Retrato de Carolina Coronado por Federico Madrazo, óleo sobre lienzo, Madrid, Museo del Prado |
La protagonista de este mes de octubre, tan otoñal y tan romántico, en Poemas y Cantares es Carolina Coronado.
Carolina Coronado nace el 12 de diciembre de 1820 en Almendralejo (Badajoz). Su familia tiene un buen nivel económico y es de ideas progresistas. A pesar de este progresismo Carolina es educada como cualquier niña de su época –cualquier niña que puede recibir educación– por lo que aprende a coser y a tocar algún instrumento –arpa y piano– para que pueda deleitar a las amistades en las reuniones sociales.
Con dieciocho años y en plena guerra carlista toma partido por el bando de la reina Isabel II, definiéndose Carolina así como revolucionaria. Personalmente, definirse como revolucionario y apoyar a un rey –en este caso, una reina– no me parece muy coherente; aunque teniendo en cuenta que en el otro bando el pretendiente al trono era Carlos de Borbón, un defensor a ultranza del más rancio absolutismo, puede que lo de revolucionaria por apoyar a Isabel tuviera sentido.
Donde también demuestra su talante revolucionario, y para mí más acorde con este término, es con su postura antiesclavista. Participa junto a Concepción Arenal en la Sociedad Abolicionista de Madrid y defiende a capa y espada la abolición de la esclavitud en todos los países en general y en la colonias españolas en particular.
Con veintiocho años una ‘enfermedad nerviosa’ la deja medio paralítica y es cuando los galenos le prescriben ‘tomar aguas cerca de Madrid’ –la ciencia médica en aquella época estaba en mantillas–. Por este motivo se traslada a la capital y así llega a conocer al que sería su marido. Se casa con el secretario de la embajada de Estados Unidos en Madrid. Tiene tres hijos, un niño y dos niñas, de los cuales solo sobrevive una de las niñas.
Mientras vive en Madrid su casa es la sede de tertulias literarias a las que acuden escritores y políticos de talante revolucionario como Castelar –este sí que era antimonárquico, de hecho participó activamente en la Revolución de 1868 que destronó a Isabel II–.
Precisamente en estos años convulsos de destronamientos parciales –se fue la reina Isabel pero vino el rey Amadeo– Carolina se va a vivir a Portugal. Allí vive modestamente pues la fortuna que había amasado su marido se invirtió en uno de los negocios más ruinosos de la época: el tendido de un cable submarino que pretendía unir Europa con Estados Unidos (se quería establecer comunicación telegráfica para acortar el tiempo de envío de mensajes, pero el cable se deterioró rápidamente y solo duró tres semanas).
Carolina sufre de catalepsia. Esta afección suele aparecer en cuadros de esquizofrenia y psicosis, pero en el siglo XIX se consideraba una especie de falsa muerte (el enfermo se queda momentáneamente paralizado y sin sensibilidad). Según las crónicas, esta poetisa “muere” varias veces y esto hizo que se obsesionara con la posibilidad de que la enterraran con vida. Esta obsesión se extendió para con sus allegados: embalsamó el cadáver de su marido y se negó a enterrarlo, refiriéndose a él –una vez fallecido– como ‘el hombre de arriba’ o ‘el silencioso’. Recordemos que la catalepsia es un síntoma de psicosis.
Carolina muere –de verdad– en Lisboa el 15 de enero de 1911. Tiene noventa años.
Dicen que esas “muertes” que tuvo condicionaron mucho su talante romántico. Personalmente, creo que esa enfermedad condiciona más para escribir relatos de terror que poesías de amor. Pero es innegable que Carolina tiene muchos aditamentos muy propios de la época en que vive.
Se la compara con Rosalía de Castro y con Bécquer. El caso es que yo apenas había leído nada de ella, y si soy sincera me sonaba más su nombre porque es el de una calle relativamente cercana a mi domicilio.
Con motivo de esta publicación sí que leí varios de sus versos y me quedo con el soneto que a continuación expongo. En él se expresan las dudas de quien es motivo de un escrito y está sometido a la pluma y el escrutinio del escritor.
