Nueva entrega de Demencia, la madre de la Ciencia.
Todos los personajes que por esta sección pasan tienen en común la locura. La demencia que provoca la ciencia es un rasgo muy común entre los científicos, pero creo que de todos ellos las mujeres son las que más acusan esta característica. Porque además de bregar con lo que implica investigar tienen un inconveniente añadido: su condición femenina en un mundo que se rige por normas establecidas por hombres.
Hay que estar loco para dedicarse a la ciencia y encima ser mujer.
A lo largo de la Historia ha habido muchas mujeres científicas, pero en la memoria común permanecen muy pocas, incluso en la memoria de los que a la Ciencia se dedican, es decir los científicos –algo que es imperdonable–. Marie Curie y unas poquitas más son conocidas por casi todo el mundo, pero hay otras mujeres que contribuyeron sustancialmente a la Ciencia y hoy son unas completas desconocidas.
Entre este grupo de mujeres se encuentra Trotula de Salerno. Esta mujer apenas aparece en los libros de Historia, hasta tal punto que algunos autores contemporáneos dudan de su existencia. Y es que el acoso y derribo de este personaje fue tal que en los tratados que escribió se cambió su nombre por el equivalente masculino (Trottus) para finalmente borrarlo y dejarse de contemplaciones.
Reconozco que yo nunca había oído hablar de Trotula hasta que leí una obra de Margaret Alic, 'El legado de Hipatia'. De hecho casi todo lo que voy a contar sobre esta mujer está tomado de ese libro pues apenas hay referencias sobre este personaje en ningún otro lugar.
Trotula de Salerno perteneció a un conjunto de mujeres que practicaban la medicina, e incluso la cirugía, en el siglo XI y a las que se llamaba “Las damas de Salerno”.
Salerno es una localidad del sur de Italia y fue un referente en medicina en la Edad Media gracias a su escuela. Además, la Escuela de Salerno fue el primer centro médico que nada tenía que ver con la Iglesia. Se la considera la primera universidad europea.
En este centro de erudición y estudio se traducían textos sobre medicina de los antiguos griegos que habían sido previamente analizados por los árabes, debido a lo cual dicha traducción se hacía del árabe al latín.
Esta escuela, o universidad, no tenía inconveniente en aceptar mujeres entre sus alumnos e incluso entre sus profesores por lo que la presencia femenina en las aulas era frecuente. Esta buena costumbre se perdió tan solo cien años después cuando se excluyó a las mujeres de la educación superior y se empezó a desdeñar los trabajos previos de estas hasta ningunearlas y hacerlas desaparecer como autoras de sus propios escritos.
No se sabe con exactitud cuándo nació Trotula, lo hizo en Salerno y se cree que en los inicios del siglo XI porque parece que sí hay constancia de su muerte en el año 1097 y que falleció muy anciana.
Trotula perteneció a una familia noble, los Di Ruggiero. Estudió en la Escuela de Salerno y también impartió clases. Se casó con un médico, Johannes Platearius, y tuvo dos hijos que también ejercieron la medicina.
Parece ser que toda la familia, los padres y los dos hijos, trabajaron durante años escribiendo una enciclopedia de medicina, la 'Practica brevis'. Pero su obra más importante fue 'Passionibus mulierum curandorum' (Curación de las dolencias de las mujeres).
Antes de seguir me gustaría pedir perdón por los latinajos, pero en aquella época el lenguaje empleado para los textos científicos era el latín (ahora es el inglés).
En el Passionibus se trata minuciosamente todas aquellas enfermedades propias de la mujer, es decir, es un tratado de ginecología en su mayor parte.
En este tratado se dan una serie de indicaciones que hoy pueden parecer obvias pero que en el siglo XI eran mucho más extrañas. Por ejemplo, se insiste en la importancia de la higiene para prevenir enfermedades, advierte de los peligros que conlleva la angustia y el cansancio mental y físico derivado de un estado de nerviosismo permanente (estrés) y se aconseja una dieta equilibrada combinada con ejercicio –esto último es actualmente la coletilla de todo médico de atención primaria–.
Este tratado también se caracteriza por una peculiaridad que a mí se me antojó muy curiosa: ‘aconseja remedios sencillos y baratos para los pobres’. Esta intención de que la salud llegue a las clases más humildes me parece llamativa y digna de encomio.
