Kambili es una
niña de quince años que vive en Nigeria, tiene un nivel de vida elevado pues su
padre es un hombre poderoso con varios negocios. Ella asiste a un colegio de
élite y en su casa no falta ninguna comodidad. Podría decirse que Kambili es
afortunada pero no es así.
Su padre es
autoritario y un fanático católico. En su fanatismo reniega de los ancestros de
su cultura y todo lo que le recuerde a esa cultura primigenia es pagano y
pecaminoso. El padre de Kambili dirige su familia con mano férrea y abusa de su
poder, todo ha de hacerse a su manera, y cualquier infracción de las estrictas
normas que rigen la casa supone un severo castigo.
En el lado
opuesto está la tía Ifeoma, la hermana del padre de Kambili. Ella es
espontánea, sigue las tradiciones de su pueblo como una manera de rendir
homenaje a sus antepasados. En la casa de Ifeoma no hay tantas comodidades como
en la de Kambili, incluso hay muchas carencias, pero sí tiene una cosa que
Kambili no posee: alegría.
Con la visión
de una niña de quince años se nos cuenta el día a día de Kambili, su forma de
percibir la realidad. En su ignorancia, confunde el respeto y el miedo que le
tiene a su padre con el amor. El nivel exigente de su progenitor para con ella,
para con todos los que dependen de él, la niña lo interpreta como una
manifestación de amor. Ella busca desesperadamente complacer a su padre y éste
solo le paga con más exigencias y reproches. Su obsesión por agradar a su padre resta espontaneidad a todos sus actos y se siente agobiada por conseguir el
reconocimiento paterno.
El padre de
Kambili es un maltratador y como tal se comporta. Abusa del más débil y es
servil con quien él cree que es superior. Su exacerbado catolicismo le lleva a
rendir pleitesía a todo aquel que lleve un hábito, sobre todo si además es de
raza blanca.
“Hacía las
cosas como se han de hacer, como las hacen los blancos, no como las sigue haciendo
nuestra gente”
Entre estas dos
formas tan distintas de afrontar la vida, la de Ifeoma y la de su padre,
Kambili reflexiona y se siente perdida. Desea ser como su tía Ifeoma, pero al
mismo tiempo le da miedo pues vivir a la sombra de un maltratador la ha convertido
en una persona tímida, timorata y asustadiza. Es una niña triste.
Con una
minuciosidad estupenda, Chimamanda, la autora nigeriana, nos relata la realidad
de su país, las dos caras de una misma moneda, donde adaptarse al mundo
occidental, el mundo que se supone es el progreso, implica despegarse de la
tradición. Donde un gobierno dictatorial que persigue a los profesores
universitarios y a la libertad de prensa, arrincona a muchos de sus ciudadanos
contra las cuerdas obligándolos a emigrar a otros países buscando un futuro
mejor.
Utiliza una
manera de narrar muy buena, pero a mi modo de ver, abusa de los localismos. Se
emplean con demasiada profusión palabras nigerianas que me frenaron la lectura
y me la hicieron muy incómoda. Entiendo que algunas comidas y/o utensilios típicos
y exclusivos de Nigeria no tienen traducción, pero otras palabras como “abuelo”,
“hermano” sí se pueden traducir y ponerlas en la versión original es una
técnica con la que no estoy de acuerdo. Ya sabemos que la acción se desarrolla
en Nigeria, es completamente innecesario llenar el texto de palabras
nigerianas.
Otro punto
negativo fue el ritmo descompensado. Toda la trama se desarrolla con lentitud, todo se relata suavemente, incluso
los hechos más crueles, pues es una niña quien cuenta la historia; pero en las
últimas quince páginas ocurre un hecho totalmente inesperado que cambia el
discurrir de los acontecimientos y de golpe y porrazo pasa el tiempo y la
deriva de los personajes da un bandazo. No sé si esto está hecho adrede para
impactar al lector, pero a mí no me gustó, es como si todo lo anterior fuera
una introducción demasiado larga.
En cualquier
caso es una buena novela, con una narrativa estupenda –si se obvia el uso
excesivo de palabras nigerianas, lo que es obviar bastante– y con una maravillosa
descripción de unos personajes complejos por la situación social y familiar en
la que viven y que se muestran con reflexiones muy interesantes.
Una buena novela,
con algunos defectos que no me impedirán seguir leyendo a una autora muy
interesante.
Esta novela me gustó mucho!! Es verdad lo que dices que en las últimas páginas da un giro y ahí acaba, es como que toda la acción está al final. Imagino que sí está hecho a propósito, porque la historia en sí es otra.
ResponderEliminarA mí me gustó en general bastante!!
Muy buena reseña guapa!! Un besito!!
Hola, María.
EliminarQue conste que a mí también me gustó esta novela y la conocí gracias a ti, así que te lo agradezco.
El caso es que desde que hago el curso de escritura veo fallos que antes me pasaban desapercibidos y ahora, hija mía, me he vuelto muy tiquismiquis.
Pero, insisto, a pesar de ese final brusco que me descolocó, la novela está muy bien.
