Dos científicos discuten aunque uno no quiera
Me considero
una persona pacífica. Por lo general, y si no me tocan mucho las narices, no
suelo ser beligerante. Practico la tolerancia y sigo la máxima 'vive y deja
vivir'. Este rasgo de mi personalidad es un inconveniente a la hora de
investigar. Porque en el mundo científico se lleva mucho discutir.
Dicen que dos
no discuten si uno no quiere. En investigación esto no es verdad. Yo no quiero
discutir pero acabo haciéndolo a pesar de ello.
Los artículos
científicos (y la tesis) se dividen en una serie de apartados. Uno de ellos es
“Resultados”, ahí se exponen los datos obtenidos en el trabajo correspondiente.
Después de ese apartado viene uno que no me mola nada: “Discusión”. Es decir,
una vez expuestos los resultados, toca discutirlos.
El propio
título ya da mal rollo. Parece como que la cosa no pinta bien y hay que batirse
el cobre para defender aquello que se quiere publicar. Se da por sentado que
enfrente hay alguien que va a poner pegas y ya, de antemano, hay que pelear. Es
como estar a la greña constantemente.
Ni me gusta
discutir, ni me gusta pelearme. En el colegio huía de los matones; siempre los
he detestado, por abusones, porque no me gustan los que quieren imponer sus
ideas por la fuerza y porque en una pelea física llevo las de perder siempre.
Soy de constitución más bien endeble, ni demasiado alta ni demasiado
corpulenta, por lo que si me tengo que dar de bofetadas no tengo muchas
posibilidades de salir airosa. Además soy muy miedica y tengo muy poca
tolerancia al dolor.
Quizás de
aquellas experiencias infantiles me ha quedado ese disgusto por la
confrontación y como soy de natural tranquilo y conciliador cuando llego a esa
sección de la tesis (en la que estoy ahora precisamente) lo paso especialmente
mal.
Aunque, puestos
a pelear, prefiero utilizar la lengua a las manos; prefiero las peleas
dialécticas, por lo que, dentro de lo que cabe la discusión de la tesis aún
tiene un pase para mí. No obstante, no me gusta.
Cuando uno
discute y sabe que tiene razón puede tener cierto aliciente, pero cuando uno no
tiene muy clara la
firmeza de su postura la cosa ya es más complicada, porque yo en la tesis tengo
un inconveniente más que añadir a mi talante pacífico: mis resultados tienen pocas
‘p’ significativas (En busca de la significación perdida) y pocos asteriscos, o sea, bajo peso estadístico y
ese punto de partida ya es un serio hándicap a la hora de discutir. Es como si
un púgil salta al cuadrilátero con una pierna rota y un parche en un ojo: le
van a caer tortas hasta en el carnet de identidad.
Afortunadamente
tengo un director, el número UNO (Con tres basta) que siempre sabe cómo justificar lo
que, a priori, no tiene muchos visos de ganar en una discusión. Así que yo
expongo los datos, los dejo ahí y por si alguien se pone chulo planteando
objeciones yo me escondo detrás de mi director y él se encarga de defenderlos.
Es como el primo de Zumosol.
Cicerón dijo
que la discusión fortalece la agudeza, en mi caso fortalece más bien mi
instinto de supervivencia y me busco las mañas para cubrirme bien las espaldas.
Si no hay más remedio que discutir, discuto, pero lo hago con buenos aliados
que me aseguren la victoria.
Aunque yo sigo
pensando que la única manera de ganar una discusión es evitándola. Prefiero que
digan de mí ‘aquí huyó como una cobarde’ a ‘aquí murió como una valiente’. De momento no pienso huir pero tanta discusión me está soliviantando, quizás cuando termine la tesis pueda conseguir un puesto en uno de esos programas de televisión donde se ponen a discutir gritando todo el rato, con lo que la próxima vez que me pregunten para qué sirve mi tesis podré contestar:
- Para ser tertuliano en "Sálvame" o en "Jugones".
Tanto sufrimiento para acabar así. ¡Madre mía, qué depresión!
- Para ser tertuliano en "Sálvame" o en "Jugones".
Tanto sufrimiento para acabar así. ¡Madre mía, qué depresión!
Anteriormente en "Doctoranda al borde de un ataque de nervios":
(III) Y eso ¿quién lo dice?
