«Yo sí que sé lo que es el orden y la limpieza» dijo Inmaculada
viendo un vídeo de Instagram donde una veinteañera explicaba cómo colocar calcetines
en los cajones para optimizar espacio. «Para ocupar menos se doblan con uno del
revés» espetó Inmaculada a la pantalla.
Harta de la poca preparación de esas jovencitas sabelotodo para
organizar y limpiar un hogar, decidió abrir una cuenta: «OrdenadaInmaculada». Su
capacitación nacía de cuarenta años limpiando casas ajenas.
En dieciocho meses consiguió veinte seguidores. ¡Qué injusto!
El público no sabía reconocer sus conocimientos.
Todo cambió con aquella equivocación. Colgó una foto de una lata
de sardinas derramando chorretones de aceite desde una mesa hasta el suelo. Su
intención era poner seguidamente otra imagen en la que todo estaba limpio gracias
a un preparado casero de su invención. Pero esa segunda foto no se cargó. Cuando
fue consciente del error tenía 250 likes y otros tantos comentarios
donde lo más suave que le dijeron fue «Guarra» además de 300 seguidores nuevos.
Colgó otra foto con la cama sin hacer y la ropa sucia por el suelo: 1.500 likes
y 5.000 seguidores más. Cuando compartió una foto del salón lleno de bolsas de
basura su cuenta alcanzó los 300.000 seguidores e incontables me gusta.
Cinco semanas invirtieron los servicios municipales de
limpieza en vaciar el piso de Inmaculada. Ella, diagnosticada con «Síndrome de
Diógenes», no para de repetir desde el hospital psiquiátrico «Yo sí sé lo que es el
orden y la limpieza».
Hola, Kirke, tan real como la vida misma... Nos gusta el sensacionalismo, un cuerpo escultural, lo gracioso y ya, si me dices que vas a ser sincero/a, que tu Youtube es lo que hago o veo todos los días y que, por tanto, me aburre y es rutinario, pues paso y a por otro... Así funciona Internet, el problema es que nos obsesionamos con esos likes tanto si llegan como si no llegan y así podemos acabar en el psiquiátrico. Un micro acertadísimo, muy bueno y muy bien escrito. Te felicito.
ResponderEliminarMuchas gracias por participar.
Un abrazo. :)
Gracias, Merche, por tu comentario.
EliminarLa obsesión por los "like" hace perder el norte a muchos y la salud mental a algunos, como la pobre Inmaculada.
Es una pena cómo una buena idea se convierte en una enfermedad.
Un abrazo.
Genial, buenísimo. Pintas de cuerpo entero la sin-razón de muchos éxitos de las redes sociales. Personas que se sienten atraídas por cosas insulsas, incorrectas, vacías. No todo es malo, pero has destacado un aspecto negativo que es super común en el medio. Saludos.
ResponderEliminarHola, Ana.
EliminarYo creo que las RR. SS. aportan muchas cosas buenas, pero algunos se emparanoian con la aceptación y se les va la pinza. Hay mucho botarate suelto, en las redes y en la vida en general.
Gracias por la lectura.
Un abrazo.
Es que a lo que llegan algunas personas por tener más seguidores y Laiks es terrible. Da mucha tristeza ver en que invierten estás personas su tiempo volcadas en la obsesión de las redes sociales. Muy buen relato sobre una realidad abrumadora. Me encantó. Un abrazo
ResponderEliminarHola, Nuria.
EliminarEl dar al "like" se ha convertido, para algunos, en una obsesión. Se creen que esos "me gusta" indican que son valorados, cuando la mayoría le da a la teclita dichosa sin ton ni son y sin ser muy conscientes de qué están valorando.
Un sinsentido.
Gracias.
Un abrazo.
Pobre Inmaculada! Victima de los "Likes"! Desgraciadamente no fue la primera ni será la última! Muy simpático tu relato.
ResponderEliminarPor cierto me ha encantado tu frase de cabecera de tu blog! Totalmente de acuerto! Un abrazote y nos vamos leyendo, Kirke!
Hola, Marifelita.
EliminarMe alegra saber que la frase de cabecera te gusta, creo que encierra mucho mensaje, desde luego más de lo que suel haber en muchos perfiles de Instagram, ja, ja, ja.