Pero Trotula no solo habló de enfermedades, fue más allá. También escribió sobre el control de la natalidad y de cómo combatir la infertilidad. Toda una progresista. O quizás no. Antes de entrar en la oscuridad absoluta del siglo XII con sus trovadores cortesanos que loaban a la mujer como un objeto por el que guerrear pero también decorativo, las mujeres eran consideradas en muchos ámbitos y sus opiniones se tenían en cuenta.
Trotula también fue la primera persona en indicar cómo coser un perineo rasgado tras un parto: “Algunas mujeres son dañadas durante el parto por errores de los que las atienden. Hay algunas para quienes vulva y ano se convierten en un solo paso”. Además sugirió técnicas para colocar al inminente bebé en la posición más adecuada para que no se dé el desgarro. Aquí vuelvo a pedir perdón, en este caso por las escenas que describo, pero si ya todos sabemos que vivir no es fácil, nacer lo es aún menos.
En honor a la verdad no todo lo que escribió Trotula era sensato. No olvidemos que vivió en la Edad Media y por muchos estudios que se tuvieran, la investigación científica estaba muy verde. Por ejemplo, para las personas obesas tenía un tratamiento algo peculiar –por decirlo de una manera suave–, los obesos debían untarse con boñiga de vaca y vino para después colocarse sobre arena caliente.
No voy a entrar en más detalles de este escrito, tan solo plasmar la opinión de una colega suya pero del siglo XX, Kate Campbell Hurd-Mead (obstetra): "Se adelanta mucho al siglo XI en cuanto a cirugía así como en el cuidado de la madre y del niño en el postparto".
El Passionibus fue un auténtico best-seller en el siglo XI y en los que le siguieron. Fue copiado con frecuencia y como aún no existía la imprenta fue en este proceso de copiado donde empezaron los problemas para Trotula.
En las sucesivas copias que se dan a lo largo de los años el nombre de su autora se va cambiando e incluso se las atribuyen a su marido. El golpe definitivo para llevar a Trotula al olvido viene cuando uno de estos copistas cambia su nombre por la forma masculina, Trottus.
Para más inri, y ya con la existencia de la imprenta, a algunos editores no les hacía ninguna gracia que una mujer escribiera sobre ciencia en general y menos aún sobre aparatos sexuales y reproducción en particular.
A pesar de esos copistas y editores malintencionados, aún había cierto recuerdo de esta mujer. Pero ya se encargaron otros de terminar la faena. Charles Singer, un historiador de medicina del siglo XX, alegó que el tratado era "una obra de erotismo disfrazada de ginecología" y que el verdadero autor se hizo pasar por una mujer "para ocultar su naturaleza pornográfica". Menuda pieza el tal Singer.
Pero hubo más mentes '¿eruditas?' (y masculinas) que contribuyeron a denostar a Trotula. Karl Sudhoff, un médico alemán del siglo XIX especializado en Historia de la medicina, estableció que las damas de Salerno eran todas comadronas y enfermeras pero no médicas y por tanto ninguna hubiera podido escribir un tratado de obstetricia ya que para ello se necesitan conocimientos demasiado complicados para una mujer.
Otro inciso: si alguno tiene problemas para representarse cómo sería una conversación entre dos hombres del Paleolítico que se imaginen a Singer y a Sudhoff hablando juntos. Es más, yo estoy en la idea de que Darwin habría tenído sus dudas sobre la evolución si hubiera conocido a estos dos impresentables.
Puede que a estas alturas y con historiadores de la catadura de Singer y Sudhoff uno pueda dudar de la existencia de Trotula pero lo que nadie cuestiona es que en la Italia medieval sí pudo existir alguien así y si no fue Trotula quien escribió el Passionibus fue otra mujer. Porque solo una mujer en aquella época se puede preocupar tanto por evitar los daños de un parto, solo una mujer en aquella época puede pensar en la contracepción, solo una mujer en aquella época puede interesarse tanto en el cuidado del recién nacido para evitar la alta mortandad infantil.
Terminaré con una frase de Dra. Hurd-Mead sobre este tratado:
“Se nota la mano suave de la mujer doctora en cada página. Está lleno de sentido común y es muy práctico.”
