En este maravilloso mundo bloguero he tenido la suerte de conocer a gente estupenda. La comunicación que se ha dado a través de las letras ha dado paso a auténticas amistades. Muchas de ellas siguen en el territorio virtual pero otras han traspasado la barrera digital para cristalizar en encuentros personales, cara a cara, que han reforzado los lazos previamente establecidos por la red.
Hace algo más de un año me reuní con alguno de estos blogueros (si queréis recordar aquello aquí están los enlaces: La amistad y la distancia, La otra cara de la moneda) y solo puedo decir que esos encuentros no hicieron más que confirmar la impresión tan positiva que ya tenía de ellos cuando visitaba sus blogs o ellos visitaban el mío.
Hace un par de semanas tuve la oportunidad de conocer en persona a otra bloguera, Mamen Píriz (Alguien con quien hablar). Aprovechando que venía a Madrid desde Eibar con un viaje programado me planteó la posibilidad de vernos. Entonces yo me ofrecí como anfitriona para servir también de guía en algunos sitios emblemáticos de la ciudad y que ella quería volver a visitar.
Y aquí me pudo el entusiasmo. Me ofrecí de guía sin tener presente que yo soy un desastre y que mi mala cabeza y atolondramiento no son cualidades adecuadas para guiar a nadie.
Sé que Mamen anda diciendo por ahí (léase la blogosfera) que estuvo encantada de encontrarse conmigo, pero sabed que la realidad fue muy distinta. Ella como es bien nacida es agradecida, pero ya os digo yo que no había nada que agradecerme a mí.
Os cuento.
Os cuento.
El fin de semana que vino Mamen coincidía con un evento en la capital llamado Luna de Octubre y que consistió en una serie de representaciones de luz y sonido a lo largo del llamado eje del arte (el recorrido que se da entre los museos del Prado, el Thyssen y el Reina Sofía). Yo le ofrecí quedar el sábado por la noche y enseñarle algo de esta movida.
Mamen se alojaba en un hotel de Chamartín, algo alejado de la zona donde íbamos a quedar. Como coger el metro para alguien que no está acostumbrado puede resultar agobiante, y más si hay que hacer trasbordo, le sugerí que tomara un autobús, concretamente la línea 27 que va por toda la Castellana hasta Cibeles, donde nos habíamos citado.
Cuando llego diez minutos antes al lugar de la cita (yo sí fui en metro) me encuentro que tooooooda la zona está cortada al tráfico y evidentemente los autobuses no pasaban por allí (ni por allí ni por dos kilómetros a la redonda). Toda apurada la llamo al teléfono y ella me dice que, después de esperar más de veinte minutos el bus decidió coger el metro y que iba con otro matrimonio que se había ofrecido a acompañarlos hasta nuestro punto de reunión porque esa pareja también iba a ver el espectáculo.
Media hora después de la hora convenida, y tras varias llamadas telefónicas, conseguimos reunirnos. Menos mal que aquel matrimonio tan amable iba al mismo lugar y pudo acompañar a Mamen, y su marido, hasta Cibeles. Lo malo es que además de ese matrimonio acudieron a la plaza varios miles de personas más y así estaba todo: abarrotado.
La primera foto de nuestro encuentro la hicimos en La Cibeles, dado que Pepe (el marido de Mamen) y Jose (mi marido) son madridistas la instantánea tenía doble significado. Pero para que se note que son futboleros que llevan el ‘fair play’ a gala también se hicieron fotos en Neptuno (la fuente de los del Atleti) pero bastante menos concurrida que la de la diosa, y no es por malmeter.
Después de varios codazos entre el personal, porque no había manera de avanzar, conseguimos salir al Paseo del Prado. A lo largo del recorrido fuimos viendo varios montajes de arte (aquí podría volver a reflexionar sobre qué es arte y qué no pero lo voy a dejar).
Cuando llegamos al museo del Prado había una proyección muy bonita en la fachada. Podría haber sido mucho más bonita si yo me hubiera enterado de que era en 3D y había que conseguir unas gafas de esas de dos colores (rojo y azul) para ver la película como Dios manda.
En el Jardín Botánico también había más cosas pero no sabemos en qué consistieron porque la fila para entrar llegaba casi hasta los Jerónimos, así que decidimos quedarnos con la intriga. Como consolación vimos estas flores que estaban fuera de la verja del jardín.
