Lavinia es la hija del rey
del Lacio que al unirse a Eneas engendró la estirpe de la que procedieron Rómulo
y Remo, los fundadores de Roma. O al menos así nos lo hizo creer Virgilio con
su obra La Eneida.
Pero en ese poema Lavinia
apenas tiene relevancia, es un personaje secundario. Sin embargo, Ursula K. Le
Guin le da protagonismo y a través de ella nos contará cómo llegó Eneas a la península itálica para convertirse en rey. En realidad es La Eneida narrada por uno de sus personajes, donde la historia no se
detiene en el final del poema sino que sigue un poco más para contarnos los
antecedentes de la que sería la ciudad más importante del mundo antiguo: Roma.
Con la maravillosa prosa
característica de Le Guin, Lavinia nos cuenta su infancia, sus inquietudes, la
relación tan estrecha con su padre y tan difícil con su madre así como quiénes
son los pretendientes que aspiran obtener el poder de su familia casándose con
ella.
Lavinia es “hija de un pueblo
duro y áspero, hecho de roble, de temperamentos propensos a inflamarse y con
las armas siempre a mano”. Sigue las tradiciones y acude en busca del consejo
de los espíritus de sus ancestros para que la guíen y la asesoren pues una profecía avisó a su propio padre de que la entregara a un extranjero para fundar un imperio.
El bosque sagrado de Albunea,
situado bajo una colina y con manantiales de azufre, es “un lugar que está tan
cerca del inframundo que las sombras de los muertos pueden ir y venir desde
allí con facilidad”. En ese bosque contacta con el espíritu de su creador.
Virgilio agoniza en un barco e instantes antes de su muerte viaja retrocediendo
en el tiempo para presentarse ante Lavinia y revelarle su destino, que él
conoce bien pues fue quien lo escribió muchos siglos después.
Como si de un juego malabar
se tratara, el poeta que aún no ha nacido en el tiempo de Lavinia le cuenta a esta lo que le habrá
de suceder a ella misma. Y como si de un sueño se tratara, el poeta y su creación
hablan de lo que todavía no ha ocurrido aunque ya esté escrito en un papel.
Virgilio le avisa a Lavinia
que su destino está ligado a un extranjero y que ha de rechazar a todos los
pretendientes que acuden a su padre para casarse con ella.
Una brillante fama y una brillante gloria coronarán a
Lavinia, pero traerá la guerra a su pueblo
El peculiar oráculo avisa a
Lavinia de su gran destino pero también de su gran desgracia. Le predice la
guerra y la muerte que siempre la acompaña. También le anuncia la llegada por
mar de un hombre que ha sufrido y que ha perdido mucho, que ha cometido muchos
errores y que ha pagado por todos ellos, que ha descendido a los infiernos y ha
regresado: Eneas.
Para los que no recuerden el
poema de Virgilio, Eneas es sobrino del rey de Troya, Príamo, y huye con su padre y su hijo tras la derrota en la guerra que asedió su ciudad durante más de diez
años. Tras muchas vicisitudes –que se relatan en La Eneida– recala en las
costas itálicas.
Lavinia:
¿Cómo termina?
Poeta: Con
el triunfo del héroe.
Lavinia:
¿Quién es el héroe?
Poeta:
Eneas.
Lavinia:
Mata como un carnicero ¿por qué es un héroe?
Poeta:
Porque hace lo que tiene que hacer.
Lavinia:
¿Por qué tiene que matar hombres indefensos?
Poeta:
Porque así es como se fundan los imperios.
A lo largo de toda la novela aparecen unos diálogos sorprendentes, pero los que se
dan entre Lavinia y Virgilio son toda una declaración de intenciones.
Ursula K. Le Guin siempre
sintió fascinación por la cultura romana, según ella misma declaró, porque el
papel de la mujer era bastante más relevante que en otras culturas. En esta
novela se respira feminidad entre cada línea. La visión de una mujer en un
mundo gobernado por hombres se muestra muy bien en un diálogo que se da entre
Eneas y Lavinia.
Lavinia:
Poseía valor, pero no carácter. Era codicioso.
Eneas: No es
fácil pedirle a un joven que sea desinteresado.
Lavinia:
Pues es algo que se suele esperar de las mujeres.
O este otro entre Virgilio y
Lavinia:
Poeta: Sin
guerra no habría héroes.
Lavinia: ¿Y
qué tendría eso de malo?
Poeta: Oh,
Lavinia, esa es una pregunta de mujer.
En la novela, además de recordar
el destino ya escrito de Eneas o de otros personajes famosos por la pluma de
Virgilio, como Latino, Ascanio o Turno, se reflexiona sobre la muerte y sobre
qué implica conocer el futuro. Lavinia sabe cuándo Eneas se irá de su lado y aprovecha
esta información para disfrutar de su compañía hasta el último segundo. Saber cuánto
le queda de felicidad ayuda a valorarla mucho más.
