Con tres basta (*)
El comentario
del director UNO corrobora una característica de los directores de tesis: son
insaciables, siempre están pidiendo y nunca se dan por satisfechos.
Dicen que un
médico cura, dos dudan y tres matan. Si extrapolamos esta sentencia al número
de directores que puede tener una tesis, se podría concluir lo siguiente:
“Un director
ayuda, dos marean y tres te vuelven loca de remate”
Yo tengo tres
directores en mi tesis. Son tres reputados investigadores que, cada uno en su
campo, me están ayudando y enseñando mucho. Su sabiduría es enriquecedora, cada
uno aporta su experiencia y sus conocimientos en el desarrollo de la tesis, de
manera que el resultado final es muy completo.
Sin
embargo, sus diferentes puntos de vista
pueden desencadenar situaciones controvertidas cuando las órdenes o sugerencias
son opuestas, provocando una gran desesperación en quien recibe esas
órdenes/sugerencias, es decir, el doctorando, o sea, yo. En castellano llano: para
contentar a los tres tengo que hacer encaje de bolillos.
Durante varias
semanas me dediqué a escribir la introducción de la tesis. Cuando ya la tuve
lista se la envié por correo electrónico a mis tres directores para que me
dieran su opinión (y sus correcciones). Esperé ansiosa su parecer. Sus
respuestas no se hicieron esperar mucho y a los pocos días me contestaron. El
director UNO y el director DOS lo hicieron el mismo día con un intervalo de diez
minutos. Y esto fue lo que me expresaron.
Director UNO:
La introducción es demasiado corta.
Director DOS:
La introducción es demasiado extensa.
Mal empezamos,
pensé yo. Pero mi mente analítica salió a rescatarme y decidí esperar la
contestación del tercer director creyendo, ingenua de mí, que se decantaría por
la opinión del director UNO o del DOS y así desharía el empate. Dicha
contestación llegó al día siguiente.
Director TRES:
La introducción, en general, me parece bien.
En ese momento
mi moral empezó a flaquear. Una tesis consta de siete grandes apartados
(Introducción, Objetivos, Material y métodos, Resultados, Discusión integradora,
Conclusiones y Bibliografía), si ya con el primero tenía problemas, el panorama
no se presentaba muy alentador.
Tenía ante mí
un terrible dilema pues si contentaba al director UNO, dejaba al DOS fuera de
juego, es más, contentar al UNO implicaba no solo ignorar al DOS, sino hacer
todo lo contrario. Terrible dilema y comprometida situación.
Al final decidí
hacer caso al director UNO porque si bien soy una firme defensora del axioma
que dice “lo bueno, si breve, dos veces bueno” pudo más aquel otro de “más vale
que sobre, que no que falte”.
Me puse a la laboriosa
tarea de ampliar todo lo que el director UNO tuvo a bien indicarme (también
seguí las sugerencias/correcciones de los directores DOS y TRES). Después de muchas horas de trabajo
tuve lista la segunda versión, corregida y extendida –bastante más extendida– y
se la envié a mis tres directores de nuevo. Las contestaciones fueron estas y
por este orden.
Director TRES:
Has hecho un gran esfuerzo y tu capacidad de trabajo es excelente (si
habláramos de poli bueno/poli malo, el director TRES es el bueno, sin ninguna
duda).
Director DOS:
Sigo pensando que la introducción es muy extensa (si habláramos de coherencia el director DOS tiene mucha, además de paciencia y comprensión pues no me mandó a freír espárragos).
Director UNO:
Bueeeeno, ahora está “algo” mejor.
La
insatisfacción permanente en la que viven los directores de tesis podría
resumirla con este diálogo ficticio pero que puede ser un resumen de muchos
otros reales que se están dando a lo largo de mi querida tesis:
Director UNO:
El encabezamiento de esta tabla ponlo con otro tipo de letra. Los asteriscos en
negrita y dos puntos más grandes, la ‘p’ en cursiva y la leyenda de la gráfica la
sacas fuera y la pones en el pie de la figura.