Entre la gente que había y las cosas que jalonaban el Paseo del Prado nos dieron las diez, a esa hora se supone que teníamos que cenar. Yo había reservado en un restaurante muy chic de la zona de Chueca. Quería darle una buena impresión de la cocina madrileña a mi amiga Mamen y en esa zona se come muy bien. Pero hubo que cambiar de planes y la comida casera con tintes de nueva cocina característica de todos los restaurantes de Chueca fue sustituida por un bocata de calamares en un bareto de la Glorieta del Emperador Carlos V, es decir, Atocha.
Una vez terminada la cena nos fuimos calle Atocha arriba a tomar café a la plaza de Jacinto Benavente. En el camino pensaba enseñarle a Mamen el lugar donde estuvo emplazada la imprenta donde se imprimieron los primeros ejemplares de El Quijote. Quería darme el pisto de culta y de paso quedar como una buena guía y tratar así de olvidar los patinazos del tráfico cortado y de la comida cutre. Bueno, pues me quedé con las ganas. Resulta que el edificio estaba en restauración y no le pude enseñar nada. Cuando las cosas se tuercen, se tuercen y ya está.
Pero las meteduras de pata aún no habían terminado.
Mamen y su marido querían coger el metro para llegar a su hotel. Desde la Puerta del Sol es sencillo pues no hay que hacer trasbordo y mi marido y yo les íbamos a acompañar hasta el mismo andén para que no tuvieran problema de liarse con tanta línea como hay en esa estación. El problema lo tuvimos para sacar el billete. Resulta que han cambiado el software de las máquinas expendedoras de los tickets y ocurrió lo que suele pasar cuando se cambia algo viejo por algo nuevo: que no funciona.
Tras pelearnos con varias máquinas y tras mentar a toda la parentela del fabricante conseguimos sacar los billetes. Pudimos dejar a nuestros invitados en el andén correcto y nos despedimos hasta el día siguiente. Reconozco que yo no me quedé muy tranquila, porque viendo cómo había transcurrido la noche ya me estaba imaginando el convoy averiado en mitad de un túnel. Afortunadamente no fue así y pudieron llegar a su hotel sin contratiempos.
A la mañana siguiente quedamos en vernos en la puerta del museo del Prado y desde allí ir a dar un paseo a El Retiro. Cumplidora yo me situé en una de las puertas del museo y esperé a Mamen y a Pepe. Como era de día me llevé mi famoso (e instrumento de tortura para algunos) palo selfie.
Cuando llegamos al parque me dispuse a utilizarlo y… resulta que había perdido una de las piezas (la que sujeta la cámara). Tras volver a desandar el camino entre el parque y el museo pude encontrar la pieza y recomponer el palo. Pero dio igual, resulta que no tenía batería y el bluetooth necesario para que funcione no iba, así que no hubo selfies. Cuando las cosas se tuercen, se tuercen y ya está.
Una servidora buscando la pieza del palo-selfie y renegando para mis adentros. |
En El Retiro hice gala, una vez más, de mi mala preparación como cicerone. Mamen y Pepe me preguntaron por varios árboles que allí había y yo solo pude contestarles con frases como “un árbol muy grande” o “un árbol muy antiguo”.
Pero no solo me estrellé con la botánica. También lo hice con la hostelería. Resulta que Pepe quería tomarse un café. Nos sentamos en uno de los chiringuitos que están en el parque y cuando el marido de Mamen pidió su anhelado café, el camarero contestó que no tenían cafetera. Bravo, Paloma.
Al menos conseguí llevarlos de vuelta hasta el lugar donde les esperaba el autocar, porque si no soy capaz de conducirlos bien en un parque, llevármelos hasta Eibar...
Al menos conseguí llevarlos de vuelta hasta el lugar donde les esperaba el autocar, porque si no soy capaz de conducirlos bien en un parque, llevármelos hasta Eibar...
Gracias a que Mamen y Pepe son unas excelentes personas la velada fue estupenda, a pesar de todos mis patinazos. Nos lo pasamos francamente bien, charlando, riéndonos y disfrutando de la ciudad.
Este encuentro permanecerá en mi memoria en forma de recuerdo entrañable, pero que sepáis que todo el mérito fue de ellos.
