"Escribe un micro de hasta 250 palabras en el que se narre una historia que tenga como protagonista un cuadro, escultura o similar, el cuadro puede ser el mismo protagonista o lo que aparezca en el mismo puede servir de hilo para una historia."
He tomado como cuadro Las Meninas de Velázquez.
¿CUÁNTO VA A DURAR ESTO? (249 palabras)
—Alteza, ¿cuánto va a durar esto? Tengo
la mano dormida de tanto sujetar el búcaro. Bien podíais hacerme el favor de
cogerlo vos misma.
—¿Y moverme? No lo quiera Dios, me
arriesgo a que me regañe el de los bigotes, que tiene mucho gracejo andaluz,
pero también un genio de mil demonios.
—Nadie osaría reprenderos, señora.
Sois la infanta Margarita, hija de los reyes de las Españas.
—Quita, quita, Agustina. Velázquez
tiene mucho predicamento con mis padres. ¿No te has dado cuenta de que no pierden
detalle de la pose?
—Sí, los veo reflejados en el
espejo a vuestra espalda. Tampoco pierde ripio ese señor que está en la puerta,
el chambelán.
—Un cotilla de aúpa. A ti se te
duerme la mano, pero yo voy a acabar con una tortícolis importante.
—¡Vive Dios que esto no es para
cristianos! Se me han adormecido las piernas y eso que las tengo bien cortas.
—Maribárbola, cuida tu lengua. Ser
bufona de la corte no te da dispensa para hablar como quieras. Toma ejemplo del
perro, un animal sin raciocinio y no se ha movido un ápice.
—Porque lo sujeta Nicolasito. Además, al contrario que nosotras, está tumbado, y eso algo ayuda a soportarlo.
—Ya puede quedar bien el cuadro
porque tanta inmovilidad es una tortura. Espero que esto lo vea mucha gente.
—Puede, alteza. Pero nadie sabrá
de nuestro sufrimiento para posar.
—Quién sabe. Quizás alguien se
decida a contarlo en algún reto de relatos.
Uno de los cuadros mas importantes de la historia, que como lo ejemplificas en el relato, es una obra "abierta" en la que uno puede entrar a la habitacion, se saluda a las meninas y a Velazques y se puede caminar hacia la puerta de salida y asi volveamos a mirar la escena para ver las espaldas de los alli presentes, siendo nosotros ese chambelan que ha cruzado de lado a lado.
ResponderEliminarTú lo has expresado muy bien, Las Meninas es un cuadro abierto. Siempre que las contemplo me siento una integrante más de la escena que representa: un pintor realizando un cuadro y los personajes pululando por los alrededores.
EliminarCuanto miedo... y eso que son Reyes.
ResponderEliminarLos que gobiernsn ahora no tienen tanto miedo.
Te ha quedado genial. Parece que alguien pasaba por ahí, pero se movió mucho y no salió en la foto.
Abrazooo
Este cuadro siempre me ha parecido una invitación a entrar en la escena para asistir al momento en que Velázquez se dispone a retratar a la infanta y sus criadas. Yo lo he hecho y pillé esa conversación ;)
EliminarUn abrazo.
Je, je, muy divertido. Un buen repaso de la trastienda que hay detrás de una gran obra. ¡Saludo!
ResponderEliminarGracias, Fernando.
EliminarUn saludo.
Hola, Kirke. Muchas gracias por participar en el microrreto del Tintero de oro. Me ha parecido un micro muy divertido, jajajaja, me imaginaba totalmente la escena, a Velázquez pintando y los demás quejándose. Has elegido muy bien el cuadro y, por supuesto, la temática del relato, porque le pega totalmente. Lástima que tengamos límite de palabras, porque daba mucho juego este cuadro y tu relato.
ResponderEliminarTe animo a leer al resto de compañeros del Tintero y también a seguir participando con nosotros en nuestros retos.
Un abrazo. :)
Hola, Merche.
EliminarYo también me he quedado con ganas de seguir contando qué pasó durante la realización del cuadro. Hay tantos personajes y tan peculiares que se podría escribir algo más extenso. Puede que algún día me anime y continúe la historia, ja, ja, ja.
Un abrazo.
Muy buenos diálogos que dan la movilidad anímica del cuadro. Escritos con mucha gracia. Un abrazo
ResponderEliminarMuchas gracias, Juna.
EliminarUn abrazo.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminar¡Jo, tía, qué pasada! Las Meninas de Velázquez es la obra maestra por excelencia. Es que se ha analizado mil veces y siempre te quedas con la boca abierta con el estilo que tiene. En esa época se hacía ARTE con mayúsculas, y del bueno. Y claro, estoy contigo en que toda la gente que sale en el cuadro, los modelos y la peña de la corte, seguro que estaban todo el día de chanchullos palaciegos.