Doctoranda:
(después de protestar un poco) A la orden.
Dos horas
después y tras algún que otro rifirrafe con el Word y sus puñeteras tablas, se
presenta el trabajo corregido.
Director UNO:
Los asteriscos no tan grandes, la ‘p’ mejor la cambias de sitio, y la leyenda
de la gráfica la incluyes dentro.
Doctoranda: …
(silencio en señal de mosqueo)
Un “rato” más
tarde se vuelve a presentar la tabla y la figura.
Director UNO:
No me gusta mucho pero de momento lo dejamos así. O no, mejor añade dos variables más y de
paso calculas un par de correlaciones.
Director DOS:
¿No se puede poner una tabla más pequeña?
A esta
característica de la insatisfacción se suma otra que dificulta más si cabe todo
esto que cuento: para los directores de tesis el tiempo es relativo.
Dicen que
Einstein basó su teoría de la relatividad en cálculos matemáticos, yo creo que
lo hizo observando a los directores de tesis. La mencionada teoría predice que el
tiempo va más lento o más rápido según qué sistema de referencia se tome, lo
que en el tema que nos ocupa se traduce así:
“El tiempo que
se emplea en hacer una tarea ordenada por un director de tesis es mucho menor
para el director que para el doctorando”
Recuerdo la
confección de unas tablas de riesgo cardiovascular que me ordenó hacer el
director UNO y que me dijo no me llevarían más de tres cuartos de hora. ¡Tres
mañanas (de 9 a 13 h) tardé en terminarlas! Sé que soy algo lenta para según
qué tareas pero ahora mismo pongo la mano en el fuego a que no hay nadie que
hubiera podido hacerlas en 45 minutos como él predijo.
Otra cualidad
que caracteriza a un director de tesis es la extraordinaria capacidad para
captar el mínimo error. Desarrollan un sexto sentido que les permite ver ipso facto cualquier fallo,
especialmente si el fallo lo comete su doctorando.
En cierta
ocasión le presenté al director UNO una tabla de las mías –con muchas filas,
columnas y datos, pero sin apenas asteriscos y con unas ‘p’ paupérrimas–. En
aquella tabla, entre valores medios, desviaciones estándar e intervalos de
confianza había más de cuatrocientas cantidades (juro que no exagero) con sus
correspondientes decimales. Antes de continuar aclararé que en español los
decimales se ponen con una coma, mientras que en inglés se utiliza el punto;
cuando se hacen los cálculos la coma es lo que se utiliza pero al trasladar los
resultados y si se van a publicar en una revista en inglés, hay que cambiarlo.
En aquella
ocasión yo había cambiado todas las comas por puntos (o eso creía), aun así
repasé la susodicha tabla varias veces, cuando creí que todo estaba bien
colocado (la ‘p’ en negrita y cursiva, los asteriscos dos puntos más grandes, etc.)
se la presento a UNO convencida de que estaba perfecta. No tardó ni una décima
de segundo en detectar dos comas que no se habían reemplazado por los
respectivos puntos y un espacio de separación de más en una de las desviaciones
estándar.
¿Cómo lo hacen?
¿Tienen superpoderes o los errores emiten una luz especial en una frecuencia
que solo el ojo de un director de tesis es capaz de percibir?
Cuando se
comportan así me viene una imagen de la película El Señor de los Anillos: el Ojo
de Sauron que vigila atentamente y en cuanto el Anillo hace acto de presencia
(léase un error) enfoca su mirada escrutadora hacia él, esté donde esté (léase
una tabla con cientos de datos).
Mis directores
de tesis son unos profesionales muy competentes, tengo mucha suerte de contar con su dirección, sin embargo, a veces, también son fuente
de bastantes quebraderos de cabeza. Pero reconozco que sin ellos no habría sabido ni
cómo empezar esta tesis ni, por supuesto, terminarla con éxito.
