Hoy Dalmiro estaba muy nervioso porque su amada Úrsula le iba a visitar.
La morada de Dalmiro de Braganza y Villegas se encontraba en pleno centro de la ciudad. Vivía a doscientos metros de una concurrida plaza y enfrente de un bonito parque.
La morada de Dalmiro de Braganza y Villegas se encontraba en pleno centro de la ciudad. Vivía a doscientos metros de una concurrida plaza y enfrente de un bonito parque.
Su casa no era
muy amplia y el mobiliario no era abundante, pero tenía mucha clase y buen
gusto. Dalmiro había sabido sacar provecho de los veinte metros cuadrados que componían
su vivienda. Era un loft con toda
clase de comodidades: una práctica cama, tipo futón japonés, consistente en un
colchón tirado en el suelo y lleno de manchas pero que las mantas raídas
conseguían tapar, al lado una caja de cartón de la casa Ducados servía de
mesilla y sobre ella una lámpara vintage de gas butano alumbraba cálidamente la estancia cuando la
luz del sol dejaba de iluminar; en un rincón estaba el armario, un carro del
Mercadona con un bonito acabado en tonos verdes que contenía el ropero de
Dalmiro y en un amasijo multicolor (Dalmiro no era muy ordenado) la ropa de
verano se juntaba con la de invierno. Unos cartones, de diferentes procedencias,
alfombraban el piso dando un toque cálido muy hogareño pues en invierno
aislaban del frío que la acera solía proporcionar.
Por lo general
no solía recibir visitas, tan solo algún policía municipal de vez en cuando se
acercaba a su casa para comunicarle el malestar de sus vecinos de arriba, unos
patanes a los que todo les molestaba: que si huele mal, que si hay ruido a
altas horas de la madrugada… pero Dalmiro siempre fue inmune a las críticas.
Aceptó hace muchos años que su estilo de vida no es entendido por todos —en
realidad, por casi nadie—, cosas de las clases sociales inferiores que con sus
trabajos rutinarios y sus horarios encorsetados no podían disponer de la
libertad que proporciona una situación desahogada como la suya.
Sin embargo, la
cita con Úrsula era muy especial. Llevaba meses cortejándola sin obtener
grandes avances en su conquista pues eran muchos los pretendientes que la
requerían. Úrsula vivía en una amplia finca, al lado del río, con un majestuoso
puente de color rosa que le servía de techo y todas las mañanas era despertada
por el amoroso graznido de las gaviotas. Ventajas de vivir en el campo y que la
convertían en una damisela de gustos refinados. Debía esmerarse para que la
recepción estuviera a la altura de su invitada.
En la delicada
mesa de metal situada en el centro de la estancia y cubierta con un fino mantel
de papel de periódico, colocó unos elegantes vasos de plástico para poder
escanciar en ellos el excelente vino que había conseguido, un tinto Don Simón
de las bodegas García Carrión y que haría las delicias del paladar exquisito de
Úrsula. Una lata de sardinas y unas lonchas de mortadela serían los entrantes
de la cena para seguidamente pasar al segundo plato que consistiría en un
sabroso carpaccio de salami
procedente de los cubos de basura de un Ahorramás aledaño.
Para dar un
toque más romántico, Dalmiro decidió no utilizar la lámpara de gas y recurrir a
un par de velas insertadas en sendos botellines de cerveza (ya vacíos) que
darían reflejos ambarinos a la estancia. Cuando estaba prendiendo las velas oyó
la cantarina voz de Úrsula.
—¿Me da su
permiso? —dijo ella desde el umbral de la casa.
—Adelante,
querida. Pase, por favor —indicó Dalmiro con una reverencia.
Acto seguido,
Dalmiro tomó la delicada mano derecha de Úrsula, que iba enfundada en unos
guantes de áspera lana y por los que se podían ver las uñas astilladas de los
dedos índice y anular, e imediatamente la ayudó a despojarse del abrigo de fino
paño verde —más fino por la parte de las axilas y por las mangas a la altura de
los codos— que dejaba adivinar unas curvas esculturales donde unos michelines
se mostraban provocadores en la cintura.
