Es de bien nacido el ser agradecido
Aunque aún no soy doctora y aún me queda alguna que otra publicación por colgar en este particular diario, a estas alturas tengo que cumplir con una "obligación" que no puedo postergar por más tiempo: dar las gracias.
Al inicio de la tesis, antes del índice y el texto propiamente dicho, se suelen escribir unas palabras para agradecer a las instituciones y a los compañeros la ayuda prestada para realizar la tesis. En este apartado el doctorando tiene libertad absoluta y no debe rendir cuentas a nadie, ni a sus directores ni a ningún organismo oficial. También es la parte de la tesis que se lee todo el mundo, por curiosidad y por saber si le citan.
El caso es que yo, aprovechando esa libertad para escribir sin ningún tipo de cortapisas, me he explayado de lo lindo. Tengo muchas personas a quienes agradecer su apoyo y su ayuda y esa deuda he intentado saldarla dedicando unas letras escritas con todo el alma y el corazón puestos en ellas. Entre estas personas os encontráis todos los que por aquí os habéis pasado y os habéis interesado por mí; nobleza obliga y aquí os cuelgo los agradecimientos donde os veréis reflejados. Aviso que el texto es bastante largo, así que, para el que no quiera tanta lectura, facilitaré la búsqueda avanzando que el párrafo donde hablo de vosotros es el quinto empezando por el final.
Gracias por vuestra comprensión y constantes apoyos. Gracias de corazón.
A mis padres porque con ellos empezó
todo.
A mi esposo y a mi hija porque con ellos
todo continúa.
La ciencia, como la poesía, está a un paso de la locura.
LEONARDO SCIASCIA, La
desaparición de Majorana,
Agradecimientos.
Muchas veces me han preguntado por qué
estudié Farmacia y sobre todo por qué me gusta tanto la investigación. Incluso
yo misma me lo he preguntado. Aún sigo haciéndolo, especialmente cuando las
cosas no salen como me esperaba. ¿Por qué?
Desde mi más tierna infancia yo ya decía
que quería ser científica aunque no sabía en realidad en qué consistía, pero la
imagen de un señor con tubos de cristal en la mano mezclando cosas para
conseguir líquidos de colores que desprendían humo me atraía mucho. Recuerdo la
ilusión que me hizo mi primer juego de química y los desaguisados que organicé
en la cocina de casa, para desesperación de mi madre.
Ya más mayor, las asignaturas que más me
gustaban eran la Biología y la Química; se me daban francamente bien y
disfrutaba mucho las clases. Debo decir que tuve unos excelentes profesores y
creo que ellos también tuvieron mucho que ver en esta predilección. Sabía
que quería estudiar una carrera universitaria, de ciencias, pero no sabía cuál
exactamente. Al final me decidí por Farmacia, porque se impartían muchas
asignaturas de química y enfocadas a la salud, otro tema que me gustaba/gusta
mucho. Si a esto le añadimos que soy muy curiosa y que a todo le quiero buscar
una explicación creo que mi destino estaba claro: investigar.
En la universidad descubrí que lo de
trajinar en el laboratorio me agradaba mucho, que llevar a la práctica y
visualizar las reacciones químicas previamente escritas en un papel me
fascinaba. La investigación más genuina la descubrí con la carrera ya terminada,
cuando realicé una tesina. Aunque es detrás de ese trabajo en el laboratorio
donde se encuentra la verdadera labor científica: analizar los datos y extraer
conclusiones.
Tuve otras experiencias laborales y alejadas de la investigación
por motivos prácticos –la investigación en este país no da para comer demasiado
bien–. Trabajé en oficinas de farmacia y también en un hospital. Con los años,
y por avatares del destino, la investigación se volvió a cruzar en mi camino.
Una antigua compañera y amiga de mis estudios universitarios en
Alcalá, contactó conmigo después de muchos años sin saber la una de la otra.
Tras ponernos al día de nuestras vidas, y conocedora de mi falta de ocupación
laboral, me ofreció la posibilidad de volver a mi sueño juvenil de investigar.
Más concretamente, me ofreció realizar una tesis doctoral.