¿Mi vida, Carolina, escribir quieres?
Deja por Dios tan peregrina idea
que podrás sólo hacer que el mundo vea
en vez de lo que soy lo que tú eres.
Digno de ti será lo que escribieres
a tu alma harás brillar en tu tarea,
mas nunca harás que el juicio exacto sea
de cómo yo he cumplido mis deberes.
Mi vida por ti escrita, amiga mía,
un poema completo sólo fuera
hijo del corazón y fantasía,
Donde con gran vergüenza yo me viera
cual debiera haber sido o ser debía
y no cual soy o he sido en mi carrera.
Carolina Coronado (1820-1911)
En estos momentos que se cuestiona el periodismo como una herramienta para manipular por lo distorsionador que puede resultar la manera de contar las cosas me ha parecido esta poesía muy apropiada.
Evidentemente una cosa es la poesía y la ficción literaria donde el escritor tiene la potestad de escribir como le plazca, porque para eso tiene su propia imaginación, y otra cosa es la información verídica donde el periodista tiene la obligación de ser riguroso, porque para eso (se supone) estudió en la Universidad.
El carlismo así como los nacionalismos periféricos son tradicionalistas y ultraconservadores a pesar de que entre nosotros al enfrentarse con el poder central se disfracen de progresismo. ¡Falso de todo punto! Quienes defienden sus Fueros (prerrogativas, exenciones, privilegios...) antiguos en detrimento de los restantes no pueden calificarse de avanzados (?) o progresistas. Por eso es cierto que en las guerras civiles carlistas los isabelinos eran los que portaban la llama del futuro y no pretendían volver a la oscuridades del pasado por muy tradicionalista que este fuese.
ResponderEliminarMuchas gracias, Paloma, por este post sobre esta poeta pacense hoy bastante olvidada.
Besos
Completamente de acuerdo contigo, Juan Carlos. A mí los nacionalismos (centrales y periféricos) me parecen absurdos y retrógrados. Eso de no saber mirar más allá del campanario de tu pueblo es propio de mentes estrechas.
EliminarGracias por tu estupendo comentario.
Un beso grande.
No conocía a esta autora de nada, pero su soneto me ha encantado.
ResponderEliminarMás que revolucionarios, a los partidarios de Isabel II se les llama progresistas, y es que como decía Juan Carlos y tú misma, los partidarios del infante Carlos María Isidro eran tan retrógrados y absolutistas que la regente Mª Cristina prefirió apoyarse en los progresistas.
¿Seguro que Carolina murió de verdad? A mí siempre me ha aterrado lo de que me entierren viva; es una manía que he heredado de mi abuela. Ahora con la incineración, estoy más tranquila. Os cuento una historia tremebunda: cuando estaba en el colegio (12 o 13 años) tenía una compañera cuyo cuñado había muerto muy joven, hacía unos años, de un infarto. Yo lo sabía porque el hombre era jugador de fútbol del equipo de León y lo había oído en mi casa. Aquel curso que digo, en el colegio, exhumaron el cadáver para pasarlo a un panteón familiar o algo así, y la familia (hay gente con gustos raros) quiso verlo y se encontraron con que tenía las manos delante de la cara y se había arañado. Lo oí también en mi casa, a escondidas claro, y nunca lo he olvidado.
Bueno creo que a los noventa años, en aquella época, lo más probable es que muriera de verdad.
Completa e interesante semblanza, Kirke. Gracias por darnos a conocer a esta poeta.
Un beso.
Leí que Carolina "emprendió una vida revolucionaria" cuando decidió bordar una bandera para un batallón que luchaba por Isabel II, tal cual. No discuto que lo de bordar banderas lleva su simbolismo y conlleva peligros (creo que Mariana Pineda murió por hacer algo parecido) pero no lo termino de entender muy bien; debe de ser porque para mí las banderas son solo trapos de colores.