—Úrsula,
siéntase como en su casa.
La invitada se
acomodó en una moderna silla de plástico con forma de caja y que despedía
cierto olor a fruta —fruta no de temporada pues el aroma ciertamente ácido que percibían
sus papilas olfativas indicaba que se había echado a perder hacía mucho tiempo—.
—Muchas
gracias, Dalmiro. Ha sido usted muy amable invitándome a su mansión —dijo Úrsula
al tiempo que sonreía mostrando una dentadura amarillenta y mellada.
—No hay de qué,
señora. El honor es mío por tener la inmensa suerte de gozar de su grata
compañía —contestó Dalmiro embelesado ante la cautivadora imagen de una Úrsula
sonriente.
Mientras esto hablaban
procedieron a degustar los manjares que sobre la mesa estaban dispuestos.
—Este vino es
realmente exquisito. Y el carpaccio
es de lo mejor que he tenido el placer de paladear en muchos años, queridísimo
Dalmiro.
—Me complace
sobremanera que disfrute de este condumio, querida.
La conversación
discurrió plácidamente mientras platicaban sobre diversos temas, como la
fluctuación del mercado inmobiliario o el índice Dow Jones. Mecidos por el
sopor producido por la ingesta de los manjares regados generosamente con el
vino —cayeron tres tetrabriks—Úrsula
y Dalmiro se durmieron plácidamente, la una recostada en el regazo del otro.
Las dos velas
que alumbraban con reflejos ambarinos la reunión se consumieron, pero una de
ellas, y antes de apagarse del todo, dejó caer una lágrima en forma de pavesa
sobre el mantel de papel produciendo una quemadura y formando un agujero negro
que se fue extendiendo para convertirse en una hoguera donde el delicado alfombrado
contribuyó a que se iniciara un incendio en toda regla.
Los susceptibles
vecinos de arriba olieron el humo enseguida, pero habituados como estaban a los
malos olores propios de su molesto inquilino de abajo no reaccionaron hasta que
comenzaron a ver las llamas. Un camión de bomberos se personó para dar punto y
final a la romántica cita de Úrsula y Dalmiro.
***
El sepelio fue
la comidilla de todo el barrio durante varias semanas. Nunca se había visto un
entierro con tanto fasto como aquel. Dentro del coche fúnebre iban dos sencillas
cajas de pino desbastado que albergaban los restos de Dalmiro y Úrsula. La
comitiva, formada por una asistente social del ayuntamiento y el conductor del
coche, despidió a la pareja entre toses —hacía un frío inusual ese mes de abril—
y formularios de la beneficencia municipal.
Dalmiro y Úrsula
descansan en una tumba suntuosa, muy amplia, rodeada de cipreses y cubierta de
hierba. Una placa los recuerda para toda la eternidad:
“Fosa
común”
NOTA: Este texto es el resultado de un ejercicio donde había que cambiar "el tono" del narrador, es decir, contar una historia con un estilo narrativo inadecuado.
Me gustó mucho casi todo relato, la frescura e ironía con que se cuenta todo. Estaba embelesada en la narración, por lo que dusfruté con ganas su desarrollo. Cuando iba terminando comencé a preguntarme cómo lo acabarías porque no habías dejado ninguna pista ni preparado al lector. El final ardiente me cuajó la sonrisa. Hubiera preferido otro menos dramático, a la altura del desarrollo, pero tampoco ñoño con moraleja (ese no es tu final), por lo que lo tenías muy difícil. Bueno... ¿Y quién soy yo para juzgar los finales de los relatos de los demás? Nadie, solo una una audaz opinadora a la que un día le van a propinar un buen coscorrón en la testa por sus comentarios.
ResponderEliminarEl estilo narrativo no me pareció inadecuado. Todo lo contrario.
Un beso, Kirke. Me encanta cómo escribes.
Que opines libremente a mí no me parece mal, no seré yo quien te dé un coscorrón por ese motivo, eso seguro.
EliminarEl ejercicio trataba de utilizar un tono inapropiado, en este caso se supone que unos indigentes no hablan como lo hacen, ahí radicaba el cambio de tono. Se supone también que para describir un lugar tan insalubre como puede ser el habitáculo de un vagabundo no es apropiado hacerlo exaltando cualidades que en realidad no existen.
