A estas alturas todos conocen la novela “Cien años de soledad”. El que aún no la haya leído –no sé a qué espera porque se pierde una gran obra– sí habrá, al menos, oído hablar de ella. Esto más que una reseña será un repaso de las maravillas que se encuentran dentro de sus páginas así como la expresión de las múltiples sensaciones que sus reiteradas lecturas me han proporcionado. También voy a contar mi relación amor-odio con García Márquez.
Para empezar, hay que reconocer que el libro es “rarito”. De hecho, la primera vez que lo leí fue en el instituto y por imperativo de mi profesora de Literatura. En aquella ocasión su lectura supuso un auténtico martirio para mí. Recuerdo que le tomé ojeriza a García Márquez y según iba leyendo las vicisitudes de la familia Buendía pensaba que el autor había escrito esa delirante historia bajo los efectos de alguna sustancia alucinógena.
En aquella ocasión tomaba contacto por primera vez con el realismo mágico y la experiencia fue muy negativa. El que suspendiera el examen sobre el análisis del libro no ayudó a mejorar mi opinión sobre este género literario en general y sobre García Márquez en particular.
Con todo y con eso seguí leyendo a don Gabriel. Por desgracia, la obra elegida fue “El otoño del patriarca” y, otra vez, no disfruté con su lectura, por lo que seguí convencida de que García Márquez y yo no nos llevábamos bien.
Años después leí, un poco a regañadientes, “Crónica de una muerte anunciada”. Fue tal la admiración que se despertó en mí hacia García Márquez por la manera tan magistral de desarrollar un argumento —al inicio nos cuenta el final y aun así uno está deseando terminar el libro para saber cómo acaba— que decidí dar una segunda oportunidad a la primera obra famosa de este autor.
En aquella segunda lectura de “Cien años de soledad” la impresión fue diametralmente opuesta a la de la primera vez. Disfruté muchísimo y tras terminar la novela me convertí en una rendida admiradora del escritor.
¿Cómo se puede percibir un libro de maneras tan distintas? Creo que la razón estriba en el momento y la situación, anímica y de madurez mental, del lector. Es la prueba evidente de que cada libro tiene un momento para ser leído.
El año 2018 lo he empezado leyendo por tercera vez esta novela. Quería iniciar mi año lector con una buena lectura y aposté sobre seguro. Esta nueva lectura me supuso el reencuentro con personajes que ya son entrañables para mí.
Aunque la historia arranca con la fundación de una población, Macondo, por obra de un hombre, José Arcadio Buendía, la que realmente sostiene a la familia por más de cien años es una mujer, Úrsula Iguarán. La matriarca es el pilar fundamental de los Buendía, y quien logra con su sabiduría ancestral e intuitiva mantener la continuidad de una estirpe. Un linaje prolífico y algo embrollado por la repetición de los nombres.
José Arcadio Buendía, el primero —habrá tres más con el mismo nombre—, es un hombre tenaz, resolutivo pero ensimismado en su búsqueda del conocimiento, hasta volverse loco.
Otro José Arcadio, el segundo de la estirpe, impulsivo y emprendedor, recorre mundo pero vuelve a Macondo.
Aureliano, el coronel —y mi personaje preferido— es bueno para la guerra pero está incapacitado para el amor; inicia más de treinta guerras y todas las pierde, sus hombres le siguen, es un hombre carismático pero está solo.
“Extraviado en la soledad de su inmenso poder, empezó a perder el rumbo”
“Cuídate el corazón, Aureliano. Te estás pudriendo vivo”
Arcadio sigue los pasos de su tío y también ingresa en la milicia, al igual que su primo Aureliano José, pero ninguno puede evadir el destino trágico que acosa a los Buendía.
Aureliano Segundo se sumerge en una vida de placeres y fiesta que no consigue hacerle escapar de la soledad a la que están todos los Buendía abocados. Porque el telón de fondo de esta familia es la soledad. Algunos personajes la asumen y aprenden a convivir con ella, otros se rebelan inútilmente para sucumbir de igual manera.