(V) Con tres basta
Oye, pues igual en el futuro consigues que vea Sálvame porque si sales tú loveo seguro.
ResponderEliminarBesos y ánimo.
Sí que eres una seguidora fiel si eres capaz de ver un programa así solo porque aparezco yo. Gracias, es un detalle precioso.
EliminarBesos.
Pues nada, a formarse para ser tertuliana en Sálvame. Ya tienes otro plan b si el doctorado no lleva las estrellas. Ánimo, Kirke, en todos lados hay belicosos y empecinados. Un beso.
ResponderEliminarDicen que en esos programas pagan muy bien, quizás sea hora de dejar los prejuicios y el amor propio aparcados y ser pragmático.
EliminarEsa beligerancia es cada vez más patente, Ángeles, lo malo es que muchas veces está causada por tonterías, cuando lo que realmente importa no enfada a casi nadie.
Un besote, guapa.
Ni sé lo que es "Sálvame", aunque por tus palabras, me lo puedo imaginar. Debe de ser uno de esos programas que ve mi madre cuando yo le digo que ya se ha ido al lado oscuro.
ResponderEliminarYo, como tú, soy muy miedica y no soporto el dolor físico. Tengo una sensibilidad especial y no es broma. La gente se ríe y dice que lo que soy es una quejica, pero un médico me dijo que hay gente que siente más dolor que otra.
Lo malo es que con las discusiones dialécticas, me pasa que me quedo muda y luego, terminada la discusión, pienso "tenía que haber dicho esto y esto", pero ya es tarde. O sea que ni discusiones a bofetadas ni a discurso. Yo, mejor, pacífica del todo.
Por lo menos tienes a tu jefe mayor que te protege y en un par de meses, la tesis ventilada. Ánimo, amiga, que luego la echarás de menos. 🤣😂
Un beso.
El umbral del dolor es muy distinto de unas personas a otras, así que de quejica nada. De todas formas, el dolor es un mecanismo de defensa, nos avisa de que algo no va bien, así que tener una mayor sensibilidad nos predispone para reaccionar antes.
EliminarEn las discusiones dialécticas suelo partipar activamente porque no me callo ni debajo del agua. Pero eso también tiene sus inconvenientes, y es que muchas veces me meto en cada jardín...
Gracias, Rosa, por esos ánimos porque ando muy necesitada, hoy es uno de esos días en que lo veo todo negro.
Un beso grande, amiga.
Si es parte de la tesis, pues vas a tener que afilar esa lengua. Vamos, que letras te sobran para dejar knockout a cualquiera.
ResponderEliminarSaludos.
Ojalá deje K.O. a más de uno. En estos momentos me gustaría noquear a algún revisor de artículos científicos, en el sentido figurado y en el literal porque me acaban de tumbar un artículo en el que trabajé mucho. En estas ocasiones sí que me gustaría ser más corpulenta y repartir tortas.
EliminarUn abrazo, Raúl.
Supongo que el temor, al igual que el hambre, agudiza el ingenio. La discusión más difícil y comprometida, la madre de todas las discusiones, supongo que será la que se produzca al defender tu tesis, pues será en vivo y en directo. Aunque también supongo que tus tres directores (y tú misma) podrás anticipar por dónde irán los tiros y, por lo tanto, ir bien preparada para una buena defensa (o un buen ataque).
ResponderEliminarSiento decirte que, mientras tú sufres esa agonía de doctoranda, yo me lo paso francamente bien leyéndote. Si no fuera porque lo considerarían una blasfemia, sería bueno que pudieras imprimir ese toque genial de humor a la lectura de la tesis. Pero dudo mucho que el tribunal tenga el sentido del humor necesario.
Un abrazo.
En la defensa de la tesis es donde tendré que mostrarme más beligerante, o al menos más dispuesta a no dejarme atacar, dicen que la mejor defensa es un buen ataque, ya veremos.
EliminarNo sé si sería una blasfemia escribir con un tono de humor una tesis, pero te aseguro que mientras escribo la mía se me ocurren muchos chascarrillos, pero me tengo que cortar un pelo y ponerme seria.
Varios compañeros de la facultad ya me han sugerido que ponga como anexo a la tesis estas publicaciones del blog. No creo que el decanato me lo permitiera pero creo que haría la tesis mucho más amena.