Cuando el tono del narrador no es el adecuado se dan historias absurdas, como puede ser esta.
Otra cosa que nos inculcan en el curso que estoy realizando es que los finales han de cerrar la historia (sobre esto habría mucho que discutir pues hay escritores afamados que se caracterizan por sus finales abiertos). De todas formas, a mí me gusta finiquitar bien los relatos. Yo quise cerrar este de manera tajante cargándome a los protagonistas. Me pareció el contrapunto a la historia romántica del principio. Pero, para gustos los colores, querida Ángeles.
Este ejercicio supuso bastante dificultad para muchos de mis compañeros de aula por ese absurdo que va implícito; el caso es que yo me sentí cómoda escribiendo así, empiezo a sospechar que soy algo friki y contar cosas raras no me importa. Que te guste cómo escribo me agrada mucho, Ángeles, y además me tranquiliza.
Un besote, guapa, y sabes que aquí se agradece siempre tu opinión.
Ángeles, yo creo que el final está en la línea del resto del relato pues aunque el contenido es un tanto trágico, al estar contado con la misma forma desenfadada y cómica del resto, concuerda muy bien con la tónica general.
EliminarPero esto no es más que una opinión al igual que la tuya, claro.
Un beso.
En esto de la literatura hay muchas visiones distintas. Menos mal, yo ni siquiera estoy de acuerdo con el profesor de Paloma de concluir los relatos de manera radical. Bueno, lo maravilloso es que esto nos da ideas diferentes que nos enriquecen. Un beso.
EliminarPor cierto, le he dado a leer tu relato a mi hijo (buen lector y con aspiraciones a escritor, además de muy crítico) y le ha encantado.
EliminarPor supuesto la visión del profesor, por muy técnica que se presente, no deja de ser una manera de enfocar la escritura y ésta se presta a diferentes gustos, uno siempre puede hacer caso omiso. De hecho, nuestro profesor siempre nos deja muy claro que él da sugerencias para que un texto mejore, pero que cada uno decida si las sigue o no.
EliminarQue a tu hijo, Ángeles, le haya encantado me gusta, pero es una muestra más de que sobre gustos no hay nada escrito.
Además, me encanta esta tertulia que nos estamos montando a cuenta de un final u otro, ja, ja, ja.
Un besote grande.
Me alegra que te estés animando cada vez más a escribir. Tienes grandes dotes de narradora y tu estilo es muy fresco y agradable de leer. Este ejercicio está muy bien. El tono romántico cambia después de los asteriscos, donde se vuelve irónico y hasta cruel. Como es un ejercicio, te propondría que comenzaras este relato con la frase "Hoy Dálmiro estaba muy nervioso porque Úrsula le iba a visitar", siempre es mejor comenzar con una frase con gancho que con una descripción. El lector quiere saber cuanto antes que está pasando. Me encanta que compartas estos relatos del curso de escritura y que menciones la intención narrativa del mismo, es algo que nos sirve a todos para aprender. Un fuerte abrazo!!
ResponderEliminarMe gusta mucho tu propuesta, de hecho la he seguido y he cambiado esa frase al principio.¡Gracias!
EliminarEl curso que realizo me gusta mucho porque nos proponen retos que suponen una ruptura con las normas, como este cambio de tono del narrador (lo correcto es que la voz del narrador sea la adecuada, que un vagabundo hable como un vagabundo y que la descripción de su "vivienda" se haga con realismo. Esa transgresión de la norma se hace para soltarnos y perder el miedo a escribir, para que no lo hagamos encorsetados. Algo que a mí no me está costando mucho trabajo y no sé cómo interpretar, también te lo digo.
Muchas gracias, David, por tu comentario y por la sugerencia. Sé que estás muy liado con tu Tintero de Oro y tu revista digital (Dios mío, yo aún no terminé de leer tu fantástica publicación sobre parejas de escritores) pero estoy por pedirte que te pases a leer otros relatos fruto del curso ("Viaja con nosotros" y "Olvido") para que me des tu parecer, lo mismo te propongo como profesor en la escuela de escritores a la que voy, ja, ja, ja.