José Arcadio, el cuarto que aparece por la novela, está destinado a ser Papa, pero la tragedia de la familia tampoco le es esquiva y su destino se ve truncado.
Otro Aureliano, el penúltimo de la estirpe, se oculta en un cuarto durante decenios estudiando mapas y manuscritos, pero la vida le hace salir de allí, de su refugio y así enfrentar, una vez más, el destino de los Buendía.
Puede que en los personajes masculinos se centre casi todo el argumento, pero el papel de los personajes femeninos es decisivo en los desenlaces. Ellos son los orgullosos que pelean ciegamente, huyen, vuelven, van de un lado a otro; pero ellas son las que mantienen una tenacidad insensata pero contumaz que asegura la supervivencia.
Además de Úrsula, la matriarca, otras mujeres intervienen en la historia de los Buendía.
Amaranta, con un miedo irracional a su propio y atormentado corazón, ama a quien no la ama y es amada por quien ella no puede amar. Ella misma teje su propia mortaja, anunciando que morirá el día que la termine.
Rebeca, llega a Macondo portando los huesos de sus padres en un saco y también una enfermedad contagiosa: la peste del insomnio que trae de la mano el olvido.
Pilar Ternera, ha perdido en la espera la fuerza de los muslos y el hábito de la ternura, pero conserva intacta la locura del corazón. Capaz de dar amor a dos de los Buendía, e hijos también; unos niños que serán primos y hermanos a la vez.
Santa Sofía de la Piedad, con la rara virtud de no existir por completo sino en el momento justo. La etérea y bella Remedios que un día desaparece levitando entre las nubes.
La inflexible Fernanda del Carpio, su firmeza para preservar la familia precipita el final de la misma. Renata Remedios, que asume su trágica fortuna cuando decide enamorarse. O Amaranta Úrsula, la más liberal y vital, pero que tampoco se sustrae a su sino.
Pues el destino de la familia Buendía es la desaparición. El principio del fin se da tras cuatro años, once meses y dos días de lluvia. La aniquilación irá acompañada del olvido y con él la extinción total. Porque tras el olvido vienen las dudas y la creencia de que el pasado es mentira.
“La memoria no tiene caminos de regreso, toda primavera antigua es irrecuperable, y el amor más desatinado y tenaz es de todos modos una verdad efímera”
Por último, acabaré mi homenaje a esta obra excepcional, transcribiendo el inicio del libro y que para algunos, entre los que yo me encuentro, ya es todo un referente:
“Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo”.
NOTA:
Todas las imágenes corresponden a la edición ilustrada por Luisa Rivera.
Te felicito escribes muy bien Yo merio ya que no puedo escribir mas de 10 lineas seguidas
ResponderEliminarun abrazo desde Maimi
Muchas gracias, Recomenzar. Lo de escribir más líneas todo es cuestión de proponérselo.
EliminarUn abrazo.
Un gran grandísimo libro. Lo he releído en por lo menos tres ocasiones y cada una de ellas he seguido con el mismo entusiasmo la historia de los Buendía. Me ha gustado volver a recordarlo con tu entrada Paloma.
ResponderEliminarAbrazos.
Como supongo que casi todo el mundo ha leído este libro mi intención era precisamente esa, Mer, provocar el recuerdo de su lectura. Me alegro de haberlo conseguido contigo.
EliminarUn beso grande.
Es uno de los mejores de Garcia Marquez, la verdad las veces que lo he leído, dos, me han gustado las dos veces, porque he de confesar que la primera mi difunto padre se empeñó y luego quise yo por mi misma releerlo y me gusto, de modo que estoy de acuerdo contigo en todo lo que señalas en tú reseña. un besote
ResponderEliminarTodos los libros cuando se releen añaden sensaciones nuevas pero creo que este es especialmente proclive a eso. Está tan lleno de poesía y de sentimiento que cada lectura provoca nuevas impresiones, y todas buenas.
