Sí se puede (We can do it)
Dicen que no hay mal que cien años dure, ni cuerpo que lo resista. Mi mal de tesis ya llegó a su fin, fue ayer y fue apoteósico.
Quizás apoteosis pueda parecer un término exagerado para referirme a lo que ayer ocurrió, pero para mí no lo es. Dados los antecedentes en cuanto a contratiempos que referí en la publicación anterior todo podía pasar; pero no ocurrió nada malo, aunque los inicios parecían indicar lo contrario.
Nada más salir de casa miré al cielo, comprobé que estaba despejado y lucía un sol espléndido por lo tanto que hubiera una tormenta que anegara la universidad no parecía probable y tampoco hacía nada de aire así que lo de que se desatara un huracán tampoco era de esperar.
La lectura estaba programada para las 12 de la mañana, yo llegué con bastante antelación, comprobé que el ordenador y el proyector funcionaban correctamente y me dispuse a desayunar en la cafetería de la facultad; no tenía mucho apetito pero quería tener algo en el estómago y ahuyentar la posibilidad de que me diera una lipotimia durante la exposición y ofrecer un espectáculo extra a los miembros del tribunal (y al resto del público asistente).
Cuando faltaba más o menos media hora y ya dentro de la sala, una ayudante del departamento se me acerca y me pregunta dónde está el secretario del tribunal, que tiene que darle unos documentos y no lo encuentra. Confieso que varias luces de emergencia se encendieron en mi cabeza. Pero solo fue un momento porque el secretario apareció por el pasillo. Menos mal.
Cuando ya estaban todos los miembros del tribunal sentados y listos para comenzar, mi director número UNO se acercó a la mesa para colocar uno de los micrófonos y al hacerlo tropezó con el cable del que yo tenía en el atril con lo que el ordenador, la pantalla y el propio micrófono a punto estuvieron de desconectarse y encima dar con mi director en el suelo. No pasó nada pero yo empecé a temblar pensando que aquello no era un buen augurio.
Pero todo salió a las mil maravillas y todas las desgracias que mi mente angustiada (y enferma) imaginó que pasarían no se hicieron realidad. Mi lengua no se convirtió en estropajo, el suelo no se abrió bajo mis pies, el techo no se desplomó y no se desató ningún cortocircuito con incendio incluido.
Aunque sea una inmodestia, mi exposición fue correcta, no sé cómo lo hice pero me centré en lo que tenía que decir y me aislé de todo lo demás. Menos mal que el incendio de mis pesadillas no tuvo lugar porque me habría achicharrado de tan absorta como estaba.
Al terminar, el tribunal me felicitó y me premió con media hora extra de preguntas. Es decir, lo normal es que después de defender la tesis, el tribunal pregunte más o menos durante unos treinta minutos. A mí me tocó el doble. La verdad es que no me importó porque, y contra todo pronóstico, me sentí muy cómoda y casi lo vi más como un diálogo que como un interrogatorio. Por cierto, una de los miembros que sigue esta serie y aludiendo a la publicación en la que bromeaba y me quejaba sobre las “p” de mi tesis me hizo una dedicatoria que no puedo evitar reproducir aquí:
“Usted se queja de tener pocas “p” pero no es verdad, tiene muchas. Perfección en la realización de la tarea. Pasión por la ciencia. Perseverancia y paciencia, y ante todo profesionalidad. Además una preciosa presentación. Y para mí un placer y un privilegio haber podido estar aquí.”
Confieso que se me saltaron las lágrimas y hube de tragar varias veces saliva para poder agradecerle esas bonitas palabras (con tantas “p”).
Tras las deliberaciones pertinentes se me otorgó la máxima calificación: Sobresaliente Cum Laude.
Insignia de Doctor en Farmacia |
Después del acto académico oficial vinieron las felicitaciones de quienes tuvieron la amabilidad de estar presentes en el evento; abrazos, risas, alguna lagrimita y mucha alegría se repartieron a diestro y siniestro. La verdad es que yo me encontraba como en una nube, aún lo estoy, y algunas cosas las recuerdo envueltas en una nebulosa.