Anteriormente he dicho que soy muy curiosa, a este rasgo de mi
personalidad hay que añadir que también soy muy impulsiva, por lo que sin
apenas recapacitar acepté tan insólita oferta. La artífice y la culpable de
tamaño desafío fue Mª José González. Pepa, gracias por ser tan valiente y tan
generosa con ese ofrecimiento, aunque después de los apuros pasados no sé si
realmente darte las gracias o retirarte la palabra porque en menudo berenjenal
me acabaste metiendo.
Así que con los años volví a investigar, e inicié una andadura
inesperada e insospechada dada mi edad. Una andadura que me reportó momentos de
auténtico frenesí, disfrute y agobio a partes iguales. Durante todo el proceso
de la realización de esta tesis doctoral me hice muchas preguntas, la mayoría
de índole técnica pero otras tuvieron un cariz más filosófico y entre estas se
encontraba una que se repetía constantemente: ¿por qué me decidí a investigar?
Después de mucho reflexionar creo que ya tengo la respuesta: ¡porque estoy
loca!
Me temo, además, que la locura es una característica de los que se
dedican a la Ciencia. Hace muchos años, la hinchada del equipo de baloncesto Estudiantes, ya lo avisó: la madre de la
Ciencia no es la experiencia; demencia es la madre de la Ciencia.
A lo largo de la Historia muchos han sido los científicos que
descollaron por sus descubrimientos y por sus aportaciones, ayudándonos a
conocer mejor el mundo que nos rodea. Algunos pasaron sin pena ni gloria, otros
aparecen en los libros de texto con su nombre escrito en letras de oro, pero
casi todos tuvieron un rasgo común: no estaban en sus cabales. Al menos no
tenían la cordura que se le supone a una persona ‘normal’.
Dicen de Isaac Newton que era presa fácil de la ira y que
protagonizó varios episodios de paranoia. Albert Einstein tenía aversión por
los calcetines y los pijamas, y se afeitaba con jabón de fregar. Nikola Tesla
dio muestras de ser un excéntrico hasta el punto de enamorarse de una paloma
–además, y según él, ella le correspondía–.
Nada más lejos que compararme con semejantes genios de la Ciencia,
estoy loca pero mi locura no llega a tales extremos. Sin embargo creo que estos
excepcionales científicos son un ejemplo de que la ciencia y la investigación
sólo es entendida o bien llevada si se tiene un punto de locura. De algunos
científicos incluso se llegó a decir que estaban poseídos por espíritus.
En mi caso no sé qué espíritu me poseyó induciéndome a realizar
tamaña tarea (una tesis doctoral), pero sí sé qué ánima me acompañó en esta
singladura, no como un ente poseedor que manipula, sino como un ser protector
que desde el más allá me confortó. Me estoy refiriendo a mi madre, y a ella va
dedicado mi siguiente agradecimiento. Mamá, desde donde quiera que estés, sé
que me has estado viendo y que te has estado preguntando cómo me he metido en
semejante historia, tú que siempre eras tan sensata y me reprochabas mi
impulsividad. Muchas veces, igual que cuando estabas físicamente a mi lado, y
en momentos de lamentaciones por mi parte, podía oírte decirme al oído: esto lo
has elegido tú, así que ahora no te quejes. En esta ocasión, como en muchas
otras más, tenías toda la razón, mamá.
Mientras que mi madre siempre fue el pragmatismo personificado, mi
padre, y supongo que para compensar, es el idealista que desde pequeña me enseñó
a ser ambiciosa en sueños y siempre me animó a emprender proyectos. Con él
aprendí que para convertir esos sueños en realidad es necesario luchar y que
las cosas verdaderamente valiosas son las que se consiguen con esfuerzo. Afortunadamente,
aún lo tengo a mi lado y en esta empresa siempre me ha estado apoyando, aunque
para sus adentros dude de mi salud mental. Gracias, papá, por legarme tu
idealismo.
Si en el plano emocional he tenido la ayuda de mis progenitores –y
de más personas que citaré más adelante–, en un plano más técnico también he
sido afortunada pues pude contar con la inestimable ayuda de mis tres
directores:
Francisco Jiménez Colmenero, práctico y eficaz, serio y ecuánime,
dando siempre un punto de vista crítico para llegar a buen puerto. Su visión
pragmática y sus certeros consejos han sido muy útiles para mí.