Un besote muy grande, y gracias de nuevo.
¡Hola, Paloma! No sé si serviría, te lo aseguro. Me faltan muchos conocimientos técnicos y lo que suelo comentar es más por intuición que otra cosa... Lo que no me explico es que no haya visto esos relatos que has publicado. Suelo desconectarme de las redes los fines de semana y al ver la lista de blogs de mi blog me apareciera la nueva publicación. Mil perdones!!! Esta noche hago los deberes gustosamente. Un abrazo!!
EliminarNo te voy a negar que me encantaría saber tu opinión sobre lo que escribo, eres un gran entendido en la materia (o intuitivo, como prefieras) pero tampoco quiero agobiarte. Sigues muchos blogs y es complicado atenderlos todos, así que no te sientas obligado a leer todo lo que publicamos porque puede ser estresante.
EliminarGracias por tu esfuerzo, pero si no puedes no pasa nada, de verdad.
Un besote.
Muy bueno el relato, Kirke. Me ha gustado mucho el tono en que lo has contado y el contraste con el contenido de la historia. Respecto al final, como ya le respondí a Ángeles, no me parece inadecuado porque sigue la tónica general de humor por lo que se le quita dramatismo.
ResponderEliminarCada vez escribes mejor. Ese curso parece que te está viniendo de maravilla.
Un beso.
Respecto al final cada uno tiene sus gustos y ahí el escritor poco puede hacer. A mí me pareció el adecuado. El profesor suele "regañar" a los alumnos que no finalizan firmemente los relatos, de hecho es el fallo más común. Así que, quizás influida por esto, yo decidí finiquitar de manera rotunda.
EliminarEl curso me parece fantástico, y esa manera de hacer lo que no se debe para resaltar mejor cómo es la forma correcta de hacer las cosas es una estupenda herramienta pedagógica. De hecho, al principio no entendíamos muy bien cuál era el tono correcto de un narrador, pero al "hacerlo mal" nos percatamos de qué iba la cosa.
En fin, que estoy entusiasmada con el curso, si encima me dices que escribo mejor, ya ni te cuento.
Un besote, guapa.
Hola Paloma, pues es un gusto haber leído el relato, que además me parece un ejercicio bastante original por lo que te he leído en los comentarios con respecto a lo inadecuado del marco narrativo y de como se expresan tus personajes. Respecto a los finales abiertos o cerrados no tengo una preferencia especial, creo que de ambas maneras se puede rematar un buen relato o cuento. En este caso me parece que tu profesor quedará contento pues la historia tiene una presentación, desarrollo y finalización más que buenos en mi visión como lector. Un abrazo y felicidades por tu buen trabajo.
ResponderEliminarLo de los finales abiertos o cerrados es cuestión de gustos. Según el profe una historia debe terminar, aunque no necesariamente con un final claro, puede ser abierto pero que se note que la historia termina, aunque sea dejando una puerta abierta. Lo que él no recomienda es que se queden flecos pendientes.
EliminarEn mi caso yo soy de las que quiero leer algo "acabado del todo", luego ya decidiré si me gusta o si hubiera preferido otro final, eso de dejar puertas abiertas me irrita muchas veces. Cuestión de manías.
Gracias por tu agradable comentario, Miguel, se agradece el apoyo y me anima a seguir escribiendo.
Un beso.
Pues me ha gustado mucho este relato. Pones romanticismo y si era poner al narrador contando mal esta historia pues no te ha quedado nada mal. Mi opinión es que siempre has escrito muy bien. Si estas clases que asistes te ayudan a mejorar pues mucho mejor. Para eso vas a las clases. Un abrazo.
ResponderEliminarCuando se cambia el tono del narrador y no coincide con los personajes o la historia normalmente se consigue una historia absurda. Las historias absurdas también pueden gustar, al menos como una transgresión de la norma.
