Siempre he pensado que todo amante de la lectura lleva en su interior el
germen de un escritor. Creo que los que amamos la lectura anhelamos emular a
quienes nos gusta leer, es decir, a los autores de las obras que nos hacen
disfrutar.
Cuando estoy leyendo un libro que me gusta mucho desearía escribir algo
parecido y me encantaría saber expresar igual de bien esas emociones, esas
descripciones que, en el momento de la lectura, me atrapan y me admiran.
Hace más de diez años decidí crear este blog. En sus inicios era un
espacio dedicado a reseñas literarias, aquí plasmaba mis impresiones sobre las
lecturas de diferentes novelas. Al principio constaban de apenas un par de
párrafos, luego se fueron haciendo más extensas de manera que, además de opinar
sobre el libro en cuestión, también reflexionaba sobre el tema tratado en el
argumento.
Poco a poco fui explorando otros registros y añadí nuevas secciones en
las que daba rienda suelta a mis impresiones sobre diferentes temas y no todos
relacionados con la literatura. El blog se convirtió en un rincón donde dar
alas a mis ansias de escribir y poner en forma de letras mis reflexiones, unas
veces en clave de humor, otras completamente en serio pues los temas a tratar
no se prestaban a risa.
Con el tiempo fui más allá y, venciendo la vergüenza que suele aparecer
en estos casos, empecé a escribir relatos. Los primeros eran muy cortos, pero,
poco a poco, las historias se hicieron más complejas necesitando más espacio
para desarrollarse.
Una vez perdida la timidez inicial mi osadía me llevó a presentarme a
concursos de relatos con mayor o menor fortuna. Unas veces llegué al pódium,
las más no me comí una rosca, pero en todas me lo pasé fenomenal.
Un curso de escritura creativa y el sentirme muy cómoda escribiendo
ficción acabaron por aficionarme a esto de poner negro sobre blanco las
historias que me vienen a la cabeza.
Sin embargo, aún me quedaba un escalón por subir, un reto mayor: contar
una historia más larga, con un argumento y unos personajes que requirieran
desarrollo, espacio, mucho más trabajo; quería escribir una novela.
Este nuevo reto anduvo mucho tiempo en el cajón de las quimeras, ese
donde guardo mis deseos que creo imposibles de alcanzar, pero que, al igual que
ocurre con los sueños, me resisto a renunciar a ellos.
La historia estaba en mi cabeza, el escenario y los personajes
principales también, el desarrollo y los detalles vinieron después cuando, en
un arranque de optimismo, decidí ponerme a la tarea.
Fue un esfuerzo mayúsculo. Durante todo el proceso fui consciente del
trabajo que hay detrás y qué diferencias tan grandes existen entre un relato,
más o menos extenso, y una novela, una historia con muchos más matices.
Resultó una tarea más ardua de lo que me esperaba. Sufrí horrores, pero
también disfruté muchísimo. Cuando, por fin, la terminé vino la segunda parte:
¿Qué hago yo con esto?
«Esto» se quedó guardado en una carpeta de mi ordenador casi dos años.
Pensaba que debería darle salida, pero no sabía cómo. Además, había otra
cuestión que frenaba la exposición de mi trabajo: me daba muchísima vergüenza.
¡Qué cosas!
Vale que escribiera relatos y los mostrara, pero una novela… ¿En serio?
Me pareció una petulancia por mi parte y ahí se quedó el resultado, guardadito
en el disco duro de mi portátil hasta que un día dije que por qué no darle/darme
una oportunidad.
Lo primero que hice fue presentarme a un concurso de una afamada
editorial, Edhasa, (tenía mucha vergüenza de mostrarme como «novelista», pero
una vez superado el escollo me vine arriba sin cortapisas). El concurso, entre
plazos de presentación, normativas de jurado y veredicto, tardó casi un año en
dar los resultados. Ni que decir tiene que no me comí un colín, pero me había
lanzado a la palestra y ya no había marcha atrás.
Después del fiasco del concurso (no por esperado, menos doloroso) me
puse en contacto con unas agentes literarias que conocí a través de una amiga
escritora con varias novelas ya editadas. Estas agentes, después de varios
meses, me contestaron que la novela «estaba muy bien escrita» (no tiene faltas
de ortografía) pero que «no era del estilo» que ellas trabajaban. Supongo que esas
dos expresiones son eufemismos que se emplean en el mundo editorial para mandar
a paseo a los escritores que no interesan.
A pesar de este nuevo rechazo, no me amilané, aunque sí sentí flaquear el
ánimo. Me puse a buscar editorial. Contacté con varias que presumen de «apoyar»
a «escritores noveles» (eufemismo para nombrar a los autores a los que no los
conoce ni el Tato). El «apoyo» resulta bastante interesado pues esas
editoriales apoyan a los escritores noveles siempre y cuando estos apoquinen
una pasta previa, es decir, siempre y cuando uno pague por publicar; el
montante oscilaba entre mil y dos mil euros, aproximadamente.