Recibí también muchos regalos. Mi marido y mi hija me regalaron la insignia que me distingue como doctora en Farmacia, una amiga un colgante de una menina (tengo predilección por esa figura), mi director número uno y una compañera un collar precioso y mis compañeros de laboratorio un bolígrafo de Swarovski con un pen-drive incluido (elegancia y modernidad pueden ir de la mano) y algo que me dejó con la boca abierta: los primeros ejemplares impresos de la serie Doctoranda al borde de un ataque de nervios, además dentro tenía unas preciosas dedicatorias que me emocionaron. También me regalaron una “versión diferente” del cartel con el que he estado firmando esta serie y que podéis ver al final de esta publicación.
Mi director número UNO, me dedicó unas palabras y utilizando un símil torero, me dijo que yo era de las que salía a torear al centro de la plaza, de las que iba a enfrentarme al toro de cara y sin rehuir la pelea, en clara alusión a las luchas con mis resultados y con los elementos varios que me obstaculizaron, pero no impidieron, que escribiera la tesis. Me sentí halagada y encantada, qué queréis que os diga.
Según hablaba pensé que quizás mi futuro, ahora que ya estoy sin ocupación, podría ser el toreo; pero no. No me gusta el maltrato que sufren los pobres animales y sobre todo, y más importante, soy cobarde y a mí esos toros me dan pavor incluso cuando los veo en la tele.
Más tarde, el tribunal, mis directores, mi marido y la recién y novísima doctora, o sea yo, nos fuimos a comer a una localidad cercana: El Pardo. El restaurante elegido estaba situado al lado del río Manzanares. Elegí ese lugar por ser un sitio tranquilo y agradable y porque el tener el río cerca me suponía una posible herramienta de venganza en el caso de que algún miembro del tribunal me tratara mal. Una mala caída desde el puente que cruza dicho río podría tomarse como un accidente y no levantaría sospechas. O puede que sí. Afortunadamente no tuve necesidad de recurrir a medidas tan drásticas y la comida transcurrió sin incidentes.
Mis compañeros de penurias y alegrías |
Y aquí estoy, después del día D, algo descolocada y como en estado de shock, como que no me lo creo aún. Tantas penurias, tantos agobios, tantos momentos malos (y buenos que contaré en otra ocasión) ahora me parecen como un sueño irreal, como algo perteneciente a otra dimensión.
Supongo que poco a poco aterrizaré y volveré al mundo normal. De momento me encuentro en una especie de nube donde se está estupendamente y sin ninguna gana de bajar. Creo que me quedaré por aquí unos días a ver si me relajo, que buena falta me hace.
Paloma guapa. Yes. You could and can do it. A mi casi se me han saltado las lagrimas tambien (en telefono y sin acentos, disculpa). Enhorabuenas, desxanso y a ser feliz en la nube. Πολλά φιλάκια απο την Αθήνα!!
ResponderEliminarTodo llega, Dolo, incluso el final de la tesis. Aunque hubo momentos en los que pensé tirar la toalla porque no me sentía capaz de afrontar todas las dificultades, al final superé esos momentos de debilidad y aquí estoy con mi flamante doctorado.
EliminarMuchas gracias por tus palabras.
Yo disfrutaré de mi nube y tú disfruta de tu Grecia amada.
Un beso grande.
Relájate y disfruta, maja, que merecido lo tienes. La única pena es que veo que esta serie de entradas llega a su fin y con lo divertida e instructiva (yo me he enterado de un montón de cosas sobre el mundo del doctorando) que es, la voy a echar de menos. pero espero que retomes alguna otra sección que tienes abandonada y vuelvas a ser la Kirke bloguera que conocí.
ResponderEliminarUn beso enorme, amiga y mi más entusiasta felicitación.
Todo ha de tener un principio y un fin, esta serie no es la excepción.
EliminarTe agradezco que hayas sido una fiel seguidora de la saga y que hayas disfrutado me supone todo un honor, pero esto se acaba.
Yo también tengo ganas de volver a retomar las costumbres del blog, hay varios poetas en la lista de espera y también científicos locos sobre los que hablar.
Gracias por tus constantes ánimos.
Un beso muy grande, amiga.
Enhorabuena!!
ResponderEliminarMuchas gracias, Paola.
EliminarUn abrazo.
