Finales de
1957, Sidi Ifni es una pequeña ciudad sitiada en la costa atlántica marroquí. Allí,
en África, al borde del Sáhara, de espaldas al Atlántico, en el resto de un
imperio que se derrumbó hace ya centurias, se disputa la última guerra colonial
española. En algún lugar de un pedregal interminable se encuentra el frente y
varios destacamentos de soldados y legionarios han de defender ese minúsculo
territorio aún español.
Pero es Navidad
y desde la península llegan en un avión del ejército artistas para amenizar las
fiestas. Entre estos artistas se encuentran Carmen Sevilla y el cómico Miguel
Gila. Desde la península también les mandan turrón y mazapán, pero lo que
realmente necesitan son ametralladoras y botas.
Después de una
de las funciones realizadas para animar a la tropa aparece muerto el sargento
Armendáriz y Gila es el principal sospechoso. Le retienen hasta que se aclare
su relación con el muerto y posible implicación en el asesinato. Desde la
fiscalía militar de Tánger llega el teniente Esnaola con la misión de investigar
el homicidio, su trabajo se verá complicado cuando aparecen más legionarios
asesinados.
Esnaola admira
más la estrategia en la guerra que los cojones. Prefiere una confrontación
ganada con astucia y pocas bajas a las grandes gestas heroicas con campos de
batalla sembrados de muertos. Con esta forma de pensar no podía haber ido a
parar a peor sitio. En Marruecos todo está plagado de “grandes hecatombes,
medallas póstumas y banderas ensangrentadas”. Odia África.
Además, Esnaola
no es bien recibido en Sidi Ifni, a él le gusta airear trapos sucios y en la
Legión lo único que se airea es la bandera. Pero el teniente encontrará una
valiosa ayuda en el cómico retenido como sospechoso. Gila, con su manera socarrona
de ver la vida pondrá el contrapunto a una investigación castrense. Como a Gila
no le toman en serio y creen que siempre está contando chistes, incluso cuando
no está en un escenario, consigue
compadrear con la tropa y obtener información.
Entreverados con
el suspense se encuentran fragmentos de los monólogos del genial cómico. Al
humor de Gila se le califica de blanco porque no utiliza nunca palabras malsonantes
ni entra en cuestiones políticas ya que sus chistes serían igual de oportunos
en cualquier bando, en cualquier frente; pero en realidad es un humor negro. En
sus monólogos se refleja toda la insensatez de una guerra donde los cañones no
tienen agujeros o los submarinos no se sumergen y se quedan en simples barcos.
El humor de Gila es absurdo, como lo es la propia guerra.
De esta manera
se desarrolla una novela de género policíaco –hay asesinatos, asesinos e
investigaciones- pero que en verdad es mucho más, y ese plus añadido se encuentra
en las intervenciones de Gila. El humor puede ser una manera de denunciar; Gila
es el bufón que dice la verdad cuando nadie más puede, es el que le cuenta al
tirano lo que no quiere oír, lo que sospecha, lo que teme. Esta es sobre todo una
novela de denuncia contra la guerra a través, o mediante, el propio Gila y su
humor.
David Torres
demuestra en “Todos los buenos soldados” un gran conocimiento de nuestro pasado
bélico y también su admiración por Miguel Gila. El homenaje que le rinde entre
sus páginas es todo un tributo a un genio de la risa, a un grande del Humor con
mayúscula. El autor inserta hechos reales –Carmen Sevilla y Gila actuaron en
Sidi Ifni en 1957– con otros ficticios como los asesinatos. Además se cuentan
sucesos verídicos que bien podrían pasar por inventados por lo extraordinarios
que son, como el fusilamiento fallido que sufrió Gila en la guerra civil y del
que salió ileso porque, como él mismo contestaba cuando le preguntaban, le
fusilaron mal.
Las
descripciones de la vida cuartelaria en la guerra son muy buenas y los diálogos
entre los legionarios son dignos de cualquier película de marines pero con un
tinte especial que los caracteriza: la socarronería típica española utilizada
como un escudo para protegerse de tanta sinrazón.