Cuando tomé la decisión de mostrar mi primer retoño en forma de novela,
nunca pretendí ganar dinero, pero tampoco pensé que tendría que poner yo el
capital. Me negué en redondo a seguir el juego a esas editoriales que se
aprovechan de la ilusión de los «escritores noveles».
Entre pitos y flautas, ya habían transcurrido casi dos años desde que
decidí dar luz a mi pretendida novela y la pregunta «¿Qué hago yo con esto?»
seguía sin respuesta.
Decidida a recurrir a la última opción, o sea Amazon, vino a ayudarme
otra amiga escritora, alguien cuyo nombre desvelaré en otro momento, pero a
quien le debo muchísimo y que homenajearé debidamente a su debido tiempo.
Pues bien, esta escritora y amiga me habló de una editorial, muy modesta
y sencilla, que sí se dedica a dar oportunidades a los escritores noveles (y a
los no tan noveles) pero sin aprovecharse de ellos, es decir, sin cobrarles un euro.
Mandé el manuscrito con muy pocas expectativas porque, hasta el momento,
la experiencia no estaba siendo lo que se dice alentadora.
Después de varios meses, ya convencida de que me iban a mandar otra vez
a la porra, recibí un escueto correo de la editora:
Hola, Paloma:
Podemos hablar de la publicación de la novela ya que me ha gustado
mucho. Tienes una gran narrativa y es algo que no había leído antes, te
felicito.
Lo único que puedo decirte es
que no será para ya su publicación porque tengo otros pendientes primero.
Aquí me tienes para lo que necesites.
Un abrazo.
Recuerdo que abrí ese email en el metro, en medio de otros viajeros que
me miraron asombrados cuando, nada más leerlo, solté un «¡Toma, toma, toma!» en
voz alta que los pilló por sorpresa. Juro que se me saltaron las lágrimas de la
emoción. Noqueada tardé horas en reaccionar.
Varios días después me puse en contacto telefónico con la editora, una
mujer encantadora que rezuma ilusión y amor por su trabajo; un ánimo contagioso
que me puso en órbita.
En aquella conversación me dijo que, tal como avisó en el correo,
debería ser paciente porque sus recursos son limitados y había varias
publicaciones por delante, que debería esperar hasta el verano. Después de dos
años con el manuscrito dando tumbos de un lado a otro, unos pocos meses más no me
parecieron una molestia.
La editorial se llama Meiga Ediciones, lo que tiene su retranca porque
ya sabéis mi querencia por las brujas, especialmente las gallegas al ser mi
madre nacida en la provincia de La Coruña y, por tanto, poseer media genética
procedente de aquellos lares. Para más redundancia resulta que el tema de la
novela a publicar trata de… ¡Ay, no puedo decir más! No obstante, iré relatando
por aquí el proceso que se avecina fascinante. Publicar con el respaldo de
alguien tan ilusionado como yo o más seguro que da para una buena historia.
Hace semanas que sé la decisión de esta editorial, pero, siguiendo
indicaciones de «mi editora», he esperado al Día del Libro para dar la
primicia.
¡Feliz Día del Libro! Yo, este año, lo celebro con UN libro muy especial para
mí.
Ay Paloma, qué emoción!!! primero mi enhorabuena, aún sin haber leído ni el título de tu novela, por haber sido capaz de llegar hasta aquí. Comparto totalmente tu reflexión sobre que un gran lector esconde siempre un deseo de escribir algo parecido a aquello que admiramos. Yo me veo incapaz y por ello te admiro aun más. Deseando tener tu primer libro en mis manos. A celebrar tu especial Dia del Lubro. Abrazos.
ResponderEliminarHola, Nieves.
EliminarGracias por declararte así de fan de una servidora. Aún queda para ver mi retoño novelero en papel, pero la cuestión ya está encauzada. En cuanto lo tenga serás de las primeras en saberlo. Te mantendré informada.
Un besote grande.
Conozco tu peripecia, Paloma, y me alegro y me emociono contigo. ¡Qué ganas de tener tu novela -¡¡dedicada!!- en mis manos.
ResponderEliminarMuchos besos y ¡¡Muy Feliz Día del Libro!!
Hola, Juan Carlos.
EliminarHas sido testigo directo de cuánto llevo penando por "endiñar" la novela en alguna editorial, así que, supongo que celebras el feliz final aunque sea por alivio, ja, ja, ja.
Aún no tengo ningún ejemplar pero cuenta con uno dedicado a ti.
Un beso grande.
