Ya que el mes de noviembre se inicia con un día dedicado a los difuntos el poeta de la sección Poemas y Cantares de este mes es José Zorrilla y los versos elegidos pertenecen a la sin par obra Don Juan Tenorio.
Desde hace unos años en España está cobrando protagonismo la fiesta de Halloween; una fiesta importada de países con tradiciones muy distintas a las nuestras. No estoy en contra del intercambio cultural pero creo que en algunas ocasiones nuestro propio acervo es suficientemente rico y valioso como para no necesitar de añadidos y mucho menos de sustituciones. Por eso en esta ocasión me molesta sobremanera adoptar costumbres cuando nosotros tenemos las nuestras.
Recuerdo que, antes de esta moda foránea, la noche de difuntos, la del día 1 de noviembre, en casa veíamos por la tele la representación teatral de Don Juan Tenorio y mi madre compraba los famosos buñuelos de viento; esa semana en el colegio leíamos (una vez más) El monte de las ánimas de Bécquer y nadie iba por la calle disfrazado de monstruo sangriento.
En recuerdo a esa época que tan lejana parece he elegido para esta ocasión unos versos de Don Juan Tenorio. Antes y como ya viene siendo habitual unas breves pinceladas sobre la vida del autor.
José Zorrilla nació en Valladolid el año 1817. Hijo de un padre déspota y muy severo sufrió con un gran sentimiento de culpa el no cumplir las expectativas que su progenitor había depositado en él. El deseo paterno era que se hiciera abogado pero los gustos del joven Zorrilla iban encaminados a las artes, especialmente el dibujo y la literatura. Además sus continuos líos de faldas le trajeron muchos problemas. Cuando abandona los estudios de Derecho se va a Madrid y frecuenta ambientes bohemios donde se relaciona con varios escritores como Espronceda y también sufre estrecheces (las penurias económicas fueron una constante durante toda su vida). Vivió largas temporadas en París, México y Cuba. Finalmente se trasladó a vivir a Madrid y allí murió de un tumor cerebral a la edad de 75 años.
La obra teatral Don Juan Tenorio es de sobra conocida pero para quien no relacione el día de difuntos con esta obra comentaré que el final se desarrolla en un cementerio donde los espectros de los muertos por don Juan (mujeriego y pendenciero a partes iguales) se le aparecen para atormentarle.
Sin más dilación aquí vienen unos versos donde la altanería de Don Juan se enfrenta a los espíritus:
¡Sí, sí; sus bustos oscilan,
su vago contorno medra…!
Pero don Juan no se arredra.
¡Alzaos, fantasmas vanos,
y os volveré con mis manos
a vuestros lechos de piedra!
No; no me causan pavor
vuestros semblantes esquivos;
jamás, ni muertos ni vivos,
humillaréis mi valor.
Yo soy vuestro matador,
como al mundo es bien notorio;
si en vuestro alcázar mortuorio
me aprestáis venganza fiera,
daos prisa, que aquí os espera
otra vez don Juan Tenorio.
José Zorrilla (1817-1893)
Donde estén estos versos que se quite el "truco o trato"
Kirke
Qué buena entrada, Kirke! Primero por hacer una defensa de nuestras costumbres y tradiciones, ricas por demás como para tener que adoptar las de fuera relegando las propias, y segundo por acercarnos la figura de Zorrilla. Yo lo estudié en el colegio, como todo el mundo, pero no está de más "repasar" de vez en cuando (sobre todo si es de forma tan amena). Gracias!!
ResponderEliminarUn beso grande!!
Muchas cosas de las que vivimos en nuestra niñez parecen olvidadas pero en momentos concretos salen del rincón de nuestra memoria donde estaban agazapadas y nos hacen volver a vivirlas mediante el recuerdo.
EliminarPara mí la imagen de mis padres y yo viendo el "Don Juan Tenorio" que emitía Estudio 1 es un recuerdo que se mezcla con el sabor y el olor de los buñuelos.
Un beso también muy grande para ti, Julia
Muy buena entrada, Kirke. Con tu permiso dejaré aquí dos fragmentos de la carta de Don Juan.
ResponderEliminar...si es que a través de esos muros
el mundo apenada miras,
y por el mundo suspiras
de libertad con afán,
acuérdate que al pie mismo
de esos muros que te guardan,
para salvarte te aguardan
los brazos de tu don Juan.
...................................
Adiós, Inés de mi alma:
medita, por Dios, en calma
las palabras que aquí van:
y si odias esa clausura,
que ser tu sepulcro debe,
manda, que a todo se atreve
por tu hermosura... don Juan.
