Tercera entrega (¿y última?) de la Trilogía de Baztán. Seguimos con las pesquisas de la inspectora Salazar intentando resolver los flecos que quedaron pendientes en el segundo libro (y también en el primero).
Como ya me pasó en Legado en los huesos la parte que concierne a la vida sentimental de la inspectora me ha resultado pesada, incluso cargante por la insistencia con algunos aspectos (el trauma que arrastra por el comportamiento de su madre cuando era pequeña ha sido cansino por lo repetitivo).
Respecto a la parte estrictamente policial me ha gustado bastante aunque también empezó a hartarme la recurrencia a situaciones que ya se expusieron sobradamente en los otros dos libros. Es decir, más de lo mismo y es que no se puede abusar tanto de algunas fórmulas por muy seguras que se tengan en la aceptación del lector. Además deduje quién era 'el malo' desde casi el principio de la lectura lo que quiere decir que era muy evidente porque yo soy muy torpe para averiguar antes de tiempo quién es el sujeto que busca la policía en una novela de suspense.
Cuando leo trilogías, y más si tienen éxito antes de estar terminadas, siempre me pregunto si habrá una cuarta entrega, quinta, sexta o más. Me molesta bastante que se quiera 'estirar' el filón de un éxito. No sé si en este caso habrá más libros pero, a mi modo de ver, el final no es redondo y me parece que la puerta está abierta a posibles continuaciones. Si es así me parece fatal, pienso que una buena historia se caracteriza porque en algún momento se acaba definitivamente.
Es una serie potable pero con mucho marketing detrás y eso, al final se nota, en eso que dices de "estirar el filón". Te recomiendo "Alcolea". Yo di con ella en Amazon buscando una novela negra ambientada en el País Vasco que no fuera la tan mentada Trilogía.
ResponderEliminarAcerté, la verdad.
Muchas gracias por la recomendación, seguiré tu consejo. La ambientación de esta trilogía me gustó mucho, así que esa Alcolea tiene buena pinta.
EliminarUn saludo.