EliminarHistorias de muertos que luego aparecen en sus ataúdes con signos de haberse movido o de intentar salir yo escuché muchas en la casa de mis abuelos burgaleses (en la de mi familia gallega eran más proclives a las historias de aparecidos y de espíritus directamente). Creo que ese temor de entrar en un estado profundo de inconsciencia y ser confundido como muerte estuvo muy extendido hace años. Quiero creer que ahora las nuevas tecnologías médicas detectan cualquier signo vital por muy tenue que este sea (otra cosa es que se emplee esta tecnología para certificar un fallecimiento).
Un besote, guapa.
Tengo familia en Almendralejo y sigue siendo mi fiel desconocida, como lo es Carolina Coronado de la que había leído un poema en una Antología de la poesía española y del que no recuerdo más que pasión por la vida.
ResponderEliminarNo deja Kirke de sorprender -con la que está cayendo- de remover, de buscar, de deleitarse en estas mujeres que hacen que ella misma (eso creo) y unos cuantos soñemos con que la vida es como es y no como nos la cuentan.
Vivo ahora en un trasiego de voluntades y de peleas donde vergüenza me da parecer lo que no soy y llegar a donde no he llegado.
Un poco de inquietud ya tú sembraste y la primavera no espera. Sigue escribiendo de lo que quieras que al menos mi sordera te escucha.
Besos.
Esa frase "la vida es como es y no como nos la cuentan" en estos días, con tantas redes sociales y con tanto manipulador interesado, cobra un sentido especial. Siempre ha habido personas que gustan de manejar a los demás a su antojo y en su propio beneficio y siempre ha habido personas que se dejan manejar muy fácilmente, pero en el caso de estas últimas creo que hay una herramienta muy útil para evitarlo: raciocinio.
EliminarGracias por tus palabras tan bonitas, Paco.
Un beso.
Debo confesar que nunca hasta ahora había oído el nombre de esta autora (o al menos no lo recordaba), así que gracias por acercarnos su figura y su biografía. Al margen de otras consideraciones me imagino que debió ser una mujer tenaz y con carácter decidido, como ponen de manifiesto los muchos avatares de su vida que fue capaz de superar. Me han gustado sus versos, son bastante elocuentes incluso hoy en día :)
ResponderEliminarGracias, Paloma :)
¡Un beso de domingo!
En aquella época toda actividad que realizara una mujer y que se saliera de la norma impuesta para ella era un signo de gran valentía. Si además la salud no acompaña el mérito es aún mayor, qué duda cabe.
EliminarMe gustó saber de esta mujer, prácticamente desconocida para mí antes de documentarme para la publicación. Además de esa sensibilidad que tienen los poetas, el coraje que tuvo le da un plus de calidad.
Gracias, Julia, por tu visita.
Un beso de lunes ;)
Conocía el cuadro de Madraso, porque estudié buena parte de su obra durante la carrera, pero no tenía ni idea de quién era esta mujer. Gracias por traernos este personaje tan progresista y revolucionaria a esta sección. Besos
ResponderEliminarMadrazo a mí me tiene enamorada. Este retrato de Carolina Coronado es precioso (aunque el pintor tiene otros que a mí me gustan más).
EliminarMe alegra haberte ilustrado un poco sobre esta mujer excepcional, ella se lo merece.
Un besote.
Me sonaba su nombre y he recordado que estuve una vez en Almendralejo en el grupo de lectura de la Biblioteca de Olivenza a un encuentro de lectores de bibliotecas. Nos invitaron a un acto y a una comida. En el Teatro Carolina Coronado fue el encuentro y unas bodegas las comida. En Almendralejo la tiene muy presente tanto como que por ser mujer la compararon con Becquer. Así sabemos un poco más de esta mujer. Un abrazo
ResponderEliminarNo me extraña que en su localidad natal la tengan presente pues es para presumir de alguien así.
EliminarNo soy la más indicada para calificar la calidad de unos versos, si dicen que es equiparable a Bécquer será verdad, pero desde luego no es tan conocida como el poeta sevillano.
Un abrazo, Mamen.
Hola Kirke.