El nombre es lo de menos, lo importante es el legado que dejó para la posteridad. Gracias, guapa, ha sido una lectura muy didáctica. Besos
ResponderEliminarEl nombre es lo de menos pero que se la olvide por ser mujer es intolerable. Y lo peor es que aún quedan restos de esa mentalidad hoy en día.
EliminarGracias a ti por tu visita.
Un besote.
Muy interesante esta entrada, admiro y me gusta que me cuenten sobre mujeres como Trotula, que en un tiempo donde prácticamente se les tenía vetado el conocimiento, ellas supieron y quisieron destacar.
ResponderEliminarUn abrazo guapa.
Pues si te gusta que te cuenten cosas de mujeres excepcionales por esta sección te vas a encontrar unas cuantas. Tengo en el tintero a varias de ellas gracias al libro que he mencionado en la publicación, El legado de Hipatia.
EliminarUn beso grande, Mer.
Aunque hay hombres que hacen dudar del descenso de los árboles, afortunada mente hay otros que redimen a todo el género porque si no sería cuestión de salir corriendo.
ResponderEliminarNo tenía ni idea de esta pobre mujer con ese nombre tan atropellado. Las hay que nacieron varios siglos antes de lo que les tocaba. Una desgracia de las que hay muchas.
Muy buena tu entrada. Me he enterado de muchas cosas.
Un beso.
Qué gracia me ha hecho eso del nombre atropellado. La verdad es que esta mujer sufrió un verdadero atropello, querer ningunearla o simplemente denigrar su obra diciendo que es un escrito pornográfico tiene delito.
EliminarYo también creo que muchos individuos (hombres y mujeres también) aún no han bajado de los árboles; se visten como nosotros y andan erguidos pero el cerebro se les quedó con la morfología y funcionalidad de un primate.
Un beso muy grande, guapa.
No tenía ni la más remota idea de esta ilustre científica medieval de Salerno, a la que tantos hombres trataron de borrar su memoria y su legado, ¡menudos machistas!
ResponderEliminarEs evidente que quien escribió ese tratado de medicina: "Passionibus mulierum curandorum", tuvo que ser una mujer, pues como nos expresas al final: porque solo una mujer en aquella época se puede preocupar tanto por evitar los daños de un parto, solo una mujer en aquella época puede pensar en la contracepción, solo una mujer ....del cuidado del recién nacido para evitar la alta mortalidad infantil.
Mil gracias, Paloma, por rescatar del olvido y hacer justicia con esta "doctora" medieval, a la que el mundo le debe un respeto y un lugar destacado en la ciencia.
Un besazo.
Yo también creo que en aquella época preocuparse del parto y del cuidado del niño solo podía salir de la mente de una mujer.
EliminarParir con dolor, morir en el intento y sufrir todas las consecuencias colaterales (fiebres puerperales, desgarros, etc) se consideraba normal, algo que la Naturaleza tenía establecido. Pero solo una mujer como Trotula pudo pensar que eso se podía cambiar.
Con mi humilde aportación intento rescatar del olvido a estos personajes tan excepcionales a los que la Historia trató tan mal.
Un besote, Estrella, que tengas un buen sábado.
Vaya con Singer y el otro colega, ¿con que eran conocimientos demasiado complicados para una mujer los que tenía Trotula (qué gracia me ha hecho Rosa diciendo que el nombre es un poco "atropellado")? Aún te quedaste corta llamándolos impresentables.
ResponderEliminarMe ha resultado interesantísimo el post, compañera, como todos los pertenecientes a esta sección, y me ha parecido especialmente llamativo el remedio que planteaba para las personas obesas ;-)
Un beso enormeee
Confieso que los calificativos que me vinieron a la cabeza cuando me enteré de las opiniones de esos impresentables fueron bastante más ofensivos, pero me contuve y decidí ser más correcta.
EliminarEn aquellas épocas tan remotas, y en otras no tan lejanas, algunos remedios sanitarios dejaban bastante que desear. Recuerdo haber leído, cuando me impartieron la asignatura de Historia de la Farmacia, algunas recetas que eran auténticos despropósitos; era peor el remedio que la enfermedad.