Begoña Olmedilla Alonso, inmune al desánimo, siempre con una
palabra alentadora y disponible en cualquier momento y lugar. Siempre dispuesta
a ayudar y con la mente llena de alternativas cuando el camino principal se
presentaba obstaculizado.
Y por último, el profesor Francisco José Sánchez Muniz. Su
trayectoria profesional avala una calidad investigadora excepcional. Con él he
aprendido lo que es el rigor y la rectitud a la hora de manejar los datos. Pero
además me ha enseñado, con su infinita paciencia y su inagotable capacidad para
el trabajo, otros valores que trascienden lo estrictamente científico. No solo
es un excelente profesional, también es una excelente persona. Gracias, Paco,
por compartir conmigo tu sabiduría, por demostrarme qué es la seriedad en la investigación
y, lo más meritorio, gracias por aguantarme. Eres, y serás siempre, un
referente para mí.
Agradezco al Instituto de Ciencia y Tecnología de los Alimentos y
Nutrición (ICTAN) del CSIC así como al departamento de Nutrición y Bromatología
I (Nutrición) de la Facultad de Farmacia de la UCM, y a su directora, Ana
López, que me permitieran utilizar sus instalaciones para realizar la fase
experimental que forma parte de esta tesis. También agradezco a Begoña Elorza,
vicedecana de Programación Docente y Doctorado, por su diligencia a la hora de gestionar todos
los trámites que la burocracia exige.
Gracias a los voluntarios que participaron en el estudio objeto de
esta tesis. Sin su contribución no hubiera sido posible esta investigación. La
ilusión y el talante colaborador que tuvieron todos y cada uno de ellos fueron
encomiables. Gracias a todos.
Esta tesis tampoco hubiera sido posible sin la generosa aportación
de muchas personas que, desinteresadamente, pusieron a mi disposición su buen
hacer y sus conocimientos profesionales en diferentes momentos y por lo que les
estoy eternamente agradecida. Gracias, Mar Ruperto, Pilar Oubiña, Rafaela
Raposo, Manuel Espárrago, María Sánchez, Laura Barrios. En este grupo se
encuentra Sara Bastida, que además ha supuesto un apoyo logístico y moral
constante, una hermana mayor cuya sombra protectora me ha estado cuidando en
todo momento; gracias Sara.
También he tenido la inmensa suerte de contar con compañeros que
me ayudaron mucho. No me gustaría dejarme en el tintero a ninguno pero si
alguien no se ve reflejado aquí le ruego me disculpe la torpeza: Laura, mi guía
inicial en el laboratorio y siempre con una sonrisa en la cara; Miguel, mi
profesor particular para medir la arilesterasa; Rocío, con quien compartí
muchas horas y batallas contra los elementos para determinar enzimas; Jorge, compañero de penurias y angustias
finales en la entrega de la tesis; Eva, siempre accesible para darme consejos y
enseñarme trucos; Ángela, en todo momento dispuesta a ayudar con la ilusión que
la caracteriza; Pilar, atenta y eficaz; Elvira y Juana, compañeras de cafés
matinales tan cargados de cafeína como de ánimo; Adrián, Feras y Pablo, los
tres mosqueteros del laboratorio, siempre con una frase o un comentario alegre
para animarme en el último tramo. Gracias a todos por ser tan pacientes y tan
generosos dedicándome vuestro tiempo.
Entre estos camaradas tengo que hacer una mención aparte para dos
compañeros.
Gonzalo, un colega con el que compartí la primera etapa de esta
tesis. Fue una ayuda imprescindible para recopilar todos los datos de los
voluntarios que intervinieron en el estudio y para orientarme por los
laboratorios del ICTAN. Gracias, Gonzalo.
La segunda mención aparte es para Alba. Su capacidad de trabajo es
muy grande pero su labor como consejera espiritual-paño de lágrimas-diván de
psicólogo fue tan buena que yo creo que tiene superpoderes. Gracias por tu
inestimable ayuda técnica pero sobre todo por estar siempre ahí, para lo que
fuera menester, por escucharme siempre y por tus constantes ánimos; ánimos que
fueron en muchas ocasiones decisivos para que no tirara la toalla. Me has
demostrado qué valiosa es la amistad, sobre todo en los momentos difíciles, y
cuánto conforta una palabra amable. Sin tu apoyo y tu visión positiva yo no
habría llegado hasta aquí. Gracias, amiga.