Pues ya ves, amiga Kirke como ya el día ya pronosticaba, con ese sol radiante, lo bien que se te iba a dar la exposición de tu tesis doctoral y por supuesto "no hay mal que cien años dure"...
ResponderEliminarMe ha parecido entrañable esa dedicatoria que nos reproduces de esa persona miembro del tribunal y seguidora de esta simpática serie, que nada más ni nada menos ya te lan regalado impresa ¡qué detallazo!...
Sigue disfrutando subida en esa nube que te ha transportado a este Olimpo farmacéutico que tanto sudor y lágrimas te ha costado alcanzar.
Nuevamente te felicito y me alegra mucho que ya por fin tengas el doctorado con Cum Laude.
Abrazos y besos de parte de Estrella Amaranto.
La verdad es que todos los presentes en el evento, tribunal incluido, tuvieron muchos detalles hacia mi persona.
EliminarPuede que me queje de mi mala suerte (una mala suerte relativa porque bien mirado lo que me pasa tampoco es para tanto), pero en cuanto a la gente que me rodea he tenido toda la buena suerte del mundo y entre esa gente estáis también vosotros, quienes por aquí comentáis.
Un beso grande, Estrella, y gracias por tus fantásticas frases.
Fe de erratas:
ResponderEliminar'lan regalado': la han regalado (el teclado me la jugó) :))
Tranquila, Estrella, ya me supuse que era cosa del teclado, siempre enredando y empeñado en poner cosas raras.
EliminarMuchísimas felicidades, amiga Paloma. Deseo para ti y tu familia todo lo mejor en lo que esté por venir, que será bueno, seguro.
ResponderEliminarMuchos besos, guapa
Muchas gracias, Juan Carlos, sobre todo por acordarte de mi familia que también se merece ese reconocimiento pues han sufrido lo suyo con esta tesis.
EliminarUn beso grande, profesor.
¡¡¡¡Esta es mi chica!!!!
ResponderEliminarGracias, Javier.
EliminarPaloma ahora tienes que tomarte un descanso y después a tu trabajo como una gran Doctora. Un abrazo
ResponderEliminarEl descanso es relativo pues hay un artículo pendiente de publicar y sería una lástima que se quedara olvidado en un rincón.
EliminarEn cualquier caso, retomaré esa actividad con bastante más calma que cuando estaba escribiendo la tesis.
Muchas gracias, Mamen.
Muchísimas felicidades 🎈🎊🍾🎉 No tengas prisa por bajar de la nube, te has ganado una estancia en ella, jeje 😏
ResponderEliminarOjalá dentro de algún tiempo pueda yo decir lo mismo.
Congratulations!!
Ánimo, Margarita, todo llega y cuando lo hace resulta ser menos dramático de lo que una se piensa.
EliminarNo lo hubiera creído posible pero disfruté mucho en la defensa, me sentí bien explicando mis resultados y cuando tuve que contestar al tribunal también estuve cómoda.
Ya verás cómo pronto estarás tú en la misma situación y podrás añadir un título más, el de doctora.
Un abrazo.
Me alegro mucho por vos, Paloma. Te felicito. Te merecés todos los logros.
ResponderEliminarSaludos.
Gracias, Raúl, ese soporte moral que me has estado enviando desde el otro lado del Atlántico ha sido estupendo.
EliminarUn abrazo.
Ayyyyy qué ilusión!!!! Me alegra muchísimo que todo saliera tan bien, lo único malo es que nos dejas sin más historias de doctoranda, con lo enganchada que estoy.
ResponderEliminarBesos y enhorabuena.
Aún queda una última publicación pero lo siento, esto se acaba. Como le comento a Rosa, todo ha de tener un final.
EliminarQuién sabe, a lo mejor me contratan para un proyecto de investigación nuevo y puede que también tenga material para contar anécdotas. Yo también me he enganchado a esto de escribir para desestresarme.
Muchas gracias, Gemma, por tus felicitaciones y por tu seguimiento de la serie.
Un besote.
Bien cierto es que después de la tormenta viene la calma y, en este caso, la calma chicha, jeje
ResponderEliminarTambién es verdad que cuanto más sufre uno preparando algo que le infunde temor, más disfruta luego del éxito, un éxito bien merecido, en este caso.
