial en esta vida es el humor. Sin él, este valle sería de lágrimas, literalmente. Tres libros muy interesantes y para tener muy en cuenta. Como dices a veces se habla con desdén de los autores que autopublican. Bien es cierto que en muchos autores parece que publican más de lo que escriben y revisan. Parece que cualquier cosa les parece buena para subirla a Amazon y ponerle un precio.
ResponderEliminarPero también es verdad que existen muchos, como Pedro, que se toman muy en serio el producto que ponen a la venta. Y cuando así se hace, tenemos que reconocer el ENORME trabajo que hay detrás. No es solo escribir, es revisar, es dar un sentido al conjunto de relatos, es maquetar, es volver a revisar, es hacerte diseñador, es pelearte con programas informáticos, es promocionar, es atraer lectores... Y todo ello lo realiza el autor. Y eso es algo que se merece todo el reconocimiento del mundo. Un fuerte abrazo y muchos éxitos para Pedro.
Hola, David.
EliminarTú mejor que nadie sabes qué trabajo hay detrás de autopublicar porque todo se lo tiene que currar el autor. Así que también sabes el esfuerzo que hay que hacer y las horas de curro que hay que invertir en ello. Yo lo experimenté cuando publiqué mi tesis, ahí descubrí que había que maquetar un libro y hasta que lo hice no me di cuenta del trabajo que supone, y eso que tuvo la ayuda de mi marido que también curró lo suyo.
Es verdad que el mercado está saturado desde que uno puede autopublicarse sin el "consentimiento" de una editorial, Amazon además ha hecho que cualquiera pueda acceder a este formato, y eso ha hecho que muchos chapuzas pueden vender libros. Quizás ahí esté la base para que "autopublicar" se menosprecie en algunos sectores. Pero una servidora ha leído mucho, para bien o para mal, y precisamente por eso valoro mucho más cuando me encuentro algo realmente bueno. La trilogía de Pedro Fabelo es de esos buenos productos.
Creo que la parte de autopromoción es la más complicada de fructificar, ahí tener una editorial detrás es mucho mejor, porque la publicidad es importante y salvo en el caso de los influencers esos un individuo solo no tiene el poder de convocatoria ni llega a tanto público como lo puede conseguir una editorial.
Un beso.
No sabía que existiese una tercera parte, pero eso demuestra que Pedro y su particular sentido del humor están en plena forma y pueden dar mucho de sí :) El párrafo último que transcribes me parece sencillamente genial. El día en que aprendamos a reirnos incluso de las propias desgracias, no habrá más ceños frunciodos ni más amargados por el mundo. ¿Acaso no sería eso el mejor adelanto de todos los tiempos para la raza humana?
ResponderEliminarPedro es fantástico y tu reseña, desde luego, está a la altura. Enhorabuena a los dos :))
¡Un beso!
Hola, Julia.
EliminarSaber reírse es una buena terapia, pero no vale cualquier manera de reír. Como comentaba Rosa quien se ríe de los demás no tiene ningún sentido del humor. Cuando uno se ríe de sí mismo es cuando realmente demuestra que sabe de qué va el verdadero humor. Además es un excelente relajante muscular y anímico, te lo dice una boticaria que de remedios sabe algo ;)
Que ese humor esté basado en el absurdo es la mejor manera de resaltar y denunciar algunas situaciones cotidianas que hemos asimilado como buenas por inercia, cuando en realidad son situaciones injustas que deberían molestarnos. El humor de Pedro las descubre tal como son y remueve conciencias. Así que ese humor es mucho más que humor.
Un besote grande y que tengas un estupendo finde.
Solo he leído el primer Volumen, pero tengo pendiente leer los dos restantes, y después de esta reseña, los buscaré y me haré con ellos, te lo aseguro, porque reírse es muy importante y si es de uno mismo, mejor, hasta estoy convencida de que cuando nos reímos mejoramos nuestra salud, y en los hospitales debería de haber una biblioteca donde la gente tuviera acceso a eso libros de humor y poderse reír, así lo duro de la estancia hospitalaria y la enfermedad se podrían sobrellevar mejor, a que si?.
ResponderEliminarComo siempre una magnifica reseña y sobre todo me alegro mucho que tanto esfuerzo y trabajo, haya tenido la gran recompensa de que hoy podamos tener en nuestras manos estas joya del humor y te aseguro que leeré los dos restantes.
Un besote y feliz fin de semana.
Hola, Tere.
EliminarTú que has leído ya el primer volumen sabes de lo que hablo, así que poco más puedo añadir yo.
Espero que te animes con los otros dos donde encontrarás nuevas historias que te harán reír de nuevo.
Un besote grande y pasa un buen fin de semana.
Excluyendo el momento fandom, (que se me va de las manos) he de decirte que he disfrutado y me han encantado las tres reseñas, Paloma. Y mucho.
ResponderEliminarUn beso enorme.
Hola, Irene.
EliminarPues yo estoy encantada con que te hayan encantado estas reseñas. Es una gozada poder compartir las impresiones de una lectura agradable y bonita, saber que otros lectores sintieron lo mismo es satisfactorio, sobre todo cuando a mí que me siento muchas veces un bicho raro por nadar contra la corriente cuando opino la revés de la mayoría.
En este caso todos los que hemos leído a Pedro, coincidimos en que es un buen escritor y con un humor muy peculiar.
Un besote.