Paloma ya te dije que este post te tocaba hacerlo a tí. Con tu gracia y tu salero no lo has podido contar mejor. Me he divertido mucho leyendo. Ahí se demuestra que todo lo que cuentas en otros posts.(Como lo que cuentas en los capítulos de tu tesis se hacen creíbles )Como dices que eres mala anfitriona, pues no es verdad, lo has hecho muy bien y muy buena. Nosotros sin tí no nos habríamos movido de los alrededores de Chamatin. Vimos esos pases culturales de la Luna de Otoño y con vuestra compañía fue magnífica. No importó no poder comer en ese buen restaurante en Chueca, me gustó mucho el bocata de calamares. Con vosotros todo me supo a teta de novicia. El bocata, el paseo por el arte, el café y por supuesto fuisteis una gran compañía toda la noche y al día siguiente. Me ha quedado tantas ganas de volver y poder volveros a ve.... como si de un familiar se tratara. Así que espero que se demore una nueva quedada y volvamos a vernos pronto. ¡Ah y.....! eres como escribes increible. Un abrazo
ResponderEliminarMuchas gracias, Mamen, por todo lo que vas diciendo de mí por ahí pero tú también tienes mucha parte en que este encuentro resultara tan bien, a pesar de los inconvenientes.
EliminarTanto tú como Pepe fuisteis unos invitados estupendos, os adaptasteis a la improvisación con muy buen talante. Así es muy fácil capear los planes que se estropean.
Yo también estoy deseando repetir, y si se suman otros blogueros mucho mejor aún.
Un besote grande para ti y para Pepe.
Además, abundando en lo que dice Mamen, un bocadillo de calamares es lo más apetecible que se puede cenar en Madrid. A mí me encantan.
ResponderEliminarEn lo que no estoy de acuerdo es en que el bus sea más cómodo o más fácil que el metro. Yo no sabría ir de Sol a Callao en bus, pero en metro me "comprometro" (ja, ja) a rrecorrer Madrid de punta a punta. O París, si se tercia.
Muy divertido el post, Kirke, como es propio de tu sentido del humor.
Un beso.
Los bocatas de calamares están muy ricos y aún lo están más si la compañía es buena. Además tienen omega-3, que es muy sano (obviaremos que la fritanga en la que se hacen ya no lo es tanto).
EliminarEl metro puede ser un problema para quien no lo coge habitualmente, por lo menos mi familia del norte cuando viene a Madrid lo primero que me dicen es que no quieren cogerlo si no voy yo con ellos.
Creo que todos los inconvenientes que nos surgieron fueron solventados porque lo realmente importante no fue el sitio donde ir a cenar, o los lugares a visitar; lo importante fue la compañía y la conversación.
Un besote, guapa.
Viendo el panorama, antes de ir a Madrid, si quedase contigo, pondré velas a todo el santoral para que nuestro encuentro no esté plagado de tantos contratiempos, jeje. Besos
ResponderEliminarTú le pones velas a algún santo y yo voy a una santera a que me quite las velas negras porque empiezo a sospechar que lo mío tiene que ver con algún mal de ojo.
EliminarSi te pasas por Madrid estaré encantada de guiarte (o perderte) por donde quieras. Lo de comer ya no te lo podría asegurar, pero siempre nos quedará algún bar donde pongan bocatas de calamares.
Un besote.
Genial Paloma. Seguro que no fue ni mucho menos tan "desastroso" como lo cuentas, más que ver una cosa u otra, al final lo que realmente importa es la compañía y esa era de lujo.
ResponderEliminarMe alegra que fuera una buena experiencia y a pesar de la multitud esa luna de octubre hacía una pinta genial, de las que vale la pena ver aunque sea sin gafas 3d o 4d que nunca acaban de ajustar y hasta duele la cabeza.
Mientras te leía te recordaba con el palo selfie y me sonreía.
Un beso guapísima
Paseando por El Retiro me acordé de aquella otra quedada donde tú estuviste junto a otros blogueros. Me encantaría repetir experiencia, de hecho, Mamen y yo comentamos que sería estupendo volver a quedar.
EliminarViendo que tenéis tan buen talante yo me arriesgo a insistir en ser anfitriona (junto a Javier y Juan Carlos), con tan buenos invitados la verdad es que me siento más segura.
Además, prometo asegurarme de que el palo selfie tenga bien cargada la batería.