Muy simpática la idea de publicar tus cuitas pre-doctorado. Ahora deberías añadirle un epílogo.
Y qué decir de los regalitos. Eso no lo sabía yo. Si lo llego a saber quizá también me apunto a hacer el doctorado, jajaja
Disfruta de la estancia en esta nube tan cómoda en la que te has instalado. Pero tarde o temprano tendrás que bajar, jeje
Una vez más mi enhorabuena.
Un abrazo, doctora.
Lo de los regalos tampoco lo sabía yo, sí sé que entre los compañeros se hacía una colecta y se tenía un detalle, pero no que tu familia, tus amigos e incluso tu jefe regalaran también.
EliminarPoco a poco voy descendiendo de esa nube, ya veo cerca el suelo, pero hay que vivir en la realidad y no se puede desconectar eternamente. De todas formas, mi vuelta al mundo será con más serenidad (o eso espero).
El epílogo será la última entrada de la serie, aunque creo que tardará bastantes días pues quiero escribirlo cuando se haya disipado toda la resaca.
Muchas gracias, Josep, por tus palabras siempre alentadoras.
Un abrazo.
Como ya te dije, eres una fenómena y me alegro muchísimo por esa merecida nota. Besos y a celebrarlo por todo lo alto!
ResponderEliminarGracias, Marina, tú has estado al pie del cañón dando ánimos y soporte moral.
EliminarEste finde haré algo para celebrarlo con mi gente que la tenía muy abandonada.
Un beso grande.
Preciosas palabras las que te dedicó el miembro del tribunal aludiendo a la famosa "p", muy merecedas. No me extraña que se te saltaran las lágrimas.
ResponderEliminarDe nuevo mis felicitaciones.
Un abrazo.
Me pilló completamente desprevenida, es cierto que esa persona tiene un vínculo muy especial conmigo (académico y personal) y también estaba emocionada, pero aun así no me lo esperaba y tuve que dejar pasar varios segundos para contestarla.
EliminarMuchas gracias, Gerardo, por tus palabras.
Un abrazo.
Cuánto me alegro de que todo saliera tan bien, Paloma. Desde luego es lo que te merecías, pero siempre cabe la posibilidad de que algo se tuerza. ¡Mi más sincera enhorabuena! Bien merecido te tienes el descanso, la nube, los regalos y todo nuestro cariño. Que sepas que me siento muy orgullosa de tí, y más después de haber conocido los entresijos de la preparación y presentación de una tesis.
ResponderEliminar¡Un beso gigante, guapísima!
Orgullosa yo de tenerte como animadora incondicional, con tanta energía positiva qué menos podía esperar que saliera todo bien, como así fue. Aunque, como bien comentas, siempre se puede torcer algo (de hecho se torció un poquito, mira el comentario y lo que le contesto a Frasan).
EliminarPero el resultado fue espléndido y la vida sin inconvenientes sería muy aburrida.
Un besote grande, guapa.
Felicidades Kirke!!!! quién la sigue la consigue, a disfrutar de ese trabajo bien hecho. Un abrazo
ResponderEliminarMuchas gracias, Eme, ser constante suele tener su premio y yo, desde luego, lo he obtenido.
EliminarUn beso muy grande.
Muchas felicidades, tanto esfuerzo ha merecido la pena y supongo que ahora tardaras unos días en bajar de esa nube, disfrútala porque te la has ganado.
ResponderEliminarCreo que asustaste a Murphi, bien hecho.
Un beso enorme
Creo que Murphy intentó pasar a la sala donde defendía la tesis pero todos los que allí estaban animándome y vuestros buenos deseos le ahuyentaron y no pudo hacer de las suyas.
EliminarGracias, Conxita, por tenerme en mente y desearme suerte: surtió efecto.
Un besote muy grande.
Tú ves como todo iba a ir bien pero es normal que ante tan importante acontecimiento en tú vida estuvieras nerviosa, ahora a relajarte y a disfrutar de esa nube todo el tiempo que necesites que te lo has ganado.
ResponderEliminarLos regalos muy chulos la verdad.
Un beso enorme . TERE.
