El caso es que
precisamente la pandemia y todo lo que he tenido que vivir a cuenta de ella, me
han dado más ganas de viajar.
Al principio,
el estado de alarma y los confinamientos en sus diferentes versiones (nacionales,
autonómicos y/o callejeros) prohibían irse muy lejos (en mi caso, durante
muchos meses no podía viajar más allá de la acera de enfrente de mi domicilio).
Ahora, ya sin estado de alarma y con las autoridades llevándose la contraria,
ya sí se puede viajar (más o menos). Sin embargo, irme por ahí con tanto virus
(y gilipollas) suelto no me parecía ni seguro ni sensato. Pero también quería
escapar, necesitaba alejarme de mi barrio, de mi entorno cotidiano de estos
últimos meses porque desde antes de navidades lo más lejos que me he ido ha
sido al parque del Retiro que se encuentra a dos kilómetros de mi casa. Me
sentía como el oso de un zoológico que solo puede pasear por una jaula de dos
por dos metros.
¡Qué dilema! ¿Me
voy o no me voy?
Tomé una
decisión salomónica: me iría, sí, pero a un lugar donde hubiera poca gente y
que estuviera relativamente cerca porque solo tenía un finde para escaparme. Con
esas condiciones lo primero que pensé fue irme a una biblioteca, pero con el
confinamiento ya estaba bien servida de lectura, además quería moverme y hacer
ejercicio. Lo de la biblioteca no me valía.
Al final encontré
un lugar cerca y con poca gente: ¡¡¡la España vaciada!!!
Para Soria que
me fui. Y como quería hacer ejercicio me decanté por visitar el Parque natural
de la Laguna Negra y los Circos Glaciares de Urbión.
Haciendo honor
al adjetivo de «vaciada», al llegar a la zona no nos recibió nadie, pero a
cambio el clima se propuso hacer de anfitrión y lo hizo con una niebla densa,
densa. No se veía un carajo.
En el lugar
donde empecé a caminar la niebla ya era bastante espesa, como era temprano
pensé que quizás según avanzara el día, la cosa mejoraría y comencé el ascenso.
Llegué hasta la laguna, o eso creo porque la verdad es que apenas se veía nada,
bastante tuve con mirar por dónde pisaba y no despeñarme. A mi derecha pude vislumbrar
algo parecido a agua que, según dijeron mis acompañantes, era la famosa laguna
(algo de agua parece que sí había, pero no estoy segura de si era la laguna o
un charco grande producto de la lluvia de la noche anterior porque el radio de
visión era de medio metro).
La laguna Negra
es de origen glacial y se encuentra encajada entre paredes cortadas a cuchillo
a unos 2000 metros de altura, o eso me dijeron los que iban conmigo porque si
no vi la laguna, mucho menos vi las paredes de roca que la rodeaban.
Una vez alcanzado
el objetivo inicial y no contentos con lo que estábamos sufriendo, decidimos continuar
la subida sin ser conscientes de que la niebla según se sube en la montaña más
espesa suele ser. Nuestra idea era llegar hasta otras lagunas que se
encontraban más arriba y que eran más espectaculares.
Pero lo que no
sabíamos es que en esa decisión haríamos un viaje alucinante porque con lo que
no contábamos, ni mis acompañantes ni yo, era con que íbamos a ser víctimas de
un hecho sobrenatural: en un momento dado debimos dar con un «agujero de gusano»,
es decir, un atajo a través del espacio y el tiempo y nos desplazamos a otro
lugar y a otra época, concretamente a Mordor y a la edad del Señor de los
Anillos.
Mis acompañantes decían que lo que estábamos bordeando era la llamada Laguna Helada, pero yo estoy segura de que era la Ciénaga de los Muertos donde están sumergidos los cuerpos de guerreros que cayeron en la Guerra de la Última Alianza entre Elfos y Hombres, al final de la Segunda Edad (el que no sepa de qué estoy hablando que se lea El Señor de los Anillos).