En estos agradecimientos también he de mencionar a todo un granado
y variopinto grupo de internautas que en el maravilloso mundo bloguero me han
estado animando constantemente. Desde mi bitácora y con la serie “Doctoranda al borde de un ataque de nervios”
he descargado tensiones escribiendo anécdotas de la tesis y en ese blog fueron
muchos quienes se interesaron por mi estado anímico. Gracias, compañeros, por
vuestros ánimos y vuestras letras. Además, a Francisco Moroz he de agradecerle
el diseño de la portada de la tesis y de la imagen que la ilustra.
También tengo que agradecer el soporte moral que me reportaron mis
amistades. Especialmente a dos de ellas, Pepa y Roberto, les agradezco su
interés por conocer el desarrollo de mi trabajo y las sobremesas en las que se
dedicaron a escucharme. Fueron muchas las horas que hemos compartido, yo
desahogándome y ellos atendiendo a mis lamentos con un estoicismo admirable. Gracias
por vuestra compañía y por vuestros sensatos consejos. Gracias, amigos.
Dejo para el final a dos personas que además de apoyarme han sido
una parte muy especial en este camino. Dos personas que fueron partícipes
emocionalmente, desde el primer día hasta el último, de todo este proceso de
realizar una tesis doctoral, soportando con disciplina espartana mis tensiones
y mis agobios. Esas dos personas son mi esposo y mi hija.
Almudena, gracias por aceptar mis ausencias y mis días de mal
humor cuando más absorbida me tenía la tesis, gracias por ser tan dulce siempre;
esos abrazos que me diste en los momentos álgidos de más tensión fueron un
precioso bálsamo para mí. Jose, gracias por tu continuo apoyo, has sido un
pilar importante en esta aventura. Además de ejercer como un competente
informático –que me ahorró más de un
disgusto con algunos ficheros ‘perdidos’–, de procurarme herramientas que me
facilitaron mucho la tarea de almacenar y escribir, y de realizar todo el
proceso de maquetado de la tesis, has sido un pozo de paciencia infinita y
también una fuente de serenidad en mis momentos de mayor nerviosismo. Nunca te
estaré suficientemente agradecida por compartir tu vida conmigo. Gracias a los
dos por vuestra comprensión y por vuestro amor. Os quiero mucho.
En resumen, gracias a todos los que, de una manera u otra, habéis
hecho posible que esta demente haya convertido en realidad su sueño más
alocado.
Un excelente capítulo de agradecimientos. Me ha hecho mucha gracia eso de que es una parte que todo el mundo lee para ver si se le ha mencionado. Supongo que igual ocurre en la parte final de agradecimientos de una novela. Gracias por acordarte de nosotros, tus lectores, quienes hemos disfrutado (aunque parezca sadismo) con tus cuitas y rabietas.
ResponderEliminarEspero que tu mención al prof. Fco. José Sánchez Muniz, no despierte celos por parte de tus otros dos directores de tesis, pues me da la impresión de que le prodigas más elogios que a ellos, jeje. Ya se sabe que en ese mundillo de sabios también existe la envidia, y no siempre sana. Supongo que cada uno ha recibido el agradecimiento que le corresponde.
Te auguro un gran éxito. Te lo mereces.
Un abrazo.
De los tres directores uno de ellos llevó todo el peso del seguimiento de mi trabajo. Aunque los otros dos también me orientaron, quien estuvo al pie del cañón y peleando los resultados a mi lado fue el profesor Sánchez Muniz, Paco, y al que yo generalmente me refiero como mi jefe. También comenta, de vez en cuando, por este blog como Frasan.
EliminarLos otros dos directores no creo que se sientan minusvalorados, son conscientes de esto que digo.
La agradecimientos de las tesis son lo más leído, por vanidad, curiosidad o lo que sea, pero es así.
Muchas gracias, Josep, los ánimos vertidos a través de tus comentarios han sido muy valiosos.
Un abrazo.
Lo conseguiste niña, lo conseguiste. Es importante perseguir retos y sueños y verlos realizados para comprobar una vez más, que lo importante fue el camino y a las personas que conociste y no la meta. Aunque la meta te reporte el alivio, el suspiro y el descanso esperado.
