Este es el
primer volumen de una antología de relatos sobre un tema poco tratado (por
desgracia) en la literatura: el absurdo.
Soy una persona
que no suele dejarse llevar por la primera impresión. En el caso de la lectura
no valoro un libro hasta que llevo por lo menos la mitad del mismo leído (a no
ser que el libro sea un coñazo de campeonato y tenga que abandonar antes por
una cuestión de salud mental). Pero hay excepciones. A veces, ya en las
primeras páginas adivino que ese libro me va a gustar. Un primer párrafo muy
bien escrito y original o un inicio intrigante suelen ser la clave para
despertar mi curiosidad y hacerme saber que voy a disfrutar mucho con una
historia.
Algo parecido
me ocurrió con "Absurdamente", pero más exagerado. E inaudito. Porque supe que me
iba a gustar mucho no ya en el primer párrafo sino antes de iniciar la lectura
propiamente dicha; fue en las citas iniciales. Esto no me había pasado nunca. Y
es que nada más abrir la portada aparecen estas dos citas:
Todo el universo es una gran broma.
Frank Zappa.
Ya te digo. Pedro Fabelo.
Con semejante
arranque yo me dije: esto promete. Y así fue.
Pero si ya esas
dos citas auguraban una buena lectura, el primer relato me enganchó por
completo, y en este caso fue porque me tocó la fibra sensible-laboral. Muchos
de vosotros sabéis que soy farmacéutica y si hay algo a lo que un boticario no
puede sustraerse es a conocer nuevos fármacos y a leer un buen prospecto. A
mí, esas cosas me ponen; será deformación profesional. Bien, pues este primer
volumen de "Absurdamente" comienza en una consulta donde una doctora prescribe humor absurdo a un paciente aquejado de sobreexposición a la realidad y es
entonces cuando se muestra un prospecto entrañable con todos los elementos
(indicaciones, modo de empleo, presentación, efectos adversos, etc.) para
conocer las virtudes y los inconvenientes en caso de sobredosis de tan original
remedio. Flipé en colores.
Una vez que el
lector se informa de que el humor absurdo es una de las mejores terapias contra
el malestar general, ese que deviene tras enfrentarse a la cruda realidad, todo
lo que aparece a continuación son diferentes dosis de tan fantástico
medicamento en distintas variantes (formas farmacéuticas en lenguaje boticario).
Esas variantes
pueden ser en forma (farmacéutica) de historias entrañables como el cariñoso
homenaje a Robin Williams tras su desaparición (En memoria de Robin Williams) o como la descripción de la sala de
espera de una consulta en un ambulatorio (Sala
de espera); en forma de historias desternillantes, como la de un taxista
que un día descubre qué son los intermitentes y para qué sirven (Diario de un taxista en Nueva York); en
forma de historias picantonas (Polvo de
estrellas, yo no tenía ni idea de lo que realmente significaba ese término);
o en forma de diálogos delirantes (e inquietantes) como el que se da entre dos
agentes del KGB y un usuario de Facebook (Grotesco
e inquietante).
Diferentes
formas (farmacéuticas) pero un mismo principio activo: el humor absurdo.
Hay algunos
relatos que se adentran en la filosofía, y a este respecto hay uno en concreto
(Romanticismo) que me ha dejado
perpleja y sumamente preocupada. No me gustaría destripar la historia pero en
él, a modo de deducción lógica, se llega a una conclusión espeluznante: “Todos
los jefes son unos románticos”. He revisado coma a coma cada paso de esa
deducción y no le encuentro fisuras. ¡Estremecedor!
Otros relatos
se internan en la prosa poética donde las comparaciones, además de acertadas,
son preciosas. Y para muestra esta estupenda píldora:
“La ignorancia es como un laborioso operario
que trabaja día y noche sin descanso colocando ladrillo sobre ladrillo
levantando un muro imaginario que sirve para marcar las diferencias; mientras
que el conocimiento es como una potente excavadora que se encarga de derribar
ese mismo muro con la facilidad que le otorgan el entendimiento y la
inteligencia.”