David Torres
también rinde tributo a los combatientes que murieron en una guerra mal
conocida por muchos españoles que creyeron que aquello era un simple incidente
fronterizo con unas bandas de nómadas algo revoltosos. Una guerra que apenas se
menciona en los libros de Historia pero que supuso la muerte de muchos
soldados.
Un relato a
caballo entre la novela policíaca y la crónica negra del desvarío
imperial de unos gobernantes que llevaron a la muerte a buenos soldados.
¡Hola!
ResponderEliminarSiempre me ha gustado escuchar a Gila hablar de su fusilamiento fallido, qué cosas.
Creo que esta novela me gustaría, aunque mezcle realidad y fantasía(eso no me suele gustar) apunta maneras.
Besos y feliz martes.
Hola, Gemma.
EliminarA mí tampoco me gusta que se mezcle lo real con lo imaginado pero hay excepciones y esta novela es una de ellas.
Todos los personajes están muy bien perfilados, pero el de Gila es de sobresaliente.
Yo también creo que esta novela te gustaría.
Un besote.
Tiene muy buena pinta, porque mezclar suspense, humor e Historia, puede estar muy bien, de modo que me la apunto para leerla en cuanto pueda.
ResponderEliminarPara mi Gila era un gran humorista, y me he reído muchísimo con él pero no solo eso, si no he visto muchas veces reírse con ganas a mi padre.
Gracias por esta reseña y recomendación.
Besos y buen día.
Hola, Tere.
EliminarGila es un maestro del humor. Además, sus monólogos son tan buenos que aunque los haya oído un montón de veces y sabiendo lo que ya va a contar, me río igualmente, y a carcajadas.
Espero que te guste tanto como a mí si te decides a leer la novela.
Un besote y buen jueves.
Hola Paloma, en primer lugar me gustaría felicitarte por tus Crónicas Astures, que una vez completadas dejan constancia de un trabajo arduo, bello, y seguro que muy especial para ti.
ResponderEliminarRespecto a la novela reseñada hoy, me parece genial que el novelista introduzca a Gila, que quizás sea el humorista español más inteligente que hayamos temido en la historia del siglo XX. Por otra parte, encuentro que es una manera muy ágil de hablarnos de los horrores de la guerra desde una perspectiva distinta.
Genial el vídeo con el que cierras la reseña.
Un abrazo y feliz día.
Hola, Miguel.
EliminarEl humor de Gila como tú bien comentas es inteligente, suelta pullas a diestra y siniestra. Sus monólogos sobre la guerra son joyas de humor pero también de denuncia sobre el esperpento que es la propia guerra.
En esta novela, además, se habla de una guerra poco conocida por los españoles pero con muchas bajas (como todas las guerras), así que, al menos para mí, supuso documentarme algo más sobre un episodio silenciado en muchos libros de Historia.
Un abrazo.
Conocí a David Torres con "El gran silencio", finalista del Nadal y una gran novela del género negro-policíaco. Esta mezcolanza de Gila con la guerra de Sidi-Ifni (silenciada por el régimen) me resulta como poco original, así que me la apunto. Manuel Rivas ya trató el tema en "El Héroe", también recomendable.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hola, Gerardo.
EliminarYo conocía a David Torres con Niños de tiza, que me encantó y luego con esta novela ya caí rendida. Estoy intentando obtener su última obra, Palos de ciego. Me apunto las que citas tú (incluyo la de Manuel Rivas).
En cuanto al tema a tratar a mí también me pareció original, al menos poco habitual. Si ya conoces el estilo narrativo de Torres no te defraudará esta novela si decides leerla.
Un abrazo.
En principio no me llama mucho, pero gracias por traerla. Un beso.
ResponderEliminarHola, Aliena.
EliminarSi no te llama, otra vez será.
Un saludo.
No conocía al autor, pero entre tu reseña y el comentario de Gerardo, pasa a formar parte de mis pendientes que no lo serán por mucho tiempo. Vamos que entra en el apartado VIP que también lo tengo.