Un besote muy grande.
Es curiosa esa manía de las traducciones de emplear localismos para recordarnos que la lengua de los protagonistas es otra a la que leemos, pero quien sabe si es existe alguna razón editorial que se nos escapa. Una novela que parece un testimonio de primera mano de una de tantas realidades que se nos escapan a los occidentales. ¡A tener en cuenta! Un fuerte abrazo!
ResponderEliminarHola, David.
EliminarA mí ese toque pintoresco con los localismos me suele molestar bastante, sobre todo si se abusa. Cuando no existe traducción lo puedo entender, pero cuando sí la hay no comprendo a qué viene el uso del otro idioma.
En fin, cosas de las editoriales, de los traductores o del autor, no sé. La novela es interesante y a pesar de los "peros" que le pongo es muy buena.
Un beso grande.
De Chimamanda sólo he leído "Americanah". Me gustó pero me pareció la novela de una chica acomodada -ella misma- que vive en una estupenda realidad -Los Estados Unidos de America- y cuyo único problema es aclimatarse a ese magnífico mundo y no ser vista como una extraña a él. Bien, me parece bien, pero eché en falta en esa novela algo de la realidad nigeriana, por ejemplo los terribles ataques que Boko Haram hace sobre la minoritaria población cristiana del país. Veo que la novela que tú has leído se sitúa en el propio país, Nigeria, denunciando el autoritarismo y cierta brutalidad que imponen los hombres sobre sus mujeres e hijos. Pero (si no es así, corrígeme tú misma) sigo sin detectar referencia alguna a esa durísima realidad del acoso islamista a la población cristiana a la que están diezmando y reduciendo a la nada. Y sigo sin entender por qué.
ResponderEliminarLo de las palabras expresadas en la propia lengua autóctona es la manera -es mi opinión, claro- de manifestar el tradicionalismo de esa parte de la población que no quiere cambio alguno, que se aferra a la tradición. Es por otra parte una manera de dar color local a la historia que está dirigida especialmente al lector norteamericano que gusta de estos indigenismos.
Un beso, Paloma
Hola, Juan Carlos.
EliminarEn la novela se hace una crítica feroz al catolicismo, o mejor dicho al uso que hacen algunos de esa religión. También me llamó la atención que no se citara a Boko Haram, pero puede que sea porque la trama se desarrolla antes de su formación. Durante la historia no se dicen fechas, solo se habla de "un gobierno autoritario" que no permite la libertad de prensa, pero con los datos que se aportan yo no fui capaz de situarme bien, no sé si habla de los años noventa, mi conocimiento de la historia nigeriana es prácticamente nulo, 'mea culpa'.
Cuando indagué sobre la trayectoria de la autora se la define como feminista y una luchadora activa por los derechos de la mujer, en ese aspecto sí que se analiza el abuso del hombre sobre la mujer, pero curiosamente no cita para nada al islamismo.
Puede que a los norteamericanos les gusten esas palabras autóctonas, pero a mí me pusieron, en algunos momentos, de los nervios. Tanto 'ngwa', 'ekwom' o 'umunna' me pusieron frenética.
Leeré ese "Americanah" a ver qué tal.
Un besote.
Siempre me ha resultado interesantes las novelas que narran y describen la vida en países con unas tradiciones y culturas tan distintas a la nuestra. En este caso, sin embargo, me ha llamado la atención que el padre de la joven sea un fanático católico en una antigua colonia británica. De practicar una religión cristiana, antes me habría imaginado a un protestante. Un ferviente católico en Nigeria me ha resultado chocante. Cosas propias de mi ignorancia, pues he comprobado que el catolicismo tiene mucha presencia en ese país.
ResponderEliminarLo realmente interesante de esta historia es el sometimiento de la protagonista a un un padre dominante y absolutista, por un lado, y la influencia de una tía con una mentalidad tan distinta y tradicional, por otro. Es lógico que esa dicotomía cree situaciones muy tensas y difíciles de conciliar en una niña de 15 años. Una historia como esta apunta a un desenlace dramático. Quizá por ello la autora ha liquidado el final de una forma tan rápida e inesperada. No me deja de intrigar, jeje.
Por otro lado, entiendo que haya términos difíciles de traducir y que, por ello, se haya optado por conservar el original, pero estoy de acuerdo en que cuando existe un equivalente perfecto, ello resulta superfluo.
Aun, no estando exenta de defectos, parece una novela digna de leer.
Un abrazo.
Hola, Josep Mª.
EliminarLo del catolicismo a mí también me llamó la atención, pero parece ser que los colegios religiosos dirigidos por monjas y curas son abundantes. Además son monjas y curas británicos, otra cosa llamativa.
La fascinación de una niña por un padre abusador se describe muy bien en esta novela, para mí es lo más destacable de todo. La búsqueda del reconocimiento paterno y la esclavitud que le reporta a la niña es descrita estupendamente.
Yo también creo que los términos exclusivos de un lugar no se pueden traducir bien y es mejor dejarlos en su lengua original, pero que la niña cada vez que se dirige o se refiere a su abuelo lo haga nombrándolo en nigeriano, pues no lo entiendo, la verdad.