El terreno
húmedo y el ambiente opresivo hicieron mella en mí, tanto que ni me atrevía a
acercarme a la orilla porque estaba segura de que si me asomaba a las aguas
esas se me aparecería el cadáver de un elfo. Había un cartel que ponía que
aquello era la Laguna Helada, pero creo que solo era una manera de confiar al
senderista insensato que se aventuraba a caminar por ahí con semejante
climatología. Ni laguna helada ni caliente, ni circos glaciares de los Picos de
Urbión; estábamos en Mordor, seguro.
De hecho, me
crucé con un señor bajito con una capa de agua y estoy segura de que era Frodo,
aunque iba solo porque a Sam no le vi. A Gollum tampoco lo vi, ni falta que
hacía porque ese personaje es tope desagradable.
Tampoco vi a
Sauron, aunque a ese sí me hubiera gustado encontrármelo, al menos a ese ojo a
modo de faro que habría dado una luz que nos hubiera venido de perlas porque
resulta que el guía que nos acompañaba se perdió; nos habíamos salido de la
senda (ya he dicho que no se veía un carajo) y no dábamos con el GR (el que no
sepa qué es un GR que se lea un manual para senderistas).
Perdidos en
mitad de la nada (de Mordor), algunos dijeron de llamar a la Guardia Civil para
que nos viniera a rescatar; yo miraba en lontananza (o, mejor dicho, donde
habría estado la lontananza) por ver si el ojo de Sauron se encendía y nos
hacía el favor iluminando la zona y encontrar así el puñetero camino GR.
Al final ni
Sauron ni la Benemérita fueron necesarios, después de dar unas cuantas vueltas
encontramos un camino que nos permitió volver a tomar ese túnel espacio-tiempo
y retornamos a la Laguna Negra, además, esta vez, con mejor tiempo porque la
niebla en ese punto había levantado y la laguna que tan esquiva fue al inicio
de la caminata, a la vuelta se presentó en todo su esplendor y nos permitió
disfrutar de un paisaje espectacular. Menos mal.
Continuará…
Bueno, menos mal que despejó la niebla, porque el paisaje escondido tras ella era espectacular. Y menos mal que encontrasteis un agujero de gusano que os devolvió al lugar de origen. Pudisteis terminar en cualquier sitio/momento.
ResponderEliminarLeí solo el primer libro de el señor de los anillos, pero no recuerdo nada en absoluto. hace casi cuarenta años. Si recuerdo a los personajes que nombras es de oírle a mi hijo hablar de ellos. También creo que vi la primera peli, pero me resultó aburrida. Lo mío con la fantasía...
Un beso.
Yo soy fan de Tolkien desde mucho antes de que se hiciera famoso con las películas de su trilogía. Leí El hobbit y El Señor de los Anillos ya de adolescente (me costó mucho trabajo conseguir los ejemplares) y me quedé enganchada a su mundo imaginado y sus personajes. He leído El Señor de los Anillos como cuatro o cinco veces y no descarto volver a hacerlo. Las películas me gustaron mucho porque, salvo insignificancias, son tremendamente fieles a las novelas. Lo curioso es que el género de fantasía no me gusta demasiado, pero creo que lo que hizo Tolkien va más allá de ese género, es excepcional.
EliminarDe todas formas, prefiero la Laguna Negra a Mordor, sin género de dudas.
Un besote.
Al menos pudisteís volver al punto de partida gracias al agujero de gusano.
ResponderEliminarMi marido y yo lo visitamos hace un par de años, él si lo conocía pero yo no, y me encanto, es muy bonito, eso si, nosotros niebla< no pero calor un poco, porque era en Julio o sea que imaginate.
Y ya sabes que soy curiosa jeje, con que así que investigaré eso del GR y el agujero de gusano, así cuando vaya de senderismo sabre lo que significa jeje.
Ah y nosotros también hemos optado este verano por no irnos muy lejos, a un pueblo también y como mucho de fin de semana pero todavía estamos indecisos y como hicimos el año pasado con Toledo y Valencia, lo decidiremos a última hora.
Un beso. y estaré atenta a la segunda parte.
Hola, Tere.