EliminarUn besote, guapa.
Hace tiempo que ando pendiente de leer la novela. sería también mi tercera vez, pero yo, por suerte, la he disfrutado mucho las dos anteriores. Nadie me obligó a leerla, lo hice por primera vez con diecisiete años y la disfruté muchísimo.
ResponderEliminarCon el "Otoño del patriarca" me sucedió como a ti. Es la única novela del autor que he sido incapaz de leer.
Me encanta ese comienzo del libro. De hecho inauguró mi sección "Bienvenido, nuevo mes literario", pero fíjate que creo que aún me gusta más el final de la novela.
Preciosa la edición que muestras, aunque yo prefiero ediciones normales. Esas tan bonitas me distraen.
Un beso y gracias por traernos esta joya maravillosa.
Yo tenía pendiente su relectura desde el fallecimiento del autor, quería rendirle homenaje y la mejor manera de homenajear a un escritor es leyéndolo.
EliminarLa primera vez que lo leí también tenía 17 años, pero se ve que yo no tenía la madurez necesaria para valorarlo justamente.
La edición ilustrada de Cien años de soledad la descubrí hace poco, cuando vi el dibujo de Aureliano Buendía delante del pelotón de fusilamiento (o puede que sea Arcadio, que no lo tengo claro). El caso es que quiero hacerme con un ejemplar porque el que he leído ya tres veces está lleno de anotaciones y marcas y ese ilustrado me apetece para hojearlo de vez en cuando. Caprichos que tiene una de vez en cuando.
Ya que tanto te gusta el final (a mí también), en tu honor trascribo aquí las últimas frases (las tengo subrayadas en ese ejemplar tan usado):
"...porque las estirpes condenadas a cien años de soledad no tenían una segunda oportunidad sobre la tierra."
Besos, guapa.
Hola Paloma, me alegro muchísimo de que traigas el recuerdo de esta joya literaria y además de la manera tan cariñosa y sincera con la que te has expresado. Me acuerdo de haber leído este libro por iniciativa propia cuando tenía unos 20 años y me resultó absolutamente maravilloso. De hecho, creo que va siendo hora de volver a disfrutar de su lectura. Probablemente para muchas personas sea el mejor libro del del siglo pasado, desde luego si hiciéramos una encuesta o un ranking seguro que aparecería entre las primeras posiciones.
ResponderEliminarLa frase de la memoria es única. Gracias por este recuerdo, un gran abrazo.
Creo que fue el escritor Carlos Fuentes quien calificó esta novela como el Quijote del siglo XX. Yo también creo que supone un hito y un referente de la novela contemporánea. Desde luego es un clásico que hay que leer.
EliminarMe alegra saber que mi humilde reseña te haya animado a reencontrarte con los Buendía y a volver a Macondo.
Esa frase que aludes a mí me encantó, hay unas cuantas más sobre el olvido y el pasado efímero que me impactaron también mucho. Todo el libro es una maravilla.
Un abrazo, Miguel.
Hola, Paloma! Bueno, bueno, entrada de lujo la que te has marcado. La primera que leí de García Márquez fue "Crónica de una muerte anunciada". Me encantó. Cien años de soledad no me la mandaron en el instituto, pero me compré la edición de bolsillo para leerla un verano. El recuerdo es muy grato pese a que la leí con 17 años y hubo partes que me parecían muy de culebrón, en aquella época estaban muy de moda en la tele.
ResponderEliminarNo la he vuelto a leer entera. Algunas partes aisladas por puro placer sí. Como toda obra maestra tiene esa capacidad de mejorar tu escritura, como una música que se te pega. Un fuerte abrazo!!
Yo también tenía 17 años cuando leí la novela por primera vez, pero se ve que no era suficientemente madura para apreciarla, como comento en la publicación; me aturdió tanto personaje con nombres parecidos (en aquella ocasión y en las demás lecturas tuve que hacerme un árbol genealógico porque el lío era tremendo) y me agobié mucho.
