Una especialista en arte urbano intenta contactar con un misterioso y escurridizo grafitero, Sniper, que es toda una leyenda entre sus colegas de pintadas y que a mí me ha recordado a un personaje de carne y hueso, Banksy . Con este punto de partida nos introducimos en el mundo del grafitti y sus creadores.
La novela está muy bien documentada, describe todo el submundo que rodea a los grafiteros, con su jerga y sus técnicas. En ese aspecto nada que objetar. Lo que no me ha terminado de convencer ha sido ese aura de misticismo con el que se quiere adornar a los grafiteros presentándolos casi como héroes de no sé muy bien qué. La fascinación que siente el escritor por estos individuos no me ha llegado a calar y cuando habla de arte urbano/alternativo/ilegal yo sigo viendo, salvo honrosas excepciones, simple vandalismo, y que me perdonen los amantes del género. En lo que sí estoy de acuerdo es en la crítica tan acertada que se hace sobre el arte moderno (el oficial, el amparado por las instituciones): 'Una enorme mentira, una ficción para privilegiados millonarios y para estúpidos y muchas veces para privilegiados millonarios estúpidos'
El tema, de antemano, no me pareció interesante y la lectura de este libro no me ha hecho cambiar de opinión. Me he aburrido un poquito, lo único que me hizo continuar es el estilo narrativo de Pérez-Reverte.
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