Pero no solo
hay diversión y risas en estos relatos. En casi todos ellos subyace una crítica
feroz al orden establecido y ahí es donde, a mi modo de ver, reside el mayor
valor de este libro.
Utilizando el
humor absurdo, Pedro Fabelo se ríe de todo y de todos, pero también denuncia.
Deja al descubierto, a través de situaciones delirantes, la realidad que nos
toca vivir, acreditando toda la falacia que nos rodea. Nos movemos en un mundo
lleno de hipócritas de todo tipo, de fariseos que vigilan con minuciosidad el
comportamiento de los demás, mientras que se relajan descaradamente con el suyo
propio. El autor se ríe de todo pero con una risa agridulce porque pone en
evidencia qué mal está el cotarro.
Además de un
sentido del humor absurdo (con juegos de palabras de una agudeza exquisita) el
autor hace gala de una gran erudición. Las alusiones a muchos referentes de la
cultura en diferentes campos (del cine, de la literatura, de la música, etc.)
son magníficas y muy variadas. Kubrick, Kafka (indirectamente), Frank Zappa,
Kiarostami, Joyce, son algunos de los aludidos pero no siempre de manera
positiva, y si no que se lo pregunten a la pobre de Danielle Steel (no me gusta
nada esta escritora pero me dio un poco de penita porque Fabelo es
inmisericorde con ella, algo que, por otra parte, se merece).
Y por si esto
no fuera suficiente para engancharse a la lectura de este primer volumen, el
estilo narrativo es más que impecable. Con sencillez, pero sin caer en la
simpleza (como a él le gusta la escritura), relata historias de manera fluida y
entretenida. Los diálogos —esa herramienta tan poderosa y tan peligrosa pues no
es fácil de manejar— son excelentes y contribuyen a la fluidez de la lectura,
facilitando que el libro se lea casi de una sentada.
Si al principio
de esta reseña hablaba del fantástico inicio del libro, el final no le va a la
zaga. Para terminar, Fabelo nos explica por qué escribe, entre múltiples
motivos se encuentran estos:
“Me gusta escribir para mostrar mi enfado o
mi decepción con algunas personas, o para denunciar algo mediante la burla o la
crítica despiadada.”
“Me gusta sentir el afecto de la gente que
me lee y que le gusta lo que escribo y cómo lo escribo.”
Suscribo al
cien por cien sus motivos pues yo misma he experimentado lo mismo al escribir.
Yo misma he utilizado la escritura para liberar la impotencia y la decepción
que me reportan algunas situaciones. En esto me siento identificada con el
autor pues he sentido lo mismo que él. Bueno… lo mismo, lo mismo… no, porque el
lugar donde manifiesta este tipo de sentimientos yo nunca lo he visitado. Si
queréis saber a qué lugar me refiero tendréis que leer el libro, así veréis
satisfecha vuestra curiosidad y de paso os divertiréis con una lectura
entretenida, muy buena y completamente recomendable.
Ya me fijé hace tiempo en los libros de Pedro. Incluso estaba convencida de tener alguno, pero no lo encuentro. Igual pensé comprarlo y se me pasó.
ResponderEliminarA mí me encanta el humor absurdo y por eso me habían llamado la atención sus libros. Ahora, con este recuerdo, tomo nota de nuevo.
Una reseña muy tentadora.
Un beso.
Hola, Rosa.
EliminarSi no te has hecho con sus libros te lo recomiendo, se leen fenomenal y además de reírte encontrarás esa denuncia que es un complemento estupendo.
Ya me contarás qué te parece si te animas, creo que coincidiremos en la valoración.
Un besote.
Hola Paloma, tu independencia, y libertad a la hora de reseñar, me otorga plena confianza tanto en lo interesante del libro, como en la habilidad literaria del autor.
ResponderEliminarEl humor, la acidez, y la originalidad son siempre un valor añadido, y sin duda, este 'Absurdamente' ya desde las citas iniciales lo consigue.
Un beso, y enhorabuena a Pedro Fabelo, y a ti por tu impecable reseña.
Hola, Miguel.