ResponderEliminarBesos y gracias por hacerme parte de esa, tu locura.
En un viaje no solo es importante alcanzar la meta, también es importante el recorrido y con quién se hace. A pesar de mis lamentos, he disfrutado de la compañía que he tenido en esta travesía, esas personas me hicieron el trayecto mucho más agradable.
EliminarGracias por formar parte de esas personas que me han estado acompañando en el viaje.
Un beso.
Dicen que es de bien nacido el ser agradecido y yo te agradezco a ti el que hayas querido compartir con nosotros toda esta aventura que a mi me hubiera dejado desquiciada y lista para ingresar en una clínica psiquiátrica. Un beso, guapa, y gracias de corazón.
ResponderEliminarGracias a ti, Marina, por acompañarme y animarme en este recorrido a través de la locura de escribir una tesis. Has sido una compañera fiel animando y soportando mis cuitas.
EliminarUn besote grande.
Pues, muchas gracias, Kirke, por la parte que me toca.
ResponderEliminarMe encantan tus agradecimientos y me parece perfecta la frase con la que los inicias: a tus padres por iniciar y a tu hija y esposo por continuar. No son tan largos porque, como todo lo que escribes, resultan emotivos y amenos.
Un beso.
Como tenía 'carta blanca' para escribir no me hice de rogar y me puse a la tarea encantada. Lo de agradecer está muy bien, para mí ha sido una especie de examen de conciencia, y me ha servido para darme cuenta de cuánta suerte he tenido.
EliminarUn besote.
Como nos has ido relatando en cada uno de los capítulos de tú aventura, loca, pero Paloma que sería de la vida si no tuviéramos un tris de locura como digo yo? las locuras son vida, y no precisamente tiene que ser que uno este mal de la azotea no, son esas cosas que nos hacen que en muchos casos merezca la pena meterse en berenjenales como el tuyo, y si además le sumamos que por el camino has encontrado personas que te han apoyado y han estado ahí cuando mas las has necesitado, la conclusión que yo llegaría de encontrarme en tu lugar sería si lo he pasado mal pero cuantas cosas buenas también tengo, de modo que a merecido la pena Paloma y yo me alegro muchísimo porque como bien decía tú padre y el mio también todo se consigue con esfuerzo si no lo hay no se consiguen las cosas, de modo que no solo tienes que ver todo lo mal que lo has pasado en cierto smomentos si no lo bueno que has obtenido en el camino y ya eres doctoroda y eso es la gran recompensa a todo ello. Eres un ejemplo de que seguir adelante y meterse en aenturas, con trabajo sacrificio y voluntad a todo se puede y se llega, antes o después y esa es lo que quisiera que mi hijo tuviera claro y esa es la huella que estoy segura que vas a dejar a tu hija para su futuro.
ResponderEliminarMuchisimas felicidades de nuevo Doctoroda, a merecido la pena a pesar de todo. un besote. TERE.
Es verdad que cuando algo cuesta mucho trabajo se valora más. El esfuerzo es una buena medida para valorar las cosas y también para hacernos mejores personas. Algunos tienen la suerte de tener todo hecho sin hacer ellos nada, pero no es lo habitual.
EliminarLo de meterme en locuras sin recapacitar es algo bastante normal en mí, soy impulsiva y aunque luego me quejo mucho, generalmente al final me alegro de esa impulsividad. Como tú bien comentas, en la vida hay que hacer locuras de vez en cuando, porque de lo contrario uno se pierde muchas cosas interesantes. Además, demasiada sensatez es muy aburrida.
Besos mil, Tere, y gracias por acompañarme en mi locura.
Un relato magnífico, Paloma. Me ha emocionado especialmente la referencia que haces a tu madre; es evidente que desde tu propia experiencia materna comprendes y valoras ahora mucho más sus manifestaciones de cariño y los ánimos que te daba constantemente... En fin, que me has emocionado.
ResponderEliminarLuego, la relación que haces en tus agradecimientos es amplia; y es que tú te haces querer y es normal que tanta gente te haya acompañado en esta excursión difícil hacia la excelencia que estás ya a punto de lograr.