Lo que ya no tengo tan claro es cómo voy a acabar yo.
Lo que ya no tengo tan claro es cómo voy a acabar yo.
Kirke
(*) Esta publicación está dedicada a Paco:
Paco, he escrito esta publicación con todo el cariño que te profeso, pero sabes que a mí me gusta
protestar mucho y en este diario eso tenía que plasmarse. Gracias por tu
infinita paciencia y por ser tan bueno en todos los sentidos. Eres el número UNO.
Menuda locura. Seguramente cuando llevas tanto tiempo mirando algo no ves los errores. Otros ojos más frescos lo ven a la primera. Mucha suerte y paciencia.
ResponderEliminarUn besazo.
Es verdad, que cuando se está inmerso en un tema durante horas llega un momento que se pierde la perspectiva, uno se obceca y no ve los fallos. Pero lo de mis directores es algo fuera de lo común, tienen un tino para pillarte en falta...
EliminarUn beso y gracias por tus deseos.
Eso digo yo, qué locura. ¿Y cuando acabe todo? Luego escribes un post para describir esa sensaciónd de alivio absoluto, porque me interesa.
ResponderEliminarQue pases buen domingo. Por cierto, vaya manera de desconectar de la tesis escribiendo estos post, jaja. Lo mejor es salir al campo a respirar aire puro, llueva o no.
Veo tan cerca y tan lejos a la vez la fecha de que se termine esta tortura que no soy capaz de imaginarme cómo será mi vida cuando esto acabe.
EliminarIntento, siempre que el tiempo meteorológico lo permite, salir al aire libre aunque ir al campo viviendo en una ciudad grande es más complicado por el tiempo que hay que invertir para llegar hasta él. Aunque yo tengo un sucedáneo estupendo cerca de casa: el Parque de El Retiro.
No obstante, estoy tan obsesionada con la tesis que ni un buen paisaje ni respirar aire puro me alivian como deberían.
Un saludo.
Que estresante relato de tu realidad.
ResponderEliminarDigo como el anterior compañero: espero escribas algo cuando todo acabe para que todos respiremos tranquilos. Pero mientras sigue deleitándonos con tus ataques de nervios escritos.
Besos Kirke.
Espero llegar de una pieza para poder contar qué se siente cuando me libere de esta agonía. De momento los ataques cada vez son más seguidos y de mayor intensidad. Puede que termine esta serie escribiendo desde un sanatorio mental, todo es posible.
EliminarUn beso, Francisco.
Muy bueno, Kirke. Transmites perfectamente el agobio que tiene que entrar cuando pìensas que has terminado una tarea y, de pronto te ves cambiando esto, ampliando aquello... y casi empezando de nuevo. A mí me daría un verdadero ataque de nervios. No me quedaría en el borde.
ResponderEliminarEs divertido y está muy bien escrito. A ver si terminas con la tesis y vuelves a escribir relatos de ficción que, aunque estabas empezando, se te da genial.
Un beso.
En este caso la realidad supera la ficción porque yo he estado más tranquila leyendo relatos de terror que padeciendo las agonías de escribir esta dichosa tesis, ya te lo digo.
EliminarYo también tengo ganas de escribir ficción y dejar los malos ratos para los personajes inventados y no ser yo la protagonista. Todo se andara (o eso espero).
Un besote, amiga.
Kirke no se como vas a acabar esta tesis, pero con tus nervios a flor de piel. Y encima nos lo cuentas. Mejor salir al campo y respirar aire. Un abrazo
ResponderEliminarSí que es mejor salir al campo, de hecho puede que algún día lo haga pero para no volver. Lo mismo me quedo allí (en el campo) y lo mando todo a hacer puñetas, seguro que soy más feliz.
EliminarUn besote.