En esta nube se está divinamente, la verdad. Ahora estoy que no me lo creo y me siento extraña al ver que no tengo que ir corriendo a todos lados y que el día cunde más.
EliminarUn besote también para ti, guapa.
y Felicidades Campeona
ResponderEliminarGracias, Tere.
EliminarFelicidades, Kirke, me alegro de que tu esfuerzo y desvelos se vean recompensados. Comprendo que al final, después de acabar con todo eso, tengas el vacío posterior. Bueno, poco a poco lo llenarás con las cosas que hacías antes, pero siendo toda una doctora en farmacia. Un abrazo fuerte.
ResponderEliminarTengo ganas de volver a la rutina de antes de este agobio de la tesis, lo mismo hasta echo de menos estas ansias, aunque creo que de darse esa nostalgia se me pasará enseguida.
EliminarDe momento voy a darme varios días para darme el gustazo de hacer lo que me apetece: leer, caminar, disfrutar de los amigos y cosas así de sencillas pero que en los últimos meses, o no las hacía o no disfrutaba plenamente de ellas pues estaba con la cabeza en otro sitio.
Un beso grande, Ángeles.
Pues Kirke doctoranda-amiga, es una penita.
ResponderEliminarYa ni eso, ya eres doctora y doctora, aunque por los pelos pues en la última versión se te olvidó comentar que el secretario ejerció regular y el tribunal menos de eso y faltaban firmas hasta en los carnet de identidad. Así que vete a pagar las tasas del título de doctora antes de que el ataque cibernético nos traslade a Alaska y tengas que buscar tu título en El Pardo junto a los patos del Manzanares.
Torera, torera, torera.
No he comentado el 'lapsus' del secretario porque luego me dices que soy muy negativa y que solo me fijo en lo malo, pero ya que lo has mencionado, no me negarás que las cosas que han pasado con mi tesis no son normales. Porque lo de que el secretario, que ha estado en un montón de tribunales, se olvide de pedir una firma a un miembro del tribunal y que este tenga que volver desde el quinto pino a firmar al día siguiente... tiene lo suyo. Casi me hicieron doctora en diferido.
EliminarEl título está ya en el Rectorado, y no en el Manzanares, porque me lo han comunicado oficialmente. Menos mal.
Ya aprovecho para contestar a ese símil torero que me dedicaste. Si me enfrenté al toro de cara y en el centro de la plaza fue porque sabía que detrás tenía a una buena cuadrilla que saldría al quite ante cualquier peligro de cornada.
Un beso, maestro.
Reitero mi enhorabuena, Kirke! Ya te comenté el lunes que gastaste toda la mala suerte en los días que no importaban. Bueno, no es cuestión de suerte, sino del trabajo, el esfuerzo y la dedicación. Bravo!
ResponderEliminarSí parece que Murphy anduvo ocupado por otros sitios y a mí me dejó tranquila. O puede que tanto trabajar tuviera su fruto.
EliminarMuchas gracias por tus palabras, David.
Pues enhorabuena por el logro y el resultado, no dudo que te sentirás satisfecha y ese es el mejor premio a tanto esfuerzo. Las cosas que merecen la pena en la vida son las que cuestan trabajo y esta parece que ha costado lo suyo. Tendremos que tratarla de usted a partir de ahora, señora Doctora en Farmacia. Felicidades de nuevo!!
ResponderEliminarEstoy totalmente de acuerdo contigo, Jorge, lo que se obtiene con esfuerzo se valora más. Desde luego esta tesis me ha costado sudar mucho y eso explica la sensación de ingravidez que ahora mismo siento (y también de incredulidad, las cosas como son).
EliminarGracias por tus felicitaciones.
Un abrazo.
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ResponderEliminarSabes sobradamente que hasta me emocioné cuando tuve conocimiento de la noticia. Ahora y aquí (ya que creía haber comentado ya) tan solo te reitero mi enorme alegría por tu triunfo al salir por la puerta grande.
ResponderEliminarUn besazo, mi querida compi
En esta plaza y con este toro tan bravo que fue la tesis conté con la mejor afición y eso me ayudó a salir por esa puerta grande.
EliminarGracias por ser tan buena aficionada y tu constante apoyo.
Un beso muy grande.