No sabes cuánto me alegro, Paloma. Como Juan Carlos estoy deseando tener en mis manos tu novela publicada y dedicada. Prometo leerla con rapidez y hacerle la reseña que, seguro, merece. he leído muchos de tus relatos (todos los que has publicado en el blog) y sabes que me parecen fantásticos.
ResponderEliminarEn lo que no estoy de acuerdo contigo es en que todo lector esconde un escritor. Aquí tienes una lectora que no tiene ninguna gana de ser escritora (ni cree que sirva para ello). Es más, odiaría el hecho de que escribir me quitara tiempo para leer. Ya me empieza a suceder son el blog...
¡¡¡Enhorabuena!!! Mantennos informados.
Un beso.
Hola, Rosa.
EliminarPues yo no estoy de acuerdo en que tú no tengas un germen de escritora, puede que no te apetezca mucho que salga a la luz, pero las pocas veces que te animas a escribir ficción lo haces de maravilla, así que si no escribes es porque no quieres, calidad posees de sobra.
Tú también has sido testigo directo de la gestación de esta novela, me ayudaste en su día muchísimo con tus consejos (y así quedará reflejado en el resultado final, tenlo por seguro). Algunos blogueros, entre los que tú te encuentras) habéis hecho mucho por mí en estos inicios tímidos y algo vacilantes. Eso es algo que no olvidaré nunca.
Un beso, amiga.
Pues a poco que haya contribuido a ayudarte en tu camino escritor, me alegro mucho y estaré muy orgullosa de ello. Fue todo un placer leerte y darte mis consejos. Siempre viene bien que alguien ajeno nos lea. Yo, al menos, nunca estoy muy segura de si lo que escribo es una maravilla o una simpleza. Soy muy mala juzgándome a mí misma.
EliminarLo dicho, encantada estaré de leer tu novela y reseñarla.
Un beso.
Aunque una servidora esté un poco ausente de los blogs hoy el día merece que esté aquí, porque también he sabido de todo esas fases del proceso que tan bien has relatado y de los ánimos que acompañaban esas fases.
ResponderEliminarDicen que una alegría compartida es doble alegría, y en este caso la tuya creo que se va a multiplicar por un montón, pues somos muchos los que, como dicen nuestros amigos Juan Carlos y Rosa, estamos deseando tener en nuestras manos la novela dedicada que estoy segura - ;-) guiño cómplice- que va a gustar.
Nunca dude que si te lo proponías lo conseguirías, y ahora toca disfrutar este tramo final hasta que vea la luz.
¡Mi enhorabuena con un fuerte abrazo, Paloma!
Chelo
Pd: No puedo comentar desde mi cuenta. :(
Chelo, tú siempre has estado ahí, al quite, para animar como solo tú sabes hacerlo, para apoyarme y para leerme. Un apoyo inestimable que se agradece y que tengo muy presente ahora que viene la hora de recoger los frutos de tanto esfuerzo.
EliminarGracias por tus felicitaciones. Ya lo celebraremos como se merece la ocasión.
Un beso grande.
Buenas tardes compañera de letras. Me he pasado adrede por aquí, después de enterarme por otros medios que utilizamos en "Petit comité" para estos asuntos y otros. Sabrás bien que por motivos personales ando muy desaparecido de estos lares cibernéticos.
ResponderEliminarNo puedo nada más que emocionarme por tu aventura y felicitarte, pues has conseguido lo que muchos desean y no pueden realizar, a causa de todos los inconvenientes y trabajos de "Persiles" que conlleva arrivar a buen puerto dichos proyectos ilusionantes.
Ya nos cuentas en la entrada como comenzó todo. Por algo parecido pasé antes, y por eso se lo que sientes dentro. Esos conquilleos parecidos a los que sentimos todos aquellos que nos enamoramos en su día de los libros ajenos y que, apartando miedos y complejos, pudimos dar un paso más en esto de las letras escritas.
Reitero mis felicitaciones, sintiendome parte de ello, pues empezamos a caminar a la par y hasta aquí hemos podido y sabido llegar.
Sabes que cualquier ayuda que necesites, sobre todo en temas de diseño y otras zarandajas, puedesc contar conmigo.
Besos y fuerte abrazo, esta vez, tambien de libro. Que para eso es su día.
Muchas gracias, Javier, por tu generoso ofrecimiento.
EliminarComo bien comentas, los inicios compartidos ya hace varios años han creado un vínculo que va más allá de la amistad y la afinidad con los temas relacionados con la literatura. Sabes que te considero mi padrino de letras por ese apoyo incondicional cuando empezaba a deambular por el mundo bloguero.
Creo que ese discurrir similar entre nuestras aspiraciones literarias es otro nexo que nos mantiene conectados.
Ya celebraremos el nacimiento de este retoño merecidamente.