Un besote.
Eres muy crítica, Paloma; Mamen no dice lo mismo. Ella comenta que pasaron un finde estupendo y muy agradable contigo. Yo la creo a pies juntillas sobre todo cuando entran por medio bocadillos de calamares (ja, ja...)
ResponderEliminarUn beso
Mamen tiene muy buen talante y fue fácil contentarla. Se adaptó a todas las improvisaciones que tuvimos que afrontar.
EliminarLa verdad es que tanta gente como acudió al evento de Luna de Octubre a mí me sobrepasó. Estaba el Paseo del Prado que no se podía andar y Atocha estaba como el metro en hora punta. Un auténtico agobio, pero Mamen y Pepe con su buen humor no tuvieron ningún problema.
Un beso, Juan Carlos.
Jajajaja veo que os mo habéis pasado bien! Me encanta la foto buscando el palo selfie. Los contratiempos a veces son divertidos, o al menos la manera de contarlos! Un besito guapa :))
ResponderEliminarCuando los contratiempos sobrepasan la media considerada aceptable empiezo a sospechar que algo de culpa tendré yo. Soy bastante despistada pero creo que alguien me ha echado mal de ojo. Menos mal que no soy supersticiosa, jajaja.
EliminarUn besote.
Bueno, he de reconocer que esos contratiempos han sido convertidos en sonrisas para los que leemos el post. En tu descargo, todo ha sido culpa del destino y de los imponderables, pero como digo para nuestro disfrute. Ha sido una gozada poder veros e invitarnos a esa reunión aunque sea de manera virtual. Por cierto, vuestros maridos me caen francamente bien, se nota que tienen muy buen gusto futbolero. Un fuerte abrazo!
ResponderEliminarLos contratiempos realmente no fueron importantes. Cambiar un restaurante por un bar, y un buen plato cocinado por un bocata, al fin y al cabo tampoco es una tragedia. He querido contarlo todo desde la vertiente humorística, pero prometo, y Mamen es testigo, que todo lo que he contado ocurrió de verdad, no hay ninguna licencia literaria (el lugar de la imprenta en restauración, el tráfico cortado, las expendedoras de billetes estropeadas, etc.).
Eliminar¿Denoto cierto 'sabor' merengue en tu última frase o son imaginaciones mías? Jajaja.
Un abrazo, David.
Más allá de los cortes o problemas que hubieron al principio, pudieron disfrutar de un día genial. Me alegra mucho.
ResponderEliminarSaludos.
Todos esos inconvenientes al final no fueron tales pues lo importante fue la compañía. Comprobar que quien se adivina a través de las letras de un blog es realmente así cuando se está cara a cara y hablando de viva voz fue estupendo.
EliminarUn abrazo, Raúl.
Jajaja. Como consuelo podría decirse aquello de que está bien lo que bien acaba.
ResponderEliminarEfectivamente, eso de hacer de cicerone no es tarea fácil, sobre todo cuando uno tiene que luchar contra los elementos.
Un abrazo.
Mamen me avisó con más de dos semanas de antelación que venía y cuando comprobé que las fechas coincidían con el evento Luna de Octubre me pareció una buena ocasión para dar un paseo por el centro de Madrid y a la vez observar manifestaciones artísticas. Lo que no me podía imaginar es que allí se iba a concentrar tantísima gente y que el paseo fue más una procesión porque no se podía casi andar.
EliminarLa próxima quedada, y aunque haga mucho calor, creo que tendrá que ser en agosto, en ese mes Madrid está desierto y se puede andar por la calle sin apreturas.
Un abrazo.
Jajajaja, lo cuentas con mucha gracia. Un bocata de calamares es lo más, y seguro que lo pasasteis genial y eso es lo importante, los contratiempos pues oye, una anécdota y os ha dado para un post.
ResponderEliminarBesos.
Cuando tuve que anular la reserva del restaurante para comer un bocata y al día siguiente cuando perdí la pieza del palo selfie, lo primero que me dijo Mamen fue "ya tienes para contar en el blog". Y efectivamente, aquí estoy contando eso y más cosas porque prometo que todo fue real como la vida misma.
EliminarUn besote.