Un abrazo.
en las redes, cantidad no significa( como todos sabemos) calidad. Es el viejo refrán de "Coma caca, millones de moscas no pueden estar equivocadas") Pero no es así con este texto que compartes: ¡Sobresaliente y Real! ¡Oléeeee!🏆
ResponderEliminarHola, Juan.
EliminarTotalmente de acuerdo, un gran número de seguidores no asegura que esa cuenta sea buena, porque hay mucho borrego de dos patas que se deja llevar por los números.
Gracias por tus palabras tan generosas.
Un abrazo.
¡Ay! Pobre Inmaculada y qué bien has mostrado como la obsesión por los likes y ese mundo virtual que es solo un espejismo da al traste con su intención inicial y acaba por arruinarle la vida. Un micro estupendo, Kirke.
ResponderEliminarHola, Marta.
EliminarLa pobre Inmaculada que iba de limpia y ordenada acabó rodeada de suciedad y encerrada por botarate.
A veces, nos dejamos llevar por la inercia de los demás y nos olvidamos de nuestro propio criterio. Una pena.
Un abrazo.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarEliminé mi comentario anterior porque salió disparado cuando solo llevaba escritas cuatro palabras.
ResponderEliminarDecía que llamándose Inmaculada tenía por fuerza que ser muy limpia, je, je.
Sus buenas intenciones se torcieron por culpa de los seguidores a los que les atraía mucho más las imágenes de suciedad, para descargar sobre ella todo tipo de insultos. Al final decidió cambiar de bando, un poco como el refrán que dice que si no puedes contra tu enemigo, únete a él.
No sé si en el psiquiátrico seguiría con su nueva inclinación.
Un beso.
Hola, Josep Mª.
EliminarEl nombre de Inmaculada fue puesto adrede, a juego con su inicial preocupación, me gusta que te hayas dado cuenta.
Está claro que en las redes suele ser más llamativo lo incorrecto que lo cabal. A algunos les atraen más las imágenes de comportamientos inadecuados y que, de paso, den pie a insultar y despreciar. Vivimos momentos de exaltación y no por motivos reivindicativos (que tendría cierto sentido) sino por el mero hecho de confrontar y pelear.
Ese síndrome de Diógenes adquirido "contra natura" no sé yo cómo será tratado, la verdad.
Un beso.
O sea: "la culpa no es del chancho, sino de quien le da de comer". Traduzco: las redes publican lo que se carga en ellas y los pulgares para arriba son de una sociedad cada vez más banal, descuidada, infantil, y hasta puede llegar a ser obscena en sus miradas. Me ha gustado mucho. Un abrazo
ResponderEliminarHola, Juana.
EliminarEs más llamativo lo incorrecto que lo que está bien. Y si llama la atención no es por denunciar algo que está mal, es porque encima se jalea y se anima al infractor a seguir haciendo lo mismo con más intensidad. ¡De locos!
Gracias por tus palabras hacia este relato.
Un abrazo.
Hola Kirke, ya ves 40 años de experiencia al carajo y acabando con el síndrome de Diógenes según los psicólogos. Menuda tela la pobre Inmaculada. Me ha gustado mucho me he divertido y a la vez me ha dado que pensar. Un saludo.
ResponderEliminarHola, Ainhoa.
EliminarEs llamativo cómo algunos pueden renunciar a su forma de entender la vida con tal de recibir la "aceptación" de los demás. Eso es lo que pretendía mostrar en este micro: hasta qué punto abandonamos nuestra idiosincrasia en pos del "like" de unos desconocidos.
Un abrazo.
Hola, Paloma.
ResponderEliminarPobre mujer, da mucha pena, por conseguir seguidores fue capaz de provocarse hasta una enfermedad. Es terrible y nos hace recapacitar y evaluar hasta qué punto somos capaces por conseguir un fin.
Después de leerte no sé si Inmaculada sabrá lo que es el orden y la limpieza, pero a mí me han dado unas ganas tremendas de sacar el trapo y la lejía.
Muy buen mensaje, subyace algo más peligroso y es que esa necesidad de atención va ligada sin duda a un problema psicológico serio.
Un beso.
Hola, Irene.
EliminarSe puede entender la necesidad de aceptación porque el ser humano vive en sociedad y, en cierta medida, necesita el reconocimiento de sus semejantes con los que convive. Lo que ya no tiene sentido es que esa aceptación se busque en gente que no se conoce, con la que no se sabe si hay conexión. Es un desatino cuando se llega a esos extremos.