EliminarMás adelante ya pude, o supe, valorarla y desde entonces tengo a García Márquez como lo que es, un artista de la narrativa.
Un abrazo, David.
Muy bueno empezar el año con la reseña de una obra monumental. Creo que una vez se descubre el encanto narrador de GGM, leerlo se convierte en un banquete literario que debe repetirse cada cierto tiempo. La he leído muchas veces y cada vez que lo hago descubro algo nuevo y fascinante. Saludos lectores.
ResponderEliminar¡Qué bien lo has expresado! Un banquete literario es una buena definición de lo que supone leer a García Márquez. Me encanta esa expresión.
EliminarYo también creo que la magia de la relectura estriba en que siempre se captan nuevos matices e impresiones.
Un abrazo.
Es la primera obra de Gabriel García Márquez que ley y la verdad que fue hace muchos años , cuando estaba en el instituto y me gustó. Es un libro que compré para leerlo y después se lo pasé a una compañera y nunca me lo devolvió. Me dió mucha rabia porque siempre que he dejado algún libro me los han devuelto. Leyendo la reseña , me has invitado a comprar de nuevo el libro y volverlo a leer. Sacarle mas jugo para mi disfrute. De este autor también he leído " Cronicas de una muerte anunciada". Un abrazo
ResponderEliminarLeí,
EliminarEspero que te animes a volverlo a leer y esta vez guarda bien el libro. Dicen que hay dos clases de tontos, los que prestan libros y los que los devuelven.
EliminarYo suelo prestar libros y también he tenido que lamentar que algunos no me los devolvieran.
En fin, son cosas que pasan.
Un beso.
¡Hola!
ResponderEliminarA mí me ha pasado como a ti con este y algún que otro autor, leer estos libros con 14 o 15 años a veces no es buena idea.
Gracias a la insistencia de mi madre le di una oportunidad y el realismo mágico me atrapó para siempre, aunque para mí, mis preferidos de Gabriel García Márquez son los relatos cortos, me parecen simplemente perfectos.
Besos.
Mi hija, con 15 años, leyó Crónica de una muerte anunciada, le encantó y quiso leer Cien años de soledad y yo la desanimé, tuve miedo de que le pasara lo que a mí.
EliminarAhora, García Márquez me gusta con relatos cortos o largos, me gusta mucho (salvo El otoño del patriarca que me pareció demasiado espeso).
Un beso, Gemma.
Ni recuerdo si lo leí en el insti, pero ¿sabes qué? Que cuando acabe con el que estoy lo cogeré por banda, me has incitado a ello.
ResponderEliminarTu reseña es impecable. Me ha llamado la atención lo que dices de Pilar Ternera, que ha perdidoel hábito de la ternura, pero conserva intacta la locura del corazón, qué bonito...
Y también la cantidad de imágenes con que has ilustrado el post, me encantan (hasta ahora no recuerdo que pusieras tantas y lo animan mucho; bueno, ya sabes que yo soy muy aficionada a ello).
Lo dicho, Paloma, excelente tu reseña.
Un beso muy fuerte.
Como comento en la reseña, puede que los personajes masculinos lleven el peso del argumento, pero las mujeres son las que ponen el plus de calidad, o a mí me lo parece.
EliminarPilar Ternera, Úrsula Iguarán, Amaranta, etc, todas y cada una de las que aparecen por la novela tienen una personalidad muy marcada.
Cuando vi la imagen del coronel Buendía ante el pelotón de fusilamiento me quedé prendada del colorido, indagué y fue cuando descubrí que había una edición ilustrada. Las imágenes que encontré por la red me gustaron mucho y no pude sustraerme a colgarlas aquí.
Muchas gracias, compañera, por tan bonitas palabras. Espero que te animes a leer esta maravilla de novela.
Un besote.
