En este libro Fernando Marías hace una remembranza de la vida de su padre recientemente fallecido. Ese recuerdo es una amalgama de sentimientos y sensaciones compartidas entre padre e hijo a lo largo de los años.
Esta podría ser la sinopsis pero sería quedarse cortos a la hora de describir este maravilloso relato. Aquí no sólo se recuerda al padre, también se habla del hijo, el que escribe, y es que "concretar en un puñado de líneas lo que sabemos de las personas que amamos es un interesante ejercicio de escritura, pero también un involuntario autorretrato".
En una especie de terapia para superar la desaparición de su padre Marías decide escribir un libro que evoque la figura de su progenitor. Un padre ausente durante mucho tiempo por su profesión de marino mercante. Esos largos periodos de alejamiento físico se convirtieron en una sombra constante en la relación paterno-filial haciendo que la comunicación no fuera la deseada por las dos partes. El escritor decide reparar ese continuo malentendido que mantuvieron en vida a la muerte del padre.
Relatar la vida de alguien siempre puede resultar fascinante, sobre todo si se hace con la maestría de este autor. No hace falta vivir grandes aventuras ni realizar proezas heroicas "todos los seres humanos generamos una biblioteca figurada, la de los relatos que sobre nosotros harían las personas que nos conocieron bien".
Con una prosa magnífica Fernando Marías habla del Tiempo, de la Muerte, de la Soledad, de la Enfermedad, de los miedos que habitan en cada uno de nosotros haciéndonos más vulnerables de lo que creemos. Pero ante todo habla de esa unión entre un padre y un hijo a veces difícil, a veces fluida pero siempre sustentada en el amor.
Un homenaje al padre desaparecido y la huella que dejó en el hijo. Una forma de recuerdo permanente que sirve de blindaje contra la soledad del que ha de quedarse, un desafío a la muerte. Y es que los recuerdos pueden servir como revulsivos ante la tristeza de la pérdida.
Como escribió Isabel Allende en uno de sus libros "la gente cuando realmente se muere es cuando se la olvida".
Kirke
Hola! No conocía el libro y aunque no tiene mala pinta no suele ser el tipo de libro que leo.
ResponderEliminarUn saludo!
Es una lectura reflexiva y desde luego sin nada de acción. Con la abundante oferta literaria hay una gran variedad donde elegir. Para gustos se hicieron los colores.
EliminarUn abrazo
Me gusta mucho, tomando en cuenta que mi relaciòn con mi papà es muy muy cercana, me lo apunto. Estas historias despiertan en mì mucha sensibilidad. Espero poder disfrutarla algùn dìa.
ResponderEliminarTe nominè a un tag escrito a mano, si te apetece, està en mi blog. Un abrazo !
Si decides leer este libro seguro que te ha de gustar. Me paso por ese tag donde me has nominado, muchas gracias por acordarte de mí.
EliminarUn besote.
Estas historias en las que se nos relatan recuerdos basados en el amor que nos une a nuestros seres queridos suelen ser muy emotivos; confluyendo en ellos nuestras propias experiencias vividas.
ResponderEliminarCreo apreciar en tu entrada que el autor reúne la sensibilidad adecuada como para haber escrito un libro lleno de matices humanos muy atractivo y agradable de leer.
Agradezco pues, su acercamiento por tu parte.
Besos
La prosa es magnífica y rememorando detalles que en un principio pasaron casi desapercibidos el autor recuerda a su padre y es consciente de la huella que dejó en él.
EliminarParece que los libros sobre la muerte del padre se han convertido ya en un pequeño género en sí mismo :-) La verdad es que todos estáis hablando muy bien de este libro, al final me lo tendré que leer. ¡Un saludo!
ResponderEliminarYo también había leído muy buenas críticas y aunque el tema no me atraía mucho decidí leerlo. No me arrepiento. Está muy buen escrito y su lectura, independientemente de la temática, ya es grata por sí misma.
EliminarUn abrazo.
¿Yo no había hecho un comentario a esta entrada? Se me pierden hasta los comentarios.
ResponderEliminarPues decir que sí, que hay varios libros dedicados a los padres que mueren y son todos interesantes. Yo he leído dos. Uno de Héctor Abad Faciolince, "El olvido que seremos" y otro de marcos Giralt Torrente, "Tiempo de vida". Me han gustado mucho ambos. Este de Fernando Marías, lo tengo en la lista. A ver si lo leo, pero tengo tantos en la lista... (yo esto ya lo he escrito pero, ¿dónde?)
Un abrazo.
Para mí este es el primer libro que leo "a la muerte del padre" de un escritor. Sí que leí tras la muerte de un compañero/esposo dos novelas que además me encantaron (La ridícula idea de no volver a verte y La cirujana de Palma). No había leído nada de Fernando Marías pero en este libro su narrativa es estupenda y me ha gustado muchísimo; algunas descripciones son auténtica poesía.
EliminarP.D. Nunca borro ningún comentario (no he tenido necesidad de hacerlo) así que debiste comentar este libro en otro blog, jajaja.
Un besote
Lo leí hace poco y la verdad que me conmovió mucho. Me alegra que tú también lo hayas disfrutado.
ResponderEliminarBesos!!
Un libro que deja huella y sí, es una lectura que disfruté mucho.
EliminarUn beso