Una delicia estos versos, gracias Manuel. Toda la obra es una maravilla.
EliminarTe contaré una anécdota: en el colegio el profesor de matemáticas también era un admirador del Tenorio de Zorrilla; en un banco de la clase estaban sentados juntos tres compañeros un poco revoltosos y el profesor en cuestión les llamaba "el rincón de los malditos" en alusión al inicio de la obra donde D. Juan se lamentaba del jaleo que hacían unos clientes de la taberna donde se encontraba:
Cuán gritan esos malditos
mas mal rayo me parta
si terminando esta carta
no han de pagar caros sus gritos.
Para ser profe de matemáticas era bastante poético. Supongo que hoy en día no sería correcto que un profesor se refiriera así a unos alumnos pero ahora con la perspectiva que dan los años me parece una muestra muy buena de la retranca que se gastaba ese señor. Vaya por delante que yo no entendí de dónde venía ese apodo (y supongo que el resto de la clase tampoco) hasta que leí la obra en cuestión.
Al final desvirtuamos un poco el sentido del día, que es acordarnos (más si cabe) de los que ya no están.
ResponderEliminarYo también estoy ya un poquito cansada de esos monstruos sangrientos que anoche buen susto me dieron en un pizzería en la que cené. Aparecieron por detrás de mí y casi tiro el plato al suelo del bote que dí (quede claro que era la "animación" que tenía preparada tal noche la pizzería en cuestión).
Pero bien, voy a lo que voy. Me ha pasado lo mismo que con Espronceda, que me acordado de cuando lo estudié en el colegio y como esa época es tan grata, me ha gustado rememorarla.
Es todo un acierto este post tuyo Kirke, porque tocas el tema del día pero con un toque poético (valga la redundancia), ¡genial! eres un "hacha" , compi ;-)
¡Muchos besos!
Pd: Anda, mándame unos buñueitos, que me encantan, y aquí en mi tierra no se lleva por estas fechas sino por San José
Ayer estuvimos cenando por el centro de Madrid con unos amigos y creo que éramos los únicos que no íbamos disfrazados, la gente se nos quedaba mirando como si los "raros" fuéramos nosotros. Me parece que esto de Halloween se nos ha ido de las manos pero lo respeto igualmente aunque yo prefiero nuestro Don Juan y los buñuelos (o el dulce que se estile según la zona que seguro que también está muy rico).
EliminarOjalá pudiera enviarte por este comentario unos buñuelos (mis preferidos son los de nata) pero me temo que los avances tecnológicos no llegan a tanto. Tendrás que esperar al mes de marzo.
Un besote.
Una reivindicación muy justa y además con el Don Juan como argumento. Recuerdo que me lo mandaron como lectura obligatoria y yo andaba renegando porque me olía a viejo, hasta que lo empecé y ... me fascinó: lo leí dos veces. Qué poco sirven los prejuicios a veces.
ResponderEliminarYo me quedo con la fiesta de siempre, donde vivo la costumbre es visitar el cementerio (incluso hay quién pasa la noche entera allí) y los días de antes son de frenética actividad, dejando a punto las tumbas y nichos y llenándolas de flores. Luego se compraba "el puñao", es decir, un cucurucho con castañas, avellanas, etc. Y esa era nuestra fiesta. Entiendo que a los peques les guste más disfrazarse y pedir caramelos, pero yo sigo viéndolo demasiado frívolo. Sobre todo cuando se trata de recordar a los que ya no están.
Un abrazo!!
Sí que es cierto que para los niños la fiesta de Halloween es más atractiva pero se desvirtúa el significado inicial que tenía/tiene aquí la fecha del 2 de noviembre: homenajear a nuestros difuntos.
EliminarCreci viviendo muy cerca de un cementerio (el más grande de Europa) y no sé si fue por eso pero el recuerdo de los que ya no están para mí está presente siempre y la visión de las tumbas no me da miedo. Es más, suelo visitar ese cementerio de vez en cuando aunque nunca en estas fechas porque hay demasiada gente y una de las cosas que más me gusta de ese lugar es la tranquilidad. Es un lugar con encanto (que no se me tache de morbosa porque algunos panteones y/o tumbas son auténticas obra de arte) y desde hace unos años además tengo a seres muy queridos allí.
Un abrazo, Gerardo.
Creo entender que hablas del de La Almudena ¿No?
ResponderEliminarYo dejé claros mis gusto con respecto a fiestas, pero ayer aparecieron los pequeños de la comunidad intentando dar susto, pero los recibimos disfrazados y haciendo un poco de teatro y los que se asustaron de ser recibidos por un encapuchado pálido con un farolillo en la mano y una gran tranca en la otra.