Un beso, compañera.
P.D. ¿Estás ya calentando motores con nuestro próximo Alalimón?
Estupenda reseña para darnos a conocer a esta figura de la ciencia de la que no tenía noticia. La Edad Media desde luego no fue una época en la que la mujer con inquietudes científicas pudiera desarrollar sus conocimientos. Imagino que a muchos incluso le pudiera causar problemas más graves que el ninguneo. Imagino las acusaciones de brujería o cosas así. Aunque los siglos han mostrado un cambio evidente, el reconocimiento a la autoridad de la mujer científica sigue siendo algo complejo. Si no recuerdo mal, en algún sitio leí sobre la influencia que tuvo la primera esposa de Einstein en la obra de este. Algo muy poco reconocido.
ResponderEliminarRespecto a esos científicos que mencionas, bueno. Siempre he pensado que un idiota ignorante es algo molesto; pero un idiota con estudios es algo peligroso. Un abrazo!!
Creo que a Trotula, y esto es una opinión mía, se salvó de la acusación de brujería porque ella vivió en un siglo donde no se tenía en cuenta el género de quien escribía. Por desgracia, fue un espejismo muy corto, en el siglo siguiente se cambió la forma de pensar y entonces vino el descrédito y así se siguió durante centurias.
EliminarDe hecho, buena parte de nuestra sociedad sigue teniendo prejuicios con las mujeres, no sé si es porque es muy difícil borrar las ideas que han permanecido durante siglos. No hay más que mirar las noticias que estamos conociendo estos días a propósito de un juicio sobre una violación cometida por una manada de mierdas, donde la juzgada está siendo la víctima. Qué asco.
Un abrazo, David.
Es la primera vez que escucho algo sobre Trotula de Salerno, ahora no la olvidaré. Gracias por traérnosla Paloma.
ResponderEliminarEstos hombres que son capaces de desvirtuar el trabajo de una mujer, solo por ser mujer, bueno... creo que ellos mismos se colocan donde les corresponde y por desgracia no es en un buen sitio, y siempre termino por hacerme la misma pregunta ¿Es que no tienen madre o hermanas? En fin, que no lo comprendo.
Muchas gracias por esta entrada.
Un beso, y feliz fin de semana.
Esos hombres tienen hermanas y madres pero las ignoran como a las demás mujeres. Algunos hombres tratan a sus madres, a sus hermanas, a sus esposas, como si fueran criadas, da igual la filiación que tengan con ellas; es lo que han aprendido a pensar desde pequeños y lo que les interesa seguir pensando.
EliminarCreo que la mejor arma para combatir esto es la educación. Eduquemos en la igualdad y además demos ejemplo.
Un besote, Irene.
Que interesante, y cuanto he aprendido.
ResponderEliminarLa verdad era una adelantada a su tiempo y lo que no puedo entender, aunque es normal dada la época, que no se diera importancia y mucha a todo lo que esta científica trataba porque como esta comprobado fue una adelantada a su tiempo, pero las mujeres en aquella época y en muchas otras no se le daba la importancia que debía en esta rama y en muchas otras, una pena.
un besote y muy buen fin de semana. TERESA.
Trotula fue una adelantada pero también tuvo la suerte de vivir en un siglo donde se permitía a las mujeres acceder a estudios superiores. También es verdad que no todas las clases sociales tenían este privilegio. Ella pertenecía a la nobleza y eso facilitó las cosas.
EliminarCon todo y con eso, fue una mujer valiente y excepcional.
Un besote grande, Tere.
¡Hola! Muchísimas gracias por presentarnos a esta mujer, que por desgracia nació en una época que no le correspondía. Me ha gustado y he aprendido muchísimo.
ResponderEliminarBesos.
Me alegra saber que has conocido a esta mujer excepcional gracias a mi publicación.
EliminarSupe de Trotula gracias al libro que menciono y cuando leí su vida pensé que yo tenía que escribir sobre ella.
Un besote, Gemma.
Hola Paloma, para mí es algo totalmente novedoso y por ello te agradezco mucho la presentación y exposición de una figura como Trotula de Salerno. Lo terrible del caso y en lo personal es que en más de una ocasión he escuchado a algún hombre o incluso a algunas mujeres, que preferían que les operase o atendiese un médico, antes que una médica. Es fuerte y dice poco de lo que hemos avanzado en los últimos mil años.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho leerte y ver como tienes enfocada esta sección del blog. Felicidades.