EliminarNo sé si ya has averiguado qué es un GR, es un sendero de Gran Recorrido que une puntos bastante alejados entre sí y se identifican con señales en árboles o rocas en forma de dos rayas horizontales, una blanca y otra roja. Cuando vayas por el monte y veas esas dos rayas estarás en un sendero de esos. En la Sierra de Guadarrama pasa el GR-10 que va desde Valencia hasta Lisboa, ahí es nada.
Yo ya estuve en la Laguna Negra hace muchos años y fue por una época parecida a la de esta última vez (más tarde hacerla es pasar mucho calor como te ocurrió a ti), pero en esa primera vez nos hizo un tiempo excelente.
Un besote.
Fuisteis muy atrevidos; yo habria dado media vuelta y hasta luego, Lucas. La niebla es muy peligrosa, pues no sabes donde metes el pie. Solo recuerdo una niebla así de densa, en la zona de los lagos de Covadonga. No pudimos avanzar más de 100 metros desde la rotonda donde el autocar deja a los turistas para no despeñarnos. Recuerdo que nos sentamos en un murete a comernos un bocata y tan solo podíamos vislumbrar nuestras caras, je,je. Mi cuñado se alejó unos metros para vaciar la vejiga y se dio de bruces con una vaca que se le apareció a unos dos metros de distancia. Fue tal el susto, que decidió aguantarse las ganas de orinar y volvimos a tomar el autobús hasta el Santuario, donde, ya con mucha más visibilidad, pudimos hacer de todo, je,je.
ResponderEliminarAfortunadamente, al cabo de unos años repetimos (mi mujer y yo) la experiencia y en esa ocasión lució un sol radiante. Eso es lo que tenéis que hacer: volver más adelante y disfrutar del paisaje a plena luz del día.
Un beso.
Otro problema añadido con la niebla, además de perderte, es el que le pasó a tu cuñado en los lagos de Covadonga: encontrarte con un animal de golpe y porrazo. A mí eso me pasó en Fuente Dé, de camino al refugio de Áliva: unas cuantas vacas de dimensiones considerables estaban en mitad del sendero y no las vimos hasta que estábamos casi encima.
EliminarEn esta primera excursión a la Laguna Negra, al final tuvimos suerte porque se despejó algo y aunque las lagunas de más arriba no las vimos, la grande, la Negra (en realidad es verde), sí la disfrutamos.
Lo malo fue al día siguiente, ahí no vimos nada, ni al principio ni al final, pero no adelantaré acontecimientos que eso ya lo contaré en la próxima publicación.
Un beso.
Recuerdo la Laguna Negra en los Picos de Urbión y el nacimiento del río Duero. Lo visité hace ya varios (muchos, quizá) años. No había niebla y disfrutamos toda la familia de las vistas que nos íbamos encontrando durante el Paseo.
ResponderEliminarComo le sucedió a Rosa, yo con "El señor de los anillos" no me llevo nada bien. Lo comencé en su momento pero no me atrapan ese tipo de literatura. Luego, claro, algo he visto de las adaptaciones al Cine, pero jamás una película completa. Está claro, Paloma, que pertenecemos a generaciones distintas y los gustos, naturalmente, también lo son.
El psao del mundo real al imaginado por ti de encontrarte en las Tierras de Mordor me parece muy bien realizado. Me gusta tu manera de escribir (bueno, esto tú ya lo sabes, amiga).
Un beso y buen finde
Hola, Juan Carlos.
EliminarLa primera vez que fui a la Laguna Negra yo también pude disfrutar del paisaje, y la verdad, es realmente bonito. Fuimos hasta el nacimiento del Duero y vimos los picos de Urbión; nada que ver con lo que no vimos en esta segunda ocasión, pero es lo que tiene la naturaleza, que puede mostrarse esquiva con nubes y nieblas para hacerte la puñeta. Qué se le va a hacer.
Como le comento a Rosa, a mí el género de fantasía no me entusiasma demasiado, pero creo que Tolkien va más allá de ese género, recrea un mundo peculiar y muy completo (quizás, y en algunos momentos, demasiado complejo con tantas sagas y familias y sucesos, eso desanima a muchos). A la sombra de este autor y su trilogía se escribieron en los años 80 otras sagas que, salvo excepciones (la serie Dragonlance y la del Señor del Caos) solo son tristes remedos que no le llegan ni a la suela de los zapatos.