Los gritos hicieron abrir varias puertas por si pasaba algo. Al final terminaron en risas fotos y caramelos. Como verás aunque esté en contra participo de la fiesta que es de niños, y es que yo no creceré nunca pues la ilusión no te deja.
Pero hoy encendí una vela en el lugar principal de la casa para recordar al ser querido que se nos fue hace poco y a los que le antecedieron.
Creo que en esto de las tradiciones hay lugar para todos y enriquecernos como bien dices tú, sin perder nuestra raíz cultural.
Zorrilla con su Don Juan des todo un referente de los poetas decimonónicos de antaño que a pesar de sus vidas penosas y apreturas, dejaron ese rico legado que heredamos nosotros los que amamos las letras escritas y la palabra hablada.¡Todo un acierto por tu parte! el que nos lo hayas acercado a nuestra puerta con su verso don juanesco.
Todo un placer Inés...¡Perdón! Kirke!
Mira que asustar a unos críos, eso es de gamberro, ¡pobres criaturas!
EliminarLa fiesta de Halloween para divertirse está muy bien siempre que no dejemos de lado el origen que tiene en nuestra cultura y me temo que es eso lo que en realidad está pasando.
Muchos jóvenes no saben por qué se representa el Tenorio o el Burlador de Sevilla por estas fechas y en cambio saben perfectamente escribir la palabreja y el origen de Halloween.
Por cierto, el domingo comí en un restaurante y me pusieron un vasito de puré de calabaza como aperitivo. Prefiero los buñuelos (como postre)
P.D. Sí, el cementerio al que me refería en el comentario de Gerardo es el de la Almudena.
Muy buena la entrada, Kirke. No la he visto hasta ahora porque estoy fuera de casa y la WiFi me va de pena. Y el móvil se traba. En fin, me desespero.
ResponderEliminarSiempre me gustó ver el Tenorio de Zorrilla en la tele tal día como hoy. Me aprendí muchos fragmentos de memoria y le tengo un cariño especial. Aunque los entendidos valoran más la versión de Tirso, ésta es más especial para mí.
A ver si puedo compartir tu entrada. Si no, cuando llegue mañana a Santander.
Un beso.
Yo también he oído que la versión de Tirso tiene más calidad pero reconozco que sólo recuerdo las representaciones del Tenorio.
EliminarPienso poner remedio a esto yendo a ver El burlador de Sevilla que se está representando en Madrid.
Un beso.
Hola Kirke:
ResponderEliminarSuscribo letra a letra tu entrada. A mí lo que me subleva es que los medios de comunicación incidadn e incidan en Halloween y transmitan la idea de que la tradición del Día de Todos los Santos es pura caspa. Esto es lo que me subleva. Yo estoy a favor de la coexistencia pacífica.
A mí de los dulces de estas fechas me encantan los buñuelos de viento. Y de todos los tipos que hay me inclino por los de chocolate y café. También recuerdo de mi niñez los puestos que a las puertas del Cementerio se ponían el Día de Todos los Santos; en ellos se compraban roscas de pan de anises. Es un sabor que perdura en mi memoria. Ignoro si aún hoy día siguen haciéndose.
Quiero deducir que viste este finde "El burlador de Sevilla", ¿no? ¿Y "Los caciques" también?
Un fuerte abrazo
Aún no he visto ninguna de las dos. El burlador ya está en espera porque tenemos las entradas reservadas y Los caciques dependerá de las fechas de exámenes de mi hija.
EliminarLo que comentas de las roscas creo que sé cuáles dices pero yo nunca he visto venderlas en la puerta del cementerio, por lo menos en el de la Almudena estos días ya te digo yo que no.
Un abrazo.
A mí me encantan los buñuelos tradicionales, los de crema de toda la vida. Solemos hacerlos en casasa de mi madre pero este año, no ha habido tiempo y no los he probado. Tengo que decir que me los está pidiendo el cuerpo y la nostalgia. A ver si le pongo remedio de alguna manera. Besos
ResponderEliminarHe dicho ya que lo de Halloween me pone d. los nervios y de bastante mal humor?
Qué suerte, comer buñuelos caseros. Mi ineptitud en la cocina no me permite esos lujos, me tengo que conformar con comprarlos ya hechos en una pastelería.
EliminarComo ya le comenté a Chelo, el sábado noche la zona centro de Madrid era una exageración de gente disfrazada, yo creo que en carnavales no hay tanto disfraz por la calle. Se nos ha ido la pinza un poquito.