EliminarNo sé yo si estoy mejorando o no con estas clases (por ahí dicen que sí, ja, ja, ja) pero lo que sí sé es que me lo paso fenomenal y me animan a aventurarme con estilos o con formas de contar que yo sola nunca habría descubierto.
Un besote, Mamen.
¡Hola Paloma! No soy entendida en la materia, sólo he leído mucho, muchísimo en la red. Es cierto que tienes un aire fresco, que traspasa la pantalla, se nota que te gusta lo que haces (lógico) el dominio del lenguaje lo bordas, para adentrarte en la psique humana. Un apunte, un mendigo no tiene por que no tener estudios, ni haber sido un pobre diablo toda su vida. No, los hay grandes eruditos, poetas, músicos, y demás venidos a menos, por los avatares de su existencia (incluso que han pérfido verdaderas fortunas en el Casino). Este es el fallo que le veo: que has prejuzgado, cuando un escritor debe ser mero narrador de sus obras, aunque se ahonde algo en el perfil psicológico de un personaje (esto para novelas) no creo que para pequeños relatos.
ResponderEliminarHe asistido a tres talleres literarios con diferentes profesores. Cada uno tiene su método, más intuyo que tu profesor te da las pautas correctas.
¿El relato? Se ajusta a la propuesta de tu profesor. Eso sí, de lo que he leído de ti, me gustan tus historias cómicas.
Un abrazo literario.
Sé que no todos los mendigos son incultos, no he prejuzgado a nada ni a nadie, simplemente me he sujetado a la norma o a lo habitual.
EliminarIgualmente todos los catedráticos suelen hablar muy bien, pero alguno hay que no sabe expresarse, y eso no quiere decir que se prejuzgue a este colectivo.
Una compañera de clase hizo un texto donde una marquesa hablaba como una barriobajera, seguramente alguna haya que hable así pero eso no es lo habitual.
Excepciones las hay siempre pero eso no impide jugar con lo acostumbrado.
En el terreno cómico es donde yo mejor me muevo, pero quiero tocar otros registros y no estancarme y quedarme en lo que resulta fácil para mí, quiero proponerme retos y probar, aunque los resultados no sean todo lo buenos que a mí me gustaría.
Un beso, Lola.
Pues a mi me ha encantado,... no se si su estilo narativo es inadecuado,... ni si la acción se desarrolla de un modo adecuado o si su final es sorprendente no no,... a mi me ha encantado. Sabes?,... a mi me parece que leer es como disfrutar de una pintura,... debemos dejarnos llevar por las sensaciones.
ResponderEliminarHas dado en el clavo, lo importante de una historia es que agrade. Una vez que la redacción es adecuada (me refiero a que no hay faltas de ortografía o de sintaxis), en lo de que agrade o no hay un componente subjetivo del lector y ahí el escritor poco puede hacer. Nunca llueve a gusto de todos.
EliminarMe alegra mucho saber que te gustó, Norte.
Encantada de verte por aquí.
Un beso.
Es una forma diferente de ver un relato sin duda, lleno de ironía y la verdad con un final que no me esperaba, pero si esta muy bien, de modo que sigue escribiendo, este curso te va muy bien.
ResponderEliminarBesos
Gracias, Tere, intentaré no defraudar con mis escritos. Lo que sí tengo claro es que quiero disfrutar escribiendo, y de momento eso lo tengo más que cumplido.
EliminarUn besote muy grande.
Es, sin duda, una de tus prosas más duras y humanas. La noche se fue haciendo poesía casi en silencio. Le faltaba, eso sí, la música de los coches y el disonante en sí bemol de los frenazos. La luna no salió al encuentro por culpa de las velas y los guantes perdieron el encanto del encuentro de una piel desnuda frente a otra, el sueño, el frío y el olor que transforma en ceniza.
ResponderEliminarFuerte realidad e incontestable destino.
Pues mira, no se me ocurrió amenizar la velada de Dalmiro y Úrsula con música de tráfico de coches, hubiera estado muy bien.
EliminarEsa realidad cruel que se impone al final me pareció el contrapunto a la ironía del relato, quise hacer completamente real la historia.
Un beso, Paco.