ResponderEliminarGila, como dice Miguel, me parece el cómico más inteligente que nunca he conocido (junto a Groucho Marx). El humor de por sí, requiere inteligencia, pero algunos están tocados por la varita mágica del genio. Gila lo estaba.
Preciosa reseña. Y muy bonito el vídeo. Lastima... (tú me entiendes).
Hola, Rosa.
EliminarYa sabes que para que a mí me guste una novela policíaca debe tener otros ingredientes. Esta novela tiene una denuncia a la guerra que a mí me gustó mucho. Si, además, se incluye entre los personajes a Gila el resultado es estupendo.
Creo que el humor de Gila gusta tanto porque no solo se dedica a hacer reír, también denuncia, ironiza sobre cosas muy serias que te hacen pensar. Sí, Gila era un humorista muy inteligente.
No te lamentes por la parte que toca a los vídeos, porque creo (aún no tengo nada decidido firmemente) que esa actividad sí se mantendrá.
Un besote muy grande.
Hola Paloma,
ResponderEliminarAl principio me he dicho, no puede ser verdad, ¿en serio? Qué historia tan extraña, qué hacen estos dos integrantes en la misma, je, je Pero luego, la verdad, es que me parece una genialidad, diferente y que si la intención era llamar la atención, sorprender, desde luego que lo ha conseguido.
Yo también creo que el humor es una manera de denunciar, estoy totalmente de acuerdo contigo.
Estupenda reseña, :)
Un beso.
Hola, Irene.
EliminarLa historia puede parecer rara por aparecer Gila en un escenario de guerra, pero mira tú por dónde, eso ocurrió. La realidad nos sorprende muchas veces.
Yo me entretuve mucho con esta novela, además está muy bien escrita y la denuncia que lleva implícita es estupenda.
Un beso muy grande, guapa.
Desde luego, si homenajea a Gila la novela gana muchísimos puntos de interés. Desconocía al autor, pero desde luego habrá que tenerlo en cuenta. Un abrazo!
ResponderEliminarHola, David.
EliminarTu tocayo es también columnista en un periódico digital donde demuestra grandes conocimientos en varias áreas y siempre utilizándolos para denunciar.
En esta novela, emplea su gran conocimiento de Gila para poner el dedo en la llaga en cuanto a intervenciones militares que no sirven para nada.
Un abrazo.
No conozco al autor pero desde luego Gila era de los que conseguían arrancarme siempre carcajadas y es que con humor se puede decir todo (bueno en estos tiempos ya no estoy tan segura) y hasta las penas con humor se llevan un poco mejor.
ResponderEliminarGracias por la propuesta.
Besos
Hola, Conxita.
EliminarGila hacía reír incluso hablando de temas tan escabrosos como la muerte o la guerra. Como comento en la reseña, se llama humor blanco a su forma de contar las cosas, pero yo creo que debería llamarse humor negro porque habla de cosas muy serias pero desde la sátira y el esperpento.
Un besote grande.
Me ha encantado esta reseña, y la novela, por supuesto. EL tema, ya de por sí muy interesante, resulta más atractivo aun al contar con la presencia real de Gila (a quien siempre he admirado) en ese escenario. El hecho histórico que representó esa intervención militar vale la pena ser novelada dándole tintes detectivescos y humorísticos. La verdad, la dura realidad, y la ficción suelen coexistir muy bien en la literatura, Me la apunto.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hola, Josep Mª.
EliminarCon esta novela yo me enteré del fusilamiento fallido de Gila, y recordé el título de tu libro de relatos, en cuanto que la vida misma se presenta muchas veces irreal.
Creo que esta novela te va a gustar mucho, para darte un aliciente más te pongo la primera frase que aparece en la misma:
"España, ya me estás tocando los cojones"
'España' es el nombre de un perro, y la frase la dice su dueño, un legionario que va vestido de beduino. Ese inicio es toda una declaración de intenciones en cuanto a lo que se va uno a encontrar de ahí en adelante.
Espero que me cuentes aunque sea por privado qué te parece la novela.
Un beso.