ResponderEliminarNo la conocía pero desde luego me ha encantado descubrirla. Me gusta conocer a este tipo de personas que fueron capaces de salirse de lo establecido y adelantarse en mucho a su tiempo.
Sobre ese miedo a que la enterraran viva, creo que durante mucho tiempo (y no sé si el cine tuvo mucha culpa) creo que ese miedo se generalizó bastante. Aún recuerdo esas pelis en las que el pobre muerto que no lo estaba se despertaba y se encontraba encerrado y tiempo después se podían ver sus marcas de ñas en el ataúd, una auténtica pesadilla para los espectadores y para el muerto por supuesto, pero de acuerdo con lo que decía otro comentarista creo que ahora eso no puede pasar.
Besos guapa
Que te entierren vivo debe de ser espantoso y desde luego motivo de pesadillas. Le comenté a Rosa que ahora las nuevas tecnologías son más precisas pero también es verdad que no se emplean en todos los casos (un familiar falleció en su domicilio y el médico que certificó su muerte no empleó más que un estetoscopio y otro tipo de pruebas pero sin maquinaria especialmente sofisticada); así que no sé yo hasta qué punto es posible que ocurra. Si bien es cierto que la catalepsia no es algo que padezca demasiada gente.
EliminarUn besote, guapa.
Hola, Paloma!! Desde luego es maravilloso el mundo de los blogs. Desconocía por completo a esta autora y me ha encantado cómo nos la has acercado: con humanidad. Las circunstancias de su vida parece que se empeñan en repetirse, con distintas banderas o trapos de colores (me gusta esa definición). Cíclicamente, las luchas de los que mandan se sirven del sentimiento patrio para que el ciudadano de a pie libre sus guerras. Y no aprendemos, nos tragamos todo ese rollo, un opio como otro cualquiera para dominar las masas. En fin...
ResponderEliminarEn cuanto a la catalepsia, creo recordar que hubo un tiempo en el que se colocaban campanillas en los ataúdes para que si el "muerto" revivía la tocara.
Un abrazo!!!
Yo siempre he dicho que las guerras las provocan quienes están seguros y saben que nunca van a ser "heridos por la metralla", para eso, para que la metralla tenga diana ya están quienes se dejan embaucar y siguen ciegamente a las banderas, trapos que, al igual que en los toros de lidia, sirven para provocar la embestida.
EliminarLo de la campanilla yo también lo he oído en la casa de mis abuelos, algo que, en aquel caso, no me pareció muy útil pues el camposanto está alejado de las viviendas por lo que el sonido de esas campanillas no se escucharía.
Gracias por tu comentario, David, sé que ahora estás muy ocupado con esa estupenda convocatoria de relatos y que emplees tu tiempo en visitar este humilde blog es algo que valoro mucho.
Un abrazo.
Hola Paloma,
ResponderEliminarNo la conocía, y ahora que nos la has mostrado, la verdad que me ha dado un poco de pena su vida.
Se ve que en cierta manera salió un poco de la norma establecida pero con tantas enfermedades y miedos que la acompañaron tuvo que tener una existencia bastante complicada.
Besos.
A mí me gusta saber de la vida de los escritores porque explica la mayoría de las veces su forma de escribir y las cosas que escriben.
EliminarCarolina Coronado tenía todos los ingredientes para ser una poetisa romántica.
Gracias por tu visita, Irene.
Un beso.
Ni la había oido nombrar, pero qué interesante. Recuerdo el tema de la catalepsia por un cuento de Poe ("El entierro prematuro"), la verdad es que se te ponen los pelos de punta. Respecto al periodismo, parece desbordado por las redes sociales. Hace un rato he visto un artículo sobre bulos que ayer fueron circulando alegremente por la red. En el pasado, un simple rumor acabó con reyes poderosos. En cualquier caso, siempre habrá buenos periodistas.
ResponderEliminarUn abrazo.
No dudo que haya buenos periodistas, pero tengo la sensación de que casi todos ellos deben de estar en el paro y trabajan los más fulleros.