Cuantos recuerdos me ha traído esta entrada de nuestra quedada en aquella feria del libro, y nuestro paseo por el retiro con el palo selfie incluido. "Árbol grande" "Árbol antiguo" Eso te ocurre porque no estuviste con Chelo y conmigo cuando nos arrimamos a ese estupendo ejemplar de Ahuehuete entre cuyas ramas, los franceses emplazaron un cañón durante la guerra de la independencia.
ResponderEliminarno conozco a esta pareja, pero de forma virtual algo se dilucida de su buena disposición, naturalidad y campechanía. Habrá que organizar alguna y salirnos de madre con bocadillo de calamares incluido si hace falta. En Madrid cualquier cosa sienta bien.
Besos y felicidades por la entrada fina en ironía y buenas vibraciones.
Cuando Mamen me preguntó qué árbol era ese que hay en el parterre (precisamente sale en la foto y yo desde el año pasado llamo "el árbol de Javier") le contesté que tú sí sabrías qué tipo de árbol era. Me sentí como cuando te cae en un examen una pregunta sobre algo que se explicó cuando no fuiste a clase.
EliminarOjalá que esa quedada prevista se realice más pronto que tarde porque la buena sintonía que tuvimos en la Feria del Libro se dio igualmente con Mamen y Pepe. Vernos todos juntos, y más blogueros que en aquella ocasión no pudieron asistir, sería estupendo.
Prometo no abusar del palo selfie por si alguno se muestra renuente por ese motivo.
Un beso.
Lo importante aún con las adversidades del encuentro, es que disfrutasteis y eso es lo importante.
ResponderEliminarEso si, me has hecho reír jeje, si vamos a Madrid te llamo, espero que esta vez no haya pieza que se desarme y me apunto a un bocadillo de calamares o lo que se tercie, da igual, lo importante es conocernos y poder pasar un rato agradable Paloma, ahora no se cuando podrá ser, de momento imposible, pero prometido que te aviso.
No se si te he contado alguna vez la primera tapa que tome la primera vez que fui a Madrid? Paella, una alicantina y le sacan paella cada vez que me acuerdo me saca una sonrisa, mira que habrá tapas en Madrid pues no paella, jeje.
Gracias por tener ese sentido del humor que hace sque nos riamos, muy sano y se agradece. Un beso. TERE.
En Madrid puedes tomar paella, marisco, fabada o lo que quieras, siempre y cuando puedas llegar al restaurante elegido y no te encuentres con el tráfico cortado.
EliminarLo de poner paella de tapa es bastante habitual, aunque se supone que lo típico típico son las patatas bravas o las croquetas.
Ojalá que puedas venir a Madrid pronto y nos veamos. Como con Mamen, me ofrezco de cicerone, pero ya sabes que no soy muy buena así que bajo tu responsabilidad, jajaja.
Un besote, guapa.
No sabes aquello de la ley de Murphy, Paloma? jejeje pues este es un ejemplo claro que debería estudiarse en todas las facultades universitarias! bromas aparte felicidades a las dos por el encuentro, siempre está bien que el mundo virtual se trasvase al real de vez en cuando. Por cierto muy divertida la forma en que lo has contado. Un saludo.
ResponderEliminarVengo quejándome desde hace tiempo que conmigo la ley de Murphy no se cumple, se ensaña.
EliminarY por eso, porque ya estoy más que acostumbrada a que se me tuerzan los planes, me lo tomo con humor y parece que la cosa se suaviza. Pero ya voy teniendo ganas de que algún día, y para variar, salga todo como lo había planeado; tengo curiosidad de saber qué se siente.
Un abrazo, Jorge.
Creo que eres muy dura contigo misma, Paloma. Tú le pusiste la mejor voluntad a todo y tenías buena intención, pero como bien dices, algunas veces las cosas se tuercen un poco.
ResponderEliminarYa comprendo que así leído, todo junto y contado con tu habitual sentido del humor, puede resultar jocoso el episodio, de hecho a mí no me ha quedado otra que reirme, pero que a vosotros quizás os estaba haciendo algo menos de gracia en su momento.
En cualquier caso siempre hay que quedarse con lo bueno y yo creo que de eso también hubo en cantidad. Arte, buena gente y un bocata de calamares, ¡no se puede pedir mucho más! :)) Me alegro mucho de que disfrutárais ese encuentro que estoy segura no olvidaréis con facilidad.
¡Un beso para las dos!