EliminarEs cierto que conozco al autor por compartir espacio virtual en este mundo bloguero, pero ya sabes que yo no me caso con nadie cuando tengo que valorar una lectura y siempre soy sincera. El libro es muy bueno, pero, de todas formas, es muy fácil comprobar que Pedro escribe muy bien y con un humor ácido y absurdo, basta con acudir a su propio blog y leer cualquier publicación.
Gracias a ti por tu fiel asistencia a este rincón.
Un beso.
Querida Paloma,
ResponderEliminarComo te dije en su día, y he manifestado en más de una ocasión, tanto en mi propio blog como en comentarios que he ido dejando en blogs de otros compañeros blogueros, soy un autor autoeditado. ¿Y esto, qué significa? Pues que, como muchos otros escritores en mi misma situación, no disponemos de una editorial detrás que nos respalde, con su equipo de correctores, maquetadores, ilustradores, marketing, ventas, distribución, y contactos en prensa, radio, televisión, bibliotecas, etc.
Los autores autoeditados vivimos en la "invisibilidad" permanente, y las únicas maneras que tenemos de hacernos "visibles" al gran público lector y comprador de libros son, o bien a través de las redes sociales, que en mi caso particular apenas domino y en las que me muevo como un desastre con patas, o bien a través de recomendaciones entre amigos y lectores.
En mi caso concreto diré que he tenido (y tengo) la enorme fortuna de poder contar con amigos y lectores que, como tú, no sólo deciden apostar por un autor autoeditado como yo (algo que nunca agradeceré lo suficiente), sino que, además, optan por ir más allá e invertir parte de su tiempo libre en promocionar mis libros entre sus amigos, familiares o lectores de sus respectivos blogs.
Para mí, saber que mis libros consiguen su principal objetivo, que no es otro sino hacer pasar un rato ameno y agradable en aquellos lectores que deciden sumergirse en mi particular universo, es motivo de orgullo y satisfacción (uhm, ¿de qué me sonará a mí esta frase?).
En mi blog, como sabes, hay dos galerías de fotos especialmente dedicadas a todas esas personas que, como tú, hacen que este sueño siga aún vivo, y que mis ganas y mi ilusión por seguir contando historias a través de la palabra escrita sigan tan vigentes en mí como el primer día. Me enorgullece poder contarte entre esos "amigos y lectores". Como suele decirse: "No están todos los que son, pero si son todos los que están".
Por último, Paloma, sólo me resta darte las gracias, una vez más, por tu complicidad, por tu generosidad y por el cariño con el que has acogido mis letras. Y, si me lo permites, no quisiera olvidarme de Josep Mª Panadés López, gran amigo, colega bloguero y artífice de que nuestros caminos se hayan cruzado. Gracias, Josep.
Recibe un afectuoso y agradecido abrazo de mi parte, Paloma. Y un saludo cordial a todos los lectores y visitantes a tu blog.
Pedro Fabelo
Hola, Pedro.
EliminarNo tienes nada que agradecerme porque ha sido un placer leerte y comprobar lo que ya me esperaba, que el libro es estupendo. Si ya me lo esperaba es porque en tu blog demuestras tu buen hacer.
Además, en tu caso concreto, es que me gusta mucho el absurdo y, como reseño en la publicación, no es habitual este género en literatura. Ojalá seas 'trending topic' y se animen otros a seguir tu ejemplo.
Cuando encuentro algo bien escrito siempre me felicito, no es fácil últimamente porque hay mucha morralla en forma de libros. Pero si, además, lo escribe alguien que no tiene el apoyo de una editorial, que se lo ha currado todo él solo, a ese trabajo le doy más valor. Y también me indigna, porque me resulta muy injusto que trabajos de calidad no tengan la difusión que se merecen si tuvieran una editorial detrás. Mi indignación es mayor cuando leo productos infumables salidos de la pluma de escritores consagrados que solo tienen valor porque ya son conocidos (por salir en la tele, por liarse con algún famoso o, lo peor de todo, por tener un canal de YouTube donde salen haciendo del gandaria).
En fin, si con mi modesta contribución dando a conocer mi opinión puedo subsanar en cierta medida esta injusticia, pues me siento ya mejor.