EliminarLa cantidad de información errónea que circula estos días es más que preocupante. Que ocurra en las redes sociales tiene un pase (no mucho) pero que también se dé en los medios oficiales es de juzgado de guardia.
Esto se traduce en que es muy cansado informarse hoy en día, porque tener que mirar en varios sitios la misma noticia para saber qué pasó de verdad es agotador y una ya lleva varias semanas dedicándose a ver series de TV y pasando de los telediarios.
Un abrazo, Gerardo.
No conocía a la autora pero lo que has contado es muy interesante. Pobre mujer, imagino el miedo a ser enterrada viva, pero es que en esa época las enfermedades tenían explicaciones muy raras. Me ha hecho gracia cuando dices: "cuando murió de verdad" jajja como siempre has hecho un gran trabajo de investigación :)) un besito!!
ResponderEliminarCuando indagué sobre la fecha de su muerte lo primero que pensé es si se habría muerto de verdad. Dado que lo hizo con 90 años es probable que sí, pero nunca se sabe. Esperemos, por el bien de esta pobre mujer, que sí se muriera realmente.
EliminarUn beso, María, gracias por tus palabras.
No la conocía, por eso me agrada que mediante tu escritura ágil y fresca me la des a conocer. Normal que se obsesionara con que la enterrasen viva. En sus circunstancias, cualquiera. Un beso, Kirke.
ResponderEliminarYo también conozco un poco más a algunos poetas o poetisas a través de esta sección. De hecho, la creé para saber más sobre este género, la poesía, que yo siempre he tenido apartado.
EliminarGracias por tus bonitas palabras, Ángeles.
Un besote.
Te quedo agradecido por acercarme a este personaje que me era desconocido del todo, incluso el nombre no me sonaba de nada aunque el cuadro de Madrazo sí.
ResponderEliminarMuy oportuna la entrada, ahora que el nacionalismo exacerbado de unos pocos quiere hacernos comulgar con ruedas de molino. También muy acertados tus apuntes sobre el periodismo imaginario y partidista que efectúan algunos que han estudiado incluso.
Besos.
No sé si es el subconsciente que me la juega cuando busco un poema o es ese mismo subconsciente el que nos hace adaptar las cosas que leemos a lo que ocurre a nuestro alrededor, pero algunos comentarios parece que derivan hacia lo que nuestro país está viviendo.
EliminarPor si hay algún fenómeno paranormal que provoca que las publicaciones de este blog incidan en la realidad, el próximo mes busco un autor que escriba cuentos con final feliz.
Besos.
Por lo que venías contando, pensé que moriría joven. Pero no.
ResponderEliminarEn cuanto a la verdad y el periodismo: bueno, eso es un tema de poderes y de lo que el público quiere leer.
Saludos.
A este respecto (el del periodismo y los poderes) no veas la que tenemos montada ahora mismo en España. Cambias de canal de TV y parece que están pasando cosas completamente distintas y tienes toda la razón: cada uno lee (o ve) lo que quiere que le digan, la veracidad está de capa caída. Es triste, pero es así.
EliminarUn abrazo.
Ha sido toda una sorpresa saber de la vida de esta poetisa, Carolina Coronado que hoy nos traes en tu blog, tan lleno de sorpresas siempre relacionadas de alguna manera, se nota que estás licenciada en Farmacia. Sólo que pones muchas dosis de humanidad en los relatos que he leído de tí, siempre se saca alguna enseñanza.
ResponderEliminarSí, es posible que fuera abolicionista por salir de casa, porque era una niña bien algo rebelde, o que lo sintiera de verdad, porque no casa eso con lo de ser monárquica.
Hay muchas mujeres, en la Historia que sobresalen por sus actos, hoy nos traes a una de ellas. Recibe un abrazo literario.
Cada vez que sé de una mujer que rompe los moldes que la sociedad le tiene reservados me admiro. La valentía que demuestran estas mujeres inconformistas es muy loable.
EliminarIntento, con mis humildes publicaciones, rescatar a algunas del olvido o darles un poco más de "publicidad".
Un abrazo.