Vaya manera de comenzar el año. Leí este libro hace casi 20 años y debido a mis economías de estudiante compré una edición que venía con un periódico. Leyendo tu post me ha asustado un poco comprobar lo poco que recuerdo de esta obra, supongo que mi disco duro tiene ya poco espacio. Lo que si recuerdo y perfectamente (quizá hay alguna partición para guardar las emociones) es todo lo que sentí con aquella lectura maravillosa. Me ha gustado mucho esta edición ilustrada, creo que aplicaré a mi viejo tomo de "Cien años de soledad" un plan renove.
ResponderEliminarAbrazos.
Creo que las emociones se recuerdan mejor que los detalles y, a modo de resumen, esos recuerdos nos dan idea de si el libro mereció la pena o no. Lo bueno de no recordar demasiados detalles es que las lecturas posteriores son en cierta manera novedosas en cuanto al argumento.
EliminarMuchos de los personajes que precisamente cito en la reseña yo tampoco los recordaba, no ya lo que les pasa, sino el propio personaje.
Yo ya he apuntado en mi lista de deseos para futuros regalos esa edición ilustrada. Es una preciosidad.
Un abrazo, Gerardo.
Me temo que yo soy una de esas personas que se ha perdido "Cien años de soledad", y la verdad es que no sé por qué, porque leí hace muchísimos años "Crónica de una muerte anunciada" y me encantó. Supongo que ha sido uno de esos no-encuentros con un libro en el momento adecuado.
ResponderEliminarA ti, querida Paloma, está claro que sí te ha llegado el momento perfecto para encontrarte con este libro, aunque haya habido más de un intento. Se nota, por cómo hablas de él, que lo conoces bien. Así es como has podido transmitir en tu estupenda e interesante reseña el "espíritu" de la obra, más allá incluso de los propios detalles del argumento. ¡Me ha encantado!
Desde ahora hago propósito de enmienda y prometo leerla :))
Un beso enorme de miércoles.
Recomiendo encarecidamente a todo el mundo la lectura de este libro, es pura poesía y tiene un lenguaje rico y estupendo, propio de un maestro como es Gabriel García Márquez.
EliminarAunque hay que tener en cuenta que el libro es extraño si nos ceñimos al argumento, hay situaciones que escapan a la lógica y hay que tomar la historia con esa mezcla de magia y realidad.
Espero que te animes, si te gustó Crónica de una muerte anunciada no creo que esta novela te defraude, todo lo contrario.
Un besote grande, Julia.
Hola Paloma, creo que en alguna ocasión he comentado que con Cien años de Soledad tuve un desencuentro. Soy una lectora apasionada desde muy jovencita pero hay lecturas obligadas que se me atravesaron y uno es con esta obra.
ResponderEliminarHe leído otros libros de García Marquez que me han gustado como El amor en los tiempos del cólera, el coronel no tiene quién le escriba... pero no he vuelto a leer Cien años de soledad. Y eso que todo el mundo me anima a que lo haga, que me encantará pero no consigo encontrar el momento de ponerme.
Cada vez estoy más convencida que los libros tienen sus momentos y que no acertar en el momento hace que un libro excepcional se convierta en una cruz, a ver si un día de estos me animo y veo todo lo que has contado en tu reseña.
Un beso preciosa.
Bueno, a ti te pasó como a mí, solo que yo insistí y mereció la pena. Quizás a ti te ocurra lo mismo.
EliminarDe todas formas, estoy completamente de acuerdo en eso de que los libros tienen un momento para ser leídos. No obstante, no todas las grandes obras (por muy buenas que sean) gustan a todo el mundo y ante todo hay que tener presente que la lectura nos ha de reportar placer.
Ojalá te reconcilies con Cien años de soledad, y si no... pues tampoco pasa nada.
Un beso muy grande, Conxita.
Lo intentaré por supuesto y como dices si no lo consigo...pues tampoco pasa nada.
EliminarBesos