Un beso fuerte
Muchas cosas de las que me decía mi madre las tengo muy presentes desde que yo soy madre también. Es una lástima que no comprendamos muchas enseñanzas hasta que estamos "en el otro lado".
EliminarA mi madre la he podido "escuchar y ver" diciéndome que estaba como una cabra por meterme en semejante berenjenal. Te aseguro que la veía con una expresión en la cara muy típica de ella, entre irónica y resignada, ante la tarambana de su hija.
Al agradecer y recordar cuánta gente me ha ayudado, de una forma u otra, me he dado cuenta de lo afortunada que soy y de cuánta suerte he tenido por contar con tantas personas tan generosas.
Tú, Juan Carlos, has sido una de esas personas. Gracias.
Un beso grande.
Paloma nos has compartido tu lucha, tus desvelos y momentos de locura que has pasado al hacer esta tesis. Es ahora tiempo de agradecimientos a todos los que te has encontrado en ese camino y te han ayudado. Ese recuerdo a tu madre que desde donde esté, seguro que tendrá ese orgullo de haber tenido una hija que con el esfuerzo ha conseguido llegar a una meta muy grande. Todo este post hace que tu gente y todos los que ten han apoyado estén mucho más cerca de ti.Se nota que este esfuerzo lo has hecho con el corazón, porque has estudiado y luchado en toda tu carrera . Estoy segura que has trabajado como las hormiguitas sin descanso y poco a poco con mucha firmeza y tanto esfuerzo. Bien merecido es ese doctorado. De ahora en adelante eres una doctora y espero que seas una de las grandes. que veamos tus logros con letras MAYúSCULAS en las revistas científicas. Un abrazo
ResponderEliminarNo sé qué camino tomaré a partir de ahora como doctora, pero lo que tengo muy claro es que el camino que he recorrido hasta este momento para llegar a ser doctora ha sido enriquecedor, también agotador y algo agobiante, pero la experiencia en conjunto ha sido completamente positiva y eso es con lo que me quedo.
EliminarLa gente que me ha acompañado forma parte de esa experiencia y para mí es tan importante como el propio trabajo de la tesis. Quienes nos ayudan, de una manera u otra, a realizar una tarea forman parte de ella y a mí me han enseñado muchas cosas que siempre mantendré guardadas en la memoria y en el corazón.
Gracias, Mamen, por formar parte de ese maravilloso grupo de personas.
Un beso.
¡Qué pedazo de agradecimiento! Es muy impresionte. Debe ser de los más largos que haya leído. Me alegro mucho que que tengas ya todo armadito. Te felicito.
ResponderEliminarSaludos.
He estado mirando los agradecimientos de otras tesis y me temo que tienes toda la razón, Raúl; los míos son los más extensos. Me puse a escribir y se me fue la mano y la pluma.
EliminarAún queda la defensa, estoy preparando la presentación para exponer todo el trabajo ante el tribunal y creo que, al igual que los agradecimientos, me estoy extendiendo demasiado. En este caso tendré que acortar porque solo tengo 40 minutos para hablar.
Un abrazo y gracias por formar parte de este equipo de animadores.
Aunque te descubrí hace poco, desde el primer día me metí en tus zapatos 👠 porque...¡yo también estoy redactando mi tesis! Peor aún, la empecé a principios de los noventa y después de tenerla durmiendo diez años , la he retomado. Me toca revisar, no volver a empezar, pero sí reformar y retocar casi todo porque he tenido que pasarme al nuevo plan de estudios, aaaggg.
ResponderEliminarAhora estoy preparando mi primer artículo, a ver si me lo publican.
¡Felicidades !🎉🎊 Ya lo tienes.
Montones de besos
Ay, publicar, Margarita, fue para mí lo más agobiante de toda la tesis. El preparar el artículo y enviarlo a una revista a mí me estresa mucho. Te deseo la mejor de las suertes y si te lo rechazan (espero que no pero suele ocurrir, al menos a mí y a mis allegados) no te desanimes. Insiste y vuelve a insistir, que al final sale.
EliminarLa tesis, tarde o temprano, se acaba y aunque haya momentos en que no veas el final, ten por seguro que la terminarás.
Mucho ánimo y ¡a por ella!
Gracias por tus palabras.
Un beso grande.