Un beso.
No has podido retratar mejor lo absurdo de las redes sociales, de los contenidos absurdos y más absurda todavía reacción de la gente. No buscan información ni conocimiento, sólo entretenimiento y descargar su ira y malestar. Es una pena que las redes se hayan convertido en todo lo contrario para lo que se supone se crearon, para socializar a nivel global o mundial. Estupendo relato, me ha encantado!
ResponderEliminarHola, M.T.
EliminarPor desgracia, cada vez son más quienes en las redes solo buscan confrontar, insultar y jalear al personal. Se fijan más en los contenidos groseros u absurdos porque son escandalosos y eso les anima a mostrar su enfado (entiendo que ese enfado viene de lejos y por otros motivos más personales).
Aun así, creo que hay motivos de esperanza porque otros medios sí reúnen a la gente y les permiten compartir gustos comunes. Al Tintero de Oro me remito: este reto nos ha permitido comentar y contactar con gente afín.
Un abrazo.
Tal cual. Muy bueno. Eso es lo que busca la gente, el sensacionalismo, lo raro, lo inusual... La ¡normalidad' no gusta.
ResponderEliminarSaludos!
Hola, lady-p.
EliminarDonde esté un buen chorretón de aceite pringando todo que se quite el orden y el olor a limpio. Eso es lo que "gusta" en un gran sector de la sociedad y, lo peor, es que hay gente que, contraviniendo sus ideas, se pliegan a esos gustos.
Un abrazo.
Ay, pobre Inmaculada. Si es que a veces el éxito llega cuando menos y como menos esperas. Sobre todo en las redes sociales cuyo funcionamiento, para mí, es un misterio insondable en el que suele triunfar lo menos recomendable. No siempre por fortuna, pero sí a menudo.
ResponderEliminarUn beso.
Hola, Rosa.
EliminarVivimos en un mundo que ama el sensacionalismo, el ruido ensordecedor, sin pararnos a analizar lo que vemos y oímos. Y, como ya he comentado anteriormente, lo peor es que hay gente dispuesta a renunciar a su forma de entender la vida con tal de dar gusto a esa masa aborregada y que responde en manada.
En fin, siempre nos quedarán lugares como esos blogs a los que tú y yo somos tan aficionadas. Ahí impera la sensatez y el buen rollo. Menos mal.
Un beso.
Me parece excelente tu relato, describes muy claramente las publicaciones sin razones de las redes y muchas veces laas locuras de otros para ganar seguidores.
ResponderEliminarSaludos.
PATRICIA F.
Hola, Patricia.
EliminarA veces, con tal de llamar la atención, se hacen cosas en contra de lo que uno piensa.
Gracias por la visita y el comentario.
Un saludo.
Hola Kirke, una muestra de que no por tener más likes y seguidores el contenido va a valer la pena, así son las redes, las situaciones morbosas ganan adeptos, aunque el contenido no valga nada.
ResponderEliminarUn saludo!
Hola, Dakota.
EliminarVivimos en una sociedad que valora más el escándalo y lo llamativo que lo que realmente tiene contenido y fondo. Es lo que hay.
Un saludo.
Hola, Kirke. Muy buena la historia que cuentas. Es reflejo del triunfo de lo mediocre sobre el buen hacer de las cosas, en una sociedad que se supone "avanzada", pero que cada día demuestra que hay un segmento en el que lo superficial es lo que más atrae.
ResponderEliminarUn saludo.
Hola, Carmen.
EliminarEstamos en una situación de inmediatez que no permite hacer las cosas con profundidad y calidad, y si se hacen así no se valoran porque "cuesta" mucho analizarlas. Es más fácil ir a lo rápido, no pensar, dejarnos llevar por el impacto, como tú comentas: lo superficial.
Un saludo.
jajajajajaja, me has hecho reir muchísimo. Muy buen relato, excelente!!! Rosana
ResponderEliminarHola, Rosana.
EliminarMe alegro de que te hayas divertido. Gracias.
¡Hola! Triste realidad la crueldad de las redes en busca de un Like... Muy bien relatado.
ResponderEliminarSaludos. AlmaLeonor_LP
Hola, AlmaLeonor.
EliminarAlgunos por recibir un like son capaces de ir en contra de su propia naturaleza. Es triste, pero es así.
Gracias por tu comentario.
Un saludo.