Un beso muy fuerte.
Compruebo que tu historia escritora se asemeja bastante a la mía. Más de 10 años desde que abrí mi blog, publicando inicialmente pequeñas historias personales (de ahí el nombre de Retales de una vida) para luego iniciarme en la escritura de relatos de ficción, la asistencia a un taller de escritura creativa para finalmente plantearme publicar algo, en mi caso una recopilación de mis relatos. También coincidimos en la negativa de varias editoriales y en los mismos términos (esto las que contestaron) y alguna que otra propuesta de (falsas) editoriales que solo pretendían ganar dinero a mi costa, hasta que decidí autopublicarme en Amazon.
ResponderEliminarLa gran diferencia entre nosotros es que, auque me lo planteé, nunca me atreví a dar el paso para escribir una novela. Solo llegué a escirbir un capítulo y ahí se quedó, durmiedo el sueño de los justos por siempre más. Y otra diferencia, la más notable sin duda, es que hayas econtrado una editorial que ha confiado en tí y que va a publicar tu novela, que ganas tengo de leerla. Así pues, ya nos mantendrás informados para cuando vea la luz. ¡Enhorabuena!
Un beso.
Hola, Josep Mª.
EliminarLa idea de escribir novela siempre anduvo en mi cabeza pero me daba miedo afrontar una tarea que se me antojaba ardua y compleja, algo que corroboré cuando me puse a ello. No obstante, a pesar del trabajo que me supuso no me arrepiento, he aprendido un montón y ahora, además, valoro mucho más el trabajo de otros novelistas, soy capaz de notar el valor que tienen algunos escritos, la complejidad y la tarea que hay detrás de una historia larga con muchos personajes. Solo por eso ya me doy por satisfecha con el resultado.
Verla en papel será ya el plus para estar contenta del todo. Serás de los primeros en saber de su existencia cuando se haga real, también has asistido desde mis inicios cuando me puse a escribir ficción.
Un beso.
¡Hola, Paloma! ¡Enhorabuena! Fueron dos años que este tu primer retoño estuvo esperando que alguna puerta se abriera. Una espera desesperante, pero que seguro redobló la alegría de ese mail que recibiste. Recuerdo cuando subiste, con cierta timidez, tu primer relato hará unos siete años. En su momento te comenté que me encantó. Me alegra que el camino que iniciaste haya culminado en esta primera novela que, conociéndote, seguro que será estupenda.
ResponderEliminarPor otra parte, te agradezco que hayas compartido tu experiencia. Lo difícil que es encontrar esa puerta, cómo funcionan los criterios editoriales, los agentes... Sin duda es algo que habrá servido a muchos, servidor incluido.
¡Esperando quedo la presentación en sociedad de esa novela! Un abrazo
Hola, David.
EliminarRealmente el mundo editorial es una jungla donde se libran luchas "crueles": editoriales que sangran a los aspirantes a publicar abusando de la ilusión de los autores, ninguneos donde, algunas empresas, donde el tiempo de respuesta se estira hasta lo que se podrían considerar mal educado (o simplemente, ni contestan). En fin, un vía crucis.
Pero, a veces, esto acaba bien, o eso parece. Aún no tengo firmado ningún contrato y, como se suele decir, hasta el rabo todo es toro, habrá que comprobar en qué acaba todo, pero yo ya estoy contenta. Si, al final, termina igual de bien a como se intuye, puede que siga escribiendo novela, ya veremos.
La presentación del libro también será otra etapa muy bonita e ilusionante, pero debo ir con cautela y tranquilidad. De todas las maneras os mantendré informados de todo el proceso para aviso a futuros navegantes y por compartir una experiencia que se presenta interesante.
Un fuerte abrazo.
Hola, Paloma.
ResponderEliminarQué emoción. Sería un escueto correo, pero cuanta alegría contienen esas pocas palabras. Debiste sentir pura adrenalina. ¡Enhorabuena!!! Me alegro muchísimo por ti, estaré atenta para ver el próximo nacimiento, :)
Un beso enorme, y felicidades de nuevo.
Hola, Irene.
EliminarYa han pasado varias semanas desde que recibí ese correo, pero aún estoy en una nube, flotando.
Se me están haciendo eternas estas semanas de espera, pero me he propuesto ser paciente y aguardar como me pidió la editora.
A ver cuándo esto arranca en serio.
Gracias por tus palabras.
Un beso.
Un ir subiendo peldaños, genial, mi enhorabuena.
ResponderEliminarYa presentarás tu novela. Un fuerte abrazo
Poquito a poco. La verdad es que hay que echarle mucha paciencia, pero esperar puede resultar productivo.
EliminarOs mantendré al tanto del proyecto. Gracias.
Un abrazo.