Todo llega a su final y esta aventura parece que a buen puerto, aunque como dices aún no se ha acabado, casi que ha tocado a su fin. Las cosas grandes sólo se consiguen tras mucho esfuerzo y éste parece ser el caso. Felicidades por el trabajo y el resultado, y gracias en la parte que nos toca por los agradecimientos, aunque poco hayamos podido aportar a la tesis. Ahora a celebrarlo con una buena mariscada jaja. Abrazos.
ResponderEliminarTodo se acaba, tarde o temprano. Esta locura ya llega a su fin y cuando haga la defensa ya estará todo finiquitado definitivamente.
EliminarEs cierto, que el esfuerzo da mucho más valor a las cosas, aunque te confieso que en algunos momentos habría preferido que hubiera sido algo más fácil, jajaja.
Es curioso lo que me dices de la mariscada, porque cuando entregué la tesis en el decanato ¡me fui con mi gente a tomar una!
Un abrazo, Jorge, y gracias por formar parte de esta locura.
Precioso también este capítulo de agradecimientos, con ese estilo tan auténtico que te caracteriza, me ha encantado como a Rosa la dedicatoria inicial.
ResponderEliminarPor la parte que me toca, ha sido un placer leerte y sí te ha servido de desahogo pues aún más fantástico.
Me alegro mucho que hayas podido hacer realidad ese sueño, ya casi está conseguido.
Un beso Paloma
Gracias a ti, Conxita, por esos constantes ánimos que me has estado dando. Tus palabras fueron de mucha ayuda. Saber que alguien te soporta y mantiene dando aliento es importante y reconfortante.
EliminarComo ya he comentado anteriormente, al escribir estos agradecimientos me he dado cuenta de lo afortunada que he sido y de cuánta gente me ha ayudado. Para mí, esto es tan valioso como hacer la propia tesis.
Un besote grande, guapa.
Expresar agradecimientos a tanta gente dice mucho a tu favor; en primer lugar, que eres muy afortunada por haber encontrado personas dispuestas a ayudarte; en segundo lugar, que si las has encontrado, algo tendrás tú para que los demás te ayuden de esa manera; en tercer lugar, demuestras ser muy considerada y agradecida: todos nos gusta que nos reconozcan la ayuda. Me incluyo en la parte de lectores y animadores y me doy por aludida.
ResponderEliminarUn beso, Kirke.
Sí que soy afortunada por haber dispuesto de tanta gente que me ayudó. En cuanto a qué tengo yo para merecerla... creo que soy muy pesada, cuando encuentro a alguien que sabe mucho sobre un tema lo "exprimo" a tope, a ver si algo se me pega y aprendo también.
EliminarCreo que saber agradecer es primordial, qué menos que dar las gracias cuando te regalan algo (ánimo, sabiduría, ayuda de cualquier tipo).
Gracias, Ángeles, por esos ánimos constantes.
Un beso grande, grande.
Yo estoy con lo que dice Ángeles en su comentario. Además de sentirme profundamente halagada porque nos has tenido en cuenta, siento que por algo será que tengas que agradecer tanto a tantas personas. Mi teoría es que si están ahí y te han ayudado es porque, sin lugar a dudas, lo mereces.
ResponderEliminarMe han resultado unos agradecimientos muy sinceros, cargados de sentimientos y en tu línea totalmente.
Gracias a ti por hacernos partícipes de principio a fin de esta "aventura".
Un beso, compañera.
Como le comento a Ángeles me temo que mi virtud para recibir tanta ayuda estriba en que soy muuuy pesada, y por cansina me ayudan, jajaja.
EliminarBueno, dentro de mis limitaciones, yo también intento ayudar en lo que puedo a los demás.
Gracias, compañera, por estar siempre ahí, dando ánimos y con el talante entusiasta que te caracteriza.
Un beso muy grande.
De bien nacidos es ser agradecido, y seguro que, además, tú y tu entusiasmo han sabido ganarse esa ayuda.
ResponderEliminarMe ha encantado esa reflexión acerca de la locura. Por sí sola, no vale nada. Dale locura a un bobo y te hará unas bobadas alocadas. Dale locura a alguien con talento para controlarlo y será un genio. Es la capacidad de cuestionar lo evidente, intuir que la realidad dada es apenas una sombra de la "real". Newton era un apasionado de las ciencias ocultas, espiritismo y cosas así. Pero es algo normal, solo cuando dejas libre al cerebro puedes imaginar que el tiempo es relativo, como Einstein.