ResponderEliminarHola, Lucila.
EliminarEsa gente con tanto perifollo y tanto postín, seguro que nos podrían dar tema para escribir largo y tendido. El chiringuito que tenían montado en la corte da para una novela de las largas.
Gracias por la visita y el comentario.
Un abrazo.
Has elegido un cuadro muy emblemático de nuestra pinacoteca, con mucho 'predicamento'. El diálogo está ,uy bien porque intervienen todos los personajes y utiliza un lenguaje propio de la época. Enhorabuena. Saludos!
ResponderEliminarlady_p
No creo que haya mucha gente que no conozca Las Meninas, aunque no se sepa quienes son todos los personajes que aparecen ahí, porque hay unos cuantos.
EliminarPor cierto, lady-p, no he podido colgar un comentario en tu blog porque me da error en Word Press. Que sepas que tu relato sobre el matrimonio Arnolfini nos presenta una historia perfectamente plausible para los dos personajes de van Eyck.
Un abrazo.
Buenísimo, Paloma. Era imaginable que te decidieras por un cuadro que tanto te gusta y tanto significa para ti. A mí también me gusta mucho. Eso de que Velázquez fuera capaz de meter al espectador en medio del cuadro con el truco de poner a los reyes por detrás del mismo, reflejándose en un espejo, siempre me ha parecido genial. Como ya es norma de la casa, tu sentido del humor de derrama también en este diálogo tan bien imaginado. Es cierto que a nadie se le ocurre pensar en la tortura de los modelos al posar para los cuadros que vemos. Y ese final haciendo un guiño al reto me ha encantado.
ResponderEliminarUn beso.
Yo me pregunto muchas veces cuánto tiempo ha tenido que posar el modelo para dar el resultado final. Ahora cabe pensar que se les hace una foto y ya está, pero antes...
EliminarLas Meninas me encantan porque, calidad aparte, es más que un cuadro. Es la escena "cotidiana" en una habitación del alcázar donde un pintor se dispone a hacer un retrato de la infanta con sus meninas y por allí pasan y se paran a observar diferentes personajes. Una composición estupenda.
Un beso.
Muy bueno, Paloma. Nos lo has mostrado como un cuadro viviente. Y razón tenía quien dijo que quizá algún día una bloguera metomentodo contaría los intríngulis de esa pintura ahora tan famosa, ja, ja, ja.
ResponderEliminarBromas aparte, debe ser un coñazo posar horas y horas, días y días, en la misma posición, sin mover un pelo, a menos que quieras ser increpado por el pintor, especialmente si este es muy famoso y tiene predicamento dentro de la familia que ha solicitado el cuadro.
Un beso.
Tienes toda la razón en lo de posar y si, además, tiene que haber una luz especial correspondiente a una hora del día (como le pasa a Antonio López) el cuadro se eterniza por los siglos de los siglos, ja, ja, ja.
EliminarCuando voy al Prado siempre visito la sala donde están Las Meninas, y siempre me siento como si entrara en la sala donde Velázquez las está retratando.
Un beso.
Hola Kirke muy divertido el micro y muy bueno el cuadro escogido.
ResponderEliminarLos diálogos son fantásticos.
Debe de ser un suplicio estar horas posando y días en la misma posición.
Ufff que mal. Te felicito me ha gustado mucho
Un abrazo
Puri
Gracias, Puri.
EliminarEsas pobres criaturas debieron de sufrir lo suyo para quedar inmortalizadas por Velázquez.
Un beso.
Hola corazón. En mi opinión el texto resulta ingenioso y divertido, porque da voz a los personajes de Las Meninas de Velázquez, con un tono cercano y humorístico. Me gusta cómo se mezcla la solemnidad de la pintura con las quejas cotidianas de los personajes, lo que humaniza la escena y la hace más entretenida. Te aplaudo. Es genial.
ResponderEliminarUn abrazo y feliz semana
Muchísimas gracias, Nuria, por tus apreciaciones. La verdad es que quería transmitir eso, una escena cotidiana dentro de lo que supone que Velázquez esté realizando una obra para la posteridad.
EliminarUn abrazo y buen domingo.
Hola Kirke, me ha parecido muy bueno y muy original. Ha sido agradable meternos en el momento en que están pintando el cuadro, la infanta ahí aguantando la pose y comentando todo. Seguramente eso sucedió en realidad, palabras más o menos. Una propuesta muy agradable. Enhorabuena.
ResponderEliminarGracias, Ana.
EliminarEstoy segura de que la infanta Margarita, siendo tan niña, tuvo que quejarse en algún momento ante la incomodidad de tener que posar, encima con esos vestidos que eran elegantes pero ligeros no.
Un abrazo.