Un abrazo, Josep
Me resulta grato ver que pensamos lo mismo porque yo también soy de las que pienso que vive y deja vivir, esa es mi máxima.
ResponderEliminarY discutir te puedo asegurar que según me voy haciendo mayor, me gusta cada vez menos, y tengo la suerte de que mi pareja opina lo mismo que yo, no nos gusta a ninguno de los dos, de modo que lo evitamos, desde el principio de la relación, que ya va para ocho años, dijimos que ibamos a procurar hablar las cosas y así evitar la discusión y así lo estamos haciendo desde que vivimos juntos, y de momento no va mal, discutimos pero lo menos posible, además siempre he pensado qeu las discusiones son cansinas, agotan físicamente y psicológícamente, y para que? para muchas veces gastar energía y algunas ocasiones no llegar a ningún sitio, de modo que prefiero evitarla si puedo.
Respecto al dolor, yo tampoco lo llevo nada bien, pero nada bien, fíjate le tengo pavor al dentista, con eso te lo digo todo.
Mucho ánimo Paloma, al final tanta discusión y tanto trabajo habrán merecido la pena, ya veras. un beso. TERE. Ah y si te contratan en Sálvame avisa que si sales tú lo veo jeje.
Yo también creo que según vamos cumpliendo años se nos quitan las ganas de discutir, o sobre todo de discutir por tonterías que no llevan a ninguna parte. A mí cada vez me da más pereza tener que demostrar a los demás por qué opino de una manera o de otra, llega un momento en que no tengo ganas de hacerme comprender, si no me entienden pues que no me entiendan.
EliminarVeo que el Sálvame ganaría adeptos si yo interviniera... realmente sois muy sacrificadas Gemma y tú ;)
Un besote grande, Tere.
Yo soy de los que si hay que pelear se pelea, pero siempre considerando que la situación lo justifica. eso de que el matón de turno se salga con la suya me solivianta. Si es una discusión dialéctica bien llevada participo como el que más, siempre que la razón me ampare, aunque eso de la razón es muy "Sui Generis" y está la mar de bien repartida, pues todos consideramos que tenemos la necesaria como para no atender a razones. Lo que no aguanto son los gritos de los que amparan su ignorancia en el volumen y quieren hacer imperar sus criterios a base de decibelios.
ResponderEliminarSigue publicando para nuestro regocijo.
Besos
Cuando me saqué el carnet de conducir el profesor de la autoescuela chillaba mucho; aunque a mí apenas me llegó a alzar la voz yo un día le pregunté por qué tenía que decir todo a voces y malhumorado, me contestó que cuando gritaba le parecía que tenía más razón y a la vez no dejaba que el otro expusiera sus motivos. Siempre que veo alguno de esos programas donde se explican a voces recuerdo a aquel profesor. Por cierto, muchos años después llegó a alcalde de una localidad bastante grande, que cada uno saque sus propias conclusiones.
EliminarBesos.
Mujer pies su si tienes que discutir discute pero no te olvides de contarnos todo lo que te ocurra con esa gracia que tú sólo sabes hacer. Me río mucho, yo creo que no llegarás a ese programa por que se divirtuaría tu tesis. Un abrazo
ResponderEliminar¿Te imaginas que lleve la tesis publicada a uno de esos programas para que la lean? Si Belén Esteban llevó "su" libro, yo también ¿no?, jajaja.
EliminarSea lo que sea, lo contaré aquí, me relaja escribir sobre ello y además saber que te gusta es un aliciente. Gracias por tu fidelidad.
Un besote grande, Mamen.
En general a mi las discusiones me tensan bastante, no me gustan mucho e intento evitarlas, sobre todo porque hay auténticos profesionales de la discusión y lo cierto es que no me apetece gastar mi tiempo en ellos.
ResponderEliminarMe alegra que tengas al número uno como primo de Zumosol, siempre va bien contar con esos apoyos.
Muchos ánimos por ese artículo tumbado, qué rabia dan los revisores.
Un beso
Tener aliados siempre viene bien.
EliminarEl artículo tumbado me ha sentado como un tiro, trabajé mucho para adaptarlo a los comentarios de los revisores y no sirvió para nada. Cuando en otra entrada escribí que es un infierno lo de los revisores que te hacen cambiar muchas cosas para luego denegar la publicación no era invención, es la triste realidad, al menos la mía.