A pesar de esos defectos, que no son graves, la novela está muy bien y es recomendable.
Un besote.
Es la novela que me queda por leer de la autora y no tenía idea de lo que trataba, pero tras leer tu reseña, aún me entran más ganas.
ResponderEliminarYa te contaré mi opinión.
Tu reseña, muy completa como siempre y sin casarte con nadie.
Un beso.
Hola, Rosa.
EliminarSi ya has leído a la autora ya sabes que escribe muy bien. El tema del abuso en la familia, un abuso de poder, con una disciplina férrea que conlleva castigos corporales muy duros si no se sigue está muy bien tratado. Te gustará.
Un besote grande, guapa.
No me importaría leerla, me gusta lo que cuentas.
ResponderEliminarBesos
Hola, Aylavella.
EliminarEspero que te guste si te decides a leerla.
Un beso.
Hola Paloma
ResponderEliminarConocía de la autora su defensa de los derechos de la mujer y en varios blogs he leído sobre sus obras y siempre las ponen muy bien pero aún no he tenido tiempo de estrenarme, tengo una lista de pendientes muy larga y poquito tiempo así que espero a las vacaciones para ponerme al día de muchas lecturas.
Tanto término local a veces satura un poco la lectura porque te acabas perdiendo, ¿no te parece?
Besos
Hola, Conxita
EliminarA mí los localismos me frenaron mucho la lectura, puede que le den cierto aire pintoresco, pero generalmente lastran y ralentizan la lectura.
Me documenté un poco sobre la autora y es verdad que está implicada en los derechos de la mujer y es una activista en este campo, puede que por ese motivo se haya centrado en esta novela sobre el abuso y el maltrato patriarcal. Desde luego lo ha hecho muy bien y solo por eso merece la pena leerla.
Un besito, guapa.
Ya había leído una reseña de esta novela en otro lugar (creo que a María Delgado) y en ambas me dejó muy buen sabor de boca,... creo que, decididamente, tendré que ponerme con ella. Feliz San Juan!
ResponderEliminarHola, Norte.
EliminarYo también supe de esta novela gracias a la estupenda reseña de María Delgado, y la verdad es que es una autora que merece ser leída.
Espero que te guste.
Un abrazo.
Hola Paloma, me suena mucho haber leído otra reseña de María de esta novela y la verdad es que además se ser llamativa, ya son dos voces las que la recomendáis. Ahora bien, me gusta que destaques los errores y que esto no se convierta en un masaje termal. Tu voz crítica es importante para mí. Un gran abrazo y disfruta de tu fin de semana.
ResponderEliminarHola, Miguel.
EliminarYa sabes que yo soy muy pijotera, y que cualquier fallo que veo lo casco. Además, desde que hago el curso de escritura aún me fijo más, veo cosas que antes pasaban desapercibidas.
De todas formas, que una novela tenga fallos no quiere decir que sea mala, solo que no es perfecta. A no ser que esos fallos sean de bulto, algo que no ocurre con La flor púrpura, en cuyo caso la impresión es completamente negativa.
Gracias por tu siempre amable comentario.
Buen domingo, Miguel.
Un beso.
Con esto de las fiestas, no te había leído.
ResponderEliminarEsta novela, de la cual nos traes la reseña y la cual no he leído, me llaman la atención dos cosas, una la descripción de una niña de quince años ante un padre acosador y fanático del catolicismo, una bomba para una niña de quince años y que ella lo ve como un acto de amor, cuando en realidad no lo es, pero claro ella lo ve con los ojos de una edad en que hay que recordar que es el paso de la adolescencia a la madurez y eso la hace esta mas perdida todavía.
Y por otro lado me choca que se utilicen palabras originarias del país pero quiero imaginar que no tenían traducción posible, si no no le veo otro motivo, porque desde luego sentido no tiene ninguno.
Una novela de la cuál tomo nota.
Un beso enorme y disfruta del Domingo. TERE.
Hola, Tere.
EliminarSe plasma muy bien en la novela la manera de pensar de una niña de quince años, su desconcierto, propio de la edad, y cómo interpreta lo que vive. Es lo mejor de la novela.
A pesar de ese abuso de los localismos, el libro es bueno y merece leerse. Como comento en la reseña es una escritora muy interesante.
Un beso.
Me gusta la manera que tienes de recomendar sin casarte con nada ni nadie. Me parece de una sinceridad loable para los tiempos que corren en la que hay mucho de complacencia. Te digo como a ROSA en su última reseña: Me conformo con leerte a ti, pues es mucho lo que recomendáis y poco el tiempo actual del que dispongo.
ResponderEliminarBesos
Hola, Javier.
EliminarMe gusta avisar de los fallos o debilidades de una novela para que los posibles lectores sepan a qué atenerse. Aunque hay que tener presente que es mi percepción, puede que a otro lector no le moleste, por ejemplo, tanto localismo como me pasó a mí.
En cualquier caso intento ser sincera (o tiquismiquis). Gracias por reconocérmelo.
Un beso.