“¿Qué queda después de la
muerte? Todo lo demás. El sol que un hombre vio alzarse desciende luego, aunque
él no vea cómo se pone.”
En mi adolescencia hube de
leer La Eneida por imperativo del característico plan de estudios de mi
instituto, y no me gustó. Además, tener que leer algunos párrafos en el latín
original contribuyó a que le tomara ojeriza a Eneas y todo lo que le rodeó. Sin
embargo esta versión tan original de Le Guin es muy buena y un estupendo acercamiento
para los que no conozcan esa obra clásica. Incluso esta particular versión de
Le Guin es mucho más ‘terrenal’, aquí –al contrario que en La Eneida– no
aparece ninguna deidad para intervenir decisivamente en la sucesión de los hechos y esto es algo que para mí le da un plus
de calidad. En el poema primigenio tanto dios humanizado apareciendo por todas
partes y entrometiéndose a todas horas me resultó cargante.
En La Eneida, Virgilio no solo no le da importancia a Lavinia, tampoco
le da un final, no se sabe qué fue de ella una vez que se unió a Eneas y
engendró un heredero. Pero Le Guin se encarga de este vacío y reconduce la
omisión del poeta para hacer de Lavinia un ser inmortal, como todo aquel que
queda registrado en las páginas de un libro.
“El poeta, en su cantar no me
dio vida suficiente para morir. Solo me dio inmortalidad”
Virgilio dio vida a seres
legendarios con sus palabras para hacerlos inmortales y Le Guin le ha dado vida
a Lavinia con sus letras para otorgarle el protagonismo que el poeta le negó. Así,
no solo los héroes, sino también las mujeres de los héroes y hasta el propio
poeta, siguen viviendo eternamente gracias a esta novela. Gracias a Ursula K. Le
Guin.
El mundo clásico lleno de personajes sorprendentes que interactuan con los dioses. La historia antigua es una mezcolanza de realidad cruda y leyenda épica.
ResponderEliminarDe momento será un libro que a pesar de tu reseña tentadora no leeré. Me hallo sumido en lo oscuro, de una novelada trilogía muy negra que me tiene abducido.
Besos.
En esta versión los dioses no participan nada, de ahí que yo la califique de muy terrenal. La autora tampoco cree en esos dioses tan humanizados típicos de los poemas épicos. Por eso a mí me gustó tanto esta nueva visión de la Eneida.
EliminarUn beso.
Interesante nos lo pones, aunque demasiado antiguo para mi gusto. No la descarto porque esos diálogos que señalas, me parecen muy buenos y creo que la novela puede tener mucho que contar, pero no te niego que sumergirme en esa época me da muuucha pereza.
ResponderEliminarYa te lo dije por allí. El vídeo te ha quedado precioso.
Un beso.
Sumergirte en épocas pasadas es una buena manera de evadirte, al menos para mí. Por eso me gusta tanto la novela histórica. Para temas cotidianos y habituales ya tengo mi propia vida.
EliminarLa ideología de la autora y su forma de ver la vida se nota mucho a la hora de perfilar los personajes, especialmente el de Lavinia.
Un beso.
Me has hecho recordar que hubo un tiempo, no sé si coincidió con las lecturas obligadas o no, que me interesó la mitología y todas esas historias me parecían fascinantes. Los diálogos que destacas son muy interesantes.
ResponderEliminarFelicidades amiga por el vídeo y por la música que me ha parecido muy adecuada, vaya trabajazo no tienes bastante con la reseña que ahora haces hasta un audiovisual. Bien por ti y por tu creatividad.
La verdad es que estos vídeos, que de vez en cuando me da por hacer, son muy laboriosos pero cuando me siento con ganas los hago y me gusta plasmar, con música, las impresiones que un libro me ha transmitido destacando las frases más llamativas.
EliminarMuchas gracias, Conxita, por tus elogios.
Un beso grande.
¡Hola!
ResponderEliminarSoy absoluta fan de la mitología(aunque especialmente de la griega) y llegué a estar muy obsesionada. La Eneida se me hizo cuesta arriba por lo mismo que a ti, nos obligaron y los párrafos en Latín eran muy farragosos, pero con el tiempo me aficioné.
Me apunto esta obra, luego veo el vídeo que ahora no puedo y un beso enorme.
Esta versión, además de ser mucho más llevadera, es mucho más humana, esos dioses que tanto participan en la Eneida y en la Ilíada, por ejemplo, aquí no salen y se agradece. Las batallas que tantos pormenores tienen en esas obras clásicas aquí tampoco se detallan tanto. En cambio, los personajes son más profundos y se hace hincapié en su forma de pensar y de sentir.