¡Ay! Palabras mayores, Velázquez. Una genialidad de relato, Paloma. Una escena que podría haber sucedido así perfectamente en un tono muy divertido que quita gravedad a la obra maestra por excelencia. Me ha encantado leerte. Un beso.
ResponderEliminarGracias, Marta.
EliminarMe alegra saber que esta escena ha resultado creíble dentro de la solemnidad que supone un cuadro de nada menos que de un genio como Velázquez.
Un beso.
Me encanta que hayas dado voz a los personajes retratados. Una historia muy amena que cambia la forma en la que veré el cuadro a partir de ahora. Sin duda, recordaré este relato y sonreiré.
ResponderEliminarEnhorabuena por contarlo tan bien.
Todo un honor que recuerdes este escrito cuando veas Las Meninas. Hay que ponerse en la piel de los figurantes, ahí, posando y aguantando.
EliminarGracias, Carmen.
Un beso.
Me quedo especialmente con tu observación sobre el espejo al fondo. Siempre lo había visto como un recurso ingenioso, pero bajo tu lupa se convierte en el corazón de la pregunta. Los reyes reflejados son un futuro que ya es pasado para nosotros, los espectadores. Esa duplicación de tiempos y miradas —la de Velázquez, la de los reyes, la de la infanta, la nuestra— de repente hizo que la obra se me revelara no como un cuadro, sino como una máquina del tiempo. Has convertido a "Las Meninas" en un diálogo vivo, en una pregunta que, siglos después, seguimos haciéndonos. Después de leerte, ya no puedo ver el cuadro de la misma manera. Ahora cada vez que lo mire, veré a Velázquez cuestionando no solo su lugar en la corte, sino la naturaleza misma del instante y la memoria. Abrazos virtuales desde Venezuela
ResponderEliminarHola, Raquel.
EliminarYo no soy entendida en arte, pero me gusta disfrutar delante de algunos cuadros.
Independientemente de las opiniones de los críticos, yo siempre vi en Las Meninas algo más que un cuadro. Tengo la fortuna de vivir cerca del museo donde se encuentran y lo suelo visitar a menudo. Siempre que voy es para mí una obligación pasar por la sala donde está este cuadro, y siempre que lo veo, según voy adentrándome en la sala, tengo la sensación de que me incorporo a la escena que representa, es decir, siento que me introduzco en la habitación donde Velázquez está pintando a la infanta Margarita y sus doncellas, y donde los reyes observan cómo lo hace, además de los otros tres personajes que no son motivo del cuadro del pintor pero que se encuentran allí también. Por eso, cuando lo veo, me imagino que entre ellos deberían hablar y el diálogo entre la infanta y sus meninas debió de ser algo parecido a lo que he mostrado en el relato.
En fin, a mí me parece una genialidad y por eso soy una rendida admiradora de Velázquez.
Un abrazo.
¡Pues sí!, premonitorio el comentario de que quizás alguién escribiría un relato de la escena jeje
ResponderEliminarPaloma, me ha encantado que te atrevieras a "sacarle la lengua" a esta obra maestra con mayúscula, donde las divergencias de las miradas (tanto de los actores comola de los miradores, o sea, nosotros), están a la orden del autor, convirtiéndola casi que en un sainete, y el es que el humor es una de las mejores vaselina para engrasar la comunicación. ¡Ay si Velázquez te leyera el pescozón que te ibas a llevar! :)
Hola, Isabel.
EliminarSabes que tengo algo de bruja con algunas cosas y en esto acerté con lo de una bloguera contando las penurias de las protagonistas de Las Meninas, ja, ja, ja.
Llevarlo con humor siempre es mejor, total, va a dar igual si están enfadadas...
Prefiero no pensar qué opinaría Velázquez de este relato, seguro que me regañaría por distraer a sus figurantes. Creo que tenía fama de cascarrabias.
Un beso.
Hola, Kirke! Qué gran relato! Nos muestras al detalle la escena, qué digo la muestras, la analizas a la vez que le ponen un punto pícaro, cómico con ese final que rompe paredes y se lleva el sarcasmo de la mano. Y menudo cuadro has elegido. Pocos habrán más visto, analizados y estudiados que ese. Pues no hay novelas o artículos que beben de él, pero ninguno qué explique qué ocurría se verdad en la escena. Bueno, ahora sí, jajaja.
ResponderEliminarMuchas gracias por el aporte y un abrazo
Hola Kirke, pues las horas debían ser eternas por que dudo que posaran un par de días nada. Bien contado. Un saludo.
ResponderEliminarLa espera, la quietud estática de la pose y los calambres y miembros dormidos y hormigueantes, bien merecieron la pena. Ahora somos los que observamos el cuadro, los que nos quedamos estáticos ante tan maravillosa obra de arte, en la que un espectador avezado, se puede introducir y mirar el cuadro desde adentro.
ResponderEliminarinteresante tu punto de vista., amiga.
Besos.