Un abrazo y feliz fin de semana.
Que no sepas de la existencia de esta médica si no te desenvuelves en el mundo de la sanidad o de la ciencia es comprensible. Lo imperdonable es que tampoco conozcamos a esta mujer los que nos movemos en la investigación. Cuando estuve documentándome sobre Trotula pregunté entre algunos compañeros y amigos médicos y ninguno había oído hablar de ella.
EliminarTan solo mi hija, estudiante de Farmacia, que hizo un trabajo en la facultad sobre las damas de Salerno, me supo indicar algunas cosas.
Me alegra mucho que te guste esta sección, yo la tengo mucho cariño y además, cuando preparo las entradas, aprendo muchísimo.
Un abrazo, Miguel.
Por cierto, lo que comentas de preferir un hombre a una mujer yo lo he vivido en primera persona cuando trabajé en un hospital, y lo más doloroso es cuando quien así se comporta es una mujer. Pero ese tipo de actitudes no solo se da en sanidad.
EliminarParece increíble que con el paso del tiempo en lugar de avanzarse, se retrocediera en cuanto a conocimientos y mentalidad abierta. Si no fuera porque me parece tan lamentable, me parecería incluso un proceso interesante.
ResponderEliminarRespecto a la autora y médica que nos presentas hoy (confieso que antes de tu post jamás había oído hablar de ella) solo se puedo decir que fue víctima, como tantas otras de su época, anteriores y posteriores, de la más terrible injusticia. Algo debían temer los hombres de ellas al ver su mucho empeño en hacerlas "desaparecer" del ámbito científico.
Un post muy ameno e instructivo, Paloma. Ha sido un gustazo leerte :)
¡Un beso de sábado!
Lo que comentas sobre el retroceso a mí también me ha parecido interesante. Cuando me documenté para la publicación averigüé que en el siglo XII se dio el retroceso al que aludes a causa del modo de pensar "cortesano". Parece ser que la profusión de trovadores que con sus romances hablaban de caballeros que luchaban por sus damas relegó a la mujer a un segundo plano y meramente decorativo. Vaya con los trovadores y sus cancioncitas.
EliminarSiempre he opinado que el machismo es una postura de poder. Si no hay subyugados no se puede manifestar poderío, la única manera que tienen algunos de "demostrar" su valía es dominando a otros, en este caso a las mujeres.
Un besote grande, Julia.
La historia se repite. Los personajes y épocas cambian pero el meollo de la cuestión es el mismo. Muchos siglos han tenido que pasar para que la mujer, en el terreno de la ciencia (porque en otros sigue ocupando un segundo término) tenga voz y voto. Poner en duda la cualificación femenina para tratar asuntos médicos es filosóficamente comparable a la negación del alma, por parte de la Iglesia, en las personas de raza negra.
ResponderEliminarUna estupenda reseña de un personaje triste e injustamente desconocido.
Un abrazo.
Desde luego en ciencia yo sí veo cambio. En la universidad se ven muchas mujeres investigando y eso a mí me alegra mucho. Pero tienes razón, en otros campos no hay tanta paridad, todavía tenemos mucho camino por delante.
EliminarNegar la cualificación a una mujer es una postura interesada de algunos que no tienen tanta calidad y con esas ideas llevadas a la práctica se quitan unas cuantas competidoras de encima, así de sencillo.
Gracias por tu comentario, colega.
Un abrazo.
Interesante mujer... Gracias por presentármela!!!
ResponderEliminarUn abrazo.
De nada, me alegro que te gustara.
EliminarUn abrazo.
Hola Paloma, genial entrada sobre esta mujer que es bastante desconocida. De hecho yo no había escuchado su nombre jamás, pero me ha encantado conocer su historia y todo lo que logró, pese a que sus méritos no hayan estado valorados historicamente. Hay tantas mujeres que por el motivo que sea su nombre se ha perdido y la información no nos ha llegado...
ResponderEliminarMe encantan tus entradas didácticas.
Un besote guapa!