Un besote, guapa.
Discutir es algo que detesto, más que nada porque me aburre perder el tiempo en mostrar a los demás lo equivocados que están... Bueno, ahora en serio. En los procesos de beatificación o santidad católica existe la figura del abogado del diablo, que es quien se encarga de darle todas las vueltas del mundo a quienes postulan a una persona para santo o beato. En ciencia, imagino que es discusión juega un papel parecido. Debe ser una especie de "Test de solidez" de la tesis propuesta. En ese sentido creo que es necesaria, si bien, también imagino que en ocasiones la postura contraria puede ser menos solida que la hipótesis planteada, me viene a la cabeza el pobre Darwin. Aún y así, pienso que es necesaria. La teoría gravitatoria de Newton daba un "nimio" error en los cálculos de la órbita de Mercurio; esa insignificancia demostraba que algo fallaba; algo que seguro llevo a Einstein a su teoría de relatividad que ampliaba la observación de Newton.
ResponderEliminarComo dice Josep, disfrutamos tu tormento
¡Un abrazo y mucha fuerza con la tesis!
Si la discusión está motivada por todo lo que tú cuentas, no solo está justificada, sino que es necesaria. Como bien comentas da solidez, pues si resiste la oposición de ese abogado del diablo, quiere decir que los planteamientos están bien fundamentados.
EliminarEl problema viene cuando quien discute "del otro lado" se mueve por intereses espurios, léase que también investiga en el mismo campo y no le interesa que otro se le adelante, entonces es cuando la discusión se vuelve torticera y pierde pureza.
Reconozco que ahora mismo no soy imparcial para juzgar el criterio de los "abogados del diablo" en ciencia porque aún me escuecen ciertos comentarios recibidos por parte de un referee especialmente hiriente en un artículo rechazado.
Un abrazo y gracias por esos ánimos que son muy bienvenidos.
La verdad es que sí, solamente el nombre del apartado, "discusión", ya da bastante mal rollito. No parece justo que después de haber llegado hasta ese punto, después de pasar y superar todo lo que nos has ido contando, tengas además que discutir tus resultados y tu trabajo. Habrá a quien le mole, no te digo yo que no que hay gente de todas las clases, pero yo diría que no es plato de gusto para casi ningún científico...
ResponderEliminarCada día te admiro más, Paloma. Yo ya habría tirado la toalla mil veces a lo largo de la tesis, así que ¡ole por ti! :))
Un beso, que pases buen domingo (si te dejan las discusiones, claro) :P
He pensado en tirar la toalla un montón de veces, Julia, en serio. Pero luego, una vez pasado el momento agudo de desesperación, recapacito y sigo adelante.
EliminarLo que yo estoy pasando, lo han pasado el 90% de los doctorandos. Por suerte, o por desgracia, muchos de mis compañeros se sienten identificados con todo lo que cuento porque es lo que suele ocurrir. Para mal, o para bien, esto es lo que hay.
Gracias por tu admiración, aunque no la merezco. Pero sobre todo, muchísimas gracias por tus constantes ánimos, me ayudan mucho.
Un besote grande, Julia.
Creo que no valdrías para política, pues dos son los atributos principales que requiere tan excelsa profesión, gusto por el debate (deberíamos decir pelea dialéctica, pues hoy en día el debate se ha visto reducido a su expresión más ínfima) y facilidad para el engaño. Lo primero ya te has encargado de desmentirlo y en lo segundo no acabo de verte. Consuélate con que tu tesis hará más bien a la sociedad que la labor de nuestros mandamases. Definitivamente esta tesis está agotando tus energías, pero como dice el dicho... sarna con gusto no pica! Un abrazo.
ResponderEliminarNo sé yo cuánto bien hará mi tesis a la sociedad, pero comparado con lo que aportan nuestros gobernantes seguro que es mucho mejor, por lo menos no hará ningún mal, algo que no pueden decir muchos de nuestros jerifaltes.
EliminarEste sufrimiento tiene fecha de caducidad, afortunadamente, y en tres semanas la tesis debe estar entregada. Luego vendrá la defensa ante el tribuna que también tiene lo suyo...
Un abrazo, Jorge.