Encantada de leerte y que sepas que seguiré haciéndolo (aún me quedan dos volúmenes por leer).
Un abrazo.
He leído intervenciones de Pedro Fabelo en redes sociales y en blogs, pero no sabía que tuviese obra publicada. Por tu reseña veo que hay buena literatura en Pedro. A mí la literatura del absurdo, muy presente en nuestra historia literaria (Mihura, Arrabal, Jardiel Pinceladas, y otros), siempre me ha gustado; por eso quiero leer a Pedro. Y más tras la entusiasta reseña que le dedicas, Paloma.
ResponderEliminarUn beso
Hola, Juan Carlos.
EliminarSi ya has leído a Pedro por la red habrás comprobado que además de escribir bien lo hace con ironía muchas veces y siempre con mucho trasfondo.
En este libro encontrarás a Fabelo en estado puro.
Yo creo que te va a gustar.
Un beso.
Hola.
ResponderEliminarAdoro el humor absurdo(especialmente a Jardiel Poncela) así que seguro que este libro me gusta, tiene muy buena pinta.
Mil gracias por la reseña.
Hola, Gemma.
EliminarSi te gusta el humor absurdo, el libro te va a encantar pues en él lo encontrarás a raudales.
Un besote.
P.D. Por cierto, ¿qué pasa con tu novela en Amazon? Me sigue saliendo 'no disponible'.
Con semejante reseña no me va a quedar otra que "medicarme" con el libro de Pedro jajajaa. Tengo la suerte de conocer su blog hace tiempo y ya ahí nos va regalando ese humor lleno de buenas cualidades que describes. El libro, por fuerza, tiene que ser bueno :))
ResponderEliminarUna reseña entusiasta que me abre el apetito literariamente hablando. ¡Muchas gracias, Paloma!
Un beso.
Hola, Julia.
EliminarSi ya conoces cómo se las gasta Pedro, te puedes imaginar que el libro es estupendo.
Anímate a pegarte "un chute" de humor absurdo con este libro y verás cómo te ríes y luego te encuentras mejor.
Gracias a ti por tu visita, guapa.
Un besote.
Suscribo todas y cada una de tus apreciaciones, de pe a pa, de la A a la Z, vamos, todas.
ResponderEliminarA Pedro Fabelo, o mejor dicho a su blog, le sigo desde hace algunos años, diría desde que me metí en la blogosfera, aunque no sabría decir cómo y cuándo exactamente y debo decir que fue un gran descubrimiento. Como bien dices, es un crítico mordaz de muchos de los aspectos de la vida cotidiana. Como ya he dicho en varias ocasiones, es capaz de sacar punta a lo aparentemente más anodino o normal (para la gran mayoría de mortales). Es irónico y perspicaz, y ello se traduce en unos relatos de lo más divertidos pero, a la vez, inteligentes, pues toda buena crítica debe hacer pensar. Y él lo logra.
Solo hay un requisito, en mi opinión, para que la obra de Pedro guste, y mucho, y es tener un mínimo de sentido del humor y no escandalizarse cuando desmonta algún mito o se carga sin reparo alguno a una personalidad del mundo del cine, de la música o de la literatura. Creo que, salvando las distancias (es lo que siempre se dice cuando se comparan dos cosas), tenemos bastante en común, como nuestra atracción por Frank Zappa y nuestra ojeriza por James Joyce y su Ulisses, jajaja.
Me ha encantado esta reseña, especialmente porque he leído la trilogía completa de Absurdamente y convengo contigo en que atrapa desde el primer párrafo. Cuando uno lee una crítica sobre un libro que no ha leído, siempre le queda la duda de si es tan bueno o tan malo como el crítico afirma y solo le queda la opción de leerlo para comprobarlo. En este caso, en cambio, puedo dar fe de lo que afirmas.
Un beso para ti y un abrazo para Pedro.
Hola, Josep Mª.
EliminarSiempre es para mí un alivio comprobar que mi opinión sobre un libro coincide con otros a los que considero buenos lectores. En este caso me alegra saber que tú también opinas lo mismo sobre este libro. Aún me quedan los otros dos libros de la antología, pero estoy segura de que volveré a coincidir contigo en la impresión.