Gracias por esos piropos a mi forma de escribir, majo.
Un besote.
Hola Paloma: Me ha encantando la alusión a la biblioteca, ( como territorio vacío), no me ha hecho tanta gracia la referencia y-o provocación a el Señor de los Anillos, no lo he leído e incluso no se contaba entre mis pendientes( hasta ahora) este tipo de literatura no se encuentra entre mis preferidas. Lo que sí sé que es un GR, entre mis amigos más cercanos hay muchos senderistas avezados y en alguna ocasión me han "liado" para que me fuera hacer "el cabra" con ellos, ya solo me avisan cuando solo es "llanear", creo que están hartos de oír mis quejas y ver como me coloco el tricornio en cuanto hay el mínimo desnivel. Mi frase preferida es: no me gusta que haya mucha subida, porque me jodo los pulmones, y no me gusta las bajadas, porque me jodo las rodillas. Me alegro que lo hayas pasado bien, y espero las próximas entregas de tu viajes por esos andurriales de Dios. Un abrazo.
ResponderEliminarHola, Pura.
EliminarCompruebo, con cierta desolación, que por aquí soy la única aficionada a Tolkien y su Señor de los Anillos, así que me temo que no os habéis hecho una idea de lo lúgubre que era el paisaje si no "conocéis" Mordor, ni Sauron ni su ojo, ni ná de ná, ja, ja, ja.
Llanear por la montaña es algo complicadillo, porque ahí, o subes, o bajas, y normalmente para bajar, primero hay que subir. Yo, personalmente, prefiero subir a bajar, porque en la subida te quedas sin resuello, pero lo recuperas en cuanto paras, sin embargo al bajar, te quedas sin rodillas y esas ya no se recuperan tan fácilmente.
A mí me encanta la montaña, aunque haya subidas y bajadas, y disfruto con buen tiempo y con malo, debo de ser algo masoca, pero te confieso que cada vez me pienso más el hacer una caminata que tenga mucho desnivel, que una ya tiene sus añitos y no está para sufrir. Esta de la Laguna Negra tuvo sus tramos bastante jodidos, especialmente al bajar que con tanta niebla estaban las piedras muy mojadas y podías resbalar a pesar de las botas y sus suelas súper guay.
De aquel finde me queda por contar el domingo, y ya verás que las desgracias no se habían acabado aún.
Un besote.
Soy la excepción, me encantan las novelas de Tolkien y las películas que hizo Peter Jackson. Los paisajes, levantada la niebla, me han recordado a Cuenca, parte también de esa "serranía celtibérica" como se conoce y que tiene la densidad de población más baja de Europa. El pueblecito de Uña, por si no lo conoces, es un buen punto de partida si os animáis aunque más despejado que las tierras sorianas.
ResponderEliminarUn abrazo.
¡Bien! Por fin alguien más por aquí con el que compartir mi afición por Tolkien. Supongo que de todos los que han pasado por esta publicación eres el único que ha entendido lo del ojo de Sauron y los elfos muertos en el agua, ja, ja, ja.
EliminarPuede que algún día escriba algo sobre la España vaciada porque tiene mucha miga, además algo la conozco porque el pueblo de mi padre se encuentra en una de esas zonas. A propósito del confinamiento y del encierro se han dicho muchas tonterías, a mi modo de ver, sobre lo idílico de pueblos que no tienen los servicios más básicos. En la próxima publicación contaré mis andanzas en la provincia de Burgos ya y también para ver (no vimos nada) otras lagunas, al final de la jornada acabamos en un pueblecito de esos "idílicos", Neila, y ese día al panadero se le había roto la furgoneta por lo que no pudo llevarles el pan y estaban todos sin ese alimento, por poner un ejemplo. En pleno invierno, y con los accesos cortados por la nieve, no me quiero imaginar si alguien se pone enfermo.