Cuando se tiene buen talante y buen humor, y no lo digo por mí sino por quienes me acompañaban, cualquier contratiempo se solventa fácilmente.
EliminarCuando vi, por la hora y el mogollón de gente que había en la calle, que iba a ser imposible llegar al restaurante de la reserva y que los que estaban por la zona iban a estar llenos solo se me ocurrió lo del bocata de calamares, se lo propuse a Mamen y ella con una sonrisa en la cara me contestó que ella se comía un bocata encantada de la vida. Con gente así no hay ningún problema.
Fue estupendo conocerla en persona, nos lo pasamos francamente bien.
Un besote, guapa.
Hola Paloma, que encuentro inolvidable, ha sido estupendo veros juntas y con esa sinceridad que te caracteriza. Ha resultado divertido leerte, aunque estoy de acuerdi, cuando se tuercen las cosas, se tuercen. Esta ese lado positivo: el encuentro y el recuerdo 🙋 besos
ResponderEliminarLa verdad es que hablar con Mamen, conocerla en persona fue lo más importante. Comer un bocata o no poder tomar un café porque no había cafetera en el local fue lo de menos.
EliminarLa compañía y las risas que nos echamos fue lo más bonito y eso es lo que perdurará en el recuerdo.
Un besote, guapa.
¡Hola Paloma!
ResponderEliminarHace tiempo que perdimos el hilo de esta conversación bloguera, aunque si te he podido seguir y comentar este veranlo a través del perfil de Consciencia y Vida/Magazine, de manera que vuelvo a felicitarte, esta vez como Estrella Amaranto, por el éxito tan merecido del doctorado con Cum Laude, del cual nos hiciste partícipe el 6 de Junio de este año.
Me alegro mucho de que hayas tenido la oportunidad de conocer personalmente a Mamen, en estos días pasados, donde también supe de vuestro encuentro a través de su blog.
Ciertamente y como ya le comentaba a Mamen, espero poder participar en alguna quedada que podais organizar ahí en Madrid, ya que desde aquella anterior coincidiendo con la Feria del Libro madrileña, a la que finalmente no pude asistir, pues ya estoy con ganas de conoceros personalmente a tantos compañeros y compañeras, con los que llevo tiempo tratando en esta blogosfera.
Los desplazamientos por Madrid suelen ser complicados por los trasbordos en caso del metro o si hay que cambiar de línea de autobús, total que se te pasan las horas vijando de un lado a otro y el tiempo siempre te queda escaso.
No sé qué decir con tus despistes tan característicos, Paloma, pienso que debes relajarte un poquito, ya que no todo en la vida suele salir perfecto, lo principal es poner buena voluntad, algo que tú siempre haces, pero si hay mala suerte tampoco te agobies demasiado. Ya viste que Mamen llegó al hotel perfectamente y al día siguiente os pudísteis volver a ver en El Retiro.
Disculpa si me ha salido un comentario muy largo, procuraré abreviar en el futuro.
Un beso.
Bienvenida a la blogosfera de nuevo, Estrella, se te echaba de menos. Recuperaré las visitas a tu blog si nuevamente estás activa, algo de lo que me alegro mucho.
EliminarSería estupendo que pudieras venir en la próxima quedada, y por el metro no te preocupes. Cuando vino Chelo yo la fui a buscar a la estación del AVE y la acompañé hasta el hotel, y además no nos perdimos ni nada, jajaja. Fuera bromas, me ofrezco a buscaros y acompañaros en el transporte público.
A veces me da un poco de coraje ser tan despistada, Estrella, porque creo que si me fijara un poquito más en las cosas evitaría algunos fallos. Por ejemplo, que la proyección en el Museo del Prado era en 3D y que en algunos puntos repartían gafas para verla debería haberlo sabido si hubiera leído con detenimiento el evento en internet. Sé que tampoco es tan grave, pero me regaño a mí misma para ser algo más puntillosa.
Gracias por tus felicitaciones y me encanta que hagas comentarios tan largos, a mí me gusta compartir impresiones y "charlar" con vosotros. Estos diálogos tan bonitos me agradan mucho.
Un beso muy grande.
hola! hermosas fotos, hermosas! y grandes momentos compartidos, gracias por compartirlos, ya los pegamos en el muro, saludosbuhos.
ResponderEliminarGracias a vosotras por visitar este rincón.