Con mi modesta aportación quiero homenajear con justicia a quienes fueron relegadas al olvido, por romper la norma siendo mujeres y queriendo tener ideas propias.
EliminarMuchas gracias por tus palabras, María.
Un beso grande.
Muy bueno Paloma,no conocía a esta mujer pero me ha encantado leerte y que deje de ser un poco menos desconocida. Es terrible lo que pueden hacer algunos para denostar a otros que más saben y si encima era una mujer, era un terreno abonado para la envidia.
ResponderEliminarMe has hecho reír con ese tratamiento para los obesos, menos mal que no todo era así, pero bromas al margen que en esa época se preocupara por los partos y por la mujer es muy meritorio.
Besos guapísima
Mi seguridad de que se trata de una mujer quien escribió ese tratado, ponga el nombre que ponga, es porque en aquella época solo les importaban las dolencias propias de mujeres a las mujeres. De hecho las comadronas, antes de existir los ginecólogos propiamente dichos, eran siempre mujeres. Si no miramos nosotras por lo nuestro...
EliminarUn beso grande, Conxita.
Mi ignorancia con respecto a esta mujer era total y agradezco tu ilustración al respecto. Se repite la historia en la que las mujeres son denostadas sistemáticamente por el hombre sin saber,que por desgracia nuestra esta actitud redunda en nuestro perjuicio. Cuantas cosas positivas nos habremos perdido a causa de ello.
ResponderEliminarCreo sinceramente que en algunos aspectos no hemos avanzado mucho con respecto a la edad oscura. Solo hay que ver las noticias con respecto a la mal llamada "Manada" que no deja de ser un grupo de cromagñones descerebrados abusadores de mujeres desprotegidas usando la fuerza de su bestialidad y no la de su cerebro que por otro lado suele estar lleno de mierda y no de conocimiento.
El hombre debe de sentir no solo deseo por una mujer, también ha de sentir con mayor frecuencia admiración .
Gracias por la reivindicación de esta fémina tan olvidada por envidias de algunos y recelo por parte de otros.
Un beso.
No solo no hemos avanzado mucho en algunas cosas sino que seguimos igual. Ya que sacas el tema de la manada esa de animales, ahora se está juzgando a la víctima porque en lugar de recluirse en un convento, como parece que piensan algunos que debería haber hecho, intentó seguir con su vida. Es asqueroso.
EliminarPor lo visto algunos siguen viviendo en los árboles junto a Sudhoff y Singer.
Un beso.
Lo primero que llama la atención es el nombrecito, supongo que para la época sería más o menos normal, pero hoy en día no deja de sonar extraño. No deja de sorprenderme como a lo largo de la historia podemos involucionar de esa manera y que los siglos de la alta edad media puedan haber sido más oscuros que la época en la que vivió esta mujer, aunque hoy en día ha pasado algo parecido en sociedades como la Iraní o Pakistaní por poner algún ejemplo. Tiene mérito no obstante haberse dedicado a la medicina en su época y siendo mujer, pues no lo debió de tener fácil, y aún en nuestros días creo que tenemos aún bastante camino por andar. Un saludo Paloma.
ResponderEliminarA mí también me sorprendió que en el siglo XI se diera la oportunidad de estudiar a las mujeres, creía que el veto a los estudios venía de mucho antes.
EliminarTrotula (o Trótula como viene en algunos sitios, que el nombre se las trae) era de familia noble y eso le facilitó la asistencia a la escuela de Salerno, así que no todas las mujeres tenían las mismas posibilidades; pero eso es algo que hoy en día también se da, ciertas clases sociales siempre lo han tenido más fácil.
Sea como fuere esta mujer demostró un gran arrojo, y solidaridad con su género al preocuparse por las enfermedades o los procesos fisiológicos propios y que tanta mortandad producían.
Gracias por tu visita, Jorge. Un beso.
Si no fuera por tus entradas, tal vez yo no conociera a ninguna de estas mujeres. Todos tienen vida de película.
ResponderEliminarSaludos.
Hay mucho héroe anónimo y gente valiosa a la que no se le da publicidad permaneciendo oculta injustamente.
EliminarMe alegro de que ahora conozcas a esta excepcional mujer.
Un abrazo.