Me apunto ese pueblecito de Uña para visitarlo y probar rutas, aunque intentaré ir cuando no haya niebla.
Un abrazo, Gerardo.
Me encanta como haces de tus hazañas el paso a la fantasía. Caminar por el monte con niebla es peligroso. fuisteis muy osados. el lugar es muy bonito. Nosotras por que fui en una excursión con amigas, por la provincia de Soria. Fue allá en finales de mayo y encontramos en la subida nevando. Pero eso nos permitió a ver el paisaje más bonito. No descarto volver. Un abrazo.
ResponderEliminarEn Soria y en Burgos las estaciones frías son más largas que en otras zonas. No me extraña que a finales de mayo os encontrarais nieve. La nieve también puede ser un incordio al caminar; te pilla una ventisca y se lía parda, pero si la nieve ya ha caído y está todo blanco pero sin tormenta, entonces ya es genial (aunque caminar según cómo esté la nieve también puede ser peligroso en algunas zonas).
EliminarMe alegro de que te haya gustado, aún queda otra entrada más, a ver cuándo saco tiempo porque estoy con exámenes y trabajos fin de grado.
Un abrazo.
Enamorada del todo por tu entrada por tus imágenes. ...Por tu mención de libros como Tolkien que leí y es dificilongo de verdad pero que imaginación cuanta magia!
ResponderEliminarEnamorada Paloma😊💟💜👏👏👏👏
Gracias, Búho. Poco a poco empiezan a aparecer los fans de Tolkien, menos mal, creí que estaba yo sola, ja, ja, ja.
EliminarUn besote grande.
¡Hey! yo, como Varado en la llanura conozco Cuenca y sus fabulosos paisajes de serranía. Uña y Beteta o Priego son sitios perfectos para evocar a ese Señor de los anillos al que parece no tener afición nadie. ¡Yo sí! pero sin el halo "friquismo" originado alrededor de la obra.
ResponderEliminarNo conozco la laguna negra y es un viaje que tengo ganas de hacer sin encontrar el momento; pero de Soria si conozco y muy bien el Cañón del río lobos que es espectacular...y con presencia templaria, ahí es nada.
Sobre la España vaciada hay mucho romántico encantamiento sobre sus idílicas y placenteras formas de vivir lejos del mundanal ruido. Pero el que realmente vive por allí, está deseando visitar las capitales de provincias. el ser humano es un animal continuamente descontento con su situación. Por eso quizá Pedro Sanchez quiere que nuestros jóvenes y jovenas recuperen las tradicionales formas de laborar animándoles a dedicarse al loable y tranquilo arte del pastoreo. En vez de viaje a la Alcarria será un viaje a la Arcadia; donde nos veremos tocando flautas y siringas mientras silbamos al perro para que nos recoja el rebaño.
Me gustó esa referencia a las bibliotecas como lugares deshabitados, solitarios y yermos de toda presencia inteligente.
Besos.
Cómo no ibas tú a conocer los parajes de Cuenca, si parte de tus genes proceden de allí!
EliminarLa Laguna Negra debes conocerla, pero procura mirar antes el parte meteorológico no te vaya a pasar lo que a mí. Yo ya estuve en otra ocasión y el paisaje era espectacular.
También he estado en el cañón de Río Lobos, una pasada de lugar, con esa ermita en el meandro y los buitres volando por las cercanías.
España está llena de rincones mágicos, lo que ocurre es que a veces se encuentran tapados por culpa de la climatología, y eso es una pena, pero solo es cuestión de volver otra vez.
La imagen idílica de la España vaciada si no fuera tan preocupante el estado en que se encuentran algunas localidades sería para echarse a reír. El pueblo de mi padre tiene 50 habitantes y tranquilidad tienes allí toda la del mundo, pero falta de los servicios mínimos también. Reconozco que soy una urbanita recalcitrante, pero creo que algunos sitios, por muy tranquilos que se muestren, no son aptos para vivir, al menos para mí.
De hecho, si uno quiere tranquilidad en la ciudad se puede ir a una biblioteca ;)
Besos, padrino.