Oye, ¿y si buscas un veneno que no deje rastro y te los cargas a los tres? Jajaja, no, en serio, me imagino la locura, uno largo, otro corta, cambia la p, el asterisco...uffffffffffff, tienes un meritazo.
ResponderEliminarBesos y feliz domingo.
Te confieso que esa solución tan drástica se me ha pasado por la cabeza más de una vez. Luego, recapacito y se me pasa porque pienso que si ahora estoy mal, en la cárcel (con la mala suerte que tengo seguro que me pillarían) se debe de estar peor... o quizás no.
EliminarUn beso, Gema.
¡¡¡Tres!!!! Mujer ¿no te lo podías poner un poco más complicado? Menos mal que eres mujer brava y puedes con ellos porque si no es así loquita te van a volver, muy bueno el ejemplo del extenso, breve y bien, refleja perfectamente la disparidad de criterios con los que vas a tener que lidiar.
ResponderEliminarÁnimos que tú puedes.
Besos
Lo de que fueran tres directores no fue idea mía, como te puedes imaginar, pero es lo que me tocó. Además, dentro del ámbito de la investigación los directores no se encuentran en estamentos parecidos, dos pertenecen al CSIC y uno es catedrático en la Universidad, lo que resulta enriquecedor pero demuestra unas maneras muy distintas de enfocar la investigación.
EliminarEn fin, seguiré luchando contra los directores, digooo contra los elementos ;)
Un beso, Conxita.
Ja, ja, ja. Duro camino el de quien debe someterse al enjuiciamiento de otros. Por supuesto, dado que se supone que deben corregir, eso es lo que hacen: corregir hasta lo que está bien. Por otro lado, piensa que escribimos con la parte creativa de nuestro cerebro, ya sea un relato o una tesis. En ambos casos tiramos de creatividad. Por otro lado, el corrector visualiza el trabajo con la parte racional y lógica. Por eso detectan cosas que al autor le permanecen invisibles. Es por ello que aconsejan dejar pasar semanas o meses antes de revisar tus propios relatos, para hacerlo con como si no fueras el autor. ¡Ánimo! Y continúa desahogándote en estas entradas para disfrute de los que te leemos. Saludos!
ResponderEliminarSupongo que hay cierto componente subjetivo que el autor no detecta y que un revisor "externo" está más capacitado para evaluar. El caso es que esa manera tan distinta de corregir o de calificar puede resultar muy enriquecedora (de hecho, estoy aprendiendo mucho) pero cuando el tiempo apremia (debo entregar la tesis en abril) tanto perfeccionismo por parte los evaluadores resulta agobiante.
EliminarSí que me desahogo bastante escribiendo este diario, desdramatizo mucho las situaciones que me sacan de quicio y eso siempre es relajante.
Gracias por el comentario, David, un saludo.
Jajajajajajaja jajajajajajaja jajajajajajaja ya me sonaba familiar las características de uno de tus directores y el ojo de sauron y la habilidad de encontrar errores como un espacio en blanco y y y y y........ jajajajajajaja.
ResponderEliminarPero sin duda el mejor director de tesis que se puede tener.
Ánimo que ya queda poco! La discusión es lo más divertido ya verás! Espero con ansias esa entrega
Besos y mucho mucho ánimo
Laura González
Tú también has padecido esa mirada escrutadora a la que no se le escapa ni una coma, así que supongo has reconocido al director UNO en cuanto he dicho dos frases sobre él.
EliminarEs cierto que puede agobiar mucho su perfeccionismo pero tienes razón: es el mejor director de tesis que se puede tener.
La discusión no sé si será divertida, pero que va a ser el colofón de mi nerviosismo lo doy por seguro, creo que tendré que proveerme de una gran cantidad de ansiolíticos para poder superar esa prueba.
Un beso, Laura.
Como diría mi padre, pero en valenciano: "todo forma parte de la obra". Tener a tres personas dando opiniones (u órdenes) no debe ser fácil, pero entra dentro de lo que constituye el proceso de generación de tu tesis y más vale tres que ninguno (yo también soy de las que piensa que más vale pasarse, que quedarse corta).