EliminarTe gustará si te decides a leer esta preciosa novela.
Un beso.
La mitología griega siempre se me ha atragantado, quizás porque me la impusieron de joven mientras estudiaba. Si embargo me encanta la mitología vasca. Un abrazo.
ResponderEliminarCada uno tira para su tierra. Aunque esta novela de mitología solo tiene el héroe Eneas y algunos más, pero los dioses salen muy poco, tan solo se los cita.
EliminarUn beso, Mamen.
De Ursula, que tristemente nos dejó el mes pasado, he leído sus novelas de ciencia ficción, aunque su calidad literaria sin duda se extendió a su otra vertiente de Fantasía. Este no lo he leído, la mitología siempre me ha echado un tanto para atrás... al menos la clásica. Aunque desde luego es un acierto, no podía ser menos en la autora, que el conflicto se resuelva a la manera terrenal. Un fuerte abrazo!
ResponderEliminarPensé releer esta novela cuando me enteré del fallecimiento de la autora. Tiendo a volver a las lecturas de los escritores que nos dejan a modo de homenaje. Leí hace tiempo de Le Guin, los libros de Terramar, y me gustaron mucho pero esta vertiente menos fantástica de Lavinia me ha encantado. Aunque, bien mirado, que un escritor se reúna con su creación es bastante fantástico.
EliminarUn abrazo, David.
Pues parece que te ha gustado el libro de verdad. Adelanto que a mí no suele agradarme la idea de recurrir a trucos como traer del futuro a quien te va a revelar el tuyo, aunque sea en sueños, pero bueno supongo que es un recurso más y tiene más importancia el cómo se utiliza que el recurso en sí. Lo que si hay que reconocer es que los diálogos, al menos los que has puesto aquí, son muy buenos, mordaces y con claro mensaje subyaciendo, en los que se cuestiona la visión tradicional del héroe, la guerra y el poder. Y es muy buena también la reseña, pero eso ya es una costumbre. Un abrazo, Paloma.
ResponderEliminarGracias ese recurso de viajar en el tiempo la autora nos regala unos diálogos fantásticos entre Lavinia y su creador. Además, la reflexión sobre qué implica saber lo que va a ocurrir es muy buena.
EliminarEstá claro que la ideología de la propia autora se refleja en los pensamientos de la protagonista, y el papel secundario que en su día le dio Virgilio, Le Guin lo cambia para dar una mayor importancia a esta mujer.
Me alegra saber que te gustó la reseña.
Un abrazo, Jorge.
A mí nunca me han atraído las historias mitológicas y de la super-antigüedad, excepto en el cine, jeje. Aun así, si como apuntas, esta historia está novelada con una narrativa actual, para entendernos, puede resultar un aliciente. Recuerdo que en bachillerato, en la asignatura de lengua y literatura francesa, tuve que leer "La guerre de Troie n'aura pas lieu", de Jean Giraudoux, y, aun tratando de la guerra de Troya, me encantó, porque está narrada al estilo del siglo XX (se publicó en 1935).
ResponderEliminarUn abrazo.
En esta novela se cuenta La Eneida en tercera persona y por un personaje secundario, Lavinia, en cuanto que ella ni participó directamente en la guerra ni estuvo presente cuando Eneas abandonó Troya ni en las aventuras previas a su llegada a Italia.
EliminarA su vez le da una visión muy femenina pues cuestiona la guerra en general y la necesidad de héroes en particular. Por otra parte la figura de Eneas se humaniza y a través de los ojos enamorados de su esposa vemos un héroe que duda, que vacila, algo que desde luego en La Eneida no sale.
Otro motivo por el que esta versión te puede gustar, Josep Mª, es que los dioses no aparecen por ningún lado, al menos como personajes, solo se los cita de pasada.
Yo creo que te gustaría esta nueva manera de contar La Eneida.
Un abrazo.
Ya sabes que a mi el género histórico no me va mucho por lo que no me pongo jamás con novelas de este tipo. Solo leo vuestras reseñas que, de por sí, me suelen parecer auténticas y atractivas historias, como en este caso que nos traes en el que está presente la feminidad y ello ya es siempre un aliciente para mí. Desde luego, los diálogos que has escogido son soberbios.
ResponderEliminar¡Gracias por la reseña, compi!
Un besazo enormeee
Creo que esa feminidad que se respira en toda la novela es lo que le da más calidad al libro. La visión tan femenina, y llena de sentido común, que tiene Lavinia, humaniza al héroe, lo hace más cercano y atractivo. Eneas se muestra, a través de las palabras de su esposa, más como un hombre que duda y tiene remordimientos, que como un héroe épico.
EliminarGracias por tu comentario, Chelo.
Un beso muy grande.