Su nombre lo dice todo Inmaculada , y claro pasar de serlo a que te reconozcan más como una guarra hay un mundo y claro la protagonista no lo entendió
ResponderEliminarDivertida situación que surgió de esa lata de sardinas derramando el aceite y de su afán de limpiarlo todo
Un abrazo Kirke
Puri
Hola, Puri.
EliminarA Inmaculada, que hasta el nombre lo tenía "limpio", se le fue la pinza al obsesionarse con los like. Una situación estrambótica la que relato pero que no es muy diferente de lo que les pasa a algunos influencers, que actúan acomodándose a lo que le pide su público en lugar de hacer lo que ellos realmente piensan.
Un abrazo.
Muy bueno, a pesar de su triste final y con el perdón de Inmaculada, me he reido bastante. Un abrazo!
ResponderEliminarEstás perdonada, Lulita. Inmaculada es un personaje que hace reír por lo ridículo de su posición.
EliminarUn abrazo.
¡Hola Kirke! Triste el final de Inmaculada. Perdió la cabeza con tal de ganar likes. Un relato que refleja a la perfección la falsedad de las redes, en las que las personas sólo actúan de una determinada manera para conseguir más seguidores.
ResponderEliminarUn saludo.
Esa es la cuestión, Rocío, que algunos actúan en la RR. SS. no como ellos creen que deben actuar sino como quieren que lo hagan los demás. Pura falacia.
EliminarUn saludo.
Creo que poca gente sigue a un filosofo sesudo.... pero si estan dispuestos a seguir cuanta "basura" se les tire encima....
ResponderEliminarYa te digo yo, Jose, que si a Inmaculada le da por colgar los libros que tiene en su estantería no la sigue ni el Tato. Es lamentable el nivel al que se rebajan algunos con tal de tener adeptos (con la cabeza hueca, pero que le dan al "like").
EliminarUn abrazo.
Supongo que lis likes y los seguidores y lo que publicaba le repercutia economicamente ( o eso he oido), y si ganaba más así que limpiando casas ajenas , uno se va donde más le pagan.
ResponderEliminarEl final me parece abierto en cierta medida. creo que finge la enfermedad como otra vuelta de tuerca para ganar más seguidores y más dinero.
Y tampoco psrece mal si es lo que la gente quiere... es como esas millonadas que ganan algunos futbolistas.. oferta y demanda.
Abrazooo
Gabilante, creo que Inmaculada no fingió nada, se agarró un trastorno mental por querer dar gusto a sus seguidores, tanta porquería acumulada en casa, además, no es nada saludable. No sé si cobraría o no, en cualquier caso, mucha fortuna debería ganar para compensar acabar recluida en un sanatorio mental.
EliminarUn abrazo
Genial.
ResponderEliminarGracias.
EliminarHola Paloma. A veces en las redes triunfa lo simple, por no decir lo zafio y vulgar. Supongo que la gente se cansa de la perfección, o simplemente somos tan indolentes que no valoramos el esfuerzo que cuesta hacer bien las cosas. Desde mi punto de vista hay algunos movimientos sociales que tienden a sublimar la fealdad, el desaliño, la zafiedad... eres mas cool si no te depilas o llevas unas greñas de antología. Las redes son también reflejo de ello. Un abrazo.
ResponderEliminarHola, Jorge.
EliminarEstoy de acuerdo contigo. Algunos, con tal de llamar la atención, se centran en alabar cuestiones "incorrectas" creyendo que ir contracorriente es signo de originalidad; mola más decir o pensar lo contrario que el resto. Esto puede valer si lo que se hace o dice es original, pero originalidad no es sinónimo de hacer las cosas mal.
Nos hemos vuelto un poco tontos con esto de que se fijen en nosotros y creo que ese es un rasgo de gente con poca personalidad y falta de atención.
Un abrazo.
Un acertado error puede ser el principio del éxito en las redes. ¿A quién le importa alguien que hace las cosas normales, si no se le puede insultar?
ResponderEliminarMe ha encantado tu aportación al reto.
Un abrazo.
Hola, Macondo.
EliminarEstá claro que la gente normal no tiene adeptos, lo que mola es lo incorrecto, lo que llama al escándalo y así abrir la puerta al insulto y el escarnio. Es lamentable y yo me pregunto a dónde nos lleva esto.
Gracias por tus palabras.
Un abrazo.