ResponderEliminarNo sé por qué pero creo que le dices a Paco que es el número UNO en todos los sentidos.
Besos, compi.
El director UNO me está enseñando lo que es la seriedad y el rigor en la investigación, puede que me ponga de los nervios porque nunca está satisfecho con el resultado y siempre está pidiendo. Pero él es el primero que se exige mucho a sí mismo y el primero en dar ejemplo de trabajo.
EliminarSi a los demás nos pide trabajar él no se queda atrás en laboriosidad. Predica con el ejemplo.
Un besote, compi.
Un relato realista y muy simpático: casi una crónica de cómo cualquier persona cuerda podría volverse loca. Cuídate, querida Kirke. Te deseo que la termines pronto y bien ;)!
ResponderEliminarUn beso grande.
Fer
Acabe como acabe esto tiene fecha de caducidad: el mes de abril. Al menos sé que dentro de dos meses y medio todo habrá terminado, no sé cómo pero terminado al fin y al cabo.
EliminarUn besote, Fer.
¿Tres directores de tesis? Nunca me hubiera imaginado que eso fuera posible ni nunca lo había oído por boca de otros doctorandos. Debe ser endiabladamente horroroso, y así te va. Menos mal que, como dices, son muy competentes.
ResponderEliminarYo tuve, años ha, dos jefes, y también discrepaban muy a menudo, Pero puedo decir y digo que eran unos perfectos incompetentes. Solo pude soportarlos un par de años, hasta que decidí emigrar a otra empresa. Al menos a ti te ayudan, aunque mareen la perdiz, y solo tendrás que aguantar esa disparidad de opiniones hasta que hayas concluido la tesis. Algo es algo.
Un abrazo.
Lo habitual es tener dos directores, pero a veces hay tres. Más no porque el rectorado (al menos en la Complutense) permite un máximo de tres (yo creo que en esta decisión debió de opinar algún psiquiatra que avisó del peligro de suicidio para el doctorando).
EliminarSé que cada uno defiende un punto de vista muy particular, el que dos de ellos pertenezcan al CSIC mientras que el otro pertenezca a la Universidad explica mucho esa forma tan distinta, a veces, de entender la investigación.
Mientras en el CSIC son más pragmáticos, en la Universidad (supongo que el carácter docente que va implícito tiene mucho que ver) no hay límite a la hora de indagar, todo es susceptible de investigar, todo camino conduce a muchos otros con variantes diversas y con esa perspectiva en complicadísimo rematar.
En cualquier caso esas dos formas de entender la investigación son muy enriquecedoras (y agobiantes) para mí. Estoy de los nervios pero también estoy aprendiendo mucho y de eso es de lo que se trata.
Un abrazo.
Madre mía, santa paciencia la tuya, uf, en fin, espero y deseo que tengas a mano tila en casa, porque sin duda te hace falta jejjeje, es broma no te lo tomes a mal, pero te imagino recibiendo cada una de las correcciones y tú estado de nervios. Mucha paciencia y estoy segura que aunque discrepen lo hacen para que tengas una brillante tesis doctoral como estoy segura así va a ser mucho ánimo y mucha paciencia, que veras como todo lo que estas pasando al final tiene una muy buena recompensa. un beso. TERE.
ResponderEliminarTodos estos nervios los padezco con resignación porque soy consciente que acabaré realizando una buena tesis. Son buenos profesionales y eso es lo que importa. A veces, hay que pagar un peaje para conseguir transitar por una buena senda.
EliminarUn besote, Tere.