Bueno a mí si que me chirriaban algunas cosas mientras iba leyendo, por ejemplo la idealización del personaje de Úrsula por parte de Dalmiro, así como de su estilo de vida o de su hermosos físico, contrastando con la miseria, los dientes mellados, el vino de tetrabrik o el puente rosa. Es un relato de contrastes desde luego, donde las imágenes que el narrador forma en la mente de Dalmiro no tienen su correspondencia con la realidad. Desde ese punto de vista y sin querer usurpar el lugar del profesor, me parece que el ejercicio ha conseguido su objetivo. La verdad es que me pongo en tu lugar y no se me hubiera ocurrido sobre qué escribir. Parece que el curso está siendo fructífero, al menos en producción literaria y parece que en resultados también. Abrazos, paloma.
ResponderEliminarSi al leer esto te chirrió es que el tono no era el adecuado y dado que eso era lo que se pedía, entonces puedo decir eso de "misión cumplida".
EliminarEl curso se imparte todos los miércoles, por lo que todas las semanas tengo que realizar un relato siguiendo las cláusulas pertinentes en función del tema que se trate. Y cuando lo tengo no puedo vencer la tentación de colgarlo aquí.
Cuando el curso acabe a finales de marzo no sé yo si seguiré con el mismo ritmo (seguramente, no).
Gracias, Jorge, por plasmar tus impresiones al leer este relato. Me encanta saber vuestra opinión.
Un beso grande.
Para ser sincera no me gustó el final
ResponderEliminarLos cuentos no siempre acaban comiendo perdices, y este es uno de ellos.
EliminarGracias por tu sinceridad.
Oh Kirke me ha gustado mucho! Me ha parecido original y muy tierno. Bueno no sé si la palabra es "tierno" jaja pero es que siento debilidad hacia las personas necesitadas, y me ha gustado muchísimo todo el desarrollo de la historia, esa ilusión por la cita con la mujer que le gusta.
ResponderEliminarMe ha gustado porque al tono inadecuado que debías utilizar le has dado el punto de vista del protagonista. Para él, la clase baja son esas personas que viven encorsetadas. Si es que todo en esta vida depende de la manera de ver las cosas.
El final, ya que ha causado tanto revuelo en los comentarios, diré a mí sí me ha gustado. Muestra el lado cruel de nuestra sociedad tal cual es. Hay muchos incendios que acaban en tragedia por despistes como este. Y cuando no puedes pagar un funeral siempre te llevan a la fosa común. Yo creo que has tocado un tema que normalmente las personas no se detienen a pensar al respecto, pero lo has hecho genial! Al menos para mí. A ver qué te dice el profe del curso :)
Un besote guapa!! :)
El contraste de un final tan trágico con el inicio donde Dalmiro vive en un mundo de luz y color se debió, en parte, a que quería dar un punto de realidad al relato. Si al principio parece una historia romántica donde nada es lo que parece, al final quise que la realidad se impusiera y mostrar que vivir a la intemperie es peligroso.
EliminarAunque sea tirar piedras sobre mi propio tejado, te confesaré que lo de "fosa común" ha sido una licencia literaria; estuve indagando y ahora casi todos los ayuntamientos se hacen cargo de enterrar en un nicho propio a las personas sin recursos.
Muchas gracias, María, por tan lindo comentario.
Un besito, guapa.
Estoy con los compañeros que el relato es de lo más fresco y aunque como dice Jorge sobre aspectos que chirriaban, a mi me ha parecido que era como dejar pistas de que aquello no era lo que parecía y me parecía un recurso basado en la ironía y en embellecer aquello que es tan duro pero la ilusión está en los ojos de los que miran. Así que no sé si ese narrador inadecuado era inadecuado o era yo que me parecía bien ese ejercicio un tanto extraño de mirar con ojos deformados, embelleciendo algo que no lo era.
ResponderEliminarSobre los finales, entiendo que se trata de responder a los temas que abres como escritora y que como lectores queremos cerrar, pero no sé si eso es en todos los casos. Desde luego es muy interesante este compartir los ejercicios y el debate que han generado las compañeras.