Estoy también contigo en que para saber apreciar mejor el estilo de Pedro Fabelo hay que tener sentido del humor. Presumo de pocas cosas pero esta es una de ellas. Creo que hay que saber reírse de (casi) todo, empezando por uno mismo, y sin complejos además.
Sobre Zappa no puedo opinar porque apenas sé de su obra y andanzas, pero sobre Joyce y su soporífero Ulises sí que estoy de acuerdo con vosotros dos.
Un beso grande.
¡Ahhh! El entrañable Pedro.
ResponderEliminarCon sus historias absurdas y sus diálogos escatológicos con su propio blog rebelde, que cada dos por tres se le rebela, rebatiendo asuntos con la única intención de arrebatarle el liderazgo como autor de si mismo (Absurdo pero cierto)
Le perdí la pista en su momento, pero nunca es tarde para retomar.
Buena reseña para un libro inteligente a la par de elegante y sencillo. Una joyita que se pierden esos editores caza talentos.
Un beso
Hola, Javier.
EliminarYo descubrí hace poco a Pedro y si me animé a leer su antología publicada es porque sentí una conexión especial por ese sentido del humor del que hace gala. Una vez, dentro de las páginas del primer volumen descubro que una de sus motivaciones para escribir así es descargar la rabia y la indignación cuando lo que ve en la actualidad no le gusta, y eso es lo que yo hago también muchas veces cuando algo me desagrada.
Un besote.
Hola Paloma muy buena reseña.
ResponderEliminarHe recordado que había leído a Pedro en alguna ocasión y me gustaba su manera de contar las cosas con ese humor un tanto irónico pero le perdí la pista y hace mucho que no lo leo. Tu entrada me ha recordado que iré a echar una ojeada a su blog y leeré el libro.
Ya te he comentado otras veces que el humor en las letras y también en las películas me parece muy complicado, tú lo usas con frecuencia en tus relatos con buenísimos resultados y si recomiendas este libro no puedo dejar de leerlo.
No sé si has dejado el enlace para conseguir el libro, aunque supongo que estará en su blog.
Besotes guapa
Hola, Conxita.
EliminarYa le comentaba a Javier que he sentido cierta conexión con Pedro porque yo también utilizo el humor como una vía de escape a tanto sinsentido como hay por ahí.
Te puedo asegurar que en alguno de los relatos de este primer volumen me he llegado a reír a carcajada limpia. Sus disparates, tan críticos a la vez, me han hecho aflorar esa risa que te sale desde dentro y que libera muchas endorfinas.
En el blog de Pedro tienes los enlaces para la compra del libro y también ahí puedes encontrar adelantos gratuitos de sus libros. Te pongo el enlace de su blog:
https://pedrofabelo.blogspot.com/
Un beso, guapa.
No tengo el placer de conocer a Pedro, ni su blog, ni sus libros, pero leída tu entusiasta reseña tendré que poner pronto remedio.
ResponderEliminarDesde luego, un inicio con las frases que has transcrito, engancha.
Un beso, compañera.
Hola, Chelo.
EliminarYo creo que te divertirás con este libro si te animas a leerlo.
Un besote.
¡Hola, Paloma!
ResponderEliminarAcabo de leer la bonita entrada que te ha dedicado Pedro, y como por ese tiempo no estaba en el blog, vengo a ponerle remedio.
Por mi parte me declaro muy fan de Pedro, también he leído sus libros, así que puedo suscribir todo lo que comentas.
Y también he de decir que la parte del homenaje a Robin Williams, me emocionó.
El humor de él es del inteligente, de ese que subyace crítica y que merece ser leído, porque sin duda se disfrutará.
Un beso muy grande.
Hola, Irene.
EliminarNo me extraña que seas fan de Pedro porque su manera de escribir es tan buena que quien lo lee solo puede engancharse a su estilo.
Con este libro yo también me hice fan y leí los otros dos sin dudar y sabiendo que no me iban a defraudar.
Un besote.