Madre mía, no sé cómo aún tienes humor para contarnos todas estas cosas y hacerlo de forma que además nos riamos. Me parece aterrador el proceso, el esfuerzo y el tener que estar siempre a la espectativa de contentar a tres directores diferentes con sus correspondientes opiniones sobre cada cosa que les muestras. Me lo he pasado bien leyéndote, pero sobre todo he aprendido a valorarte como una súper mujer (habrá otras, no digo que no, pero yo a quien leo es a tí) :D
ResponderEliminarMuchos ánimos y mucha suerte, Paloma. Confío en que no necesites camisa de fuerza antes de terminar la dichosa tesis.
¡Un beso grande de lunes!
Antes que yo han pasado por situaciones similares muchos otros (algunos comentan por aquí en este diario), así que si ellos sobrevivieron yo supongo que también.
EliminarEn cualquier caso escribir desde el humor ayuda bastante.
El necesitar una camisa de fuerza tiene cada vez más probabilidades de que se cumpla pero espero que no, necesito las dos manos para teclear el ordenador y escribir la puñetera tesis, jajaja.
Un beso grande de martes.
Estoy seguro que los tipos la tienen muy clara, pero vos tenés que hacer con el fin de aprobar, no de contentar a uno u otro. Tenés que estar convencida de tu trabajo. Así vas salir ganando.
ResponderEliminarSaludos.
Yo sé bien cómo quiero presentar la tesis, cómo redactarla y contar las cosas. Pero qué cosas contar exactamente y cómo enfocar los resultados obtenidos es cosa de los directores, pues ellos saben relacionar y sacar conclusiones de lo conseguido. Para eso tienen mucha experiencia y una muy buena preparación.
EliminarUn saludo.
Bueno, sigo apareciendo como el atormentador número uno desde el primer capítulo de esta entrega.
ResponderEliminarMe imagino con látigo de siete colas que al golpear y desgarrar esparcen 'p' contaminantes y horas de trabajo.
Uno que escribe tiene fama de duro y perfeccionista e incluso espantador de almas inocentes que se acercan a mí a que les dirija la tesis. Pero al fina, y eso es lo que cuenta, un buen tándem que ha sacrificado horas y en gran parte ocio para ganar en amistad, calidad y buen hacer.
Al final lo que sembramos es envidia sana y, si me apuras, buena tesis aunque para ello hayas sufrido al "the killer".
Besos y enhorabuena.
En ese tándem tú eres el que lleva el manillar de la bicicleta porque te conoces muy bien el camino. Si lo llevara yo seguro que nos perderíamos.
EliminarEse perfeccionismo que te caracteriza es lo que hace que "tus" tesis sean tan buenas y que "tus" doctorandos podamos presumir de un trabajo bien hecho.
Lo malo es que conmigo has encontrado una doctoranda especialmente gruñona, que te pone pegas a todo y que pone a prueba tu santa paciencia. Pero sabes que, al final, sigo tus instrucciones a pesar de mis protestas porque sé que solo así el resultado será bueno.
Gracias, número UNO.
jaja si le hubieras hecho caso al director dos desde el principio te hubieras ahorrado tantas molestias. Estoy de acuerdo con la teoría que expones sobre Einstein, algo de razón lleva. Por cierto si te sirve de ayuda, el word tienen opciones para cambiar uno o varios caracteres automáticamente, de forma que no pueda quedarse ninguno perdido y ahorrando mucho tiempo. Ánimo con esa Tesis, lo que no mata engorda como dice el dicho, espero que sea lo segundo. Un saludo.
ResponderEliminarYo también creo que si dejo de protestar y acato las órdenes desde el principio es más práctico pero no puedo evitar ofrecer algo de resistencia, aunque solo sea por amor propio.
EliminarEl Word y yo no nos llevamos bien, esa función a la que aludes me ha dado más problemas que soluciones pues en las dichosas tablas algunas comas (las que se ponen para separar los intervalos de confianza, por ejemplo) no deben ser sustituidas por puntos y cuando se trata de montones de datos el follón es considerable.
No sé si esta tesis me matará, me hará engordar o me mandará derecha al manicomio. Ya iremos viendo.
Un saludo, Jorge.