Besos Paloma
Como le comento a Jorge, si te chirriaba la lectura es que estaba haciendo bien el ejercicio empleando un tono inadecuado. En principio, que la voz del narrador no sea la apropiada se consideraría un error, pero si ese error se busca a propósito puede quedar un texto irónico y/o disparatado que puede gustar, como parece que ha sido el caso.
EliminarEn cuanto al final, ya ves que hay unos a los que sí les gustó y a otros que no. Nunca llueve a gusto de todos. En cualquier caso, el debate surgido me ha parecido estupendo y es un añadido que enriquece más lo que estoy aprendiendo en el curso.
Muchas gracias, Conxita, por tu aportación. Estoy encantada.
Un beso muy grande.
La sonrisa inicial mientras leía se ha tornado en una pequeña mueca de estupor por el trágico final.
ResponderEliminarDesde luego no hay nada como una buena dosis de imaginación, de ilusión y de optimismo para convertir una pocilga en un palacio. El contraste entre el exquisito refinamiento de los personajes y el deplorable escenario me ha resultado de lo más divertido y original, hasta que la fatalidad le ha dado la vuelta a la historia, la de muchos cuasi-indigentes que habitan en nuestras ciudades. Un triste final a un estupendo relato. Una vez más has cumplido con creces el reto marcado. Mi enhorabuena.
Un abrazo.
Quería con ese final dar la verosimilitud que la historia hasta ese momento no tenía. Quise que la realidad se impusiera. Por desgracia, quienes viven en la calle no suelen tener un final feliz, corren demasiados riesgos.
EliminarSí que cumplí el propósito de la clase, así que creo que voy a aprobar (es broma, en ese curso no ponen notas).
Un abrazo, Josep Mª.
Me gusta Paloma como me involucras en la historia, creo que has hecho un trabajo fantástico y que has cumplido más que bien con lo que en esta ocasión se te pedía en el curso. Trágico el final de estos dos pobres, me deja un poso de tristeza.
ResponderEliminarTe felicito Paloma.
No sabes cuánto me gusta tu comentario. Involucrar al lector en una historia creo que es una muestra de que el escritor lo ha hecho bien (y perdón por la petulancia de llamarme escritor).
EliminarSé que ese final es triste, pero quise dar un toque de realidad a la historia de Dalmiro y Úrsula.
Gracias por tu vista y tu fantástico comentario.
Un beso muy grande, Mer.
Buen ejercicio!! Misión cumplida. La historia triste pero así narrada suena diferente. Me ha gustado.
ResponderEliminarUn abrazo
Me alegra mucho saber que te gustó, David.
EliminarUn abrazo.
Confieso que me has tenido "descolocada" todo el relato, Paloma, pero con la sonrisa en los labios, eso sí. No alcanzaba a ver qué pretendías exactamente, si hacer burla, si hacer crítica, si denunciar una situación muy seria...
ResponderEliminarDespués de leer algunos comentarios en los que explicabas que el ejercicio consistía en usar un tono inadecuado, mis escasas entendederas por fin han hecho conexión jajajjaa. Tú dices que eres friki para escribir, yo debo ser cuadriculada para leer :))
Bueno, el caso es que el relato me parece brillante. Esa forma de descolocarme es lo que ha hecho, precisamente, que lea con suma atención palabra por palabra. He disfrutado mucho y te digo como tantos: cada día escribes mejor, con un estilo muy tuyo. Ese curso está resultando más que rentable, de lo cual me alegro, por tí y por nosotros :))
¡Un beso gigante, guapa!
Si te descolocó quiere decir que el texto estaba "mal escrito", aunque utilizar una forma errónea de mostrar un historia puede buscar intencionadamente una reacción en el lector y así llamar su atención.
EliminarEstoy disfrutando mucho con este curso, me voy soltando y, lo mejor, estoy probando herramientas que desconocía y que se pueden utilizar con diferentes intenciones.
Creo que me estoy desmelenando (si puedes, lee el último relato, el del cangrejo; ahí me he sorprendido hasta yo de lo que escribí, ja, ja, ja)
Muchas gracias por todo lo que me dices sobre mi escritura, me anima mucho. Gracias de corazón.
Un besote, guapísima.