Te aseguro que siento sana envidia por los investigadores científicos y su capacidad para descodificar el mundo aparente. Un fuerte abrazo, doctora (algo que doy por seguro, tras la lectura de cada una de tus entradas)
La locura y la manía por cuestionar todo está detrás del espíritu científico. Precisamente estoy leyendo un libro titulado " Por qué creemos en cosas raras" y en él se defiende el escepticismo a ultranza, porque un científico, ante todo, no debe dar por sentado nada, y para buscar explicaciones hay que tener una mente analítica pero también abierta e imaginativa.
EliminarEspero que al estar rodeada de tan buenos científicos, algo se me haya pegado. Lo que sí tengo muy claro es que la ayuda recibida, de los científicos y de los que no lo son, es impagable. Date por aludido, con todas las de la ley, en estos agradecimientos; tus palabras de apoyo han sido muy valiosas.
Gracias.
Un abrazo.
Qué emotiva tu entrada, Paloma, y qué bien nacida eres según el refrán que tú misma mencionas :) Me alegro infinito de que hayas contado con ayuda y apoyo en este largo camino que ha sido la preparación de tu tesis y te agradezco, por la parte que me toca, la mención que haces de los seguidores de tu blog en general y se esta sección en particular. Qué te puedo decir, he terminado de leerte con una lagrimilla rodando por la mejilla.
ResponderEliminarGracias a tí por compartir con nosotros tus peripecias y, sobre todo, por hacernos disfrutar con tus conocimientos y tu gran sentido del humor. ¡Ha sido un placer acompañarte!
Un fuerte abrazo, guapa.
Un buen viaje tiene el éxito asegurado si se cuenta con buenos compañeros en la travesía. Vosotros habéis sido unos excelentes compañeros de viaje, con vuestros ánimos el camino ha sido mucho más llevadero. Era de ley agradecéroslo.
EliminarUn besote muy grande, amiga.
Que dedicatoria más bonita! La verdad es que estás hecha para ser científica, desde pequeña ya sentías la vocación y la has sabido aprovechar. Muchas felicidades de nuevo por tu logro, es francamente admirable. Imagino que estarás muy contenta y con ganas de dar paso a otros temas que te hagan desarrollarte como la experta cientifica que serás.
ResponderEliminarTienes razón, en este país la investigación no está recompensada monetariamente como dices, aunque tampoco la cultura. Que le vamos a hacer!!
Un besito guapa! Y muchas felicidades de nuevo!!! :)
En este país se valora más (y da más dinero) pegar patadas a un balón o salir en los 'realities-show'. Vivimos en una sociedad donde se rinde culto al espectáculo y no a la utilidad de lo que se hace; es más importante llenar estadios de fútbol que encontrar la cura para una enfermedad o crear arte.
EliminarPero esto es lo que hay. Yo, por desgracia, no sé jugar al balón ni hacer el moñas delante de una cámara, así que tengo que apechugar con lo que sé hacer.
Muchas gracias por tus felicitaciones. En unas semanas espero contar que ya todo está acabado definitivamente (me falta la defensa).
Un besote muy grande.
¡Me había perdido esta pedazo de dedicatoria!!!! Me encanta, especialmente la parte a tus padres. Te mereces lo bueno porque además de buena persona te esfuerzas y sacrificas y ya se sabe que todo sacrificio tiene beneficio.
ResponderEliminarBesos y enhorabuena.
Leí esta entrada completa, no se me hizo para nada pesada; al contrario, me has emocionado hasta las lágrimas, especialmente en las palabras que le dedicas a tu madre, que seguro desde el Más Allá te acompaña siempre y se alegra; las que dedicas a tu padre y a Almudená y a tu marido. Y a Alba.
ResponderEliminarMe alegro de que hayas tenido muy buenos Maestros y guías.
Como te he dicho anteriormente, seguiré leyendo de esta serie las restantes que aún no he leído.
¡Mil felicidades y éxitos!
Bendita locura,
¿para qué quieres grisura?
Besos, Kirke
Pd, Guías, mejor dicho: directores
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