EliminarUn beso grande.
Muy realista, Paloma. Las cosas son así, desde mi perspectiva suelen ser así. Yo no sé en qué mundo maravilloso viven algunos que todo sale estupendo. No obstante, incluso siendo la vida así, el humor y el optimismo que no falte. El mismo que te deseo para responder a la cantidad de comentarios que tienes. Qué pereza, te llevará la tarde responder a todos, jeje, y si encima has de corresponder a los blogs de cada bloguero... Que te sea leve, aunque seguro que no serás tan huraña como yo y lo harás encantada. Un beso, guapa.
ResponderEliminarComo le digo a mi hija a menudo "nadie dijo que la vida fuera fácil".
EliminarQue las cosas salgan a pedir de boca es raro. Que salgan tantos impedimentos tampoco es normal. Yo soy muy despistada y reconozco que muchas veces la responsable de lo que me pasa soy yo y solamente yo.
No obstante, tomarse las cosas con humor ayuda a desdramatizar.
Contestar a estos comentarios no me supone ningún problema, a mí me gusta intercambiar opiniones y comentar. De hecho, no sigo demasiados blogs porque me gusta leer las publicaciones detenidamente y comentar con fundamento, así que prefiero seguir pocos, que me gusten y hacerlo bien que seguir muchos y comentar una frase por compromiso.
Un besote, Ángeles.
Paloma, seguro que esta visita perdurará para siempre y lo hará para bien, no dudo que Mamen y tú disfrutarais. Te doy la razón, cuando algo se tuerce se tuerce, pero el recuerdo arranca más de una sonrisa, :D
ResponderEliminarA parte, yo solo he estado una vez en Madrid pero mi primera comida fue un bocadillo de calamares y estaba riquísimo, ¡palabra!
Un beso grande, y feliz fin de semana.
Compruebo con cierto estupor que el bocata calamares es más típico de Madrid que el cocido madrileño, no sé si por comodidad o porque está realmente rico ;)
EliminarMamen y yo nos lo habríamos pasado bien en cualquier sitio, con o sin gente, con el tráfico habitual o con las calles desiertas. Charlamos y departimos y disfrutamos mucho.
Realmente lo importante en este tipo de encuentros es la compañía, lo demás es totalmente accesorio.
Un besote grande, Irene.
Eres una anfitriona de primera, doy fe, y lo sabes...Cómo no, me has hecho recordar cuando quedamos todos, cuando viniste a por mí (de lo contrario me hubiera perdido, fijo), cuando Javier me explicó el tipo de árbol que era "aquel" (el que tú ahora llamas "el árbol de Javier"), cuando me comí contigo el bocata de calamares aquel domingo antes de marcharme.
ResponderEliminarNo dudo que Mamen y su marido lo pasaran de maravilla, en tu compañía y la de Jose, tu marido.
Esos sinsabores que has contado son los que dan vidilla y provocan risas al día siguiente. Si todo fuera perfecto sería menos gracioso sin duda.
¡Un beso, Cicerone mía! ;-)
Te recordé mucho cuando nos comimos el bocata famoso de calamares (creo que a partir de ahora será un referente para cualquier quedada), aunque no estuvimos en el mismo bar en esta ocasión pero sí en la misma zona.
EliminarGracias por considerarme una buena anfitriona, tú, al igual que Mamen, eres muy generosa y te amoldas a cualquier circunstancia. Eso facilita mucho las cosas, incluso para un desastre de guía como yo.
Un besote, turista mía ;-)
Hola Paloma, por encima de imponderables y asuntos varios tratados con buen humor, lo importante es esa magia que se crea al dar el paso de lo virtual a lo real. Personalmente he tenido la oportunidad de conocer personalmente a algunas personas del mundo de la blogosfera y la experiencia fue sensacional. Y es que es un gusto conocer a gente con la que has conversado y ver que la química trasciende más allá de sus pantallas. Un grata experiencia leer esta entrada y su cálido significado.
ResponderEliminarUn gran abrazo.
Yo también estoy muy contenta de estas experiencias. Cuando la sintonía que se da en la red trasciende lo virtual para llegar al contacto personal y comprobar que aquella persona es tal como se la siente a través de la distancia es todo un descubrimiento muy agradable.
EliminarGracias por tu generosa visita y por tus palabras.
Un abrazo, Miguel.